Una clara mayoría de ciudadanos suizos, hace unos días, votó a favor de prohibir la construcción de nuevos minaretes en su país. La propuesta del referéndum, por un grupo de extrema derecha, no resta un ápice su valor pues su resultado expresa claramente que personas de diferentes tendencias aprobaron el proyecto. Las opiniones de políticos europeos, especialmente de izquierdas, se mostraron contrariados con el resultado pues, dicen, ven en peligro la integración e, incluso, algunos tachan a los suizos de retrógrados de extrema derecha. Pero puede que se equivoquen y si se atreviesen a preguntar a los ciudadanos que representan, posiblemente, se pondría de manifiesto la brecha que existe entre ciudadanos y dirigentes. Porque en realidad no es el problema de los minaretes lo que está en cuestión sino un debate más de fondo: la progresiva islamización de Europa y los recelos que despierta la inmigración musulmana.
(La población musulmana se ha duplicado en 30 años y volverá a hacerlo en los próximos cinco. Se estima que hay más de 20 millones de musulmanes viviendo en Europa y la cifra se incrementa en progresión geométrica).
Es curioso que haya sido el país neutral por excelencia Suiza, y cuando Europa parece más desorientada que nunca en aceptar con naturalidad sus valores tradicionales, quien señale que los musulmanes para practicar su culto no necesitan minaretes y que en nuestros estados de derecho no tienen cabida otras leyes que no sean nuestros códigos y costumbres porque todo el mundo es igual ante una ley. En definitiva que nadie está obligado a vivir entre nosotros y nosotros no tenemos por qué aceptar imposiciones o excepciones en nuestro ordenamiento jurídico.
Hace unos meses el señor Kevin Rudd, Primer Ministro de Australia, dijo a los musulmanes - que pretenden vivir bajo la ley Islámica Sharia - que se vayan de Australia. Asimismo despertó la ira, de algunos musulmanes australianos, cuando declaró que él había dado todo su apoyo a las agencias de contrainteligencia australianas para que espiasen las actividades en las mezquitas :
"SON LOS INMIGRANTES, NO LOS AUSTRALIANOS, LOS QUE DEBEN ADAPTARSE. O lo toman o lo dejan. Estoy harto de que esta nación tenga que preocuparse si estamos ofendiendo a otras culturas o a otros individuos. Desde los ataques terroristas en Bali, estamos experimentando un incremento del patriotismo en la mayoria de los australianos." … Nuestra cultura se ha ido desarrollando durante dos siglos de luchas, tribulaciones y victorias por parte de millones de hombres y mujeres que buscaban libertad… Hablamos principalmente INGLÉS, no, libanés, árabe, chino, español japonés, ruso o cualquier otro idioma. De modo que si Usted quiere formar parte de nuestra sociedad, aprenda nuestro idioma. La mayoría de los australianos creen en Dios. Esto no es una posición cristiana, política o de la extrema derecha. Esto en un hecho, porque hombres y mujeres cristianos, de principios cristianos, fundaron esta nación. Esto es históricamente comprobable. Y es ciertamente apropiado que esto aparezca en las paredes de nuestras escuelas. Si Dios le ofende a Usted, sugiero que considere vivir en otra parte del mundo, porque Dios es parte de nuestra cultura…Aceptamos sus creencias y sin preguntar por qué. Todo lo que pedimos es que Usted acepte las nuestras, y viva en armonía y disfrute en paz con nosotros."
"Éste es NUESTRO PAÍS, NUESTRA PATRIA y ESTAS SON NUESTRAS COSTUMBRES Y ESTILO DE VIDA y PERMITIREMOS QUE DISFRUTEN DE LO NUESTRO pero cuando dejen de quejarse, de lloriquear y de protestar contra nuestra bandera, nuestra lengua, nuestro compromiso nacionalista, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vida, le animamos a que aproveche otra de nuestras grandes libertades australianas: EL DERECHO DE IRSE. Si Usted no está contento aquí, entonces VÁYASE. Nosotros no le obligamos a venir aquí. Usted pidió emigrar aquí. Así que ya es hora de que acepten el país que les acogió”.
La prensa, con motivo del referéndum suizo, recoge la preocupación sobre el tema en otros países europeos.
Los franceses están alarmados por el avance del islam en su país - el Islam es ya la segunda religión de Francia, con unos seis millones de musulmanes - y, según una encuesta del diario “Le Figaro”, el 41% se opone a la edificación de lugares de culto musulmanes en sus ciudades y sólo el 19% acepta que se construyan mezquitas si así lo reclaman los fieles - lo que supone el porcentaje más pequeño de los últimos 20 años -. En el caso de los minaretes, el 46% de los encuestados se muestra favorable a su prohibición, frente al 40% que no les parece mal que se construyan.
“Los franceses están divididos, pero la crispación sobre el Islam nunca había sido tan fuerte”, señala el responsable del sondeo, Jérôme Fourquet.
En Alemania, un sondeo en la página web del diario Der Spiegel reveló que el 78% de sus lectores estarían a favor de prohibir la construcción de minaretes en el país.
En España, incluso, para un miembro destacado del PP - el señor González-Pons, vicesecretario de Comunicación del partido - resulta "gravísimo" que en Suiza se haya decidido por referéndum la prohibición de minaretes y añade:
"Ahora bien, eso nos debe hacer reflexionar también a los europeos sobre el estado de la opinión pública respecto a la religión musulmana y sacar algunas conclusiones sobre algunas políticas que estamos llevando a cabo y que están presentes en nuestros discursos…". Un referéndum, sobre la prohibición de construir minaretes en las mezquitas u otro tema similar, es inconcebible en España y en la UE. Pero si se hiciese... ¿cuál sería el resultado?
Hay que reconocer que, por ahora, el Islam no se ha ganado la fama de religión pacífica y tolerante ni los musulmanes fáciles de integrar en las sociedades a las que han emigrado voluntariamente.
http://www.periodistadigital.com/politi ... tico.shtml
Por el contrario exigen, allí donde llegan, libertad de culto cuando en sus países niegan esa libertad.
“El 17 de junio de 2005, en París, tuve ocasión de conversar sobre el problema de las mezquitas en Europa y las iglesias en Arabia Saudí con el Príncipe Turki al-Faisal, durante muchos años jefe de los servicios secretos saudíes y después embajador en Londres y Washington. El Príncipe Turki sostenía la alambicada teoría de que la islamidad de La Meca era inviolable porque era la tierra del Profeta, mientras que Roma nunca fue la tierra de Jesús…”. Así que los musulmanes exigen nuestro respeto a cambio de no respetar absolutamente nada. Su lógica es la de que están en posesión de la verdad y, en consecuencia, debemos plegarnos ante ellos...
(Sobre minaretes y campanarios. Ramón Pérez-Maura. ABC 06/12/2009).
El cristianismo es el más importante rasgo de nuestra identidad, “sin el que es imposible comprender lo que somos, lo que hemos sido y cómo pensamos”. La cultura europea tiene sus raíces en Grecia y Roma y en los valores cristianos, sin embargo esos fundamentos han entrado, en los dos últimos decenios, en crisis. De manera que el resultado del referéndum suizo y lo manifestado por el Primer Ministro de Australia merecen una profunda reflexión.
Saludos.