FERROL
Para el almirantazgo tener dicha flota en Ferrol era de todo punto inaceptable, esta se encontraba a solo una jornada de navegación del canal de la mancha, mientras que la propia flota británica, mucho más lenta se encontraba entre Scapa Flow y Rosyth a dos días de viaje del canal. Precisamente en esos momentos desde el canal de la mancha se informaba de la presencia de decenas de dragaminas germanos limpiando el canal y sin duda preparando la invasión, los intentos de acabar con estos dragaminas por parte de la aviación acabaron con la perdida de numerosos aviones por algunos daños y el hundimiento de 2 de los buques, pues en todo momento estuvieron protegidos por rotaciones de 40 cazas. Un segundo ataque al día siguiente logro hundir uno más y dañar seriamente otro que sería desguazado, pero otros 14 aviones quedaron en el agua. Para Gran Bretaña la única posibilidad de impedir la invasión era la destrucción de la flota combinada, y para ello la mejor opción era lanzar ataques aéreos desde el sur de Inglaterra, pues enviar una flota a la zona supondría poner a los valiosos buques al alcance de las fuerzas aéreas enemigas.
El primer ataque sobre Ferrol tendría lugar el día 2 de mayo.
120 bombarderos principalmente Wellington del grupo 3 se dirigieron a Ferrol para realizar un ataque diurno, esta elección estuvo fundamentada en la creencia de que en España no había ningún radar que les alertase del ataque, sin embargo los alemanes habían instalado varios radares ya en noviembre por lo que fueron detectados mucho antes de su llegada. De inmediato los cazas de la zona despegaron para interceptarlos, siendo los primeros en actuar los Me-109 españoles que atacaron a la formación desde abajo, seguidos de los D-520 que habían despegado poco después.
Los navegadores de los bombarderos divisaron decenas de cazas que se elevaban a su encuentro aun antes de llegar a tierra, alertando a la formación que cerró filas para protegerse mutuamente con su fuego. Pronto sin embargo los aviones empezaron a ser derribados por los veloces cazas enemigos que se cobraron un duro peaje entre los atacantes, derribando a 17 de estos. A pesar de todo, los aviones prosiguieron su vuelo acercándose a su objetivo.
Los Wellington sufrirían grandes bajas en sus operaciones sobre Ferrol.
Al llegar a tierra sin embargo se encontraron con una feroz barrera antiaérea producida por 40 cañones AA de 76mm, 140 cañones de 88mm, y varios cientos de piezas menores, a las que se sumaron los cañones de la escuadra poco después. El fuego antiaéreo era muy intenso, y varios aviones fueron derribados, explotando en el aire 2 de ellos enviando metralla y pedazos ardientes hacia sus compañeros, por lo que los aviones se vieron obligados a elevarse a 6.000mts. Poco después llegarían a su objetivo, que sin embargo estaba cubierto por las nubes que soltaban una fina llovizna sobre la ría. Forzados a decidir si atacaban o trataban de realizar una segunda pasada sobre el objetivo con la esperanza de encontrar un claro, los bombarderos acabaron lanzando sus cargas que cayeron a varios km de la base naval, regresando a su base tras haber perdido otros 3 aviones.
Tras salir de la zona batida por la AA ya habían sufrido 31 bajas, y aun empeoraría al alcanzarlos poco después los cazas pesados hispano-germanos, que concentrándose en los dañados y rezagados lograrían sumar 13 derribos más a la cuenta. Finalmente tan solo 71 aviones lograrían regresar a UK, tras haber caído sobre el mar otros 5 aviones a causa de los daños sufridos. Los ataques diurnos quedaban descartados.
Antes de la entrada de España en la guerra se había estado planeando un ataque de torpederos sobre la flota italiana en Tarento. En esa ocasión con los aviones despegando desde los portaaviones de la MF. Ahora, recuperados estos planes procedieron a preparar una operación similar contra la flota situada en el norte de España, solo que en esta ocasión los aviones serían 20 Bristol Beaufort los que atacarían la base naval durante la noche del día 12.
Desgraciadamente los aviones fueron localizados por un radar situado en Brest poco después de despegar, y fueron acometidos por 18 Me-110 y 4 Ju-88 poco después, logrando estos aviones abatir a 5 de los torpederos. Alertado el mando en Ferrol, puso a todas sus unidades en alerta, despegando los Me-110 y los Pz-630 para interceptar a los atacantes, cosa que hicieron a 100km de tierra. En los duros combates que siguieron los cazas nocturnos, guiados por los radares de tierra lograrían derribar a otros 4 atacantes. Solo quedaban ya 11 torpederos, varios de ellos dañados.
6 regimientos AA les esperaban en alerta, y pronto cubrieron con una impresionante barrera antiaérea los cielos, los torpederos que estaban descendiendo para el ataque, fueron sometidos a un duro castigo y se vieron obligados a soltar su carga y tratar de huir, 6 de ellos quedarían destruidos por la AA. Aun quedaba el largo camino de regreso.
Poco antes de llegar a Inglaterra fueron interceptados una vez más por los cazas nocturno alemanes, que derribaron otros 3 aviones. Únicamente 2 de los aviones que habían despegado lograron regresar ese día, y ambos habían sufrido graves daños. La operación había sido un fracaso.
Era necesario regresar.
Las noches del 14 y el 15 el bomber command bombardeo la zona de Brets, haciendo especial énfasis en la zona del radar que quedo fuera de servicio, no sin antes haber logrado el derribo de 21 bombarderos gracias a la AA y a la caza nocturna.
El día 17 se repetiría el ataque sobre Brest por medio de 40 bombarderos que castigaron duramente la zona una vez más. Pero en este caso el ataque solo fue un medio para ocultar el verdadero ataque, 90 Wellington que se dirigieron a Ferrol sin ser descubiertos por el radar situado en Brest. Los descubrirían sin embargo los radares situados en Galicia, dando la alarma de inmediato, de forma que al llegar a la zona los aviones fueron recibidos una vez más por un feroz fuego AA. Durante 30km los bombarderos sobrevolaron un cierto iluminado por las explosiones que esparcían la ardiente metralla que perforaba sus aparatos sin cesar, e incluso antes de llegar a la ría 9 de los aviones serían derribados y otros muchos resultarían dañados. Los bombarderos lanzaron sus cargas en medio de aquel infierno, sin embargo el bombardeo resulto difuso y no logro ningún resultado, de hecho, la mayoría de los aviones ni tan siquiera soltaron sus cargas sobre la base naval, sino que lo hicieron sobre tierra a varios km de la zona, de forma que los aviones de reconocimiento del día siguiente fotografiaron una flota y una base intactas.
Para empeorar las cosas a los bombarderos aun les quedaba el largo viaje de regreso, y esta vez sí sufrirían encuentros con los cazas, siendo los primeros en atacar los Me-110 situados en Ferrol, que causarían varios derribos entre los aviones rezagados y dañados. Finalmente tan solo lograrían regresar 69 aviones estando 13 de ellos tan dañados que serían desguazados poco después.
Un nuevo ataque realizado el día 23 no resultaría mejor, pues las defensas AA de la ría habían sido reforzadas mediante el traslado de otros 2 regimientos antiaéreos españoles, sufriendo en esta ocasión la fuerza atacante el derribo de 34 aviones.
http://www.navymar.com/riaferrol.htm
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.