LA FRACTURA
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LA FRACTURA
A medida que pasaban los días la situación del ejército español mejoraba. Unidades francesas lo habían reemplazado en la línea del frente, y las unidades se concentraban entre Metz y Nancy, preparándose para la embestida final que acabase con Alemania.
Había muchos datos que mostraban que la situación alemana era desesperaba. Los reconocimientos aéreos mostraban que la circulación de trenes había menguado, y casi no se veían vehículos en las carreteras. Muchas fábricas habían detenido su actividad, a tenor de lo que recogían las tomas de infrarrojos. De la misma manera, las formaciones alemanas que se enfrentaban a las aliadas estaban desprovistas casi por completo de material pesado o artillería, y tenían pocas municiones; aunque, a cambio, disponían de gran número de Faustpatrone e incluso de los primeros Panzerfaust. Mala noticia para las tripulaciones de los blindados, que tendrían que ser más precavidos.
El levantamiento de Varsovia estaba planteando al general un grave problema. Desde Madrid le estaban urgiendo para que reanudase la ofensiva, pero García Martín no deseaba hacerlo sin apoyo aéreo. La aviación y los helicópteros eran sus ojos y sus puños, y no pensaba malgastar las vidas de sus soldados atacando las líneas alemanas a pecho descubierto. Gustase o no, estaba decidido a esperar hasta que mejorase el tiempo. Lo malo era que sin satélites meteorológicos y basándose en los informes de estaciones y algunos reconocimientos aéreos, la fiabilidad de las predicciones no tenía nada que ver con lo anterior a la Fractura, pero le bastaba con que le augurasen dos o tres día de buen tiempo que le permitiesen emplear el apoyo aéreo para romper el frente.
El Estado Mayor ya había preparado los planes. La concentración en Metz y Nancy no era sino una finta: iba a ser imposible mantener el secreto de la situación de las fuerzas españolas. Si los alemanes no habían dejado observadores, serían civiles partidarios de Laval los que lo delatasen, o el interrogatorio de prisioneros franceses o eslovacos. Situado allí, parecía que su intención sería forzar el cruce del Rin, seguramente por Karlsruhe, y luego invadir Baviera. Para reforzar esa idea, había ordenado intensificar los reconocimientos aéreos y los bombardeos en el sector, pero sin tocar los principales puentes. Ya solo era cuestión que en Berlín sumasen dos y dos y obtuviesen cinco.
Porque la ofensiva de García Martín iba a ser en otro sector. Las unidades de construcción habían estado mejorando las carreteras en el norte de Francia y reforzando los puentes. En cuanto tuviese una predicción de buen tiempo, aprovecharía la movilidad de sus tropas para trasladarlas hasta Namur, tras pasar por Verdún y Charleroi. Era un desplazamiento de trescientos kilómetros similar al efectuado por la Coalición en la Guerra del Golfo, y esperaba que en dos días llegase un cuerpo acorazado a Namur. Entonces debía romper las líneas alemanas para dirigirse hacia Aquisgrán y luego al Rin, rodeando por el norte el bosque de Hurtgen. Una vez en el Rin intentaría cruzarlo a la altura de Dusseldorf. Mientras los ingleses tendrían que moverse a su izquierda. En una fase siguiente, que dependería de la resistencia alemana, seguiría hacia Berlín. Si la resistencia alemana era fuerte, antes de seguir más allá del Rin limpiaría la orilla izquierda, intentando destruir a las fuerzas alemanas.
Sin embargo los pronósticos hablaban de mal tiempo que duraría por lo menos dos semanas más. Mientras seguiría acumulando municiones, construyendo bases aéreas, y mejorando las comunicaciones. También, preparándose para cualquier contrataque desesperado alemán.
Había muchos datos que mostraban que la situación alemana era desesperaba. Los reconocimientos aéreos mostraban que la circulación de trenes había menguado, y casi no se veían vehículos en las carreteras. Muchas fábricas habían detenido su actividad, a tenor de lo que recogían las tomas de infrarrojos. De la misma manera, las formaciones alemanas que se enfrentaban a las aliadas estaban desprovistas casi por completo de material pesado o artillería, y tenían pocas municiones; aunque, a cambio, disponían de gran número de Faustpatrone e incluso de los primeros Panzerfaust. Mala noticia para las tripulaciones de los blindados, que tendrían que ser más precavidos.
El levantamiento de Varsovia estaba planteando al general un grave problema. Desde Madrid le estaban urgiendo para que reanudase la ofensiva, pero García Martín no deseaba hacerlo sin apoyo aéreo. La aviación y los helicópteros eran sus ojos y sus puños, y no pensaba malgastar las vidas de sus soldados atacando las líneas alemanas a pecho descubierto. Gustase o no, estaba decidido a esperar hasta que mejorase el tiempo. Lo malo era que sin satélites meteorológicos y basándose en los informes de estaciones y algunos reconocimientos aéreos, la fiabilidad de las predicciones no tenía nada que ver con lo anterior a la Fractura, pero le bastaba con que le augurasen dos o tres día de buen tiempo que le permitiesen emplear el apoyo aéreo para romper el frente.
El Estado Mayor ya había preparado los planes. La concentración en Metz y Nancy no era sino una finta: iba a ser imposible mantener el secreto de la situación de las fuerzas españolas. Si los alemanes no habían dejado observadores, serían civiles partidarios de Laval los que lo delatasen, o el interrogatorio de prisioneros franceses o eslovacos. Situado allí, parecía que su intención sería forzar el cruce del Rin, seguramente por Karlsruhe, y luego invadir Baviera. Para reforzar esa idea, había ordenado intensificar los reconocimientos aéreos y los bombardeos en el sector, pero sin tocar los principales puentes. Ya solo era cuestión que en Berlín sumasen dos y dos y obtuviesen cinco.
Porque la ofensiva de García Martín iba a ser en otro sector. Las unidades de construcción habían estado mejorando las carreteras en el norte de Francia y reforzando los puentes. En cuanto tuviese una predicción de buen tiempo, aprovecharía la movilidad de sus tropas para trasladarlas hasta Namur, tras pasar por Verdún y Charleroi. Era un desplazamiento de trescientos kilómetros similar al efectuado por la Coalición en la Guerra del Golfo, y esperaba que en dos días llegase un cuerpo acorazado a Namur. Entonces debía romper las líneas alemanas para dirigirse hacia Aquisgrán y luego al Rin, rodeando por el norte el bosque de Hurtgen. Una vez en el Rin intentaría cruzarlo a la altura de Dusseldorf. Mientras los ingleses tendrían que moverse a su izquierda. En una fase siguiente, que dependería de la resistencia alemana, seguiría hacia Berlín. Si la resistencia alemana era fuerte, antes de seguir más allá del Rin limpiaría la orilla izquierda, intentando destruir a las fuerzas alemanas.
Sin embargo los pronósticos hablaban de mal tiempo que duraría por lo menos dos semanas más. Mientras seguiría acumulando municiones, construyendo bases aéreas, y mejorando las comunicaciones. También, preparándose para cualquier contrataque desesperado alemán.
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LA FRACTURA
Madrid, Ciudad Universitaria, C/ Leonardo Prieto Castro, 8, Sede Central de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Enero de 1942
Y allí estábamos, por fín, despues de tanto trabajo, más de un año, una reunión interministerial e interdeparmental simultanea, toda esta gente va a pasarse el día entero aquí, había representantes de casi cualquier organismo estatal, normal por cuanto una de nuestras principales responsabilidades es, como recogen nuestros estatutos, la del "Suministro de información meteorológica necesaria para la defensa nacional" y somos un activo estratégico de primer nivel. el salon de actos estaba abarrotado y la incomodidad de las butacas para todos aquellos que pretendían tomar notas de la exposición era patente.
Bueno, al toro.
- Buenos días a todos, mi nombre es Antonio Delgado Torras y he sido nombrado portavoz del Departamente de Infraestructuras y Sistemas de la AEMET* para esta reunión. Los representantes de Medio Ambiente, Defensa y Fomento, Aviación Civil, Hacienda y algún otro organismo al que he estado molestando el último año y pico ya me conocerán, espero que en esta reunión preliminar por fin se hagan una visión en conjunto del objeto de nuestros desvelos, sé que en algunos departamentos han llegado a asignarme en exclusiva motes como "el plasta" o "el pedigüeño", hoy lo entenderán.
Para poner en antecedentes a los representantes que no hayan estado al tanto de las reuniones previas, empezaré con una breve relación de lo ocurrido tras la Fractura en esta casa, se les ha entregado a todos un dossier y una presentación con la que podrán seguir la exposición, si alguien no lo ha recibido ahí en la entrada están varios compañeros con copias:
Bien, al producirse la fractura, nos encontramos de golpe con una ceguera casi total en la Agencia. La conexión con EUMETSAT* se cortó, el sistema ARGOS* que transfería los datos de los satélites de órbita polar y las estaciones meteorológicas se cortó, los Meteosat, los satelites del NOAA*, los de MetOp*, los datos de AMDAR*, todo desapareció.
Incluso durante los primeros días, perdimos gran parte de la entrada de datos de las estaciones meteorológicas dentro de territorio español puesto que estaban integradas en ARGOS. Es decir, nos quedamos prácticamente ciegos en un momento en el que necesitabamos datos desesperadamente.
En un primer momento, los departamentos de Infraestructuras y de Desarrollo de Aplicaciones hicieron un gran esfuerzo por reorganizar la recogida de datos automatizada de la red desplegada, en cuanto las 66 Oficinas Meteorológicas desplegadas en los Aeropuertos y Bases Aereas, las delegaciones autonómicas y los Observatorios Meteorológicos no hubo mayor problema, puesto que la red interna de comunicaciones que conecta directamente todas estas instalaciones no sufrió más daños que el corte de la conexión con las instalaciones de Tenerife.
Los C-212 Instrumentados del INTA fueron de gran ayuda en un primer momento, sobre todo el equipo de teledetección hiperespectral del C-212-200 EC-DUQ*, hasta que se ordenó varar en tierra los aviones y finalmente transferirlos a defensa, a este respecto quiero dejar claro, para todos aquellos que han sufrido nuestras quejas en el último año, que lo que más nos dolió en esta casa no fue la transferencia de los medios aereos, sino que se nos negase el acceso a los datos instrumentales.
Pese a todo, agradecemos a Defensa que finalmente devolviese gran parte del instrumental al INTA, aunque se haya quedado con los C-212 y con el sensor hiperespectral CASI 1500i*, que era el más compacto y por tanto el que más rápida y fácilmente hubieramos podido instalar en los nuevos aviones civiles que nos cedieron..(Murmullos en la sala)... Muchos ya me conocen, no puedo callarme las cosas.
La pérdida de la red GPS, por el contrario, no supuso un problema inicialmente, ya que perdidos los sistemas dependientes como AMDAR ya no era necesario, como ya saben por estar en uso desde hace unos meses, tienen más información detallada en su dossier, junto con Fomento, Defensa y Aviación Civil, hemos conseguido redesplegar y ampliar el sistema DGPS* de estaciones en tierra... La restricción de vuelos de prueba y la negativa a compartir los datos de vuelo de Defensa nos ha retrasado, pero podemos decir que el sistema está afinado y puede ser ampliado.
Ahora vamos a lo importante, sé que muchos de ustedes, por distintas razones, lo están esperando, una vez tengan la documentación mis compañeros comenzarán la exposición y responderán a sus preguntas.
Pablo, por favor, repartid las copias del memorando de despliegue y el histórico.
Varios miembros de AEMET comenzaron a repartir dos nuevos dossieres, de títulos:
"Aircraft Meteorological Data Relay (AMDAR),
Informe de Rediseño e integración ACARS - SATCOM
Posicionamiento DGPS - DOPPLERSAT
Conclusiones del programa de pruebas
Plan de Implementación y despliegue."
"SISTEMA PREDICTIVO METEOROLÓGICO COMPARATIVO,
la predicción meteorológica ante la existencia de registros históricos meteorológicos y climáticos alterados por un único evento estudiado y computable:
Fundamentos - Requisitos de implementación y Despliegue - Necesidades - Modelos de Datos - Modelos computacionales - Herramientas de Simulación - Resultados Preliminares"
NO PUEDO PONER ENLACES, así que no puedo postear algunas referencias que tenía.
Y allí estábamos, por fín, despues de tanto trabajo, más de un año, una reunión interministerial e interdeparmental simultanea, toda esta gente va a pasarse el día entero aquí, había representantes de casi cualquier organismo estatal, normal por cuanto una de nuestras principales responsabilidades es, como recogen nuestros estatutos, la del "Suministro de información meteorológica necesaria para la defensa nacional" y somos un activo estratégico de primer nivel. el salon de actos estaba abarrotado y la incomodidad de las butacas para todos aquellos que pretendían tomar notas de la exposición era patente.
Bueno, al toro.
- Buenos días a todos, mi nombre es Antonio Delgado Torras y he sido nombrado portavoz del Departamente de Infraestructuras y Sistemas de la AEMET* para esta reunión. Los representantes de Medio Ambiente, Defensa y Fomento, Aviación Civil, Hacienda y algún otro organismo al que he estado molestando el último año y pico ya me conocerán, espero que en esta reunión preliminar por fin se hagan una visión en conjunto del objeto de nuestros desvelos, sé que en algunos departamentos han llegado a asignarme en exclusiva motes como "el plasta" o "el pedigüeño", hoy lo entenderán.
Para poner en antecedentes a los representantes que no hayan estado al tanto de las reuniones previas, empezaré con una breve relación de lo ocurrido tras la Fractura en esta casa, se les ha entregado a todos un dossier y una presentación con la que podrán seguir la exposición, si alguien no lo ha recibido ahí en la entrada están varios compañeros con copias:
Bien, al producirse la fractura, nos encontramos de golpe con una ceguera casi total en la Agencia. La conexión con EUMETSAT* se cortó, el sistema ARGOS* que transfería los datos de los satélites de órbita polar y las estaciones meteorológicas se cortó, los Meteosat, los satelites del NOAA*, los de MetOp*, los datos de AMDAR*, todo desapareció.
Incluso durante los primeros días, perdimos gran parte de la entrada de datos de las estaciones meteorológicas dentro de territorio español puesto que estaban integradas en ARGOS. Es decir, nos quedamos prácticamente ciegos en un momento en el que necesitabamos datos desesperadamente.
En un primer momento, los departamentos de Infraestructuras y de Desarrollo de Aplicaciones hicieron un gran esfuerzo por reorganizar la recogida de datos automatizada de la red desplegada, en cuanto las 66 Oficinas Meteorológicas desplegadas en los Aeropuertos y Bases Aereas, las delegaciones autonómicas y los Observatorios Meteorológicos no hubo mayor problema, puesto que la red interna de comunicaciones que conecta directamente todas estas instalaciones no sufrió más daños que el corte de la conexión con las instalaciones de Tenerife.
Los C-212 Instrumentados del INTA fueron de gran ayuda en un primer momento, sobre todo el equipo de teledetección hiperespectral del C-212-200 EC-DUQ*, hasta que se ordenó varar en tierra los aviones y finalmente transferirlos a defensa, a este respecto quiero dejar claro, para todos aquellos que han sufrido nuestras quejas en el último año, que lo que más nos dolió en esta casa no fue la transferencia de los medios aereos, sino que se nos negase el acceso a los datos instrumentales.
Pese a todo, agradecemos a Defensa que finalmente devolviese gran parte del instrumental al INTA, aunque se haya quedado con los C-212 y con el sensor hiperespectral CASI 1500i*, que era el más compacto y por tanto el que más rápida y fácilmente hubieramos podido instalar en los nuevos aviones civiles que nos cedieron..(Murmullos en la sala)... Muchos ya me conocen, no puedo callarme las cosas.
La pérdida de la red GPS, por el contrario, no supuso un problema inicialmente, ya que perdidos los sistemas dependientes como AMDAR ya no era necesario, como ya saben por estar en uso desde hace unos meses, tienen más información detallada en su dossier, junto con Fomento, Defensa y Aviación Civil, hemos conseguido redesplegar y ampliar el sistema DGPS* de estaciones en tierra... La restricción de vuelos de prueba y la negativa a compartir los datos de vuelo de Defensa nos ha retrasado, pero podemos decir que el sistema está afinado y puede ser ampliado.
Ahora vamos a lo importante, sé que muchos de ustedes, por distintas razones, lo están esperando, una vez tengan la documentación mis compañeros comenzarán la exposición y responderán a sus preguntas.
Pablo, por favor, repartid las copias del memorando de despliegue y el histórico.
Varios miembros de AEMET comenzaron a repartir dos nuevos dossieres, de títulos:
"Aircraft Meteorological Data Relay (AMDAR),
Informe de Rediseño e integración ACARS - SATCOM
Posicionamiento DGPS - DOPPLERSAT
Conclusiones del programa de pruebas
Plan de Implementación y despliegue."
"SISTEMA PREDICTIVO METEOROLÓGICO COMPARATIVO,
la predicción meteorológica ante la existencia de registros históricos meteorológicos y climáticos alterados por un único evento estudiado y computable:
Fundamentos - Requisitos de implementación y Despliegue - Necesidades - Modelos de Datos - Modelos computacionales - Herramientas de Simulación - Resultados Preliminares"
NO PUEDO PONER ENLACES, así que no puedo postear algunas referencias que tenía.
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LA FRACTURA
Sin embargo había un signo ominoso: las unidades SS alemanas habían desaparecido del frente. Hasta ahora, Hitler había actuado siguiendo, más o menos, lo hecho durante los últimos años de la guerra: favorecer a las SS, fieles al partido, y relegar al ejército. No parecía probable que hubiese cambiado su actitud. Si la Waffen SS se había esfumado no sería por haber sido disgregada, sino porque se estaba reuniendo un ejército SS que estaría siendo equipado con lo mejor que saliese de las factorías alemanas.
Al general no le preocupaban demasiado las armas que pudiesen llevar: no había ningún tanque que pudiese batir a un Leopardo o un Lince, ni siquiera los SU-152 de origen soviético que los alemanes habían usado en los Pirineos. Solo algunos cañones navales tenían la potencia necesaria para dañar un tanque pesado español, y esas armas, aunque se desplegasen, serían muy pocas. Más preocupante le parecía la proliferación de armas antiaéreas automáticas. Inútiles contra los reactores, poco peligrosas para los cazabombarderos, pero mucho para los helicópteros que, como el general sabía, habían sido más importantes en el avance que los tanques. En lo sucesivo iba a tener que ser mucho más precavido con sus fuerzas aeromóviles.
Pero lo realmente importante no era el armamento que pudiese tener el ejército SS, sino lo que Hitler pensaba hacer con él. Lo sensato (aparte de la rendición) sería apostarlo para contratacar el flanco aliado, preferiblemente si era el francés o el inglés. Pero García Martín se temía que el dictador alemán se lo juzgase todo a una carta, como en la anterior línea temporal había hecho en las Ardenas o en el lago Balatón.
Ojalá lo hiciese, pensó. Resultaría mucho más fácil destruir un ejército alemán en una gran batalla defensiva, que tener que combatir por cada pueblo y por cada río. Si los alemanes le hacían el favor de contratacar, podría aniquilarlos al este del Rin, y luego el avance por el resto de Alemania sería un paseo. Siempre que el contrataque alemán, si se producía, no le pillase a contrapié. Además el temporal que parecía avecinarse seguramente animaría a Hitler, que al menos en la anterior línea temporal nunca se resignó a combatir a la defensiva. Por si acaso, había ordenado a su Estado Mayor que se empapase de las batallas de las Ardenas y de Balatón. Si el dictador alemán pasaba a la contraofensiva, aunque no siguiese el mismo plan de operaciones, seguramente adoptaría procedimientos similares. Habría que estar atentos ante infiltraciones de comandos, y preparados para cualquier ataque contra los aeródromos, sobre todo el de Nancy, el más expuesto. Aunque si los alemanes lo intentaban tal vez descubriesen un par de cosas sobre los modernos sistemas de defensa antiaérea.
Hitler tenía varias posibilidades. Había que tener en cuenta, pensó García Martín, que en Berlín estarían casi ayunos de información: lo único que se sabría era lo que comunicasen sus patrullas. La única división española que seguía en primera línea era la Sagunto, y el general resolvió dejarla ahí por ahora. Entre su presencia, y lo que les llegase de la concentración en Metz, seguramente los alemanes pensasen que España tenía su ejército en Alsacia.
Por eso no creía que Hitler contratacase por allí. Además la línea de los Vosgos daba una posición defensiva excelente a los franceses. Más valía que fuese así porque en caso de un gran ataque alemán, García Martín no iba a enviar ni un solo tanque a Alsacia. Si previamente había atacado los pasos de Belfort y Saverne, era para intentar cercar a Von Manstein, maniobra que por desgracia no había funcionado. Como ahora no pensaba seguir avanzando por allí, estaba dispuesto incluso a ceder toda Alsacia. Con lo único que podrían contar los franceses sería con apoyo aéreo.
Otra cuestión era el ala izquierda aliada. Aunque los ingleses estaban mejor preparados que los franceses, y tenían más y mejor armamento, seguían moviéndose por Bélgica con su extraña táctica, que aunaba precauciones exageradas y alocadas cargas. Su último logro había sido una ofensiva en Lovaina, destinada, según decían, a llegar a Hasselt y el Canal Alberto. Lo habían hecho horrorosamente. La infantería había quedado paralizada por unas pocas ametralladoras, y entonces Wavell había lanzado sus tanques en una carga absurda que recordaba a la de Balaclava. Una brigada de tanques Valentine había sido aniquilada por unos pocos ‘88’, y para rematarlo, otra brigada de tanques Sherman, que tenía que rodear las defensas, se había enzarzado en una pelea de perros con algunos tanques alemanes y había sido casi destruida. García Martín pensaba que él podía dar un uso mucho mejor a los ciento cincuenta tanques que los ingleses habían malgastado en dos días.
El ejército inglés, meditó, podía ser un objetivo muy apetecible para Hitler, pues destruir parte inglés sería un éxito propagandístico, y el terreno llano de Bélgica lo permitiría. Tal vez estuviese pensando en recuperar Amberes, aunque en esta línea temporal no tuviese ninguna utilidad. Además, el ejército español, al menos según creerían en Berlín, tardaría varios días en poder apoyar a los británicos. Con todo, García Martín creía que no era probable que los ingleses sufriesen el ataque, aunque iba a ordenar a su Estado Mayor que preparase una operación de socorro, también partiendo desde Namur. Pero dirigiéndose no hacia Aquisgrán sino en dirección norte o noroeste, para caer sobre el flanco alemán y atraparlo contra el río Waal.
Pero el general pensaba que el objetivo más probable de Hitler sería el centro. Era allí donde había plantado el cebo: el ejército de Eslovaquia, al que seguramente el dictador alemán querría castigar. Las patrullas habían encontrado bastantes eslovacos colgados de los árboles, con letreros que los acusaban de traidores. Se trataba, además, del elemento menos confiable de los aliados, pues era un ejército mal armado y desmoralizado. Además los eslovacos vigilaban las estribaciones al sur de las Ardenas, unas colinas que seguramente traerían a la mente de Hitler su anterior éxito. No sería de extrañar que el OKW creyese que el terreno cubierto facilitaría la concentración de las tropas. Una vez destruido el ejército eslovaco, los alemanes podrían repetir el “golpe de hoz” de 1940 y rodear al ejército británico.
Como no quería dejarse sorprender, García Martín había ordenado incrementar los reconocimientos aéreos. De día, con reactores o con bimotores Águila, a sabiendas que los alemanes intentarían permanecer ocultos. Pero de noche se iban a efectuar con cámaras térmicas y desde alta cota, de tal manera que los alemanes no supiesen que eran vigilados. Si el mal tiempo dificultaba las observaciones aéreas, usaría el as que tenía la manga: los grupos de operaciones especiales. Equipos del Tercio del Ampurdán se estaban infiltrando en las Ardenas para observar los movimientos alemanes.
Con todo, si García Martín dejaba solos a los eslovacos era probable que alguien en Berlín se oliese la trampa. Por eso los había reforzado con la división acorazada polaca del general Maczek. Tanto para ingleses como para alemanes el prestigio de los polacos era nulo, pero el general español sabía que la división era una fuerza excelente, muy motivada, y estaba mandada por uno de los mejores jefes aliados.
García Martín había impartido las órdenes a sus subordinados. En caso de ser atacado, el cuerpo eslovaco mandado por el general Agustín Malár tenía que retirarse hacia el sur, hacia el río Semois, manteniendo su cohesión, aunque tuviese que perder el contacto con los ingleses a su izquierda. La división acorazada de Maczek tenía que conservar los pasos del río. Eso dejaría una gran brecha entre Sedán y Dinant. A ver si había suerte y los alemanes intentaban meterse por allí.
Al general no le preocupaban demasiado las armas que pudiesen llevar: no había ningún tanque que pudiese batir a un Leopardo o un Lince, ni siquiera los SU-152 de origen soviético que los alemanes habían usado en los Pirineos. Solo algunos cañones navales tenían la potencia necesaria para dañar un tanque pesado español, y esas armas, aunque se desplegasen, serían muy pocas. Más preocupante le parecía la proliferación de armas antiaéreas automáticas. Inútiles contra los reactores, poco peligrosas para los cazabombarderos, pero mucho para los helicópteros que, como el general sabía, habían sido más importantes en el avance que los tanques. En lo sucesivo iba a tener que ser mucho más precavido con sus fuerzas aeromóviles.
Pero lo realmente importante no era el armamento que pudiese tener el ejército SS, sino lo que Hitler pensaba hacer con él. Lo sensato (aparte de la rendición) sería apostarlo para contratacar el flanco aliado, preferiblemente si era el francés o el inglés. Pero García Martín se temía que el dictador alemán se lo juzgase todo a una carta, como en la anterior línea temporal había hecho en las Ardenas o en el lago Balatón.
Ojalá lo hiciese, pensó. Resultaría mucho más fácil destruir un ejército alemán en una gran batalla defensiva, que tener que combatir por cada pueblo y por cada río. Si los alemanes le hacían el favor de contratacar, podría aniquilarlos al este del Rin, y luego el avance por el resto de Alemania sería un paseo. Siempre que el contrataque alemán, si se producía, no le pillase a contrapié. Además el temporal que parecía avecinarse seguramente animaría a Hitler, que al menos en la anterior línea temporal nunca se resignó a combatir a la defensiva. Por si acaso, había ordenado a su Estado Mayor que se empapase de las batallas de las Ardenas y de Balatón. Si el dictador alemán pasaba a la contraofensiva, aunque no siguiese el mismo plan de operaciones, seguramente adoptaría procedimientos similares. Habría que estar atentos ante infiltraciones de comandos, y preparados para cualquier ataque contra los aeródromos, sobre todo el de Nancy, el más expuesto. Aunque si los alemanes lo intentaban tal vez descubriesen un par de cosas sobre los modernos sistemas de defensa antiaérea.
Hitler tenía varias posibilidades. Había que tener en cuenta, pensó García Martín, que en Berlín estarían casi ayunos de información: lo único que se sabría era lo que comunicasen sus patrullas. La única división española que seguía en primera línea era la Sagunto, y el general resolvió dejarla ahí por ahora. Entre su presencia, y lo que les llegase de la concentración en Metz, seguramente los alemanes pensasen que España tenía su ejército en Alsacia.
Por eso no creía que Hitler contratacase por allí. Además la línea de los Vosgos daba una posición defensiva excelente a los franceses. Más valía que fuese así porque en caso de un gran ataque alemán, García Martín no iba a enviar ni un solo tanque a Alsacia. Si previamente había atacado los pasos de Belfort y Saverne, era para intentar cercar a Von Manstein, maniobra que por desgracia no había funcionado. Como ahora no pensaba seguir avanzando por allí, estaba dispuesto incluso a ceder toda Alsacia. Con lo único que podrían contar los franceses sería con apoyo aéreo.
Otra cuestión era el ala izquierda aliada. Aunque los ingleses estaban mejor preparados que los franceses, y tenían más y mejor armamento, seguían moviéndose por Bélgica con su extraña táctica, que aunaba precauciones exageradas y alocadas cargas. Su último logro había sido una ofensiva en Lovaina, destinada, según decían, a llegar a Hasselt y el Canal Alberto. Lo habían hecho horrorosamente. La infantería había quedado paralizada por unas pocas ametralladoras, y entonces Wavell había lanzado sus tanques en una carga absurda que recordaba a la de Balaclava. Una brigada de tanques Valentine había sido aniquilada por unos pocos ‘88’, y para rematarlo, otra brigada de tanques Sherman, que tenía que rodear las defensas, se había enzarzado en una pelea de perros con algunos tanques alemanes y había sido casi destruida. García Martín pensaba que él podía dar un uso mucho mejor a los ciento cincuenta tanques que los ingleses habían malgastado en dos días.
El ejército inglés, meditó, podía ser un objetivo muy apetecible para Hitler, pues destruir parte inglés sería un éxito propagandístico, y el terreno llano de Bélgica lo permitiría. Tal vez estuviese pensando en recuperar Amberes, aunque en esta línea temporal no tuviese ninguna utilidad. Además, el ejército español, al menos según creerían en Berlín, tardaría varios días en poder apoyar a los británicos. Con todo, García Martín creía que no era probable que los ingleses sufriesen el ataque, aunque iba a ordenar a su Estado Mayor que preparase una operación de socorro, también partiendo desde Namur. Pero dirigiéndose no hacia Aquisgrán sino en dirección norte o noroeste, para caer sobre el flanco alemán y atraparlo contra el río Waal.
Pero el general pensaba que el objetivo más probable de Hitler sería el centro. Era allí donde había plantado el cebo: el ejército de Eslovaquia, al que seguramente el dictador alemán querría castigar. Las patrullas habían encontrado bastantes eslovacos colgados de los árboles, con letreros que los acusaban de traidores. Se trataba, además, del elemento menos confiable de los aliados, pues era un ejército mal armado y desmoralizado. Además los eslovacos vigilaban las estribaciones al sur de las Ardenas, unas colinas que seguramente traerían a la mente de Hitler su anterior éxito. No sería de extrañar que el OKW creyese que el terreno cubierto facilitaría la concentración de las tropas. Una vez destruido el ejército eslovaco, los alemanes podrían repetir el “golpe de hoz” de 1940 y rodear al ejército británico.
Como no quería dejarse sorprender, García Martín había ordenado incrementar los reconocimientos aéreos. De día, con reactores o con bimotores Águila, a sabiendas que los alemanes intentarían permanecer ocultos. Pero de noche se iban a efectuar con cámaras térmicas y desde alta cota, de tal manera que los alemanes no supiesen que eran vigilados. Si el mal tiempo dificultaba las observaciones aéreas, usaría el as que tenía la manga: los grupos de operaciones especiales. Equipos del Tercio del Ampurdán se estaban infiltrando en las Ardenas para observar los movimientos alemanes.
Con todo, si García Martín dejaba solos a los eslovacos era probable que alguien en Berlín se oliese la trampa. Por eso los había reforzado con la división acorazada polaca del general Maczek. Tanto para ingleses como para alemanes el prestigio de los polacos era nulo, pero el general español sabía que la división era una fuerza excelente, muy motivada, y estaba mandada por uno de los mejores jefes aliados.
García Martín había impartido las órdenes a sus subordinados. En caso de ser atacado, el cuerpo eslovaco mandado por el general Agustín Malár tenía que retirarse hacia el sur, hacia el río Semois, manteniendo su cohesión, aunque tuviese que perder el contacto con los ingleses a su izquierda. La división acorazada de Maczek tenía que conservar los pasos del río. Eso dejaría una gran brecha entre Sedán y Dinant. A ver si había suerte y los alemanes intentaban meterse por allí.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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LA FRACTURA
ESTACIÓN PERMANENTE DE POSICIONAMIENTO ERGNSS DE JACA.
Longitud 0º 43' 35,50002" Latitud 42º 34' 02,41549" Altitud Ortométrica 678 metros sobre el nivel del mar, Altitud elipsoidal 738.940 metros.
Aerodromo de Santa Cilia de Jaca, Enero de 1942, 11:22 de la mañana.
Pedro Varela no había pasado tanto frio en toda su vida, había que ser muy cabrito para largarse con el camión y obligarle a estar allí durante tantas horas, plantado al lado del pilar de hormigón pintado de blanco del punto geodésico del aeródromo de Santa Cilia, con el equipo de diagnóstico para comprobar las últimas correcciones del sistema de posicioamiento terreste con el que se había sustituído la red de apoyo terrestre DGPS, es que ni siquiera se ve al personal militar que queda en el aeródromo a la intemperie a esas horas... ya me las pagará, pensaba Pedro, como decían sus viejos, "No hay día que no llegue, ni plazo que no se cumpla".
Tenían que comprobar el funcionamiento del sistema, una vez más, puesto que habían estado todo el año anterior desplegando una red terrestre, basada en las estaciones de referencia portables DGPS, combinadas con las estaciones fijas GNSS y las antenas geodésicas, que imitase en lo posible a las redes GPS, GLONASS o GALILEO, que pudiese complementarse con telemetría Doppler Satelital para aplicaciones críticas y militares. No dejaba de ser una red de radiobalizas... pero al mismo tiempo era algo mucho más complejo.
El sistema era muy ingenioso, se partió de la premisa de que era necesario aprovechar los protocolos y equipamiento instalado y disponble para que funcionase de forma transparente como los sistemas de posicionamiento por satélite de antes de la fractura, y funcionaba, a partir de la red de vértices geodésicos, ampliando las estaciones fijas del Servicio de posicionamiento diferencial y los de la red REGENTE, se había conseguido una precisión excelente, obviamente no habíamos alcanzado la precisión de 1 cm que tenia la red GNSS, ni siquiera los 5 cm de la REGENTE, pero estabamos dentro de los 8 cm que antes de la fractura se obtenían en la Red de Orden Inferior (ROI), ajustada a ETRS89 ya que no se podía usar el "moderno" ITRS2000 para este despliegue...
Bueno, ya está bien, pensó Pedro, me voy a congelar, los aviones ya han pasado, los logs de los tests y los registros de medición contínua están descargados y comprobados por el programa de diagnóstico... hay más datos aquí de los podamos revisar en días, todo sin desvíos.
Ahora, sus preocupaciones se centrarán en el próximo despliegue en Francia, llevan semanas avisados de que pronto tendrán que desplazarse a Francia e Inglaterra con los equipos de topografía, construcción, etc, a expandir la red, pero, pensaba Pedro, perderemos precisión, Francia no está cartografiada como España, habrá que revisar y desplegar vértices geodésicos, no hay ortometría... va a ser muy complicado...
- ¡Maldita sea!, me estoy congelando, ya verás cuando vuelvan con el camión, ¡me van a oír!.
Longitud 0º 43' 35,50002" Latitud 42º 34' 02,41549" Altitud Ortométrica 678 metros sobre el nivel del mar, Altitud elipsoidal 738.940 metros.
Aerodromo de Santa Cilia de Jaca, Enero de 1942, 11:22 de la mañana.
Pedro Varela no había pasado tanto frio en toda su vida, había que ser muy cabrito para largarse con el camión y obligarle a estar allí durante tantas horas, plantado al lado del pilar de hormigón pintado de blanco del punto geodésico del aeródromo de Santa Cilia, con el equipo de diagnóstico para comprobar las últimas correcciones del sistema de posicioamiento terreste con el que se había sustituído la red de apoyo terrestre DGPS, es que ni siquiera se ve al personal militar que queda en el aeródromo a la intemperie a esas horas... ya me las pagará, pensaba Pedro, como decían sus viejos, "No hay día que no llegue, ni plazo que no se cumpla".
Tenían que comprobar el funcionamiento del sistema, una vez más, puesto que habían estado todo el año anterior desplegando una red terrestre, basada en las estaciones de referencia portables DGPS, combinadas con las estaciones fijas GNSS y las antenas geodésicas, que imitase en lo posible a las redes GPS, GLONASS o GALILEO, que pudiese complementarse con telemetría Doppler Satelital para aplicaciones críticas y militares. No dejaba de ser una red de radiobalizas... pero al mismo tiempo era algo mucho más complejo.
El sistema era muy ingenioso, se partió de la premisa de que era necesario aprovechar los protocolos y equipamiento instalado y disponble para que funcionase de forma transparente como los sistemas de posicionamiento por satélite de antes de la fractura, y funcionaba, a partir de la red de vértices geodésicos, ampliando las estaciones fijas del Servicio de posicionamiento diferencial y los de la red REGENTE, se había conseguido una precisión excelente, obviamente no habíamos alcanzado la precisión de 1 cm que tenia la red GNSS, ni siquiera los 5 cm de la REGENTE, pero estabamos dentro de los 8 cm que antes de la fractura se obtenían en la Red de Orden Inferior (ROI), ajustada a ETRS89 ya que no se podía usar el "moderno" ITRS2000 para este despliegue...
Bueno, ya está bien, pensó Pedro, me voy a congelar, los aviones ya han pasado, los logs de los tests y los registros de medición contínua están descargados y comprobados por el programa de diagnóstico... hay más datos aquí de los podamos revisar en días, todo sin desvíos.
Ahora, sus preocupaciones se centrarán en el próximo despliegue en Francia, llevan semanas avisados de que pronto tendrán que desplazarse a Francia e Inglaterra con los equipos de topografía, construcción, etc, a expandir la red, pero, pensaba Pedro, perderemos precisión, Francia no está cartografiada como España, habrá que revisar y desplegar vértices geodésicos, no hay ortometría... va a ser muy complicado...
- ¡Maldita sea!, me estoy congelando, ya verás cuando vuelvan con el camión, ¡me van a oír!.
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LA FRACTURA
AEROPUERTO DE SONT SAN JOAN.
INSTALACIONES DE GLOBALIA MANTENIMIENTO AERONAUTICO S.L
Enero de 1942
Miguel Puig estaba de pie, mirando la nave de mantenimiento, despues de haber estado en Barajas, antes de la fractura, supervisando y planificando la entrada en servicio de la nueva nave de Globalia en la Rampa 7... proyecto abortado por la fractura y tras la cual tuvo que hacerse cargo de la reorganización de la nave existente de Barajas, en la que pasaron a dedicarse a colaborar en las remodelaciones y mantenimientos programados de los A330.
Ahora tenía que planificar un nuevo proyecto, habían participado e el programa piloto de rehabilitación y pruebas del sistema AMDAR, sobre algunos A320 y 737 en cuyo mantenimiento estaban especializados, colaborando con los técnicos de la AEMET y del EdA, no era algo complejo, se trataba de una simple actualización de sistemas y su documentación para ampliar la modificación a toda la flota.
Era lógico, con AMDAR, Aircraft Meteorological Data Relay, los aviones en vuelo enviaban continuamente en tiempo real los datos ambientales recogidos por su instrumental, presión, temperatura, humedad, velocidad relativa del viento, etc, a la AEMET, antes de la fractura no todas las aerolineas habían implementado el sistema, que no era costoso, pues no necestaba hardware adicional, pero sí implicaba un incremento pequeño de los costes de mantenimiento de sistemas.
Ahora era su tarea localizar todos los sistemas actualizados instalados en la flota y planificar su puesta en servicio en todos y cada uno de los aviones en vuelo, la intención era que la flota aerea supliese la necesidades de sondeo atmosférico en toda la península, y en sus áreas de vuelo, para poder trasladar los globos y sus equipos allá donde fueran necesarios. Sobre todo, proporcinarían una valiosísima información meteorológica sobre los cielos enemigos.
En fin, había vuelto a Son San Joan para organizar estas instalaciones, especializadas en aeronaves de medio alcance, A320, 737s Emb 190, para la actualización a medida que las aeronaves pasasen sus respectivos mantenimientos programados.
Cuando terminase volvería a Madrid para reunirse con otro grupo de trabajo, donde también participaba la AEMET, estaban poniendo a punto las nuevas modificaciones del sofware de los sistemas GPS embarcados, había que diseñar los programas de actualización y mantenimiento... Cuando la señora Micharet le dijo que tenía un trabajo muy importante para él no se imaginaba esto, ni de lejos...
* Miguel Puig era el responsable de las instalaciones de Globalia en Sont San Joan en 2011
INSTALACIONES DE GLOBALIA MANTENIMIENTO AERONAUTICO S.L
Enero de 1942
Miguel Puig estaba de pie, mirando la nave de mantenimiento, despues de haber estado en Barajas, antes de la fractura, supervisando y planificando la entrada en servicio de la nueva nave de Globalia en la Rampa 7... proyecto abortado por la fractura y tras la cual tuvo que hacerse cargo de la reorganización de la nave existente de Barajas, en la que pasaron a dedicarse a colaborar en las remodelaciones y mantenimientos programados de los A330.
Ahora tenía que planificar un nuevo proyecto, habían participado e el programa piloto de rehabilitación y pruebas del sistema AMDAR, sobre algunos A320 y 737 en cuyo mantenimiento estaban especializados, colaborando con los técnicos de la AEMET y del EdA, no era algo complejo, se trataba de una simple actualización de sistemas y su documentación para ampliar la modificación a toda la flota.
Era lógico, con AMDAR, Aircraft Meteorological Data Relay, los aviones en vuelo enviaban continuamente en tiempo real los datos ambientales recogidos por su instrumental, presión, temperatura, humedad, velocidad relativa del viento, etc, a la AEMET, antes de la fractura no todas las aerolineas habían implementado el sistema, que no era costoso, pues no necestaba hardware adicional, pero sí implicaba un incremento pequeño de los costes de mantenimiento de sistemas.
Ahora era su tarea localizar todos los sistemas actualizados instalados en la flota y planificar su puesta en servicio en todos y cada uno de los aviones en vuelo, la intención era que la flota aerea supliese la necesidades de sondeo atmosférico en toda la península, y en sus áreas de vuelo, para poder trasladar los globos y sus equipos allá donde fueran necesarios. Sobre todo, proporcinarían una valiosísima información meteorológica sobre los cielos enemigos.
En fin, había vuelto a Son San Joan para organizar estas instalaciones, especializadas en aeronaves de medio alcance, A320, 737s Emb 190, para la actualización a medida que las aeronaves pasasen sus respectivos mantenimientos programados.
Cuando terminase volvería a Madrid para reunirse con otro grupo de trabajo, donde también participaba la AEMET, estaban poniendo a punto las nuevas modificaciones del sofware de los sistemas GPS embarcados, había que diseñar los programas de actualización y mantenimiento... Cuando la señora Micharet le dijo que tenía un trabajo muy importante para él no se imaginaba esto, ni de lejos...
* Miguel Puig era el responsable de las instalaciones de Globalia en Sont San Joan en 2011
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LA FRACTURA
SLOOP L18 HMS FLAMINGO
Costa sur de Irlanda, en ruta a la ESTACIÓN METEOROLÓGICA OCEÁNICA "JULIET" 52º 30" NORTE 20º ESTE
Enero de 1942
Segunda singladura con los británicos, al menos en este viaje Sergio Pombo se siente afortunado, a la vuelta de su primera estación en el BARCO "J" se encontró con sus homólogos que volvían de su turno como BARCO "I" "INDIA", al sur de Islandia... su buque era un decrépito destructor de la primera guerra mundial cedido a la Royal Navy por los norteamericanos, al que le habían quitado la mitad de sus calderas..así que su sloop nuevecito aunque en sus poco más de 90 metros se apiñen más de 150 personas le parece ahora un buen destino. Ya se le han pasado las ganas de quejarse de lo brutos y raros que son los reservistas de la Royal Navy con los que comparte cascarón.
Este barco pertenece a una clase de escoltas oceanicos de la Royal Navy, aunque en sus inicios iban sobrecargados de armamento, la irrupción en el Atlantico de la Armada Española y el exterminio de la Kriegsmarine había cambiado radicalmente el escenario para el que fue proyectado, ya había sido despojado de una de sus torres dobles y de casi la mitad de su artillería antiaerea, reduciendo su dotación en más de 50 tripulantes, que habían sido sustituídos en parte por personal técnico, meteorólogos, oceanógrafos, personal de comunicaciones...
Ahora ejerce como buque de patrulla antisubmarina y Estación Meteorológica Oceanica Fija, es uno de los barcos que se ocupan de la estación JULIET, al oeste de Irlanda.
Los Estados Unidos habían iniciado el despliegue de buques meteorológicos/radiofaros oceánicos a principios de 1940, desplegando los guardacostas armados USCGC Duane (WPG 33) y USCGC Bibb (WPG-31), en las posiciones originales 1 y 2, que se convertirían en las Estaciones "Delta" y "Echo".
La Royal Navy y la Met Office se mostraron muy interesadas en la propuesta presentada por la AEMET y la Armada Española de ampliar la red de buques meteorológicos, entre otras cosas debido a la certeza histórica de los excelentes servicios prestados por la red N. A. 0. S. que la España del futuro conoció, sin embargo, el peligro submarino desaconsejaba tener barcos confinados en áreas limitadas del oceano, no fue hasta que, gracias a la colaboración española los británicos sustituyeron los ASDIC originales de estos buques por unos equipos de SONAR mucho más avanzados y unos radares de superficie básicos, cuando la Royal Navy decidió desplegar las Estaciones Oceanicas, que además ejercerían de patrullas antisubmarinas.
Era una solución excelente, dotados de equipos "modernos" estos barcos barrían su rutas hasta las Estaciones Oceánicas, y una vez allí, las patrullaban mientras ejercían su labor meteorológica, las estaciones consistían en 21 días de Estación y los cuatro días de desplazamiento.
Durante la estación, secundariamente el buque ejercía sus labores ASW y de salvamento, pero su principal labor era la meteorológica:
Una Estación Meteorológica Oceánica es un cuadrado de 210 millas náuticas de lado, dividida en cuadrados de 10 millas de lado y con sus ejes de coordenadas orientados de Norte a Sur y de Este a Oeste, el cuadrado central de 10 millas de lado, es la Estación Central , o punto "OS", "On Station". El barco podía abandonar el punto OS, por razones de navegación o para realizar otras labores, ASW, Salvamento, etc. Pero debían tratar de permanecer en él, porque una de sus misiones también era ejercer de radiofaros para los aviones de patrulla marítima.
Pero la principal misión era la meteorológica, se recogían todos los datos, los anemómetros registraban constantemente su mediciones, se lanzaban tres globos de hidrógeno al día para obtener datos verticales, se realizaban sondeos oceanográficos, etc...
Pero lo más importante estaba en la sala de comunicaciones, y era responsabilidad de Sergio Pombo, el enlace satelital, no era más que un ordenador, que no dejaba de maravillar a los británicos, con una parabólica instalada en el barco para transmitir los datos tres veces al día en un paquete preconfigurado, hacia los sistemas centrales de AEMET, a través de satélites civiles, sí, pero no era necesario codificar y radiar los datos como estaban haciendo a su lado los dos suboficiales de comunicaciones del Flamingo.
La Estaciones Oceánicas "Able, Baker, Charlie, Dog, Easy, Fox, George, Hotel, India, Juliet, Kilo, Lima y Mike" estaban funcionando a pleno rendimiento, junto a las estaciones terrestres, la AMET tenia datos meteorológicos actualizados de todo el Atlantico Norte... no solo eso, además tenía los datos históricos, los Bullx 1200 del Centro de Proceso estaban ávidos de datos, las simulaciones corrían...
https://en.wikipedia.org/wiki/Weather_ship
Costa sur de Irlanda, en ruta a la ESTACIÓN METEOROLÓGICA OCEÁNICA "JULIET" 52º 30" NORTE 20º ESTE
Enero de 1942
Segunda singladura con los británicos, al menos en este viaje Sergio Pombo se siente afortunado, a la vuelta de su primera estación en el BARCO "J" se encontró con sus homólogos que volvían de su turno como BARCO "I" "INDIA", al sur de Islandia... su buque era un decrépito destructor de la primera guerra mundial cedido a la Royal Navy por los norteamericanos, al que le habían quitado la mitad de sus calderas..así que su sloop nuevecito aunque en sus poco más de 90 metros se apiñen más de 150 personas le parece ahora un buen destino. Ya se le han pasado las ganas de quejarse de lo brutos y raros que son los reservistas de la Royal Navy con los que comparte cascarón.
Este barco pertenece a una clase de escoltas oceanicos de la Royal Navy, aunque en sus inicios iban sobrecargados de armamento, la irrupción en el Atlantico de la Armada Española y el exterminio de la Kriegsmarine había cambiado radicalmente el escenario para el que fue proyectado, ya había sido despojado de una de sus torres dobles y de casi la mitad de su artillería antiaerea, reduciendo su dotación en más de 50 tripulantes, que habían sido sustituídos en parte por personal técnico, meteorólogos, oceanógrafos, personal de comunicaciones...
Ahora ejerce como buque de patrulla antisubmarina y Estación Meteorológica Oceanica Fija, es uno de los barcos que se ocupan de la estación JULIET, al oeste de Irlanda.
Los Estados Unidos habían iniciado el despliegue de buques meteorológicos/radiofaros oceánicos a principios de 1940, desplegando los guardacostas armados USCGC Duane (WPG 33) y USCGC Bibb (WPG-31), en las posiciones originales 1 y 2, que se convertirían en las Estaciones "Delta" y "Echo".
La Royal Navy y la Met Office se mostraron muy interesadas en la propuesta presentada por la AEMET y la Armada Española de ampliar la red de buques meteorológicos, entre otras cosas debido a la certeza histórica de los excelentes servicios prestados por la red N. A. 0. S. que la España del futuro conoció, sin embargo, el peligro submarino desaconsejaba tener barcos confinados en áreas limitadas del oceano, no fue hasta que, gracias a la colaboración española los británicos sustituyeron los ASDIC originales de estos buques por unos equipos de SONAR mucho más avanzados y unos radares de superficie básicos, cuando la Royal Navy decidió desplegar las Estaciones Oceanicas, que además ejercerían de patrullas antisubmarinas.
Era una solución excelente, dotados de equipos "modernos" estos barcos barrían su rutas hasta las Estaciones Oceánicas, y una vez allí, las patrullaban mientras ejercían su labor meteorológica, las estaciones consistían en 21 días de Estación y los cuatro días de desplazamiento.
Durante la estación, secundariamente el buque ejercía sus labores ASW y de salvamento, pero su principal labor era la meteorológica:
Una Estación Meteorológica Oceánica es un cuadrado de 210 millas náuticas de lado, dividida en cuadrados de 10 millas de lado y con sus ejes de coordenadas orientados de Norte a Sur y de Este a Oeste, el cuadrado central de 10 millas de lado, es la Estación Central , o punto "OS", "On Station". El barco podía abandonar el punto OS, por razones de navegación o para realizar otras labores, ASW, Salvamento, etc. Pero debían tratar de permanecer en él, porque una de sus misiones también era ejercer de radiofaros para los aviones de patrulla marítima.
Pero la principal misión era la meteorológica, se recogían todos los datos, los anemómetros registraban constantemente su mediciones, se lanzaban tres globos de hidrógeno al día para obtener datos verticales, se realizaban sondeos oceanográficos, etc...
Pero lo más importante estaba en la sala de comunicaciones, y era responsabilidad de Sergio Pombo, el enlace satelital, no era más que un ordenador, que no dejaba de maravillar a los británicos, con una parabólica instalada en el barco para transmitir los datos tres veces al día en un paquete preconfigurado, hacia los sistemas centrales de AEMET, a través de satélites civiles, sí, pero no era necesario codificar y radiar los datos como estaban haciendo a su lado los dos suboficiales de comunicaciones del Flamingo.
La Estaciones Oceánicas "Able, Baker, Charlie, Dog, Easy, Fox, George, Hotel, India, Juliet, Kilo, Lima y Mike" estaban funcionando a pleno rendimiento, junto a las estaciones terrestres, la AMET tenia datos meteorológicos actualizados de todo el Atlantico Norte... no solo eso, además tenía los datos históricos, los Bullx 1200 del Centro de Proceso estaban ávidos de datos, las simulaciones corrían...
https://en.wikipedia.org/wiki/Weather_ship
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LA FRACTURA
Estación "Y" de Stockton-on-Tees. Cleveland, Inglaterra.
Enero de 1942.
Equipo móvil de transmisiones por satelite, dentro de la cabina se habían terminado las comprobaciones, la última transmisión del día había finalizado, todas las instalaciones terrestres habían enviado sus paquetes de datos meteorológicos por Onda Corta, las boyas también, salvo tres.
Podíamos dar el despliegue por completado, ahora solo quedaba gestionarlo, podíamos considerarlo un logro, habíamos repartido por ahí un montón de cacharros y estaban funcionando... ya veríamos lo que aguantaban.
Las modernas estaciones meteorológicas automáticas podían estar dotadas de instrumentos de que dejarían en ridículo al más avanzado de los navíos de guerra de los años 40. Cualquier boya meteorológica del 2016 puede ir equipada con instrumentos de comunicaciones y telemetría por satélite como transceptores Iridium, Argos, Orbcomm, Inmarsat, equipos GSM, UHF, VHF, sistemas GPS, sensores ambientales de todo tipo capaces de medir desde la turbidez a la concentración de gases, los índices de refracción o la radiación ultravioleta, verdaderos ordenadores que organizan la colección de sensores y comunicaciones cuya potencia bastaría para automatizar un buque... Hasta sus medios pasivos como sus reflectores de radar o sus lámparas de posición parecerían ciencia ficción a los técnicos de 1942.
Evidentemente no era una opción desplegar equipos de tal naturaleza, no solo porque la inmensa mayoría de sus sistemas de comunicaciones ya no eran funcionales en su cometido original, sino porque eran extraordinariamente valiosos, no solo porque cualquiera de las potencias estaría dispuesta a lo que fuera por hacerse con los equipos para examinarlos, sino porque en su mayoría no había capacidad industrial o técnica a corto plazo para reproducirlos... y en su mayor parte eran equipos de doble uso que podían ser reasignados y que a buen seguro necesitaríamos.
No, no se podía disponer de los instrumentos del siglo XXI para las estaciones meteorológicas automatizadas que se estaban desplegando, por eso se había decidido desarrollar estas sencillas estaciones modulares, Modulo Basico de Estación Meteorologica, MBEM.
El Módulo era un cajón estandarizado, de aluminio, aislado térmicamente mediante un cajón externo dentro del cual se había hecho el vacío, para aumentar todavía más la protección térmica, con lo que se evitaría la congelación de los sistemas electrónicos en sus despliegues árticos.
El sistema dentro del módulo consistía en un dispositivo de recogida y digitalización de los datos de los instrumentos meteorológicos, que se conectaban mediante las fichas del exterior del módulo y un sencillo transmisor de onda corta.
El dispositivo de de recogida era un simple telefono móvil, se había preferido incluso a cualquier otro dispositivo industrial o genérico como una placa Arduino, simplemente por disponibilidad y coste, en cualquier centro de reparación SAT se podían encontrar decenas o cientos de equipos, descartados para sus usuarios, por ejemplo por no tener pantallas de repuesto, pero plenamente funcionales y desde luego extremadamente versátiles. Aunque su potencia de cálculo fuese excesiva para la tarea encomendada, su coste era ínfimo, y aunque un tercero se apropiase de un sistema, no supondría ningún problema, hasta los alemanes habían examinado telefonos móviles a estas alturas, y estos dejarían de funcionar en cuanto fuesen desconectados o manipulados...
El transmisor de Onda Corta era una placa sencilla, diseñada por los técnicos y fabricada en un taller de electrónica, que recibía el paquete de datos del telefono para su emisión, emitiría a 100 vatios de potencia, suficiente para tener un alcance de cientos de kilometros, más teniendo en cuenta que emitiría datos digitales, concretamente un paquete comprimido que el software del teléfono habría preparado previamente con los datos de los instrumentos, lo cual, además de proporcionar redundancia para tolerar pérdidas y permitir la reproducción de la señal, hacía inútil la interceptación de la transmisión salvo si era para triangular su origen.
El Módulo sería alimentado por una bancada de baterías, tenían que ser baterías de tecnología de los 40, plomo ácido, pero para sus despliegues árticos tenían que ser protegidas de la congelación, por lo que se encapsularon en recipientes doblemente sellados con una capa aislante y otra de vacío... acabarían por fallar, pero sin duda las pruebas demostraban que podían soportar muchos ciclos de recarga.
Para las estaciones terrestres, completaban el sistema eléctrico dos pequeños aerogeneradores, uno era prácticamente idéntico al anemómetro de capacetes, pero que movía un pequeño generador y el otro un pequeño aerogenerador de aspas verticales.
Estaban funcionando bien, de momento las estaciones de Svalbard, la Isla de los Osos, Isla de Jan Mayern , Tierra de Francisco José, Nueva Zembla, Groenlandia, Terranova, Shetland, Islandia, etc, estaban aguantando los rigores invernales y efectuando sus tres transmisiones diarias con normalidad, cada una de apenas un minuto.
En cuanto a las boyas, tres de ellas habían dejado de transmitir en el último mes, fuera cual fuera la razón, no importaba demasiado, eran extremadamente simples y baratas, se había copiado la disposición y concepto de las boyas torpedo alemanas, las Wetterfunkgerat-See, metiendo en un cilindro lastrado y aislado el Modulo Basico de Estación Meteorologica, MBEM, unas baterías que permitiesen al menos 3 meses de autonomía, los instrumentos más baratos y una antena. Pero sin la presión de tener que lanzarlas desde submarinos como les ocurrió a los alemanes de nuestra linea temporal al final de la guerra, nosotros solo teniamos que fondear un cilindro de acero, por lo que podíamos fabricarlas con tolerancias ridículas, me habían dicho que hasta se aprovechaba chatarra.
Enero de 1942.
Equipo móvil de transmisiones por satelite, dentro de la cabina se habían terminado las comprobaciones, la última transmisión del día había finalizado, todas las instalaciones terrestres habían enviado sus paquetes de datos meteorológicos por Onda Corta, las boyas también, salvo tres.
Podíamos dar el despliegue por completado, ahora solo quedaba gestionarlo, podíamos considerarlo un logro, habíamos repartido por ahí un montón de cacharros y estaban funcionando... ya veríamos lo que aguantaban.
Las modernas estaciones meteorológicas automáticas podían estar dotadas de instrumentos de que dejarían en ridículo al más avanzado de los navíos de guerra de los años 40. Cualquier boya meteorológica del 2016 puede ir equipada con instrumentos de comunicaciones y telemetría por satélite como transceptores Iridium, Argos, Orbcomm, Inmarsat, equipos GSM, UHF, VHF, sistemas GPS, sensores ambientales de todo tipo capaces de medir desde la turbidez a la concentración de gases, los índices de refracción o la radiación ultravioleta, verdaderos ordenadores que organizan la colección de sensores y comunicaciones cuya potencia bastaría para automatizar un buque... Hasta sus medios pasivos como sus reflectores de radar o sus lámparas de posición parecerían ciencia ficción a los técnicos de 1942.
Evidentemente no era una opción desplegar equipos de tal naturaleza, no solo porque la inmensa mayoría de sus sistemas de comunicaciones ya no eran funcionales en su cometido original, sino porque eran extraordinariamente valiosos, no solo porque cualquiera de las potencias estaría dispuesta a lo que fuera por hacerse con los equipos para examinarlos, sino porque en su mayoría no había capacidad industrial o técnica a corto plazo para reproducirlos... y en su mayor parte eran equipos de doble uso que podían ser reasignados y que a buen seguro necesitaríamos.
No, no se podía disponer de los instrumentos del siglo XXI para las estaciones meteorológicas automatizadas que se estaban desplegando, por eso se había decidido desarrollar estas sencillas estaciones modulares, Modulo Basico de Estación Meteorologica, MBEM.
El Módulo era un cajón estandarizado, de aluminio, aislado térmicamente mediante un cajón externo dentro del cual se había hecho el vacío, para aumentar todavía más la protección térmica, con lo que se evitaría la congelación de los sistemas electrónicos en sus despliegues árticos.
El sistema dentro del módulo consistía en un dispositivo de recogida y digitalización de los datos de los instrumentos meteorológicos, que se conectaban mediante las fichas del exterior del módulo y un sencillo transmisor de onda corta.
El dispositivo de de recogida era un simple telefono móvil, se había preferido incluso a cualquier otro dispositivo industrial o genérico como una placa Arduino, simplemente por disponibilidad y coste, en cualquier centro de reparación SAT se podían encontrar decenas o cientos de equipos, descartados para sus usuarios, por ejemplo por no tener pantallas de repuesto, pero plenamente funcionales y desde luego extremadamente versátiles. Aunque su potencia de cálculo fuese excesiva para la tarea encomendada, su coste era ínfimo, y aunque un tercero se apropiase de un sistema, no supondría ningún problema, hasta los alemanes habían examinado telefonos móviles a estas alturas, y estos dejarían de funcionar en cuanto fuesen desconectados o manipulados...
El transmisor de Onda Corta era una placa sencilla, diseñada por los técnicos y fabricada en un taller de electrónica, que recibía el paquete de datos del telefono para su emisión, emitiría a 100 vatios de potencia, suficiente para tener un alcance de cientos de kilometros, más teniendo en cuenta que emitiría datos digitales, concretamente un paquete comprimido que el software del teléfono habría preparado previamente con los datos de los instrumentos, lo cual, además de proporcionar redundancia para tolerar pérdidas y permitir la reproducción de la señal, hacía inútil la interceptación de la transmisión salvo si era para triangular su origen.
El Módulo sería alimentado por una bancada de baterías, tenían que ser baterías de tecnología de los 40, plomo ácido, pero para sus despliegues árticos tenían que ser protegidas de la congelación, por lo que se encapsularon en recipientes doblemente sellados con una capa aislante y otra de vacío... acabarían por fallar, pero sin duda las pruebas demostraban que podían soportar muchos ciclos de recarga.
Para las estaciones terrestres, completaban el sistema eléctrico dos pequeños aerogeneradores, uno era prácticamente idéntico al anemómetro de capacetes, pero que movía un pequeño generador y el otro un pequeño aerogenerador de aspas verticales.
Estaban funcionando bien, de momento las estaciones de Svalbard, la Isla de los Osos, Isla de Jan Mayern , Tierra de Francisco José, Nueva Zembla, Groenlandia, Terranova, Shetland, Islandia, etc, estaban aguantando los rigores invernales y efectuando sus tres transmisiones diarias con normalidad, cada una de apenas un minuto.
En cuanto a las boyas, tres de ellas habían dejado de transmitir en el último mes, fuera cual fuera la razón, no importaba demasiado, eran extremadamente simples y baratas, se había copiado la disposición y concepto de las boyas torpedo alemanas, las Wetterfunkgerat-See, metiendo en un cilindro lastrado y aislado el Modulo Basico de Estación Meteorologica, MBEM, unas baterías que permitiesen al menos 3 meses de autonomía, los instrumentos más baratos y una antena. Pero sin la presión de tener que lanzarlas desde submarinos como les ocurrió a los alemanes de nuestra linea temporal al final de la guerra, nosotros solo teniamos que fondear un cilindro de acero, por lo que podíamos fabricarlas con tolerancias ridículas, me habían dicho que hasta se aprovechaba chatarra.
Última edición por cornes el 08 Ago 2016, 01:32, editado 1 vez en total.
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LA FRACTURA
Madrid, Sede Central de la AEMET
12 de enero de 1942, 07:00 AM.
- Pero, ¿están ustedes seguros de lo que me están diciendo?, este fue el invierno más riguroso de la serie histórica, pero eso no quiere decir que podamos predecir 2 semanas de cielos cubiertos.
- Tan seguros como podamos estarlo... los datos son los que son, las simulaciones están repitiendo los resultados con pocas variaciones. Sea como sea, con los modelos previos también llegamos al mismo pronóstico.
- A ver si lo he entendido bien, ¿me están diciendo que estamos observando la misma dinámica que se registró en 1942?.
- Exacto, este es el registro histórico.
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420112.gif
Coincide con lo registrado en las últimas horas, se está formando una potente borrasca en el Ártico y comenza a desplazarse, nuestros pronósticos para las próximas 48 horas son los de una fuerte borrasca sobre el norte de francia. Cielos cubiertos, aún más fuerte caída de las temperaturas y fuertes nevadas.
Prevemos que sea muy similar al registro histórico:
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420113.gif
Pero nuestros datos indican que se está desplazando más rápido y con más fuerza, los vientos son más fuertes y la corriente del golfo la está alimentando con mucha humedad. En 48 horas tendremos dos centros de bajas presiones colisionando sobre el norte de Francia:
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420114.gif
- Pues no hay tiempo que perder, transmitan inmediatamente el pronóstico, según me han dado a entender el Estado Mayor estaba esperando una situación así.
- Por eso le hemos llamado antes de actualizar los pronósticos señor.
- Bien, porque si es lo que me temo se va a liar...
12 de enero de 1942, 07:00 AM.
- Pero, ¿están ustedes seguros de lo que me están diciendo?, este fue el invierno más riguroso de la serie histórica, pero eso no quiere decir que podamos predecir 2 semanas de cielos cubiertos.
- Tan seguros como podamos estarlo... los datos son los que son, las simulaciones están repitiendo los resultados con pocas variaciones. Sea como sea, con los modelos previos también llegamos al mismo pronóstico.
- A ver si lo he entendido bien, ¿me están diciendo que estamos observando la misma dinámica que se registró en 1942?.
- Exacto, este es el registro histórico.
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420112.gif
Coincide con lo registrado en las últimas horas, se está formando una potente borrasca en el Ártico y comenza a desplazarse, nuestros pronósticos para las próximas 48 horas son los de una fuerte borrasca sobre el norte de francia. Cielos cubiertos, aún más fuerte caída de las temperaturas y fuertes nevadas.
Prevemos que sea muy similar al registro histórico:
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420113.gif
Pero nuestros datos indican que se está desplazando más rápido y con más fuerza, los vientos son más fuertes y la corriente del golfo la está alimentando con mucha humedad. En 48 horas tendremos dos centros de bajas presiones colisionando sobre el norte de Francia:
http://old.wetterzentrale.de/pics/archi ... 420114.gif
- Pues no hay tiempo que perder, transmitan inmediatamente el pronóstico, según me han dado a entender el Estado Mayor estaba esperando una situación así.
- Por eso le hemos llamado antes de actualizar los pronósticos señor.
- Bien, porque si es lo que me temo se va a liar...
-
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LA FRACTURA
El sargento Jonathan Celaya se había aficionado a la fotografía de naturaleza durante los ya pasados tiempos anteriores a la Fractura. Su entrenamiento en operaciones especiales le había enseñado a construir “hides” completamente invisibles salvo a pocos metros, y a aprovechar las características de las cámaras. De nuevo estaba haciendo fotografías, pero eran de caza mayor.
La cámara Olympus que empleaba le gustaba. Carecía de la enorme resolución de los equipos Canon o Nikon que empleaban los profesionales, pero las demás características la hacían ideal para un soldado: era bastante pequeña, y junto con el potentísimo teleobjetivo apenas pesaba dos kilos, y medía apenas un palmo. Estaba sellada y no se afectaba por la nieve que había caído la noche anterior, y al disponer de visor no tenía que emplear la delatora pantalla posterior (que había inactivado como precaución). El parasol, de paso, anulaba los reflejos que podían descubrirlo desde gran distancia. Su magnífico sistema de estabilización le permitía fotografiar sin tener que colocar un trípode. Aunque Jonathan llevaba muchas horas en el puesto, tal vez tuviese que salir a toda prisa y no era cuestión de entretenerse retirando material. Además, al ser una cámara destinada al gran público, podía comprimir mucho las imágenes aunque en detrimento de la calidad.
El sargento no esperaba ganar ningún premio de fotografía y por ello que la foto tuviese artefactos o menos matices le importaba bastante poco. Tras hacer una docena de fotografías esperó hasta al atardecer. La media luz le permitió retirarse sin ser observado. Solo cuando ya estaba lejos, y cubierto con un poncho, conectó la wifi de la cámara a la del teléfono móvil modificado que llevaba. Una vez descargadas las tomas, movió la antena del equipo hasta conseguir señal, y envió las fotografías.
El repetidor estaba situado en medio del bosque, a más de dos kilómetros de distancia. El aparato estaba cumpliendo una segunda misión: durante la primavera anterior había estado emplazado cerca de una base de la Luftwaffe en el sur de Francia. Ahora su antena se enroscaba a una haya del bosque de Linerin, y resultaba casi invisible. Al recibir la señal empezó a reemitirla. Fue detectada por un avión de comunicaciones y reemitida al centro de control de Arganda del Rey.
La cámara Olympus que empleaba le gustaba. Carecía de la enorme resolución de los equipos Canon o Nikon que empleaban los profesionales, pero las demás características la hacían ideal para un soldado: era bastante pequeña, y junto con el potentísimo teleobjetivo apenas pesaba dos kilos, y medía apenas un palmo. Estaba sellada y no se afectaba por la nieve que había caído la noche anterior, y al disponer de visor no tenía que emplear la delatora pantalla posterior (que había inactivado como precaución). El parasol, de paso, anulaba los reflejos que podían descubrirlo desde gran distancia. Su magnífico sistema de estabilización le permitía fotografiar sin tener que colocar un trípode. Aunque Jonathan llevaba muchas horas en el puesto, tal vez tuviese que salir a toda prisa y no era cuestión de entretenerse retirando material. Además, al ser una cámara destinada al gran público, podía comprimir mucho las imágenes aunque en detrimento de la calidad.
El sargento no esperaba ganar ningún premio de fotografía y por ello que la foto tuviese artefactos o menos matices le importaba bastante poco. Tras hacer una docena de fotografías esperó hasta al atardecer. La media luz le permitió retirarse sin ser observado. Solo cuando ya estaba lejos, y cubierto con un poncho, conectó la wifi de la cámara a la del teléfono móvil modificado que llevaba. Una vez descargadas las tomas, movió la antena del equipo hasta conseguir señal, y envió las fotografías.
El repetidor estaba situado en medio del bosque, a más de dos kilómetros de distancia. El aparato estaba cumpliendo una segunda misión: durante la primavera anterior había estado emplazado cerca de una base de la Luftwaffe en el sur de Francia. Ahora su antena se enroscaba a una haya del bosque de Linerin, y resultaba casi invisible. Al recibir la señal empezó a reemitirla. Fue detectada por un avión de comunicaciones y reemitida al centro de control de Arganda del Rey.
Última edición por Domper el 08 Ago 2016, 23:43, editado 1 vez en total.
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LA FRACTURA
La prioridad de esos envíos era máxima, por lo que los archivos fueron enviados al centro de análisis del Ministerio de Defensa. Allí los informáticos mejoraron las imágenes antes de transferirlas a los analistas. Entre ellos había varios expertos en reconocimiento de armamento. Uno de ellos, al ver la pantalla, emitió un silbido involuntario y llamó a su superior.
—¿Qué pasa, Félix?
—Mira ese tanque, Paco ¿Te suena? —el trato en el centro era muy informal, con todos esos civiles, muchos de ellos “frikis” aficionados a los ordenadores o a las armas, reclutados a toda prisa.
La fotografía no tenía calidad como para una portada del National Geographic, pero aun así era sorprendentemente clara, teniendo en cuenta las circunstancias en que se había tomado. Mostraba un vehículo de líneas rectangulares, pintado a manchas blancas y grises, rodeado de soldados y grúas que intentaban hacerlo salir de una cuneta. Detrás se veía una carga columna de tanques. Pero el analista no terminaba de reconocer el blindado.
—¿Qué te parece esa cosa, Félix?
—Pues la verdad es que no la había visto nunca.
—¿Puede ser un autopropulsado ruso? —preguntó el jefe.
—No sé… espera —dijo mientras hacía desfilar por la pantalla otras imágenes— Mira las orugas con ruedas superpuestas ¡Creo que lo tengo! Se parece a un Sturmtiger, solo que le han puesto Dios sabe qué cañón, que le hace parecer un blindado que se haya ido de pesca.
—Ese cañón debe ser de grueso calibre, mira la boca. Un momento —dijo mientras pensaba—, la barcaza desde luego es la de un Tiger, y entonces el tubo del cañón tiene por lo menos ocho metros —el supervisor hojeó un folleto— ¡Aquí! Debe ser un cañón naval de 150 mm.
—¿Esos bestias le han puesto un cañón del quince a un Tiger? No me extraña que se les haya ido a la cuneta.
Los analistas siguieron inspeccionando las fotos con detenimiento. Había tres más de esos monstruos con cañones navales. Detrás, esperando que la carretera quedase libre, había seis tanques Tiger “normales”, luego cuatro Hornisse, y para rematar, cuatro blindados rusos SU-152.
Entonces se escuchó el sonido que señalaba que había llegado otro mensaje. Miraron las fotos, pero no se parecían en nada: se trataba de ¡carros movidos por caballos! En el remolque había una gran estufa y un soldado echaba carbón por su boca.
—Hoy es el día de las rarezas ¿Para qué querrán pasear estufas por el bosque? ¿Piensan que los árboles tienen frío? —dijo el supervisor.
—Puede, pero no creo que a los boches les importe que las hayas se hielen —respondió Félix—. Espera, que ya sé que es eso ¡ un señuelo de infrarrojos! Mira como han apantallado la estufa para que no sea demasiado brillante y se parezca más a un motor. Y la chimenea remedará perfectamente los escapes.
—Tienes razón, Félix ¿Esa foto es del mismo sitio que la otra?
—No, es de otro observador. Es de aquí —dijo cambiando de imagen a otra que mostraba la localización de la señal.
—Esto es muy gordo. Me voy a ver al jefe.
—¿Qué pasa, Félix?
—Mira ese tanque, Paco ¿Te suena? —el trato en el centro era muy informal, con todos esos civiles, muchos de ellos “frikis” aficionados a los ordenadores o a las armas, reclutados a toda prisa.
La fotografía no tenía calidad como para una portada del National Geographic, pero aun así era sorprendentemente clara, teniendo en cuenta las circunstancias en que se había tomado. Mostraba un vehículo de líneas rectangulares, pintado a manchas blancas y grises, rodeado de soldados y grúas que intentaban hacerlo salir de una cuneta. Detrás se veía una carga columna de tanques. Pero el analista no terminaba de reconocer el blindado.
—¿Qué te parece esa cosa, Félix?
—Pues la verdad es que no la había visto nunca.
—¿Puede ser un autopropulsado ruso? —preguntó el jefe.
—No sé… espera —dijo mientras hacía desfilar por la pantalla otras imágenes— Mira las orugas con ruedas superpuestas ¡Creo que lo tengo! Se parece a un Sturmtiger, solo que le han puesto Dios sabe qué cañón, que le hace parecer un blindado que se haya ido de pesca.
—Ese cañón debe ser de grueso calibre, mira la boca. Un momento —dijo mientras pensaba—, la barcaza desde luego es la de un Tiger, y entonces el tubo del cañón tiene por lo menos ocho metros —el supervisor hojeó un folleto— ¡Aquí! Debe ser un cañón naval de 150 mm.
—¿Esos bestias le han puesto un cañón del quince a un Tiger? No me extraña que se les haya ido a la cuneta.
Los analistas siguieron inspeccionando las fotos con detenimiento. Había tres más de esos monstruos con cañones navales. Detrás, esperando que la carretera quedase libre, había seis tanques Tiger “normales”, luego cuatro Hornisse, y para rematar, cuatro blindados rusos SU-152.
Entonces se escuchó el sonido que señalaba que había llegado otro mensaje. Miraron las fotos, pero no se parecían en nada: se trataba de ¡carros movidos por caballos! En el remolque había una gran estufa y un soldado echaba carbón por su boca.
—Hoy es el día de las rarezas ¿Para qué querrán pasear estufas por el bosque? ¿Piensan que los árboles tienen frío? —dijo el supervisor.
—Puede, pero no creo que a los boches les importe que las hayas se hielen —respondió Félix—. Espera, que ya sé que es eso ¡ un señuelo de infrarrojos! Mira como han apantallado la estufa para que no sea demasiado brillante y se parezca más a un motor. Y la chimenea remedará perfectamente los escapes.
—Tienes razón, Félix ¿Esa foto es del mismo sitio que la otra?
—No, es de otro observador. Es de aquí —dijo cambiando de imagen a otra que mostraba la localización de la señal.
—Esto es muy gordo. Me voy a ver al jefe.
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LA FRACTURA
Es el turno de los alemanes, pensó el general García Martín. Las predicciones del tiempo eran horribles: se avecinaba uno de los peores temporales del siglo XX. Se esperaban nevadas intensas y prolongadas, y el tiempo no mejoraría en por lo menos dos semanas. Luego toda esa nieve se fundiría y convertiría a los campos y caminos en piscinas de barro. En resumen, la ofensiva española iba a tener que posponerse como mínimo, hasta principios de febrero, y seguramente se demoraría más. Poco iba a gustar la noticia en Madrid.
Además iba a tener que prevenir al presidente del gobierno que se esperaba una ofensiva alemana inminente. Una corta mejoría del tiempo —la calma que precede a la tempestad— había permitido hacer un reconocimiento por infrarrojos que mostraba multitud de focos de calor en el bosque. El análisis espectral mostraba que la emisión tenía un pico correspondiente al metal caliente, como lo que despide un motor. La mayoría estaban al sur de Lieja y se movían hacia el oeste: parecían ser signos de un ataque dirigido contra el ejército británico. Una repetición del Plan Von Manstein de un año y medio antes.
Menos mal que había desplegado a los GOEs. Porque las fotos que habían hecho mostraban otra cosa: lo que se movía cerca de Lieja era un montón de columnas de carromatos que llevaban estufas para intentar despistarle. Alguno de los desertores había contado a Hitler y su pandilla que los sistemas de reconocimiento eran capaces de detectar las emisiones de calor. Pero si los alemanes estaban moviendo señuelos por esa zona, significaba que no iban a atacar por ahí. Aunque por ahora iba a seguirles el juego: iba a enviar misiones de reconocimiento, e iba a alertar a las fuerzas británicas que estaban estacionadas cerca de Namur.
Además la farsa alemana le iba a venir de perlas para justificar otros movimientos. García Martín sabía que el cebo de los eslovacos había funcionado: se había detectado la aproximación a Bastogne de varias columnas de vehículos y de blindados. Este movimiento era genuino: no solo el análisis espectral concordaba con lo que se podía esperar del motor de un blindado, sino que también se había detectado la señal térmica que desprendían las decenas de miles de hombres que los alemanes estaban acumulando. Además otro observador había fotografiado una columna de blindados. Había algunos tanques pesados Tiger, que los alemanes habían empezado a fabricar antes de tiempo. También se veían otros blindados que parecían conversiones apresuradas con grandes cañones antiaéreos o navales.
Pero en la pesca quien sale perdiendo no es el pez sino el cebo, y García Martín había recibido nuevas instrucciones. La prensa estaba acusando al mando español del revés que los ingleses habían sufrido el Lovaina, aunque el ataque lo habían lanzado por su cuenta y en contra del consejo de los oficiales de enlace hispanos. El ejército eslovaco dependía directamente de García Martín, y si sufría bajas, los comentaristas dirían que los españoles empleaban a sus aliados como carne de cañón. Consideraciones humanitarias también hacían conveniente retirarlos del frente: era más que probable que los fanáticos hitlerianos de las SS asesinasen a los prisioneros. Pero hasta ahora no había tenido pretexto para hacerlo: si lo hubiese hecho los alemanes se hubiesen olido el percal. Tampoco colaría que los aliados no tomasen ninguna medida, pues quien mandase a los germanos sería de todo, menos tonto.
Pero ahora, con un ataque alemán que parecía inminente (pues los tanques habían sido detectados a apenas treinta kilómetros del frente), García Martín podía hacer como si se creyese que el ataque iba a ser por Lieja, y desplazar a las fuerzas eslovacas para que reforzasen el flanco derecho inglés entre Dinant y Namur. Y de paso, retirarlas del camino de las SS. Seguramente a Hitler le disgustaría no poder destruir a los traidores, pero a estas alturas ya no podría cambiar de objetivo. Para mantener la línea iba a pedir al general De Lattre que se hiciese cargo del sector entre Thionville y Luxemburgo (donde se esperaba, a lo sumo, algún ataque de distracción). La brigada Alfonso XII de la Legión iba a proteger la ciudad de Luxemburgo, cuya pérdida tendría demasiada repercusión mediática. Finalmente, a la división acorazadas de Maczek le iba a corresponder el peor papel: vigilar (que no defender) la larga línea entre Luxemburgo y Dinant. Eran casi setenta kilómetros, una tarea para un cuerpo de ejército y no para una división. Pero los polacos tenían una doble virtud: serían vistos por los alemanes como un objetivo fácil, cuando eran la formación más determinada de todas las aliadas. Además la brigada acababa de ser reforzada por una tercera brigada acorazada equipada con tanques M3 Sherman con el cañón SB75, que podía enseñarle un par de cosas a los Tiger.
Las órdenes de Maczek iban a ser vigilar la línea para impedir la infiltración de patrullas (en lo posible, porque en un terreno boscoso y con mal tiempo impermeabilizar el frente sería imposible) y, cuando los alemanes atacasen, ceder terreno poco a poco, formando una cortina que ocultase los movimientos españoles.
Pues el despliegue del ejército español se había iniciado con las primeras noticias de la concentración germana. Las primeras divisiones polivalentes españolas ya estaban llegando al valle del río Semois, donde iba a estar la principal línea de resistencia: las divisiones Urgell, San Marcial, Galicia y Castillejos. Después tenía que llegar el cuerpo acorazado, con las divisiones pesadas Guadarrama, Guzmán el Bueno y Extremadura, que se mantendrían en reserva para contratacar y destruir a los alemanes. Finalmente dispondría como última reserva de las divisiones Sagunto (que estaba siendo sustituida por los franceses en Colmar) y Aragón.
García Martín también esperaba que la aviación española interviniese. La aviación táctica lo haría si se abrían claros entre los temporales: tenía máquinas quitanieves trabajando continuamente en los aeródromos avanzados. Además, pensaba emplear los bombarderos estratégicos. Sus sensores no podrían penetrar en la capa de nubes, pero la mejora del sistema de geoposicionamiento con radiofaros terrestres, que había funcionado bien en Saverne, iba a permitir que los bombarderos lanzasen sus artefactos en los previsibles cuellos de botella enemigos. En la anterior línea temporal la ofensiva de las Ardenas se había obstaculizado cuando se formaron grandes embotellamientos en la retaguardia alemana; García Martín pensaba enviar a sus bombarderos contra esos puntos.
Con todo, los movimientos requerían tiempo. Iba a urgir a los eslovacos del general Malár para que se desplazasen a la mayor velocidad posible, aunque tuviesen que abandonar algunos puestos de primera línea. El despliegue español, planificado previamente y por carreteras mejoradas, debía estar completo en 48 horas (el de las divisiones polivalentes), y en 96 horas las divisiones pesadas tenían que estar listas para intervenir. García Martón calculaba que dada la posición de las columnas alemanas, aun tenía dos días. Pero no convenía confiarse.
Además iba a tener que prevenir al presidente del gobierno que se esperaba una ofensiva alemana inminente. Una corta mejoría del tiempo —la calma que precede a la tempestad— había permitido hacer un reconocimiento por infrarrojos que mostraba multitud de focos de calor en el bosque. El análisis espectral mostraba que la emisión tenía un pico correspondiente al metal caliente, como lo que despide un motor. La mayoría estaban al sur de Lieja y se movían hacia el oeste: parecían ser signos de un ataque dirigido contra el ejército británico. Una repetición del Plan Von Manstein de un año y medio antes.
Menos mal que había desplegado a los GOEs. Porque las fotos que habían hecho mostraban otra cosa: lo que se movía cerca de Lieja era un montón de columnas de carromatos que llevaban estufas para intentar despistarle. Alguno de los desertores había contado a Hitler y su pandilla que los sistemas de reconocimiento eran capaces de detectar las emisiones de calor. Pero si los alemanes estaban moviendo señuelos por esa zona, significaba que no iban a atacar por ahí. Aunque por ahora iba a seguirles el juego: iba a enviar misiones de reconocimiento, e iba a alertar a las fuerzas británicas que estaban estacionadas cerca de Namur.
Además la farsa alemana le iba a venir de perlas para justificar otros movimientos. García Martín sabía que el cebo de los eslovacos había funcionado: se había detectado la aproximación a Bastogne de varias columnas de vehículos y de blindados. Este movimiento era genuino: no solo el análisis espectral concordaba con lo que se podía esperar del motor de un blindado, sino que también se había detectado la señal térmica que desprendían las decenas de miles de hombres que los alemanes estaban acumulando. Además otro observador había fotografiado una columna de blindados. Había algunos tanques pesados Tiger, que los alemanes habían empezado a fabricar antes de tiempo. También se veían otros blindados que parecían conversiones apresuradas con grandes cañones antiaéreos o navales.
Pero en la pesca quien sale perdiendo no es el pez sino el cebo, y García Martín había recibido nuevas instrucciones. La prensa estaba acusando al mando español del revés que los ingleses habían sufrido el Lovaina, aunque el ataque lo habían lanzado por su cuenta y en contra del consejo de los oficiales de enlace hispanos. El ejército eslovaco dependía directamente de García Martín, y si sufría bajas, los comentaristas dirían que los españoles empleaban a sus aliados como carne de cañón. Consideraciones humanitarias también hacían conveniente retirarlos del frente: era más que probable que los fanáticos hitlerianos de las SS asesinasen a los prisioneros. Pero hasta ahora no había tenido pretexto para hacerlo: si lo hubiese hecho los alemanes se hubiesen olido el percal. Tampoco colaría que los aliados no tomasen ninguna medida, pues quien mandase a los germanos sería de todo, menos tonto.
Pero ahora, con un ataque alemán que parecía inminente (pues los tanques habían sido detectados a apenas treinta kilómetros del frente), García Martín podía hacer como si se creyese que el ataque iba a ser por Lieja, y desplazar a las fuerzas eslovacas para que reforzasen el flanco derecho inglés entre Dinant y Namur. Y de paso, retirarlas del camino de las SS. Seguramente a Hitler le disgustaría no poder destruir a los traidores, pero a estas alturas ya no podría cambiar de objetivo. Para mantener la línea iba a pedir al general De Lattre que se hiciese cargo del sector entre Thionville y Luxemburgo (donde se esperaba, a lo sumo, algún ataque de distracción). La brigada Alfonso XII de la Legión iba a proteger la ciudad de Luxemburgo, cuya pérdida tendría demasiada repercusión mediática. Finalmente, a la división acorazadas de Maczek le iba a corresponder el peor papel: vigilar (que no defender) la larga línea entre Luxemburgo y Dinant. Eran casi setenta kilómetros, una tarea para un cuerpo de ejército y no para una división. Pero los polacos tenían una doble virtud: serían vistos por los alemanes como un objetivo fácil, cuando eran la formación más determinada de todas las aliadas. Además la brigada acababa de ser reforzada por una tercera brigada acorazada equipada con tanques M3 Sherman con el cañón SB75, que podía enseñarle un par de cosas a los Tiger.
Las órdenes de Maczek iban a ser vigilar la línea para impedir la infiltración de patrullas (en lo posible, porque en un terreno boscoso y con mal tiempo impermeabilizar el frente sería imposible) y, cuando los alemanes atacasen, ceder terreno poco a poco, formando una cortina que ocultase los movimientos españoles.
Pues el despliegue del ejército español se había iniciado con las primeras noticias de la concentración germana. Las primeras divisiones polivalentes españolas ya estaban llegando al valle del río Semois, donde iba a estar la principal línea de resistencia: las divisiones Urgell, San Marcial, Galicia y Castillejos. Después tenía que llegar el cuerpo acorazado, con las divisiones pesadas Guadarrama, Guzmán el Bueno y Extremadura, que se mantendrían en reserva para contratacar y destruir a los alemanes. Finalmente dispondría como última reserva de las divisiones Sagunto (que estaba siendo sustituida por los franceses en Colmar) y Aragón.
García Martín también esperaba que la aviación española interviniese. La aviación táctica lo haría si se abrían claros entre los temporales: tenía máquinas quitanieves trabajando continuamente en los aeródromos avanzados. Además, pensaba emplear los bombarderos estratégicos. Sus sensores no podrían penetrar en la capa de nubes, pero la mejora del sistema de geoposicionamiento con radiofaros terrestres, que había funcionado bien en Saverne, iba a permitir que los bombarderos lanzasen sus artefactos en los previsibles cuellos de botella enemigos. En la anterior línea temporal la ofensiva de las Ardenas se había obstaculizado cuando se formaron grandes embotellamientos en la retaguardia alemana; García Martín pensaba enviar a sus bombarderos contra esos puntos.
Con todo, los movimientos requerían tiempo. Iba a urgir a los eslovacos del general Malár para que se desplazasen a la mayor velocidad posible, aunque tuviesen que abandonar algunos puestos de primera línea. El despliegue español, planificado previamente y por carreteras mejoradas, debía estar completo en 48 horas (el de las divisiones polivalentes), y en 96 horas las divisiones pesadas tenían que estar listas para intervenir. García Martón calculaba que dada la posición de las columnas alemanas, aun tenía dos días. Pero no convenía confiarse.
Última edición por Domper el 09 Ago 2016, 10:15, editado 1 vez en total.
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LA FRACTURA
Porspoder, Bretaña francesa, departamento de Finisterre, distrito de Brest, cantón de Ploudalmezeau.
Nueva Estación LORAN, misma localización de la estación histórica abandonada de 2016.
Pedro Varela estaba absorto en sus pensamientos, dolorido como estaba todavía por el viaje por esas carreteras infames, ¿como era posible que no lo hubiese supuesto?, él, que se había criado tan cerca de la antigua estación LORAN de Estaca de Bares, la base de "los americanos" que tanto le fascinaba cuando era niño...
Pues esa había sido la solución, desplegar la red LORAN (LOng RAnge Navigation), que precisamente había sido creado por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, en 1940 Alfred Lee Loomis había propuesto el sistema al gobierno estadounidense, y en 1942 ya tenían varias estaciones del sistema LORAN-A, que prestó inestimables servicios durante la guerra, y fue el sistema de navegación más preciso hasta que fue relegado por el GPS.
De hecho las aplicaciones LORAN de ámbito exclusivamente militar eran fantásticas, llegó a haber transmisores aeroportados que debían actuar de forma similar a las constelaciones de satélites y en sus versiones LORAN-D llegaron a precisiones asombrosas, de menos de 6 metros, y eso a principios de los años 60...
Con lo que sabemos hoy y la potencia de cálculo que podemos integrar en el sistema, se han alcanzado esos valores ya en las pruebas, pero cuando finalizemos las pruebas con el equipamiento del sistema LORAN-C que estamos proporcionando a los aliados y comenzemos con los equipos eLORAN, cuyos equipos no son simples receptorse calculadores, sino estaciones de referencia con correcciones diferenciales, tendremos una precisión que podríamos llegar a expresar en centímetros... Si bien en la práctica habrá que trabajar con tolerancias de hasta 20 metros lejos de las estaciones fijas de posicionamiento diferencial.
En resumen, que, empezando por rehabilitar la base LORAN de Estaca de Bares, se habían construído y puesto en servicio en pocos meses todas las estaciones LORAN a las que se tenía acceso, los norteamericanos se habían mostrado entusiasmados, los británicos y franceses, sin tanto alborozo, pues tenían problemas acuciantes, simplemente pusieron a nuestra disposición los medios que fueran necesarios, sin límites...
En fin, que allí estaba el equipo, en la estación LORAN de Porspoder, un lugar tán parecido al Mañón natal de Pedro Varela que podía revivir las sensaciones que aquellas misteriosas antenas le producían de niño.
Sus preocupaciones iniciales en cuanto al despliegue de la red de posicionamiento y navegación eran infundados, claro que no había la cartografía y la ortometría que hubiera tenido la República Francesa de 2016, pero Aviación Civil y Defensa tenían casi todas las posiciones exactas y perfectamente georreferenciadas de todas las estaciones militares y de navegación civil que había estado instaladas en el planeta...
Tan solo hubo que esperar a que el Instituto Geografico Nacional calculase las diferencias de la deriva continental con los datos de 2016 para tener las localizaciones perfectamente georreferenciadas, curiosamente el suelo bajo nuestros pies estaba casi dos metros más cerca de América que en 2016...
- Bien, señores, -decía el jefe de equipo sacando a Pedro de sus pensamientos- Mañana los equipos eLORAN que tenemos instalados en la flota y en pruebas dejarán de funcionar en el modo LORAN-A/C y pasamos a emitir y monitorizar los pulsos de control de los modos avanzados, quiero pruebas exhaustivas, tenemos que alcanzar la mayor precisión posible... y quiero mediciones precisas de la atenuación, así que los equipos móbiles ya estais moviendo el cul* en cuanto termine esta reunión, camino a los puntos de control.
Ya está, en cuanto acabemos estas pruebas estará todo listo para desplegar los transmisores aereos.
Nueva Estación LORAN, misma localización de la estación histórica abandonada de 2016.
Pedro Varela estaba absorto en sus pensamientos, dolorido como estaba todavía por el viaje por esas carreteras infames, ¿como era posible que no lo hubiese supuesto?, él, que se había criado tan cerca de la antigua estación LORAN de Estaca de Bares, la base de "los americanos" que tanto le fascinaba cuando era niño...
Pues esa había sido la solución, desplegar la red LORAN (LOng RAnge Navigation), que precisamente había sido creado por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, en 1940 Alfred Lee Loomis había propuesto el sistema al gobierno estadounidense, y en 1942 ya tenían varias estaciones del sistema LORAN-A, que prestó inestimables servicios durante la guerra, y fue el sistema de navegación más preciso hasta que fue relegado por el GPS.
De hecho las aplicaciones LORAN de ámbito exclusivamente militar eran fantásticas, llegó a haber transmisores aeroportados que debían actuar de forma similar a las constelaciones de satélites y en sus versiones LORAN-D llegaron a precisiones asombrosas, de menos de 6 metros, y eso a principios de los años 60...
Con lo que sabemos hoy y la potencia de cálculo que podemos integrar en el sistema, se han alcanzado esos valores ya en las pruebas, pero cuando finalizemos las pruebas con el equipamiento del sistema LORAN-C que estamos proporcionando a los aliados y comenzemos con los equipos eLORAN, cuyos equipos no son simples receptorse calculadores, sino estaciones de referencia con correcciones diferenciales, tendremos una precisión que podríamos llegar a expresar en centímetros... Si bien en la práctica habrá que trabajar con tolerancias de hasta 20 metros lejos de las estaciones fijas de posicionamiento diferencial.
En resumen, que, empezando por rehabilitar la base LORAN de Estaca de Bares, se habían construído y puesto en servicio en pocos meses todas las estaciones LORAN a las que se tenía acceso, los norteamericanos se habían mostrado entusiasmados, los británicos y franceses, sin tanto alborozo, pues tenían problemas acuciantes, simplemente pusieron a nuestra disposición los medios que fueran necesarios, sin límites...
En fin, que allí estaba el equipo, en la estación LORAN de Porspoder, un lugar tán parecido al Mañón natal de Pedro Varela que podía revivir las sensaciones que aquellas misteriosas antenas le producían de niño.
Sus preocupaciones iniciales en cuanto al despliegue de la red de posicionamiento y navegación eran infundados, claro que no había la cartografía y la ortometría que hubiera tenido la República Francesa de 2016, pero Aviación Civil y Defensa tenían casi todas las posiciones exactas y perfectamente georreferenciadas de todas las estaciones militares y de navegación civil que había estado instaladas en el planeta...
Tan solo hubo que esperar a que el Instituto Geografico Nacional calculase las diferencias de la deriva continental con los datos de 2016 para tener las localizaciones perfectamente georreferenciadas, curiosamente el suelo bajo nuestros pies estaba casi dos metros más cerca de América que en 2016...
- Bien, señores, -decía el jefe de equipo sacando a Pedro de sus pensamientos- Mañana los equipos eLORAN que tenemos instalados en la flota y en pruebas dejarán de funcionar en el modo LORAN-A/C y pasamos a emitir y monitorizar los pulsos de control de los modos avanzados, quiero pruebas exhaustivas, tenemos que alcanzar la mayor precisión posible... y quiero mediciones precisas de la atenuación, así que los equipos móbiles ya estais moviendo el cul* en cuanto termine esta reunión, camino a los puntos de control.
Ya está, en cuanto acabemos estas pruebas estará todo listo para desplegar los transmisores aereos.
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LA FRACTURA
COLONIA (ALEMANIA)
Metidos en el bunker, Von Bock miró a los oficiales.
-¿Todo listo?- Preguntó.
-Aún no del todo herr mariscal, Schörner dará la orden en cuanto termine de reabastecerse a las unidades por culpa del retraso en enviar el combustible.- Por no decir escaso.
-Las unidades del 1ª Ejército SS estarán en posición de salida en 24-48 horas como máximo. Herr Mariscal. Hausser y el 2º Ejército SS estarán listos en 36-52 horas.-
Von Bock meditó, el 1º Ejército encuadraba a las unidades más fanáticas incluso de las nuevas unidades formadas por presidiarios, a petición especial de Himmler debían encabezar el ataque con el equipo más nuevo, todo por culpa de esos malditos idiotas de Berlín. Hausser con las unidades más profesionales debía apoyarle.
-¿Qué dicen los meteorólogos?- Preguntó Von Bock.
-Que el frente tormentoso que llega del Ártico nos alcanzará de lleno dentro de 36 horas cubriendo toda la región.
-Señores está es la mejor oportunidad para darles un buen golpe.- Por no decir la última, el aire de Kaiserschlacht se notaba en el ambiente. -Saben perfectamente la situación.-
Von Bock sabía que era caótica por no decir otra cosa. El Ejército Werewolf retirado de primera línea se había visto asaltado por cientos de miles de padres y ni siquiera la Feldgendarmerie se atrevía a frenarles. Comprensible porque se había desatado una epidemia de hombres afectados por sogas y de ametralladoras que funcionaban mal entre las unidades regulares veteranas en cuanto veían a estos intentando llevar a los niños al frente como unidades suicidas.
El desastre se extendía por la retaguardía y era cada vez más incontenible. El Ruhr estaba rebelándose y casi en huelga. En Kiel y Hamburgo y las bases del norte donde las tripulaciones, cuyos barcos no osaban ni moverse dentro de los puertos, asustadas de que las enviaran a primera línea empezaban a comportarse como en 1918. Las unidades de germanos-checos y austríacos sufrían un goteo constante y cada vez mayor de desertores que cruzaban el frente para entregarse a los aliados.
En cuanto al este se había declarado un estraño acuerdo oficioso ni la Wehrmacht atacaba Varsovia y las localidades en manos de los polacos, ni estos atacaban a la Wehrmacht; limitándose la lucha a las unidades de SS enviadas a la zona. Ambos grupos parecían que estaban de acuerdo que para Polonia y Prusia lo mejor era evitar que entraran los soviéticos.
Metidos en el bunker, Von Bock miró a los oficiales.
-¿Todo listo?- Preguntó.
-Aún no del todo herr mariscal, Schörner dará la orden en cuanto termine de reabastecerse a las unidades por culpa del retraso en enviar el combustible.- Por no decir escaso.
-Las unidades del 1ª Ejército SS estarán en posición de salida en 24-48 horas como máximo. Herr Mariscal. Hausser y el 2º Ejército SS estarán listos en 36-52 horas.-
Von Bock meditó, el 1º Ejército encuadraba a las unidades más fanáticas incluso de las nuevas unidades formadas por presidiarios, a petición especial de Himmler debían encabezar el ataque con el equipo más nuevo, todo por culpa de esos malditos idiotas de Berlín. Hausser con las unidades más profesionales debía apoyarle.
-¿Qué dicen los meteorólogos?- Preguntó Von Bock.
-Que el frente tormentoso que llega del Ártico nos alcanzará de lleno dentro de 36 horas cubriendo toda la región.
-Señores está es la mejor oportunidad para darles un buen golpe.- Por no decir la última, el aire de Kaiserschlacht se notaba en el ambiente. -Saben perfectamente la situación.-
Von Bock sabía que era caótica por no decir otra cosa. El Ejército Werewolf retirado de primera línea se había visto asaltado por cientos de miles de padres y ni siquiera la Feldgendarmerie se atrevía a frenarles. Comprensible porque se había desatado una epidemia de hombres afectados por sogas y de ametralladoras que funcionaban mal entre las unidades regulares veteranas en cuanto veían a estos intentando llevar a los niños al frente como unidades suicidas.
El desastre se extendía por la retaguardía y era cada vez más incontenible. El Ruhr estaba rebelándose y casi en huelga. En Kiel y Hamburgo y las bases del norte donde las tripulaciones, cuyos barcos no osaban ni moverse dentro de los puertos, asustadas de que las enviaran a primera línea empezaban a comportarse como en 1918. Las unidades de germanos-checos y austríacos sufrían un goteo constante y cada vez mayor de desertores que cruzaban el frente para entregarse a los aliados.
En cuanto al este se había declarado un estraño acuerdo oficioso ni la Wehrmacht atacaba Varsovia y las localidades en manos de los polacos, ni estos atacaban a la Wehrmacht; limitándose la lucha a las unidades de SS enviadas a la zona. Ambos grupos parecían que estaban de acuerdo que para Polonia y Prusia lo mejor era evitar que entraran los soviéticos.
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LA FRACTURA
ESTARTIT 7990Z
Estación emisora LORAN de Estartit, espigón de Garbí, Torroella de Montgrí, Gerona.
-Vaale, el osciloscopio marca los ocho pulsos despues de la señal básica... a ver el... Vaale, canal de datos... transmisión de los datos DGPS.. checking... resultado: ok.... Listo.
Antonio, esto ya está, ya estamos emitiendo en Eurofix, se transmiten las correcciones diferenciales del sistema DGPS por el canal de datos y pasan el test.
- Vale, valida el formulario y confirma para enviarlo al centro de control, supongo que estarán preparandose para empezar a probar los Enhanced LORAN (eLORAN).
- Hay que Joderse, llevaba años en pruebas y ahora se pone en servicio en menos de un año, ¿recuerdas cuando cancelaron la colaboración con los ingleses por no gastar?...
- La necesidad es lo que tiene, Samuel, que se hacen las cosas aunque sea a dentelladas.
Real Instituto y Observatorio de la Armada
San Fernando, Cadiz.
Centro de Control de la Estación Emisora de Onda Larga de señal DFC77
A Felipe le acaban de notificar que tienen que aumentar la potencia de emisión de la señal DFC77, estaban emitiendo a 50 kW, igual que las originales de Frankfurt que habían desaparecido con la Fractura.
Se había replicado la señal para que todos los radiorelojes y automatismos que sincronizaban la Hora Atómica a través de la señal DFC77 siguiesen funcionando sin problemas... así no habría que desarrollar nada nuevo ni desperdiciar materiales, así que ahora eran los relojes atómicos del ROA los que mantenian la UTC.
Había que aumentar la potencia a 70 kW, eso significaba que querían hacer llegar la señal mucho más allá del centro y norte de Europa... ¿el ártico?, ¿Qué hay que sincronizar en el ártico?...
POLIGONO DE TIRO DE LAS BÁRDENAS
Navarra.
- Confirmación de lanzamiento recibida...
- Monitorizando datos de radioguía.. visualización en pantalla de señal de cámara...
- Mi Comandante... Impactos en 4, 3, 2, 1...
- Vaya, al menos la que llevaba la cámara ha dado de lleno en el blanco. Gracias, operadores, ahora vayamos a comprobar los resultados.
Las cuatro bombas radioguiadas habían acertado sus blancos, aquí en Navarra los aviones lanzadores habían usado el DGPS, que sustituía completamente la antigua señal GPS de forma transparente.
Ahora esos mismos aviones se dirigían sin variar rumbo con el resto de sus bombas a Francia, al polígono de Canjuers, al distanciarse de España, el sistema eLORAN sustituiría automáticamente a los instrumentos GPS y sería con sus datos con los que dirigirían las otras 4 bombas radioguiadas y despues harían los cálculos para el lanzamiento preciso de otras 8 de caída libre.
Estación emisora LORAN de Estartit, espigón de Garbí, Torroella de Montgrí, Gerona.
-Vaale, el osciloscopio marca los ocho pulsos despues de la señal básica... a ver el... Vaale, canal de datos... transmisión de los datos DGPS.. checking... resultado: ok.... Listo.
Antonio, esto ya está, ya estamos emitiendo en Eurofix, se transmiten las correcciones diferenciales del sistema DGPS por el canal de datos y pasan el test.
- Vale, valida el formulario y confirma para enviarlo al centro de control, supongo que estarán preparandose para empezar a probar los Enhanced LORAN (eLORAN).
- Hay que Joderse, llevaba años en pruebas y ahora se pone en servicio en menos de un año, ¿recuerdas cuando cancelaron la colaboración con los ingleses por no gastar?...
- La necesidad es lo que tiene, Samuel, que se hacen las cosas aunque sea a dentelladas.
Real Instituto y Observatorio de la Armada
San Fernando, Cadiz.
Centro de Control de la Estación Emisora de Onda Larga de señal DFC77
A Felipe le acaban de notificar que tienen que aumentar la potencia de emisión de la señal DFC77, estaban emitiendo a 50 kW, igual que las originales de Frankfurt que habían desaparecido con la Fractura.
Se había replicado la señal para que todos los radiorelojes y automatismos que sincronizaban la Hora Atómica a través de la señal DFC77 siguiesen funcionando sin problemas... así no habría que desarrollar nada nuevo ni desperdiciar materiales, así que ahora eran los relojes atómicos del ROA los que mantenian la UTC.
Había que aumentar la potencia a 70 kW, eso significaba que querían hacer llegar la señal mucho más allá del centro y norte de Europa... ¿el ártico?, ¿Qué hay que sincronizar en el ártico?...
POLIGONO DE TIRO DE LAS BÁRDENAS
Navarra.
- Confirmación de lanzamiento recibida...
- Monitorizando datos de radioguía.. visualización en pantalla de señal de cámara...
- Mi Comandante... Impactos en 4, 3, 2, 1...
- Vaya, al menos la que llevaba la cámara ha dado de lleno en el blanco. Gracias, operadores, ahora vayamos a comprobar los resultados.
Las cuatro bombas radioguiadas habían acertado sus blancos, aquí en Navarra los aviones lanzadores habían usado el DGPS, que sustituía completamente la antigua señal GPS de forma transparente.
Ahora esos mismos aviones se dirigían sin variar rumbo con el resto de sus bombas a Francia, al polígono de Canjuers, al distanciarse de España, el sistema eLORAN sustituiría automáticamente a los instrumentos GPS y sería con sus datos con los que dirigirían las otras 4 bombas radioguiadas y despues harían los cálculos para el lanzamiento preciso de otras 8 de caída libre.
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- General de Ejército
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- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
LA FRACTURA
—Gracias por recibirme, Presidente.
—Gracias a usted por mantenerme informado, general ¿qué ha ocurrido que le ha impulsado a acudir a Madrid con tanta premura?
El general García Martín se había trasladado hasta la capital en un F-5B. El empleo de un avión biplaza como transporte era algo menos que ortodoxo, pero necesitaba hablar con el Presidente del Gobierno, y no podía abandonar su puesto durante muchas horas. En cuanto acabase la reunión un helicóptero lo llevaría a Torrejón, donde le esperaba otro F-5.
—Presidente, la posibilidad que apunté en mi anterior mensaje se ha confirmado. Tenemos múltiples indicios que señalan que los alemanes van a lanzar una contraofensiva. Va a producirse dentro de muy poco tiempo: seguramente en cuarenta y ocho o setenta y dos horas, tal vez antes.
—Vaya. Pensaba que a estas alturas no tendrían capacidad.
—Y de hecho, no la tienen. Se están jugando todo lo que les queda a una carta. Están reuniendo prácticamente todo lo que les queda en el Oeste para lanzarlo contra nosotros. Los reconocimientos aéreos lo confirman: están empleando prácticamente todo su material rodante ferroviario para llevar refuerzos, municiones y equipos al Oeste.
—¿No había destruido los puentes sobre el Rin?
—Sí, Presidente, pero están empleando puentes de pontones y trasbordadores, que el mal tiempo impide atacar. Una vez llegan los refuerzos a la orilla izquierda, se trasladan hasta los puntos de concentración en las Ardenas…
—¿Las Ardenas? ¿No fue ahí donde atacaron en la anterior línea temporal?
—Sí, Presidente. Pensamos que quieren hacer lo mismo.
—Espero que no tengan problemas para derrotarles.
—Yo también lo espero, pero estoy obligado a indicarle que no va a ser fácil. Ahora no tenemos, como en los Pirineos, una gran cordillera en la que escudarnos, ni tenemos fortificaciones construidas durante meses. Al contrario que en la batalla de las Ardenas real, vamos a tener una gran inferioridad numérica. Además se prevé un periodo de muy mal tiempo que va a dificultar el apoyo aéreo.
—Es decir, que puede ser derrotado.
—Me extrañaría mucho, Presidente. Seguimos teniendo enormes ventajas. Los alemanes aun no han conseguido desarrollar ningún sistema capaz de detener a nuestros tanques. Sabemos que están montando grandes cañones navales en algunos blindados, pero serán engendros lentos y engorrosos que será fácil destruir. Sus lanzagranadas antitanque tampoco son demasiado eficaces. De hecho, hasta nos resulta favorable que ataquen: será más fácil derrotarles que si tenemos que luchar por cada pueblo. El problema es otro, y por eso quería avisarle.
—Explíquese.
—¿Recuerda la Guerra de Vietnam? ¿Ha visto la película “La chaqueta metálica”? Está ambientada en la ofensiva de Tet de 1968, cuando Vietnam del Norte lanzó un ataque general creyendo que el régimen de Saigón se derrumbaría. La ofensiva fue un desastre militar, y los sudvietnamitas, con apoyo norteamericano, vencieron en todos los enfrentamientos. Pero fue esa ofensiva la que llevó a la derrota norteamericana final. Tanto el presidente Johnson como el general Westmoreland, los máximos jefes, llevaban meses declarando que la guerra estaba ganada, y cuando empezaron a llegar imágenes de combates duros, de bajas, el pueblo estadounidense concluyó que le estaban mintiendo. Dejó de apoyar la guerra, y Nixon consiguió llegar a la presidencia prometiendo retirarse de la guerra. Tempo que ocurra algo así. Aunque venzamos, se van a producir combates muy duros y habrá bajas. Seguramente sufriremos algún revés local. Es su responsabilidad, pero considero que debe ir previniendo a la opinión pública.
Al presidente Samitier no le gustaba que le dijesen lo que tenía que hacer, pero si el general había hecho tal viaje solo para avisarle era porque estaba realmente preocupado. Además, si había llegado a Presidente era porque sabía admitir un buen consejo. Asintió con la cabeza y dejó hablar al general.
—Presidente, temo que consigamos una victoria militar pero cosechemos una derrota propagandística que arruine el esfuerzo que llevamos meses haciendo. Mi Estado Mayor considera que si se emplea la televisión para dirigirse a la nación, medio que los alemanes no pueden interceptar, en Berlín no sabrán que nos estamos preparando hasta que sea demasiado tarde para detener el ataque.
—Gracias a usted por mantenerme informado, general ¿qué ha ocurrido que le ha impulsado a acudir a Madrid con tanta premura?
El general García Martín se había trasladado hasta la capital en un F-5B. El empleo de un avión biplaza como transporte era algo menos que ortodoxo, pero necesitaba hablar con el Presidente del Gobierno, y no podía abandonar su puesto durante muchas horas. En cuanto acabase la reunión un helicóptero lo llevaría a Torrejón, donde le esperaba otro F-5.
—Presidente, la posibilidad que apunté en mi anterior mensaje se ha confirmado. Tenemos múltiples indicios que señalan que los alemanes van a lanzar una contraofensiva. Va a producirse dentro de muy poco tiempo: seguramente en cuarenta y ocho o setenta y dos horas, tal vez antes.
—Vaya. Pensaba que a estas alturas no tendrían capacidad.
—Y de hecho, no la tienen. Se están jugando todo lo que les queda a una carta. Están reuniendo prácticamente todo lo que les queda en el Oeste para lanzarlo contra nosotros. Los reconocimientos aéreos lo confirman: están empleando prácticamente todo su material rodante ferroviario para llevar refuerzos, municiones y equipos al Oeste.
—¿No había destruido los puentes sobre el Rin?
—Sí, Presidente, pero están empleando puentes de pontones y trasbordadores, que el mal tiempo impide atacar. Una vez llegan los refuerzos a la orilla izquierda, se trasladan hasta los puntos de concentración en las Ardenas…
—¿Las Ardenas? ¿No fue ahí donde atacaron en la anterior línea temporal?
—Sí, Presidente. Pensamos que quieren hacer lo mismo.
—Espero que no tengan problemas para derrotarles.
—Yo también lo espero, pero estoy obligado a indicarle que no va a ser fácil. Ahora no tenemos, como en los Pirineos, una gran cordillera en la que escudarnos, ni tenemos fortificaciones construidas durante meses. Al contrario que en la batalla de las Ardenas real, vamos a tener una gran inferioridad numérica. Además se prevé un periodo de muy mal tiempo que va a dificultar el apoyo aéreo.
—Es decir, que puede ser derrotado.
—Me extrañaría mucho, Presidente. Seguimos teniendo enormes ventajas. Los alemanes aun no han conseguido desarrollar ningún sistema capaz de detener a nuestros tanques. Sabemos que están montando grandes cañones navales en algunos blindados, pero serán engendros lentos y engorrosos que será fácil destruir. Sus lanzagranadas antitanque tampoco son demasiado eficaces. De hecho, hasta nos resulta favorable que ataquen: será más fácil derrotarles que si tenemos que luchar por cada pueblo. El problema es otro, y por eso quería avisarle.
—Explíquese.
—¿Recuerda la Guerra de Vietnam? ¿Ha visto la película “La chaqueta metálica”? Está ambientada en la ofensiva de Tet de 1968, cuando Vietnam del Norte lanzó un ataque general creyendo que el régimen de Saigón se derrumbaría. La ofensiva fue un desastre militar, y los sudvietnamitas, con apoyo norteamericano, vencieron en todos los enfrentamientos. Pero fue esa ofensiva la que llevó a la derrota norteamericana final. Tanto el presidente Johnson como el general Westmoreland, los máximos jefes, llevaban meses declarando que la guerra estaba ganada, y cuando empezaron a llegar imágenes de combates duros, de bajas, el pueblo estadounidense concluyó que le estaban mintiendo. Dejó de apoyar la guerra, y Nixon consiguió llegar a la presidencia prometiendo retirarse de la guerra. Tempo que ocurra algo así. Aunque venzamos, se van a producir combates muy duros y habrá bajas. Seguramente sufriremos algún revés local. Es su responsabilidad, pero considero que debe ir previniendo a la opinión pública.
Al presidente Samitier no le gustaba que le dijesen lo que tenía que hacer, pero si el general había hecho tal viaje solo para avisarle era porque estaba realmente preocupado. Además, si había llegado a Presidente era porque sabía admitir un buen consejo. Asintió con la cabeza y dejó hablar al general.
—Presidente, temo que consigamos una victoria militar pero cosechemos una derrota propagandística que arruine el esfuerzo que llevamos meses haciendo. Mi Estado Mayor considera que si se emplea la televisión para dirigirse a la nación, medio que los alemanes no pueden interceptar, en Berlín no sabrán que nos estamos preparando hasta que sea demasiado tarde para detener el ataque.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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