Jodemos nosotros, president
SALVADOR SOSTRES
Pujol ha justificado su reciente giro
independentista porque España «va
a jodernos». No es cierto. España no
va a jodernos. Somos los catalanes
los que estamos todo el día jodiendo
a España. Lo digo en serio. Estamos
todo el día jodiendo, tocando las narices,
quejándonos de todo, reclamando
esto y lo otro; pero, al final,
cuando llega la hora de la verdad y
es hora de tomar una decisión política
seria, todo se desvanece y nunca
damos un paso al frente.
Pujol gobernó como un autonomista
corriente –tocapelotas, es cierto,
pero sin discutir elmarco ni los límites–,
que es exactamente lo mismo
que está haciendo Artur Mas;
ahora con la carraca del concierto
económico o pacto fiscal, muy molesta,
pero que acabará como cualquier
otra negociación entre el Estado
y la Generalitat. Eso por no hablar
de los líderes independentistas:
los que tienen algo de épica se la cargan
delmodo más estrepitoso cuando
tocan poder. Es como si enloquecieran.
Lo de Carod-Rovira entrevistándose
con ETA fue antológico.
España no va a jodernos porque a
España le damos lo mismo. Lo que
España no va a hacer es renunciar a
ella misma ni rendirse porque sí en
una guerra que nosotros somos los
primeros que no queremos librar.
El catalanismo político no quiere
la independencia. Quiere tocar los
huevos. Lo de la famosa pedagogía
es tocar los huevos. Lo del catalán en
el Senado y la farsa de los intérpretes
es tocar los huevos. El catalanismo
político es demasiado cobarde
para hablar en serio y se conforma
tocando los huevos, jodiendo con la
pelota como el niño de la canción de
Serrat, aunque la estrategia catalanista
es más bien la de una esposa.
El catalanismo político es tu esposa
cuando estás viendo la tele y te
empieza a decir que hay que hacer
obras en el baño, que es lo mismo
que reclamar la transferencia de Cercanías
sin el presupuesto correspondiente;
o que te estés comiendo un
plato de macarrones al foie y te dice
que tendrías que hacerte un análisis
de sangre, que a su vez no es demasiado
distinto a intentar hacer pasar
por normal que en territorio español
no se pueda estudiar en castellano. Si
quiere la independencia, que luche
por ella, muera por ella; pero, si no,
que no joda la marrana, porque es
evidente que, mientras esto sea España,
no puede haber provincias de excepción.
Y oye, no sé sime tengo o
no que hacer un análisis de sangre,
pero estoy cenando en Via Veneto, la
vida es bella, estos macarrones al foie
son un paraíso jugoso y no tienes por
qué estropearme el momento. ¡coñ*!
Te cuenta los gin-tonics cuando
salís a cenar con los amigos, como
quien denuncia cavernas mediáticas
cuando no le dan la razón; te discute
el jersey que te has puesto cuando
ya habéis salido de casa, como quien
pretende discutir si España existe.
El catalanismo político es ese ir jodiendo
poco a poco, causar toda la
molestia posible, pero evitando a toda
costa el conflicto. Ese insufrible
goteo, ese reproche permanente, ese
ruido como de máquina de cortar el
césped que hacen las esposas cuando
murmullan. No se entiende nada,
pero al cabo de un rato de oírlo la cabeza
está a punto de estallarte. España
es España del mismomodo que
nosotros vemos la tele. Y la pedagogía
y el federalismo asimétrico es tocar
los cojo***, como ella cuando te
jode la serie o el partido de fútbol.
Y si algún día pierdes la calma y,
harto de su sistemático linchamiento,
le levantas la voz para decirle que
te deje en paz, entonces eres tú quien
tiene que pedir disculpas. Lomismo
pasa con España, que, cuando sale
alguien del PP a decir que ya está
bien de andar jodiendo todo el día,
emergen indignados los autonomistas
para llamarle centralista y fascista;
y otra vez el federalismo, otra vez
la pedagogía, otra vez amagar con la
ruptura para que la farsa continúe y
los líderes catalanistas puedan seguir
viviendo del conflicto.
No, president, España no va a jodernos.
Usted jodió a España tanto
como pudo. Jodió a España y jodió a
Cataluña con su permanente y castradora
tibieza, ambigüedad y cobardía.
Perdimos la paciencia y la esperanza.
Todos por igual: españoles y
catalanes. Mientras tuvo el poder, lo
usó para mantenerse en él y nada
arriesgó, y todo en usted fue una parodia
del héroe. Y ahora sí, cuando
el toro ya está muerto, sale por fin a
torearlo. «Niño, sube a la suite dos
anisetes». Con valientes como Mas y
como usted, España está muy lejos
de ser el principal problema de los catalanes.
Este chico acabará haciendo bueno a FJL.
De todas formas, sus analogías son un tanto casposillas, no?
Conseguirá unir a los independentistas oficialistas y a las feministas en su contra, aunque a él le va la marcha.
Saludos.