Imaginese a Ud. (Alemania) y que un amigo (España) le pide dinero.
Lógicamente usted le pregunta para qué lo necesita, y él le dice que para pagar los gastos básicos, -agua, luz, hipoteca del piso, comida, colegio de los niños, etc.,- sin los cuales no puede subsistir.
Usted decide que se lo presta.
Su amigo, al cabo de tres meses le vuelve a pedir dinero. A usted esta petición ya no le gusta tanto porque considera que debería haber conseguido cubrir esos gastos básicos. Pero decide dejárselo a un bajo interés, para que de alguna manera tenga conciencia de que lo prestado tiene un coste.
Tres meses más tarde vuelve a pedirle dinero. Entonces usted decide que antes de prestárselo quiere revisar sus cuentas. Y ¡sorpresa! Descubre que su amigo tiene dos personas que le hacen las tareas del hogar, más días festivos que usted, un coche de alta gama, veranea en un resort de lujo, alquila pistas de tenis para jugar con los amigos, pero además tiene a su cargo a dos de sus primos, a un tío de Albacete y dos apartamentos vacíos que usa dos veces al año, uno en invierno y el otro en verano. Su amigo lleva una vida cómoda aunque, evidentemente, no llega a final de mes, por lo cual necesita pedirle un préstamo.
¿Usted qué haría? ¿Le seguiría dejando dinero? ¿O bien le exigiría que redujese todos los gastos superfluos, que serían un ochenta por ciento, para poder volver a hablar de préstamos?
Unos cuantos meses después —y sigo con la historia— su amigo se presenta en su casa y le dice que vuelve a necesitar dinero. Usted le pide explicaciones y él alega que ya ha reducido gastos. ¿Cuáles? Les ha bajado el sueldo a las asistentas.
Pues bien, eso es lo que le pasa a Merkel, a los mercados y al Banco Central Europeo: razonablemente no van a permitir que este país siga funcionando de la manera en que lo hace.
Y es que no puede ser que tengamos más aeropuertos que Alemania. Que seamos el segundo país del mundo con más líneas de alta velocidad después de China. Que “disfrutemos” de más festivos y puentes que ningún otro, que tengamos la tira de administraciones públicas, todas para sacarle la pasta al pobre ciudadano: parlamento nacional, senado, parlamentos autonómicos, gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos, consejos comarcales, cabildos, mancomunidades, etc., Que medio país esté permanentemente inmerso en festejos y folklores varios. Que los técnicos y científicos (el futuro de un país avanzado) en todas las áreas sean pocos, mal pagados y sin reconocimiento alguno. Que cuando alguien se dedica a delinquir, robar o asesinar, casi no se le castiga y sale de la cárcel enseguida, mientras que al ciudadano honrado se le multa, detiene y juzga por apretar el acelerador, fumar, pescar sin licencia, etc… o de los policías que se les condena a la mínima denuncia de los delincuentes. Que cualquiera que no sabe hacer la O con un canuto puede ser alcalde, ministro, alto cargo, o Presidente. Que estemos en permanentes tensiones internas con toda clase de separatistas y regionalistas jugando a ser Estados dentro del Estado. Que los políticos se auto protejan a ellos y a sus camarillas. Que los jueces puedan dictar las sentencias más absurdas sin que les pase nada. Que haya cerca de 300.000 sindicalistas que cobren del estado por tocarse las narices. Que cualquier persona pueda mofarse, burlarse o agredir a los símbolos del Estado (bandera, himno, Jefe de Estado) sin que le pase nada. Que cualquier inmigrante ilegal que llega tenga inmediatamente derecho a toda clase de subsidios, atención sanitaria, escolarización, etc… etc…
La señora Merkel quiere que nos pongamos serios y nos dejemos de cachondeo. A ella, licenciada en ciencias físicas, le da lo mismo por dónde empecemos. La cuestión es que reduzcamos todos los gastos superfluos y hagamos las reformas necesarias para convertirnos en un país serio. Y que lo hagamos ya.
Mientras tanto, el grifo lo tendrá cerrado.
Y además muchos Españoles queremos que el presidente Sr. Rajoy deje de jugar al dómino. Se ponga a quitar fichas y no menearlas.
Porque no hay que quitarle la paga extra a los funcionarios sino quitar a los 800.000 mal llamados funcionarios que no tienen oposición, que los pusieron a dedote políticos de un lado, de otro y de otro, que son los que más cobran y los que menos trabajan.
Que no pase usted a la historia tergiversando lo que sería su real destino y al igual que el Marques del Viso se le recuerde como el que pudo y el que quiso, y no como el que ni pudo ni quiso quitar el chorro de políticos, con sueldos de empresa privada, en instituciones, organismos y la madre que los parió.
http://www.heraldo.es/noticias/nacional ... 1_305.html