Foro Militar General

JEFES DE ARTILLERIA.

Todos los alumnos de infantería salimos de marcha al mando del capitán P. que, por cierto, andaba siempre con los brazos a la espalda y con una zancada impresionante. Los de primer curso, aún no avezados en la técnica de la marcha, íbamos corriendo.
Una vez en la zona se distribuyeron las tareas. Los de tercer curso iban a hacer un ejercicio táctico de “cuadros” - es decir sin tropas - y a R. y a mi nos asignaron a este grupo. R. y yo llevábamos dos o tres meses “de sevicio” y, por tanto, nada podíamos aportar al trabajo del grupo, más que transportar el material cual si fuésemos “sherpas tibetanos”.
Llevábamos una hora de ejercicio y asombrados estábamos de como los veteranos se situaban, como se atrevían a escribir en los planos con lápices grasos, como discutían para decidir si atacar de día o de noche...Mientras tanto el capitán P. controlaba todo y, viendo que R. y yo no hacíamos nada, se dirige a nosotros y nos dice: “Usted R. es el jefe del batallón de artillería y usted Gil el capitán de la primera batería. Tomen nota: el ataque comenzará dentro de una hora y su batallón de artillería realizará una preparación, antes del ataque, de diez minutos. Vamos a ver R ¿Dónde asentaría la artillería?. Señale la zona de asentamiento en ese plano”.
Y aunque nada sabíamos de artillería, ni de asentamientos, ni de planos y sus escalas... R,con gran decisión, señaló en el plano con el dedo: “¡¡Aquí!!”. “Aprobado”. Concedió el capitán que añade : “Vayan a asentar las piezas inmediatamente en la zona elegida”.
Las piezas eran unos meros palos con unos trozos de tela y la zona de asentamiento elegida en el plano, cuando le preguntamos a un “experto” resultó que estaba a más de 8 kilómetros. Allá fuimos corriendo - para iniciar la preparación de artillería a tiempo -, asentamos la “artillería”y orgullosos de haber cumplido, con éxito, lo que probablemente constituía el primer cometido que nos habían asignado, desde nuestro ingreso en la milicia, nos presentamos al capitán. “Mi capitán el batallón está asentado en la zona designada”. Y éste, que era un cachondo, nos contestó:
- “Enhorabuena, el ataque ha sido un éxito gracias a la preparación artillera. Regresen a la zona e incorpórense al campamento con las piezas”.
Y allá fuimos de nuevo – 16 kilómetros ida y vuelta - para traer material tan valioso.

COMPAÑÍA DE HONORES

Esta anécdota me la contaron, compañeros del ejército de tierra, cuando estaba yo destinado en la Cabeza de Playa del Aaiun (Sahara). Después del tiempo transcurrido no me acuerdo donde ni cuando sucedió pero...sucedió.

Había un acto militar que presidía el capitán general de la Región Militar correspondiente. El general era hombre de mucho carácter y muy temido por sus subalternos.
Forma la Compañía de Honores y al frente su capitán que entonces - años 50/ 60 – usaba casco de acero y aquel sable cuya longitud, tanto llamaba la atención.
Llega el capitán general y el capitán - después de los toques de corneta y movimientos reglamentarios - sale de formación y con gran marcialidad va a recibirle y dar la novedad. Se cuadra con gran taconazo, un poco cerca del general, y al elevar el sable para saludar , le quita la gorra que cae al suelo entre los dos militares. Ambos hacen ademán de recogerla – que cada uno cesa al creer que la recogerá el otro - y, al fin, después de algunos titubeos lo hacen a la vez, con lo que el general recibe un “ cascazo” imponente.

El capitán general en la posición que estaba –rodilla en tierra para recoger la gorra- poniendo los brazos en cruz exclama: Capitán ¡¡Remáteme!!

holas.

bueno dentro de los exelentes OO que conformamos mi promocion, del EP (ejercito Peruano) a quienes por nuestra forma de ser no muy alegre para nuestros superiores, nos llamaban los subversivos jejejeje

pero buneo siempre dentro de el grupo hay malos elementos que uno llega a conocer cuando hacen algo... como en este caso.

uno que hasta fue mi compañero de cuarto!....

bueno este animal esta destacado en la sierra, digamos alejado de la ciudad.

como no tenia otra cosa que hacer, se le ocurrio hacer negocio y no encontro nada mejo que salir con su patrulla a cobrar cupos a los transportistas... mala idea....

en una de esas, paro una camioneta con 6 personas, las cuales llegaron al pueblo despues de pagar el cupo a ponerce su uniforme de policia y con el restpe la elegacion encaminarce a arrestar al OO.

al enterarce de esto,que la polica y el fiscal venian a capturarlo, a este animal no se le ocurrio OTRA mejor idea que ir al pueblo y secuestrarlo llevanolo a los cerro para neociar con la policia....

despues de diaparo mutuos, llego el general de la region, el cual bajo a punta de patadas a mi promo.

por animal, juicio, carcel y dado de baja..

jjejejejejejejejeje

Finales de los años 50 en la provincia de Pontevedra. Nuestra unidad salió de marcha para realizar ejercicios de patrullas. Habíamos estudiado los métodos para camuflar armas y equipos, así como la importancia de “ennegrecer el rostro” para evitar que su brillo, de noche, nos pudiera delatar a la observación enemiga. Para este menester disponíamos de un artilugio avanzado para la época : un tapón de corcho, tiznado al fuego, con el que nos desollábamos la cara. Nos ayudamos unos a otros y quedamos satisfechos de nuestro aspecto guerrero que, pensábamos, tenía que impresionar a cualquiera.
La patrulla, de la que yo formaba parte, inició el ejercicio por la tarde. Comenzaba a anochecer y nos habíamos bebido toda el agua de las cantimploras, así que decidimos pedir agua en la primera casa que encontrásemos.
Por aquellos parajes las casas estaban muy alejadas, unas de otras, y sus habitantes eran muy nobles, sencillos y habitualmente de cierta edad – ya los jóvenes emigraban a las ciudades – . Al rato vimos una casa, con la luz encendida, y decidimos acercarnos para pedir agua. El mando, con buen juicio, decidió tomar precauciones para evitar que nuestro fiero aspecto pudiese asustar a los propietarios. Así que llamamos a la puerta, con cierta precaución y temor, que abrió una señora mayor con su pañuelo a la cabeza y el clásico aspecto y atuendo de las aldeas gallegas. Nos miró y, lejos de mostrar la menor desconfianza y a pesar de la hora, nos preguntó :
- “¿Son os homes da Telefónica?” La señora había solicitado la instalación de un teléfono y ni se inmutó a pesar de nuestro feroz aspecto.

Despues de contribuir con un trabajo serio o darse "un paseo" por los Foros, siempre es bueno relajarse con una sonrisa. Y ¿qué mejor para ello que disfrutar de un gracioso sucedido relacionado con la "mili"?Todos tenemos alguno para compartir con los "foristas". ¡¡Animo!!

Bueno,mi pequeña contribucion.
Durante unos ejercicios tacticos en san gregorio,forma un escuadron de caballeria y mientras se espera para la distribucion de la cena, se divisa a dos "seres" que vienen corriendo, con las bandejas sonando y al llegar a la formacion solicitan permiso para entrar en formacion con gran marcialidad y acento andaluz...
El oficial responsable de la formacion, se inclina para divisar bien a los dos recien llegados y les pregunta:
Vosotros.....de que Unidad sois?
Tras una breve pausa en la que se miran los dos, uno dice su Unidad, en concreto pertenecian a una Unidad Legionaria.
El oficial....sin acabar de creerselo les responde que esta Unidad era un Escuadron de Caballeria....
Resulta que estos desafortunados legionarios habian recorrido aproximadamente 4 o 5 km buscando su VIVAC y tuvieron que llevarles en un vehiculo a su verdadera Unidad.

Fuerte santiago. Algeciras. Ultimo noche de mili, todos medio pedos..., aparece el cabo primero y formamos..., una vez que empieza a nombrar aparece un soldado por detras y pide permiso para formar, empiezan las risas de las primeras filas, descojone general, estaba tan pedo que solo llevaba las botas el cinto y la gorra... Imaginaos el espectaculo, !queria formar porque no estaba borracho decia¡, Al final patada en el cul* y a la ducha.

Un saludo.

Fuerte santiago. Algeciras. Ultimo noche de mili, todos medio pedos..., aparece el cabo primero y formamos..., una vez que empieza a nombrar aparece un soldado por detras y pide permiso para formar, empiezan las risas de las primeras filas, descojone general, estaba tan pedo que solo llevaba las botas el cinto y la gorra... Imaginaos el espectaculo, !queria formar porque no estaba borracho decia¡, Al final patada en el cul* y a la ducha.

Un saludo.

Armada de Chile, broma general que se les hace a los motes en su primera navegación al sur-austral. En esa zona, Chile tiene muchos canales, como Noruega o el norte de Canadá (según me han contado). Hay un paso muy angosto llamado Angostura Inglesa, en donde los antiguos te hacen creer que a ambas riveras crecen manzanos y que el paso es tan angosto, que se pueden coger manzanas con estirar la mano desde la cubierta o ayudandote con algún palo o algo parecido!
Bueno, los motes en su ignorancia de la geografía local, de la navegaçión por canales, de los crudo del clima que no permite crecer árbol frutal alguno; a la voz de que estamos entrando a la angostura Inglesa y de que el capitán autorizó a la tripulación para recoguer manzanas gratis, salen a cubierta (en donde puden haber -5 ó -10 grados de To) armados con escobas, remos, escobillones, etc para recoguer las manzanas!!
Solo caemos en cuenta del ridícuo cuando se produce la risotada general de capitán a cabo y vemos que la "angustura", aun siendo angosta tiene un ancho de unos 300mts, permitiendo el paso del buque sin problema, solo forzandolo a hacer una "S" dada la forma del canal!!!
Salu2

El actor, de esta anécdota, es un caballero, en todo el sentido de la palabra, se caracteriza por su cordialidad y nobleza, y es un gran compañero, pero...es un poquito locuaz. Recuerdo una vez, en el Grupo Anfibio, que estábamos en una reunión de planeamiento. El era jefe de Plana Mayor, de la fuerza de desembarco, y estaba en posesión de la palabra y, en la única pausa que tuvo, el almirante con discreción dijo:” Bueno, vamos a hablar de acuerdo con el turno y el tiempo establecido”. Y, él, sin inmutarse declaró: ”Estoy de acuerdo, almirante” y... continuó hablando.
Fue uno de los primeros oficiales españoles que asistió a un curso en los Estados Unidos. Entre sus compañeros no había ningún “hispano-parlante”, de manera que cuando llevaba dos meses de curso, estaba francamente desesperado al no poder ejercer adecuadamente “su afición”. Necesitaba con urgencia hablar con alguien en español.
Un domingo, por la mañana, fue a visitar el zoológico – el de San Diego - . Pasó por delante de varias jaulas de pajaritos y llegó a una donde “vivían” dos loritos. Se paró delante de la pajarera y dijo: “¡¡Lorííííto!!” Y uno de los loros contestó (en español): “Grrrr.¡¡Buenos díaaasss!!”.
Y aprovechando que no había nadie, en las inmediaciones, se alivió “contándole su vida al loro”.

odio los zancudos, los ODIO con toda mi alma, su sonido es asqueroso y eslo que mas me molesta.

y la peor experiencia que tuve con ellos fue durante mi CRC, en la selva, por X motivos nos castigaron, pasar toda la metidos en el agua separados uno de otro por un brazo... sin moverce ni nada de lo que ya saben bla bla bla...

nunca me habia sentido tan mal, los malditos bichos jodian y mordian hasta que mi peor pesadilla la vi, al compañero que estaba delante mio no sele podia ver la espalda...tenia puesto una vestimenta de zancudos ... el tipo lloraba por la desesperacion...mientras le destrozaban la espalda...

bueno todos pagamos pato esa noche.

Era el capitán E. un “sufridor de hemorroides” y no favorecía su curación su amor por el vino y los caracoles picantes. Ya estaba cansado de acudir al especialista del hospital y mostrarle su trasero, en aquella posición tan incómoda y humillante, sin haber conseguido librarse de aquel mal - o al menos conseguir algún alivio - que tantos trastornos le causaba, sobretodo en maniobras. Pretendía mantener su mal en secreto – aunque era conocido por todos sus compañeros - y solo se lo había confiado a su amigo, el teniente P. con el que compartía su desgracia :
“... y es que no me aciertan, ya estoy cansado de probar tratamientos, planes de alimentación y cambiar una y otra vez de pomadas sin observar mejoría alguna. Definitivamente ... ¡¡NO ME ACIERTAN !!”.

El teniente conocía a un prestigioso especialista en el tema, al que por su fama acudían pacientes de toda la provincia e incluso fuera de ella. Así que le propuso a su amigo ir a su consulta.El capitán pidió cita aceptando el consejo de su amigo :

- ” Este verás como te acierta”. Le aseguró el teniente.

El día , y a la hora convenida, el capitán se presentó a consulta. El teniente le acompañó hasta la puerta y le esperó en una cafetería próxima a la consulta del famoso doctor. Una hora más tarde el paciente aparece en la puerta de la cafetería y el teniente se le acerca con diligencia, y con acento amable y con la indudable seguridad de que la contestación sería afirmativa, le pregunta:

- “ Qué ¿te acertó?” A lo que el capitán contestó :

- ” Sí que me acertó. Me cobró dos mil pesetas, que era todo lo que llevaba en la cartera”.

En los años 70,s la gente “pudiente” cuando viajaba en tren, en los viajes de largo recorrido, lo hacía en coche-cama en departamento individual. Era una buena y cómoda manera de viajar, pues el tren salía al anochecer de la estación inicial y llegaba a destino por la mañana temprano del día siguiente.

Un comandante jurídico casado, y con domicilio en Cádiz, tenía que viajar a Madrid para asistir a una reunión que comenzaba a las diez de la mañana. Así que la combinación, en el tren nocturno, le venía que ni pintada para llegar a tiempo, mientras que el viaje en coche-cama le permitiría participar descansado a la reunión.
En cuanto embarcó en el tren, y antes de salir, se dirigió al revisor para mostrarle su billete y rogarle que no le molestase, pues quería llegar fresco a una reunión que era muy importante para él. Así que se metió en el departamento, se puso el pijama y se quedó frito. A las siete de la mañana sonó el despertador, que como hombre prevenido llevaba en todos los viajes, se levantó y, después de los estiramientos reglamentarios, subió la persiana para echar una mirada por la ventanilla y vio, con gran sorpresa, que seguía estacionado en la estación de Cádiz. El tren no había salido por una avería, en la vía férrea, y el revisor se había olvidado del comandante que, con complejo de despistado – pues no había nadie en todo el vagón –, se dispuso a salir del tren con gran sigilo, para no tener que explicar a nadie que es lo que hacía allí a aquellas horas.

Se aseó como pudo gastando casi un frasco de colonia – pues no había agua -, se vistió y se dirigió a su casa, donde le tuvo que explicar lo sucedido a su mujer. Explicación que no fue muy sencilla ni convincente, porque nuestro ”perfumado” comandante, que era muy presumido y tenía gran éxito con el género femenino, no era la primera vez que lo había explotado, ni tampoco la primera vez que había sido descubierta alguna de sus aventuras.

Moraleja de la historia,

carga agua en ves de colonia, sino tu mujer va a dudar

Saludos

Jejejej, muy buenas las anecdotas, aqui va la mia, que no la vivi en primera persona pero me la conto un buen amigo que fue testigo de ella:

Reunion de oficiales de un regimiento, estan todos, tenientes, capitanes, etc... y por supuesto el coronel. A esto que entra un soldado novato:

-"Mi coronel, el teniente G. se retrasara un poco"

A esto que el coronel, que le gustaban las cosas bien hechas y los formalismos del trato marcial se queda mirandolo con cara de pocos amigos y le dice:

-"¿Y usia?" (para los que no lo sepan el trato que se les dispensa a coroneles)

A esto que el soldado (recordad, novato y no muy avispado) se queda perplejo y despues de unos incomodos segundos de silencio habre la puerta de la habitacion, saca la cabeza, mira para un lado, para el otro, vuelve a entrar y dice:

-"No, no ha venido"



Saludos