Hola jugueca:
Estamos hablando sobre la posibilidad de que los hunos como invasores del imperio romano una vez establecidos en sus territorios hubieran formado un estado. En el caso de los hunos de Atila, era un pueblo que no se había sedentarizado y prácticamente no tuvieron otra relación con la población romana que la de conquistador y presa. Además, el asentamiento de los hunos dentro de los límites del imperio fué de corta duración, al año siguiente de la muerte de Atila (454) las huestes de Arderico, rey de los gépidos, destruyen el poderío huno en las llanuras de Panonia (zona que comprende partes de Hungria y Croacia) matando a Elac hijo y heredero de Atila.
En cuanto a los francos, el imperio franco era el único que pervivía a fines del siglo VIII de entre todos los reinos bárbaros que en el curso de los siglos V y VI se habían asentado en los territorios occidentales del imperio romano. Sin embargo, era de todo menos estable. Según F. G. Maier(1): Cuando los germanos irrumpieron en el imperio eran aún, en lo esencial, federaciones de tribus nómadas, relativamente poco organizadas, cuya unión estaba fundada en el principio personal de la estirpe y de la adhesión aún en el caso que fueran dirigidos por reyes...Estas federaciones políticas muy rudimentarias chacaron con un mundo, cuya estructura administrativa, económica y social, altamente desarrollada según normas y representaciones institucionales, estaba organizada de manera institucionalmente distinta.
Todos los estados germanos se encontraron en sus comienzos ante los mismos problemas fundamentales, provocados por el choque con el lorden estatal, con las formas sociales de vida y con la religión y la cultura del imperio. La herencia romana forzó a los germanos a salir de su mundo tribal y ahistórico, para acceder a un orden de vida regulado por el estado.
Ciertas tribus, como las de los ostrogodos, vivieron mucho tiempo en la zona de irradiación cultural del Imperio Romado de Oriente y habían cubierto las primeras etapas de una organización política desarrollada. Sin embargo, otras tribus como los francos el conocimiento que tenían del imperio y de su cultura fué originariamente mucho menor que en el caso anterior. Si bien, con Clodoveo y sus inmediatos sucesores el reino merovingio llegó a su máxima expansión territorial. La política interior se convirtió en una serie de enfrentamientos dinásticos de las diferentes líneas de la casa merovingia. Según Gregorio de Tours y la crónica de Fregedario el crimen, las atrocidades y el vicio sobrepasaban todo límite entre los soberanos merovingios.
Las normas hereditarias fueron aplicadas a la sucesión dinástica: el regnun era una especie de propiedad privada, no una institución pública, Austrasia, Neustria, Aquitania y Borgoña fueron divididas cada decenio para volver a unificarse y a continuación volver a ser divididas. Los enfrentamientos, por razones de herencia comenzaron entre los hijos de Clodoveo, de los que sólo queda al final Clotario I (558-561). A su muerte se inicia una serie de guerras civiles que terminan con la desintegración política del reino. Sólo en el siglo VII volvieron a encontrarse bajo una sola soberanía las distintas partes del reino, durante un periodo breve de tiempo, con Clotario II y Dagoberto
Esta descomposición merovingia coincide por el encumbramiento de los mayordomos , que absorben prácticamente todo el poder y llegan a suplantar a los soberanos, período de los "reyes holgazanes".
El ascenso de los carolingios se origina con uno de estos mayordomos, Pipino de Heristal (Pipino II), que llega a ser mayordomo de Austrasia consigue la unidad del reino. Carlos Martel, bastardo de Pipino II, ocupa la mayordomía y vuelve a restablecer la unidad del reino. Pero al morir vuelve a repartir el reino entre sus hijos Carloman y Pipino. El primero se retira a la vida monacal y Pipino llamado el "Breve", consigue que el papado le apruebe el destronamiento del último rey merovingio. Este al morir, otra vez reparte sus dominios entre sus dos hijos Carlos (Carlomagno) y Carlomán, con la suerte de la muerte del último de ellos en 771 antes de que la ruptura entre ambos hermanos desembocara en otra guerra civil.
Como puedes ver, el concepto patrimonialista del reino era algo comúnmente aceptado entre los francos y junto a la progresiva priatización de las funciones públicas por los grandes nobles fué lo que dió lugar a la Europa feudal.
Bibliografía: Franz Georg Maier, Transformaciones del mundo mediterráneo. Ed. Siglo XXI, 1986.
Hermann Kinder y Werner Hilgemann. Atlas histórico mundial. Ed. Itsmo. 1980.
Augustin Thierry. Relatos de los tiempos merovingios. Ed. Calpe. 1922.
Jan Dhondt. La alta edad media. Ed. Siglo XXI.
Política Exterior del Imperio Romano
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Me ha sorprendido mucho leer, en una enciclopedia de historia, las relaciones internacionales del Imperio Romanao.
En ella, se decía que los Romanos, comercialmente tenían relacion comercial con puertos de la India, China, el Sudeste asiático, Corea y posiblemente Japón, esto lo deja en duda. Se comerciaban especias, telas, perfumes, sedas, en su mayoría articulos de lujo, e incluso cómicos, artistas, musicos,etc venidos de China, La india, sudeste asiatico... Estos productos salian muy caros a roma y se dice que importaban mucho más de lo que importaban. Roma exportaba tapices, materia prima, vino, piedras preciosas, cerámicas y artistas a las cortes chinas.
La relaciones oficiales dice que habian delegaciones representantes en China y reinos indios.
Me ha sorprendido saber que en la Conchinchina existía un templo de Augusto. Increible.
Estas relaciones se dieron, sobre todo en los 2 primeros siglos, despues, con la llegada de la dinastía Han, la caída de los reinos indios, la comunicación se hizo más dificil,y simplemente, Occidente dejó de interesar a Oriente. En el siglo III China intentó crear una "embajada" ya más oficial en Roma, pero el proyecto no se llevó a cabo.
En ella, se decía que los Romanos, comercialmente tenían relacion comercial con puertos de la India, China, el Sudeste asiático, Corea y posiblemente Japón, esto lo deja en duda. Se comerciaban especias, telas, perfumes, sedas, en su mayoría articulos de lujo, e incluso cómicos, artistas, musicos,etc venidos de China, La india, sudeste asiatico... Estos productos salian muy caros a roma y se dice que importaban mucho más de lo que importaban. Roma exportaba tapices, materia prima, vino, piedras preciosas, cerámicas y artistas a las cortes chinas.
La relaciones oficiales dice que habian delegaciones representantes en China y reinos indios.
Me ha sorprendido saber que en la Conchinchina existía un templo de Augusto. Increible.
Estas relaciones se dieron, sobre todo en los 2 primeros siglos, despues, con la llegada de la dinastía Han, la caída de los reinos indios, la comunicación se hizo más dificil,y simplemente, Occidente dejó de interesar a Oriente. En el siglo III China intentó crear una "embajada" ya más oficial en Roma, pero el proyecto no se llevó a cabo.
Última edición por Volksjagër el 25 Nov 2006, 00:18, editado 1 vez en total.
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Volksjagër escribió:Estas relaciones se dieron, sobre todo en los 2 primeros siglos, despues, con la llegada de la dinastía Han...
Más bien, con la caída de la dinastía Han De hecho las relaciones comerciales nunca se cortaron del todo con Oriente, hasta la llegada de los árabes claro (que continuaron la tradición). Añado a lo que ha aportado japa, que el volumen del comercio con Oriente, principalmente por mar con el sur de la India más que por tierra por la popular ruta de la seda como ya se ha dicho, fue enorme durante el Alto Imperio, cada año 200 barcos con capacidades de hasta 500 toneladas, propiedad de mercaderes griegos en Egipto, partían hacia la India para vender por valor de 100 millones de sextercios y comprar por valor de 150 millones (datos del siglo I, en el II se amplió por lo que parece) Esta captación de moneda permitió a los estados indios basar su sistema monetal en las piezas romanas, fundiéndolas en el sur o tachando la cara del emperador romano en el norte.
La wiki tiene un buen artículo sobre las relaciones diplomáticas entre China y Roma
http://en.wikipedia.org/wiki/Sino-Roman_relations
Añadir que los chinos sí que se interesaron por el mundo que los rodeaba, no sólo profundizaron ampliamente en Asia Central, hasta el Caspio y aún más allá, sino que sus mercaderes recorrían la ruta de la seda hasta la región de cruce entre India, Afganistán y Sinkiang, o bien por mar hasta el estrecho de Malaca al menos.
De hecho, realizaron una compilación de la información que tenían sobre el mundo que incluye a las regiones orientales del Imperio Romano:
http://depts.washington.edu/silkroad/te ... l#products
Una obra casi gemela por su contenido y enfoque a la mucho más conocida de los romanos "Periplo del Mar Eritreo" (no es la única, hay una "actualización" de época bizantina) sobre el Índico
http://www.fordham.edu/halsall/ancient/periplus.html
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japa escribió:Entonces las relaciones de Roma con extremo oriente fueron más estrechas de lo que conocía; lo que más me ha sorprendido del enlace es el comercio con China a través de Partia, ya que pensaba que la seda siempre había llegado a Roma por la ruta del Índico.
En caso de que las relaciones con Partia fueran malas, la mercancía incluso tomaba una ruta aún más septentrional, por las estepas que bordean por el norte el Mar Negro y el Mar Caspio hasta la zona de Samarcanda o norte de la India.
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Para las relaciones entre Roma y China, hay un artículo de Sergio Salamó Asenjo, de la Universidad Católica de Valparaiso (Chile). Creo que es bastante interesante:
http://www.geocities.com/CollegePark/Campus/9569/ssa_servi.pdf
http://www.geocities.com/CollegePark/Campus/9569/ssa_servi.pdf
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En 1955, el historiador y sinólogo estadounidense Homer Hasenpflug Dubs , en una conferencia impartida en Londres titulada «Una ciudad romana en la antigua China», afirmó haber encontrado el destino de estos legionarios, encajando los datos de Plutarco y Plinio con las crónicas históricas de la dinastía Han, que reinó en el Imperio del Centro entre los años 25 y 220 de nuestra era.
Según este investigador, la legión perdida reaparece en las crónicas chinas de la dinastía Han en el año 36 a. C.[1] En ese año el general Gan Yanshou emprendió una campaña militar en los territorios fronterizos occidentales, la actual provincia de Xingiang, contra los nómadas xiongnu, antecesores de los hunos, por Bactria y el río Oxus. Las crónicas de esta campaña, que nos ha llegado a través del historiador y biógrafo del general chino Gan Yanshou, Ban Gu, que participó en aquella contienda, han hecho pensar a algunos expertos que los defensores de la ciudad de Zhizhi (actual Dzhambul, cerca de Tashkent, en Uzbekistán), eran miembros de la legión perdida.
En ellas se menciona una batalla librada por esta ciudad entre el ejército chino y un extraño contingente constituido por soldados veteranos, muy disciplinado y protegido en una fortaleza de madera de forma cuadricular que protegía el asentamiento. Se señala que éstos usaban fortificaciones de empalizadas rectangulares[2] y que entraban en combate perfectamente organizados («alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado») en la puerta de la ciudad, lo que recuerda a la testudo romana, en la que los infantes se protegen unos a otros formando con los escudos una especie de coraza.
La ciudad de Zhizhi fue tomada finalmente y los 1.000 prisioneros extranjeros fueron deportados a China y asentados en la ubicación de la actual Yongchang (provincia de Gansu, China), en el desierto del Gobi, para proteger las fronteras del imperio chino y a sus habitantes de las incursiones tibetanas.
Pero el antiguo nombre de Zhelaizhai, que se encuentra en la provincia de Gansu, ha terminado por sacar a la luz al cabo de dos mil años la historia de la legión perdida. El nuevo lugar en que fueron asentados los prisioneros fue llamado por decreto imperial Li-Jien o Liqian<; el topónimo, documentado por primera vez en el año 5 d. C., no es sino una variante china de «Legión», un nombre que además era el usado por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chinos tuvieron noticias de su opulencia y poder a través de sus comerciantes en Alejandría. Además, llama la atención este topónimo pues era extremadamente raro que los chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, siguiendo la tendencia confuciana a la rectificación de los nombres, el lugar fue renombrado como Jie-lu, que significa "cautivos".
Algunos creen que los descendientes de este contingente fue derrotado y arrasado en el siglo VIII por tropas tibetanas, que en aquel entonces eran mercenarios terribles, auténticos señores de la guerra, pero los estudios genéticos hechos en Li Jian dan pie a pensar otras cosas.
En 2001 los diarios Los Angeles Times y L´Express sacaron a la luz unos datos que identificaban un poblado remoto como punto final de la aventura de los legionarios de Craso, demostrando importantes diferencias físicas entre los nativos de la zona y el resto de los chinos. Desde entonces, los análisis de ADN realizados por la Universidad de Lanzhou confirman que un 46 por ciento de los habitantes de Zhelaizhai -entre los que hay ciudadanos con ojos azules y verdes, pelos rizados y/o de color castaño y pelirrojo, y gente con narices aguileñas- mostraban una curiosa afinidad genética con poblaciones europeas, según informó el semanario frances.[3] Hace años se encontraron en torno a cien esqueletos de hace más de mil años con una altura promedio superior a los 180 centímetros.[4]
A pesar de que la existencia de la legión perdida pueda estar más allá del mito, la realidad es que, aun con las posibles evidencias bibliográficas; los análisis de ADN realizados a la población y los restos romanos encontrados en excavaciones arqueológicas (monedas, cerámica, cascos y una gran piedra cúbica que alberga misteriosos restos de estilo occidental. También se sabe de restos de una fortaleza, con 30 metros de longitud y medio de alto, que según los nativos hasta hace poco más de 30 años, medía más de 100 metros de longitud y era mucho más alta), no existen certezas concluyentes de presencia romana durante este periodo en la China imperial, teniendo en cuenta que Li-Jien fue un puesto avanzado que estuvo localizado dentro de la antigua ruta de la seda.
Otras relaciones entre Roma y China
No sería hasta el año 166 cuando una delegación oficial, enviada por Marco Aurelio, conseguiría llegar hasta la entonces capital del imperio, Luoyang, en el que es considerado el primer contacto oficial conocido entre Roma y China. Aun así, la resistencia china al aperturismo y las grandes distancias entre ambos imperios hicieron imposible los contactos regulares entre las dos culturas. Este primer contacto diplomático documentado a través del libro chino Hou Hanshu (libro de la historia china de la dinastía Han). Aunque también se ha postulado que pudo haber sido su predecesor, Antonino Pío, el que enviara la delegación. La confusión ha surgido porque el Hou Hanshu llama al emperador lejano An Tun, de Antonino, nombre que ambos emperadores llevaban y que es el nombre de la dinastía que los incluyó. Lo curioso es que, de parte romana, no existen documentos que mencionen esta embajada.
Dicha misión diplomática habría llegado desde el sur, probablemente por mar, entrando a China por la frontera de Jinan o Tonkin y llevaba como presentes cuernos de rinocerontes, marfil y caparazones de tortugas que pudo haber adquirido en el Asia Meridional. No se descarta que estos representantes romanos hayan sido más bien comerciantes independientes que se hayan "avivado" haciéndose pasar por representantes oficiales del Imperio para ser mejor recibidos. La misión arribó, como se ha dicho, a Luoyang, entonces capital china, en 166 d. C., y fue recibida por el emperador Huan Di de la dinastía Han. Casi al mismo tiempo y posiblemente a través de esta embajada, los chinos adquirieron un tratado de astronomía romano, a cuyo imperio llamaron Da Qin. A partir del siglo III se encuentra un texto chino, llamado Weilue, que describe una serie de productos del Imperio Romano así como las rutas comerciales entre ambos.
Según este investigador, la legión perdida reaparece en las crónicas chinas de la dinastía Han en el año 36 a. C.[1] En ese año el general Gan Yanshou emprendió una campaña militar en los territorios fronterizos occidentales, la actual provincia de Xingiang, contra los nómadas xiongnu, antecesores de los hunos, por Bactria y el río Oxus. Las crónicas de esta campaña, que nos ha llegado a través del historiador y biógrafo del general chino Gan Yanshou, Ban Gu, que participó en aquella contienda, han hecho pensar a algunos expertos que los defensores de la ciudad de Zhizhi (actual Dzhambul, cerca de Tashkent, en Uzbekistán), eran miembros de la legión perdida.
En ellas se menciona una batalla librada por esta ciudad entre el ejército chino y un extraño contingente constituido por soldados veteranos, muy disciplinado y protegido en una fortaleza de madera de forma cuadricular que protegía el asentamiento. Se señala que éstos usaban fortificaciones de empalizadas rectangulares[2] y que entraban en combate perfectamente organizados («alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado») en la puerta de la ciudad, lo que recuerda a la testudo romana, en la que los infantes se protegen unos a otros formando con los escudos una especie de coraza.
La ciudad de Zhizhi fue tomada finalmente y los 1.000 prisioneros extranjeros fueron deportados a China y asentados en la ubicación de la actual Yongchang (provincia de Gansu, China), en el desierto del Gobi, para proteger las fronteras del imperio chino y a sus habitantes de las incursiones tibetanas.
Pero el antiguo nombre de Zhelaizhai, que se encuentra en la provincia de Gansu, ha terminado por sacar a la luz al cabo de dos mil años la historia de la legión perdida. El nuevo lugar en que fueron asentados los prisioneros fue llamado por decreto imperial Li-Jien o Liqian<; el topónimo, documentado por primera vez en el año 5 d. C., no es sino una variante china de «Legión», un nombre que además era el usado por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chinos tuvieron noticias de su opulencia y poder a través de sus comerciantes en Alejandría. Además, llama la atención este topónimo pues era extremadamente raro que los chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, siguiendo la tendencia confuciana a la rectificación de los nombres, el lugar fue renombrado como Jie-lu, que significa "cautivos".
Algunos creen que los descendientes de este contingente fue derrotado y arrasado en el siglo VIII por tropas tibetanas, que en aquel entonces eran mercenarios terribles, auténticos señores de la guerra, pero los estudios genéticos hechos en Li Jian dan pie a pensar otras cosas.
En 2001 los diarios Los Angeles Times y L´Express sacaron a la luz unos datos que identificaban un poblado remoto como punto final de la aventura de los legionarios de Craso, demostrando importantes diferencias físicas entre los nativos de la zona y el resto de los chinos. Desde entonces, los análisis de ADN realizados por la Universidad de Lanzhou confirman que un 46 por ciento de los habitantes de Zhelaizhai -entre los que hay ciudadanos con ojos azules y verdes, pelos rizados y/o de color castaño y pelirrojo, y gente con narices aguileñas- mostraban una curiosa afinidad genética con poblaciones europeas, según informó el semanario frances.[3] Hace años se encontraron en torno a cien esqueletos de hace más de mil años con una altura promedio superior a los 180 centímetros.[4]
A pesar de que la existencia de la legión perdida pueda estar más allá del mito, la realidad es que, aun con las posibles evidencias bibliográficas; los análisis de ADN realizados a la población y los restos romanos encontrados en excavaciones arqueológicas (monedas, cerámica, cascos y una gran piedra cúbica que alberga misteriosos restos de estilo occidental. También se sabe de restos de una fortaleza, con 30 metros de longitud y medio de alto, que según los nativos hasta hace poco más de 30 años, medía más de 100 metros de longitud y era mucho más alta), no existen certezas concluyentes de presencia romana durante este periodo en la China imperial, teniendo en cuenta que Li-Jien fue un puesto avanzado que estuvo localizado dentro de la antigua ruta de la seda.
Otras relaciones entre Roma y China
No sería hasta el año 166 cuando una delegación oficial, enviada por Marco Aurelio, conseguiría llegar hasta la entonces capital del imperio, Luoyang, en el que es considerado el primer contacto oficial conocido entre Roma y China. Aun así, la resistencia china al aperturismo y las grandes distancias entre ambos imperios hicieron imposible los contactos regulares entre las dos culturas. Este primer contacto diplomático documentado a través del libro chino Hou Hanshu (libro de la historia china de la dinastía Han). Aunque también se ha postulado que pudo haber sido su predecesor, Antonino Pío, el que enviara la delegación. La confusión ha surgido porque el Hou Hanshu llama al emperador lejano An Tun, de Antonino, nombre que ambos emperadores llevaban y que es el nombre de la dinastía que los incluyó. Lo curioso es que, de parte romana, no existen documentos que mencionen esta embajada.
Dicha misión diplomática habría llegado desde el sur, probablemente por mar, entrando a China por la frontera de Jinan o Tonkin y llevaba como presentes cuernos de rinocerontes, marfil y caparazones de tortugas que pudo haber adquirido en el Asia Meridional. No se descarta que estos representantes romanos hayan sido más bien comerciantes independientes que se hayan "avivado" haciéndose pasar por representantes oficiales del Imperio para ser mejor recibidos. La misión arribó, como se ha dicho, a Luoyang, entonces capital china, en 166 d. C., y fue recibida por el emperador Huan Di de la dinastía Han. Casi al mismo tiempo y posiblemente a través de esta embajada, los chinos adquirieron un tratado de astronomía romano, a cuyo imperio llamaron Da Qin. A partir del siglo III se encuentra un texto chino, llamado Weilue, que describe una serie de productos del Imperio Romano así como las rutas comerciales entre ambos.
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