Hal, hay algo que tocaste, a mi juicio, acertadamente: la diferencia entre un europeo renacentista y un sudamericano de la edad de bronce. La principales armas ofensivas incaicas eran la porra, una maza de armas, de contusión puntiforme y la estólica, la lanzadera neolítica. La primera era muy ineficiente contra los morriones de hierro y la segunda se podía parar con la rodela. En tanto, las principales armas hispanas eran la mortal espada (y si todos los conquistadores tuvieron el background militar de Dn. F. Pizarro, entonces el adjetivo está muy bien empleado), capaces de ofender tanto de punta como de tajo y la ballesta (ojo, no el arcabuz) mucho más potente que cualquier coraza indígena.
Y algo más, si me permitís.No existía en España para la Conquista nada parecido a un "Comando Central", un "Estado Mayor", un STAVKA, ningún "Oberkommando des..."...no se trataba de nada planificado centralizadamente. Tanto Cortés como Pizarro, por nombrar sólo los dos casos más sobresalientes, eran, sobre todo, y en todo el amplio sentido de la palabra
"Hombres de Empresa", es decir,
individuos que, por
iniciativa privada, cargando con todos los riesgos y responsabilidades, se aventuraban por aquellos para ellos ignotos pagos a hacerse ricos, a
salir de la nada para que su nombre se hiciese inmortal. Y habrá que reconocer que lo consiguieron con creces. Un hidalguillo con estudios, y un bastardo. Pero con agallas, iniciativa y cabeza.
Incluso les concedo que les importase convertir al cristianismo a la población nativa. En cualquier caso, como hombres de empresa, lo que trataron en todo momento fue minimizar pérdidas y gastos, y maximizar beneficios. Por eso, en ambos casos, aunque con desigual fortuna inicial, tanto uno como otro atacaron diréctamente al poder político centralizado establecido en sus respectivos ámbitos de actuación. Por eso me parece que la confrontación militar directa, un crudo y sin más "españoles vs. incas", no tiene demasiado sentido: lógicamente, tanto Pizarro como Cortés pudieron tener perfectamente sus respectivos "Little Big Horn" y ser barridos del mapa y engullidos por las tierras y las gentes que trataban de someter, pero el caso es que ambos, precísamente como hombres de empresa, y como ejemplares excepcionales de su época, el Renacimiento, supieron evitarlo y comportarse muchísimo más inteligentemente que un Custer cualquiera ; en lugar de eso, como habilísimos animales políticos y
hombres de empresa que eran , supieron actuar de forme acorde a los limitadísimos recursos que tenían, antes que apoyarse única y simplemente en su ventaja tecnológica.
Saludos.