Para VelozMeyer y vonneumann:VelozMeyer escribió:
Me meto en el tema porque da la casualidad que estoy leyendo un libro (referente a los juicios de Nuremberg, el juicio contra Kesselring apodado el soldado sin piedad, los juicios de Tokio etc...)
En este da cuenta como Hitler lo único que buscaba (declaraciones sacadas de testigos presenciales, confirmadas por encausados y hasta escritos) era germanizar y "legar" Europa a su tan cacareada raza aria y que si bien era necesario dar una imagen de autonomía a determinadas regiones y países, nunca se debía olvidar que el objetivo ultimo de sus planes era la "germanización" de los territorios ocupados, al menos los del este.
Pongo como ejemplo el caso del plan de colonización (si, esas fueron sus palabras) de los llamados países bálticos, una vez que su población hubiese sido desplazada mas al este o "purificada"; familias alemanas o germanizadas debían repoblar esos territorios.
Hans Kehrl. El Tercer Reich.
“…Dado que fuí "coautor y a la vez testigo de los hechos", tal como expresé en las discusiones en Kirchzarten, me siento obligado a ofrecer mi aportación sobre lo que fue aquella realidad.”
Capitulo II
LAS METAS DE LA POLITICA EXTERIOR DE HITLER
Este tema, que me ha sido sugerido por historiadores, me pone en apuros, pues parte del supuesto de que hubo unos objetivos en la política exterior de Hitler, los cuales, desde un principio, se mantuvieron como definitivos e inalterables, o al menos - según el consenso general- se consideran ahora como tales. Yo no logro ver esto así de buenas a primeras.
Hitler, de acuerdo con su modo de pensar y de trabajar, en los problemas importantes no partía nunca de un plan fijo, sino que los iba resolviendo mediante su propia actividad e impulsos, y vigilando su progreso; a menudo era muy calmoso antes de tomar decisiones definitivas, pero, una vez considerada madura la situación, las impulsaba con gran dinamismo, les daba otro giro o incluso las revocaba por completo si había llegado a otra conclusión. Ciertamente, esto ocurrió también con una parte de los objetivos de su política exterior, los cuales no cabe estimar como fijos en su totalidad, y ni siquiera como conocidos, tal como piensan muchos historiadores.
Y, según mi opinión, esto es especialmente válido para el leitmotiv de su libro "Mi Lucha: la obtención de espacio vital".De 1934 a 1938 fui colaborador íntimo y de confianza de Wilhelm Keppler, que entonces era delegado del Führer para Asuntos Económicos…//...Durante todos aquellos años, en ningún momento se había hablado entre él y Hitler o entre él y von Ribbentrop, con el cual se tuteaba Keppler, de un
"espacio vital en el Este" ni de "un Imperio en el Este" como meta política; sin embargo, sí habían hablado de una revisión de las fronteras del Tratado de Versalles, que había concedido al recién formado Estado polaco las provincias prusianas de Posnania (Posen), Prusia Occidental y parte de la Alta Silesia.
Hitler sabía muy bien, al menos en 1939, que no necesitábamos ni hubiéramos podido poblar más “espacio colonizable" en el Este, tal como él soñara en los años veinte. En un informe dictado personalmente por von Neurath, entonces protector del Reich para Bohemia y Moravia, y enviado al Ministerio de Asuntos Exteriores, dice lo siguiente sobre una consulta con Hitler, en diciembre de 1939:
“Se prescindirá de poblar con alemanes el país (Protectorado) a gran escala, porque la germanización del Este nuevamente alemán (Prusia Occidental, Posnania, Alta Silesia) merece especial atención y ni siquiera para esto alcanza apenas el número de colonos alemanes".Mirando hacia atrás, frecuentemente se suele creer que todos los objetivos de la política exterior de Hitler se pueden comprobar en su libro "Mi Lucha", escrito en 1924-25...//...Yo, como ciudadano muy interesado en la política, leí “Mi Lucha" en 1929, en un viaje de negocios en barco a los EE.UU., y desde entonces no he vuelto a hacerlo.
Al fin y al cabo no se trataba de una Biblia, en la que uno tuviera que creer. El cabo de la Primera Guerra Mundial había escrito, en prisión, la primera parte de su libro, a los 35 años, cinco años después del derrumbamiento del Reich; es decir, en aquel tiempo en el que la inflación había destruido gran parte del patrimonio del pueblo alemán. No era aquella una época en la que uno estuviese predispuesto a soñar con utopías.
Tres cosas podía saber ciertamente cualquiera sobre los objetivos de la política exterior de Hitler: gestionaría en el momento adecuado una revisión de las resoluciones territoriales de los tratados de Versalles, St. Germain y Trianon; pediría la igualdad de derechos del Reich; y también tenía presente entonces -aunque de una manera muy vaga- la idea de la extensión del espacio vital alemán, fuese ello lo que fuese.
Después de la unión de Austria y de los Sudetes, de la creación del Protectorado (de Bohemia y Moravia), y de la reincorporación de las viejas provincias prusianas de Posnania, Prusia Occidental y Alta Silesia, para la mayoría de la gente toda esta problemática era ya una cosa liquidada y resuelta.
Pero nos encontrábamos en estado de guerra con Francia e Inglaterra…//… ¡y esta guerra no se contaba ciertamente entre las metas de la política exterior de Hitler! Además, no estábamos preparados para esta guerra simultánea con dos grandes potencias, y Hitler no la había esperado ni deseado, al menos en aquel momento.
Hans Kehrl. El Tercer Reich, pp. 31- ss.
La pomposidad que mostraban y una maquina de propaganda liderada por un genio (por desgracia maligno y sin escrupulos) es lo que mantiene aun hoy en día a gente engatusada con el 3º reich
VelozMayer, Respeto tu opinión, pero lo que no comprendo es: ¿si tienes esa opinión, entonces por que tu avatar son unos soldados alemanes, que quiérase o no fueron el instrumento de ese mal?
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