Sobrevivio a sus dos primeros combates y cayo en el tercero
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
"Cuanto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandatos; más quiere el soldado llevar los ojos en las espaldas de su capitán, que traer los ojos de su capitán a sus espaldas. Lo que se manda se oye, lo que se ve se imita. Quien ordena lo que no hace, deshace lo que ordena".
Carpe diem
Veamos... Enrique IV de Francia. Pluriempleado como Enrique III de Navarra. Superviviente de la "sana" discrepancia de opiniones entre Enrique III de Francia, Enrique "El Acuchillado" de Guisa y él mismo.
No sé si será la respuesta, pero fue una buena degollina.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
Veamos, es el tercero de una famosa tripleta de españoles; y aunque fue el último en sumarse a los dos primeros, logró justa fama junto a los dos primeros. éstos fallecieron el mismo día, mientras que nuestro por ahora desconocido héroe fallecería más tarde, siendo enterrado en Extremadura, hasta que años después su cuerpo sería trasladado a las cercanías del lugar de los hechos....
Y eso que en Extremadura sólo enterraban a chinos.
Tome Espronceda VM que se lo ha ganado con las pistas que da:
Así vaga sombra de luz y de nieblas, mística y aérea dudosa visión, ya brilla, o la esconden las densas tinieblas cual dulce esperanza, cual vana ilusión. La calle sombría, la noche ya entrada, la lámpara triste ya pronta a expirar, que a veces alumbra la imagen sagrada y a veces se esconde la sombra a aumentar. El vago fantasma que acaso aparece, y acaso se acerca con rápido pie, y acaso en las sombras tal vez desparece, cual ánima en pena del hombre que fue, al más temerario corazón de acero recelo inspirara, pusiera pavor; al más maldiciente feroz bandolero el rezo a los labios trajera el temor. Mas no al embozado, que aún sangre su espada destila, el fantasma terror infundió, y, el arma en la mano con fuerza empuñada, osado a su encuentro despacio avanzó. Segundo don Juan Tenorio, alma fiera e insolente, irreligioso y valiente, altanero y reñidor: Siempre el insulto en los ojos, en los labios la ironía, nada teme y toda fía de su espada y su valor. Corazón gastado, mofa de la mujer que corteja, y, hoy despreciándola, deja la que ayer se le rindió. Ni el porvenir temió nunca, ni recuerda en lo pasado la mujer que ha abandonado, ni el dinero que perdió. Ni vio el fantasma entre sueños del que mató en desafío, ni turbó jamás su brío recelosa previsión. Siempre en lances y en amores, siempre en báquicas orgías, mezcla en palabras impías un chiste y una maldición. En Salamanca famoso por su vida y buen talante, al atrevido estudiante le señalan entre mil; fuero le da su osadía, le disculpa su riqueza, su generosa nobleza, su hermosura varonil. Que en su arrogancia y sus vicios, caballeresca apostura, agilidad y bravura ninguno alcanza a igualar: Que hasta en sus crímenes mismos, en su impiedad y altiveza, pone un sello de grandeza don Félix de Montemar.
Creo que ya se quien es, aunque es un personaje repetido...
como la ultima vez lo acerte yo, pasare elegantemente
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.