La conquista romana de Hispania
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La conquista romana de Hispania
Sucesos en la Citerior
Marco Popilio Laenas, procónsul de la Citerior, una vez que finalizó su cometido en la Lusitania, volvió sus tropas contra Numancia. En un intento de atacar la ciudad sufrió un rotundo fracaso. Los numantinos, en un principio, no hicieron ninguna salida y se mantuvieron en el interior de las murallas. Popilio, envalentonado ante esta actitud, ordenó tender escalas sobre los muros. Cuando los romanos ascendían, los numantinos hicieron una rápida salida contra la retaguardia enemiga obligando a los romanos a retirarse.
Popilio Laenas pasó luego a atacar a los lusones sin obtener tampoco ningún resultado, pues llegó su sucesor en el mando.
Marco Popilio Laenas, procónsul de la Citerior, una vez que finalizó su cometido en la Lusitania, volvió sus tropas contra Numancia. En un intento de atacar la ciudad sufrió un rotundo fracaso. Los numantinos, en un principio, no hicieron ninguna salida y se mantuvieron en el interior de las murallas. Popilio, envalentonado ante esta actitud, ordenó tender escalas sobre los muros. Cuando los romanos ascendían, los numantinos hicieron una rápida salida contra la retaguardia enemiga obligando a los romanos a retirarse.
Popilio Laenas pasó luego a atacar a los lusones sin obtener tampoco ningún resultado, pues llegó su sucesor en el mando.
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La conquista romana de Hispania
Campaña de Décimo Junio Bruto
El cónsul Junio Bruto llevó a cabo una incursión en el noroeste hasta llegar al río Miño. Su intención era la de reducir a las tribus lindantes con los lusitanos para asegurar la zona recientemente sometida, al mismo tiempo que obtener beneficios en lugares que se suponían ricos en metales preciosos.
Estrabón, hablando de una isla situada en el río Tajo dice:
"Se halla la isla a la altura de Moron •, ciudad bien emplazada sobre un monte cercano al río, distante del mar unos quinientos estadios, también con suelo fértil en los alrededores y una navegación sin obstáculos en un gran trecho incluso para grandes barcos, y el resto, para lanchas fluviales. Más allá de Moron puede remontarse un tramo aún mayor. Sirviéndose de esta ciudad como base de operaciones sostuvo Bruto, el conocido por Calaico, la guerra contra los lusitanos y los sometió. Junto a la corriente del río fortificó Olosipon • para tener expedita la navegación río arriba y el transporte de víveres, de tal modo que, de las ciudades del Tago, son éstas las más poderosas"
III, 1, c152
• Moron se suele ubicar en dos emplazamientos distintos, en Almourol (concretamente al sur de Almourol, en la confluencia del Zezere con el Tajo) y en las cercanías de Santarem. Olosipon es la actual Lisboa.
Apiano dice que algunas bandas de salteadores hacían incursiones en la Lusitania y la saqueaban:
"Junio Bruto fue enviado contra éstos, pero perdió la esperanza de poder perseguirlos a través de un extenso país al que circundaban ríos navegables como el Tajo, Letes, Duero y Betis •. Consideraba, en efecto, que era difícil dar alcance a gentes que, como precisamente los salteadores, cambiaban de lugar con tanta rapidez, al tiempo que resultaba humillante fracasar en el intento y tampoco comportaba gloria alguna el triunfo en la empresa. Se volvió, por tanto, contra sus ciudades en espera de tomarse venganza, de proporcionar al ejército un botín abundante y de que los salteadores se disgregaran hacia sus ciudades respectivas, cuando vieran en peligro a sus hogares. Con este propósito se dedicó a devastar todo lo que encontraba a su paso, las mujeres luchaban al lado de los hombres, y morían con ellos, sin dejar escapar jamás grito alguno al ser degolladas. Hubo algunos que escaparon también a las montañas con cuanto pudieron llevar. A éstos cuando se lo pidieron los perdonó Bruto e hizo lotes con sus bienes"
Ib. 71
• El nombre de Betis (Baítes) parece una forma corrupta, tal vez a partir de Bainis, río que otros llaman Minios (Miño). Sobre el río Letes, Lethes o Río del Olvido, se hablará posteriormente.
El cónsul Junio Bruto llevó a cabo una incursión en el noroeste hasta llegar al río Miño. Su intención era la de reducir a las tribus lindantes con los lusitanos para asegurar la zona recientemente sometida, al mismo tiempo que obtener beneficios en lugares que se suponían ricos en metales preciosos.
Estrabón, hablando de una isla situada en el río Tajo dice:
"Se halla la isla a la altura de Moron •, ciudad bien emplazada sobre un monte cercano al río, distante del mar unos quinientos estadios, también con suelo fértil en los alrededores y una navegación sin obstáculos en un gran trecho incluso para grandes barcos, y el resto, para lanchas fluviales. Más allá de Moron puede remontarse un tramo aún mayor. Sirviéndose de esta ciudad como base de operaciones sostuvo Bruto, el conocido por Calaico, la guerra contra los lusitanos y los sometió. Junto a la corriente del río fortificó Olosipon • para tener expedita la navegación río arriba y el transporte de víveres, de tal modo que, de las ciudades del Tago, son éstas las más poderosas"
III, 1, c152
• Moron se suele ubicar en dos emplazamientos distintos, en Almourol (concretamente al sur de Almourol, en la confluencia del Zezere con el Tajo) y en las cercanías de Santarem. Olosipon es la actual Lisboa.
Apiano dice que algunas bandas de salteadores hacían incursiones en la Lusitania y la saqueaban:
"Junio Bruto fue enviado contra éstos, pero perdió la esperanza de poder perseguirlos a través de un extenso país al que circundaban ríos navegables como el Tajo, Letes, Duero y Betis •. Consideraba, en efecto, que era difícil dar alcance a gentes que, como precisamente los salteadores, cambiaban de lugar con tanta rapidez, al tiempo que resultaba humillante fracasar en el intento y tampoco comportaba gloria alguna el triunfo en la empresa. Se volvió, por tanto, contra sus ciudades en espera de tomarse venganza, de proporcionar al ejército un botín abundante y de que los salteadores se disgregaran hacia sus ciudades respectivas, cuando vieran en peligro a sus hogares. Con este propósito se dedicó a devastar todo lo que encontraba a su paso, las mujeres luchaban al lado de los hombres, y morían con ellos, sin dejar escapar jamás grito alguno al ser degolladas. Hubo algunos que escaparon también a las montañas con cuanto pudieron llevar. A éstos cuando se lo pidieron los perdonó Bruto e hizo lotes con sus bienes"
Ib. 71
• El nombre de Betis (Baítes) parece una forma corrupta, tal vez a partir de Bainis, río que otros llaman Minios (Miño). Sobre el río Letes, Lethes o Río del Olvido, se hablará posteriormente.
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La conquista romana de Hispania
Inciso sobre la fundación de Valencia
En muchos lados veo que la fundación de Valencia se atribuye al cónsul Décimo Junio Bruto en 138:
Livio (o su epitomista) dice en la Perioca del Libro LV:
Iunius Brutus cos. in Hispania iis qui sub Viriatho militaverant agros et oppidum dedit, quod vocatum est Valentia
Lo que traducido:
"En Hispania el cónsul Junio Bruto concedió tierras y una ciudad que se llamó Valencia a los que habían servido a las órdenes de Viriato"
iis qui sub Viriatho militaverant no se traduce "a los que habían luchado en tiempos de Viriato", sino "a los que habían servido a las órdenes de Viriato"
¿Lusitanos en Valencia?, por otro lado, ¿el cónsul licenciando a sus veteranos en el año de inicio de su campaña?.
Otra referencia a la fundación de una ciudad para los veteranos de Viriato (que no de Junio Bruto) la tenemos en Diodoro Sículo:
and all his army, he imposed what terms and conditions he pleased upon them, and in the end granted them the city and land about for their habitation
[1] G
http://www.attalus.org/translate/diodorus33.html#1
En este caso, Diodoro atribuye al procónsul Cepión la entrega de la ciudad.
Se ha escrito mucho sobre el tema. La otra opción es que Livio (o su epitomista) confundiera dos actos distintos: el asentamiento de los veteranos de Viriato y la fundación de la colonia latina de Valentia. En este caso concreto del 138, se estaría hablando de Brutóbriga:
http://laberintorio.wordpress.com/category/brutobriga/
Para R. C. Knapp, Valentia habría sido fundada como colonia latina alrededor del 120 aC.
Aunque irse a la opción más fácil para que encaje lo que uno quiera encajar ... :
En muchos lados veo que la fundación de Valencia se atribuye al cónsul Décimo Junio Bruto en 138:
Casi todos los autores están de acuerdo en que la ciudad de Valencia fue fundada en el 138 antes de Cristo por el cónsul de Hispania Décimo Junio Bruto con el nombre de Valentia Edetanorum, y que sus primeros habitantes debieron ser legionarios itálicos licenciados de las guerras lusitanas.
http://www.jdiezarnal.com/valenciahisto ... iudad.html
Tito Livio nos dice:
Anno Urbis conditae DCXVI Junius Brutus cónsul in Hispania ist, sub Viriatho militaverunt, agros et oppidum dedit, quod vocatum est Valentia.
cuya traducción podría ser:
En el año 616 de la fundación de Roma, Junio Bruto cónsul en Hispania, a los que habían luchado en tiempos de Viriato, concedió campos y una ciudad a la que se llamó Valentia.
Livio (o su epitomista) dice en la Perioca del Libro LV:
Iunius Brutus cos. in Hispania iis qui sub Viriatho militaverant agros et oppidum dedit, quod vocatum est Valentia
Lo que traducido:
"En Hispania el cónsul Junio Bruto concedió tierras y una ciudad que se llamó Valencia a los que habían servido a las órdenes de Viriato"
iis qui sub Viriatho militaverant no se traduce "a los que habían luchado en tiempos de Viriato", sino "a los que habían servido a las órdenes de Viriato"
¿Lusitanos en Valencia?, por otro lado, ¿el cónsul licenciando a sus veteranos en el año de inicio de su campaña?.
Otra referencia a la fundación de una ciudad para los veteranos de Viriato (que no de Junio Bruto) la tenemos en Diodoro Sículo:
and all his army, he imposed what terms and conditions he pleased upon them, and in the end granted them the city and land about for their habitation
[1] G
http://www.attalus.org/translate/diodorus33.html#1
En este caso, Diodoro atribuye al procónsul Cepión la entrega de la ciudad.
Se ha escrito mucho sobre el tema. La otra opción es que Livio (o su epitomista) confundiera dos actos distintos: el asentamiento de los veteranos de Viriato y la fundación de la colonia latina de Valentia. En este caso concreto del 138, se estaría hablando de Brutóbriga:
http://laberintorio.wordpress.com/category/brutobriga/
Para R. C. Knapp, Valentia habría sido fundada como colonia latina alrededor del 120 aC.
Aunque irse a la opción más fácil para que encaje lo que uno quiera encajar ... :
<qui sub Viriato militaverant>, frase que puede ser interpretada, no como hasta ahora ha venido haciéndose, es decir, <los que Iucharon a las órdenes de Viriato>, sino como <los que lucharon en tiempos de Viriato>
http://www.museuprehistoriavalencia.es/ ... etcher.pdf
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La conquista romana de Hispania
Año 137
Entran en funciones los cónsules Marco Emilio Lépido Porcina y Caio Hostilio Mancino
FC:
[M. Aemilius M.f. M.n. Lepidus Porcina] , [C.] Hostilius [A.f. L.n.] Mancinus
A Caio Hostilio Mancino se le asigna la Hispania Citerior; a Décimo Junio Bruto se le prorroga el mando, en calidad de procónsul, en la Ulterior.
Entran en funciones los cónsules Marco Emilio Lépido Porcina y Caio Hostilio Mancino
FC:
[M. Aemilius M.f. M.n. Lepidus Porcina] , [C.] Hostilius [A.f. L.n.] Mancinus
A Caio Hostilio Mancino se le asigna la Hispania Citerior; a Décimo Junio Bruto se le prorroga el mando, en calidad de procónsul, en la Ulterior.
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La conquista romana de Hispania
Campaña de Décimo Junio Bruto
Junio Bruto, una vez consolidadas sus posiciones en la Lusitania, decidió atravesar el río Duero; le seguía una escuadra de apoyo.
"Entretanto Bruto derrotó en Hispania Ulterior a sesenta mil galaicos, que habían ido en ayuda de los lusitanos; y lo hizo en una dura y difícil batalla, a pesar de que los rodeó cuando estaban desprevenidos. De ellos cayeron en este combate cincuenta mil; se dice que fueron hechos prisioneros seis mil, y lograron escapar muy pocos"
Orosio V, 5, 12
● Ovidio, en sus Fastos, nos dice que Junio Bruto ganó su sobrenombre un 10 de junio:
"Luego Bruto se ganó el sobrenombre de Galaico por dicho enemigo, y tiño de sangre la tierra hispana"
VI 461-462
En los territorios al norte del Duero, Junio Bruto llevó la guerra a muchos lugares reclamando gran cantidad de rehenes a quienes se le entregaban, fue entonces cuando llegó al río Lethes ● o río del Olvido:
"Décimo Bruto se extendió algo más, hasta los celtas y lusitanos y todos los pueblos de Galicia, y, tras haber alcanzado el río del Olvido, temido por los soldados, y recorrer como vencedor el borde del Océano, no volvió atrás antes de haber contemplado, no sin cierto temor por el sacrilegio, la caída del sol al mar y el eclipse de su incandescencia en las aguas"
Floro I, 33, 12
● El río, denominado también Leteo, es identificado por algunos escritores antiguos con el Limias, hoy Lima, y por otros con el Miño. Según Apiano, tras cruzar el Lethes llegó a otro río llamado Nimis, identificado por algunos autores con el Miño, por lo que en este caso el Lethes estaría más al sur.
Junio Bruto, una vez consolidadas sus posiciones en la Lusitania, decidió atravesar el río Duero; le seguía una escuadra de apoyo.
"Entretanto Bruto derrotó en Hispania Ulterior a sesenta mil galaicos, que habían ido en ayuda de los lusitanos; y lo hizo en una dura y difícil batalla, a pesar de que los rodeó cuando estaban desprevenidos. De ellos cayeron en este combate cincuenta mil; se dice que fueron hechos prisioneros seis mil, y lograron escapar muy pocos"
Orosio V, 5, 12
● Ovidio, en sus Fastos, nos dice que Junio Bruto ganó su sobrenombre un 10 de junio:
"Luego Bruto se ganó el sobrenombre de Galaico por dicho enemigo, y tiño de sangre la tierra hispana"
VI 461-462
En los territorios al norte del Duero, Junio Bruto llevó la guerra a muchos lugares reclamando gran cantidad de rehenes a quienes se le entregaban, fue entonces cuando llegó al río Lethes ● o río del Olvido:
"Décimo Bruto se extendió algo más, hasta los celtas y lusitanos y todos los pueblos de Galicia, y, tras haber alcanzado el río del Olvido, temido por los soldados, y recorrer como vencedor el borde del Océano, no volvió atrás antes de haber contemplado, no sin cierto temor por el sacrilegio, la caída del sol al mar y el eclipse de su incandescencia en las aguas"
Floro I, 33, 12
● El río, denominado también Leteo, es identificado por algunos escritores antiguos con el Limias, hoy Lima, y por otros con el Miño. Según Apiano, tras cruzar el Lethes llegó a otro río llamado Nimis, identificado por algunos autores con el Miño, por lo que en este caso el Lethes estaría más al sur.
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La conquista romana de Hispania
Campaña de Caio Hostilio Mancino
El consulado de Hostilio no comenzó con buenos augurios:
"A este cónsul, que se disponía a partir para Hispania, le sobrevinieron los siguientes prodigios: queriendo celebrar un sacrificio en Lavinio, unos pollos, escapándose de la jaula, huyeron a un bosque cercano y, aunque los buscaron con la mayor diligencia, no pudieron encontrarlos. Cuando iba a subir a la nave en el puerto de Hércules, adonde había llegado a pie, sin haberlas dicho nadie, llegaron a sus oídos las siguientes palabras: «Mancino, detente».
Aterrado por ello, cuando dándose la vuelta se había dirigido a Génova y se había embarcado allí, vio una serpiente enorme que de inmediato desapareció de su vista. En conclusión, el número de sus penalidades fue igual al de los prodigios que se le presentaron: un combate desafortunado, un tratado de paz vergonzoso y una rendición funesta"
Valerio Máximo I, 6, 7
Al llegar a la Citerior, Mancino sostuvo frecuentes combates con los numantinos, siendo derrotado todas las veces. Finalmente, habiendo sufrido un gran número de bajas se retiró a su campamento (posiblemente, en el cerro de Castillejo). Al propalarse el rumor de que cántabros y vacceos acudían en socorro de los numantinos, pasó toda la noche lleno de temor y huyó a cierto descampado que había servido, en cierta ocasión, de campamento a Quinto Fulvio Nobilior (cerca de Renieblas). Al llegar el día y verse encerrado con su ejército en este lugar sin fortificar, cercado por los numantinos que amenazaban con matarlos a todos a menos que hicieran la paz, consintió en firmar un pacto sobre una base de igualdad y equidad para romanos y numantinos. El cónsul se comprometió a este pacto mediante un juramento, pero su palabra fue aceptada gracias a la garantía dada por un cuestor llamado Tiberio Sempronio Graco, cuyo nombre, debido al recuerdo de su padre, aún era respetado por los hispanos:
"Porque vencido en grandes y continuados combates, intentó retirarse de noche, abandonando el campamento; pero habiéndolo percibido los numantinos, tomaron éste inmediatamente, cayeron sobre los fugitivos, dieron muerte a los que alcanzaron, y envolvieron por fin todo el ejército, impeliéndole hacia lugares ásperos, de los que no había salida; por lo que, desesperado Mancino de todo buen término, hizo publicar que trataría con ellos de conciertos de paz; pero respondieron que no se fiarían sino de sólo Tiberio, proponiendo que fuera éste el que se les enviara. Movíanse a ello ya por el mismo joven, a causa de la fama que de él había en el ejército, y ya también acordándose de su padre Tiberio, que haciendo la guerra a los hispanos, y habiendo vencido a muchas gentes, asentó paz con los numantinos, y confirmada por el pueblo, la guardó siempre con rectitud y justicia. Enviado, pues, Tiberio, entró con ellos en pláticas, y ora haciendo recibir unas condiciones, ora cediendo en otras, concluyó un tratado por el que salvó notoriamente a veinte mil ciudadanos romanos, sin contar los esclavos ni la demás turba que no entra en formación.
Cuanto quedó en el campamento lo tomaron o destruyeron los numantinos. Había entre estos despojos unas tablas pertenecientes a Tiberio, que contenían las cuentas de su cuestura, y que en gran manera deseaba recobrar, por lo cual, retirado ya el ejército, volvió a la ciudad con tres o cuatro de sus amigos. Llamando, pues, a los magistrados de los numantinos, les rogó que le entregaran las tablas, para no dar a sus contrarios ocasión de calumniarle por no tener con qué defenderse acerca de su administración. Alegráronse los numantinos con la feliz casualidad de poder servirle, y le rogaban que entrase en la población, y como se parase un poco para deliberar, acercándose a él, le cogían del brazo, repitiendo las instancias y suplicándole que no los mirara ya como enemigos, sino que como amigos se fiara y valiera de ellos. Resolvióse, por fin, a hacerlo así, deseoso de recobrar las tablas, y temeroso de que entendieran los numantinos que tenía desconfianza; y entrando en la ciudad, le convidaron a comer, interponiendo toda especie de ruegos para que comiera alguna cosa sentado con ellos, Restituyéronle después las tablas, y le propusieron que de lo demás del botín tomara lo que gustase; mas no tomó otra cosa que un poco de incienso, porque usaba de él para los sacrificios públicos, y con esto se retiró, saludándolos y despidiéndose con demostraciones de afecto"
Plutarco, Ti. Gr., 5-6
Nota: Este Tiberio Sempronio Graco tendrá una parte muy destacada en la historia de la República.
En Roma, al conocerse la noticia, se consideró que el tratado era vergonzoso, por lo que el cónsul fue llamado a juicio, siguiéndole embajadores numantinos. En su lugar se envió al otro cónsul, Marco Emilio Lépido Porcina.
El consulado de Hostilio no comenzó con buenos augurios:
"A este cónsul, que se disponía a partir para Hispania, le sobrevinieron los siguientes prodigios: queriendo celebrar un sacrificio en Lavinio, unos pollos, escapándose de la jaula, huyeron a un bosque cercano y, aunque los buscaron con la mayor diligencia, no pudieron encontrarlos. Cuando iba a subir a la nave en el puerto de Hércules, adonde había llegado a pie, sin haberlas dicho nadie, llegaron a sus oídos las siguientes palabras: «Mancino, detente».
Aterrado por ello, cuando dándose la vuelta se había dirigido a Génova y se había embarcado allí, vio una serpiente enorme que de inmediato desapareció de su vista. En conclusión, el número de sus penalidades fue igual al de los prodigios que se le presentaron: un combate desafortunado, un tratado de paz vergonzoso y una rendición funesta"
Valerio Máximo I, 6, 7
Al llegar a la Citerior, Mancino sostuvo frecuentes combates con los numantinos, siendo derrotado todas las veces. Finalmente, habiendo sufrido un gran número de bajas se retiró a su campamento (posiblemente, en el cerro de Castillejo). Al propalarse el rumor de que cántabros y vacceos acudían en socorro de los numantinos, pasó toda la noche lleno de temor y huyó a cierto descampado que había servido, en cierta ocasión, de campamento a Quinto Fulvio Nobilior (cerca de Renieblas). Al llegar el día y verse encerrado con su ejército en este lugar sin fortificar, cercado por los numantinos que amenazaban con matarlos a todos a menos que hicieran la paz, consintió en firmar un pacto sobre una base de igualdad y equidad para romanos y numantinos. El cónsul se comprometió a este pacto mediante un juramento, pero su palabra fue aceptada gracias a la garantía dada por un cuestor llamado Tiberio Sempronio Graco, cuyo nombre, debido al recuerdo de su padre, aún era respetado por los hispanos:
"Porque vencido en grandes y continuados combates, intentó retirarse de noche, abandonando el campamento; pero habiéndolo percibido los numantinos, tomaron éste inmediatamente, cayeron sobre los fugitivos, dieron muerte a los que alcanzaron, y envolvieron por fin todo el ejército, impeliéndole hacia lugares ásperos, de los que no había salida; por lo que, desesperado Mancino de todo buen término, hizo publicar que trataría con ellos de conciertos de paz; pero respondieron que no se fiarían sino de sólo Tiberio, proponiendo que fuera éste el que se les enviara. Movíanse a ello ya por el mismo joven, a causa de la fama que de él había en el ejército, y ya también acordándose de su padre Tiberio, que haciendo la guerra a los hispanos, y habiendo vencido a muchas gentes, asentó paz con los numantinos, y confirmada por el pueblo, la guardó siempre con rectitud y justicia. Enviado, pues, Tiberio, entró con ellos en pláticas, y ora haciendo recibir unas condiciones, ora cediendo en otras, concluyó un tratado por el que salvó notoriamente a veinte mil ciudadanos romanos, sin contar los esclavos ni la demás turba que no entra en formación.
Cuanto quedó en el campamento lo tomaron o destruyeron los numantinos. Había entre estos despojos unas tablas pertenecientes a Tiberio, que contenían las cuentas de su cuestura, y que en gran manera deseaba recobrar, por lo cual, retirado ya el ejército, volvió a la ciudad con tres o cuatro de sus amigos. Llamando, pues, a los magistrados de los numantinos, les rogó que le entregaran las tablas, para no dar a sus contrarios ocasión de calumniarle por no tener con qué defenderse acerca de su administración. Alegráronse los numantinos con la feliz casualidad de poder servirle, y le rogaban que entrase en la población, y como se parase un poco para deliberar, acercándose a él, le cogían del brazo, repitiendo las instancias y suplicándole que no los mirara ya como enemigos, sino que como amigos se fiara y valiera de ellos. Resolvióse, por fin, a hacerlo así, deseoso de recobrar las tablas, y temeroso de que entendieran los numantinos que tenía desconfianza; y entrando en la ciudad, le convidaron a comer, interponiendo toda especie de ruegos para que comiera alguna cosa sentado con ellos, Restituyéronle después las tablas, y le propusieron que de lo demás del botín tomara lo que gustase; mas no tomó otra cosa que un poco de incienso, porque usaba de él para los sacrificios públicos, y con esto se retiró, saludándolos y despidiéndose con demostraciones de afecto"
Plutarco, Ti. Gr., 5-6
Nota: Este Tiberio Sempronio Graco tendrá una parte muy destacada en la historia de la República.
En Roma, al conocerse la noticia, se consideró que el tratado era vergonzoso, por lo que el cónsul fue llamado a juicio, siguiéndole embajadores numantinos. En su lugar se envió al otro cónsul, Marco Emilio Lépido Porcina.
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Año 136
Entran en funciones los cónsules Lucio Furio Filón y Sexto Atilio Serrano
FC:
[L. Furius . . . Philus] , [Sex.] Atilius M.f. C.n. Serranus
A Marco Emilio Lépido Porcina y a Décimo Junio Bruto (eran cuñados, por cierto) se les prorroga en mando en ambas provincias en calidad de procónsules.
● Marco Emilio Lépido Porcina será cesado antes de tiempo, como veremos posteriormente. Cuando regresó a Roma todavía se estaba dirimiendo la querella entre Caio Hostilio Mancino y los embajadores numantinos. Por otro lado, provisionalmente se reconocía la paz con los numantinos mientras durasen las deliberaciones en el senado.
Entran en funciones los cónsules Lucio Furio Filón y Sexto Atilio Serrano
FC:
[L. Furius . . . Philus] , [Sex.] Atilius M.f. C.n. Serranus
A Marco Emilio Lépido Porcina y a Décimo Junio Bruto (eran cuñados, por cierto) se les prorroga en mando en ambas provincias en calidad de procónsules.
● Marco Emilio Lépido Porcina será cesado antes de tiempo, como veremos posteriormente. Cuando regresó a Roma todavía se estaba dirimiendo la querella entre Caio Hostilio Mancino y los embajadores numantinos. Por otro lado, provisionalmente se reconocía la paz con los numantinos mientras durasen las deliberaciones en el senado.
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Campaña de Décimo Junio Bruto
El procónsul Junio inició una campaña contra los brácaros debido a que en varias incursiones le habían arrebatado las provisiones que llevaba.
"Es éste un pueblo enormemente belicoso que combate juntamente con sus mujeres que llevan armas y mueren con ardor sin que ninguno de ellos haga gesto de huir, ni muestre su espalda, ni deje escapar un grito. De las mujeres que son capturadas, unas se dan muerte a sí mismas y otras, incluso, dan muerte a sus hijos con sus propias manos, alegres con la muerte más que con la esclavitud"
Apiano Ib. 72
El procónsul Junio inició una campaña contra los brácaros debido a que en varias incursiones le habían arrebatado las provisiones que llevaba.
"Es éste un pueblo enormemente belicoso que combate juntamente con sus mujeres que llevan armas y mueren con ardor sin que ninguno de ellos haga gesto de huir, ni muestre su espalda, ni deje escapar un grito. De las mujeres que son capturadas, unas se dan muerte a sí mismas y otras, incluso, dan muerte a sus hijos con sus propias manos, alegres con la muerte más que con la esclavitud"
Apiano Ib. 72
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Sucesos en la Citerior
El procónsul Marco Emilio Lépido Porcina, según Diodoro, no era demasiado apto para la guerra:
Aemilius the consul, being of a heavy and ungainly body as he was very fat with masses of flabby flesh, was totally unfit for conducting a war
27 G
http://www.attalus.org/translate/diodorus33.html#1
No pudiendo atacar la ciudad de Numancia, puesto que provisionalmente se mantenía la paz acordada, siguiendo el ejemplo de Lucio Licino Lúculo (véase el ataque no provocado que éste realizó en 151), realizó un ataque contra los vacceos, acusándolos de haber suministrado víveres a los numantinos en el transcurso de la guerra, de modo que llevó a cabo una incursión contra su país y puso cerco a la ciudad de Palantia, que era la más importante de los vacceos y que en nada había faltado al tratado. Para llevar a cabo esta empresa convenció a su cuñado Junio Bruto.
"Le dieron alcance Cinna y Cecilio, embajadores procedentes de Roma, quienes dijeron que el senado estaba en la duda de si, después de los desastres tan grandes que habían sufrido en Iberia, Emilio iba a provocar otra guerra, y le entregaron un decreto prohibiendo que Emilio hiciera la guerra a los vacceos. Pero él, como había comenzado ya la guerra y creía que el senado desconocía este hecho, así como que le acompañaba Bruto y que los vacceos habían proporcionado trigo, dinero y tropas a los numantinos, y puesto que sospechaba también que la retirada de la guerra sería peligrosa y casi entrañaría la pérdida de toda Iberia, si sus habitantes llegaban a despreciarles por cobardes, despachó a Cinna y a los suyos sin haber conseguido su misión y puso en conocimiento de todos estos hechos al senado por medio de cartas"
Apiano, Ib. 81
Una vez despachados los embajadores, Emilio Lépido ordenó la construcción de un fortín y fabricó en su interior máquinas de guerra, llevando a cabo también tareas de almacenamiento de trigo.
Un tal Flaco, que había salido a recoger forraje, cayó en una emboscada he hizo correr el rumor de que Emilio había tomado Palantia. Las tropas que lo acompañaban prorrumpieron en alaridos mientras que los atacantes, creyendo que la caída de la ciudad era cierta, se retiraron. De esta forma, salvó Flaco del peligro las provisiones recogidas.
Al prolongarse el asedio de Palantia, comenzaron a escasear los alimentos entre las tropas romanas y el hambre hizo presa en ellos llegando a morir todos los animales de carga y muchos soldados.
Emilio y Bruto aguantaron con paciencia mucho tiempo pero, vencidos por la realidad de la situación, dieron la orden de retirarse de manera repentina, una noche alrededor de la última guardia.
"Los tribunos militares y los centuriones corrían de un lado a otro apremiando a todos a hacer esto antes del amanecer. Y ellos, en medio del tumulto, lo abandonaron todo, incluso a los heridos y enfermos que se abrazaban a ellos y les suplicaban que no los abandonasen. Como la retirada se llevó a cabo de forma confusa y desordenada y muy semejante a una huida, los habitantes de Palantia atacando desde todos los lugares les causaron muchas heridas desde el amanecer hasta la tarde. Cuando llegó la noche, los romanos, hambrientos y exhaustos, se dejaron caer en el suelo agrupados, según cayó cada uno, y los de Palantia se retiraron gracias a una intervención de la divinidad"
Ib. 82
● Esta "intervención de la divinidad, fue un eclipse de luna que A. Schulten fechó el 1 de abril del 136
Según Orosio, las bajas romanas fueron cuantiosas:
"... en efecto, en este enfrentamiento no razonable, murieron con toda razón seis mil romanos; los demás, sin campamento, e incluso sin armas, lograron escapar"
V, 5, 13
Cuando el desastre llegó a oídos del senado, Marco Emilio Lépido Porcina fue despojado del mando y del consulado, debiendo regresar a Roma en donde le fue impuesta una multa.
El procónsul Marco Emilio Lépido Porcina, según Diodoro, no era demasiado apto para la guerra:
Aemilius the consul, being of a heavy and ungainly body as he was very fat with masses of flabby flesh, was totally unfit for conducting a war
27 G
http://www.attalus.org/translate/diodorus33.html#1
No pudiendo atacar la ciudad de Numancia, puesto que provisionalmente se mantenía la paz acordada, siguiendo el ejemplo de Lucio Licino Lúculo (véase el ataque no provocado que éste realizó en 151), realizó un ataque contra los vacceos, acusándolos de haber suministrado víveres a los numantinos en el transcurso de la guerra, de modo que llevó a cabo una incursión contra su país y puso cerco a la ciudad de Palantia, que era la más importante de los vacceos y que en nada había faltado al tratado. Para llevar a cabo esta empresa convenció a su cuñado Junio Bruto.
"Le dieron alcance Cinna y Cecilio, embajadores procedentes de Roma, quienes dijeron que el senado estaba en la duda de si, después de los desastres tan grandes que habían sufrido en Iberia, Emilio iba a provocar otra guerra, y le entregaron un decreto prohibiendo que Emilio hiciera la guerra a los vacceos. Pero él, como había comenzado ya la guerra y creía que el senado desconocía este hecho, así como que le acompañaba Bruto y que los vacceos habían proporcionado trigo, dinero y tropas a los numantinos, y puesto que sospechaba también que la retirada de la guerra sería peligrosa y casi entrañaría la pérdida de toda Iberia, si sus habitantes llegaban a despreciarles por cobardes, despachó a Cinna y a los suyos sin haber conseguido su misión y puso en conocimiento de todos estos hechos al senado por medio de cartas"
Apiano, Ib. 81
Una vez despachados los embajadores, Emilio Lépido ordenó la construcción de un fortín y fabricó en su interior máquinas de guerra, llevando a cabo también tareas de almacenamiento de trigo.
Un tal Flaco, que había salido a recoger forraje, cayó en una emboscada he hizo correr el rumor de que Emilio había tomado Palantia. Las tropas que lo acompañaban prorrumpieron en alaridos mientras que los atacantes, creyendo que la caída de la ciudad era cierta, se retiraron. De esta forma, salvó Flaco del peligro las provisiones recogidas.
Al prolongarse el asedio de Palantia, comenzaron a escasear los alimentos entre las tropas romanas y el hambre hizo presa en ellos llegando a morir todos los animales de carga y muchos soldados.
Emilio y Bruto aguantaron con paciencia mucho tiempo pero, vencidos por la realidad de la situación, dieron la orden de retirarse de manera repentina, una noche alrededor de la última guardia.
"Los tribunos militares y los centuriones corrían de un lado a otro apremiando a todos a hacer esto antes del amanecer. Y ellos, en medio del tumulto, lo abandonaron todo, incluso a los heridos y enfermos que se abrazaban a ellos y les suplicaban que no los abandonasen. Como la retirada se llevó a cabo de forma confusa y desordenada y muy semejante a una huida, los habitantes de Palantia atacando desde todos los lugares les causaron muchas heridas desde el amanecer hasta la tarde. Cuando llegó la noche, los romanos, hambrientos y exhaustos, se dejaron caer en el suelo agrupados, según cayó cada uno, y los de Palantia se retiraron gracias a una intervención de la divinidad"
Ib. 82
● Esta "intervención de la divinidad, fue un eclipse de luna que A. Schulten fechó el 1 de abril del 136
Según Orosio, las bajas romanas fueron cuantiosas:
"... en efecto, en este enfrentamiento no razonable, murieron con toda razón seis mil romanos; los demás, sin campamento, e incluso sin armas, lograron escapar"
V, 5, 13
Cuando el desastre llegó a oídos del senado, Marco Emilio Lépido Porcina fue despojado del mando y del consulado, debiendo regresar a Roma en donde le fue impuesta una multa.
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La conquista romana de Hispania
Sucesos en Roma
Cuando el senado cesó a Marco Emilio Lépido Porcina, en Roma todavía se estaba dirimiendo la querella entre Caio Hostilio Mancino y los embajadores de Numancia. Éstos habían sido recibidos fuera de los muros de Roma para que no pensaran que se ratificaba el tratado. Ante el senado, los numantinos presentaron el tratado mientras que Hostilio Mancino transfería la culpa a Quinto Pompeyo Aulo, al haberle dejado un ejército inactivo y mal equipado, asegurando por lo demás que había salvado a sus tropas de la destrucción sin ceder territorios dominados por Roma. El senado dejó libre a Quinto Pompeyo, puesto que ya había sido juzgado por estos hechos (recordemos el tratado secreto que hizo con los numantinos y que fue absuelto de todos los cargos). Por otro lado, los senadores decidieron entregar a Caio Hostilio Mancino a los numantinos por haber llevado a cabo un tratado vergonzoso, sin autorización.
● Plutarco, en sus "Vidas paralelas":
"Luego que volvió a Roma (Tiberio Sempronio Graco), aquel tratado se miró como ofensivo e ignominioso a la república, y fue por lo tanto puesto en examen y objeto de acusación; pero los deudos y amigos de los soldados, que eran una gran parte del pueblo, poniéndose alrededor de Tiberio, imputaron al general todo lo que el suceso había tenido de afrentoso, y atestiguaron que por él se habían salvado tantos ciudadanos. En tanto, los que atacaban el tratado decían que en aquel caso debían los romanos imitar a sus antepasados; porque también éstos a los cónsules que se dieron por contentos con recibir libertad de los samnitas los arrojaron desnudos en manos de los enemigos, y a cuantos intervinieron y tuvieron parte en los tratados, como los cuestores y comandantes, igualmente los entregaron; haciendo que recayera sobre éstos el perjurio y el quebrantamiento de los pactos"
Ti. Gra.
De nada sirvieron los intentos de Tiberio Sempronio Graco, que no pudo convencer al senado ante la actitud claramente belicista exhibida por Publio Cornelio Escipión Emiliano. El senado encargó al sucesor de Marco Emilio Lépido Porcina, el cónsul Lucio Furio Filón, que entregase a Hostilio Mancino a los numantinos. El cónsul lo llevó a Hispania.
"Pero Pompeyo consiguió la impunidad y Mancino la deshonra, pues por abstenerse ***, llegó al extremo de ser entregado por los sacerdotes feciales ● a los enemigos desnudo y con las manos atadas a la espalda. Ellos se negaron a aceptarlo tal como hicieron en otro tiempo los caudinos, diciendo que una violación pública de la fidelidad al tratado no se debía lavar con la sangre de uno solo"
Valerio Máximo II, 1, 5
Llevado de vuelta al campamento, volvió luego a Roma, siendo readmitido en la ciudadanía (llegaría a ejercer por segunda vez la pretura).
● Sacerdotes que sancionaban las declaraciones de guerra y los tratados de paz
Cuando el senado cesó a Marco Emilio Lépido Porcina, en Roma todavía se estaba dirimiendo la querella entre Caio Hostilio Mancino y los embajadores de Numancia. Éstos habían sido recibidos fuera de los muros de Roma para que no pensaran que se ratificaba el tratado. Ante el senado, los numantinos presentaron el tratado mientras que Hostilio Mancino transfería la culpa a Quinto Pompeyo Aulo, al haberle dejado un ejército inactivo y mal equipado, asegurando por lo demás que había salvado a sus tropas de la destrucción sin ceder territorios dominados por Roma. El senado dejó libre a Quinto Pompeyo, puesto que ya había sido juzgado por estos hechos (recordemos el tratado secreto que hizo con los numantinos y que fue absuelto de todos los cargos). Por otro lado, los senadores decidieron entregar a Caio Hostilio Mancino a los numantinos por haber llevado a cabo un tratado vergonzoso, sin autorización.
● Plutarco, en sus "Vidas paralelas":
"Luego que volvió a Roma (Tiberio Sempronio Graco), aquel tratado se miró como ofensivo e ignominioso a la república, y fue por lo tanto puesto en examen y objeto de acusación; pero los deudos y amigos de los soldados, que eran una gran parte del pueblo, poniéndose alrededor de Tiberio, imputaron al general todo lo que el suceso había tenido de afrentoso, y atestiguaron que por él se habían salvado tantos ciudadanos. En tanto, los que atacaban el tratado decían que en aquel caso debían los romanos imitar a sus antepasados; porque también éstos a los cónsules que se dieron por contentos con recibir libertad de los samnitas los arrojaron desnudos en manos de los enemigos, y a cuantos intervinieron y tuvieron parte en los tratados, como los cuestores y comandantes, igualmente los entregaron; haciendo que recayera sobre éstos el perjurio y el quebrantamiento de los pactos"
Ti. Gra.
De nada sirvieron los intentos de Tiberio Sempronio Graco, que no pudo convencer al senado ante la actitud claramente belicista exhibida por Publio Cornelio Escipión Emiliano. El senado encargó al sucesor de Marco Emilio Lépido Porcina, el cónsul Lucio Furio Filón, que entregase a Hostilio Mancino a los numantinos. El cónsul lo llevó a Hispania.
"Pero Pompeyo consiguió la impunidad y Mancino la deshonra, pues por abstenerse ***, llegó al extremo de ser entregado por los sacerdotes feciales ● a los enemigos desnudo y con las manos atadas a la espalda. Ellos se negaron a aceptarlo tal como hicieron en otro tiempo los caudinos, diciendo que una violación pública de la fidelidad al tratado no se debía lavar con la sangre de uno solo"
Valerio Máximo II, 1, 5
Llevado de vuelta al campamento, volvió luego a Roma, siendo readmitido en la ciudadanía (llegaría a ejercer por segunda vez la pretura).
● Sacerdotes que sancionaban las declaraciones de guerra y los tratados de paz
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La conquista romana de Hispania
Año 135
Entran en funciones los cónsules Servio Fulvio Flaco y Quinto Calpurnio Pisón
FC:
[Ser. Fulvius Q.f. . . Flaccus] , [Q.] Calpurnius C.f. [C.n.] Piso
Al cónsul Quinto Calpurnio Pisón le correspondió la Hispania Citerior; a Décimo Junio Bruto se le volvió a prorrogar el mando en la Ulterior.
Inicio de la Primera Guerra Servil
Si en Hispania no iba demasiado bien la guerra, un nuevo foco iba a estallar dentro de las fronteras de Roma.
La isla de Sicilia, como consecuencia de una larga tradición púnica y helenística, había desarrollado una economía agrícola basada en la extensión del latifundio y de grandes zonas de pasto, explotados por una numerosa mano de obra esclava. Tras la caída de Cartago, los terratenientes sicilianos compraron una ingente cantidad de mano de obra que fue a sumarse a la ya de por sí numerosa población servil. El rendimiento y los beneficios provenían de la reducción de costes, que regateaban lo indispensable al esclavo, en un inhumano régimen de brutalidad y degradación.
La rebelión no estalló de golpe. Los esclavos dedicados al pastoreo, fundamentalmente, por la relativa libertad de movimiento del que podían disponer, llegaron a formar verdaderas partidas de bandoleros. Los sucesivos gobernadores de la provincia hicieron lo que pudieron para suprimirlos pero no se atrevieron a darles un duro castigo debido a que los dueños de estos esclavos eran ricos y poderosos (la mayoría pertenecía a la clase ecuestre romana). Por lo tanto, cada gobernador se vio obligado a ser cómplice de los robos y rapiñas que se cometieron en la provincia.
Resumiendo. Todo esto culminó en 135 con una revuelta de grandes proporciones que se extenderá hasta el 132.
● Como esto es otra historia, por si a alguien le interesa, aunque sólo lo he encontrado en inglés, Diodoro Sículo a partir de 2G:
http://www.attalus.org/translate/diodorus34.html#2
Floro, VII. The Servile War:
http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/R ... *.html#VII
Hay algunos autores que comentan alguna que otra cosa más pero valgan estos dos como ejemplo.
Nota: Esta sublevación supuso un peligro muy grande para los romanos pues en otros lugares de Grecia y de la propia Italia (en la misma Roma) grupos más o menos numerosos de esclavos intentaron emular la suerte de los sicilianos.
- Como curiosidad, la famosa de Espartaco fue la IIIª gran revuelta, habrá una IIª también en Sicilia en 104
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Al cónsul Quinto Calpurnio Pisón le correspondió la Hispania Citerior; a Décimo Junio Bruto se le volvió a prorrogar el mando en la Ulterior.
Inicio de la Primera Guerra Servil
Si en Hispania no iba demasiado bien la guerra, un nuevo foco iba a estallar dentro de las fronteras de Roma.
La isla de Sicilia, como consecuencia de una larga tradición púnica y helenística, había desarrollado una economía agrícola basada en la extensión del latifundio y de grandes zonas de pasto, explotados por una numerosa mano de obra esclava. Tras la caída de Cartago, los terratenientes sicilianos compraron una ingente cantidad de mano de obra que fue a sumarse a la ya de por sí numerosa población servil. El rendimiento y los beneficios provenían de la reducción de costes, que regateaban lo indispensable al esclavo, en un inhumano régimen de brutalidad y degradación.
La rebelión no estalló de golpe. Los esclavos dedicados al pastoreo, fundamentalmente, por la relativa libertad de movimiento del que podían disponer, llegaron a formar verdaderas partidas de bandoleros. Los sucesivos gobernadores de la provincia hicieron lo que pudieron para suprimirlos pero no se atrevieron a darles un duro castigo debido a que los dueños de estos esclavos eran ricos y poderosos (la mayoría pertenecía a la clase ecuestre romana). Por lo tanto, cada gobernador se vio obligado a ser cómplice de los robos y rapiñas que se cometieron en la provincia.
Resumiendo. Todo esto culminó en 135 con una revuelta de grandes proporciones que se extenderá hasta el 132.
● Como esto es otra historia, por si a alguien le interesa, aunque sólo lo he encontrado en inglés, Diodoro Sículo a partir de 2G:
http://www.attalus.org/translate/diodorus34.html#2
Floro, VII. The Servile War:
http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/R ... *.html#VII
Hay algunos autores que comentan alguna que otra cosa más pero valgan estos dos como ejemplo.
Nota: Esta sublevación supuso un peligro muy grande para los romanos pues en otros lugares de Grecia y de la propia Italia (en la misma Roma) grupos más o menos numerosos de esclavos intentaron emular la suerte de los sicilianos.
- Como curiosidad, la famosa de Espartaco fue la IIIª gran revuelta, habrá una IIª también en Sicilia en 104
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La conquista romana de Hispania
Citerior
El cónsul Quinto Calpurnio Pisón no realizó ningún intento contra Numancia, se limitó a efectuar una incursión contra el territorio de Palantia y, tras devastarlo, pasó el resto de su mandato en sus cuarteles de invierno en la Carpetania.
Ulterior
Décimo Junio Bruto se dirigió contra Talábriga (cerca de Aveiro), que ya había sido sometida con anterioridad; sus habitantes le solicitaron el perdón y se rindieron sin condiciones. En primer lugar les exigió a los desertores romanos, todos los prisioneros que tenían, la entrega de todas las armas y, además de esto, rehenes; después les ordenó que abandonaran la ciudad junto a sus hijos y sus mujeres.
"Cuando también le hubieron obedecido en esto, los rodeó con todo su ejército y pronunció un discurso reprochándoles cuántas veces se habían sublevado y habían renovado la guerra contra él. Después de haberles infundido miedo y de dar la impresión de que iba a infligirles un castigo terrible, cesó en sus reproches y les dejó volver a su ciudad para que la siguieran habitando en contra de lo que esperaban, pues les había quitado sus caballos, el trigo, cuanto dinero poseían y cualquier otro recurso público. Bruto, después de haber realizado todas estas empresas, partió hacia Roma"
Apiano Ib. 73
Décimo Junio Bruto recibiría el sobrenombre de Galaico y le serían otorgados, a su regreso a Roma en 133, los honores del Triunfo.
El cónsul Quinto Calpurnio Pisón no realizó ningún intento contra Numancia, se limitó a efectuar una incursión contra el territorio de Palantia y, tras devastarlo, pasó el resto de su mandato en sus cuarteles de invierno en la Carpetania.
Ulterior
Décimo Junio Bruto se dirigió contra Talábriga (cerca de Aveiro), que ya había sido sometida con anterioridad; sus habitantes le solicitaron el perdón y se rindieron sin condiciones. En primer lugar les exigió a los desertores romanos, todos los prisioneros que tenían, la entrega de todas las armas y, además de esto, rehenes; después les ordenó que abandonaran la ciudad junto a sus hijos y sus mujeres.
"Cuando también le hubieron obedecido en esto, los rodeó con todo su ejército y pronunció un discurso reprochándoles cuántas veces se habían sublevado y habían renovado la guerra contra él. Después de haberles infundido miedo y de dar la impresión de que iba a infligirles un castigo terrible, cesó en sus reproches y les dejó volver a su ciudad para que la siguieran habitando en contra de lo que esperaban, pues les había quitado sus caballos, el trigo, cuanto dinero poseían y cualquier otro recurso público. Bruto, después de haber realizado todas estas empresas, partió hacia Roma"
Apiano Ib. 73
Décimo Junio Bruto recibiría el sobrenombre de Galaico y le serían otorgados, a su regreso a Roma en 133, los honores del Triunfo.
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La conquista romana de Hispania
Inciso
La campaña de Décimo Junio Bruto (138 - ¿135/134?) no implica que se anexionaran las zonas del noroeste peninsular en las que operó bajo el dominio romano; más bien fue, como ya comenté, una incursión para impedir que la Lusitania recibiera ayuda de las zonas colindantes y, como no, para obtener beneficios. Buscando algún que otro mapa:
Otros abarcan el sur de la actual Portugal hasta Lisboa, más o menos (distinguir entre la línea de 133 y 123):
● Por otro lado, comentar que en las fronteras de Roma se han dado sucesos que no quedaron bastante bien atestiguados o bien no merecieron el interés de los autores (aquí nos faltaría la obra pérdida de Livio, Polibio y otros). Por ejemplo, para este año de 135:
"Al no deponer aquéllos su actitud, hicieron una expedición contra ellos con diez mil soldados de infantería y seiscientos jinetes. Y ellos, cuando se enteraron, y dado que todavía estaban faltos de preparación, enviaron embajadores manifestando su arrepentimiento y solicitando el perdón. El senado les ordenó que repararan los daños a los perjudicados y, como no lo hicieron, Fulvio Flaco dirigió una campaña contra ellos"
Apiano Il. 10
Apiano se refiere a una revuelta en Iliria a la que fue enviado el cónsul Servio Fulvio Flaco, colega en el cargo de Quinto Calpurnio Pisón (al que ya hemos visto en la Citerior). Las fuentes a las que recurría Apiano poca información le daban:
"La guerra debió quedar tan solo en una incursión pues no pude encontrar un final preciso de ella"
Nota: La verdadera guerra que encaminará a la República hacia la crisis se estaba dando en la propia Roma, crisis que se extenderá por todas las fronteras incluyendo, por supuesto, a las provincias hispanas.
La campaña de Décimo Junio Bruto (138 - ¿135/134?) no implica que se anexionaran las zonas del noroeste peninsular en las que operó bajo el dominio romano; más bien fue, como ya comenté, una incursión para impedir que la Lusitania recibiera ayuda de las zonas colindantes y, como no, para obtener beneficios. Buscando algún que otro mapa:
Otros abarcan el sur de la actual Portugal hasta Lisboa, más o menos (distinguir entre la línea de 133 y 123):
● Por otro lado, comentar que en las fronteras de Roma se han dado sucesos que no quedaron bastante bien atestiguados o bien no merecieron el interés de los autores (aquí nos faltaría la obra pérdida de Livio, Polibio y otros). Por ejemplo, para este año de 135:
"Al no deponer aquéllos su actitud, hicieron una expedición contra ellos con diez mil soldados de infantería y seiscientos jinetes. Y ellos, cuando se enteraron, y dado que todavía estaban faltos de preparación, enviaron embajadores manifestando su arrepentimiento y solicitando el perdón. El senado les ordenó que repararan los daños a los perjudicados y, como no lo hicieron, Fulvio Flaco dirigió una campaña contra ellos"
Apiano Il. 10
Apiano se refiere a una revuelta en Iliria a la que fue enviado el cónsul Servio Fulvio Flaco, colega en el cargo de Quinto Calpurnio Pisón (al que ya hemos visto en la Citerior). Las fuentes a las que recurría Apiano poca información le daban:
"La guerra debió quedar tan solo en una incursión pues no pude encontrar un final preciso de ella"
Nota: La verdadera guerra que encaminará a la República hacia la crisis se estaba dando en la propia Roma, crisis que se extenderá por todas las fronteras incluyendo, por supuesto, a las provincias hispanas.
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La conquista romana de Hispania
Publio Cornelio Escipión Emiliano
La guerra de Numancia se había convertido en un problema para los romanos. Según Apiano, el pueblo estaba cansado de esta guerra, que se alargaba ya por varios años y estaba resultando más difícil de lo que se esperaba. Como el senado no estaba dispuesto a aceptar un tratado vergonzoso con los numantinos, se decidió recurrir al único hombre capaz de acabar con Numancia. Así, Publio Cornelio Escipión Emiliano, el destructor de Cartago, fue elegido para desempeñar su segundo consulado.
● Vamos a volver sobre ciertas cuestiones legales que ya se tocaron en su momento.
La Lex Villia annalis o Ley Villia annalis es una ley que fue promulgada en el 180 a. C. por el tribuno de la plebe Lucio Vilio (Lucius Villius): La ley establecía por primera vez, para evitar las carreras políticas excesivamente rápidas, las edades mínimas requeridas para los diferentes magistrados romanos y el intervalo necesario de diez años entre dos magistraturas de consulado para repetir. Ese intervalo necesario de diez años venía de un Plebiscitum ne quis eundem magistratum intra decem annos caperet (significa más o menos lo ya dicho). Pero es que existía otra ley que impedía a Escipión Emiliano optar al consulado por segunda vez que era la que se suele llamar Lex de consulatu non itinerando, la cual prohibía (desde el año 151) la iteración o repetición de cargo consular.
la-conquista-romana-de-hispania-t36815-180.html
En las fuentes encontramos algún que otro error al respecto. Apiano, por ejemplo, dice:
"En Roma, el pueblo, cansado ya de la guerra contra los numantinos, que se alargaba y les resultaba mucho más difícil de lo que esperaban, eligió a Cornelio Escipión, el conquistador de Cartago, para desempeñar de nuevo el consulado, en la idea de que era el único capaz de vencer a los numantinos. Éste también en la presente ocasión tenía menos edad de la establecida por la ley para acceder al consulado, por consiguiente el senado, una vez más, como cuando fue elegido este mismo Escipión contra los cartagineses, decretó que los tribunos de la plebe dejaran en suspenso la ley referente a la edad y la pusieran de nuevo en vigor al año siguiente"
Ib. 84
-La edad requerida para el consulado era de 42 años, Escipión tenía 51 en el 134; en su primer consulado (147) sí que fue eximido del requisito de la edad (rondaría los 37/38 años). Por otro lado, hay autores modernos que salen sorprendentemente con lo del periodo de los diez años: desde el primer consulado del 147 hasta el segundo del 134 ya había caducado ese plazo.
El verdadero motivo por el que no podía optar al segundo consulado lo encontramos en la Perioca del libro LIX de Livio:
"Como la guerra de Numancia se prolongaba por culpa de los generales para vergüenza del Estado, el senado y el pueblo romano tuvieron la iniciativa de ofrecer el consulado a Escipión Africano. Como no podía aceptarlo debido a una ley que impedía que alguien fuese cónsul por segunda vez, al igual que en su primer consulado fue eximido de la restricción legal"
Y así fue, pues el senado, mediante el plebiscitum de lege solvendo Publius Cornelio Scipione le permitió ejercer por segunda vez el consulado en el año 134, decretando que los tribunos de la plebe dejaran en suspenso por ese año la norma del 151 (Lex de consulatu non itinerando).
Claramente el senado había actuado presionado por el pueblo, ya que no estaba muy de acuerdo con el nombramiento porque temía el excesivo poder que había acumulado Escipión Emiliano.
Nota: Evidentemente, la Guerra Servil que había estallado en Sicilia pesó sobre el senado a la hora de ceder a las pretensiones del pueblo
La guerra de Numancia se había convertido en un problema para los romanos. Según Apiano, el pueblo estaba cansado de esta guerra, que se alargaba ya por varios años y estaba resultando más difícil de lo que se esperaba. Como el senado no estaba dispuesto a aceptar un tratado vergonzoso con los numantinos, se decidió recurrir al único hombre capaz de acabar con Numancia. Así, Publio Cornelio Escipión Emiliano, el destructor de Cartago, fue elegido para desempeñar su segundo consulado.
● Vamos a volver sobre ciertas cuestiones legales que ya se tocaron en su momento.
La Lex Villia annalis o Ley Villia annalis es una ley que fue promulgada en el 180 a. C. por el tribuno de la plebe Lucio Vilio (Lucius Villius): La ley establecía por primera vez, para evitar las carreras políticas excesivamente rápidas, las edades mínimas requeridas para los diferentes magistrados romanos y el intervalo necesario de diez años entre dos magistraturas de consulado para repetir. Ese intervalo necesario de diez años venía de un Plebiscitum ne quis eundem magistratum intra decem annos caperet (significa más o menos lo ya dicho). Pero es que existía otra ley que impedía a Escipión Emiliano optar al consulado por segunda vez que era la que se suele llamar Lex de consulatu non itinerando, la cual prohibía (desde el año 151) la iteración o repetición de cargo consular.
la-conquista-romana-de-hispania-t36815-180.html
En las fuentes encontramos algún que otro error al respecto. Apiano, por ejemplo, dice:
"En Roma, el pueblo, cansado ya de la guerra contra los numantinos, que se alargaba y les resultaba mucho más difícil de lo que esperaban, eligió a Cornelio Escipión, el conquistador de Cartago, para desempeñar de nuevo el consulado, en la idea de que era el único capaz de vencer a los numantinos. Éste también en la presente ocasión tenía menos edad de la establecida por la ley para acceder al consulado, por consiguiente el senado, una vez más, como cuando fue elegido este mismo Escipión contra los cartagineses, decretó que los tribunos de la plebe dejaran en suspenso la ley referente a la edad y la pusieran de nuevo en vigor al año siguiente"
Ib. 84
-La edad requerida para el consulado era de 42 años, Escipión tenía 51 en el 134; en su primer consulado (147) sí que fue eximido del requisito de la edad (rondaría los 37/38 años). Por otro lado, hay autores modernos que salen sorprendentemente con lo del periodo de los diez años: desde el primer consulado del 147 hasta el segundo del 134 ya había caducado ese plazo.
El verdadero motivo por el que no podía optar al segundo consulado lo encontramos en la Perioca del libro LIX de Livio:
"Como la guerra de Numancia se prolongaba por culpa de los generales para vergüenza del Estado, el senado y el pueblo romano tuvieron la iniciativa de ofrecer el consulado a Escipión Africano. Como no podía aceptarlo debido a una ley que impedía que alguien fuese cónsul por segunda vez, al igual que en su primer consulado fue eximido de la restricción legal"
Y así fue, pues el senado, mediante el plebiscitum de lege solvendo Publius Cornelio Scipione le permitió ejercer por segunda vez el consulado en el año 134, decretando que los tribunos de la plebe dejaran en suspenso por ese año la norma del 151 (Lex de consulatu non itinerando).
Claramente el senado había actuado presionado por el pueblo, ya que no estaba muy de acuerdo con el nombramiento porque temía el excesivo poder que había acumulado Escipión Emiliano.
Nota: Evidentemente, la Guerra Servil que había estallado en Sicilia pesó sobre el senado a la hora de ceder a las pretensiones del pueblo
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La conquista romana de Hispania
Año 134
Entran en funciones los cónsules Publio Cornelio Escipión Africano Emiliano y Caio Fulvio Flaco
FC:
[P. Cornelius P.f. P.n. Scipio Africanus Aemilianus II] , [C.] Fulvius Q.f. Cn.n. Flaccus
A Escipión Emiliano se le asignó la Hispania Citerior sin sorteo previo.
Entran en funciones los cónsules Publio Cornelio Escipión Africano Emiliano y Caio Fulvio Flaco
FC:
[P. Cornelius P.f. P.n. Scipio Africanus Aemilianus II] , [C.] Fulvius Q.f. Cn.n. Flaccus
A Escipión Emiliano se le asignó la Hispania Citerior sin sorteo previo.
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