Revolucion Francesa y Guerras Napoleónicas 1792-1815

Los conflictos armados en la historia de la Humanidad. Los éjércitos del Mundo, sus jefes, estrategias y armamentos, desde la Antiguedad hasta 1939.
agualongo
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Mensaje por agualongo »

El desembarco en el sur de Cerdeña: Mientras Truguet ponía rumbo a Tolón, el contralmirante La Touche – Treville, con sus 4 navíos de 74 cañones y algunos transportes, se concentraba, el 1º de enero de 1793, en la bahía de Palmas.
Entre tanto, en Cagliari, los militares decidieron hacer valer su antiguo derecho de decretar la movilización de la población para suministrar fuerzas a la defensa y suplir la falta de decisión del virrey, que consideraba perdida la isla, a pesar del reciente fracaso francés. Los señores feudales nombraron un Consejo de Guerra, para que tomara las medidas oportunas que condujeran a la evacuación de las tropas y la artillería situadas en los islotes de San Pedro y de San Antioco y renovase los ofrecimientos de dineros a todos los que se alistasen. El Virrey, que fingió apreciar el celo patriótico de los señores, consideró tales actos como una ingerencia de los feudales en sus derechos y privilegios, y no omitió ocasión para obstaculizar todas las medidas que intentase el consejo. El clero, por su parte, predicaba a la población la defensa activa del Trono y el Altar. San Efesio, patrón de Cagliari, fue nombrado comandante en jefe del ejército sardo, y llevado en procesión por las calles de la ciudad mientras el arzobispo de Melano, ante una multitud enfervorecida, bendecía los cañones de la isla.
El 7 de enero, el contralmirante La Touche-Tréville inició las operaciones para apoderarse de Carloforte en la isla de San Pedro.

Dirigía aquel presidio militar, el oficial de la armada, de Nobili. Conforme a las órdenes, recientemente recibidas, debía poner a salvo a sus hombres y de no poder conducir deprisa la artillería, debía dejarla inservible, clavándola. La población de Carloforte, formada por antiguos esclavos liberados de Berbería, no quería abandonar la isleta, por lo que, según algunos autores, los habitantes decidieron esconder bajo tierra la estatua del rey Carlos Emanuele III, fundador de aquella colonia, antes de que los franceses llegasen y pudieran profanarla. Éstos desembarcaron el 8 de enero sin hallar resistencia y su primer acto fue plantar el árbol de la libertad. La población los acogió con simpatía, que se transformó en verdadero entusiasmo cuando Filippo Buonarroti, un revolucionario italiano, desembarcó tras las tropas y dirigió un encendido discurso en el que explicaba qué significaban la libertad, la justicia y la igualdad, bases del nuevo régimen republicano que se estaba implantando. En recuerdo de tal acontecimiento, los franceses renombraron la isla de San Pedro como isla de la Libertad. Y después, en base a esos principios pronunciados, nombraron un juez de paz, encargado de las jurisdicciones civil y criminal y a los representantes de la municipalidad, uno y otros elegidos democráticamente por los vecinos.

Todo pareceía asegurado, parecía...

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Pues eso, todo el mundo parecía pasárselo muy bien:

El 10 de enero se celebró solemnemente el establecimiento del nuevo régimen; las mujeres abandonaron su natural reserva y bailaron con los hombres y los soldados franceses la tradicional farandola alrededor del árbol de la libertad. En los siguientes días, Buonarroti redactó la constitución republicana de la isla de la Libertad: un, sin duda, interesante y original documento, cuyo original se ha perdido.
Al día siguiente, 11, procedente de Tolón, llegó el almirante Truguet al golfo de Palmas, donde se unió a las fuerzas del contralmirante La Touche – Treville, y comenzó inmediatamente el ataque al islote aislado de San Antioco, unido a Cerdeña por una pequeña lengua de tierra. La toma de San Antioco tenía una notable importancia para los franceses, ya que les proporcionaría una base de operaciones para su flota y una punta de lanza para su cuerpo de desembarco, que desde allí, podría alcanzar fácilmente Cagliari tras dos días de marcha.
El 14 de enero, Truguet se dispuso a lanzar el asalto. Previamente envió un parlamentario para intimar a la rendición y permitir a la población evacuar el lugar antes del ataque. El comandante sardo, Camurati, oficial de dragones, viendo que durante la tregua los franceses habían desembarco y se habían apoderado de Calasetta, por toda respuesta hizo prisionero al parlamentario, lo puso a salvo de la ira de los habitantes, y se retiró con sus dragones al istmo de Santa Caterina. De esta manera, los franceses pudieron ocupar sin resistencia San Antioco, donde comenzaron a construir rápidamente obras defensivas. Considerándose protegidos por estas primeras construcciones, intentaron un golpe de mano sobre el istmo, pero fueron rechazados por los animosos milicianos locales, que se habían unido a los dragones. En este combate, los franceses tuvieron 8 muertos y 25 heridos, por tan sólo 1 muerto y 6 herido de los sardos.

Había comenzado la lucha por Cerdeña.

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Ah, la lucha por Cerdeña...

Truguet, considerando la dificultad de desembarcar en Sulcis, tras su fracaso en hacer saltar la línea del istmo, decidió dirigirse a Cagliari, amenazando con las mayores represalias por la ofensa recibida la bandera francesa y la muerte del parlamentario en diciembre. En la capital de Cerdeña, mientras tanto, se organizaban las primeras unidades de milicianos, creadas por la movilización del estamento militar, pero todavía no habíase conseguido la necesaria unidad de mando entre el gobernador y el consejo de defensa. El Virrey quería mantener sus derechos y privilegios mientras los militares desconfiaban de las interferencias del virrey.

La flota francesa apareció en la rada de Cagliari el 23 de enero, con un despliegue de fuerza impresionante: 26 buques, de ellos 9 navíos, con un cuerpo de desembarco de 7.000 hombres. Truguet, antes de iniciar el ataque, intimó nuevamente a la rendición, enviando en una chalupa a una comisión parlamentaria, encabezada por un oficial, un comisario civil llamado Peraldi, y Filippo Buonarroti, y un destacamento armado de varios soldados. Buonarroti portaba una proclama para publicarla, en la que establecía la libertad e igualdad, apenas el Virrey hubiera aceptado la capitulación. Pero un grupo de milicianos, situados en el puerto, lanzaron una descarga de mosquetería apenas habían puesto los parlamentarios los pies en tierra, obligándoles a meterse en la chalupa y buscar la salvación en el mar, en medio de los disparos. Después de este episodio, en que un soldado francés resultó gravemente herido, y que las mismas autoridades sardas repudiaron, la población temió una fiera reacción por parte de la flota enemiga.
En efecto, la reacción de Truguet no se hizo esperar: El 27 de enero, tuvo lugar el primer bombardeo naval a la ciudad de Cagliari. Los buques franceses, sin embargo, recordando los sucesos del mes anterior, se mantuvieron lejos del alcance de las baterías costeras sardas. Más intensos fueron los bombardeos de los días posteriores, aunque los daños materiales fueron mínimos y la moral de la población creció con ellos, el bautismo de fuego sirvió para endurecer y aumentar el espíritu de resistencia. Por su parte, Truguet se dio cuenta de que Cagliari no capitularía nunca mediante el ataque naval, por lo que pensó ejecutar una operación anfibia: un metódico bombardeo de la plaza y el desembarco de las fuerzas de infantería.
El plan de operaciones se completó tras la llegada de un nuevo convoy de suministros que transportaba 3.000 voluntarios provenzales, artillería de campaña, víveres y municiones. En Cagliari, tal acumulación de fuerzas y buques, fue el presagio de que se intentaría un desembarco en fuerza.

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Considerando la configuración del golfo, sólo había dos lugares donde los franceses podían desembarcar con ciertas probabilidades de éxito: uno era en la llanura de Gliuc, a la altura del lazareto, y el otro en la bahía de Quartu, tras el promontorio de San Elías y la torre llamada “de los españoles”.

El plan de defensa fue diseñado atendiendo a esta doble posibilidad de desembarco: la llanura de Gliuc fue protegida por un millar de milicianos, bajo el mando de Gerolamo Pitzolo, uno de los principales miembros del estamento militar, mientras en la costa de Quartu se situaron los dragones del barón de Saint Amour, con algunas compañías de milicianos de infantería y caballería. El Consejo Municipal organizó los aprovisionamientos necesarios para sostener a las tropas y a la población en vista de una larga resistencia.
El 10 de febrero, Truguet celebró un consejo de guerra a bordo del navío “Aquilon”, buque almirante de la flota, en la que participaron los comandantes de las unidades navales y de las distintas fuerzas de tierra para informarles de su plan de ataque: el primer objetivo sería conquistar las colinas fortificadas de San Bartolomé, San Elías, y Bonaria, desde donde sería fácil bombardear la ciudad alta y el puerto con morteros y con piezas de artillería naval transportadas a tierra. El general Casabianca, comandante de las tropas de asalto, debía desembarcar en la costa de Quartu, y ocupar rápidamente el monte San Elías. Para confundir al enemigo, La Touche – Tréville debería realizar una maniobra de distracción: desembarcaría unos cuantos centenares de soldados en la planicie de Gliuc, y establecería una cabeza de puente que atrajera a las fuerzas sardas y ocultara el movimiento principal de Casabianca. En cuanto a la armada, algunos buques apoyarían los desembarcos, bombardeando aquellas posiciones sardas, que las fuerzas de tierra estimasen más conveniente y la señalasen como objetivo, mientras el grueso de la flota debía bombardear intensamente la ciudad. El plan estaba concebido de acuerdo a las más estrictas normas de la estrategia militar.

Asi pues, los franceses se preparaban para el asalto anfibio.

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

El 14 de febrero, los buques franceses, formados en línea, desfilaron ante Quartu y desataron un bombardeo infernal sobre las posiciones del barón Saint Amour. Entre los milicianos hubo un conato de pánico que produjo una desbandada, lo que motivó la desconfianza del barón hacia esas tropas y que explican sus dudas de utilizarlos en el ataque cuando, en días posteriores, los franceses coloquen su posición en dificultad.
El desembarco se produjo ese mismo día, por la tarde, sin que apenas fuera obstaculizado: 4.000 hombres bien armados y aprovisionados desembarcaron en la playa y se protegieron en el abrigo de una trinchera improvisada antes de lanzarse sobre el monte San Elías. Simultáneamente tenía lugar el ataque de diversión sobre la llanura de Gliuc, precedido de un intenso bombardeo, aunque Pitzolo logró mantener a los milicianos firmes en sus posiciones e impidió que las lanchas francesas tocasen tierra. A pesar de este pequeño éxito, las noticias que llegaban a la ciudad de la situación en Quartu no podían ser peores. El Estamento Militar, reunido en sesión permanente, criticó la conducta indolente e irresoluta del comandante del sector, el barón de Saint Amour y solicitó al virrey la convocatoria de un consejo de guerra.
Éste tuvo lugar el 15 de febrero: el virrey y algunos otros miembros del consejo se inclinaban por la rendición incondicional. Mientras tanto, Cagliari era sometida a un intenso bombardeo ese día, en que según informe coetáneos, cayeron no menos de 12.000 bombas. El consejo convocó a Pitzolo y a Saint Amour y les dio la orden de lanzar rápidos contraataques sobre las líneas francesas; pero durante sus respectivas ausencias, los milicianos, cogidos por el fuego de enfilada de algunos navíos, se desbandaron, imposibilitando cualquier posibilidad de contraataque. Por parte del atacante, el general Casabianca había dividido el cuerpo de desembarco en tres brigadas, y haciéndolo marchar por los márgenes de la costa, se dirigió hacia el monte San Elías.

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

así estaban las cosas, cuando:

Las milicias sardas de la llanura de Gliuc, por temor a verse copadas, comenzaron a retirarse hacia el monte Urpino, cuando llegó el comandante Pitzolo y arengó a los hombres, predisponiéndoles para contraatacar al día siguiente, dado el estado lamentable que presentaban, Pitzolo los dejó descansar en los viñedos cercanos y para inferirles confianza, los acompañó durante un reconocimiento nocturno.
El avance francés se detuvo con la caída de la noche, estableciéndose puestos de vigilancia a lo largo de la línea. Las tres brigadas establecieron sus bivacs cerca de las salinas, situadas del modo que pudieran protegerse de una posible sorpresa. Ésta llegó en medio de la oscuridad de la noche.
Fuera por que se diera la alarma al descubrir a alguna patrulla sarda que en reconocimiento se acercase a las líneas, o fuese por la imprudencia de algún centinela francés (La crónica sarda de los hechos se refiere al ladrido de un perro que despertó a un medio dormido centinela), lo cierto y verdad es que en medio de la noche sonó el eco de un disparo solitario, respondido prontamente por otros varios, que al continuar derivaron en un fuego general en toda la línea. Los franceses, creyéndose atacados, y sin conocer la posición del enemigo, se defendieron mediante descargas generales en la oscuridad que resultaron fatales para ellos mismos, pues unas unidades se disparaban a otras. En poco tiempo, los supuestos defensores veían enemigos por todas partes, el pánico se apoderó del campo francés y los soldados, como ya había pasado en otros frentes, se desbandaron en mitad de la noche en un ¡Sálvese el que pueda!

Lo más curioso de este hecho, es que salvo unas pocas y débiles patrullas sardas, formadas por milicianos, y en misión de reconocimiento, no había nadie acosando el campo francés, de hecho, las tropas sardas no se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo y desaprovecharon la ocasión para lanzar un mortífero contraataque. :shock: De hecho no se movieron, ni cuando los franceses, abandonando armas y suministros, marcharon en total desconcierto hacia las playas, solicitando que se les reembarcara de inmediato. Sin embargo, las malas condiciones del mar, impidieron una pronta ayuda por parte de la flota. Durante 4 días, un conjunto de 4.000 soldados, presas del pánico, permanecieron en las playas, sufriendo las inclemencias del tiempo, sin apenas armas, con los suministros perdidos y rodeados por el enemigo que, también inexplicablemente, no atacó. La conducta de los jefes sardos fue lamentable. :roll: Debido a su falta de confianza en los milicianos, prefirieron no exponerse a los riesgos de un combate, ante un enemigo desmoralizado y sin organización, y permanecieron en sus líneas de defensa sin actuar.

Saludos saluditos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Por si fuera poco, el temporal provocó que el “Triomphant” (80 cañones) perdiera dos mástiles y estuviera a punto de zozobrar, lo mismo que dos fragatas. Varios transportes embarrancaron en la costa y cayeron en poder de los sardos. Si en el mar, la culpa del desastre es atribuible al temporal, en tierra fue debido a la mala calidad de las tropas de desembarco, compuestas masivamente por voluntarios provenzales, altaneros e indisciplinados que en palabras de un observador italiano eran “più coraggiose nell'usare la lingua che nel maneggiare il fucile”. De los diferentes informes redactados por los oficiales, se ha establecido que el pánico comenzó por la famosa falange marsellesa, que, abandonándolo todo, corrió hacia las playas, amenazando con colgar al general Casabianca y al resto de oficiales si no eran reembarcados pronto.
Cesado el mal tiempo, el 20 de febrero, fue evacuado la totalidad del cuerpo de desembarco, el 21 la flota levó ancla y muy dañada, con algunos navíos remolcados, puso rumbo al golfo de Palmas, desde dónde el 24 se dirigió a Tolón. Únicamente en las islas de San Antioco y San Pedro quedó una guarnición de 700 soldados franceses.
Según Giuseppe Manno, las bajas sardas en estas operaciones fueron de 54 muertos y 109 heridos más un millar de bajas civiles en Cagliari (lo que estimo en un total de 200/300 habitantes muertos) mientras las francesas las detalla en 21 muertos y 47 heridos para el ejército y 8 muertos y 20 heridos para la armada, más un centenar de prisioneros, en su mayoría marinos de los transportes y embarcaciones menores encalladas.

Saludos

El ejército revolucionario seguía adoleciendo de esa disciplina tan necesaria...


agualongo
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Mensaje por agualongo »

¡Ay la indisciplina revolucionaria! veamos, veamos nuevos ejemplos..

La Expedición a la Maddalena

Paralelamente al ataque a Cerdeña por el sur, los franceses llevaron a cabo una operación contra el islote de La Maddalena, al nordeste de la gran isla piamontesa.
Este ataque diversivo se hacía a petición de los jefes políticos y militares de Córcega, tanto para satisfacer una antigua aspiración de los habitantes de Bonifacio que llevaban décadas reclamando la devolución del archipiélago, como para mantener ocupados y alejar de la isla a los voluntarios nacionales corsos tras protagonizar una serie de graves incidentes con soldados del ejército regular y marineros de la flota en Ajaccio y Bastia.
La empresa, poco importante tanto por el objetivo a conseguir, como por la cantidad de hombres, buques y medios logísticos empleados, supondrá el bautismo de fuego de un jovencísimo oficial de 23 años: Napoleón Bonaparte. Un oscuro y no muy distinguido teniente de artillería, que había abandonado temporalmente el ejército y, tras una breve estancia en París, regresó a su Córcega natal. Incapaz de permanecer inactivo, volvió al ejército y con el grado de teniente coronel, dirigió uno de los cuatro batallones de voluntarios corsos destinados a la operación del estrecho de Bonifacio.
No eran estos voluntarios mucho mejores que los marselleses, al igual que éstos, estaban mal organizados, eran indisciplinados, gustaban de peleas y motines, desertaban fácilmente y aprovechaban la menor ocasión para saquear, robar o devastar a placer, gente peligrosa para una pelea callejera, sin duda, pero poco instruidas para un combate.
Con tales soldados, el general Colonna – Cesari, encargado por el almirante Truguet y por Paoli, del mando de la expedición, debía devolver el citado islote a Córcega, misión difícil, porque, a pesar, del celo y el patriotismo de todos los oficiales por instruir y disciplinar a la soldadesca, ésta era reacia a toda obediencia.

Saludos


Shrike
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Mensaje por Shrike »

La empresa, poco importante tanto por el objetivo a conseguir, como por la cantidad de hombres, buques y medios logísticos empleados, supondrá el bautismo de fuego de un jovencísimo oficial de 23 años: Napoleón Bonaparte. Un oscuro y no muy distinguido teniente de artillería, que había abandonado temporalmente el ejército y, tras una breve estancia en París, regresó a su Córcega natal. Incapaz de permanecer inactivo, volvió al ejército y con el grado de teniente coronel, dirigió uno de los cuatro batallones de voluntarios corsos destinados a la operación del estrecho de Bonifacio.


Casualmente, ayer empecé Las Campañas de Napoleón de David G. Chandler (sí, ese libraco enorme), donde al relatar esta expedición a La Maddalena (1), dice que el teniente coronel de voluntarios N. de Buonaparte :wink: pasó a comandar una batería compuesta por dos cañones y un mortero, o al menos eso se desprende de su narración.

Un saludo,

(1) CHANDLER, David G. Las Campañas de Napoleón. Un Emperador en el campo de batalla, de Tolón a Waterloo (1796-1815), pp. 66-67. La Esfera de los Libros, Madrid (2005).


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Muy buenas, caro Shrike, tiempo ha que no intercambiábamos nuestros pareceres.



.
de Buonaparte pasó a comandar una batería compuesta por dos cañones y un mortero, o al menos eso se desprende de su narración.


Efectivamente muy acertado, el teniente coronel (interino) Buonaparte dirigía uno de los cinco batallones expedicionarios, y en el transcurso de la no muy brillante operación, dirigiría una batería compuesta por dos cañones y un mortero.

Saludos


El 1º de febrero, tuvo lugar la concentración de los batallones en Bonifacio y la inspección general por parte de Colonna – Cesari, el cual se dio perfecta cuenta de las enormes carencias de sus fuerzas: los soldados estaban en estado de efervescencia pues llevaban tres meses sin recibir sus pagas, los medios de transportes puestos a su disposición eran insuficientes, la corveta encargada de dar protección al convoy era insuficiente para enfrentarse a las dos galeras sardas que constantemente atravesaban las aguas del estrecho y que tenían por base La Maddalena, y las tripulaciones de los buques estaban formada en su mayoría por provenzales de lo peor, que no inspiraban confianza alguna. Los marineros, cada vez que desembarcaban en tierra, se dedicaban a los mayores excesos de fanatismo revolucionario. Poco faltó para que en uno de estos excesos, el 9 de febrero, matasen a Napoleón en el curso de una manifestación jacobina. Después de haber atravesado las estrechas y tortuosas calles de Bonifacio, cantando “La Carmagnola” y el “Ça Ira”, el grupo se detuvo en gran número en una plaza pública donde comenzaron a bailar la Farandola Provenzal. Napoleón, que atravesaba la plaza, irritado por ese espectáculo tan indecoroso y desvergonzado, no dudó en demostrar su desaprobación, elevando los hombros. Bastó ese pequeño gesto para que los marineros reaccionaran de inmediato y de forma violenta, como era su costumbre: los más cercanos se lanzaron, cuchillo en mano, sobre el joven oficial, que tuvo que escapar corriendo y buscar protección en el portal de una casa, donde fue protegido por un suboficial, el cual, con un cuchillo, mató a uno de los asaltantes. Los otros, asustados, huyeron corriendo. Esta anécdota es significativa, no tanto porque envolviera a Napoleón, como porque muestra la absoluta indisciplina de la tropa y la marinería destinada a la conquista de La Maddalena.

Saludos... parecen increible las ironías de la historia... ese día, 9 de febrero, un mindundi cualquiera, un vulgar desgraciado, un completo infeliz, un perfecto inútil, podía haber alcanzado a ese joven oficial y matado de una cuchillada... habría hecho lo que los servicios británicos de inteligencia no lograrían jamás.... y de este modo, 20 años de Gloria con el Emperador nunca hubieran tenido lugar...

Ironía... ¿Quién podía ver en aquel joven oficial, apenas francés, que ahora corre para salvar la vida, atacado por sus soldados levantiscos, que un día será Emperador de los franceses y que éstos morirán a gusto al grito de ¡VIVA EL EMPERADOR!.

Saludos


agualongo
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Mensaje por agualongo »

En enero, el comandante militar del islote, mayor Riccio, solicitó dos compañías de fusileros del regimiento suizo de Courten, trasladados desde Sassari a La Maddalena, con lo que la guarnición estaba integrada por 850 hombres: 400 suizos, 150 soldados de la Ordenanza y 300 milicianos, aparte de un pequeño contingente en San Esteban. En el puerto de Cala Gavetta, la pequeña bahía natural abierta en el lado sur del islote, se encontraban amarrados algunos barcos viejos de la Real Armada Sarda, que esperaban su desguace y la mayor parte de los soldados y los milicianos.
El 22 de febrero, a las nueve de la mañana, partió la expedición: 16 pequeños transportes que llevaban a bordo un poco menos de 800 hombres, escoltados por la corbeta “Fauvette” (24 cañones). El plan operativo, elaborado por Colonna – Cesari y su estado mayor, preveía la ocupación del islote de San Esteban, para desde allí bombardear continuamente las posiciones enemigas que defendían la ciudad de La Maddalena y finalmente desembarcar en la isla principal. A pesar de la fuerza del viento y del mal estado de la mar, la expedición alcanzó la isla de Spargi, donde los hombres descansaron y elevaron su moral al cocinar algunas cabezas de ganado que pastaban en la isla. En la tarde del 23, la expedición intentó un desembarco pero fue rechazado por el enemigo, sin embargo, por la noche, a pesar de la intervención de dos galeras sardas y de las baterías costeras, que se opusieron con sus fuegos, el desembarco en San Esteban tuvo éxito y fue relativamente fácil. Napoleón aprovechó la noche para establecer tranquilamente una batería con 3 cañones, justo en frente de la pequeña población de La Maddalena, de la que estaba separado por un estrecho de mar de 700 metros de anchura. Una gran tormenta, con lluvia y aparato eléctrico acompañó el desembarco. Tras un pequeño y violento combate de fusilería, en la que los asaltantes emplearon un cañón, se apoderaron de la única construcción que había en la isla, una torre defendida por una pequeña guarnición de 25 hombres; de ellos 7 resultaron muertos, 17 fueron capturados y uno de ellos, un soldado llamado Salvatore Ornano, logró escapar, cubrir a nado de noche los 700 metros que le separaban de La Maddalena e informar de la toma de la isla por los franceses.

Saludos


Skald
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Mensaje por Skald »

En primer lugar me presento, ya que es de buena educación el hacerlo y este mi segundo mensaje en este foro portentoso...

y en segundo (dejada ya aun lado la buena educación :wink: ) me permito corregir aunque sea mínimamente a aqualongo. Usted me perdonará, pues solo es ardor de grumete...

agualongo escribió:... pero los marinos tenían una calidad similar: los Nelson, Towny, Trowbridge, Cuthbert, Collingwood, Gambier, Horde, Cochrane no tenían ni más experiencia en combate ni más horas de navegación que los Mazarredo, Gravina, Hidalgo de Cisneros, Alcalá Galiano, Churruca, Cayetano Valdés... no fallarían los marinos profesionales en las guerras de Coalición, fallaría más bien el Poder (Carlos IV y Manolito)


Cuthbert Collingwood es un solo marino, el segundo al mando de la escuadra de Nelson en Trafalgar (escrito como hizo aqualongo más bien parecen personas diferentes), y "Horde", no es más que Sir Jhon Ordre, Vicealmirante también, y con mayor antigüedad en el escalafón que el propio Nelson, y al que se quitó de enmedio el Aldmiraltly con discreción para que el niño bonito de Horatio no tuviera problemas de mando en la principal flota british.

Además de eso hago notar la falta de algún que otro ilustre, como Lord Cornwallis o Lord Gardner por parte británica (e incluso el aventurero de Sir Sidney Smith), y Escaño, Ignacio María de Álava, Grandallana o Salcedo por parte española....

en cuanto a lo de las derrotas españolas.....¿es que nadie se acuerda de Blas de Lezo?

un saludo :D


MONDRAGÓN
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Mensaje por MONDRAGÓN »

en primer lugar,muy buen trabajo agualongo

segundo,cuando se habla de trafalgar como en este caso dijo skald...me pongo de mala hostia...teniamos muy buenos marinos,pero entre ke algunos barcos españoles eran una ruina,la tactica"patata" del villeneuve y ke algunos franceses(no todos) se hayan ido sin combatir dejandonos solos....si en vez de villeneuve hubiese tenido el mando gravina o alcala galiano,entre eso y la ferocidad con ke se combatio a los ingleses seguro ke otro gallo cantaria...

en lo referente a blas de lezo,el almirante patapalo...siempre hemos sido unos gili....olvidamos a nuestros heroes y nuestras batallas,mientras dejamos ke los ingleses y los franceses nos restrieguen una y otra vez sus victorias...pero...y nuestras victorias sobre ellos???bicoca,pavia,san quintin,cartagena de indias,bailen,tenerife,mahon,etc...pk ese silencio y ese olvido?saludos


Skald
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Mensaje por Skald »

los barcos españoles no eran malos, MONDRAGÓN...

si acaso algo viejos, com algunos 35 o 40 años ya en las cuadernas, pero estaban excelentemente construidos, de hecho, los británicos copiaron su diseño y estaban deseando capturar alguno siempre porque eran mejores que los suyos.

Lo peor en Trafalgar de la escuadra española era la bisoñez de un porcentaje muy alto de la marinería, gente de tierra embarcada a la fuerza y o patrones de pesca sin experiencia ninguna en alta mar ni en barcos como aquellos.

Al estar permanentemente bloqueados las ocasiones de ejercitar la marinaería eran muy pequeñas, y además la escasez de pólvoras reducía las prácticas de tiro al mínimo posible... :wink:


MONDRAGÓN
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Mensaje por MONDRAGÓN »

no me refiero a malos de mal construidos,sino al mal estado y las malas condiciones que estaban algunos barcos,eso si,barcos buenos si teniamos,como el santisima trinidad,que era el mas grande de su tiempo,pero otros como el rayo,tenian mas años que el abuelo de E.T....y segun las quejas de la oficialidad española,algunos barcos estaban en un pesimo estado para navegar...y eso que dices de la gente enrolada a la fuerza y todo es verdad...y aun asi dimos guerra...yo por lo menos estoy seguro que si los barcos que se fueron sin luchar hubiesen luchado y la escuadra estuviese mandada por un marino competente otro gallo cantaria...saludos


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