Escrito por AlhucemasPRESS / Rodrigo Rodríguez Costa
Viernes, 24 de Diciembre de 2010
Las relaciones entre España y Marruecos llevan meses viéndose alteradas por diversas causas.
Hemos asistido a situaciones tan graves como cierres injustificados de la frontera, críticas intolerables a los profesionales de seguridad y defensa españoles, algunas además sexistas, agresiones físicas y expulsión de ciudadanos españoles, prohibición de entrada y deportación de periodistas supuestamente por cuestiones de seguridad, y por supuesto a todo un elenco de desplantes a nuestra diplomacia, prensa, sociedad y gobierno tras el violento asalto al campamento saharaui por parte de la Gendarmería marroquí. En este escenario es en el que se debe enmarcar la nueva situación que se está forjando con paso firme y bastante acelerado, sobre la presencia china en nuestro vecino del sur.
Así, recientemente hemos conocido una serie de noticias que nos hacen pensar que la influencia que China ejerce en Marruecos ha ido progresivamente incrementándose, y que incluso puede en el futuro seguir creciendo.
Primero se hizo público el interés de los militares de nuestro vecino del sur en un sistema de artillería de largo alcance de diseño y fabricación china, el denominado AR-1. Se trata de un sistema lanzacohetes, cuyos proyectiles pueden alcanzar blancos a nada menos que 100 Km. de distancia, lo que supone la capacidad de alcanzar suelo español desde posiciones móviles en territorio marroquí. Aunque no se ha confirmado aún la compra, según fuentes chinas parece que el interés marroquí era elevado y se daba por segura la venta.
Después conocimos la compra urgente de 150 carros de combate del modelo MBT-2000, uno de los más modernos de entre los diseños chinos. Estos carros se solicitaron con urgencia, y ya se han hecho públicas fotografías de los primeros en sus góndolas rodando por las calles marroquíes. Aunque no tienen la capacidad de combate de los últimos modelos occidentales, como el M-1A2 Abrams o el LEOPARD II, se trata de un carro moderno, bien armado y sencillo de manejar y mantener. La llegada a Marruecos de estos carros de combate no hace sino reforzar la veracidad de las demás noticias acerca de la posibilidad de nuevas compras de material militar chino.
Unido a estas dos noticias, conocimos el interés marroquí en el incremento de las inversiones chinas en su país, unida a la búsqueda por parte de Rabat para ampliar la lista de las compras de material militar chino, incluyendo el nuevo avión de combate JF-17, misiles antiaéreos, blindados, y varios sistemas artilleros. En visitas realizadas en el presente 2010 a las ferias de aviación de Marrakech y Farnborough, cerca de Londres, pude personalmente constatar y confirmar los contactos entre Rabat y Pekín.
Pero el aspecto que sin duda nos parece más significativo, y que refleja las nuevas relaciones existentes entre ambas capitales, es la declaración del gobierno marroquí de que no acudirá a la entrega del Premio Nobel de la Paz al representante del disidente chino, Liu Xiaobo, encarcelado en su país. Sin ninguna duda este hecho es políticamente muy significativo, al hacer suyas Rabat las tesis de Pekín acerca del encarcelamiento del premiado. Desde luego el gobierno marroquí no quiere irritar al que considera ahora un aliado estratégico.
Es lógico pensar que la llegada de armamento, solicitado con urgencia, es un indicio más, de los muchos que se han podido comprobar en las últimas semanas, de que la crisis actual en el Sáhara viene siendo preparada por Marruecos desde hace meses, y no se trata de un hecho aislado o preparado por los saharauis como aduce Rabat.
Estratégicamente España debe tener en cuenta las nuevas relaciones de poder de nuestro vecino africano. En la actualidad ha logrado disfrutar no sólo de una relación especial con Francia, antigua metrópoli y principal socio comercial, además de la privilegiada relación con los Estados Unidos, que permite a Marruecos muchas veleidades a cambio de ser el principal freno de los islamistas radicales y "yihadistas" en el Norte de África.
Ahora además entra con fuerza en escena el gigante asiático, no sólo con sus casi ilimitados recursos económicos sino, lo que también es preocupante, mediante importantes cantidades de material militar, por lo que España (y Argelia) deberá tener muy en cuenta al nuevo y fuerte aliado de Rabat, y sus intereses tan cerca de nuestras fronteras.
* Rodrigo Rodríguez Costa, Licenciado en CC. Empresariales y Diplomado en Defensa por la Facultad de Derecho de Santiago de Compostela
Saludos