Guerra de Cuba y Filipinas 1898: ¿Pudimos hacerlo mejor?
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Cierto es que la flota comercial norteamericana no tenía el peso que adquiriría años después, pero no por ello era desdeñable, siendo ya muchos los barcos que hacían la carrera del algodón hacia GB, mientras otros conectaban con la India, Europa, u otros lugares.
http://www.theshipslist.com/ships/lines/index.htm
Algunas compañías como;
Dollar Steamship Company / Dollar Line
American Line / American Steamship Company
ya existían por aquel entonces.
Si los planes españoles de atacar por medio de la división del Carlos V se hubiesen llevado adelanten (evidentemente, suponiendo que Cervera desembarcase las ametralladoras y cañones y con sus compañías de marina reforzase San Juan y El Caney para impedir la victoria americana), las dificultades de comunicación serian un serio inconveniente para una flota obligada a adoptar una posición defensiva, pues el crucero podría haber aparecido de improviso en la zona norte de la isla de Cuba, atacando a los bloqueadores norteamericanos, que eran cruceros no protegidos y auxiliares, logrando varias victorias con facilidad, y aliviando en poco tiempo la situación de la isla. En cuanto a los supervivientes mencionados, suponiendo que se los dejase a borde de los botes salvavidas y tardasen entre 1 hora en llegar a la costa, y 1 en dar la alarma, suponen que su atacante se encontraría ya a unos 40km de distancia del lugar del ataque, a sumar el tiempo de reacción de la flota a estas noticias que tan difícil de comunicar eran.
Incluso en ese caso, el tener a su flota obligada a permanecer en funciones de bloqueo suponía un serio inconveniente para Sampson, pues les obligaba a mantenerse en una posición conocida y en mar abierto, donde podrían ser objeto de ataques. Incluso el Pelayo podría haber actuado en San Juan junto a su división, acabando con los cruceros auxiliares Yosemite y St Paul, quedando en disposición de atacar a la escuadra bloqueadora americana por la espalda tras repostar. Un ataque muy peligroso para esta, si los destructores españoles lograban acercarse a distancia de lanzamiento de torpedos durante la noche, mientras el Pelayo atacaba a corta distancia al piquete que vigilaba la entrada de la bahía con sus reflectores. Sin lugar a dudas un ataque muy complicado de llevar a cabo, pero la armada se había entrenado durante años para ello. 4 destructores para el ataque a la flota principal (suponiendo al terror en esatdo de dejar Puerto Rico tras los daños sufridos el 22 de junio), y el acorazado y el crucero para acabar con el piquete, sin descartar una posterior salida del resto de la flota, sin duda serían una seria amenaza para la flota de Sampson a pesar de su superioridad.
En definitiva, posibilidades existieron y muchas, no solo de llevar a cabo una campaña de corso, sino también de lograr importantes victorias sobre las fuerzas navales norteamericanas utilizando las fuerzas sutiles, o aprovechando la dispersión de fuerzas a las que estarían obligados al acometer las misiones de combatir el corso y bloquear al tiempo los puertos españoles de las Antillas.
http://www.theshipslist.com/ships/lines/index.htm
Algunas compañías como;
Dollar Steamship Company / Dollar Line
American Line / American Steamship Company
ya existían por aquel entonces.
Si los planes españoles de atacar por medio de la división del Carlos V se hubiesen llevado adelanten (evidentemente, suponiendo que Cervera desembarcase las ametralladoras y cañones y con sus compañías de marina reforzase San Juan y El Caney para impedir la victoria americana), las dificultades de comunicación serian un serio inconveniente para una flota obligada a adoptar una posición defensiva, pues el crucero podría haber aparecido de improviso en la zona norte de la isla de Cuba, atacando a los bloqueadores norteamericanos, que eran cruceros no protegidos y auxiliares, logrando varias victorias con facilidad, y aliviando en poco tiempo la situación de la isla. En cuanto a los supervivientes mencionados, suponiendo que se los dejase a borde de los botes salvavidas y tardasen entre 1 hora en llegar a la costa, y 1 en dar la alarma, suponen que su atacante se encontraría ya a unos 40km de distancia del lugar del ataque, a sumar el tiempo de reacción de la flota a estas noticias que tan difícil de comunicar eran.
Incluso en ese caso, el tener a su flota obligada a permanecer en funciones de bloqueo suponía un serio inconveniente para Sampson, pues les obligaba a mantenerse en una posición conocida y en mar abierto, donde podrían ser objeto de ataques. Incluso el Pelayo podría haber actuado en San Juan junto a su división, acabando con los cruceros auxiliares Yosemite y St Paul, quedando en disposición de atacar a la escuadra bloqueadora americana por la espalda tras repostar. Un ataque muy peligroso para esta, si los destructores españoles lograban acercarse a distancia de lanzamiento de torpedos durante la noche, mientras el Pelayo atacaba a corta distancia al piquete que vigilaba la entrada de la bahía con sus reflectores. Sin lugar a dudas un ataque muy complicado de llevar a cabo, pero la armada se había entrenado durante años para ello. 4 destructores para el ataque a la flota principal (suponiendo al terror en esatdo de dejar Puerto Rico tras los daños sufridos el 22 de junio), y el acorazado y el crucero para acabar con el piquete, sin descartar una posterior salida del resto de la flota, sin duda serían una seria amenaza para la flota de Sampson a pesar de su superioridad.
En definitiva, posibilidades existieron y muchas, no solo de llevar a cabo una campaña de corso, sino también de lograr importantes victorias sobre las fuerzas navales norteamericanas utilizando las fuerzas sutiles, o aprovechando la dispersión de fuerzas a las que estarían obligados al acometer las misiones de combatir el corso y bloquear al tiempo los puertos españoles de las Antillas.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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España
He encontrado este articulo de Luis Navarro Garcia:
"1898, la incierta victoria de Cuba"
Menciona esto:
Esto me parece extraño ya que tenia entendido que con Weyler,la guerra se estaba ganando,pero con Blanco la cosa estaba estancanda,pero aqui el autor dice algo diferente,no se que opinas.
Esto contradice,lo que se sabe de guerra de 1898,que era que con Weyler se estaba ganando la contienda pero con Blanco se empato la cosa.
Aqui esta el articulo:
http://estudiosamericanos.revistas.csic ... ew/370/376
"1898, la incierta victoria de Cuba"
Menciona esto:
La última guerra hispano-cubana comenzó en 1895 mostrando la superioridad del
ejército mambí, como lo acredita la “invasión” de las provincias occidentales de la isla
por Gómez y Maceo. Sin embargo, el curso de la contienda experimentó, aunque lentamente,
un giro favorable a las tropas españolas, dirigidas por el general Weyler durante
los dos años siguientes, restableciéndose el dominio español en casi todo el territorio al
oeste de la “trocha”. El cambio de gobierno a raíz del asesinato de Cánovas trajo como
consecuencia un cambio de política —la concesión de la autonomía por Sagasta— y la
sustitución de Weyler, víctima de una campaña de desprestigio en la misma España, por el
general Blanco. Esto acarreó una demora en el inicio de la campaña de 1897-1898 y un
cambio en el plan de operaciones, pero Blanco y su segundo Pando reanudaron la ofensiva,
ahora sobre todo en Oriente y Camagüey, preparando una ya próxima victoria final.
Esa victoria, sin embargo, les fue arrebatada a los generales españoles por la intervención
norteamericana.
Esto me parece extraño ya que tenia entendido que con Weyler,la guerra se estaba ganando,pero con Blanco la cosa estaba estancanda,pero aqui el autor dice algo diferente,no se que opinas.
En los primeros meses de 1898 todo apuntaba al triunfo definitivo de
las armas españolas en plazo no muy largo, y esta sería la situación imperante
hasta la suspensión unilateral de las hostilidades decidida por el
gobierno español. Según lo expresó el capitán general Blanco, la ocupación
de la línea del Cauto y las posteriores operaciones combinadas “determinaron
un indiscutible progreso en el estado de la guerra separatista, que
todo hacía creer terminaría en breve plazo”; se había producido “gran quebranto
de la insurrección”, de modo que “el enemigo, batido en sus principales
refugios, apenas presentaba ya resistencia, recorriendo las tropas el país en pequeñas columnas y acentuándose en él una saludable reacción
favorable a la paz”.
Esto contradice,lo que se sabe de guerra de 1898,que era que con Weyler se estaba ganando la contienda pero con Blanco se empato la cosa.
Aqui esta el articulo:
http://estudiosamericanos.revistas.csic ... ew/370/376
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Por lo que entiendo tras leer esta tesis, el autor defiende que con Weyler la guerra se hubiese ganado tras la reanudación de las ofensivas tras la época de lluvias, que era lo previsto.
Asimismo, Blanco emprendió las primeras operaciones en Oriente tras esas lluvias, logrando varios éxitos y moviéndose las tropas españolas con bastante libertad, al haber quedado reducidas las fuerzas mambises a pocos hombres (pag 20). El propio Gómez no contaría con más de 300 mambises en su columna, y disfrutaría de poca movilidad, así pasaría de 48 combates en el 1896, a 23 en el 97, y solo 7 en el 98, claro indicio de su agotamiento (pag 11). Es la paralización de las operaciones política ordenada por Sagasta la que permite alargar el conflicto, y ofrece una imagen de debilidad al conceder al autonomía cuando la victoria estaba al alcance de la mano.
En resumen, el autor dice que con Blanco las operaciones siguieron el mismo curso que estaban siguiendo con Weyler hasta que los politicos se metieron por medio.
Asimismo, Blanco emprendió las primeras operaciones en Oriente tras esas lluvias, logrando varios éxitos y moviéndose las tropas españolas con bastante libertad, al haber quedado reducidas las fuerzas mambises a pocos hombres (pag 20). El propio Gómez no contaría con más de 300 mambises en su columna, y disfrutaría de poca movilidad, así pasaría de 48 combates en el 1896, a 23 en el 97, y solo 7 en el 98, claro indicio de su agotamiento (pag 11). Es la paralización de las operaciones política ordenada por Sagasta la que permite alargar el conflicto, y ofrece una imagen de debilidad al conceder al autonomía cuando la victoria estaba al alcance de la mano.
En resumen, el autor dice que con Blanco las operaciones siguieron el mismo curso que estaban siguiendo con Weyler hasta que los politicos se metieron por medio.
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Como decís parece que un refuerzo desde la metrópoli se había hecho necesario dadas la inmovilidad de Cervera que se había metido en Santiago en hábil maniobra pero, a pesar de que tuvo tiempo y recursos para haber salido, fue finalmente bloqueado por el grueso de la UN simplificando mucho, en mi opinión demasiado, la guerra a los yankees.
Hubo dos intentos de hacerlo. La primera, ordenada el 27 de mayo, era una operación con todos lo buques disponibles que una vez en Las Palmas se dividirían en tres grupos. El Pelayo, la Vitoria y tres destructores constituirían un grupo que tras hacer rumbo al Caribe se perderían unos días en el mar, en una maniobra de distracción, y volverían a la península. Esto desde luego preocuparía mucho a los yankees. El grupo del Carlos V al mando del almirante Cámara con tres auxiliares y el aviso Giralda cruzaría el atlántico y atacaría las costas americanas de sur a norte, en concreto tanto “posiciones fortificadas” u otras “justificadas” como haciendo “presas”. El plan preveía que la agrupación llegara hasta Halifax y volviera luego al Caribe para tomar puerto en La Habana, en Santiago o en San Juan, todo ello si convenía a discreción del comandante de la agrupación almirante Cámara.
El tercer grupo al mando del capitán de navío José Barrasa y compuesto por tres cruceros auxiliares, iría a las costas de Brasil donde atacaría a los buques que “desde la costa oriental de los Estados Unidos van a la América del Sur o al Pacífico, y de los que vienen de retorno”. Cuando se quedara sin combustible suficiente debería recabar noticias en la Martinica y en caso de no tener órdenes del gobierno volver a Las Palmas. Ambas agrupaciones deberían en todo momento atenerse a los preceptos del derecho internacional, procurando evitar todo motivo de reclamación de las potencias neutrales.
Finalmente la situación en Filipinas se impuso y la operación se suspendió pero el gobierno planeó otra. Tres cruceros auxiliares al mando de Barrasa cruzarían el atlántico y atacarían las costas americanas en similares condiciones que la división del Carlos V en el proyecto anterior. La noticia le fue comunicada a Cervera el dia 23 de junio pero no llegó a realizarse.
Llama la atención la lentitud del gobierno en preparar esta incursión ya que no dio órdenes a Rabasa hasta el día 29, una semana después de comunicárselo a Cervera, siendo de suponer que los buques estarían preparados desde el mes anterior. Cualquiera de estas operaciones, o las que sugerís del Colón, habrían resultado de ayuda a la vista de la inmovilidad de Cervera, falta saber si éste habría por fin intentado algo.
Hubo dos intentos de hacerlo. La primera, ordenada el 27 de mayo, era una operación con todos lo buques disponibles que una vez en Las Palmas se dividirían en tres grupos. El Pelayo, la Vitoria y tres destructores constituirían un grupo que tras hacer rumbo al Caribe se perderían unos días en el mar, en una maniobra de distracción, y volverían a la península. Esto desde luego preocuparía mucho a los yankees. El grupo del Carlos V al mando del almirante Cámara con tres auxiliares y el aviso Giralda cruzaría el atlántico y atacaría las costas americanas de sur a norte, en concreto tanto “posiciones fortificadas” u otras “justificadas” como haciendo “presas”. El plan preveía que la agrupación llegara hasta Halifax y volviera luego al Caribe para tomar puerto en La Habana, en Santiago o en San Juan, todo ello si convenía a discreción del comandante de la agrupación almirante Cámara.
El tercer grupo al mando del capitán de navío José Barrasa y compuesto por tres cruceros auxiliares, iría a las costas de Brasil donde atacaría a los buques que “desde la costa oriental de los Estados Unidos van a la América del Sur o al Pacífico, y de los que vienen de retorno”. Cuando se quedara sin combustible suficiente debería recabar noticias en la Martinica y en caso de no tener órdenes del gobierno volver a Las Palmas. Ambas agrupaciones deberían en todo momento atenerse a los preceptos del derecho internacional, procurando evitar todo motivo de reclamación de las potencias neutrales.
Finalmente la situación en Filipinas se impuso y la operación se suspendió pero el gobierno planeó otra. Tres cruceros auxiliares al mando de Barrasa cruzarían el atlántico y atacarían las costas americanas en similares condiciones que la división del Carlos V en el proyecto anterior. La noticia le fue comunicada a Cervera el dia 23 de junio pero no llegó a realizarse.
Llama la atención la lentitud del gobierno en preparar esta incursión ya que no dio órdenes a Rabasa hasta el día 29, una semana después de comunicárselo a Cervera, siendo de suponer que los buques estarían preparados desde el mes anterior. Cualquiera de estas operaciones, o las que sugerís del Colón, habrían resultado de ayuda a la vista de la inmovilidad de Cervera, falta saber si éste habría por fin intentado algo.
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Seper33
El gobierno liberal de Sagasta fue una de las mayores calamidades sufridas en este país, no por la derrota propiamente dicha, sino por la indecisión en los planteamientos, la ligereza de sus cálculos y ordenes, y el propio auto convencimiento de la derrota que lastro sus decisiones a lo largo de toda la guerra. En gran parte una actitud motivada por su propia ideología contraria al ejército, pues muchos años antes ya preguntaban en el congreso, para que necesitaba España gastar tanto dinero en renovar su flota.
guerra1
En un primer momento las operaciones continuaron, aunque aun ritmo mucho más pausado que el empleado por Weyler meses antes, pero posteriormente cesaron por órdenes políticas, al tratar el gobierno liberal de lograr un acercamiento que incluyo la autonomia.
El gobierno liberal de Sagasta fue una de las mayores calamidades sufridas en este país, no por la derrota propiamente dicha, sino por la indecisión en los planteamientos, la ligereza de sus cálculos y ordenes, y el propio auto convencimiento de la derrota que lastro sus decisiones a lo largo de toda la guerra. En gran parte una actitud motivada por su propia ideología contraria al ejército, pues muchos años antes ya preguntaban en el congreso, para que necesitaba España gastar tanto dinero en renovar su flota.
guerra1
En un primer momento las operaciones continuaron, aunque aun ritmo mucho más pausado que el empleado por Weyler meses antes, pero posteriormente cesaron por órdenes políticas, al tratar el gobierno liberal de lograr un acercamiento que incluyo la autonomia.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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USA tambien tuvo mucha suerte con respecto a las circunstancias de la Armada en 1898. De haber sido terminados los Cisneros en plazos normales, con o sin modificaciones sobre el proyecto original, las fuerzas de cruceros acorazados disponibles hubieran sido simplemente el doble de las disponibles. Ello para una campaña de corso, especialmente dispersando las fuerzas disponibles, hubiese tenido efectos más notables. E incluso con las fuerzas concentradas, incluso en la trágica situación de la ratonera de Santiago, no era lo mismo acabar con 4 cruceros que con 7 u 8 de contar con el Carlos V. Los buques seguirian sin poder aguantar un vis a vis con los acorazados americanos -Especialmente si los Cisneros venían sin las modificaciones sobre el proyecto de los Teresa originales, lo que suponía seguir teniendo una acusada debilidad en altos costados como los cruceros acorazados de primera generacion en general- mucho mejor blindados y con las poderosas piezas de 203 mm, pero a cambio eran mas numerosos. Por supuesto USA seguia teniendo más acorazados en construccion para ese mismo 1898, pero desde luego, aquellos se entregaron en plazos normales.
Lo mismo se puede decir para la escuadrilla Villaamil; Recuerdese que la mitad de los destructores adquiridos por el plan de emergencia no llegaron a tiempo para la contienda, por un retraso que algunos han considerado deliberado y provocado por el gobierno británico, pero que al menos, como amargo consuelo, permitiría que los buques a la larga saliesen gratis, al dar la razón la justicia británica a España y obligar a Thomson a devolver el importe mas una indemnización por los perjuicios sufridos en el conflicto. Igualmente, no era lo mismo contar con 3 destructores que con 6: Eso hubiese podido cambiar muchas cosas en la campaña, empezando quizá por el episodio de no poder mandar al Caribe los Ariete, Rayo y Azor con Villaamil por mal tiempo y el bluff de los cruceros americanos, que acabó por motivar que se ordenase el retorno de los poco marineros torpederos con su madrina el Ciudad de Cádiz a la península y esperar los destructores la llegada de los cruceros de Cervera para su proteccion. Y aunque de contar con el doble de destructores se hubiese hecho caso del bluff americano, hubiese sido igualmente el doble de destructores en campaña y eso significa el doble de oportunidades de encajar torpedos, a sumar a la capacidad torpedera de los cruceros -Igualmente, duplicados- en caso de una salida nocturna.
Y si el encuentro se hubiese dado en alta mar, era absolutamente necesaria la concentración de fuerzas para la US Navy. Sampson, cuando en un alarde de incompetencia desobedeció sus propios planes de campaña para llevarse la gloria de cazar a Cervera antes de llegar dirigiendose a San Juan, había previsto enfrentarse en columna a Cervera, mientras parece ser que ante esa eventualidad los cruceros españoles hubiesen formado en linea de fila con los destructores -Ahora muchos más- a sotafuego en paralelo de la linea de batalla, esperando a lanzarse sobre el adversario si las distancias del combate se acortaban, o si caía la noche.
Igualmente, de haber salido potables los dos Reina Regente nacionales, el escenario de Cavite podría haber sido mucho más igualado. Quien sabe, tambien, si de haberse contratado la construccion de todos ellos a astilleros españoles, pero privados y de capital inglés con asistencia técnica inglesa (Como sucedía en el caso de los Infanta María Teresa), por no hablar de una posibilidad más radical pero aplicada por emergentes como Japón que era comprar directamente al exterior, al menos en la mayoria de obras... No hubiesen salido los buques mejores -A pesar de los problemas que ese tipo de crucero dio siempre incluso en su prototipo, y su pariente chileno tambien se aquejó de problemas similares que los japoneses aliviaron-, y por supuesto en sus plazos, lo que es extensible a los cisneros.
Todo ello por supuesto bien aliñado con los problemas de mantenimiento de las escuadras del apostadero y del pacífico, que sufrieron, a su vez, por la rebaja de presupuestos desde la campaña de Melilla de 1893. Presupuestos que a su vez afectaban a la construccion de unidades en los arsenales estatales por falta de recursos, con la consiguiente lentitud de obras. Lo mismo se puede aplicar a la falta de ejercicios de tiro desde mediados de la década de 1890, y quizá a la correcta conservacion de las minas que vio las partidas dedicadas a ello gravemente cercenadas. Minas, como es sabido, con posibilidades tanto ofensivas como defensivas, que fallaron invariablemente en toda la contienda.
La incompetencia del mando, al final, era la guinda del pastel a un enorme cúmulo de despropósitos que habían llevado a esa situación, políticos, economicos, y militares, todos al final tenian su parte de culpa en el desastre. Muy triste en mi opinión para una Armada que había conseguido resucitar de la nada en los tiempos de Isabel II, cayendo en obsolescencia despues, pero con ambiciosos -Y con requisitos poco usuales para muchas marinas como los enormes alcances necesarios, producto de colonias tan alejadas sin disponer en cambio de bases intermedias- objetivos.
La victoria, al final, para USA fue fácil y rápida. Bien es cierto que por fortuna y desidia España fue la primera en facilitarle la tarea, y con ello su definitiva hegemonía sobre el Caribe y Sudamérica, donde ya disputaban seriamente el dominio económico británico.
Lo mismo se puede decir para la escuadrilla Villaamil; Recuerdese que la mitad de los destructores adquiridos por el plan de emergencia no llegaron a tiempo para la contienda, por un retraso que algunos han considerado deliberado y provocado por el gobierno británico, pero que al menos, como amargo consuelo, permitiría que los buques a la larga saliesen gratis, al dar la razón la justicia británica a España y obligar a Thomson a devolver el importe mas una indemnización por los perjuicios sufridos en el conflicto. Igualmente, no era lo mismo contar con 3 destructores que con 6: Eso hubiese podido cambiar muchas cosas en la campaña, empezando quizá por el episodio de no poder mandar al Caribe los Ariete, Rayo y Azor con Villaamil por mal tiempo y el bluff de los cruceros americanos, que acabó por motivar que se ordenase el retorno de los poco marineros torpederos con su madrina el Ciudad de Cádiz a la península y esperar los destructores la llegada de los cruceros de Cervera para su proteccion. Y aunque de contar con el doble de destructores se hubiese hecho caso del bluff americano, hubiese sido igualmente el doble de destructores en campaña y eso significa el doble de oportunidades de encajar torpedos, a sumar a la capacidad torpedera de los cruceros -Igualmente, duplicados- en caso de una salida nocturna.
Y si el encuentro se hubiese dado en alta mar, era absolutamente necesaria la concentración de fuerzas para la US Navy. Sampson, cuando en un alarde de incompetencia desobedeció sus propios planes de campaña para llevarse la gloria de cazar a Cervera antes de llegar dirigiendose a San Juan, había previsto enfrentarse en columna a Cervera, mientras parece ser que ante esa eventualidad los cruceros españoles hubiesen formado en linea de fila con los destructores -Ahora muchos más- a sotafuego en paralelo de la linea de batalla, esperando a lanzarse sobre el adversario si las distancias del combate se acortaban, o si caía la noche.
Igualmente, de haber salido potables los dos Reina Regente nacionales, el escenario de Cavite podría haber sido mucho más igualado. Quien sabe, tambien, si de haberse contratado la construccion de todos ellos a astilleros españoles, pero privados y de capital inglés con asistencia técnica inglesa (Como sucedía en el caso de los Infanta María Teresa), por no hablar de una posibilidad más radical pero aplicada por emergentes como Japón que era comprar directamente al exterior, al menos en la mayoria de obras... No hubiesen salido los buques mejores -A pesar de los problemas que ese tipo de crucero dio siempre incluso en su prototipo, y su pariente chileno tambien se aquejó de problemas similares que los japoneses aliviaron-, y por supuesto en sus plazos, lo que es extensible a los cisneros.
Todo ello por supuesto bien aliñado con los problemas de mantenimiento de las escuadras del apostadero y del pacífico, que sufrieron, a su vez, por la rebaja de presupuestos desde la campaña de Melilla de 1893. Presupuestos que a su vez afectaban a la construccion de unidades en los arsenales estatales por falta de recursos, con la consiguiente lentitud de obras. Lo mismo se puede aplicar a la falta de ejercicios de tiro desde mediados de la década de 1890, y quizá a la correcta conservacion de las minas que vio las partidas dedicadas a ello gravemente cercenadas. Minas, como es sabido, con posibilidades tanto ofensivas como defensivas, que fallaron invariablemente en toda la contienda.
La incompetencia del mando, al final, era la guinda del pastel a un enorme cúmulo de despropósitos que habían llevado a esa situación, políticos, economicos, y militares, todos al final tenian su parte de culpa en el desastre. Muy triste en mi opinión para una Armada que había conseguido resucitar de la nada en los tiempos de Isabel II, cayendo en obsolescencia despues, pero con ambiciosos -Y con requisitos poco usuales para muchas marinas como los enormes alcances necesarios, producto de colonias tan alejadas sin disponer en cambio de bases intermedias- objetivos.
La victoria, al final, para USA fue fácil y rápida. Bien es cierto que por fortuna y desidia España fue la primera en facilitarle la tarea, y con ello su definitiva hegemonía sobre el Caribe y Sudamérica, donde ya disputaban seriamente el dominio económico británico.
"Guarda con ello, como un tesoro, los nombres de los miles de héroes que cayeron por Marruecos y no contra Marruecos". General Alfredo Paniagua.
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España
Gaspacher y CVR en el libro de John Tone:
War and genocide in Cuba, 1895-1898 - Página 238
Knowing that the Cuban insurgent leaders would never accept autonomy, it became clear that only American intervention could break the stalemate
El escribe que la guerra era un estancamiento.
Y lo mismo dice John Offner
An unwanted war
War and genocide in Cuba, 1895-1898 - Página 238
Knowing that the Cuban insurgent leaders would never accept autonomy, it became clear that only American intervention could break the stalemate
El escribe que la guerra era un estancamiento.
Y lo mismo dice John Offner
An unwanted war
But the facts favor a stalemate. By 1898, both the Spanish and the Cubans were war-weary, and the scale of military operations had diminished during 1897.
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Yo más bien creo que USA busco su propia suerte. Toda la expansión naval norteamericana de la década de 1890 se hizo con vistas a un más que probable enfrentamiento con España, que a la postre era la única potencia europea que se interponía en la esfera de influencia caribeña que USA ansiaba. Mientras expandía su flota, no hizo ascos a dar garantías a España de sus intenciones pacificas, y solo cuando estuvo preparada, y disponiendo de unas fuerzas claramente superiores busco el enfrentamiento. Posiblemente de haber dispuesto España de una flota mayor, que incluyese los Cisneros y los destructores mencionados, se hubiesen limitado a esperar 1 ó 2 años más mientras construían otros 3 acorazados.
De todas formas en último término, si con 4 cruceros acorazados y protegidos y 2 destructores, Cervera no fue capaz de realizar una campaña de corso, y se empecino en buscar el enfrentamiento, con 5 o 7 hubiese sido aun peor. Sin duda hubiese encerrado su flota en Santiago y luego la hubiese hecho salir a plena luz en fila de a uno, y con 10 minutos de separación para dar tiempo a los artilleros enemigos a afinar la puntería.
Sampson no estuvo fino en algunas decisiones que tomo, como por ejemplo en esa que mencionas, en gran medida por la falta de información derivada de la precariedad de las comunicaciones de la época, pero aun así llamarlo incompetente es demasiado, sobre todo cuando lo comparamos con su adversario. En cuanto a las tácticas que mencionas en caso de combate en alta mar, la línea no sería garantía de nada. Es cierto que temporalmente le ofrecería una buena potencia de fuego*, y sobre todo la posibilidad de lograr efectuar algún ataque con los destructores, pero la columna ofrece una inmejorable oportunidad de cortar la T del adversario, en cuyo caso la destrucción de la flota española sería casi segura.
* En este caso esta potencia de fuego se vería aminorada por el escaso alcance efectivo de las armas de la época, no más de 3 ó 4.000mts, lo que posiblemente impediría que alguno de los buques de principio o fin de la línea lograse un tiro efectivo durante la maniobra norteamericana.
Para que el escenario de Cavite hubiese sido distinto, posiblemente hubiese bastado con que el ejército instalase las baterías de 150mm previstas para defender la flota en la bahía, o bien que la flota se hubiese dirigido a un puerto mejor protegido, que los había.
En último término España solo tenía una posibilidad de victoria, la total destrucción de la flota americana, cualquier otra cosa tan solo llevaría a una derrota más o menos honrosa, y con algo de suerte, salvar los muebles en Filipinas, Guam, y Puerto Rico. Desgraciadamente las posibilidades de destruir una flota mucho más poderosa como la americana pasaban por dos posibilidades.
La primera que la flota norteamericana se disgregase para tratar de dar caza a los cruceros españoles durante una campaña de corso efectiva, y que los enfrentamientos se produjesen entre unidades norteamericanas aisladas y escuadras españolas de 2 ó más naves. Incluso en este caso tendría que ocurrir muchos enfrentamientos en poco tiempo para impedir que los norteamericanos adoptasen nuevas tácticas tras la derrota, así que muy poco probable.
La segunda pasaría por un ataque por sorpresa a la flota de Sampson, bien por parte de los destructores de Cervera, que difícilmente lograrían una victoria total, o bien por los destructores de la división del Pelayo, a ser posible con la participación del propio Pelayo, el Carlos V, el terror que estaba en San Juan, y con suerte alguno de los torpederos Azor que hubiesen estado estacionados en San Juan. Un ataque nocturno con 4 destructores y 3 torpederos supondrían 17 torpedos en un primer golpe por sorpresa, y de lograr algunos blancos podrían acabar fácilmente con varias de las naves norteamericanas al mismo tiempo que los BB acababan con el piquete, tanto con sus cañones como con los 13 torpedos que llevaban montados entre los dos. Incluso en el peor de los casos el Pelayo podría atacar junto a los destructores y torpederos, sumando otros 7 torpedos, y dejarle al Carlos V y sus 6 torpedos, el piquete. la perdida de una parte sustancial de la escuadra norteamericana en Santiago de Cuba, hubiese dejado a la flota de Cervera, o mejor a la flota de Camara, reforzada por la de Cervera, en disposición de atacar con total libertad las costas norteamericanas, al mismo tiempo que las fuerzas de Shafter quedaban aisladas en tierra a un paso de la derrota.
Ya puestos a España le hubiese bastado con construir 3 ó 4 submarinos Peral aprovechando la experiencia del primero, e incluso modificados con motores de combustión, pues Rudolf Diesel diseño su primer motor en 1892, curiosamente para utilizar aceite de palma como combustible.
Por supuesto la falta de mantenimiento fue un acicate más, al que podemos unir la incompetencia de políticos cortoplacistas que clamaban en contra de las adquisiciones navales considerándolas un dispendio inútil ante la falta de enemigos, y económicos y militares por no combatir la corrupción en los astilleros y la industria armamentística. A pesar de todo no podemos olvidar que la guerra de Cuba consumió no pocos recursos, lastrando tanto las adquisiciones como el mantenimiento de otras ramas y armas no implicadas en la guerra con los mambises. Pese a todo, la mayor culpa fue del propio Cervera que, teniendo opciones de llevar a cabo sus órdenes, nunca se comporto como se esperaba de él, y llevo a la escuadra a un sacrificio inmerecido buscando un enfrentamiento abierto para el que la flota no había sido diseñada.
guerra1
Ninguna de esas opiniones impide que Blanco en un primer momento tratase de proseguir con las operaciones.
De todas formas en último término, si con 4 cruceros acorazados y protegidos y 2 destructores, Cervera no fue capaz de realizar una campaña de corso, y se empecino en buscar el enfrentamiento, con 5 o 7 hubiese sido aun peor. Sin duda hubiese encerrado su flota en Santiago y luego la hubiese hecho salir a plena luz en fila de a uno, y con 10 minutos de separación para dar tiempo a los artilleros enemigos a afinar la puntería.
Sampson no estuvo fino en algunas decisiones que tomo, como por ejemplo en esa que mencionas, en gran medida por la falta de información derivada de la precariedad de las comunicaciones de la época, pero aun así llamarlo incompetente es demasiado, sobre todo cuando lo comparamos con su adversario. En cuanto a las tácticas que mencionas en caso de combate en alta mar, la línea no sería garantía de nada. Es cierto que temporalmente le ofrecería una buena potencia de fuego*, y sobre todo la posibilidad de lograr efectuar algún ataque con los destructores, pero la columna ofrece una inmejorable oportunidad de cortar la T del adversario, en cuyo caso la destrucción de la flota española sería casi segura.
* En este caso esta potencia de fuego se vería aminorada por el escaso alcance efectivo de las armas de la época, no más de 3 ó 4.000mts, lo que posiblemente impediría que alguno de los buques de principio o fin de la línea lograse un tiro efectivo durante la maniobra norteamericana.
Para que el escenario de Cavite hubiese sido distinto, posiblemente hubiese bastado con que el ejército instalase las baterías de 150mm previstas para defender la flota en la bahía, o bien que la flota se hubiese dirigido a un puerto mejor protegido, que los había.
En último término España solo tenía una posibilidad de victoria, la total destrucción de la flota americana, cualquier otra cosa tan solo llevaría a una derrota más o menos honrosa, y con algo de suerte, salvar los muebles en Filipinas, Guam, y Puerto Rico. Desgraciadamente las posibilidades de destruir una flota mucho más poderosa como la americana pasaban por dos posibilidades.
La primera que la flota norteamericana se disgregase para tratar de dar caza a los cruceros españoles durante una campaña de corso efectiva, y que los enfrentamientos se produjesen entre unidades norteamericanas aisladas y escuadras españolas de 2 ó más naves. Incluso en este caso tendría que ocurrir muchos enfrentamientos en poco tiempo para impedir que los norteamericanos adoptasen nuevas tácticas tras la derrota, así que muy poco probable.
La segunda pasaría por un ataque por sorpresa a la flota de Sampson, bien por parte de los destructores de Cervera, que difícilmente lograrían una victoria total, o bien por los destructores de la división del Pelayo, a ser posible con la participación del propio Pelayo, el Carlos V, el terror que estaba en San Juan, y con suerte alguno de los torpederos Azor que hubiesen estado estacionados en San Juan. Un ataque nocturno con 4 destructores y 3 torpederos supondrían 17 torpedos en un primer golpe por sorpresa, y de lograr algunos blancos podrían acabar fácilmente con varias de las naves norteamericanas al mismo tiempo que los BB acababan con el piquete, tanto con sus cañones como con los 13 torpedos que llevaban montados entre los dos. Incluso en el peor de los casos el Pelayo podría atacar junto a los destructores y torpederos, sumando otros 7 torpedos, y dejarle al Carlos V y sus 6 torpedos, el piquete. la perdida de una parte sustancial de la escuadra norteamericana en Santiago de Cuba, hubiese dejado a la flota de Cervera, o mejor a la flota de Camara, reforzada por la de Cervera, en disposición de atacar con total libertad las costas norteamericanas, al mismo tiempo que las fuerzas de Shafter quedaban aisladas en tierra a un paso de la derrota.
Ya puestos a España le hubiese bastado con construir 3 ó 4 submarinos Peral aprovechando la experiencia del primero, e incluso modificados con motores de combustión, pues Rudolf Diesel diseño su primer motor en 1892, curiosamente para utilizar aceite de palma como combustible.
Por supuesto la falta de mantenimiento fue un acicate más, al que podemos unir la incompetencia de políticos cortoplacistas que clamaban en contra de las adquisiciones navales considerándolas un dispendio inútil ante la falta de enemigos, y económicos y militares por no combatir la corrupción en los astilleros y la industria armamentística. A pesar de todo no podemos olvidar que la guerra de Cuba consumió no pocos recursos, lastrando tanto las adquisiciones como el mantenimiento de otras ramas y armas no implicadas en la guerra con los mambises. Pese a todo, la mayor culpa fue del propio Cervera que, teniendo opciones de llevar a cabo sus órdenes, nunca se comporto como se esperaba de él, y llevo a la escuadra a un sacrificio inmerecido buscando un enfrentamiento abierto para el que la flota no había sido diseñada.
guerra1
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A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Eso, es casi imposible de saber.
Kalma
Siguiendo con las capacidades españolas frente a la escuadra norteamericana de haber contado con los cruceros mencionados, no podemos olvidar, que en verano de 1898, USA tenia los acorazados Kearsarge, Kentucky, Illinois, Alabama, y Wiconsin, en construcción, de los que los 3 primeros ya estaban botados.
Clase Kearsarge
Desplazamiento: 11,540 toneladas
Armamento: 4 × 330 mm (2x2), 4 × 203 mm (2x2), 14 × 152 mm (14x1)
Velocidad: 15 nudos
Naves de esta clase: 2: USS Kearsarge y USS Kentucky
Comisionado: 20 de febrero de 1900
Destino: Desarmado 29 mayo de 1920
Clase Illinois
Desplazamiento: 11,565 toneladas
Armamento: 4 × 330 mm (2x2), 14 × 152 mm (14x1), 4 tubos torpederos
Velocidad: 17 nudos
Naves de esta clase: 3: USS Illinois, USS Alabama, y USS Wisconsin
Comisionado: 16 de octubre de 1900
Destino: Desarmado 17 julio de 1920
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Acor ... dos_Unidos
Kalma
Siguiendo con las capacidades españolas frente a la escuadra norteamericana de haber contado con los cruceros mencionados, no podemos olvidar, que en verano de 1898, USA tenia los acorazados Kearsarge, Kentucky, Illinois, Alabama, y Wiconsin, en construcción, de los que los 3 primeros ya estaban botados.
Clase Kearsarge
Desplazamiento: 11,540 toneladas
Armamento: 4 × 330 mm (2x2), 4 × 203 mm (2x2), 14 × 152 mm (14x1)
Velocidad: 15 nudos
Naves de esta clase: 2: USS Kearsarge y USS Kentucky
Comisionado: 20 de febrero de 1900
Destino: Desarmado 29 mayo de 1920
Clase Illinois
Desplazamiento: 11,565 toneladas
Armamento: 4 × 330 mm (2x2), 14 × 152 mm (14x1), 4 tubos torpederos
Velocidad: 17 nudos
Naves de esta clase: 3: USS Illinois, USS Alabama, y USS Wisconsin
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Destino: Desarmado 17 julio de 1920
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Acor ... dos_Unidos
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Hola
Gaspacher
Eso, es casi imposible de saber
Pero si se puede saber,solo hay que contrastar las distintas fuentes que existen(americanas,cubanas y españolas) sobre la campaña de Blanco en 1898 y se determina que tan exitosa fue esta ofensiva española en Oriente.
Yo tengo algunas,pero se contradicen sobre el exito de Blanco en su campaña del Cauto.
Por ejemplo Weyler dice esto de Blanco:
"Quedo reducido a algunas operaciones en Santi Spiritus para perseguir a Maximo Gomez que no dieron resultado notable"
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Siguiendo con las capacidades españolas frente a la escuadra norteamericana de haber contado con los cruceros mencionados, no podemos olvidar, que en verano de 1898, USA tenia los acorazados Kearsarge, Kentucky, Illinois, Alabama, y Wiconsin, en construcción, de los que los 3 primeros ya estaban botados.
Lo sé, por eso decía que :
Por supuesto USA seguia teniendo más acorazados en construccion para ese mismo 1898, pero desde luego, aquellos se entregaron en plazos normales.
Y es que los Kentucky, Illinois, Alabama y Wisconsin no estarían listos hasta bien despues de la guerra. Desde luego que los Cisneros tampoco (10 años que le faltaban todavía a los dos ultimos!!!21 años desde que fueron encargados, por más reforma que se le añada!! ) , pero ya estaban teniendo una construccion anormalmente larga. 11 años hacía ya de que se encargaron, un plazo ya bastante largo, sin duda consecuencia de su construccion en arsenales del estado con su penuria material por recortes sobretodo luego de 1893. De los protegidos españoles que llevaban tiempo completados y que prácticamente nunca fueron buques de combate operativos mejor ni hablamos ya.
Posiblemente de haber dispuesto España de una flota mayor, que incluyese los Cisneros y los destructores mencionados, se hubiesen limitado a esperar 1 ó 2 años más mientras construían otros 3 acorazados.
Pienso lo mismo. Pero a USA no le convenía esperar a una derrota de los mambises que en 1898 era mucho más verosimil que en 1895.
Por supuesto ello no impedia que 1 o 2 años despues se sacasen otra excusa de la manga, claro. A la larga, USA podía imponerse porque tenía superior capacidad economica e industrial.
De todas formas en último término, si con 4 cruceros acorazados y protegidos y 2 destructores, Cervera no fue capaz de realizar una campaña de corso, y se empecino en buscar el enfrentamiento, con 5 o 7 hubiese sido aun peor. Sin duda hubiese encerrado su flota en Santiago y luego la hubiese hecho salir a plena luz en fila de a uno, y con 10 minutos de separación para dar tiempo a los artilleros enemigos a afinar la puntería.
7 cruceros acorazados (Los Cisneros, los Teresa y el Colón, no cuento al Carlos V; Si se quiere, por especular, podrían mandar un Cisneros con el Carlos V a reforzar el pacífico, cosa que hubiesen hecho mejor si además los Alfonso XIII hubiesen salido potables; Los dos Regente con sus prestaciones teoricas unidos a los dos Cruceros acorazados eran una fuerza del todo digna para enfrentarse a Dewey en Filipinas, por más que esta contuviese cruceros protegidos de concepcion mas moderna que no estaban nada mal).
Ahora, dado el extremo pesimismo del almirante es bastante posible que así fuese, en efecto.
Pero incluso en la malisima situacion tactica en que se estaba, definitivamente no era lo mismo impedir la salida de 4 grandes buques y 2 destructores que de 6 o 7 más los destructores -Los 3 ultimos en efecto hubiesen llegado tarde igualmente-. El Colón casi se les escapa a los bloqueadores y de haber 2 o 3 cruceros más, la persecucion hubiese debido ser todavía mas larga.
Y ojo, que en mi post tampoco he hablado de victoria contra USA. Simplemente pensando en la produccion industrial USA eso era impensable, más con las penalidades logísticas. Sólo quería decir que si no se hubiesen sufrido todas esas calamidades, la Armada debería haber dispuesto del doble de capacidad de combate como mínimo en 1898. Pero claro, al final eso es historia-Ficcion...
La segunda pasaría por un ataque por sorpresa a la flota de Sampson, bien por parte de los destructores de Cervera, que difícilmente lograrían una victoria total, o bien por los destructores de la división del Pelayo, a ser posible con la participación del propio Pelayo, el Carlos V, el terror que estaba en San Juan, y con suerte alguno de los torpederos Azor que hubiesen estado estacionados en San Juan. Un ataque nocturno con 4 destructores y 3 torpederos supondrían 17 torpedos en un primer golpe por sorpresa, y de lograr algunos blancos podrían acabar fácilmente con varias de las naves norteamericanas al mismo tiempo que los BB acababan con el piquete, tanto con sus cañones como con los 13 torpedos que llevaban montados entre los dos. Incluso en el peor de los casos el Pelayo podría atacar junto a los destructores y torpederos, sumando otros 7 torpedos, y dejarle al Carlos V y sus 6 torpedos, el piquete. la perdida de una parte sustancial de la escuadra norteamericana en Santiago de Cuba, hubiese dejado a la flota de Cervera, o mejor a la flota de Camara, reforzada por la de Cervera, en disposición de atacar con total libertad las costas norteamericanas, al mismo tiempo que las fuerzas de Shafter quedaban aisladas en tierra a un paso de la derrota.
Sin duda el combate nocturno era la mejor opción, aprovechando la baza de los torpedos en que la Armada era muy superior, y que la punteria artillera de noche se resiente muy gravemente en aquella época porque los piques son muy poco visibles y tambien las siluetas de los buques; Más aún, en una noche sin luna los buques españoles tenían a su favor estar abrigados por la propia masa continental al salir de Santiago o en el mejor de los casos y sin Cervera, de San Juan, por lo que se verían aún más camuflados. Los tiros frente a blancos poco visibles sólo servirian de referencia a los atacantes de menor tamaño como los destructores, mucho mas dificiles de acertar, y lo mismo se puede decir de los reflectores. Los cruceros eran presas del mismo tamaño, pero igualmente era más factible llegar a cortas distancias y a una melee cercana donde pudieran hacer valer sus torpedos.
Ahora... La historia mostró despues que el torpedo era un arma aún limitada. Cuando 6 años despues el horizonte de alcance para el torpedo era mucho mejor, y los japoneses atacaron Port Arthur en unas condiciones ideales, su escuadron de destructores lanzó 19 torpedos que sólo lograron 3 impactos, al menos, con detonación de la cabeza de guerra. Bien es cierto que el encuentro con la descubierta de destructores rusos antes de realizar el ataque dispersó a los destructores japoneses en la oscuridad y que no pudieron atacar en grupo. También que con el aviso de la descubierta rusa, se extendieron redes antitorpedo que tendrian efectos desviando las armas. Y también que a pesar de la dispersión nocturna de parte de la escuadrilla japonesa, que supuso que muchos buques atacasen de forma aislada y lanzasen sus torpedos a menudo a una distancia demasiado larga como para impactar, el hecho es que incluso buques aislados consiguieron paralizar buques. Pero en 1898 la carrera de los torpedos disponibles en la Armada era sensiblemente menor que los de la Flota Combinada en 1904, producto del rapidisimo avance técnico de la maravillosa década de 1895 a 1905.
"Guarda con ello, como un tesoro, los nombres de los miles de héroes que cayeron por Marruecos y no contra Marruecos". General Alfredo Paniagua.
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Por supuesto, pero en el caso de que España si contase con esos nuevos cruceros acorazados, a los norteamericanos les bastaba con alargar unos meses el ultimátum dado tras al perdida del Maine, no hablemos ya de un supuesto en el que el Maine no se hubiese perdido. En la misma medida ellos podrían sustituir alguno de los buques de la escuadra del pacifico por un acorazado, lo que de nuevo complicaría sustancialmente las cosas para España.
No solo es que los piques fuesen poco visibles, el problema era la falta de medios de predicción y calculo en las armadas de todos los países y en cualquier circunstancia meteorológica. En 1898 aun faltan varios años para que los alemanes adopten el magnífico telemetro estereoscopico fabricado por Zeiss, y otros tantos para que los británicos inicien su andadura con los telémetros ópticos de Barr, y los range clock. Los limites de alcance eficaz no son por lo tanto efecto de las armas, sino de la dificultad de apreciar distancias y predecir puntos futuros de posición sobre los que disparar. No será hasta las reformas emprendidas por el primer Lord del almirantazgo, John Arbuthnot Fisher, cuando las distancias de tiro empiecen a aumentar de forma constante.
En cuanto a las probabilidades de éxito de un ataque por torpedos, habría que tener en cuenta tanto la carencia de destructores que escoltasen a la flota norteamericana, como de redes antitorpedo. Además, las propias luces de navegación marítima de los buques norteamericanos, servirían para localizarlos en la oscuridad y de referencia para efectuar puntería. En este caso, y siendo muy probable que un ataque nocturno procedente de San Juan pillase por sorpresa a la escuadra, lo que podría implicar tanto que un elevado número de tripulantes se encontrase descansando, como que los buques navegasen con parte de sus calderas apagadas para ahorrar combustible en el costoso bloqueo, las posibilidades de éxito en el ataque aumentarían mucho. En el caso de un ataque procedente de la propia Santiago, los destructores tendrían que evitar primero al buque piquete, lo que disminuiría sus posibilidades de éxito.
Los torpedos como bien dices, eran un arma poco fiable y de muy escaso alcance, pero sin duda eran la mejor opción de victoria de la flota española si se usaban correctamente.
No solo es que los piques fuesen poco visibles, el problema era la falta de medios de predicción y calculo en las armadas de todos los países y en cualquier circunstancia meteorológica. En 1898 aun faltan varios años para que los alemanes adopten el magnífico telemetro estereoscopico fabricado por Zeiss, y otros tantos para que los británicos inicien su andadura con los telémetros ópticos de Barr, y los range clock. Los limites de alcance eficaz no son por lo tanto efecto de las armas, sino de la dificultad de apreciar distancias y predecir puntos futuros de posición sobre los que disparar. No será hasta las reformas emprendidas por el primer Lord del almirantazgo, John Arbuthnot Fisher, cuando las distancias de tiro empiecen a aumentar de forma constante.
En cuanto a las probabilidades de éxito de un ataque por torpedos, habría que tener en cuenta tanto la carencia de destructores que escoltasen a la flota norteamericana, como de redes antitorpedo. Además, las propias luces de navegación marítima de los buques norteamericanos, servirían para localizarlos en la oscuridad y de referencia para efectuar puntería. En este caso, y siendo muy probable que un ataque nocturno procedente de San Juan pillase por sorpresa a la escuadra, lo que podría implicar tanto que un elevado número de tripulantes se encontrase descansando, como que los buques navegasen con parte de sus calderas apagadas para ahorrar combustible en el costoso bloqueo, las posibilidades de éxito en el ataque aumentarían mucho. En el caso de un ataque procedente de la propia Santiago, los destructores tendrían que evitar primero al buque piquete, lo que disminuiría sus posibilidades de éxito.
Los torpedos como bien dices, eran un arma poco fiable y de muy escaso alcance, pero sin duda eran la mejor opción de victoria de la flota española si se usaban correctamente.
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