La Pugna Continuación de "El Visitante"
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Estimado SH emerito:
No sabia que Valero habia hecho un mortero de 120 mm. tuvo tanto exito como el de 50 mm? Saludos y gracias.
No sabia que Valero habia hecho un mortero de 120 mm. tuvo tanto exito como el de 50 mm? Saludos y gracias.
La verdad nos hara libres
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Es un arma bastante desconocida pues se conocen más los de denominación Ecia posteriores. El mortero tuvo bastante éxito teniendo en cuenta que vivió una época de paz. El primer modelo llamado "Franco" de 1939 era un arma muy precisa y tenía un alcance superior a los seis mil metros, siendo su déficit su elevado peso. Su mayor éxito fue que en la inmediata posguerra dio lugar a una serie de morteros de 50, 81, y 120 mm modelo 1942 que utilizaban elementos de puntería comunes, y en los que el modelo de 120mm reducía bastante el peso.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/ ... Valero.jpg
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A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Ah! Al ECIA de 120 mm si lo conocia! Y siempre me parecio bastante mejor que el mortero usenno de 107 mm.
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Los morteros no recibieron el nombre de "Ecia" hasta 1952, una vez se rompió la colaboración con Valero el año anterior.
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Por lo que recuerdo de haber leído en una revista (la vieja Defensa de Talón), el ECIA de120mm estuvo entre los seleccionados por el US Army y los Marines cuando decidieron reemplazar sus morteros de 107mm (o 4.21" pulgadas más o menos). Los resultados del español fueron excelentes (creo que incluso superaba algunas de las exigencias técnicas), pero las presiones del llamado lobby judío (era la expresión que empleaban en el artículo) hizo que se eligiese al CARDOM israelí, inferior en varias (alcance, peso de la granada, cadencia de fuego por lo que recuerdo) al español y creo que fue el clavo definitivo que faltaba para certificar la defunción de Esperanza y Compañía.
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Pero estarás hablando del modelo de 1951, que aunque tuviese buen rendimiento era muy complejo (probablemente sea el de la foto del Museo de Valencia). El modelo de 1939, por lo que he leído por ahí, se fabricó con cuentagotas hasta que en 1941 los alemanes apreciaron las bondades del mortero ruso de 120, y usaron los capturados (y luego lo copiaron). Entonces fue cuando se mandó una sección de morteros de 120 a la División Azul.
Saludos
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No, quien habla del modelo 52 es kaiser-1, el de la imagen es el modelo 42, que es la versión mejorada y del 39 "Franco".
En esta LTU y en la propia LTR había pocas cosas en las que los españoles estuviesen más avanzados que los alemanes, pero los morteros eran una de ellas
En esta LTU y en la propia LTR había pocas cosas en las que los españoles estuviesen más avanzados que los alemanes, pero los morteros eran una de ellas
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Es precisamente del de 1942 del que no he leído cosas muy allá. Debía rendir bien pero, como el mortero Placencia de 240 mm, era demasiado complejo. Con todo, hay por ahí un artículo de la Revista de Historia Militar (número 76) del que no dispongo.
Por cierto, el mortero de 240 mm sale más adelante en la historia. Poco costará añadir el de 120 mm.
Saludos
Por cierto, el mortero de 240 mm sale más adelante en la historia. Poco costará añadir el de 120 mm.
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El Plasencia de 240mm si era un despropósito total, un arma de asedio a esas alturas y con el creciente poder aéreo...
A mi entender el modelo Franco únicamente tendría dos problemas asociados a su alto peso y a la larga longitud del tubo que obligaba a utilizar una escalerilla para cargarlo en ciertos ángulos.
Aun así los morteros son un arma muy interesante y digna de mención
quedare a la espera
A mi entender el modelo Franco únicamente tendría dos problemas asociados a su alto peso y a la larga longitud del tubo que obligaba a utilizar una escalerilla para cargarlo en ciertos ángulos.
Aun así los morteros son un arma muy interesante y digna de mención
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Los rusos (por lo que sé) tuvieron un mortero autopropulsado de 240mm (Tulpan me parece que lo llaman). No sé si seguirá en servicio, pero lo que me parece recordar es que se empleó con seguridad en la primera Guerra de Chechenia.
En otro orden de cosas una de las unidades asignadas a las divisiones de fallschirmjäger en Normandía era... un batallón de morteros de 120mm. Con ello se petendía potenciar el apoyo artillero orgánico de estas unidades, inferior al de otra unidad de infantería del Heer, aunque las reformas para paliar el declive de las escasas fuerzas alemanas de infantería (que culminaría en las divisiones de Volksgrenadier) ante las bajas sufridas en el Frente del Este, el Occidental y en Italia, casi harían de ellas unas de las fuerzas más potentes (sobre el papel) si estaban con la platilla TO&E completa (algo excepcional para esa época de la guerra)
En otro orden de cosas una de las unidades asignadas a las divisiones de fallschirmjäger en Normandía era... un batallón de morteros de 120mm. Con ello se petendía potenciar el apoyo artillero orgánico de estas unidades, inferior al de otra unidad de infantería del Heer, aunque las reformas para paliar el declive de las escasas fuerzas alemanas de infantería (que culminaría en las divisiones de Volksgrenadier) ante las bajas sufridas en el Frente del Este, el Occidental y en Italia, casi harían de ellas unas de las fuerzas más potentes (sobre el papel) si estaban con la platilla TO&E completa (algo excepcional para esa época de la guerra)
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Sí, y se trató de un arma muy efectiva, tanto en su versión remolcada como en la autopropulsada. En los combates de Beirut resultó aterradora porque sus bombas podían destruir una planta completa de un edificio. Era más potente que el obús de 180 mm. Lo que no sé si sigue en servicio, pues se trataba de un arma engorrosa y de cadencia de tiro baja.
Respecto a la utilidad de un arma de asedio en 1941, como en la SGM no hubo apenas batallas de posiciones... En Cassino o en Okinawa fue cosa de un par de tiros. Otra cuestión que resultase demasiado pesada o que no se dispusiese de tractores.
Saludos
Respecto a la utilidad de un arma de asedio en 1941, como en la SGM no hubo apenas batallas de posiciones... En Cassino o en Okinawa fue cosa de un par de tiros. Otra cuestión que resultase demasiado pesada o que no se dispusiese de tractores.
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Capítulo 38
De Globalpedia, la Enciclopedia Total.
Batalla de Chipre
La Batalla de Chipre fue la última gran operación en el Mediterráneo durante la Guerra de Supremacía. Tuvo lugar en la isla de Chipre entre el 27 de diciembre de 1941 y el 20 de enero de 1942, y enfrentó al ejército británico con el de Francia y el de Alemania. Las fuerzas del Pacto estaban mandadas por el general Juin, que disponía de la 1ª y la 3ª divisiones de infantería colonial y las divisiones alemanas 7ª aerotransportada y 5ª de cazadores de montaña, que se enfrentaron a la guarnición británica mandada por el general Rodwell.
La invasión de Chipre fue concebida como una operación conjunta francoalemana, la primera de envergadura tras la entrada de Francia en la guerra. La conquista de la isla despejó el Mediterráneo Oriental de las últimas fuerzas británicas, permitiendo destinar a otros escenarios las unidades navales y aéreas del Mediterráneo Oriental.
Antecedentes
La isla de Chipre, que había pertenecido al Imperio Otomano desde el siglo XVI, se había convertido durante el siglo XIX en un protectorado británico, y en 1925 en una colonia de la corona. La población estaba dividida en dos partes irreconciliables: la turca, que ocupaba las llanuras del norte, y la grecochipriota, mayoritaria, que era partidaria de la Enosis (unión a Grecia). La tiránica administración británica impuso un régimen opresivo, que incluyó la supresión de los sindicatos y la prohibición de las actividades políticas, siendo causa de protestas y motines. Sin embargo, tras el comienzo de la Guerra de Supremacía la mayoría grecochipriota apoyó a sus colonizadores británicos, especialmente tras las amenazas de la Unión Paneuropea a Grecia que culminaron en la invasión de Abril de 1941. Varios centenares de refugiados griegos llegaron a Chipre, galvanizando la opinión pública. Miles de chipriotas se ofrecieron para servir en el ejército británico.
La conquista de Palestina en Junio de 1941 hizo que Chipre quedase aislada, y solo mantuviese ocasionales contactos con el otro bastión británico en el Mediterráneo, la cercana isla de Creta. La situación de Chipre se hizo crítica cuando tras el asesinato del mariscal Pétain por un ataque aéreo británico, Francia declaró la guerra a Inglaterra. La cercana costa de Siria ofrecía excelentes bases para una fuerza invasora, y la flota francesa comenzó a operar contra Chipre. A principios de diciembre los bombardeos navales y aéreos se hicieron continuos.
Fuerzas enfrentadas
Al inicio de la Guerra de Supremacía la guarnición de Chipre era muy reducida, y contaba solo con un batallón de infantería del regimiento Sherwood Foresters y algunas fuerzas de policía, con un total de unos 1.500 hombres. Aunque el Primer Ministro Churchill deseaba enviar una división de infantería a Chipre, las necesidades de los diferentes frentes lo impidieron. Tras la invasión de Egipto la guarnición de Chipre fue reforzada con el Regimiento de Caballería de la 7ª División Australiana, una unidad de reconocimiento equipada con tanques ligeros. Durante la invasión de Palestina llegaron a Chipre otros 1.200 hombres evacuados desde Haifa. También se pretendió enviar a la isla parte de la numerosa guarnición de Creta. Aunque se trasladaron algunos contingentes mediante embarcaciones ligeras, la destrucción de un convoy de pequeños mercantes en septiembre por una escuadra de cruceros italiana hizo que se abandonasen los intentos. En total solo pudieron ser trasladados dos batallones griegos, que fueron elegidos en lugar de las tropas británicas porque podían formar el núcleo de un ejército grecochipriota.
Los miles de grecochipriotas que se presentaron en las oficinas de reclutamiento tras la invasión de Grecia fueron encuadrados en unidades provisionales dirigidas por oficiales griegos. Sin embargo, escaseaba el armamento y se carecía casi por completo de armas pesadas, por lo que tan solo se pudieron organizar seis batallones. Solo una compañía de cada batallón contaba con fusiles; el resto estaban armados con escopetas de caza. El armamento pesado del que se disponía se reducía al del regimiento de caballería australiano: quince tanques ligeros Mk VI (armados solo con ametralladoras), catorce Universal Carrier, 65 camiones y dos cañones antitanques de dos libras (que fueron montados en camiones). No se disponía de artillería de campaña ni de costa.
La RAF disponía inicialmente en Chipre de una escuadrilla de cazas Hurricane, con doce aviones, y ocho torpederos Albacore. Tras la derrota británica en Suez y la invasión de Palestina llegaron a Chipre varias decenas de aviones, incluyendo siete cazas Mohawk y dos Buffalo; pero la falta de combustible y de piezas de repuesto disminuyó su operatividad. Los repetidos ataques aéreos hicieron que en diciembre de 1941 tan solo quedasen siete cazas útiles: cuatro Hurricane, dos Mohawk y un Buffalo. No quedaban ya torpederos. En Chipre solo había una batería de cañones antiaéreos, desplegada en la principal base aérea de la isla, en Lárnaca.
Los ataques aéreos también afectaron a los remanentes de la Royal Navy en el Mediterráneo. Aunque tras la evacuación de Haifa llegó a haber cinco destructores, ocho corbetas y cañoneros, y cinco submarinos, dos destructores fueron hundidos cerca de Rodas mientras intentaban llegar a Creta, y el resto lo fueron durante los bombardeos del puerto de Lárnaca. Con sus tripulantes se formó un batallón provisional de marina, y se organizó una batería de campaña con varios cañones rescatados, emplazados en afustes improvisados.
La inteligencia británica había hecho grandes esfuerzos para hacer creer que la guarnición de Chipre era mucho mayor de lo real. La cifra real de defensores era de cuatro mil quinientos británicos y australianos, mil doscientos griegos y tres mil doscientos chipriotas: incluyendo la RAF y la Royal Navy, en Chipre había doce mil combatientes aliados. Pero los servicios de inteligencia del Pacto de Aquisgrán consideraban que la guarnición llegaba a los cuarenta mil hombres, la mitad británicos. Por ello el Pacto de Aquisgrán destinó a la invasión de la isla fuerzas de gran entidad. Participaron en la invasión dos divisiones francesas, la 1ª y 3ª de Infantería Colonial (generales Roucaud y Falvy), que habían sido enviadas a Siria para sofocar la rebelión, y dos divisiones alemanas, la 7ª Aerotransportada (general Petersen), ya recuperada de los combates en Egipto y Suez, y la 5ª de Cazadores de Montaña (general Ringel).
El apoyo a las operaciones anfibias se encomendó a la marina francesa, que desplegó a los acorazados Strasbourg y Provence (reparado tras los daños sufridos en Mazalquivir), seis cruceros (tres pesados y tres ligeros) y ocho destructores. Como símbolo de que era una operación conjunta del Pacto de Aquisgrán, también participaron el crucero español Navarra, el italiano Bari, y dos destructores yugoslavos. Francia también aportó dos grupos de bombardeo, equipados con Lioré et Olivier 451 y Amiot 354, y otro con cazas pesados Potez 631. Alemania destinó a las operaciones 220 transportes Junkers 52 y un escuadrón de cazas Me 110.
Sorprendentemente, el mando de la operación no correspondió a un general alemán, sino al francés Juin, uno de los oficiales franceses más competentes. Con posterioridad parece razonable que fuese un francés quien dirigiese la invasión, ya que Francia contribuía con la mayor parte de las fuerzas empeñadas, y se partiró desde bases libanesas y sirias. Sin embargo, en la época la decisión fue una sorpresa y contribuyó al afianzamiento de las relaciones francogermanas.
La batalla
Tras un prolongado bombardeo aéreo y naval dos batallones de paracaidistas alemanes saltaron sobre los aeródromos de Nicosia y de Tymvou. La sorpresa hizo que se sufriesen escasas bajas durante el asalto inicial, pero horas después la guarnición contratacó a los asaltantes. En el aeródromo de Tymvou el tercer batallón sufrió grandes pérdidas y tuvo que retirarse a una colina cercana. En Nicosia el primer batallón consiguió conservar la base aérea, pero no fue capaz de expulsar a una compañía neozelandesa aportada al final de una de las pistas, por lo que el aeródromo permaneció cerrado. Durante la tarde la segunda oleada saltó sobre Nicosia. Con la llegada de refuerzos se consiguió expulsar a los neozelandeses de sus posiciones, pero la caída de la noche impidió la llegada de nuevos refuerzos por vía aérea.
Mientras los australianos y neozelandeses combatían con los paracaidistas, el 21º Regimiento de Infantería Colonial francés desembarcó en la bahía de Lárnaca. Solo un batallón provisional defendía la playa y se dispersó al producirse el desembarco. El puerto de Lárnaca cayó a mediodía, y al atardecer entró el primer buque de suministros. Mientras, la infantería francesa, apoyada por una compañía de tanques ligeros Renault R35, se dirigió hacia Nicosia. El día 28 enlazó con los paracaidistas de Tymvou, y el día 29 cayó la capital ante el ataque conjunto francoalemán.
Sin embargo el gobernador William Denis Battershill, siguiendo las instrucciones de Londres, se negó a rendirse, e intentó retirar sus tropas a las montañas del sur para mantener la resistencia armada. Durante una semana resistió los asaltos en las laderas del Monte Olimpo, hasta que sus líneas fueron rotas en Prodromos por los cazadores de montaña alemanes. El día siete de enero se rindió el gobernador y cesó la resistencia organizada, aunque las operaciones de limpieza se prolongaron durante quince días más.
Consecuencias
Tras la rendición de Chipre solo resistían varios islotes próximos a Creta, que capitularon en las siguientes semanas, siendo expulsada definitivamente del Mediterráneo la bandera británica.
La caída de Creta y Chipre hizo que se perdiesen las últimas bases británicas en la región; aunque la carencia de combustible hacía que la operatividad de las fuerzas navales británicas fuese mínima, existía el riesgo de ataques submarinos. Al perderse la base los sumergibles ingleses que quedaban tuvieron que intentar escapar. Los grandes submarinos Proteus y Parthian, que habían sido utilizados como transportes, fueron hundidos: el Proteus desapareció en el estrecho de Sicilia, probablemente tras chocar con una mina, y el Parthian fue hundido por los patrulleros españoles Torrevieja, Gibralfaro y Gorbea cerca de Málaga. El HMS Sunfish tuvo que ser hundido por su dotación al carecer de combustible, y solo el Rover y el Sceptre consiguieron volver a Inglaterra. El hundimiento del Parthian fue consecuencia de la mejora de las defensas antisubmarinas en Gibraltar. En dos meses fueron hundidos otros cuatro submarinos en aguas cercanas al Estrecho, y en lo sucesivo el Almirantazgo renunció a enviar nuevos buques al Mediterráneo.
La desaparición de la amenaza submarina en el Mediterráneo permitió que la marina italiana cesase la construcción de buques antisubmarinos y se centrase en los buques mayores: los acorazados Roma e Impero, los portaaviones Aquila, Sparviero y Falco, los cruceros de la clase Città y los destructores Medaglia d’Oro. Las marinas francesa e italiana, ya sin compromisos en el Mediterráneo, pasaron a operar en el Atlántico y en el Mar Rojo. Los aviones implicados en las batallas de Creta y de Chipre reforzaron el avance italiano en Sudán y el alemán en Irak.
La captura de Creta y Chipre significó la pérdida de más de cincuenta mil combatientes británicos, australianos, neozelandeses y griegos. El nuevo desastre arruinó el escaso prestigio que conservaba el Primer Ministro Churchill, ya que el ejército le consideraba responsable de la derrota al haber mantenido guarniciones numerosas en islas indefendibles. El impacto que tuvo en Inglaterra la nueva derrota hizo que los partidarios de un armisticio con la Unión Paneuropea ganasen apoyos.
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Batalla de Chipre
La Batalla de Chipre fue la última gran operación en el Mediterráneo durante la Guerra de Supremacía. Tuvo lugar en la isla de Chipre entre el 27 de diciembre de 1941 y el 20 de enero de 1942, y enfrentó al ejército británico con el de Francia y el de Alemania. Las fuerzas del Pacto estaban mandadas por el general Juin, que disponía de la 1ª y la 3ª divisiones de infantería colonial y las divisiones alemanas 7ª aerotransportada y 5ª de cazadores de montaña, que se enfrentaron a la guarnición británica mandada por el general Rodwell.
La invasión de Chipre fue concebida como una operación conjunta francoalemana, la primera de envergadura tras la entrada de Francia en la guerra. La conquista de la isla despejó el Mediterráneo Oriental de las últimas fuerzas británicas, permitiendo destinar a otros escenarios las unidades navales y aéreas del Mediterráneo Oriental.
Antecedentes
La isla de Chipre, que había pertenecido al Imperio Otomano desde el siglo XVI, se había convertido durante el siglo XIX en un protectorado británico, y en 1925 en una colonia de la corona. La población estaba dividida en dos partes irreconciliables: la turca, que ocupaba las llanuras del norte, y la grecochipriota, mayoritaria, que era partidaria de la Enosis (unión a Grecia). La tiránica administración británica impuso un régimen opresivo, que incluyó la supresión de los sindicatos y la prohibición de las actividades políticas, siendo causa de protestas y motines. Sin embargo, tras el comienzo de la Guerra de Supremacía la mayoría grecochipriota apoyó a sus colonizadores británicos, especialmente tras las amenazas de la Unión Paneuropea a Grecia que culminaron en la invasión de Abril de 1941. Varios centenares de refugiados griegos llegaron a Chipre, galvanizando la opinión pública. Miles de chipriotas se ofrecieron para servir en el ejército británico.
La conquista de Palestina en Junio de 1941 hizo que Chipre quedase aislada, y solo mantuviese ocasionales contactos con el otro bastión británico en el Mediterráneo, la cercana isla de Creta. La situación de Chipre se hizo crítica cuando tras el asesinato del mariscal Pétain por un ataque aéreo británico, Francia declaró la guerra a Inglaterra. La cercana costa de Siria ofrecía excelentes bases para una fuerza invasora, y la flota francesa comenzó a operar contra Chipre. A principios de diciembre los bombardeos navales y aéreos se hicieron continuos.
Fuerzas enfrentadas
Al inicio de la Guerra de Supremacía la guarnición de Chipre era muy reducida, y contaba solo con un batallón de infantería del regimiento Sherwood Foresters y algunas fuerzas de policía, con un total de unos 1.500 hombres. Aunque el Primer Ministro Churchill deseaba enviar una división de infantería a Chipre, las necesidades de los diferentes frentes lo impidieron. Tras la invasión de Egipto la guarnición de Chipre fue reforzada con el Regimiento de Caballería de la 7ª División Australiana, una unidad de reconocimiento equipada con tanques ligeros. Durante la invasión de Palestina llegaron a Chipre otros 1.200 hombres evacuados desde Haifa. También se pretendió enviar a la isla parte de la numerosa guarnición de Creta. Aunque se trasladaron algunos contingentes mediante embarcaciones ligeras, la destrucción de un convoy de pequeños mercantes en septiembre por una escuadra de cruceros italiana hizo que se abandonasen los intentos. En total solo pudieron ser trasladados dos batallones griegos, que fueron elegidos en lugar de las tropas británicas porque podían formar el núcleo de un ejército grecochipriota.
Los miles de grecochipriotas que se presentaron en las oficinas de reclutamiento tras la invasión de Grecia fueron encuadrados en unidades provisionales dirigidas por oficiales griegos. Sin embargo, escaseaba el armamento y se carecía casi por completo de armas pesadas, por lo que tan solo se pudieron organizar seis batallones. Solo una compañía de cada batallón contaba con fusiles; el resto estaban armados con escopetas de caza. El armamento pesado del que se disponía se reducía al del regimiento de caballería australiano: quince tanques ligeros Mk VI (armados solo con ametralladoras), catorce Universal Carrier, 65 camiones y dos cañones antitanques de dos libras (que fueron montados en camiones). No se disponía de artillería de campaña ni de costa.
La RAF disponía inicialmente en Chipre de una escuadrilla de cazas Hurricane, con doce aviones, y ocho torpederos Albacore. Tras la derrota británica en Suez y la invasión de Palestina llegaron a Chipre varias decenas de aviones, incluyendo siete cazas Mohawk y dos Buffalo; pero la falta de combustible y de piezas de repuesto disminuyó su operatividad. Los repetidos ataques aéreos hicieron que en diciembre de 1941 tan solo quedasen siete cazas útiles: cuatro Hurricane, dos Mohawk y un Buffalo. No quedaban ya torpederos. En Chipre solo había una batería de cañones antiaéreos, desplegada en la principal base aérea de la isla, en Lárnaca.
Los ataques aéreos también afectaron a los remanentes de la Royal Navy en el Mediterráneo. Aunque tras la evacuación de Haifa llegó a haber cinco destructores, ocho corbetas y cañoneros, y cinco submarinos, dos destructores fueron hundidos cerca de Rodas mientras intentaban llegar a Creta, y el resto lo fueron durante los bombardeos del puerto de Lárnaca. Con sus tripulantes se formó un batallón provisional de marina, y se organizó una batería de campaña con varios cañones rescatados, emplazados en afustes improvisados.
La inteligencia británica había hecho grandes esfuerzos para hacer creer que la guarnición de Chipre era mucho mayor de lo real. La cifra real de defensores era de cuatro mil quinientos británicos y australianos, mil doscientos griegos y tres mil doscientos chipriotas: incluyendo la RAF y la Royal Navy, en Chipre había doce mil combatientes aliados. Pero los servicios de inteligencia del Pacto de Aquisgrán consideraban que la guarnición llegaba a los cuarenta mil hombres, la mitad británicos. Por ello el Pacto de Aquisgrán destinó a la invasión de la isla fuerzas de gran entidad. Participaron en la invasión dos divisiones francesas, la 1ª y 3ª de Infantería Colonial (generales Roucaud y Falvy), que habían sido enviadas a Siria para sofocar la rebelión, y dos divisiones alemanas, la 7ª Aerotransportada (general Petersen), ya recuperada de los combates en Egipto y Suez, y la 5ª de Cazadores de Montaña (general Ringel).
El apoyo a las operaciones anfibias se encomendó a la marina francesa, que desplegó a los acorazados Strasbourg y Provence (reparado tras los daños sufridos en Mazalquivir), seis cruceros (tres pesados y tres ligeros) y ocho destructores. Como símbolo de que era una operación conjunta del Pacto de Aquisgrán, también participaron el crucero español Navarra, el italiano Bari, y dos destructores yugoslavos. Francia también aportó dos grupos de bombardeo, equipados con Lioré et Olivier 451 y Amiot 354, y otro con cazas pesados Potez 631. Alemania destinó a las operaciones 220 transportes Junkers 52 y un escuadrón de cazas Me 110.
Sorprendentemente, el mando de la operación no correspondió a un general alemán, sino al francés Juin, uno de los oficiales franceses más competentes. Con posterioridad parece razonable que fuese un francés quien dirigiese la invasión, ya que Francia contribuía con la mayor parte de las fuerzas empeñadas, y se partiró desde bases libanesas y sirias. Sin embargo, en la época la decisión fue una sorpresa y contribuyó al afianzamiento de las relaciones francogermanas.
La batalla
Tras un prolongado bombardeo aéreo y naval dos batallones de paracaidistas alemanes saltaron sobre los aeródromos de Nicosia y de Tymvou. La sorpresa hizo que se sufriesen escasas bajas durante el asalto inicial, pero horas después la guarnición contratacó a los asaltantes. En el aeródromo de Tymvou el tercer batallón sufrió grandes pérdidas y tuvo que retirarse a una colina cercana. En Nicosia el primer batallón consiguió conservar la base aérea, pero no fue capaz de expulsar a una compañía neozelandesa aportada al final de una de las pistas, por lo que el aeródromo permaneció cerrado. Durante la tarde la segunda oleada saltó sobre Nicosia. Con la llegada de refuerzos se consiguió expulsar a los neozelandeses de sus posiciones, pero la caída de la noche impidió la llegada de nuevos refuerzos por vía aérea.
Mientras los australianos y neozelandeses combatían con los paracaidistas, el 21º Regimiento de Infantería Colonial francés desembarcó en la bahía de Lárnaca. Solo un batallón provisional defendía la playa y se dispersó al producirse el desembarco. El puerto de Lárnaca cayó a mediodía, y al atardecer entró el primer buque de suministros. Mientras, la infantería francesa, apoyada por una compañía de tanques ligeros Renault R35, se dirigió hacia Nicosia. El día 28 enlazó con los paracaidistas de Tymvou, y el día 29 cayó la capital ante el ataque conjunto francoalemán.
Sin embargo el gobernador William Denis Battershill, siguiendo las instrucciones de Londres, se negó a rendirse, e intentó retirar sus tropas a las montañas del sur para mantener la resistencia armada. Durante una semana resistió los asaltos en las laderas del Monte Olimpo, hasta que sus líneas fueron rotas en Prodromos por los cazadores de montaña alemanes. El día siete de enero se rindió el gobernador y cesó la resistencia organizada, aunque las operaciones de limpieza se prolongaron durante quince días más.
Consecuencias
Tras la rendición de Chipre solo resistían varios islotes próximos a Creta, que capitularon en las siguientes semanas, siendo expulsada definitivamente del Mediterráneo la bandera británica.
La caída de Creta y Chipre hizo que se perdiesen las últimas bases británicas en la región; aunque la carencia de combustible hacía que la operatividad de las fuerzas navales británicas fuese mínima, existía el riesgo de ataques submarinos. Al perderse la base los sumergibles ingleses que quedaban tuvieron que intentar escapar. Los grandes submarinos Proteus y Parthian, que habían sido utilizados como transportes, fueron hundidos: el Proteus desapareció en el estrecho de Sicilia, probablemente tras chocar con una mina, y el Parthian fue hundido por los patrulleros españoles Torrevieja, Gibralfaro y Gorbea cerca de Málaga. El HMS Sunfish tuvo que ser hundido por su dotación al carecer de combustible, y solo el Rover y el Sceptre consiguieron volver a Inglaterra. El hundimiento del Parthian fue consecuencia de la mejora de las defensas antisubmarinas en Gibraltar. En dos meses fueron hundidos otros cuatro submarinos en aguas cercanas al Estrecho, y en lo sucesivo el Almirantazgo renunció a enviar nuevos buques al Mediterráneo.
La desaparición de la amenaza submarina en el Mediterráneo permitió que la marina italiana cesase la construcción de buques antisubmarinos y se centrase en los buques mayores: los acorazados Roma e Impero, los portaaviones Aquila, Sparviero y Falco, los cruceros de la clase Città y los destructores Medaglia d’Oro. Las marinas francesa e italiana, ya sin compromisos en el Mediterráneo, pasaron a operar en el Atlántico y en el Mar Rojo. Los aviones implicados en las batallas de Creta y de Chipre reforzaron el avance italiano en Sudán y el alemán en Irak.
La captura de Creta y Chipre significó la pérdida de más de cincuenta mil combatientes británicos, australianos, neozelandeses y griegos. El nuevo desastre arruinó el escaso prestigio que conservaba el Primer Ministro Churchill, ya que el ejército le consideraba responsable de la derrota al haber mantenido guarniciones numerosas en islas indefendibles. El impacto que tuvo en Inglaterra la nueva derrota hizo que los partidarios de un armisticio con la Unión Paneuropea ganasen apoyos.
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La Pugna Continuación de "El Visitante"
Saludos
El ejército ruso reactiva el mortero pesado 2S4 Tulipán
Las FFAA rusas han reactivado una docena de morteros pesados 2S4 Tulipán en el Distrito Militar Este. Serán utilizados en unidades de artillería recientemente creadas. Se utilizarán mientras se esperan los cañones autopropulsados ‘Koalitsiya’. Rusia heredó 430 morteros Tulipán, utilizandolos en Chechenia, pero llevaban varios años fuera de servicio.
El 2S4 es el mortero más potente en servicio, y la munición pesa 130 kg. La cadencia no es muy alta, pero la pegada compensa mucho. En Chechenia fueron utilizados contra posiciones rebeldes.
Pos parece que lo han vuelto a encontrar util
PD:El foro no me deja poner la fuente
El ejército ruso reactiva el mortero pesado 2S4 Tulipán
Las FFAA rusas han reactivado una docena de morteros pesados 2S4 Tulipán en el Distrito Militar Este. Serán utilizados en unidades de artillería recientemente creadas. Se utilizarán mientras se esperan los cañones autopropulsados ‘Koalitsiya’. Rusia heredó 430 morteros Tulipán, utilizandolos en Chechenia, pero llevaban varios años fuera de servicio.
El 2S4 es el mortero más potente en servicio, y la munición pesa 130 kg. La cadencia no es muy alta, pero la pegada compensa mucho. En Chechenia fueron utilizados contra posiciones rebeldes.
Pos parece que lo han vuelto a encontrar util
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GRITA DEVASTACION Y SUELTA A LOS PERROS DE LA GUERRA.
Julio César,Shakespeare
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La Pugna Continuación de "El Visitante"
Tilo Schroeder. Con Rommel en el Edén. Op. cit.
La invasión de Chipre se había lanzado en el momento más inoportuno para nosotros. El general Rommel entendía su necesidad, que no se debía a la importancia de la isla, que aislada en el Mediterráneo era un cero a la izquierda e iba a caer como fruta madura en cualquier momento. La operación había sido precisa porque había sido propuesta por los franceses, que deseaban al mismo tiempo castigar a los británicos por su osadía en Verdún, y conseguir una victoria militar que avalase a los sucesores de Pétain. Para una primera operación combinada la invasión de la isla de Afrodita era ideal: las defensas brillaban por su ausencia, no había grandes obstáculos naturales en la mayor parte de la isla, y la guarnición resultó ser mucho más reducida de lo que creíamos.
Como era de esperar, la operación estaba resultando pan comido. Los franceses ya habían entrado en Nicosia y parecía que los combates acabarían enseguida. Las dos divisiones alemanas implicadas estarían disponibles de nuevo en un par de semanas. Pena iba a ser que como la guarnición enemiga era reducida el resultado de la operación iba a ser mucho menos provechoso de lo esperado. No sería una gran victoria como la que acababan de lograr los italianos en Creta, sino que apenas pasaría de escaramuza. En cualquier caso, la recién nacida amistad francoalemana podía justificar el lanzamiento una operación secundaria, aunque interfiriese con nuestra propia ofensiva.
Porque ese era el problema: en un momento en el que nuestros panzer cabalgaban por la orilla derecha del Éufrates y estaban cerca de derrotar sonadamente a los ingleses, había sido preciso destinar parte de las fuerzas de las que disponíamos a una operación secundaria. Al menos no habíamos mandado bombarderos: el general Rommel solo había destinado a la operación unos pocos cazas Me 110 y algún avión de reconocimiento. Tal vez sorprenda que hubiese sido el general el que decidiese o no asignar formaciones de la Luftwaffe, pero tras la muerte del Statthalter el mariscal Von Manstein había cortado las alas a la Luftwaffe, y ahora los comandantes de cada escenario mandaban no solo a la infantería sino a todo lo que volase, nadase o flotase por el escenario de los combates. Así Rommel había podido quedarse con los bombarderos en Irak, el arma más resolutiva ya que estaba paralizando los movimientos ingleses. El haber tenido que enviar a la división de montaña y a la paracaidista no había sido demasiado incordio, pues no había previsto su utilización en Mesopotamia, al menos por ahora, y su traslado al Líbano mientras se preparaba la operación se había podido hacer por mar y no había interferido demasiado con las operaciones terrestres. Sin embargo, Rommel había tenido que ceder para la dichosa invasión la mitad de nuestra fuerza de aviones de transporte, justo cuando más la necesitábamos.
Tras el éxito de Kerbala el camino hacia el Golfo Pérsico había quedado expedito. En apenas una semana nuestras vanguardias ya estaban rodeando el lago Hammar, es decir, habían cubierto más de la mitad del camino que les separaba de Kuwait y de la victoria. Porque era Kuwait el objetivo de Rommel: al estar en nuestra orilla del Éufrates, nos ahorraba el tener que cruzar los grandes ríos de Mesopotamia —y de paso no había que llevar pontones y demás engorros—, y desde allí nuestros aviones podrían cerrar los accesos a Basora, el puerto del que dependían los británicos. Probablemente no se podría impedir que buena parte del ejército enemigo pudiese escapar, porque en la costa iraní del Golfo Pérsico había varios puertos, algunos de cierta importancia, y visto el valor que Churchill daba al respeto a la neutralidad, preferiría que su ejército fuese evacuado a través de Irán antes de sufrir otro desastre.
Pero el avance hacia Kuwait implicaba recorrer distancias tremendas. Nuestras vanguardias ya estaban operando a casi 400 kilómetros de Ramadi, nuestra base al oeste del Éufrates, lo que estiraba nuestros escasos recursos logísticos al límite. Al menos la “oruga perezosa”, es decir, el ferrocarril de Alepo, había dejado de serlo, y estaba descargando en Ramadi grandes cantidades de material y combustible Ramadi —buena parte de esa gasolina procedía de Kirkuk—. Pero el que la munición se amontonase en Ramadi poco ayudaba a nuestros tanques, había que llevarla hasta primera línea, y no teníamos suficientes camiones. Además el avance de los panzer estaba dejando atrás nuestras bases aéreas. El apoyo de la Luftwaffe era imprescindible para impedir que los británicos se recuperasen, pero a esas distancias los bombarderos tenían que operar sin escolta —además muchos Me 110 estaban perdiendo el tiempo en Chipre—. Por suerte la RAF casi desaparecido de los cielos de Mesopotamia, pero nuestros bombarderos ya se habían vuelto a encontrar con cazas ingleses sobre Basora. Lo curioso era que el terreno que recorrían los tanques era ideal para establecer nuevas bases, ya que en los lagos salinos secos bastaba con poner una manga de viento para tener un aeródromo. Pero los aviones necesitaban enormes cantidades de municiones y de combustible. Para eso necesitábamos a los Ju 52, que en lugar de estar en Irak estaban de vacaciones en el Mediterráneo.
Al menos los ingleses se habían quedado paralizados, como la víctima que mira a los ojos de la serpiente. Aunque lo limitado de los suministros había impedido que la 15ª división panzer y las 15ª y 18ª motorizadas participasen en la cabalgada hacia el Golfo Pérsico —ahora se estaban dedicando a reducir los últimos focos de resistencia ingleses en el Éufrates, la 21ª panzer seguía avanzando hacia Kuwait sin oposición. Además, la ofensiva por la izquierda del Tigris también empezaba a funcionar: habíamos roto las líneas de Tawuk, y nuestros tanques se movían hacia Bagdad.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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La Pugna Continuación de "El Visitante"
Para que puedan comprenderse mejor las operaciones, van unos mapillas. Están hechos "a la brava" sorbe imágenes de Google Maps por lo que tienen bastantes deficiencias. Recomiendo ver la versión "grande" porque la reducida es muy borrosa.
Mapa general de Oriente Medio. Se muestran los principales cursos de agua, lagos, etcétera, las principales ciudades (no todas). Las líneas de puntos muestran los ferrorarriles existentes. Se me ha olvidado poner el oleoducto, pero va desde Kirkuk a Haifa (situada a la altura de Amman) siguiendo la línea del ferrocarril y luego de la carretera que cruza el desierto del norte de Jordania (Transjordania por entonces).
Nótese que la zona central de Irak (desde Tikrit hasta Basora) es muy llana, en grandes zonas pantanosa o con grandes lagos poco profundos, y está cruzada por multitud de canales. La zona al oeste del Éufrates es desértica, pero en la orilla del río hay varios grandes lagos salados. La orilla oriental del Tigris es más abrupta, y en la frontera con Irán están los Montes Zagros, con algunas zonas bastante abruptas.
Saludos
Mapa general de Oriente Medio. Se muestran los principales cursos de agua, lagos, etcétera, las principales ciudades (no todas). Las líneas de puntos muestran los ferrorarriles existentes. Se me ha olvidado poner el oleoducto, pero va desde Kirkuk a Haifa (situada a la altura de Amman) siguiendo la línea del ferrocarril y luego de la carretera que cruza el desierto del norte de Jordania (Transjordania por entonces).
Nótese que la zona central de Irak (desde Tikrit hasta Basora) es muy llana, en grandes zonas pantanosa o con grandes lagos poco profundos, y está cruzada por multitud de canales. La zona al oeste del Éufrates es desértica, pero en la orilla del río hay varios grandes lagos salados. La orilla oriental del Tigris es más abrupta, y en la frontera con Irán están los Montes Zagros, con algunas zonas bastante abruptas.
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