Comprendiendo a Josef Stalin: ¿Héroe de la Guerra o lastre?
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- Comandante
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Hay un hecho concreto.A fines de 1941 el mando ruso trajó al oeste a fuertes contingentes siberianos.Estas fuerzas fueron la vanguardia de las 100 divisiones del ejército rojo que el 6 de diciembre de 1941 se lanzaron al ataque en el frente de Moscú y propinaron tales golpes a los nazis que estos ya jamás se recuperaron.Obviamente esto debilitó considerablemente a las tropas rojas en la frontera de Manchuria.Empero, el mando ruso sabía por su agente Sorge que los nipones habían decidido atacar hacia el sur a los angloamericanos y no hacia el norte a la URSS.Por ello el vital refuerzo de tropas siberianas se hizo corriendo un riesgo pero bien informado.
Ahora si durante toda la guerra hubo 200.000 o 300.000 hombres vigilando a los nipones parece un dato menor considerando que el ejército rojo si no yerro siempre tuvo, ya iniciado el conflicto, al menos 10.000.000 de hombres sobre las armas.
Ahora si durante toda la guerra hubo 200.000 o 300.000 hombres vigilando a los nipones parece un dato menor considerando que el ejército rojo si no yerro siempre tuvo, ya iniciado el conflicto, al menos 10.000.000 de hombres sobre las armas.
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- Sargento
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Manuel Martínez escribió:O cual era el grado de preocupación de Stalín por el avance de Rommel desde el Nilo hasta el Cáucaso.O por los ataques de las potentes fuerzas del sha de Persia.
Pues por las "potentes" fuerzas del sha de Persia supongo que poca preocupación tendría Stalin, como se vino a demostrar.
Y tampoco creo yo que se preocupara mucho porque "Rommel se dedicara a corretear por el norte de África" con un par de divisiones alemanas. Y que conste que el entrecomillado pertenece a una cita del Alto Mando alemán.
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- Sargento
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josan escribió:Al grandioso alto mando aleman.mas le hubiera valido hacer las cosas bien,que considerar las acciones de Rommel en Africa,como meros "correteos".Un saludo.
¿Y qué hubiera significado hacer las cosas bien? ¿No atacar a la URSS, por ejemplo, y haber buscado el petróleo en el Oriente Medio? Bueno, hubiera sido una idea, pero es que el Alto Mando Alemán estaba condicionado por las brillantes ideas de Hitler. Y el brillante cabo ya había decidido tiempo atrás que había que atacar a la URSS, asi que...
- Von Kleist
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.Bueno, hubiera sido una idea, pero es que el Alto Mando Alemán estaba condicionado por las brillantes ideas de Hitler
Sí, pero no. Me explico. En 1940 la estrategia global la dictaba Hitler, a través del OKW, pero aun se dejaba cierta iniciativa al OKH, OKL y OKM para preparar sus operaciones perifericas. De hecho, cuando se presentó a Hitler el plan de "Mercurio" (una operación netamente de la Luftwaffe), Hitler le planteó a Student si "No sería más razonable usar esas fuerzas para asaltar Malta", y fue Student el que insistió en atacar Creta.
Además, nadie del alto mando alemán intentó plantear a Hitler una opción estratégica seria en Oriente Medio. Solo Raeder lo hizo, pero de forma tímida y casi tardía, pero sin insistir demasiado. La mayoria de altos mandos alemanes querían concentrarse en el Frente Oriental, y en eso coincidian con Hitler.
Saludos
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- Sargento
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Será tal vez, digo yo, por la diferencia de graduación, pero vuelvo a discrepar con Vd. von Kleist.
Antes de 1938 en el OKH muy pocos oficiales estaban de acuerdo con la política de Hitler. En concreto su jefe, el general Beck, se oponía radicalmente a las ideas de Hitler al que consideraba un aventurero que terminaría por llevar a Alemania a la destrucción, en lo que la historia le terminaría por dar la razón. Y dentro de esta idea general, la máxima era, precisamente, que nunca Alemania se debería ver envuelta en una guerra en dos frentes. Cuando Hitler decide atacar Checoslovaquia Beck intenta oponerse a los planes de Hitler y presenta la dimisión cuando constata que no tiene suficientes apoyos entre sus compañeros oficiales generales. En este sentido la carta que von Manstein le dirige a Beck causa en este una pésima impresión y es una muestra palpable de hasta donde puede llegar la falta de carácter y de determinación del que sin duda, y Beck lo sabía, era la mente más brillante del Ejército alemán.
El sucesor de Beck, Halder, era un oficial con una excelente preparación pero más dotado para la burocracia que para ejercer una verdadera dirección del ejército, y por supuesto sin carácter ni determinación para oponerse a las ideas de Hitler.
Si a todo esto le sumamos que el OKH no tenía ninguna idea concreta para acciones fuera del marco estrictamente europeo, y si le añadimos que la colaboración con la marina era casi nula, y si le sumamos que más allá de los aspectos meramente operacionales las relaciones con la Luftwaffe eran inexistentes, pues tendremos que llegar a la conclusión de que al OKH una acción de envergadura en el norte de África ni se le había pasado por la cabeza. Eso sin tener en cuanta que la marina alemana no podía poner sus barcos en el Mediterráneo, por lo que se debería contar con la marina italiana y, en su caso con la francesa (detalle este en el que los británicos, por la cuenta que les traía, ya habían caído).
Por mucho que se quiera argumentar, lo cierto es que desde la dimisión de Beck, el OKH se limitó al planeamiento de las operaciones y al control operacional del Ejército, pero las grandes decisiones se le habían escapado de las manos, si es que alguna vez llegó a tenerlas. Y si alguien era capaz de hacer alguna objeción, Hitler se limitaba a decir que sus generales no tenían ni idea del contexto e implicaciones de la guerra moderna en cuanto a lo referente a economía y política, y ahí se acababa la discusión.
Otra cosa es que si a alguien en el OKH se le pasó por la cabeza una alternativa de mayor envergadura para el norte de África, ante la disyuntiva de operaciones de envergadura cuya realización y seguridad dependían de la marina italiana, se considerara como más realista el ataque a la URSS. Y otra cosa bien diferente es que hubiera opinado el OKH si la información sobre la URSS y el Ejército Rojo hubieran sido bastante mejor de lo que era. Pero de la información de que se dispone, lo único sensato que cabe decir es que el OKH no tenía ninguna alternativa seria para una vez que acabara la campaña de Francia, y que la idea de Hitler de atacar a la URSS le pilló sin un mal estudio del que echar mano.
Antes de 1938 en el OKH muy pocos oficiales estaban de acuerdo con la política de Hitler. En concreto su jefe, el general Beck, se oponía radicalmente a las ideas de Hitler al que consideraba un aventurero que terminaría por llevar a Alemania a la destrucción, en lo que la historia le terminaría por dar la razón. Y dentro de esta idea general, la máxima era, precisamente, que nunca Alemania se debería ver envuelta en una guerra en dos frentes. Cuando Hitler decide atacar Checoslovaquia Beck intenta oponerse a los planes de Hitler y presenta la dimisión cuando constata que no tiene suficientes apoyos entre sus compañeros oficiales generales. En este sentido la carta que von Manstein le dirige a Beck causa en este una pésima impresión y es una muestra palpable de hasta donde puede llegar la falta de carácter y de determinación del que sin duda, y Beck lo sabía, era la mente más brillante del Ejército alemán.
El sucesor de Beck, Halder, era un oficial con una excelente preparación pero más dotado para la burocracia que para ejercer una verdadera dirección del ejército, y por supuesto sin carácter ni determinación para oponerse a las ideas de Hitler.
Si a todo esto le sumamos que el OKH no tenía ninguna idea concreta para acciones fuera del marco estrictamente europeo, y si le añadimos que la colaboración con la marina era casi nula, y si le sumamos que más allá de los aspectos meramente operacionales las relaciones con la Luftwaffe eran inexistentes, pues tendremos que llegar a la conclusión de que al OKH una acción de envergadura en el norte de África ni se le había pasado por la cabeza. Eso sin tener en cuanta que la marina alemana no podía poner sus barcos en el Mediterráneo, por lo que se debería contar con la marina italiana y, en su caso con la francesa (detalle este en el que los británicos, por la cuenta que les traía, ya habían caído).
Por mucho que se quiera argumentar, lo cierto es que desde la dimisión de Beck, el OKH se limitó al planeamiento de las operaciones y al control operacional del Ejército, pero las grandes decisiones se le habían escapado de las manos, si es que alguna vez llegó a tenerlas. Y si alguien era capaz de hacer alguna objeción, Hitler se limitaba a decir que sus generales no tenían ni idea del contexto e implicaciones de la guerra moderna en cuanto a lo referente a economía y política, y ahí se acababa la discusión.
Otra cosa es que si a alguien en el OKH se le pasó por la cabeza una alternativa de mayor envergadura para el norte de África, ante la disyuntiva de operaciones de envergadura cuya realización y seguridad dependían de la marina italiana, se considerara como más realista el ataque a la URSS. Y otra cosa bien diferente es que hubiera opinado el OKH si la información sobre la URSS y el Ejército Rojo hubieran sido bastante mejor de lo que era. Pero de la información de que se dispone, lo único sensato que cabe decir es que el OKH no tenía ninguna alternativa seria para una vez que acabara la campaña de Francia, y que la idea de Hitler de atacar a la URSS le pilló sin un mal estudio del que echar mano.
- Von Kleist
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Buenas
No creo que la diferencia de graduacion tenga que ver, precisamente aquí estamos para discrepar y aprender de los debates.
Exactamente. No solo Beck era contrario a la política agresiva de Hitler. También Von Blomberg (ministro de la guerra) y Von Fritsch (comandante en jefe del ejército). Pero yo me referia al periodo 1940-41 y esa época ni Beck, ni Blomberg ni Fritsch estaban ya al mando.
Creo que aqui te equivocas. Halder se opuso (y de que forma) a los planes de Hitler una y otra vez. Especialmente en la URRS. Por ejemplo, el retomar la ofensiva sobre Moscú en Otoño del 41 (Operación Tifón) fue una decisión impulsada casi desde el principio por Halder. Otra cosa es que Halder fuera brillante (que no lo era) pero fijaté si se opuso a Hitler que fue destituido por echarle en cara de forma nada sutil la sangría de Stalingrado.
Hasta ahí, de acuerdo.
Eso hay que matizarlo. El Hitler de 1940-41 en general, se mostraba bastante permeable al consejo de sus generales. Sin ir mas lejos, aceptó el plan de ataque contra Francia ("Plan amarillo", que no le gustaba demasiado) y luego, cuando un avión aelmán cayó en Bélgica con los planes, aceptó también el consejo de Rundsted y Manstein de cambiarlo por el "Golpe de Hoz". Y en el verano 1941, en la URRS, se mostró bastante flexible a la hora de ceder a las presiones de sus generales, especialmente Halder, en la idea del ataque sobre Moscú a toda costa.
Otra cosa es la responsabilidad de Hitler en el descabezamiento del ejército al situar por encima del OKH al OKW, siendo este último poco menos que una oficina administrativa a su servicio, en eso sin duda, Hitler tuvo una gran parte de culpa de la descoordinación estratégica de sus ejércitos.
Saludos
Será tal vez, digo yo, por la diferencia de graduación, pero vuelvo a discrepar con Vd. von Kleist.
No creo que la diferencia de graduacion tenga que ver, precisamente aquí estamos para discrepar y aprender de los debates.
Antes de 1938 en el OKH muy pocos oficiales estaban de acuerdo con la política de Hitler. En concreto su jefe, el general Beck, se oponía radicalmente a las ideas de Hitler al que consideraba un aventurero
Exactamente. No solo Beck era contrario a la política agresiva de Hitler. También Von Blomberg (ministro de la guerra) y Von Fritsch (comandante en jefe del ejército). Pero yo me referia al periodo 1940-41 y esa época ni Beck, ni Blomberg ni Fritsch estaban ya al mando.
El sucesor de Beck, Halder, era un oficial con una excelente preparación pero más dotado para la burocracia que para ejercer una verdadera dirección del ejército, y por supuesto sin carácter ni determinación para oponerse a las ideas de Hitler.
Creo que aqui te equivocas. Halder se opuso (y de que forma) a los planes de Hitler una y otra vez. Especialmente en la URRS. Por ejemplo, el retomar la ofensiva sobre Moscú en Otoño del 41 (Operación Tifón) fue una decisión impulsada casi desde el principio por Halder. Otra cosa es que Halder fuera brillante (que no lo era) pero fijaté si se opuso a Hitler que fue destituido por echarle en cara de forma nada sutil la sangría de Stalingrado.
Por mucho que se quiera argumentar, lo cierto es que desde la dimisión de Beck, el OKH se limitó al planeamiento de las operaciones y al control operacional del Ejército, pero las grandes decisiones se le habían escapado de las manos, si es que alguna vez llegó a tenerlas.
Hasta ahí, de acuerdo.
Y si alguien era capaz de hacer alguna objeción, Hitler se limitaba a decir que sus generales no tenían ni idea del contexto e implicaciones de la guerra moderna en cuanto a lo referente a economía y política, y ahí se acababa la discusión.
Eso hay que matizarlo. El Hitler de 1940-41 en general, se mostraba bastante permeable al consejo de sus generales. Sin ir mas lejos, aceptó el plan de ataque contra Francia ("Plan amarillo", que no le gustaba demasiado) y luego, cuando un avión aelmán cayó en Bélgica con los planes, aceptó también el consejo de Rundsted y Manstein de cambiarlo por el "Golpe de Hoz". Y en el verano 1941, en la URRS, se mostró bastante flexible a la hora de ceder a las presiones de sus generales, especialmente Halder, en la idea del ataque sobre Moscú a toda costa.
Otra cosa es la responsabilidad de Hitler en el descabezamiento del ejército al situar por encima del OKH al OKW, siendo este último poco menos que una oficina administrativa a su servicio, en eso sin duda, Hitler tuvo una gran parte de culpa de la descoordinación estratégica de sus ejércitos.
Saludos
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Manuel Martínez escribió:Ahora si durante toda la guerra hubo 200.000 o 300.000 hombres vigilando a los nipones parece un dato menor considerando que el ejército rojo si no yerro siempre tuvo, ya iniciado el conflicto, al menos 10.000.000 de hombres sobre las armas.
Al final de la guerra cuenta con unos 12.000.000. Al principio unos 4, que fuero aumentando paulatinamente, no desde el primer día. La media debe andar por 6-8 millones, especialmente en 1942-43.
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Ahora si durante toda la guerra hubo 200.000 o 300.000 hombres vigilando a los nipones parece un dato menor considerando que el ejército rojo si no yerro siempre tuvo, ya iniciado el conflicto, al menos 10.000.000 de hombres sobre las armas.
De todas maneras el número era más que suficiente para las necesidades. Los japoneses, que en 1941 contaban con 51 divisiones, estaban metidos de lleno en la guerra contra China, y su ejército, como se vió en Khalkin Jol, no era nada del otro mundo, sobre todo en potencia de fuego. Luego, a partir de 1942 muchas unidades fueron enviadas al Pacífico. La logística a partir de ese año tambien empeoró.
El Hitler de 1940-41 en general, se mostraba bastante permeable al consejo de sus generales.
El problema es cada vez se fue confiando más. Esto ya ocurría en 1938 cuando los generales le aconsejaban no invadir Checoslovaquia, lo cual causaría una guerra mundial.
Otra cosa es la responsabilidad de Hitler en el descabezamiento del ejército al situar por encima del OKH al OKW,
La creación del OKW se debe a que Hitler quería establecer otro organo que compitiese con el OKH, y asi aumentar su influencia en el Ejército. El hecho de que Keitel encabezase el OKW dice mucho de las intenciones de Hitler.
Saludos.
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- Sargento
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Decía anteriormente, y me reafirmo en lo dicho: “Por mucho que se quiera argumentar, lo cierto es que desde la dimisión de Beck, el OKH se limitó al planeamiento de las operaciones y al control operacional del Ejército, pero las grandes decisiones se le habían escapado de las manos, si es que alguna vez llegó a tenerlas.”
Me reafirmo en lo dicho, y los argumentos de von Kleist me conforman en mi reafirmación. Porque todos los casos que pone como ejemplo de discrepancias entre Hitler y el OKH son sobre aspectos de planeamiento de operaciones y de control operacional del ejército, no en la toma de grandes decisiones. Y lo que demuestran no es que el OKH tenga autonomía o al menos capacidad para influir en las grandes decisiones, sino todo lo contrario, pues tomadas las grandes decisiones, hasta en los aspectos de planeamiento de operaciones y de control operativo del Ejército comienza a perder su autonomía y ve como cada vez más Hitler y el OKW comienzan a interferir en sus tareas y funciones.
Dicho de otra manera, el OKH ni toma la decisión de atacar Polonia, ni su opinión es tenida en cuenta. Pero al menos planea el ataque y es el que asume el control operacional del Ejército, sin que Hitler y el OKW interfieran, al menos en nada sustancial.
Ya en 1940 las cosas comienzan a ser de otra manera. Para comenzar la invasión de Noruega es una operación planeada y dirigida por el OKW y, exagerando un poco, podemos decir que el OKH se entera por la prensa. Lo malo es que, como no podía ser de otra manera, en la invasión de Noruega participan fuerzas y oficiales del Ejército. Unas fuerzas y oficiales del Ejército que son sustraídas al control de Estado Mayor del Ejército y sin que mediara la más mínima consulta.
Con la campaña de Francia vuelve a pasar algo parecido, aunque en realidad mucho peor. Pues el plan finalmente adoptado, con independencia de que fuera o no más brillante que el inicialmente adoptado por el del OKH, lo cierto es que no era el de este. Pero lo malo vino cuando se produjo el parón frente a Dunkerque, porque la decisión no fue tomada por el OKH, sino por Hitler en persona y por su cuenta y riesgo. Con el consejo de algunos de los comandantes de campo, pero sin contar con el OKH.
Y lo mismo vuelve a ocurrir en el caso del ataque a la URSS. El OKH ni es consultado. Hitler decide que hay que atacar a la URSS, y el OKH se pone a trabajar. Y al final ni tan siquiera será su plan el adoptado, sino que será una mezcla del suyo y del OKW. Y llegado el momento, será Hitler quien tome la decisión, no el OKH, de atacar primero en Ucrania y postergar el ataque sobre Moscú. Y llegará un momento en el que ni eso le quedará al OKH. Lo que tiene su lógica, y por dos motivos.
El primero por la propia tendencia de Hitler a intervenir en el día a día en las operaciones saltándose al OKH. Y en segundo lugar, porque aunque la idea de formar un OKW pudiera ser buena sobre el papel, en la medida en que en realidad en el OKW no se integran de forma efectiva ni la Marina ni la Luftwaffe (en este caso concreto porque ya se cuidó muy mucho Goering de que nadie le quitara el control total de su juguete), pues en realidad al OKW no le quedaba otra cosa que planear las operaciones del Ejército y suplantar al OKH. Si a eso le añadimos que Keitel y Jold son mucho más maleables que Halder y que a ellos mismos les interesa jugar el papel de aduladores de Hitler, pues ya tenemos las claves para entender como el OKH fue perdiendo protagonismo y autonomía.
Me reafirmo en lo dicho, y los argumentos de von Kleist me conforman en mi reafirmación. Porque todos los casos que pone como ejemplo de discrepancias entre Hitler y el OKH son sobre aspectos de planeamiento de operaciones y de control operacional del ejército, no en la toma de grandes decisiones. Y lo que demuestran no es que el OKH tenga autonomía o al menos capacidad para influir en las grandes decisiones, sino todo lo contrario, pues tomadas las grandes decisiones, hasta en los aspectos de planeamiento de operaciones y de control operativo del Ejército comienza a perder su autonomía y ve como cada vez más Hitler y el OKW comienzan a interferir en sus tareas y funciones.
Dicho de otra manera, el OKH ni toma la decisión de atacar Polonia, ni su opinión es tenida en cuenta. Pero al menos planea el ataque y es el que asume el control operacional del Ejército, sin que Hitler y el OKW interfieran, al menos en nada sustancial.
Ya en 1940 las cosas comienzan a ser de otra manera. Para comenzar la invasión de Noruega es una operación planeada y dirigida por el OKW y, exagerando un poco, podemos decir que el OKH se entera por la prensa. Lo malo es que, como no podía ser de otra manera, en la invasión de Noruega participan fuerzas y oficiales del Ejército. Unas fuerzas y oficiales del Ejército que son sustraídas al control de Estado Mayor del Ejército y sin que mediara la más mínima consulta.
Con la campaña de Francia vuelve a pasar algo parecido, aunque en realidad mucho peor. Pues el plan finalmente adoptado, con independencia de que fuera o no más brillante que el inicialmente adoptado por el del OKH, lo cierto es que no era el de este. Pero lo malo vino cuando se produjo el parón frente a Dunkerque, porque la decisión no fue tomada por el OKH, sino por Hitler en persona y por su cuenta y riesgo. Con el consejo de algunos de los comandantes de campo, pero sin contar con el OKH.
Y lo mismo vuelve a ocurrir en el caso del ataque a la URSS. El OKH ni es consultado. Hitler decide que hay que atacar a la URSS, y el OKH se pone a trabajar. Y al final ni tan siquiera será su plan el adoptado, sino que será una mezcla del suyo y del OKW. Y llegado el momento, será Hitler quien tome la decisión, no el OKH, de atacar primero en Ucrania y postergar el ataque sobre Moscú. Y llegará un momento en el que ni eso le quedará al OKH. Lo que tiene su lógica, y por dos motivos.
El primero por la propia tendencia de Hitler a intervenir en el día a día en las operaciones saltándose al OKH. Y en segundo lugar, porque aunque la idea de formar un OKW pudiera ser buena sobre el papel, en la medida en que en realidad en el OKW no se integran de forma efectiva ni la Marina ni la Luftwaffe (en este caso concreto porque ya se cuidó muy mucho Goering de que nadie le quitara el control total de su juguete), pues en realidad al OKW no le quedaba otra cosa que planear las operaciones del Ejército y suplantar al OKH. Si a eso le añadimos que Keitel y Jold son mucho más maleables que Halder y que a ellos mismos les interesa jugar el papel de aduladores de Hitler, pues ya tenemos las claves para entender como el OKH fue perdiendo protagonismo y autonomía.
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Buenas
Sin duda, lo que dices es cierto. Pero yo no discutia esa afirmación. Me limitaba a afirmar que nadie del OKH, OKW u OKL había propuesto alternativas estratégicas, cuando pudieron haberlo hecho. Simplemente eso. ¿Que Hitler las habría rechazado?. Es probable, pero pudiera también haber resultado, como ocurrió en la URRS cuando Halder propuso avanzar sobre Moscú. Pero lo cierto es que nadie las planteó seriamente.
Saludos
Y lo que demuestran no es que el OKH tenga autonomía o al menos capacidad para influir en las grandes decisiones, sino todo lo contrario, pues tomadas las grandes decisiones,
Sin duda, lo que dices es cierto. Pero yo no discutia esa afirmación. Me limitaba a afirmar que nadie del OKH, OKW u OKL había propuesto alternativas estratégicas, cuando pudieron haberlo hecho. Simplemente eso. ¿Que Hitler las habría rechazado?. Es probable, pero pudiera también haber resultado, como ocurrió en la URRS cuando Halder propuso avanzar sobre Moscú. Pero lo cierto es que nadie las planteó seriamente.
Saludos
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