xenophon-1983 escribió:Según Tito Livio, en todos los ejércitos que lucharon contra Alejandro, en Persia y la India, sólo había mujeres, en contraposición a los aguerridos galos y los gallardos legionarios de Pompeyo.
Como ya le dije a Isocrates en su día, ¿te atreverás a poner en solfa al viejo Tito Livio?
Pues si que me atrevo. En primer lugar, bebian de un estereotipo, al igual que el de soldados-esclavos. Si te fijas en las 2 primeras batallas, practicamente el cuerpo de infanteria eran griegos mercenarios, los cuales ya habian dado severas derrotas tanto a Filipo II como a Parmenio y a Atalo, asi que la superioridad de la falange o de estos 3 estrategas y tacticos no fueron superiores al de los generales mercenarios en algunos casos.
La caballeria persa era de una calidad excelente, de una tradicion mucho mayor que le macedonia o tesalia, disponiendo de caballeria acorazada, a parte de un entrenamiento genial, pues eran nobles persas, o pueblos de una tradicion caballeristica insuperable.
Los ejercitos persas fueron comandados por mercenarios griegos, muy acostumbrados a manejar ejercitos muy variados, y de una experiencia muy buena.
Los gallardos legionarios de Pompeyo, a parte de no ser comparables a los mercenarios griegos, solo a los legionarios de Cesar, tuvieron la osadia de vencer a genios en la batalla, cosa que los de Pompeyo no, debido al mando que disponian.
Tenemos luegos a los cardaces, a los cuales se les tiene por igual de fieros que los griegos, y formaban muy posiblemente como ellos.No se cuando dieron los indios muestras de ser afeminados, por favor, no te escudes solo en una opinion de un autor, quiero ver tus argumentos.
El tono de mi la última frase de mi post era irónico. Generalmente, concuerdo con las tesis que exponéis tú e Isocrates
La obra de Tito Livio no es una obra de Historia (cuidado, sí una fuente), ya que su intención es dar ejemplos de lo que era virtuoso (y el que no lo era) en tiempos del principado de Augusto, a caballo de los siglos I a.C. y el siglo I d.C.
En definitiva, se trataría de un manual de buenas costumbres y del modelo de moral aceptable en tiempos de Augusto para la aristocracia romana, en que el autor empleó ejemplos, seleccionados y debidamente presentados, de la Historia de Roma. Por otro lado, no dejaba de ser un modo de restarle prestigio a Pompeyo (ya muerto tiempo antes de elaborarse la obra de Livio), adversario de Cayo Julio César la Segunda Guerra Civil -del 49 al 45 a.C.-, y quién siempre se había vendido como el victorioso campeón de Roma sobre el rico y prestigioso Oriente Helenístico (véase Liv. IX.XVII.6).
Entre las muchas cosas que ataca Tito Livio en su obra se halla todo rastro de influencia helenística entre los romanos. Y de ese famoso pasaje de Tito Livio , se desprende claramente que entre muchos aristócratas romanos se hallaba presente una notable admiración hacia Alejandro, de ahí el feroz ataque que le dedica Tito Livio (ver IX.XVII.3-4, IX.XVII.9-11 y 15-17; y IX.XVIII.8-11 y 13-19).
Por otro lado, encontramos otro ejemplo en la misma obra que no deja de ser muy elocuente de la intención moralizante-adoctrinadora de este autor. En el curso de la Segunda Guerra Samnita, el dictator Lucio Papirio Cursor derrotó un ejército samnita el 309 a.C. El derrotado ejército samnita, según Tito Livio, presentaba como particularidad el haber sido equipada la tropa con escudos cincelados, unos, con oro y, otros, con plata (IX.XL.2).
Al respecto, Tito Livio comenta despectivamente (resalto en negrita los fragmentos más "altisonantes" y significativos ):
Los romanos tenían ya conocimiento de la aparatosidad de las brillantes armas y sus jefes les habían explicado que el soldado debe aparecer hosco, no adornado con oro y plata, sino fiado en el hierro y el coraje, y es que aquellos adornos eran, más bien, botín que armas, brillantes antes de la acción, sucias entre la sangre y las heridas; el adorno del soldado es el valor y todo aquello acompañaba a la victoria, y el enemigo rico era presa del vencedor aunque fuese pobre.
(Liv. IX. XL. 4-6)
Este pasaje no es gratuito, ya que debe situarse en el contexto de que, no mucho antes, las legiones mobilizadas por Sila y Lúculo habían seguido a sus jefes, a fin de saquear a sus ricos enemigos orientales en sucesivas campañas (comprando su lealtad); luego, las legiones de Pompeyo mobilizadas en el rico Oriente helenístico serían derrotadas por las legiones cesarianas, e ídem con las legiones mobilizadas por Marco Antonio y luego derrotadas por Augusto, quién era mecenas de Tito Livio. Y éste no hizo más que ensalzar, de modo más o menos sutil, a su benefactor y vender bien el programa político del hijo adoptivo de Cayo Julio César
Un saludo, y perdón por el rollo