
Menudo planeo
Espero poder retomar esto en breve, de momento y para que no me olvidéis...
EEUU ENTRA EN LIZAGirando y girando en el remolino
creciente, el halcón no oye al halconero;
todo se derrumba, el centro no aguanta;
mera anarquía libre por el mundo,
la ola negra de sangre, y por doquier
se ahoga la ceremonia de inocencia;
los mejores no tienen convicción,
los peores rebosan gran pasión.W.B. YeatsCon el estallido de la guerra en Europa la sociedad norteamericana se dividió en tres partes, una germanófila, otra anglófila y una tercera mayoritaria que abogaba por la neutralidad e incluso por impulsar acuerdos de paz que pusiesen fin a la locura de la guerra. Desgraciadamente pronto los sectores más extremos de esas tendencias empezaron a imponerse, principalmente entre los anglófilos que empezaron a sacar ventaja a sus contrincantes. Esto se debió principalmente a que con los Imperios Centrales bloqueados por la fuerza de la Royal Navy, el comercio con ellos empezó a escasear mientras se reforzaban los intereses norteamericanos en los países de la Entente, principalmente Reino Unido. Paralelamente a esto y a la vista de la actividad submarina alemana alrededor de las islas británicas, y los daños y victimas que ocasionaba entre los norteamericanos, los germanófilos fueron lentamente impelidos hacia el grupo de los pacifistas que por su parte estaba viendo como muchos de los antaño moderados se inclinaban cada vez más hacia la guerra.
Sería tras el hundimiento del Lusitania cuando a lo largo y ancho del país dieron inicio los primeros actos del llamado Prepardness Movement, una campaña impulsada por Leonard Wood y Theodor Roosevelt para reforzar el poder militar de los EEUU. El presidente Wilson se opuso al movimiento al principio pues era un firme defensor de la neutralidad, pero su actitud cambió a causa de la actividad submarina y de corsarios en el Atlántico. Finalmente en junio de 1916 el congreso aprobó el acta de
Defensa Nacional de 1916 , por la que se daban los primeros pasos para la preparación militar en vistas a un futuro conflicto. En ella se ampliaba el ejército hasta los 175.000 hombres y la guardia nacional hasta los 450.000, además de crear academias de oficiales en la reserva e iniciar la producción de materiales bélicos, dotándose el ejército por primera vez de una rama aérea.
Por su parte en la última década y tras reponerse de las pérdidas sufridas en el 98, la US Navy se había convertido por derecho propio en una de las armadas más poderosas del planeta, posiblemente la cuarta por detrás de la RN, KM, e IJN. Con 10 modernos acorazados y otros 6 en construcción, y 18 acorazados pre Dreadnought a los que se sumaban 12 cruceros acorazados, 27 cruceros protegidos y ligeros, 50 destructores y 25 submarinos sin duda se encontraba en disposición de enfrentar cualquier amenaza que hubiese a la vista en un futuro próximo.
A nivel político de forma lenta pero inexorable los aislacionistas pedían terreno ante aquellos que deseaban entrar en la guerra. Mientras en la calle se sucedían los actos antigermanos como la quema de libros en alemán. Pese a la oposición de los movimientos pacifistas, especialmente entre las mujeres y los predicadores protestantes, la germanofobia estaba ganando enteros a marchas forzadas. Pronto sería evidente que si la guerra se alargaba los EEUU acabarían entrando en ella de la mano de la Entente.
En primavera de 1917 la deuda del Imperio Británico con los EEUU no paraba de crecer, ascendiendo ya a más de 6.000 millones de dólares que difícilmente podrían recuperar si sus deudores eran derrotados. Para empeorar las cosas el comercio con Europa estaba sufriendo un duro varapalo a causa de la guerra. Desde el principio del conflicto los británicos habían hecho caso omiso de las reclamaciones de libertad de comercio y habían inspeccionado y desviado cuantos buques trataban de comerciar con los Imperios Centrales. Esto había supuesto un duro golpe, pero al menos los armadores conservaban sus buques y los marineros sus vidas, cosa que no siempre ocurría cuando Alemania torpedeaba mercantes norteamericanos en los alrededores de las costas inglesas.
Durante un tiempo la diplomacia había evitado que la armada alemana se lanzase a una guerra sin restricciones con sus submarinos, pero después de Jutlandia la situación se había recrudecido, y si bien los submarinos habían sido desviados en masa al mediterráneo, la aparición de los cruceros de batalla en aquellas aguas no había supuesto ninguna mejora. Con unas ordenes consistentes en destrozar todo el tráfico mercante de la isla, los cruceros de batalla no dudaron en cañonear cuanto buque aislado encontraron, hundiendo un buen número de mercantes norteamericanos, aunque estos al menos concedían a las tripulaciones tiempo para abandonar sus naves.

Poco antes, el 16 de enero el servicio de inteligencia británico había interceptado un telegrama enviado por el ministro de exteriores alemán a la embajada en México. En él se comunicaba al embajador en dicho país que tratase de acercar posturas con el gobierno mexicano en vistas a una posible alianza frente a los EEUU. Además se ofrecía a México la posibilidad de recuperar gran parte de los territorios perdidos en el siglo XIX ante la nueva potencia. Debido a esto y en una rocambolesca maniobra para evitar que los alemanes descubriesen que el servicio de inteligencia británico descifraba sus mensajes de AAEE, el contenido del telegrama fue puesto en conocimiento del gobierno de los EEUU. Cuando su contenido llego a la opinión pública el 1 de marzo las posiciones se enconaron mucho más. La guerra era prácticamente inevitable, y la caída del Zar libero a Wilson de su última reticencia, pues la intervención americana ya no supondría aliarse a una potencia no democrática. Por fin el día 3 se ordenaría armar los buques norteamericanos para enfrentar esa amenaza submarina. Tan solo restaba ya dar el último paso.
Finalmente el 3 de abril, el presidente Woodrow Wilson solicitaba oficialmente la declaración de guerra a Alemania. Una guerra que le ofrecía también la oportunidad de desquitarse de la derrota del 98 y hacerse con Cuba y Puerto Rico, islas que estaban prácticamente aisladas desde casi tres años atrás.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.