Victorias y tropiezos navales

La Historia Militar española desde la antiguedad hasta hoy. Los Tercios, la Conquista, la Armada Invencible, las guerras coloniales y de Africa.
Roy
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Mensaje por Roy »

Gaspacher escribió:La hazaña del Neptuno es impresionante pero tampoco es tan extraña. No hay que olvidar que al ir solo pudo ir al maximo, más aun al turnarse en el mando Gravina y Valdés, mientras la flota se vería obligada a dar numerosas guindadas durante el largo trayecto para poder mantener la formación y su velocidad sería la del más lento de la escuadra. :wink: :wink:


Por supuesto. Pero con todo, viendo el intervalo temporal entre las salidas de ambos, sigue tratándose de una hazaña en toda regla. Por algo esta ha quedado para el recuerdo.


Geromin
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Mensaje por Geromin »

Este episodio de nuestra historia naval quizá sea más conocido, pero por si acaso, no me resisto a escribirlo.

El navío Glorioso de 70 cañones, al mando de Pedro Mesía de la Cerda, (a la postre marqués de la Vega de Armijo), venía de América cargado hasta la regala de caudales. A la altura de las islas Azores rechazó el ataque del navío inglés Warwich, de 60 cañones y la fragata Lark, a los que desmanteló (25/07/1747). A la altura de Finisterre volvió a rechazar otro ataque de un navio inglés de 60 cañones y de 2 fragatas de la escuadra del almirante Byng, logrando, al fin entrar en Corcubión y desembarcar su carga (16/08/1747). Abandonó el puerto rumbo a Cádiz; a la altura del cabo San Vicente fue atacado sucesivamente por 2 fragatas corsarias inglesas, (King George y Prince Frederick)- que se retiraron destrozadas- y 10 bajeles más que le daban caza, entre ellos el navío Darmouth de 50 cañones, el cual fue volado por los aires por nuestras armas salvándose sólo 12 hombres.

Finalmente acosado por el Russel de 80 cañones, y 2 fragatas más se rindió al haber agotado sus municiones (19/10/1747).

Saludos

P.D.: Recomiendo este libro "Victorias por mar de los españoles"
http://www.libreriadenautica.com/items/ ... VME-1.html


DiSangro
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Mensaje por DiSangro »

En 1799 sale de Ferrol una escuadra compuesta por los navíos "Argonauta" de 80 cañones,"Monarca" y "San Agustín" de 74 cañones, el navío "Castilla" de 64 cañones y el tristemente célebre "Real Carlos" de 112 o 114 cañones según diversos autores.

Dicha escuadra estaba al mando del Teniente General Don Francisco Melgarejo, con órdenes de unirse a una escuadra francesa en el puerto de Rochefort.

Durante la navegación se le unieron tres transportes de tropas,con unos 2000 soldados,14 cañones y 4000 fusiles para entregar a los rebeldes irlandeses.

Los soldados estaban al mando del General O'Farril.

La escuadra recala en Rochefort donde debería recoger a otros transportes franceses y algún navío francés. Por desgracia los franceses no tienen nada absolutamente preparado y Melgarejo toma la decisión de volver a España.
Los franceses entonces le niegan el acceso al puerto y le obligan a recalar a las afueras de dicha rada.

Melgarejo acodera a sus navíos a las afueras de la isla de Aix, ya que la flota había sido avistada por unas fragatas inglesas al aproximarse al puerto, esperando Melgarejo el bloqueo por parte de una flota superior, de un momento a otro.

La flota inglesa compuesta de 8 navíos, el "Mars", "Venerable", "Ajax", "Ramillies", "Renown", "Robust" todos ellos de 74 cañones de porte, el navío de 80 "Sans Pareil" y el "Royal George" de 100 cañones; 4 fragatas y un bergantín, aparecen al día siguiente de su llegada.

Esta flota estaba al mando del vicealmirante Charles Morice y formaba parte de la flota inglesa compuesta de más de 50 navíos que bloqueaban el puerto de Brest.

Los ingleses llegaron el 2 de julio a realizar un ataque con las fragatas, el bergatín y unas bombardas, con la intención de sacar a la flota española de su fondeadero cercano a la costa.
Nada de esto consiguieron, pero los españoles montaron nuestra arma preferida por aquellos tiempos, invención del gran almirante Barceló:
Las lanchas cañoneras.

Montadas con los cañones que se transportaban y en las lanchas o botes auxiliares de los navíos españoles, pasando al contrataque, consiguendo que las fragatas, el bergantín y las bombardas huyensen.

No volvieron a intentar un ataque los ingleses contra nuestra flota.
Muestra del gran respeto que les daban las lanchas cañoneras, contentandose los ingleses con bloquear a la flota española.

Melgarejo recibió la orden de entrar en Brest y unirse a la flota de Mazarredo y Bruix, que aprovechó su ocasión para escurrirse de la flota inglesa que lo bloqueaba el 30 de agosto.


Melgarejo tomó la decisión correcta y no forzó el sólido bloqueo inglés sobre Brest, tomando la decisión de volver a casa y atracar en Ferrol.
Sin sufrir baja alguna y con los transportes intactos.

No es una gran batalla, pero sí una buena actuación militar naval ante fuerzas superiores.


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Luis M. García
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Mensaje por Luis M. García »

Buenos posts DiSangro :noda: Pero quedate por aquí y no te disperses hombre. :wink:


Qué gran vasallo, si hubiese buen señor...
DiSangro
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Mensaje por DiSangro »

Un modesta victoria sobre Horatio Nelson:

Este es un combate bastante curioso entre un español de ascendencia inglesa y un inglés al cual le sobran las presentaciones, me gustaría mucho ver la cara que se le quedó a Nelson al saber quién era, vamos allá.


Unas semanas antes del triste combate del Cabo San Vicente (este para mí fué un auténtico desastre muchísimo peor que Trafalgar), el recién ascendido comodoro Nelson (comodoro es una especie de capitán de navío mandando división), se encontraba a bordo de la fragata "Minerve" del porte de 40 cañones navegando en conserva con la fragata "Blanche" del porte de 32 cañones, se dirigían al encuentro de la escuadra de Jervis desde su base de Nápoles, a la altura de Cartagena se encontaron con las fragatas españolas "Sabina" (que aunque sea una pena no iba en la advocación de Joaquín Sabina) del porte de 40 cañones al mando de Don Jacobo Stuart, dicho así parece un capitán más de nuestra flota, pero en realidad era descendiende directo de los Estuardo, reyes de Inglaterra, destronados por su catolicismo.
Y la fragata "Matilde" del porte de 34 cañones y comandada por Don Miguel María Gastón de Iriarte.


Siguiendo la costumbre caballerosa de época en lo que a combates de fragatasse refiere, se tenían por una especie de duelistas, se entabló combate con las fragatas de parecido porte, o sea, la "Sabina" contra la "Minerve" y la "Blanche" contra la "Matilde".

Aquí habría que hacer un pequeño inciso, ya que lo normal y corriente de la época era que fragata española contra una fragata inglesa era fragata pérdida.

Las fragatas españolas en lo que fué un grave error de diseño, portaban cañones de inferior calibre que las inglesas, resultando unas andanadas de inferior peso y por lo tanto menos ofensivas contra el oponente, ya que una fragata inglesa de dos andanas la inferior montaba cañones de de 24 y en la superior de 18, en las españolas, rara era la que llevaba en su andana inferior cañones de 18 cuando no de 12, como en este caso, la "Matilde" y la "Sabina".
Diseñadas más para la protección de nuestro comercio, se sacrificaba peso en aras de una mayor velocidad, supongo que influidas por el sistema francés de construcción traído a España a la coronación de Carlos III, también llamado sistema Gautier, por el construcctor francés traído a España por dicho monarca.
Parece ser que nadie debió pensar, de qué vale la velocidad si a la hora del la verdad no eres capaz de noquear al enemigo.


Aprovechando la "Matilde" su mayor andar y siendo su comandante conocedor de las cualidades de su barco decidió poner pies en polvorosa siendo perseguido por "Blanche".

La "Sabina" resistió todo lo que pudo durante más de tres horas el intenso cañoneo que fué sometida por la fragata de Nelson, la cual la doblaba en peso de andanada.
Con el palo de mesana (el de más a popa) desarbolado, el mayor y el de trinquete amenazando con venirse abajo (para que después digan que el pino gallego era peor que el de Riga), tres muertos y cuarenta heridos Stuart se rendió al inglés.

Nelson cifra el número de bajas en la fragata española de 164, en su despacho entregado a su almirante.
Cosa poco creíble debido a que la dotación de la fragata española era de 286 hombres, semejante número de bajas hubiese sido debido a una auténtica desmantelación a cañonazos de la fragata española.

Los ingleses tuvieron 7 bajas y 53 heridos, con una dotación parecida a la española, más o menos sobre unos 320 hombres.
Contra la leyenda creada los ingleses tuvieron más muertos ya que tiraron a desbolar y no al casco en contra de lo que suelen decir los ingleses.

Don Jacobo Stuart fué trasladado a la fragata inglesa estando herido, y ahí debió de ser uno de los encuentros más extraños de la historia, un almirante inglés y el legítimo rey inglés, como enemigos, capturador y capturado.

Según una carta de Nelson:

"Cuando me puse al habla con el don, diciéndole: 'Esta es una fragata inglesa' y exigiéndole la rendición o que, de lo contrario, le haría fuego, su contestación fue noble y digna de la ilustre familia a que pertenece: 'Esta es una fragata española, y puede empezar tan pronto como guste'.
No me puedo figurar batalla más apretada ni violenta: las fuerzas idénticas en artillería, y casi el mismo número de hombres, teniendo nosotros trescientos cincuenta.
Varias veces, durante la acción, le pedí que se rindiera, pero su contestación fue: 'No, señor; mientras tenga medios de luchar'.
Cuando ya no le quedaba ningun oficial con vida, me llamó, diciendo que no podía luchar más y rogándome que cesara el fuego.

Nelson".

Extraída del segundo tomo de " La Correspondencia de Lord Nelson, un Héroe Británico ".


Poco les duró la presa, Gastón habiendo conseguido zafarse de su perseguidor, para que después digan que eramos pésimos marinos, darle esquinazo a una fragata inglesa en competición.....
Gastón cargó directamente conta Nelson, como haría años más tarde con Gravina en Trafalgar, con la intención de represar a su compañera.
Nelson ordenó cortar el remolque y enfrentarse a su nuevo enemigo, con la tripulación cansada aunque conservando la ventaja de más del doble de potencia de fuego, ya que él tenía cañones de 24 y Gastón sólo de 12 y con menos porte.
Las dos fragatas se enzarzaron en un combate en el cual la española llevaba la peor parte, con bastantes muertos y heridos, cuando desde el arsenal de Cartagena aparecen unas velas, que son las fragatas "Ceres" y "Perla" de 40 y 32 cañones y el navío de tres puentes "Príncipe de Asturias" de 112, dispuestos a cortar por lo sano con el combate.
A ver lo que se le venía encima,Nelson aunque parezca increíble huyó.

Largó todo el trapo que tenía, según se dice, hasta puso su pañuelo de mano para huir.
La fragata inglesa "Blanche", había llegado del esquinazo que le dió Gastón, pero eran dos contra tres y el "Príncipe" que iba cogiendo velocidad...
Se recuperó la "Sabina", y se capturó a la dotación de presa inglesa, entre ellos estaba el que sería capitán de bandera y amigo de Nelson, Thomas Mastermann Hardy.

No era tan osado como cuentan y muchas veces contó con el auxilio de la suerte, si bien, esta sonríe a quien arriesga y es valiente.


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Matthias Caracciolo
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Mensaje por Matthias Caracciolo »

Un tema interesante... Como victoria, hablaré de Haarlemmemeer, que fue una batalla que involucró a más de doscientos bajeles y concluyó en un resonante triunfo español que condicionó la rendición de Haarlem al ejército de Fadrique Álvarez de Toledo en 1573. Como tropiezo, de una desgracia poco conocida de la Guerra de Sucesión Austríaca, u Oreja de Jenkins, dado que los responsables fueron británicos.

La batalla de Haarlememeer tuvo lugar el 26 de mayo de 1573 durante el asedio de Haarlem. La presión española había puesto a la guarnición de la ciudad contra las cuerdas, por lo que los holandeses decidieron enviar una flota de socorro al mando del almirante Marinus Brandt. Esta flota se componía de unos ciento cincuenta bajeles, grandes y pequeños. Cuando el almirante español presente en el asedio, el Conde de Bossu, tuvo noticias de esto, preparó su propia flota, menor en número de buques pero superior en calidad.

La batalla se dio en el lago de Haarlem y fue ganada de forma clara por la flota española, que no perdió ningún buque. Los holandeses perdieron, según la relación, 21, 22 o 29 barcos. Haarlem se rindió a principios de junio y fue escenario de una sangrienta matanza.

Existen (que yo sepa) dos pinturas que representan el evento: una en el Rijksmuseum de Amsterdam por Hendrik Cornelisz. Vroom (link) y otra de Andries van Eertvelt cuya localización lamentablemente desconozco (link). En seguida prosigo con el tropiezo...


"Las naciones que promueven a soldados rasos pero íntegros en agradecimiento a su valentía son por lo general las que resultan victoriosas" (Hans von Grimmelshausen).
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Matthias Caracciolo
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Mensaje por Matthias Caracciolo »

Como tropiezo expongo un suceso muy poco divulgado que sucedió en 1742 durante la Guerra de Sucesión Austríaca. Resulta que en junio de ese año las galeras españolas San Felipe, Soledad, Santa Teresa y San Genaro, al mando de D. Donato Domás y cargadas con artillería y otros útiles para el ejército español que combatía en Italia, fondearon en el puerto francés de Saint Tropez a la vista de una pequeña escuadra británica que las seguía desde Santa Margarita y Honorato.

Esta escuadra, al mando del capitán Richard Norris, se componía de dos navíos de línea, el Kingston y el Oxford, y del brulote Duke. Norris envió despachos al gobernador del puerto, neutral en aquel entonces, pidiendo que no colaborara con los españoles y los obligara a hacerse a la mar, a lo que el gobernador se negó. Entonces Norris dispuso sus unidades para atacar.

Sorpresivamente, a la una de la noche, el Duke y los botes de los navíos penetraron en el puerto cubiertos por el fuego de estos dos. Las galeras se defendieron como pudieron, pero una a una fueron incendiadas por el brulote y se quemaron por completo. Por fortuna se salvó buena parte de sus tripulaciones, dado lo próximas que estaban a tierra. Los británicos sólo lamentaron dos heridos.

Domás fue sometido a un consejo de guerra, del que salió restituído con honor. Entre tanto, las acciones británicas continuaban: los pueblos de Mataró y Palamós fueron bombardeados, el navío San Isidro tuvo que ser quemado por su propia tripulación en Ajaccio, y el futuro Carlos III, en aquel entonces rey de Nápoles, se vio obligado a dejar de apoyar a los ejércitos de su padre Felipe V.


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DRA
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Mensaje por DRA »

Me gustaria obtener ayuda acerca del resultado de esta batalla, librada en 1642 en la costa de Barcelona.
http://fr.wikipedia.org/wiki/Bataille_de_Barcelone_%281642%29
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Barcelona

Segun miremos las fuentes espaõlas o francesas, el resultado cambia, y las perdidas tambien. Del unico navio español perdido, sube a 15 navios en las fuentes francesas...

Tambien hablan de la perdida del Rosellon y de Perpiñan...

Mi fuente principal es el libro Victorias por mar de los españoles.

Saludos


España es un caso especial. Tiene tanta Historia memorable a sus espaldas que los propios españoles llegan a ver como normal la impresionante empresa que han realizado por toda la tierra.
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Mensaje por Apónez »

Teniendo en cuentra DRA, que yo no sé francés, por lo que entiendo las bajas españolas serían de 15 navios en total (1 hundido y otros con daños), en la versión inglesa sólo se habla de navios hundidos, y la versión francesa no cambia eso apareciendo como hundidos 1 navio español y 4 franceses.


DRA
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Mensaje por DRA »

La version francesa inicial la habia escrito yo, por eso tiene mas o menos el mismo contenido. Pero nunca he oido hablar de esos 15 navios dañados, ni de la perdida del Rosellon y Perpiñan.

Asi mismo, en el libro citado, hablan del cese del sitio de Barcelona por las tropas francesas, a consecuencia de la victoria naval española.

La batalla esta descrita con muchos detalles en el libro de Agustin Rodriguez Gonzalez, y no se lo que dice Duro al respeto.
Pero vamos, que las consecuencias cambian al 100% segun las fuentes.


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Matthias Caracciolo
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Mensaje por Matthias Caracciolo »

La idea de 15 navíos españoles hundidos debe de proceder de la narración de la batalla que hizo Miguel Parets, un conocido cronista catalán de la época que contempló la batalla desde Barcelona y que escribió estas líneas: "Súpose que al enemigo se le habían disminuido 16 velas, ora sea retirándose á repararse en los puertos ó echadas á fondo, porque la vimos con 50 velas al venir, y al entrar en Mahó sólo eran 34.

De pérdidas confirmadas solo puedo mencionar dos galeones por parte española, el Santo Tomás de Aquino, que fue capturado, y el Magladena, que quemó; y uno por parte francesa, el Galion-de-Guise, que se quemó con el Magladena cuando ambos se engancharon con un brulote francés. No parece probable que se perdiera ningún gran navío además de esos tres. Sí algunos brulotes, tres españoles, y seguramente varios franceses, ya que al Duque de Fronsac le gustaba utilizarlos.

Sobre el asunto del Rosellón... La misión de la flota española en aquella expedición era básicamente llevar refuerzos humanos y materiales a dos puertos catalanes prácticamente aislados en manos españolas: Rosas y Collioure, y socorrer Perpiñán a través de este último. El gran objetivo del cardenal Richelieu en Cataluña era tomar Perpiñán, y el de Olivares, evitar su caída. Por eso se envió la armada, ya que en marzo se había intentado socorrer la ciudad por tierra con funestos resultados.

Rosas fue efectivamente avituallada y siguió en manos españolas hasta 1645, pero Collioure cayó en abril y Perpiñán en septiembre.


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Mensaje por DRA »

Pues no se, el señor Gonzalez nos dice que los franceses perdieron otros 3 navios ademas del de Cangé. Y que su flota se retiro a sus bases, obteniendo la flota española el control del mar.
Lo que aprovecho para avituallar las citadas plazas.

Informaciones confirmadas por el Cesareo Fernandez Duro...


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Mensaje por Matthias Caracciolo »

Si, ya sé que dicen que los franceses perdieron cuatro navíos, pero yo solo puedo ponerle nombre a uno, por eso digo bajas confirmadas. En sus propias fuentes los franceses dicen haber hundido 5 o seis navíos, pero aparte de los dos ya mencionados, no he encontrado historiador capaz de poner nombre a los otros tres o cuatro. Con una galera o un brulote pase, pero con navíos de 800 toneladas y 40 cañones llama un poco la atención. Si te fijas en cualquier otra batalla naval de la época, sucede más o menos lo mismo.


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Matthias Caracciolo
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Re: Victorias y tropiezos navales

Mensaje por Matthias Caracciolo »

Aprovecho que he podido acceder a nuevas fuentes primarias sobre el combate de Barcelona para rematar lo dicho: que fue una acción típica de la guerra galana, sin un vencedor claro y exagerada por ambos contendientes. Me quedo con las palabras de Pedro Gil, cabo de escuadra abordo del barcoluengo de la capitana española, para describir el resultado de la batalla: "nuestra armada amedrentada de las naos de fuego se retiró a Mallorca, como la del enemigo se fué huyendo sin farol." De las pérdidas no puedo decir más: unos y otros reclaman ingenuamente el hundimiento de 4, 5 o hasta 10 navíos enemigos al no "verlos parecer al día siguiente". Lo más seguro: dos galeones españoles, uno francés, y varios brulotes. En cuanto a pérdidas humanas, probablemente fueron superiores las francesas, pues a la quema del Galion de Guise hay que sumarle el hecho de que en una de las acciones parciales de la batalla, varias galeras francesas trataron de abordar sin éxito tres navíos españoles que se habían separado del resto y sufrieron grandes daños.


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Geromin
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Victorias y tropiezos navales

Mensaje por Geromin »

No sabia muy bien donde colocar el siguiente relato, asi que lo coloco aqui.

El sable y el granadero

Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte

Hoy toca vieja batallita. Con ésta, además, saldo una deuda. O lo intento. Iba en tren cuando un joven me abordó con mucha educación. Traía en la mano un objeto largo y estrecho en una funda de paño. Soy teniente de Infantería de Marina, dijo, y voy a incorporarme a un destino. También soy lector suyo desde que empecé a leer. Por eso, como éste es mi sable de oficial, quiero que lo tenga usted. Pasado mi estupor, y tras la natural resistencia a permitir que se desprendiera del sable, insistió y no hubo otra. Bajé del tren con su regalo bajo el brazo, que ahora está en mi casa, en compañía de dos docenas de sables y espadas vinculados a la historia de España de los cuatro últimos siglos. Agradecido, envié al joven un libro también un par de veces centenario, y con el acuse de recibo llegó una petición: que dedicase un artículo al granadero Martín Álvarez, infante de Marina español en el combate naval de San Vicente. Y aquí me tienen. Cumpliendo con el sable.

El 14 de febrero de 1797, una escuadra española mandada por un cobarde incompetente, el almirante Córdoba, fue derrotada por otra inglesa cerca del cabo San Vicente. A los ingleses los mandaba el almirante Jervis, que tenía menos barcos pero tripulaciones mejor adiestradas y con más ganas de pelea. Además, la escuadra española estaba mal dispuesta, mientras que los británicos conservaban la línea. De manera que nos dieron las suyas y las del pulpo. Sólo siete navíos españoles entraron en combate, y perdimos cuatro. Dos de ellos, el San José y el San Nicolás, tomados al abordaje por el Captain, con el comodoro Nelson dirigiendo el ataque. El resto de barcos españoles se dio a la fuga sin socorrer a los compañeros apresados; y si no perdimos también al Santísima Trinidad, que con Córdoba a bordo arrió bandera, fue porque el brigadier Cayetano Valdés, un duro e inteligente marino que ocho años más tarde se batiría con mucha decencia en Trafalgar, fue al rescate con su navío Pelayo, y dijo al Trinidad que o izaba la bandera de nuevo y seguía combatiendo, o lo cañoneaba.

Cayetano Valdés no fue el único español decente ese día. Y como no son precisamente los ingleses quienes mejor hablan en sus memorias de los sucios spaniards –que pasan las batallas tocando la guitarra y oliendo a ajo–, tiene aún más valor que los datos que siguen provengan de la relación de un marino llamado sir John Butler. Durante el abordaje británico del San Nicolás, el comandante don Tomás Geraldino sitúa en la toldilla, donde ondea la bandera, a un infante de marina con orden de que nadie la arríe y rinda el navío. La misión ha recaído sobre un granadero extremeño de 31 años que se llama Martín Álvarez Galán. Y a esas alturas del combate, con el navío inundado de ingleses, el comandante muerto y los oficiales rindiéndose, el granadero sigue en su puesto, sable en mano, defendiendo las drizas de la enseña porque nadie le ha dicho que se quite de ahí. Así que cuando el trozo de abordaje inglés llega a la toldilla, y el sargento mayor de marines William Morris pretende arriar la bandera, Martín Álvarez, que anda flojo de idiomas para explicarse hablando –ni siquiera sabe leer ni escribir–, le pega un sablazo al tal Morris que lo clava en un mamparo, con tal fuerza que no logra liberar el sable; así que agarra un fusil como maza, mata a golpes a un segundo oficial inglés y deja heridos a otros dos rubios antes de que lo frían a tiros. Y es ahí donde el comodoro Nelson, que ha presenciado la escena –siempre odió a los franceses, pero respetó a los españoles cuando eran caballerosos o valientes–, se porta como un hidalgo: cuando están recogiendo a los muertos para arrojarlos al mar con una bala de cañón como lastre, ordena que a Martín Álvarez lo envuelvan en la bandera que con tanto valor defendió. Y surge la sorpresa: el granadero no está muerto, sino malherido. Y lo evacuan a un hospital portugués, donde salva la vida.

Martín Álvarez volvió al mar y murió cuatro años después, tras un accidente que degeneró en tuberculosis. Se ahorró, quizás, repetir su hazaña en Trafalgar. Pero tuvo la satisfacción de ser ascendido a cabo y premiado con una pensión vitalicia de cuatro escudos mensuales. Lo que nunca supo es que, por decreto real, siempre habría un buque en la Armada española que llevaría su nombre, ni que en Gibraltar quedaría un cañón con la placa: «Hurra por el Captain, hurra por el San Nicolás, hurra por Martín Álvarez». Tampoco supo que en el Museo Naval de Londres se conservaría hasta hoy, con veneración y respeto, el sable con el que, bajo la bandera del navío vencido pero no rendido, un humilde infante de marina español clavó en un mamparo al sargento mayor William Morris.

http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma ... irma=16130

Saludos


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