Hace algún tiempo me leí el Hagakure de Yamamoto Tsunemoto e hice, para mi uso personal, una especie de listado con lo que yo consideré las ideas fundamentales del libro en cuestión. No se si está bien puesto aquí, pero ahí van:
-Es fundamental saber de dónde se viene pues así los ejemplos del pasado ayudan a controlar y predecir los hechos y acontecimientos del presente y del futuro. -Hay que cumplir con el deber personal, antes de hacer cualquier otra cosa. -Sólo se es una parte del todo. -Hacer cada cosa como si fuese la última. -Si se piensa de forma egoísta, al final uno se vuelve malvado. -Decirles a los demás sus faltas es un acto de compasión. Ahora bien, hay que ver primero que la persona en cuestión quiera aceptar el consejo. Hay que buscar el momento adecuado para ello. -Planificar el día la noche anterior. Averiguar todo lo posible sobre los interlocutores y / o anfitriones. -La justicia puede generar injusticias. El estar en medio de un problema puede dificultar su resolución. -Buscar siempre la propia superación. Ser mejores que ayer y mañana mejores que hoy. No hay final a la vista, pero tampoco límites que te detengan. Hay que buscar la perfección, sin atenerse a ideas dogmáticas. -Solo cuando uno es capaz de superarse a sí mismo, está en condiciones de superar y vencer otras dificultades. -Las cosas importantes hay que pensarlas con calma. -Buscar los buenos modelos para imitarlos. -Aceptar las cosas como vengan, aunque nos disgusten, pero estar dispuesto a superar las dificultades. Ningún desastre es tan grave que no se pueda superar. -Adaptarse a los tiempos y actuar de la mejor manera posible. No lamentar los tiempos pasados. No vacilar ante la adversidad. El destino sigue su curso y no hay que aferrarse al pesar ni al placer -Hay que ganar desde el principio. -Sólo valen aquellos amigos que están a tu lado en las dificultades. -Para tomar decisiones correctas y de manera rápida hay que estar relajados y frescos. -Aquello que no se desea hacer no suele llegar a término. Poner toda la pasión a la hora de hacer las cosas. -Los soberbios serán abatidos, pues a nadie le agradan -Si caes siete veces levántate ocho. -No mostrar el propio temor ni las propias emociones. -Busca la sabiduría de los demás, pero respétalos. -Procurar ser discreto a la hora de hacer valoraciones. Deja hablar a los demás. Puedes obtener cosas útiles. -Ir siempre preparados para el engaño. Ocultar las propias intenciones usando la ilusión. -Nadie conoce sus límites. -Cuidar el aspecto pues es expresión de nuestra dignidad y autoestima. -Hay que estar orgulloso de uno mismo. -Administrar las propias palabras. “Dueño de mis silencios, esclavo de mis palabras”. -Tener paciencia y esperar la ocasión. Aprovechar el momento preciso. -Una victoria obtenida con malas artes, tarde o temprano se vuelve en contra.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
Amigo UlisesII, creo que un código de conducta como el que nos ofreces siempre viene bien para meditar. Me he pasado un buen rato para conocer, un poco, al muy respetado samurai Yamamoto Tsunetomo que después de servir a su señor durante muchos años y, a su muerte, se retira a un monasterio para crear una obra, Hagakure, que ha servido de base para el código guerrero de los samurai.
Tu post me ha obligado a bucear, un poco, en los credos del bushido y de los samurai y en el tremendo rito, cuando se perdía el honor, del seppuku. Lo he pasado muy bien
Te agradezco tu post.
Saludos.
Este principio, en este campo, significa el empleo adecuado de los medios - de que dispone el poder nacional - para alcanzar los objetivos nacionales. La finalidad de la estrategia nacional es alcanzar los objetivos, fijados por la política, utilizando de la mejor forma los medios disponibles. Los objetivos se tratan de alcanzar con el empleo coordinado de medios diferentes entre ellos los militares; pero éstos, con frecuencia, no son ni indispensables ni convenientes, en tanto que otros medios -estrategias particulares- pueden ser más eficaces o económicos. El empleo de los medios militares se trata de evitar aunque el efecto disuasivo, que su mera existencia proporciona, estará siempre presente.
En términos de una hipotética guerra total, el principio de economía incluye, también, todas las medidas necesarias para no llevar a la nación más allá de las posibilidades de los recursos disponibles, ya que una victoria onerosa, con los problemas consiguientes de la postguerra, podría poner en peligro incluso la propia supervivencia del grupo nacional. Baste recordar, por ejemplo, los problemas que afrontaron las naciones victoriosas de la última guerra mundial, de los que solo pudieron salir mediante la ayuda del Plan Marshall, que invirtió billones de dólares para la recuperación europea.
Estrategia Militar
Para la estrategia militar, el principio de economía representa la distribución correcta de fuerzas para el aprovecha¬miento efectivo del poder de combate. Pero, también, significa que las fuerzas, dirigidas contra el objetivo, posean el poder necesario para lograrlo. No implica, por tanto, ahorrar fuerzas, sino aplicar la fuerza “suficiente para lograr los efectos deseados”.
Un mando (1) debe asignar el poder de combate mínimo y esencial a los esfuerzos secundarios. Como un principio recíproco - el de concentración de esfuerzos - la economía de fuerzas sugiere, en el plano estratégico, que es necesario - ya que los recursos no son ilimitados - aceptar riesgos donde los intereses vitales no están en peligro. De manera que la mayor potencia se oriente a la amenaza (objetivo) principal, sin distraer recursos innecesarios en cometidos o zonas de baja prioridad.
El principio (2) implica un empleo equilibrado de fuerzas, y un juicioso consumo de recursos, con objeto de hacer frente tanto a las necesidades de concentración como a las de seguridad. No hay que intentar alcanzar los resultados "por el sistema barato"; esto sería peligroso y contrario al principio de concentración - con el que el de economía está tan ligado -. La economía de fuerzas significa, en definitiva, hacer el mejor uso posible de las fuerzas y recursos disponibles.
"Probablemente ningún mando militar tuvo jamás todas las fuerzas que necesitaba y, por eso, la economía de fuerzas es un principio vital de la guerra. Un comandante tiene que aceptar un riesgo - disminuir su potencia de combate en una zona para asegurar una potencia superior en otra -. Y esto es así tanto para atacar, como para defender, un sector considerado más importante o bajo mayor amenaza: Tratar de ser fuerte en todas partes es ser débil en todas ellas". (3)
"Economizar fuerzas es preservarlas, ahorrarlas, no gastar de ellas más que lo estrictamente necesario, con parsimonia y mezquindad. Pero ¿dónde? Es indudable que no será en el punto donde queremos obtener un resultado importante, sino en aquellos que ofrezcan poco interés o que nos resulten indiferentes; es decir, en pocas palabras, en aquellos que consideramos como objetivos secundarios. Y ¿para qué se economizará de ese modo? Como es natural, para reforzar, en igual medida, los medios que asignaremos a la obtención de lo que conceptuamos esencial, vital, es decir a la conquista de lo que constituye, en nuestra mente, el objetivo principal. Allí seremos pródigos, con la prodigalidad que nos permitirá precisamente el espíritu avaro que mostramos en otro lugar”. (4)
Referencias:1).-FM.-100-5 “Operations”2).- Manual de Guerra Naval.3).- General Westmoreland. “A soldier´ reports”. 4).-Almirante Castex. Teorías Estratégicas.
Estrategia Nacional. Es preciso tener presente que no es posible aplicar en todas partes - con igual intensidad - el poder nacional y, en consecuencia, es necesario su concentración en una determinada dirección - en un determinado objetivo - cuya selección constituye un problema de la máxima importancia.
Este problema es más grave para las naciones con un poder nacional reducido y con graves antagonismos internos y externos. Las naciones que tienen que concentrar su esfuerzo en la Defensa Nacional no pueden descuidar, al mismo tiempo, los aspectos relacionados con el desenvolvimiento económico y el bienestar social. La violación de este principio puede ocasionar, en consecuencia, graves problemas a la estructura nacional.
Estrategia Militar Este principio está íntimamente relacionado con el de la Economía de Fuerzas. “Concentración no quiere decir saturación”. Consiste en actuar oportuna y efectivamente sobre los objetivos de mayor significación para la consecución del objeto. Concentración significa fijar la dirección principal o el centro de gravedad del esfuerzo.
Para lograr el éxito en la guerra es esencial concentrar una fuerza superior, a la del enemigo, en el momento y lugar decisivos. La concentración no significa simplemente fuerzas masivas, sino que implica tenerlas dispuestas, de modo que puedan concentrarse, para asestar un golpe decisivo dónde y cuándo se requiera, o para contrarrestar las amenazas enemigas. La programación, en el tiempo, es un elemento importante en las concentraciones de fuerza, cuyo efecto se puede incrementar si se induce al enemigo a una dispersión por el no deseada.
En la concentración influyen varios factores que pueden resumirse diciendo que "no podemos dispersarnos en el espacio más de lo que permita concentrarnos en el tiempo". Napoleón invariablemente mantenía una reserva de cierta entidad : "la masa de la decisión" y decía que el arte de la guerra consistía en "ser más fuerte en el punto en que se ataca, o se defiende, aunque la totalidad de las fuerzas enemigas sea superior en conjunto" . Liddell Hart añadía: "no basta la superioridad en el punto crítico si el enemigo puede reforzarse a tiempo”.
Dien Bien Phu. En el año 1953 la posición de Dien Bien Phu - defendida por unos 14.000 franceses - fue sitiada y tomada por 50.000 vietnamitas. Aunque hubo otras tropas sitiadas en mayor número - los americanos en Batan, los británicos en Tobruk o los alemanes en Stalingrado, aquí por un millón de rusos - quizás ninguna operación, de este tipo, tuvo las consecuencias de Dien Bien Phu - una de las batallas más decisivas de todos los tiempos - . Esta operación muestra al menos dos lecciones :
Concentración de medios : Los vietnamitas fueron capaces de concentrar, alrededor de la posición francesa, 5 divisiones a pesar de la carencia de poder aéreo. Tal proeza exigió 1).-El empleo de 300.000 hombres en operaciones logísticas, con una línea de abastecimiento de más de 800 km. de longitud.2).-La excavación de túneles.3).- La construcción de posiciones artilleras subterráneas…
Moral : Los "dan cong" transportaron (a pie o con la ayuda de meras bicicletas): 1).- 8.000 ton. de material diverso.2).- 4.500 ton. de petróleo.3).- 2.250 ton. de víveres (400 ton. eran consumidos por los porteadores)… y construyeron un sistema de trincheras de más de 100 km. a pesar de la superioridad aérea francesa.
Dice el general Giap: "El general Navarre no descubrió el inmenso poder de nuestra voluntad. Pudo ver sus puntos fuertes, pero no sus vulnerabilidades, y cometió un error más grave: no pensó que nos atreviésemos a atacar". Saludos.
Los principios estratégicos son de utilidad no solo para militares, políticos, gestores… sino para cualquier persona. Veamos, para romper con un poco de humor la seriedad del tema, el siguiente ejemplo:
Un hombre de mucha edad, vivía solo en Minnesota, USA. Quería plantar flores en su jardín pero, para ello, tenía que preparar la tierra y eso era un trabajo muy pesado para su edad. Su único hijo que, habitualmente, le ayudaba en ese trabajo estaba cumpliendo condena en la cárcel.
El anciano escribió a su hijo y, entre otras cosas, le contó el problema que tenía:
“Querido hijo: Estoy muy triste por tu situación y te echo mucho de menos. Este año no podré plantar el jardín porque soy demasiado viejo para preparar la tierra. Si estuvieras aquí me podrías ayudar, como todos los años . Esta es la mejor época y lamento muchísimo no poder hacerlo porque recordarás como tu madre adoraba las flores. Con cariño: Tu padre”
Pocos días después recibió un telegrama : “Por amor de Dios, papá, no caves en el jardín… Fue ahí donde enterré los cadáveres.”
A primeras horas del día siguiente, una docena de agentes del FBI, y de policías, se presentaron en la casa del anciano y removieron toda la tierra del jardín pero… no encontraron ningún cuerpo.
El anciano, desconcertado, escribió a su hijo refiriéndole lo sucedido. Y días después recibió esta contestación: “Ahora ya puedes plantar el jardín, papá. ¡Era lo único que podía hacer en este momento!” Saludos.
que fantastica la historia.... jaja... me hace recuerdo el caso de la pelicula "la vida de los otros" en que el sistema de seguridad y/o control del estado, intervenia llamadas telefonicas y correspondencia de casi todos, como saber que te estan espiando?, como saber que caeran en la trampa?, es solo suerte?
AFOCES escribió:Comprender el concepto de centro de gravedad es fundamental para planear las operaciones. Una nación, fuerza armada, ejército en el campo de batalla o una de sus unidades subordinadas son organizaciones complejas, cuya "operatividad" depende no solamente de una buena actuación de cada una de sus partes, sino, también de la suavidad con la que esos componentes actúan interrelacionados de manera exacta, en beneficio de la totalidad y de acuerdo con la voluntad e intenciones del mando. Como en cualquier organización unas piezas son más esenciales que otras para el funcionamiento correcto y fiable del conjunto. Si esos componentes son dañados o destruidos, entonces, se desequilibra la estructura total produciéndose un deterioro en su cohesión y eficacia que puede dejar a la organización inoperante o vulnerable a otras acciones. El origen de la potencia y equilibrio de una fuerza de combate es siempre su centro de gravedad que es la característica, capacidad o localización de la que deriva la libertad de acción, la potencia de combate o la voluntad de vencer. Clausewitz lo definió como "el centro de todo el poder y movimiento, del cual todo depende". Por tanto atacar el centro de gravedad es el punto focal de todas las operaciones. Robert R. Leonhard (The art of maneuver. Robert R. Leonhard. Editorial Presidio) explica este concepto de manera clara y sencilla mediante dos ejemplos: · Analogía con el juego de ajedrez: “Cuando me pregunté cual era el centro de gravedad inmediatamente pensé en la pieza más fuerte: la reina, que si desaparecía suponía una tremenda reducción del poder de combate y, en efecto, capturada la reina normalmente se gana la partida pero: no siempre. El "centro de gravedad" del enemigo no es la razón de su potencia de combate, sino su "vulnerabilidad más crítica", por eso conseguirlo no reduce meramente sus capacidades sino que paraliza sus fuerzas. El "centro de gravedad", pues, no es la reina sino el rey que, aunque no es la pieza más potente, es la única cuya neutralización permite finalizar "la guerra". La teoría "del rey" es fundamental para entender la de la guerra de maniobra. La teoría "de la reina" conduce a la de desgaste o atrición”. · Ejemplo del hormiguero: “Cuenta Leonhard que en el patio de su casa había un hormiguero que le hacía la vida imposible. Dijo a su esposa que no se preocupase que resolvería el asunto de inmediato y, en efecto, echó una lata de gasolina sobre el hormiguero, le prendió fuego, y se acabo el problema... pero, al día siguiente el hormiguero apareció de nuevo a un metro del anterior, de manera que repitió la "exitosa táctica" pero... al día siguiente... No se desanimó, compró un insecticida que garantizaba la solución... las instrucciones especificaban que debía esparcir algunos granos sobre el nido. Las hormigas creyendo que era buena comida alimentaron a la reina que naturalmente, murió y con ello se acabó la guerra. Matar miles de hormigas no sirvió de nada, el "centro de gravedad" era la reina”. Pues bien en los campos estratégicos, operacionales o tácticos existen "centros de gravedad" cuya captura, destrucción o neutralización representan acciones importantes para quebrantar o anular la voluntad o potencia de combate del enemigo: centros industriales, redes de comunicación, puestos de mando, puntos críticos, centros de comunicaciones, logísticos o de control, de fuegos,... etc. son ejemplos de centros de gravedad. Ejemplos en el campo táctico de centros de gravedad: un puesto de mando o un punto crítico del terreno donde una unidad está fuertemente instalada. A nivel operacional pueden ser ejemplos: los límites entre unidades principales subordinadas, un centro de mando y control o quizás una base logística o líneas de comunicación. Pero a este nivel también aspectos más abstractos como la cohesión entre fuerzas aliadas o el equilibrio mental y psicológico de un mando ...etc. A nivel estratégico son ejemplos: capacidad de transporte estratégico, o el origen de los recursos económicos... También pueden ser acciones menos tangibles. Por ejemplo en Verdún en 1916, las fuerzas francesas y alemanas sacrificaron más de un millón de hombres no por algo de valor táctico u operacional sino moral e igual sucedió en Dien Bien Phu, o la ofensiva del TET en Indochina, donde el centro de gravedad era el apoyo popular y político de la guerra. A cualquier nivel es necesario, pues identificar los centros de gravedad del enemigo y ello exige un profundo conocimiento de su doctrina y organización, modelos operativos, así como sus capacidades y vulnerabilidades físicas y morales. Es conveniente tener presente que los centros de gravedad pueden cambiar mediante una modificación de la dirección o el relevo de un jefe clave o nuevas unidades o armas ...etc. Una vez reconocidos esos cambios se deben adaptar los planes a los nuevos centros de gravedad que serán siempre los objetivos fundamentales. Esa es la esencia del arte operacional: atacar y destruir los centros de gravedad enemigos y, naturalmente, defender los propios.
Ejemplo: Guerra del Golfo. En una reunión de planeamiento aéreo inicial los centros de gravedad iraquíes se expusieron en forma gráfica en cinco círculos concéntricos (menor radio mayor importancia) :Liderazgo ,petróleo y redes eléctricas, líneas de comunicaciones e infraestructuras, población iraquí, ejército iraquí. · Estas cinco categorías se relacionaron en listas -en forma de listas de blancos- · En una reunión con el General Schwarzkopf los blancos, en un total de 84, fueron clasificados en diez categorías. · A medida que siguió el planeamiento las listas sufrieron modificaciones.
El 24 de Enero de 2007 tratábamos en estas páginas el concepto : EL CENTRO DE GRAVEDAD.
Ayer la revista Atenea publicó un excelente artículo en el que explica el éxito de la estrategia seguida por el general Petraeus en Irak.
Hola amigos:
En primer lugar felicitarte amigo Afoces, no sólo por tus post sino por la historia del abuelo y el hijo en la cárcel. Desde luego si los políticos de cierto partido sazonaran sus conversaciones teléfónicas con comentarios del tipo "Por cierto te has enterado de la nueva novia del ministro tal, esta no tiene ni 14, la otra por lo menos tenía casi 18" o "el yogurín de la diputada cual además le pasa coca a los de su grupo", seguro que no había ni una filtración ni media. En fin, nunca aprenderán.
A lo nuestro. Acabo de terminar el libro de Isaiah Berlin "La mentalidad soviética" muy interesante. En uno de sus capítulos habla de lo que llama "dialéctica artificial". Paso a resumirlo, espero que bien y no aburra.
Como todos imagino que sabeís de acuerdo con los sistemas de Hegel y Marx, los acontecimientos no se suceden de manera causal directa, sino mediante un conflicto de fuerzas, de tesis y antítesis, que entran en colisión, se eliminan mutuamente y la historia da un salto a un nuevo nivel donde el proceso recomienza.
Aunque es discutible su utilidad en otros ámbitos, si lo es para explicar las situaciones revolucionarias.
El principal problema de una revolución es que ha de evitar que oscile entre dos extremos. Berlin los llamaba Escila y Caribdis.
Escila. Los zelotes de la revolución al ver que el nuevo mundo que ésta debiera haber creado no se materializa, buscan cabezas de turco. Le echan la culpa a éstos y se desata una caza de brujas que acaba desembocando en un estado de terror. En éste los diferentes colectivos revolucionarios se eliminarán entre si y la propia cohesión social correrá peligro. Al final todo termina con una contrarevolución que la mayoría de la población protagoniza.
Caribdis. Supone el hundimiento en una indiferencia cansina. Cuando el ímpetu inicial decae y la población anhela un respiro, la revolución va deslizándose poco a poco hacia el reposo, la desidia, la miseria moral y la corrupción. O bien se convierte en una dictadura oligárquica.
El problema por lo tanto, es mantener la revolución sin caer en la abyección del fanatismo utópico de Escila ni en el oportunismo cínico de Caribdis.
Stalin lo resolvió. Puesto que la historia y la naturaleza siguen su propio curso y tienden a entenderse, el hombre ha de acudir en su ayuda para que el proceso dialéctico funcione.
En cuanto el gobierno, aprecia signos de nostalgia de la vieja vida, tira de las riendas, intensifica la propaganda, exhorta, atemoriza, aterroriza y ataja esos signos. Todos aquellos que añoran la vieja vida, simuladores, tibios, herejes y otros, son eliminados. Esta sería la tesis. El resto de la población, debidamente escarmentada, acomete las tareas con renovados bríos, dominada por el terror más que por la fe o la esperanza.
Pero puesto que las élites revolucionarias han ido demasiado lejos, y además están absolutamente convencidos de lo que hacen, no saben detenerse. La población, demasiado aterrorizada y/o hambrienta, se vuelve apática, la producción, la eficiencia y la productividad caen. Llega el momento de la clemencia. Se acusa a los zelotes de haberse excedido en su celo y ahora son ellos los purgados. Se permite un pequeño atisbo de libertad en algunos ámbitos. En el caso de la URSS nunca en economía o política, en otros (¿Cuba? ¿China?) nunca en política. Esta es la antítesis. El pueblo respira aliviado y agradecido. Habla de la sabiduría de sus gobernantes y espera nuevas libertades. Los niveles de producción vuelven a incrementarse.
Sin embargo todo lleva a una atenuación de las tensiones, relajamiento de la disciplina y a una disminución de la producción. Una vez más se emiten llamadas a la pureza (nueva tesis) y vuelta a empezar.
De esta manera la población está siempre activa. Stalin mantuvo así el sistema soviético en marcha y segun Berlin sobrevivió a él.
Espero que os haya gustado.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
Gracias Ulises II por, al menos a mi, hacerme recordar la dialéctica histórica por el eterno paso tesis- antítesis – síntesis. Tiempo hacía que no entraba en estos temas.
Tu explicación de la “dialéctica artificial” es muy clara y una sorpresa la “aportación” de Stalin. Enhorabuena, porque esos conceptos no son nada fáciles de explicar y menos de sintetizar sin que pierdan precisión y frescura.
Tomo nota del libro y añado aquí su referencia completa por si es de interés para otros foristas. (ISAIAH BERLIN: LA MENTALIDAD SOVIÉTICA. LA CULTURA RUSA BAJO EL COMUNISMO. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores (Barcelona), 2009, 369 páginas).
Saludos y gracias.
AFOCES escribió:Gracias Ulises II por, al menos a mi, hacerme recordar la dialéctica histórica por el eterno paso tesis- antítesis – síntesis. Tiempo hacía que no entraba en estos temas.
Tu explicación de la “dialéctica artificial” es muy clara y una sorpresa la “aportación” de Stalin. Enhorabuena, porque esos conceptos no son nada fáciles de explicar y menos de sintetizar sin que pierdan precisión y frescura.
Tomo nota del libro y añado aquí su referencia completa por si es de interés para otros foristas. (ISAIAH BERLIN: LA MENTALIDAD SOVIÉTICA. LA CULTURA RUSA BAJO EL COMUNISMO. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores (Barcelona), 2009, 369 páginas). Saludos y gracias.
No hay de qué amito Afoces. El libro va más por el camino de cómo el comunismo machacó (literalmente) la cultura y la intelectualidad rusa. De hecho lo único aplicable a nuestro "vicio" es lo de la dialéctica artificial. Me llamó mucho la atención y por eso lo he puesto aquí. El prólogo también es muy interesante y nos dibuja un Berlin ferozmente pesimista. Aunque en el último ensayo (se me olvidaba el libro es una recopilación de ensayos que se pueden leer por separado) Berlin parece tener un asomo de esperanza sobre que no se volvería a dar un régimen tan feroz y deshumanizador como el soviético, los hechos lo han desmentido. Por fortuna para él murió en el 97 y no le dió tiempo a ver cómo los integristas islámicos empiezan a campar por sus respetos con unos regímenes infinitamente peores que el comunista.
Ahora me estoy leyendo el libro Occidente en guerra contra el Yihadismo. El papel de la fe y la razón. de George Weigel y es descorazonador darse cuenta de que llevan las de ganar simplemente porque saben quienes son, porque luchan y para qué matan y mueren. Mientras nuestros conciudadanos ni saben, ni contestan, ni se les espera.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
Durante estos meses veraniegos he leído cuantas noticias se han publicado, en los medios, sobre Afganistán y también algún libro sobre el tema. Ya se han celebrado las elecciones en las que muchos han puesto sus ilusiones como si, con ellas, viniese el final del conflicto. Desgraciadamente no parece que vaya a ser así aunque, cuando se hacen estos pronósticos, siempre desea uno equivocarse. Se debe recordar la invasión soviética de 1979, y su retirada, sin haber conseguido nunca una mínima estabilidad. Hoy, después del optimismo de hace unos años – cuando se creía en la victoria sobre los talibanes –, el grado de pesimismo es alto al comprobarse que la situación no mejora. Los afganos no disfrutan de la necesaria seguridad, que ni su gobierno ni la OTAN son capaces de proporcionarles, no confian en la derrota de los talibanes e, incluso, sufren muchas bajas como consecuencia de los combates y atentados y, también, de la aviación “amiga” que no se ha mostrado como el arma mas adecuada para enfrentarse a un enemigo que carece de bases, se mezcla con la población y hasta no emplea un uniforme distintivo.
Para proporcionar una seguridad a la población, digna de tal nombre, sería preciso disponer de más tropas firmemente asentadas sobre el terreno. El presidente Obama se ha comprometido a enviar más unidades terrestres, pero los aliados se muestran renuentes a contribuir al esfuerzo de combate y su actual refuerzo se ha limitado a emplear algunas unidades, durante el período electoral, que retirarán una vez finalizado el escrutinio. Y es que la situación ha cambiado. Cuando los primeros soldados americanos llegaron a Afganistán en el 2001 no existía la menor duda sobre la legitimidad de la lucha contra el terrorismo yihadista - pues existían evidencias de que el régimen talibán mantenía campos de entrenamiento de grupos terroristas que constituían un peligro para Occidente – ni tampoco incertidumbre sobre el resultado a tenor de los éxitos iniciales. Pero han pasado ocho años y aquellas opiniones ya no son tan firmes, y no porque haya desaparecido la amenaza, sino porque los resultados esperados no son visibles y parece que toma fuerza la impresión de una situación “empantanada” - incluso que empeora por momentos - por lo que cualquier acción resulta estéril.
La guerra exige determinación pero parece que solo está en la mente del presidente Obama - para quien “la derrota de los talibanes y la estabilización de Pakistán se ha convertido en uno de los ejes de su política exterior” - pero esa actitud no tiene una respuesta firme en sus aliados que se muestran indecisos para enviar nuevas tropas. El mundo occidental parece que ya no cree que está enfrentándose a una guerra contra el yihadismo y en la opinión pública - incluida la estadounidense - crece la idea de que lo mejor es una retirada. Sería una excelente noticia que el gobierno afgano se pudiese hacer cargo, con garantías, de la situación pero, por ahora, no se vislumbra esa posibilidad y, en consecuencia, los afganos no se atreven a oponerse a los talibanes por temor a que vuelvan a tomar el poder. Y por cierto, en estos momentos, hay extensas áreas del país bajo su control.
De manera que para triunfar en Afganistán – no hay que olvidar la influencia de Pakistán - es imprescindible dedicar más recursos, desplegar más tropas y combatir con decisión y eficacia. “En la actualidad los contingentes de las naciones integradas en la ISAF, apenas alcanzan la tercera parte de los efectivos que tenían los rusos sobre el terreno cuando controlaban las ciudades y las principales comunicaciones del país”. Y es preciso reconocer que unidades de varios países - entre ellos España - no han recibido órdenes para combatir. El gobierno español declara, una y otra vez, que nuestras tropas están allí, en una “misión humanitaria y de paz”, dedicadas a mejorar sus infraestructuras en franca camaradería con los habitantes locales; sin embargo los frecuentes ataques sufridos desmienten esa situación. Tanto el presidente Obama como autoridades de la OTAN han repetido que se trata de «una batalla decisiva que no podemos permitirnos el lujo de perder».Sería una tremenda victoria del yihadismo y quizá la muerte de la Alianza.
Todos los aliados tienen que colaborar en el mismo fin y asumir los mismos riesgos. Clausewitz establecía que era preciso identificar correctamente el tipo de conflicto a enfrentar y, después, definir la estrategia para abordarlo. En Afganistán la estrategia inicial norteamericana parecía dar sus frutos cuando se dirigía a derrotar a los talibanes, Al Qaida y otras organizaciones… Pero se ha visto que la situación ha vuelto a deteriorarse peligrosamente y, con ello, la necesidad de determinar una nueva estrategia ahora enfocada hacia la población de acuerdo a su propias necesidades: instituciones de gobierno eficaces, una economía viable y sobre todo, seguridad para que lo anterior sea posible. En este sentido, el aumento de tropas es clave para estos objetivos, y sobre todo, dónde y para qué son desplegadas: enviar más fuerzas a zonas prácticamente estabilizadas, o solo temporalmente para las elecciones, no demostrará un compromiso firme ni a los civiles afganos ni al enemigo.
La decisión del gobierno español que, según algunos medios, potenciará su compromiso militar, en Afganistán, parece correcta. Pero el esfuerzo militar ha de realizarse con el convencimiento de que es necesario para la seguridad del mundo libre y, por tanto, para nuestra propia seguridad – algo así manifestó, hace unos meses, la ministra de defensa española - y no meramente para complacer las peticiones del presidente Barack Obama, para mejorar las relaciones con EEUU o para agradecer la invitación a la reunión del G-20 que se celebrará próximamente en EEUU. Sin embargo la importancia de ese compromiso - si se produce -
no depende tanto del número de tropas como del cometido que se les asigne. Los responsables militares de la OTAN están revisando la estrategia de la guerra, y es probable que los soldados españoles tendrían que llevar a cabo misiones de mayor responsabilidad en el campo de batalla. Dicen los estrategas (Ver notas) : “Hay que ganar la guerra contra los talibanes, conquistando a la vez el corazón de los afganos”. Y no hay otra alternativa porque la principal alianza militar del mundo se juega su prestigio. ¿O su desaparición?
Notas.- (Referencia: Bernabé Gutiérrez. Atenea) 1.- Curiosamente las estrategias de el Mulá Omar, líder supremo talibán, que - ha hecho público un "código de conducta" en el que pide a sus correligionarios cometer menos atentados suicidas, evitar las bajas civiles y granjearse los corazones de la población afgana – coincide con la respuesta General Petraeus que se basa en atraerse al pueblo afgano para ganar la guerra.
2.-Estados Unidos “recondujo” la estrategia en la guerra de Iraq, que se daba por perdida, gracias a que el General Petraeus supo ver que para ganar una guerra asimétrica era imprescindible recuperar el "Centro de Gravedad" del conflicto ,es decir, tener a la población de su lado. El Pentágono perdió las guerras de Vietnam o Somalia porque no aplicó este concepto… El general Petraeus ha sabido recoger las sabias palabras de T.E. Lawrence: "No trate de hacer demasiado con sus propias manos. Mejor deje a los árabes hacerlo a su manera que hacerlo usted perfectamente. Es su guerra, y usted está para ayudarlos, no para ganar por ellos. En las actuales condiciones del mundo árabe, su ayuda no será tan buena como, tal vez, usted piensa que es". (Los Siete Pilares de la Sabiduría). Saludos
Amigo Afoces creo que los soviéticos calcularon que para controlar el territorio afgano necesitarían 500.000 hombres. Según creo hoy por hoy no se si llegan a los 200.000. Aun con los multiplicadores de fuerza que son los UAV no son suficientes y para dar seguridad, hay que controlar el terreno una vez que se elimina a los talibanes. Eso sin contar la posibilidad (real en mi opinión) de un colapso del régimen pakistaní y entonces... .
También he terminado el libro de George Weigel "Occidente en guerra contra el Yihadismo". Uno al terminarlo se queda con un amargo sabor de boca. Casi parece que estemos leyendo al Vegecio contemporáneo. Las soluciones que da son fáciles de realizar, pero es dudoso que unos políticos con el ojo permanetemente puesto en las encuestas/elecciones las lleven a cabo. Pone un ejemplo que hace que a uno se le erice el cabello (el poco que va quedando): unos meses antes de Pearl Harbour el Congreso de los Estados Unidos estuvo a un voto de disolver el ejército ¿Realmente podemos confiar en unos tíos que la mayor parte de las veces no tienen ni oficio ni beneficio?
Por lo demás voy a empezar a poner las ideas fundamentales (eso espero) de los capítulos que creo más nos pueden interesar del libro. En concreto la primera parte del mismo que se podría titular "Conoce a tu enemigo" (o comprendiéndolo que es el título que le da el autor). Las otras dos parte (Volver a pensar con realismo y Merecer la victoria) creo que son la parte mas Vegecio del libro y sólo pondré lo que considere más relevante.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
1- La historia no puede leerse exclusivamente bajo la óptica de la política, la economía y la tecnología. 2- Las ideas tienen consecuencias profundas en la dinámica de la historia. 3- Las claves para el éxito y la influencia duradera de una civilización son la vitalidad y el sentido moral de su cultura
El 11-S expresó de forma letal que contra la teoría de la secularización de la sociedad conforme ésta se moderniza (extendida entre las élites occidentales), el rápido avance de la modernidad coincide con una explosión religiosa. Hay que aceptar que la propia modernización contribuye a ésto.
El 11-S nos declaró la guerra un enemigo que creía en la religion como impulso. Un enemigo que no es estado y que tiene razones que trascienden los motivos convencionales del arte de gobernar.
El terrorismo del 11-S no es político ni tiene objetivos políticos: busca la máxima destrucción física y psicológica, y no distingue entre culpables e inocentes. Todos somos culpables. Su estrategia es el caos indefinido basado en la deshumanización del otro.
Esta guerra carece de origen y no hay referencias geográficas donde focalizar el esfuerzo de guerra. Ni siquiera una organización, sino grupos diversos cuya ligazón no es política en el sentido convencional del término, sino una ideología común de base religiosa. Además no dudarían en hacer uso de armas de destrucción masvia si lograran hacerse con ellas.
Walter Lacqueur señala la resistencia psicológica a aceptar hechos incómodos lo que genera falsas explicaciones (o se aceptan explicaciones que tranquilizan) que lo único que hacen es agravar el problema. De ahí la negativa a aceptar que estemos en un choque de civilizaciones y cómo se ha asumido la idea de la secularización y por lo tanto no se acepta que todo lo que está ocurriendo es por razones y en términos religiosos. Por ello se buscan otras explicaciones.
Hay que tener claro que el enemigo tiene una visión del mundo difierente y que tiene voluntad de morir por sus ideas. Ha parasitado estados desde los que ha lanzado y lanza sus ataques. Un enemigo que tiene como motivación principal destruir nuestra civilización.
Todo esto empezó antes del 11-S, aunque no lo reconocimos. Toda esta lucha tiene multitud de frentes, todos conectados, todos campos de batalla más o menos activos de la misma guerra global.
Bernard Lewis experto en el Islam y que trabajó para el Servicio de Inteligencia británico en la II GM, señala que a diferencia de entonces no sabemos quienes somos, no sabemos lo que está en juego y no comprendemos la naturaleza de enemigo. Y lo que es peor: No queremos saber.
Todo esto es letal.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
El modo como se ve (o no) a Dios tiene que ver en cómo se plantea una sociedad más justa y que medios se usan.
Hay que tomarse en serio las cuestiones teológicas, cómo piensan los demás sobre Dios y cómo ha perfilado y dado forma la religión a nuestra civilización.
Lo que es extraño y va contracorriente es el laicismo agresivo instalado en los sistemas educativos, servicios exteriores y medios de comunicación.
No se reconoce que lo que da sentido a la vida y a la historia a la aplastante mayoría de la población son las convicciones. Se niega que las ideas tengan consecuencias.
Comprender qué ideas, junto con sus consecuencias, han dado forma a una época es vital.
Es falaz la idea del progreso histórico inevitable. Las cosas pueden ir a peor si declinan el sentido moral y la cultura.
Nuestro futuro depende de la respuesta a la cuestión de si nuestras aspiraciones espirituales son nobles o abyectas.
Perder la capacidad de pensar en términos de Dios y Satán (imagino que el autor quiere decir en términos de Bien y Mal), olvidar el concepto de redención, nos hace olvidar también cuál es la fuente de energía e inspiración del enemigo. Si esto no lo tomamos en serio nos habremos desarmado en medio de una guerra.
Hasta otra.
P.D. Como podeís percataros señalo las ideas fundamentales de cada capítulo. Espero que no resulte demasiado esquemático o aburrido.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
Contrariamente a lo que se nos dice el Abraham, Moises y Jesús no son los de la Biblia, son otros. Ni siquiera María es la del Nuevo Testamento.
El Jesús del Corán no es trinitario, no es el hijo de Dios, ni el mediador de los hombres ante el Padre.
El Isa del Corán nos remite más la Jesús de los Apócrifos, cuestión que ya planteó San Juan Damasceno en el siglo VIII. Es posible que el Islam sea un cruce entre cristologías heréticas, religiones tribales árabes y algunas formas judaicas, siendo el genio de Mahoma el que forjó una nueva religión con todo ello. No olvidar que si bien la Arabia antigua estaba en contacto con el Imperio Romano, lo estaría más todavía con los refugiados heterodoxos que con los ortodoxos que no huían. A su vez los primeros estarían más en contacto con el pueblo (del que surgió Mahoma) que con las clases altas y cultivadas, mucho más en contacto éstas con lo segundos.
El Islam reivindica que viene a sustituir tanto al judaismo como al cristianismo, ambas son religiones falsas.
Es una revelación final, que elimina las demás y por lo tanto esta preeminencia lleva inserto el conflicto con los demás.
El Corán, como texto sagrado, es el punto de arranque de todas las ciencias islámicas: lingüistica, fonética, retórica, etc... Es la base de las leyes, de la teología, de toda la vida religiosa y no religiosa que se construye a su alrededor.
No es análogo a la Biblia. Esta, aunque texto revelado por Dios, ha sido escrita por hombres, que lo han hecho de acuerdo a sus posibilidades, lo que da un margen de interpretación. El Corán fue dictado, por lo que no hay margen para la exégesis.
Para el Corán, entre los 99 nombres de Dios no está el de "Padre". Esto hace que la relación con Dios se defina por la sumisión y la majestad de Dios. Esto hace muy difícil cualquier idea de intimidad entre fe y razón.
En el Islam toda la riqueza del Antiguo y del Nuevo Testamento se dejan de lado. Dios deja de ser redentor y toda idea de redención desaparece.
Así mismo la idea de sociedad justa lleva a una unión de la autoridad religiosa y temporal, que a su vez lleva a una idea imperial milenarista y a que el estado islámico sea el único legítimo y la comunidad islámica la única depositaria de la verdad y el progreso rodeada de bárbaros.
El pluralismo por lo tanto es imposible y los creyentes, dentro del estado islámico, son discriminados y forzados por mera supervivencia a la conversión.
La separación de poderes, y la independencia de la iglesia del estado, surgió a partir de 1076 con Gregorio VII, poniendo límites al poder político dejó espacios para que la sociedad civil se desarrollara y apareciera la democracia.
La idea de las religiones abráhamica es un invento del siglo XX, pero no algo que tenga base.
De hecho el Corán es para los musulmanes lo que Cristo para los cristianos. La relevancia de la Biblia deriva de Cristo, pero la de Mahoma deriva del Corán.
Hasta otra.
Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)