Autentic escribió:Naturalmente, porque la Independencia es mala, díselo a Daoiz y Velarde, a Gandhi, a G.Washington a Garibaldi, a Bolivar, a San Martin, y a 193 Estados independientes de la ONU, todos estaban equivocados, la Unión Europea, tiene la clave, y la sapiencia infinita, independencia, quita, quita, cosa mala.
Siento el retraso en contestar, pues se me había pasado este mensaje.
Ante todo, siempre es un placer conversar con un compañero como Autentic. No estoy de acuerdo con sus tesis, ni por asomo, pero sí con la manera en presentarlas, y creo que con él se podría llegar a un acuerdo.
Ahora, al grano ¿la independencia es mala? Claro que no, pero no de esta manera. Creo que es más que evidente tras las sucesivas votaciones autonómicas que el apoyo a la independencia no es mayoritario, al contrario, la postura contraria es mayoritaria (marginalmente pero mayoritaria). Si el apoyo al independentismo fuese del 70 o del 80% a estas alturas Cataluña o sería independiente o estaría negociando como llegar a serlo. Dijera lo que dijese la constitución, el sentido común va por delante.
Pero la situación no es así. Incluso en el mejor de los casos al menos un 40% de catalanes son contrarios a la separación de España. En esto, me remito al criterio del tribunal supremo de Canadá respecto a esta cuestión:
1. La consulta debe ser clara. En este caso, aunque la pregunta parecía serlo, se traducía en la aceptación de una ley de desconexión que además había sido aprobada violando las propias leyes catalanas.
2. Una respuesta afirmativa a la consulta solo da pie a una negociación bilateral. El criterio del tribunal supremo canadiense era que la independencia de Quebec era un asunto que concernía a todos los canadienses. En este caso era un «trágala» y había detalles muy curiosos: por ejemplo, parecía entenderse que un catalán podía ser siendo español si lo desease (obvio) luego ese catalán podía presentarse para un puesto de trabajo en Madrid, pero el madrileño no en Barcelona. La única negociación que se ofrecía era el «cuándo os vais y cuánto me tienes que pagar».
3. La mayoría debe ser «suficiente». No indicó la cantidad pero no podía ser la mayoría más uno de los votos emitidos. De hecho, en la consulta del año pasado los votos positivos no llegaron al 40% del electorado. El argumento de «haber ido a votar» es falaz porque al menos para la mitad de los catalanes se trataba de una consulta ilegal y tramposa.
4. Sea el resultado que sea, a ningún territorio con mayoría pro canadiense se le podía imponer la secesión, ni a ningún canadiense se le podía obligar a dejar de serlo. Aspecto que en ningún punto se recogía en la ley de desconexión.
No se debe olvidar que incluso en caso de secesión es obligación del estado español proteger a sus ciudadanos allá donde se hallen, aunque sea en un pueblecito del Penedés. Máxime ante una consulta que no había respetado las normas que se habían promulgado a sí mismos los catalanes.
Por otra parte, lo sensato sería buscar un punto de encuentro. Ambas partes saben que la posición contraria tiene un gran apoyo. Lo malo es que hasta ahora la experiencia de los anti independentistas les hace recelar, ya que repetidas veces el bando contrario ha llegado a un acuerdo para luego emplear las herramientas que controla (la educación) para atacar la posición contraria. Por ejemplo, para imponer el catalán en zonas que son mayoritariamente castellanoparlantes, por no decir nada del apoyo al secesionismo en la enseñanza. Imaginemos que los maestros de Extremadura dijesen a los alumnos que sus padres tenían que votar a Cs, organizasen actos a favor de Cs, y segregasen a los partidarios de otras posturas. En estos momentos estarían sancionados y se estaría estudiando su separación de la enseñanza. Es lo que ocurre en Cataluña ¿cómo se puede negociar con quién emplea esa arma para manipular niños?
Para acabar, respecto a las citas a estados iberoamericanos, etcétera, es que su secesión me parece que es precisamente el caso que desean los independentistas. La independencia en Iberoamérica (y en muchos otros lugares) fue lograda por una minoría que tenía influencia y apoyo económico, contra los deseos de la mayoría (por ejemplo, de los indígenas, que no querían saber nada de eso y sabían que iban a salir perdiendo, como fue). Incluso en el caso de Estados Unidos los partidarios de la independencia eran una minoría, frente a una masa indiferente que solo se alineó cuando empezó la guerra, y que llevó al exilio de una parte importante de la población ¿Es ese el sistema que se desea para Cataluña?
Saludos