Ewald, ciertamente las operaciones en el Dodecaneso en otoño de 1943 carecía de cualquier significación operativa. Ni tan siquiera la pretensión de usar Rodas como base para las Fuerzas Aéreas Estartégicas, desde el momento que la 15th Air Force se establece en Foggia; con el pensamiento puesto en Ploesti. Las anteriores razones, son igualmente válidas si la pretensión es suministrar pertrechos a las fuerzas monárquicas helenas, o a las fuerzas titistas.
Es evidente que Churchill no deseaba perder cierta ascendencia sobre Grecia, cuya Familia Real estaba emparentada con la Británica, e incluso en su día pactó el famoso 80-20 con la URSS. Ciertamente la entrada e Turquía en el bando Aliado, tampoco aportaría grandes beneficios, si excluimos presionar en la frontera bulgara, o abrir los estrechos a una fuerza de la Royal Navy con vistas a apoyar el avance soviético en las Costas del MAr Negro, esto último es una simple conjetura. Los británicos ya habían cedio a la URSS algunos navíos, entre ellos el BB Archangelsk (ex HMS Royal Sovereign)
Respecto a la Operation Catapult, quisiera presentar un párrafo, que aunque favoirable a mis argumentos, no encuentro más fuentes, e incluso los autores de dicho párrafo no presentan.
En junio (1940), Rab Butler, subsecretario de Estado para Asuntos Exteriores, habló con el Embajador sueco de un posible trato con los alemanes. Churchill, furioso, amonestó a Halifax. Ahora la principal duda que atormentaba a Churchill no era si debía seguir resistiendo, sino si Gran Bretaña conseguiría apoyo financiero y económico de Estados Unidos para continuar la guerra. A finales de mes tenía el suficiente apoyo extraoficial de Roosevelt para ordenar a la Royal NAvy que desarmara la flota de la Francia de Vichy.
Millet, Alan R., y Murray, Williamson. La Guerra que había que ganar. Historia de la Seguna Guerra Mundial. pp 105. Planeta DeAgostini, 2006.
Saludos.