[quote="karolo"]Hombre que rueden cabezas significa que rueden cabezas pero no prejuzga que cabezas.
No se porque das por supuesto que si tiene que rodar alguna sea la del capitán de fragata que no tiene los medios para hacer su trabajo.
Esto que le destaco haga el favor de retirarlo como aportación hecha por mi. Quien único pone en entredicho al Ejército y a su intervención, no es nadie mas que usted mismo, haga el favor de no poner letras a otras personas distintas de las escritas.Desconozco lo que usted ha podido leer o entender al hacerlo. He dicho y me reafirmo que, de haber rodado cabezas debieron ser de la cúpula del Gobierno. En ningún momento cuestiono la intervención que, a este respecto que nos ocupa, realizó el Ejército. El cual, justo es comentar que, si los civiles hemos sentido vergüenza ante nuestros timoratos gobernantes ; no quiero pensar el pesar y el desánimo que tuvo que anidar en todas las mentes de los intervinientes de las Fragatas que usted nombra.
Viendo que le gusta el corta y pega, deseo compartir con todos, pero con usted en especial la aportación realizada por el almirante retirado D. Ángel Tafalla Balduz, ex 2º Jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur.
¿Una solución militar para el 'Alakrana'?
16.11.2009
ME MUEVE a escribir estas líneas la defensa de la profesionalidad de los comandantes y dotaciones de nuestras dos fragatas involucradas en la crisis del Alakrana, y la constatación de que los que con más derecho y conocimiento de la situación deberían hacerlo, no pueden por la ley del silencio que pesa sobre mis compañeros en activo, que incluso alcanza a cuestiones profesionales y no políticas. Como yo ya estoy retirado, me puedo expresar con claridad; va por ellos.
Lo que pudiéramos denominar eficacia militar (Em) es, en su forma más simplificada, el producto de una capacidad militar (Cm) por una voluntad política (Vp). La capacidad de las fragatas Méndez Núñez y Canarias -a cuyos comandantes conozco personalmente-, dotadas con tres helicópteros modernos, y sus destacamentos embarcados de Infantería de Marina, son más que suficientes para resolver cualquier crisis como la planteada actualmente en Somalia. Pero, ¿qué eficacia militar alcanzan estas capacidades en la situación actual concreta? Hay que multiplicarla por la voluntad política de emplearlas. Y esta voluntad tiene dos componentes: la idea política sobre el uso o la amenaza del uso de la fuerza; y otro puramente volitivo, la capacidad de resistir las dificultades y los reveses que la ejecución de esa idea -sin duda- traería consigo.
Para que estas líneas no parezcan un ejercicio de Estado Mayor, me permito alejarme del Alakrana por un momento e irme a Afganistán, aprovechando que el presidente Obama todavía no ha formulado su nueva estrategia y que el Comité Atlántico sólo ha escuchado al general McChrystal pedir el envío de 40.000 soldados más.
Y en este contexto voy a hacer una serie de preguntas. ¿Se puede transformar un país de clanes parecido a la Europa de la Edad Media en un país con un Gobierno eficaz y centralizado? ¿Con qué esfuerzo? ¿Se puede arreglar Afganistán sin intervenir en Pakistán? ¿En qué grado se deben satisfacer las pretensiones pastunes a ambos lados de la línea Durand? Yo, naturalmente, no tengo repuesta para estas cuestiones, pero creo que el mando político debería contemplarlas. De cómo se formule esta voluntad política dependerá la correspondiente carga de sangre, sudor y lágrimas para alcanzarla. No es la capacidad militar de la ISAF ni la concurrente de la operación Libertad Duradera la clave del éxito o el fracaso de la misión, sino en cómo de acertado y factible sea el objetivo político a alcanzar.
Volvamos a la teoría e imaginemos que, para una misión específica, nuestra Cm es 9 y nuestra Vp 2, en una base de 0 a 10. Nuestro enemigo podría tener una Cm de 1, pero, desgraciadamente, para nosotros su Vp es de 9, como demuestra con su recurso habitual a tácticas suicidas. Aparentemente no importa, ya que como 9x2 es mayor que 1x9, nosotros ganamos. Falso, no es así.
En las operaciones de guerra irregular, baja intensidad, antiinsurgencia, mantenimiento de la paz o como las queramos llamar -estas denominaciones sólo tienen significado ante las opiniones internas de los países occidentales, pero poco sentido sobre el terreno-, hay un agente decisivo: no sólo cuentan el enemigo y nuestras fuerzas, sino que operamos en medio de la gente, sea ésta la población del Líbano, la de Afganistán, la de Somalia o las tripulaciones de los buques que transitan por el océano Índico. Y esta gente percibe la eficacia militar propia y adversaria de una forma que no es exactamente 9x2 ni 1x9. Y esta eficacia militar percibida sí que es decisiva, porque nuestro objetivo en estas operaciones no es destruir al enemigo, sino ganar la voluntad de la población o audiencia entre la que operamos. Por ejemplo, si el pueblo afgano, o su presidente, intuye que nos vamos a retirar pronto, es lógico que busquen un acomodo con los talibán.
Retornemos de nuevo a Somalia. Si aceptamos la anterior metodología, ¿cuál sería la misión de nuestros buques? ¿Rescatar sanos y salvos a los tripulantes del Alakrana con un 100% de probabilidad de que no sufran ningún daño? Si esto es así, no hay ninguna solución militar, y lo que hay que hacer es pagar el rescate en dinero y en lo otro. Pero si el objetivo fuese disminuir la posibilidad de que se vuelva a repetir otro secuestro, entonces habría que actuar de otra manera. ¿Y si el objetivo fuera controlar la piratería, aunque no fuera sólo contra intereses españoles? ¿Y si fuera erradicar la piratería del Índico? A cada una de estas misiones correspondería una mayor voluntad política, tanto para actuar como para convencer a los aliados y socios.
Por cierto, la piratería somalí no tiene, obviamente, como blanco exclusivo a los pescadores españoles. De hecho, en estos momentos tienen secuestrados 13 buques de distintos países y de todo tipo: cargueros, petroleros incluso yates. Todo es bueno para recaudar, que es su verdadero y único objetivo, y no la protección de sus recursos pesqueros, como algunos ingenuos occidentales creen.
Conforme va aumentando la ambición de la misión, más necesario es aplicar lo que en términos OTAN se viene denominando Comprehensive Approach y que consiste en alinear todos los recursos estatales económicos, legales, informativos, etcétera, con los medios militares para alcanzar los objetivos. Por ejemplo, yo me atrevería a afirmar que para erradicar completamente la piratería del Índico habría que hacer que Somalia fuera relativamente próspera y dotada con un Gobierno eficaz y aceptado en todo su territorio. ¿Nos imaginamos los recursos militares y de todo tipo que serían necesarios para esto? ¿Existe la voluntad política para lograrlo? Porque está claro que los somalíes no nos van a recibir con los brazos abiertos, y el que lo dude que lea Black Hawk down o vea la película de nuevo.
¿Podemos vivir con un objetivo menor que el anterior? Creo que ahora se entenderá mi indignación cuando veo que algunos culpan a nuestra Armada de no resolver la situación o de no servir para nada. Yo he sido testigo durante tres años de la eficacia, dedicación y entusiasmo de buques y dotaciones como las de la Canarias y la Méndez Núñez en la operación Active Endeavour contra el terrorismo marítimo en el Mediterráneo, que mandábamos desde nuestro Cuartel General OTAN en Nápoles. No es en sus capacidades, sino en otro sitio, donde debemos buscar si queremos encontrar fallos o, lo que sería mejor, aumentar el apoyo de la opinión pública a nuestras operaciones marítimas.
Ángel Tafalla Balduz es almirante retirado, ex 2º jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur.
http://www.elmundo.es/opinion/tribuna-l ... 21087.html
Como puede observar le cito la fuente, y el enlace de propina.
No digo que usted invente lo que dice, sino le insto a que usted aporte la fuente informativa de la que hace uso. No me vale el he leido en algún sitio, disculpeme, pero si tomo como antecedente el hecho que usted me acuse de arremeter contra el capitán de fragata (para su información fueron dos las intervinientes en la Operación), que yo, señor mío, no mento en ningún sitio. Comento que los han tomado como chivo expiatorio, como así ha sido, para justificar la gran cagada de la gestión realizada por el Gobierno actuante, ni más ni menos.
Mi persona, aparte de buena memoria, cuenta de buenas fuentes, creame
Sobre el enlace que usted cita, sólo comentarle que en mis tiempos (criada a la sombra de Barrio Sésamo, los mundos de Yuppie llegaron mas tarde), se contaban mejores cuentos.
Le digo esto, porque aparte de lo que se manifestó en toda la prensa nacional en un burdo intento de tomarnos por gili..llas, también se comentó que no pudieron atrapar a los piratas, tras el pago del secuestro, ya que se entremezclaron entre la población civil que se encontraban en la playa en esos momentos. Vaya hombre por Dios, vamos que aquello era Benidorm en Agosto, no? Hagase un favor, no crea todo lo que se publica.
También se dijo que el Gobierno no había pagado rescate alguno.....JA!!!! También se vendió, a bombo y platillo que, para que no suceda jamás se embarcarían a los hombres de Harrelson, lease Seguridad Privada simil a parcheo barato y solución rápida de cara a la galería.
Estos hombres fueron embarcados haciendo ver al populacho que estaban mejor preparados que nuestras Fuerzas Armadas.....otro JA!!!
En qué ha quedado la cosa: cortina de humo.
Le animo a que siga usted buscando información y fuentes fidedignas sobre este tema, se sorprenderá, se lo aseguro. A poco que busque bien, encontrará lo que necesita.
Sin mas, tan sólo rogarle que haga el favor de no poner en mi teclado palabras que no han sido transcritas por el mismo. Tengo muy claro que nuestro Ejército tenía los medios, tenían la operación pero no tenían un respaldo político, es por ello, que vuelvo a repetir, que de rodar, que rueden pero los politiquillos que con sus arengas de mercadillo, maquillaban la gestión realizada, dejando a todo un país a los pies de un puñado de delincuentes. Como poco es indignante
Un saludo cordial