Cinco militares muertos por una explosión en el cuartel de Hoyo de Manzanares.
* Los fallecidos se preparaban para ir al Líbano dentro de la misión de la ONU
* Carme Chacón se ha desplazado a esas instalaciones para conocer lo ocurrido
* Los heridos han sido trasladados al hospital militar Gómez Ulla de Madrid.
Al menos cinco militares han fallecido hoy y otros tres han resultado heridos, uno de ellos de gravedad, como consecuencia de una explosión en el Centro de Excelencia contra Artefactos Explosivos Improvisados y Centro Internacional de Desminado de Hoyo de Manzanares, en Madrid, según informa Servimedia.
El accidente ha ocurrido a media mañana, cuando se estaba realizando un ejercicio de desactivación de explosivos en este recinto que alberga la Academia de Ingenieros, afirmaron fuentes del Ministerio de Defensa.
Durante elejercicio se ha producido una fuerte explosión que ha afectado de lleno a los fallecidos, cuyos cuerpos han quedado destrozados, según el Summa.
Por su parte, fuentes de la Policía local de Hoyo de Manzanares han precisado que las prácticas estaban siendo realizadas por un grupo de 16 efectivos del Ejército de Tierra y de la infantería de Marina. Los heridos han sido trasladados al hospital Gómez Ulla de Madrid.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, se ha trasladado a esas instalaciones para conocer sobre el terreno las consecuencias del suceso.
Hasta allí se han desplazado también efectivos de los bomberos de la Comunidad de Madrid y sanitarios del SUMMA 112, con dos uvis, dos helicópteros, cuatro ambulancias y un vehículo de intervención rápida (VIR).
Se preparaban para ir al Líbano
De los cinco muertos, tres pertenececían al Ejército de Tierra y dos a la Infantería de Marina. Formaban parte del contingente que se está preparando para ir a Líbano próximamente para colaborar en las tareas de limpieza de minas en el país, dentro de la misión de la ONU.
El objetivo de este centro, que colabora también con la OTAN, consiste en formar a expertos en la desactivación de los llamados artefactos explosivos improvisados (IED), como los que emplean las organizaciones terroristas o los insurgentes en distintos países.
Esta academia militar, situada a 35 kilómetros de Madrid, fue noticia en mayo de 2009, cuanto el Ministerio de Defensa puso en cuarentena las instalaciones, por un brote de gripe porcina.
El accidente de este jueves es uno de los más graves ocurridos en España por miembros de las Fuerzas Armadas que realizaban maniobras desde que en 2001 fue abolido el servicio militar obligatorio.
La potencia naval que superó la mili.
Infantería de Marina planea trasladar desde Cádiz al general de brigada jefe de la Fuerza de Protección.Cartagena consolida su papel estratégico militar con unidades de élite y continuas visitas de flotas como la que este fin de semana llena su puerto.
Los expertos creen que los militares que llegan en barco dejan más dinero que los cruceros
Almirante Baturone: «En Cádiz nos envidian porque tenemos un futuro extraordinario».En el Arsenal Militar de Cartagena apenas quedan vestigios del servicio militar obligatorio. Pronto se cumplirán diez años de la salida de los últimos marineros de reemplazo y los antiguos sollados son ahora oficinas, almacenes y residencias de los militares profesionales que tomaron el relevo. Los mismos que ahora con la crisis llegan con cuentagotas para cumplir con los contratos firmados con Defensa por tiempo concreto.
La mili es historia desde 2001. Entonces mucha gente en Cartagena vaticinó un cataclismo como consecuencia de aquella importante decisión que se materializó con el paisano Federico Trillo al frente del Ministerio de Defensa. La ciudad se quedaba sin las oleadas de miles de marineros que llenaban los cuarteles por la mañana y los bares de bocatas por la tarde. Pocos pensaban que la profesionalización de las Fuerzas Armadas y la reorganización naval reportaría con los años más beneficios que los que daban los 'peludos'. Al final ha salido ganando con unidades de élite y las frecuentes visitas de flotillas de la OTAN, como la que este fin de semana 'toma' la ciudad con tres mil soldados.
El almirante Adolfo Baturone Santiago resume todos los beneficios que la Marina aporta a Cartagena con un ejemplo. «Cuando yo llegué en 1995 para mandar el Arsenal todo estaba lleno de reclutas que limpiaban por aquí y por allá. Eso se acabó con el servicio militar obligatorio y hubo que externalizar servicios. Ahora limpian en los cuarteles empresas privadas; empresas que son de aquí, con trabajadores también de aquí. Todo eso son sueldos que ahora se quedan en Cartagena».
En 1991, último año de la mili de seis reemplazos, llegaban al desaparecido Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM) más de 1.200 reclutas por curso y al centro de Infantería de Marina de La Algameca, casi un millar. En doce meses pasaban por Cartagena más de diez mil jóvenes que luego iban casi todos destinados a buques y unidades de la desaparecida Zona Marítima. Procedían principalmente de las regiones mediterráneas y, en el tiempo que permanecían aquí, arrastraban a sus familias aunque sólo fuera para asistir a la jura de bandera. Veinte años más tarde, los servicios generales de la Armada pagan en Cartagena unas cuatro mil nóminas. La reducción de personal es abismal. Como también lo es el salto de calidad que ha dado la base naval acogiendo unidades muy especializadas, coinciden los militares consultados por 'La Verdad'.
«Aunque muchos pensaron que el fin de la mili era también el fin de Cartagena, la realidad es todo lo contrario. Hay menos gente, pero hay unidades punteras. Está el Covam, la Fuerza de Guerra Naval Especial o la Escuela de Infantería de Marina, que mueve a mucha gente al cabo del año. Todo eso ha traído soldados profesionales y mandos con sus familias que viven aquí», explica un oficial de larga trayectoria aún en activo.
Esa teoría la corrobora con datos el almirante Baturone: «En estos años poco ha cambiado en cuanto a buques. Aquí sigue estando la Flotilla de Submarinos, la fuerza de Medidas Contra Minas, casi todas las antiguas corbetas que ahora son patrulleros de altura y el almirante de Acción Marítima, del que dependen también los buques de investigación y el buque escuela 'Juan Sebastián Elcano'», detalla el militar jubilado.
Ya es un éxito, aseguran, que Cartagena mantenga el número de barcos en una fuerza naval que ha pasado en los últimos años de tener 55.000 efectivos a poco más de la mitad. La voraz reducción se ha visto compensada por la mayor cualificación de los profesionales.
Un general y tres coroneles
Lo que Defensa no confirma aún pero ya es un secreto a voces es que la Infantería de Marina también reforzará su implantación con su primer generalato en la ciudad. En la Estación Naval de La Algameca ya preparan sitio para que se traslade desde Cádiz la jefatura de la Fuerza de Protección, que se encarga de la seguridad de todas las instalaciones navales españolas y está mandada por un general de brigada. Será el infante de mayor graduación en la ciudad, por encima de los tres coroneles jefes del Tercio de Levante, de la Escuela General Albacete y Fuster y de la Fuerza de Guerra Naval Especial.
Por contra, Defensa estudia que el próximo jefe de la Fuerza de Acción Marítima sea un vicealmirante, perdiendo un galón respecto al mando que la ocupa ahora, el almirante Emilio Nieto Manso. «Si eso ocurre -dicen fuentes no oficiales desde el palacio de Capitanía- no restará un ápice de importancia a la que ya tiene la base naval. Sólo sería una consecuencia de la reestructuración de 2009: la Fuerza de Acción Marítima depende ahora de la Flota».
La defensa nacional proporciona a Cartagena importantes beneficios económicos de los que también se resiente en épocas de crisis. De ahí que la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la ciudad se haya dirigido en los últimos años en diversas ocasiones a la embajada de los Estados Unidos para pedir que recalen en el muelle de La Curra sus buques en tránsito a zonas de conflicto bélico. El número de escalas se redujo considerablemente con la llegada del socialista José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del Gobierno. Tras el cambio de inquilino en la Casa Blanca y la mejora de las relaciones entre ambos países, los navíos de la US Navy vuelven a llegar. Aunque aún con cuentagotas.
Más ocio
«Los marinos buscan ocio y servicios cuando desembarcan. Compran más en las tiendas, hacen más gasto en bares y restaurantes y usan más el taxi que los turistas que llegan en crucero», reconoce el concejal de Turismo, Javier Herrero Padrón. A falta de datos oficiales, el edil se deja llevar por la evidencia de este fin de semana, con la presencia de tres mil marinos de 14 buques de una flotilla de la OTAN y un casco histórico repleto de visitantes que ayer hicieron cola durante más de cuatro horas en el Muelle sólo para poder subir al portaaviones 'Príncipe de Asturias'.
La sensación de que Cartagena aprovecha bien las escalas de buques es generalizada en el estamento militar, muy satisfecho por cómo la ciudad arropa a los visitantes. El capitán de navío cartagenero Francisco Peñuelas González, comandante del buque anfibio 'Castilla', atracado hasta mañana en el Muelle de Alfonso XII, cree que incluso la ciudad tiene potencial para más: «Veo a Cartagena muy preparada para tener lo que hay aquí e incluso más. Me alegra ver estos muelles llenos de barcos; los cartageneros tienen que aprovecharlo para conocernos».
La transformación experimentada por la ciudad en la última década también hace de ella un lugar mucho más atractivo como destino militar y lugar de descanso para dotaciones que llegan de largos periodos de navegación. Sus infraestructuras turísticas han mejorado considerablemente con la apertura de nuevos espacios culturales y de ocio.
«En Cádiz, de donde yo soy, nos contemplan con mucha envidia. Ven que tenemos potencial y un futuro extraordinario porque Cartagena ha cambiado mucho... para bien», sentencia el almirante Adolfo Baturone.
En el Arsenal Militar de Cartagena apenas quedan vestigios del servicio militar obligatorio. Pronto se cumplirán diez años de la salida de los últimos marineros de reemplazo y los antiguos sollados son ahora oficinas, almacenes y residencias de los militares profesionales que tomaron el relevo. Los mismos que ahora con la crisis llegan con cuentagotas para cumplir con los contratos firmados con Defensa por un tiempo concreto.
La mili es historia desde 2001. Entonces mucha gente en Cartagena vaticinó un cataclismo como consecuencia de aquella importante decisión que se materializó precisamente con el paisano Federico Trillo al frente del Ministerio de Defensa. La ciudad se quedaba sin las oleadas de miles de marineros que llenaban los cuarteles por la mañana y los bares de bocatas por la tarde. Pocos confiaban en que la profesionalización de las Fuerzas Armadas y la reorganización naval reportarían con los años más beneficios que los que daban los 'peludos'. La base naval perdió cantidad, pero ganó calidad con nuevas unidades de élite y visitas estratégicas que dejan mucho dinero.
En este caso, Chacón maniobrará para que la participación militar española “sea ínfima” y que el peso de esta misión recaiga sobre la Agencia Española de Cooperación Internacional, precisan las mismas fuentes.
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