De
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1205
"Existen cuatro fuentes sobre la batalla del Bosque de Teutoburgo:
- Veleyo Patérculo, varios de cuyos amigos perecieron en la batalla, había visitado la región en diversas ocasiones y tuvo la oportunidad de interrogar a los supervivientes.
- Tácito, que se basó en la Historia de las guerras germanas de Plinio el Viejo, quien a su vez había liberado personalmente a varios supervivientes.
- Floro, quien parece seguir una fuente escrita entre 17 y 40, cuando el recuerdo de la batalla seguía fresco y la verdad era difícilmente manipulable.
- La fuente original de Dión Casio continúa siéndonos desconocida, si bien sabemos que este historiador recurría habitualmente a informaciones contemporáneas de los hechos que narraba, sometiéndolas a una crítica rigurosa.
Desde luego, existen entre ellos discrepancias y errores, como era de esperar. El general Publio Quintillo Varo se había suicidado y los miembros de su estado mayor o bien murieron directamente en combate o fueron poco más tarde sacrificados en los altares de los dioses germanos. Los únicos supervivientes eran legionarios comunes, hombres valientes, pero carentes de la perspectiva general sobre aquellos hechos. Sus discrepancias revelan las distintas posiciones que ocuparon a lo largo de aquella batalla caótica y resultan, de hecho, una prueba convincente de que los autores no están repitiendo sin más la propaganda imperial al uso.
Por otra parte, ningún autor clásico podría resistirse a la tentación de añadir pinceladas “de color” a su historia. El relato de una derrota militar acaecida en un país lejano se vería siempre adornado de manera inevitable con las descripciones al uso de inmensos bosques y arboledas sagradas debido a que los autores griegos y romanos estaban obsesionados con la idea de los bosques en el confín de la tierra y su concepto preestablecido de los bárbaros como “gentes que moran en bosques y montañas”. Por todo ello, no podemos esperar una descripción precisa de la batalla. Otra razón más reside en que los soldados no sabían exactamente dónde se encontraban y qué estaba pasando y no pueden haber informado a autores como Veleyo Patérculo o Plinio el Viejo acerca de la localización exacta del bosque de Teutoburgo. Para ellos se trataba de un bosque, ¡sin más!
Con todo, podemos dar como básicamente correcta la siguiente información extraída de las fuentes que han llegado hasta nosotros:
- La batalla tuvo lugar el año 9, probablemente en septiembre.
- El lugar concreto se denominaba saltus Teutoburgiensis. El segundo elemento del nombre es una palabra germánica (teut significa “gente”, burg significa “fortaleza”). El primer elemento, saltus se traduce habitualmente como “bosque”, pero también podría significar “desfiladero” o “lugar estrecho”.
- Existían marismas en las cercanías, y los ríos Ems y Lippe nacen no lejos de allí.
- Para la defensa de Germania, Varo disponía en aquellos momentos de las tres legiones veteranas citadas (5.000 hombres cada una), de dos alas romanas y otra gala de caballería (500 hombres cada una), así como de seis cohortes auxiliares de infantería local o gala (con una fuerza nominal de 500 hombres cada una). Con la excepción de las cohortes auxiliares y de pequeñas formaciones dejadas atrás como guarnición, todos ellos tomaron parte en la batalla, pereciendo en su mayoría. (Parte de las cohortes auxiliares estuvieron, sin duda, implicadas en la rebelión.)
Dos de los prefectos de las legiones eran Lucio Egio y Ceión. La caballería estaba bajo el mando del prefecto C. Numonio Vala.
- Los germanos aniquilaron las tres legiones. Tácito menciona que la decimonovena perdió su estandarte (su “águila”) y conocemos una inscripción, hallada en 1630, referida a un oficial de la decimoctava muerto en combate. Ambas legiones desaparecieron de la lista después de ese año 9. Podemos deducir que la tercera legión probablemente fuera la decimoséptima.
- Los germanos también acabaron con las tres unidades (“alae”) de caballería. (Hecho tan sólo mencionado por Veleyo Patérculo.)
- Los caudillos germanos eran Arminio (¿Erminameraz?, ¿Hermann?) y su padre Segimero (¿Siegmar?). Su victoria se debió a que Varo seguía confiando en ellos, a pesar del informe del querusco Segestes, el suegro de Arminio, sobre su proyectada rebelión. (Según Tácito, Segestes desaprobaba el matrimonio de su hija Thusnelda con Arminio y mantenía con él una fuerte enemistad. Esta enemistad sería, años más tarde, la causa de la caída de Arminio.)
- En la batalla participaron diversas tribus germanas, pero sólo podemos estar seguros acerca de los queruscos, brúcteros y marsios. La presencia de la primera de estas tribus se deduce del hecho de que tanto Arminio como Segimero pertenecían a la misma. La presencia de los brúcteros, del hecho de haberse encontrado posteriormente uno de los estandartes perdidos en su territorio.
- Según Dión Casio, otro estandarte se encontraría en territorio chautio en 40, lo que sugeriría que también esta tribu estuvo involucrada. Desafortunadamente, la mayoría de los manuscritos de Dión dan otro nombre maurousios y los kauchoi tan sólo se mencionan en un manuscrito hoy día perdido, pero sobre el que escribió el erudito del s. XVI Johann Löwenklau. Por ello, la presencia de los chautios es posible, pero no completamente probada.
- Otras tribus germanas se unieron al alzamiento tras la batalla, pero sabemos que al menos una tribu, los marcomanos, permanecerían neutrales durante todo este período.
- El plan de los germanos consistió en hacer salir a las fuerzas romanas de sus fortificaciones, atrayéndolas hacia una emboscada en un tipo de territorio que favorecía su tipo de tácticas. Al mismo tiempo, otras tribus atacaban los fuertes romanos al norte del Rin.
- Tres autores (Patérculo, Floro, Dión) convienen en que la causa de la revuelta germana fueron los impuestos exigidos por el gobernador romano, Varo.
Robert Graves, en su excelente novela Yo, Claudio nos narra el fin de Arminio (Hermann) siguiendo el relato de los Anales de Tácito:
“Hermann no murió en combate. Cuando Maroboduo [Marbod] se vio obligado a huir del país, Hermann creyó que tenía el camino libre para ser rey de todas las tribus de Germania. Pero se equivocaba. Ni siquiera pudo llegar a ser monarca de su propia tribu, que era una tribu libre, en la que el jefe no tenia poderes de mando, sino sólo de dirigente y asesor, y se veía obligado a convencer a sus hombres de lo que quería que hiciesen. Un día, un año o dos más tarde, trató de dictar órdenes como un rey. Su familia, que hasta entonces le había mostrado gran cariño, se escandalizó a tal punto, que, sin discutir la cosa entre sí, se precipitó sobre él con sus armas y lo despedazó. Tenía treinta y siete años cuando murió, habiendo nacido un año antes que mi hermano
Germánico, su mayor enemigo.”
Más información:
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1202
Más sobre Arminio y los queruscos (en inglés):
http://www.runestone.org/armin.html