Los Panzer alemanes: detrás del mito
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PARÉNTESIS
En los días siguientes ambos bandos trataron de mejorar sus situación: el 12 las líneas de la 24ª PzDiv (desplegada en torno a Podu Iloae) fueron asaltadas por el 2º Ejército Acorazado. Las tropas de Edelsheim recularon ante la acometida inicial pero al final del día habían devuelto a los soviéticos a sus posiciones de partida. Al día siguiente se repitió el asalto, con los mismos resultados. El agotamiento empezaba a pasar una dura factura a los fusileros y el desgaste de las unidades acorazadas impedía compensar las cosas con una superioridad abrumadora de medios: Los asaltantes desplegaron 70 y 80 carros en ambos días, mientras que los alemanes contaron el día 12 con 15 PzIV y 30 StuG que se vieron reforzados el día 13 por un segundo Kampfgruppe de la 24ª, con otros 10 Pz IV y dos docenas de cañones de asalto. La táctica alemana fue sencilla pero contundente, concentrando los medios acorazados para contraatacar la penetración soviética después de que los panzergrenadier la frenaran en la segunda línea de defensa.
FInalmente el 2º Ejército Acorazado detuvo los ataques. Konev comprendió que sus fuerzas no estaban ya en condiciones de superar las posiciones enemigas y ordenó a sus hombres que pasaran a la defensiva. Stavka ordenó al 7º Ejército de Guardias y al 5º Acorazado de Guardias que reforzaran a Konev. Estas fuerzas estaban alejadas de la zona y a su vez se estaban reorganizando tras los combates de marzo, así que iba a abrirse un breve periodo de calma en el sector.
Calma relativa, ya que el frente mantuvo una actividad baja (en comparación con los combates iniciales) pero constante: los alemanes aprovecharon el respiro para avanzar sus posiciones al norte de la ciudad. Se sucedieron los ataques y contraataques a pequeña escala y el día 18 un destacamento de la GD capturó a un oficial de enlace con importante documentación, en la que se reflejaba el volumen de los preparativos soviéticos. Tampoco los rumanos tuvieron demasiada tranquilidad, ya que Konev intentó forzar una ruptura por el sur de Tirgú los días 14 y 15 y las líneas del IV Ejército tuvieron que retroceder ante la presión soviética.
Manteuffel hizo todo lo posible para reforzarse, añadiendo un KG de la 23ª PzDiv a las tropas de la 24ª, y otra agrupación de la Totenkopf que acudió en apoyo de los rumanos el día 16. No había demasiadas posibilidades de conseguir más apoyos porque el resto del frente estaba igualmente en ebullición y las PzDiv 13ª, 14ª y 23ª tenían sus propios problemas defendiendo las posiciones del Dniester en Orhei, al Este de Iasi, y Las tropas del 3º Frente Ucraniano amenazaban el flanco meridional del GrE SU tras liberar Odessa el día 10 de abril. Manteuffel tendría que resistir con lo que tenía.
En los días siguientes ambos bandos trataron de mejorar sus situación: el 12 las líneas de la 24ª PzDiv (desplegada en torno a Podu Iloae) fueron asaltadas por el 2º Ejército Acorazado. Las tropas de Edelsheim recularon ante la acometida inicial pero al final del día habían devuelto a los soviéticos a sus posiciones de partida. Al día siguiente se repitió el asalto, con los mismos resultados. El agotamiento empezaba a pasar una dura factura a los fusileros y el desgaste de las unidades acorazadas impedía compensar las cosas con una superioridad abrumadora de medios: Los asaltantes desplegaron 70 y 80 carros en ambos días, mientras que los alemanes contaron el día 12 con 15 PzIV y 30 StuG que se vieron reforzados el día 13 por un segundo Kampfgruppe de la 24ª, con otros 10 Pz IV y dos docenas de cañones de asalto. La táctica alemana fue sencilla pero contundente, concentrando los medios acorazados para contraatacar la penetración soviética después de que los panzergrenadier la frenaran en la segunda línea de defensa.
FInalmente el 2º Ejército Acorazado detuvo los ataques. Konev comprendió que sus fuerzas no estaban ya en condiciones de superar las posiciones enemigas y ordenó a sus hombres que pasaran a la defensiva. Stavka ordenó al 7º Ejército de Guardias y al 5º Acorazado de Guardias que reforzaran a Konev. Estas fuerzas estaban alejadas de la zona y a su vez se estaban reorganizando tras los combates de marzo, así que iba a abrirse un breve periodo de calma en el sector.
Calma relativa, ya que el frente mantuvo una actividad baja (en comparación con los combates iniciales) pero constante: los alemanes aprovecharon el respiro para avanzar sus posiciones al norte de la ciudad. Se sucedieron los ataques y contraataques a pequeña escala y el día 18 un destacamento de la GD capturó a un oficial de enlace con importante documentación, en la que se reflejaba el volumen de los preparativos soviéticos. Tampoco los rumanos tuvieron demasiada tranquilidad, ya que Konev intentó forzar una ruptura por el sur de Tirgú los días 14 y 15 y las líneas del IV Ejército tuvieron que retroceder ante la presión soviética.
Manteuffel hizo todo lo posible para reforzarse, añadiendo un KG de la 23ª PzDiv a las tropas de la 24ª, y otra agrupación de la Totenkopf que acudió en apoyo de los rumanos el día 16. No había demasiadas posibilidades de conseguir más apoyos porque el resto del frente estaba igualmente en ebullición y las PzDiv 13ª, 14ª y 23ª tenían sus propios problemas defendiendo las posiciones del Dniester en Orhei, al Este de Iasi, y Las tropas del 3º Frente Ucraniano amenazaban el flanco meridional del GrE SU tras liberar Odessa el día 10 de abril. Manteuffel tendría que resistir con lo que tenía.
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ÚLTIMOS PREPARATIVOS
Con sus tropas reforzadas, Konev decidió redirigir sus ataques para abrirse camino por el suroeste de Tirgú y llevar a cabo un amplio cerco, embolsando a las fuerzas que defendían el área de Iasi antes de avanzar hacia Ploesti. La segunda quincena de abril pasó más o menos en calma, mientras se completaba el despliegue de los nuevos ejércitos acorazados; no obstante hubo algunos reconocimientos en fuerza al noroeste de Iasi, en el sector donde se desplegaba el IV Cuero de Ejército alemán (y más en concreto la 23ª PzDiv) con el objetivo de enmascarar las próximas operaciones. También hubo ataques contra las posiciones rumanas al Oeste de Tirgú, siendo necesario el envío de un pequeño KampfGruppe de la GD para estabilizar el frente
Tampoco los alemanes permanecieron mano sobre mano y llevaron a cabo varios ataques al noroeste de Tirgú, precisamente por donde debían ir concentrándose las tropas de Konev de cara a la ofensiva. La localidad de Pascani fue reconquistada por las tropas de la Totenkopf apoyadas por una rumana; luego las fuerzas de las Waffen se desplegaron en retaguardia a modo de reserva, dejando la defensa del pueblo en manos de sus aliados. Por su parte la GrossDeutschland realizó algunos tanteos en su sector, mejorando sus posiciones tras forzar el repliegue de dos divisiones de fusileros, pero sin ganar demasiado terreno.
(En estos combates preliminares los alemanes tuvieron las primeras noticias de los nuevos carros IS 2 soviéticos y pudieron examinar al menos dos ejemplares)
Finalmente Konev completó sus preparativos. Las fuerzas sobre las que iba a recaer el golpe eran la GD y la 24ª PzDiv, que en ese momento contaban con unos 250 vehículos de combate entre carros (incluyendo tres compañías de Tiger y dos batallones de Panther) y Stug frente a los que se desplegaban unos 500 carros y cazacarros rusos. La infantería soviética casi triplicaba a las fuerzas defensoras, y el volumen de artillería del ER era muy superior al de los alemanes. Tan sólo en cuanto a medios aéreos quedaban igualadas las cosas con algo más de medio millar de aviones en cada bando,
La madrugada del 2 de mayo fue saludada por dos formidables barreras artilleras, anunciando el comienzo de la segunda batalla de Tirgú Frumós.
Con sus tropas reforzadas, Konev decidió redirigir sus ataques para abrirse camino por el suroeste de Tirgú y llevar a cabo un amplio cerco, embolsando a las fuerzas que defendían el área de Iasi antes de avanzar hacia Ploesti. La segunda quincena de abril pasó más o menos en calma, mientras se completaba el despliegue de los nuevos ejércitos acorazados; no obstante hubo algunos reconocimientos en fuerza al noroeste de Iasi, en el sector donde se desplegaba el IV Cuero de Ejército alemán (y más en concreto la 23ª PzDiv) con el objetivo de enmascarar las próximas operaciones. También hubo ataques contra las posiciones rumanas al Oeste de Tirgú, siendo necesario el envío de un pequeño KampfGruppe de la GD para estabilizar el frente
Tampoco los alemanes permanecieron mano sobre mano y llevaron a cabo varios ataques al noroeste de Tirgú, precisamente por donde debían ir concentrándose las tropas de Konev de cara a la ofensiva. La localidad de Pascani fue reconquistada por las tropas de la Totenkopf apoyadas por una rumana; luego las fuerzas de las Waffen se desplegaron en retaguardia a modo de reserva, dejando la defensa del pueblo en manos de sus aliados. Por su parte la GrossDeutschland realizó algunos tanteos en su sector, mejorando sus posiciones tras forzar el repliegue de dos divisiones de fusileros, pero sin ganar demasiado terreno.
(En estos combates preliminares los alemanes tuvieron las primeras noticias de los nuevos carros IS 2 soviéticos y pudieron examinar al menos dos ejemplares)
Finalmente Konev completó sus preparativos. Las fuerzas sobre las que iba a recaer el golpe eran la GD y la 24ª PzDiv, que en ese momento contaban con unos 250 vehículos de combate entre carros (incluyendo tres compañías de Tiger y dos batallones de Panther) y Stug frente a los que se desplegaban unos 500 carros y cazacarros rusos. La infantería soviética casi triplicaba a las fuerzas defensoras, y el volumen de artillería del ER era muy superior al de los alemanes. Tan sólo en cuanto a medios aéreos quedaban igualadas las cosas con algo más de medio millar de aviones en cada bando,
La madrugada del 2 de mayo fue saludada por dos formidables barreras artilleras, anunciando el comienzo de la segunda batalla de Tirgú Frumós.
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FRENANDO LA MAREA
Las posiciones más occidentales estaban guarnecidas por tropas rumanas, la 1ª división acorazada de Guardias, apoyadas en su flanco derecho por el regimiento de panzergrenadier de la GD. Le seguían las posiciones del regimiento de fusileros (recordemos que la GD no tenía completa su plantilla motorizada) que se desplegaba hasta el noroeste de Tirgú, reforzado por un batallón de panzergrenadier de la propia GD y el regimiento de granaderos de la 46ª InfDiv. El PzReg de la GD, dos KG de la 24ª PzDiv y otros dos de la Totenkopf constituían la reserva de Manteuffel. El general tenía su puesto de mando en la propia Tirgú.
El 7º Ejército de Guardias al mando de Shumilov, apoyado por el 5º Acorazado de Guardias de Rotmistrov, se lanzó contra las posiciones más occidentales de los defensores, con la intención de abrirse paso hacia el sureste y envolver Tirgú.
el avance de los guardias fue bastante rápido, abriendo un gran hueco en las líneas al oeste de Drumbavita, entre Pascani y Blagesti, empujando a los supervivientes rumanos hacia el Sur. Sin embargo los alemanes se mantuvieron firmes y la lucha se centró rápidamente en torno al pueblo de Drumbavita. Los soviéticos rompieron a través de las líneas alemanas, pero los granaderos se concentraron en los puntos fuertes, dejando que las fuerzas acorazadas les sobrepasaran y causando estragos entre las tropas acompañantes. De este modo cuando las primeras avanzadas soviéticas se acercaban a Tirgú por el oeste llegaban desorganizadas, con los carros separados de su infantería acompañante.
Al Este de Drumbavita, en Barbotesti, se repitió la situación. Las fuerzas alemanas quedaron aisladas como piedras en una riada, pero sin cesar de combatir, rompiendo el ritmo del avance enemigo y causando importantes bajas entre los atacantes. En esa tarea se vieron auxiliadas por la Luftwaffe: los ju87 al mando del célebre Hans Rudel causaron estragos en las filas de T-34.
Una vez sobrepasada la primera línea de defensa de la GD, los carros soviéticos se vieron sometidos al fuego de los 88 desplegadas en torno a Tirgú. En ese momento Manteuffel ordenó al regimiento acorazado que entrara en acción contra las penetraciones enemigas mientras una batería de StuG, a quemarropa, frenaba en seco la acometida.
El ataque de los panzer fue rápido y devastador, eliminando la amenaza sin dificultades. Los T-34 iban precedidos por una docena de IS2, pero los Tiger de la GD lograron eliminar a los primeros y, al retirarse, el resto fue sobrepasado por una compañía de PzIV que logró batirlos por los flancos.
El contraataque del PzReg logró retomar el contacto con los granaderos de la primera línea, restableciendo la situación. Más de dos centenares de carros enemigos fueron eliminados.
Inmediatamente se produjo una nueva crisis ya que también el regimiento de fusileros estaba bajo ataque. Los defensores se hicieron fuertes en Cornesti, entablando una feroz lucha casa por casa. El PzReg envió de inmediato una compañía de Pz IV hacia Securesti; luego dejó en la retaguardia de Drumbavita varias compañías de Pz V y una de Pz VI, lanzándose con el resto de los carros en auxilio de los fusileros.
Los panzer cortaron por el flanco a los atacantes que ya habían sobrepasado las líneas, forzando un rápido repliegue de la infantería. Tres brigadas acorazadas acudieron en apoyo de los Guardias, pero en un frente tan estrecho eso acarreó un verdadero caos y al caer la tarde Rotmistrov ordenó a sus fuerzas que se retiraran para reagruparse.
Todavía hubo una tercera ruptura hacia Ruginoasa, más o menos en el punto de contacto entre la GD y las posiciones rumanas. Con el PzReg cubriendo las posiciones situadas al Oeste y al Este de Tirgú, esta penetración fue contenida por la llegada de un KG de la Totenkopf, encabezado por varios Tiger, y apoyado estrechamente por los Stuka de Rudel.
También se combatía con dureza al Noroeste de Tirgú, donde los alemanes hicieron frente al ataque del 27º Ejército (Trofimenko) y el 2º Acorazado (Bogdanov). La acometida principal cayó sobre las posiciones de la GD de Facuti y la 46ª en Polieni. Una vez más los defensores se vieron rodeados y sobrepasados, pero no cedieron sus posiciones, alterando el ritmo del avance soviético a la espera de un contraataque. Esta vez el golpe quedó al cargo de la 24ª PzDiv de Edelsheim: mientras su KG E frenaba la vanguardia rusa, el W atacó por el flanco. Una vez eliminadas las fuerzas que habían rebasado las líneas, los dos KG se concentraron al sur del pueblo.
La situación seguía siendo crítica, ya que la 24ª carecía de suficiente fuerza como para asegurar el frente en su totalidad y los soviéticos habían tomado posiciones cerca de Facuti. La principal amenaza era la colina 192, una altura a unos tres kilómetros del pueblo que dominaba la zona y desde la que era posible cubrir la mayor parte del campo de batalla: si el enemigo conseguía establecer ahí su artillería la defensa del sector se vería seriamente comprometida.
Con la situación al Noroeste más o menos asegurada, el propio Manteuffel encabezó un contraataque desde el sureste de Tirgú. Por su parte, y confiando en que los fusileros resistirían por sus propios medios, la 24ª dividió sus fuerzas: El KG W atacó por el sureste de Facuti para evitar un contraataque por el flanco y el E lo hizo por el suroeste hacia la colina 192 y las posiciones de Polieni. Ocupados en la toma del pueblo, las tropas soviéticas no se apercibieron de la llegada de los panzer. La sorpresa fue absoluta, por suerte para los carristas alemanes, ya que el enemigo iba apoyado por varias compañías de IS2, pero no pudieron aprovechar la ventaja de sus armas de largo alcance. A corta distancia, casi a quemarropa, los carros pesados fueron eliminados por los Pz IV de Edelsheim sin demasiadas dificultades.
La llegada de los refuerzos de Manteuffel acabó con la resistencia del enemigo en torno a la colina 192. Algo más al Sur el KG W estableció una pantalla defensiva rechazando sucesivamente a dos brigadas acorazadas.
Al caer la noche la 24ª se reagrupó al Este de Tirgú mientras los granaderos de la GD reforzaban las posiciones de Facuti. El primer día de combates se cerró así con una contundente derrota soviética. Los atacantes perdieron entre 150 y 200 carros y más de un millar de bajas (heridos, en su mayor parte) a cambio de una ridículas ganancias de terreno. Los alemanes perdieron un par de docenas de panzer y unas 200-300 bajas y, pese al agotamiento, la moral de las tropas era alta. Iban a necesitarla, porque los combates tan sólo habían empezado.
Dado que es difícil encontrar mapas de la zona, he ecaneado el de Glantz. Es muy farragoso, así que he destacado en color las localidades a las que me refiero en el texto
Las posiciones más occidentales estaban guarnecidas por tropas rumanas, la 1ª división acorazada de Guardias, apoyadas en su flanco derecho por el regimiento de panzergrenadier de la GD. Le seguían las posiciones del regimiento de fusileros (recordemos que la GD no tenía completa su plantilla motorizada) que se desplegaba hasta el noroeste de Tirgú, reforzado por un batallón de panzergrenadier de la propia GD y el regimiento de granaderos de la 46ª InfDiv. El PzReg de la GD, dos KG de la 24ª PzDiv y otros dos de la Totenkopf constituían la reserva de Manteuffel. El general tenía su puesto de mando en la propia Tirgú.
El 7º Ejército de Guardias al mando de Shumilov, apoyado por el 5º Acorazado de Guardias de Rotmistrov, se lanzó contra las posiciones más occidentales de los defensores, con la intención de abrirse paso hacia el sureste y envolver Tirgú.
el avance de los guardias fue bastante rápido, abriendo un gran hueco en las líneas al oeste de Drumbavita, entre Pascani y Blagesti, empujando a los supervivientes rumanos hacia el Sur. Sin embargo los alemanes se mantuvieron firmes y la lucha se centró rápidamente en torno al pueblo de Drumbavita. Los soviéticos rompieron a través de las líneas alemanas, pero los granaderos se concentraron en los puntos fuertes, dejando que las fuerzas acorazadas les sobrepasaran y causando estragos entre las tropas acompañantes. De este modo cuando las primeras avanzadas soviéticas se acercaban a Tirgú por el oeste llegaban desorganizadas, con los carros separados de su infantería acompañante.
Al Este de Drumbavita, en Barbotesti, se repitió la situación. Las fuerzas alemanas quedaron aisladas como piedras en una riada, pero sin cesar de combatir, rompiendo el ritmo del avance enemigo y causando importantes bajas entre los atacantes. En esa tarea se vieron auxiliadas por la Luftwaffe: los ju87 al mando del célebre Hans Rudel causaron estragos en las filas de T-34.
Una vez sobrepasada la primera línea de defensa de la GD, los carros soviéticos se vieron sometidos al fuego de los 88 desplegadas en torno a Tirgú. En ese momento Manteuffel ordenó al regimiento acorazado que entrara en acción contra las penetraciones enemigas mientras una batería de StuG, a quemarropa, frenaba en seco la acometida.
El ataque de los panzer fue rápido y devastador, eliminando la amenaza sin dificultades. Los T-34 iban precedidos por una docena de IS2, pero los Tiger de la GD lograron eliminar a los primeros y, al retirarse, el resto fue sobrepasado por una compañía de PzIV que logró batirlos por los flancos.
El contraataque del PzReg logró retomar el contacto con los granaderos de la primera línea, restableciendo la situación. Más de dos centenares de carros enemigos fueron eliminados.
Inmediatamente se produjo una nueva crisis ya que también el regimiento de fusileros estaba bajo ataque. Los defensores se hicieron fuertes en Cornesti, entablando una feroz lucha casa por casa. El PzReg envió de inmediato una compañía de Pz IV hacia Securesti; luego dejó en la retaguardia de Drumbavita varias compañías de Pz V y una de Pz VI, lanzándose con el resto de los carros en auxilio de los fusileros.
Los panzer cortaron por el flanco a los atacantes que ya habían sobrepasado las líneas, forzando un rápido repliegue de la infantería. Tres brigadas acorazadas acudieron en apoyo de los Guardias, pero en un frente tan estrecho eso acarreó un verdadero caos y al caer la tarde Rotmistrov ordenó a sus fuerzas que se retiraran para reagruparse.
Todavía hubo una tercera ruptura hacia Ruginoasa, más o menos en el punto de contacto entre la GD y las posiciones rumanas. Con el PzReg cubriendo las posiciones situadas al Oeste y al Este de Tirgú, esta penetración fue contenida por la llegada de un KG de la Totenkopf, encabezado por varios Tiger, y apoyado estrechamente por los Stuka de Rudel.
También se combatía con dureza al Noroeste de Tirgú, donde los alemanes hicieron frente al ataque del 27º Ejército (Trofimenko) y el 2º Acorazado (Bogdanov). La acometida principal cayó sobre las posiciones de la GD de Facuti y la 46ª en Polieni. Una vez más los defensores se vieron rodeados y sobrepasados, pero no cedieron sus posiciones, alterando el ritmo del avance soviético a la espera de un contraataque. Esta vez el golpe quedó al cargo de la 24ª PzDiv de Edelsheim: mientras su KG E frenaba la vanguardia rusa, el W atacó por el flanco. Una vez eliminadas las fuerzas que habían rebasado las líneas, los dos KG se concentraron al sur del pueblo.
La situación seguía siendo crítica, ya que la 24ª carecía de suficiente fuerza como para asegurar el frente en su totalidad y los soviéticos habían tomado posiciones cerca de Facuti. La principal amenaza era la colina 192, una altura a unos tres kilómetros del pueblo que dominaba la zona y desde la que era posible cubrir la mayor parte del campo de batalla: si el enemigo conseguía establecer ahí su artillería la defensa del sector se vería seriamente comprometida.
Con la situación al Noroeste más o menos asegurada, el propio Manteuffel encabezó un contraataque desde el sureste de Tirgú. Por su parte, y confiando en que los fusileros resistirían por sus propios medios, la 24ª dividió sus fuerzas: El KG W atacó por el sureste de Facuti para evitar un contraataque por el flanco y el E lo hizo por el suroeste hacia la colina 192 y las posiciones de Polieni. Ocupados en la toma del pueblo, las tropas soviéticas no se apercibieron de la llegada de los panzer. La sorpresa fue absoluta, por suerte para los carristas alemanes, ya que el enemigo iba apoyado por varias compañías de IS2, pero no pudieron aprovechar la ventaja de sus armas de largo alcance. A corta distancia, casi a quemarropa, los carros pesados fueron eliminados por los Pz IV de Edelsheim sin demasiadas dificultades.
La llegada de los refuerzos de Manteuffel acabó con la resistencia del enemigo en torno a la colina 192. Algo más al Sur el KG W estableció una pantalla defensiva rechazando sucesivamente a dos brigadas acorazadas.
Al caer la noche la 24ª se reagrupó al Este de Tirgú mientras los granaderos de la GD reforzaban las posiciones de Facuti. El primer día de combates se cerró así con una contundente derrota soviética. Los atacantes perdieron entre 150 y 200 carros y más de un millar de bajas (heridos, en su mayor parte) a cambio de una ridículas ganancias de terreno. Los alemanes perdieron un par de docenas de panzer y unas 200-300 bajas y, pese al agotamiento, la moral de las tropas era alta. Iban a necesitarla, porque los combates tan sólo habían empezado.
Dado que es difícil encontrar mapas de la zona, he ecaneado el de Glantz. Es muy farragoso, así que he destacado en color las localidades a las que me refiero en el texto
Última edición por japa el 08 Sep 2008, 13:48, editado 1 vez en total.
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FRACASO
Ambos bandos aprovecharon la noche del 2 al 3 de mayo para reorganizar sus líneas. Konev decidió concentrar sus tropas en el área occidental, para tratar de profundizar en el área ya conquistada, y al Norte de Tirgú, entre Cucuteni y la colina 192, para envolver a la GrossDeutschland por su flanco derecho. Por su parte Manteuffel desplegó sus fuerzas en la segunda línea defensiva del ala occidental, reforzando ese sector con el batallón de ingenieros y un batallón adicional de granaderos de la 24ª pzDiv fue enviado a la zona al norte de Tirgú. En cuanto a las fuerzas acorazadas, fueron concentradas de la siguiente forma: la 24ª PzDiv al Este de Tirgú, el PzReg de la GD al noroeste de la ciudad y el Kampfgruppe de la Totenkopf en el flanco más occidental.
De nuevo el 7º de Guardias encabezó el ataque apoyado por el 5º Acorazado, pero esta vez ni siquiera lograron abrirse paso por las nuevas líneas alemanas: Manteuffel suponía que los atacantes vendrían por su flanco izquierdo y situó todo el armamento pesado con esa idea en mente: los 88, los PaK de 75 y los cañones de los panzer y StuG barrieron a los carros sin dificultades y sin apoyo acorazado los denodados esfuerzos de los Guardias fueron inútiles. Al final de la tarde el ala derecha de Konev estaba al borde del colapso.
En el sector oriental los carros del 2º Ejército Acorazado lograron abrir una brecha por Kalmú, en la zona de contacto entre los regimientos de PzGr y los fusileros. Su vanguardia llegó hasta la periferia de la ciudad, pero antes de que pudieran reagruparse o recibir refuerzos fueron atacados por los panzer y panzergrenadier de la 24ª. Los carros supervivientes fueron empujados hasta sus posiciones de partida y la brecha se cerró sin más complicaciones.
Las pérdidas de los atacantes fueron mayores que el día anterior, ya que como hemos visto los alemanes se habían preparado a fondo para ofrecerles un buen recibimiento. La lucha no resultó por ello menos dura, pero al final del día 3 los defensores de Tirgú estaban exultantes.
El 2º Frente no cejó en sus ataques. El día 4 los fusileros soviéticos volvieron a la carga pese a que apenas les apoyaban un tercio de los carros que habían iniciado el combate dos días atrás. Esta vez ni siquiera se llegó a a la ruptura. Los soldados del ER luchaban aún con valor, pero la intentona era ya a la desesperada. Finalmente Konev aceptó que carecía de suficiente fuerza como para seguir atacando las posiciones alemanas y cesó el ataque. Empero, la actividad se mantuvo parcialmente los días 5 y 6, ya que los soviéticos consideraron que si los alemanes percibían la debilidad de su situación aprovecharían para pasar a a su vez al ataque. Y en efecto, eso era lo que estaban planeando.
El día 7 los panzer arrancaron sus motores y avanzaron hacia el enemigo. El primer golpe lo dio la GD, atravesando las posiciones del 7º de Guardias. y devastando la retaguardia soviética. También fueron asaltadas las posiciones al norte de Tirgú, ya que las elevaciones de Kalmú (la colina 254) ofrecían un excelente campo de observación para la artillería, y su posesión era prioritaria para los soviéticos. Las posiciones al sur de Cucuteni también estaban bajo ataque y finalmente Konev envió los restos del 2º Ejército Acorazado ( el 5º estaba reagrupándose más al Norte) a restablecer la situación. Entonces Manteuffel se replegó, ya que su ataque era principalmente una distracción
El asalto principal fue llevado a cabo por la 24ª PzDiv, con su flanco izquierdo cubierto por la GD. Su objetivo era sobrepasar las posiciones al noroeste de Kalmú y se movieron a toda velocidad, sin preocuparse por sus flancos. Igualmente eliminaron las posiciones enemigas entre Kalmú y Polieni; los alemanes establecieron una nueva línea defensiva más al norte, recuperando así todo el terreno que habían ganado los soviéticos al comienzo de la lucha.
Konev ordenó que se reconquistaran las posiciones de Kalmú, pero los agotados fusileros se estrellaron infructuosamente contra las defensas germanas y finalmente el 2º Frente recibió la orden de cesar todas las operaciones y pasar a la defensiva. Era el fin de la amenaza sobre Rumanía: con Tirgú firmemente asegurada, la ruta hacia Ploesti quedaba cerrada.
Ambos bandos aprovecharon la noche del 2 al 3 de mayo para reorganizar sus líneas. Konev decidió concentrar sus tropas en el área occidental, para tratar de profundizar en el área ya conquistada, y al Norte de Tirgú, entre Cucuteni y la colina 192, para envolver a la GrossDeutschland por su flanco derecho. Por su parte Manteuffel desplegó sus fuerzas en la segunda línea defensiva del ala occidental, reforzando ese sector con el batallón de ingenieros y un batallón adicional de granaderos de la 24ª pzDiv fue enviado a la zona al norte de Tirgú. En cuanto a las fuerzas acorazadas, fueron concentradas de la siguiente forma: la 24ª PzDiv al Este de Tirgú, el PzReg de la GD al noroeste de la ciudad y el Kampfgruppe de la Totenkopf en el flanco más occidental.
De nuevo el 7º de Guardias encabezó el ataque apoyado por el 5º Acorazado, pero esta vez ni siquiera lograron abrirse paso por las nuevas líneas alemanas: Manteuffel suponía que los atacantes vendrían por su flanco izquierdo y situó todo el armamento pesado con esa idea en mente: los 88, los PaK de 75 y los cañones de los panzer y StuG barrieron a los carros sin dificultades y sin apoyo acorazado los denodados esfuerzos de los Guardias fueron inútiles. Al final de la tarde el ala derecha de Konev estaba al borde del colapso.
En el sector oriental los carros del 2º Ejército Acorazado lograron abrir una brecha por Kalmú, en la zona de contacto entre los regimientos de PzGr y los fusileros. Su vanguardia llegó hasta la periferia de la ciudad, pero antes de que pudieran reagruparse o recibir refuerzos fueron atacados por los panzer y panzergrenadier de la 24ª. Los carros supervivientes fueron empujados hasta sus posiciones de partida y la brecha se cerró sin más complicaciones.
Las pérdidas de los atacantes fueron mayores que el día anterior, ya que como hemos visto los alemanes se habían preparado a fondo para ofrecerles un buen recibimiento. La lucha no resultó por ello menos dura, pero al final del día 3 los defensores de Tirgú estaban exultantes.
El 2º Frente no cejó en sus ataques. El día 4 los fusileros soviéticos volvieron a la carga pese a que apenas les apoyaban un tercio de los carros que habían iniciado el combate dos días atrás. Esta vez ni siquiera se llegó a a la ruptura. Los soldados del ER luchaban aún con valor, pero la intentona era ya a la desesperada. Finalmente Konev aceptó que carecía de suficiente fuerza como para seguir atacando las posiciones alemanas y cesó el ataque. Empero, la actividad se mantuvo parcialmente los días 5 y 6, ya que los soviéticos consideraron que si los alemanes percibían la debilidad de su situación aprovecharían para pasar a a su vez al ataque. Y en efecto, eso era lo que estaban planeando.
El día 7 los panzer arrancaron sus motores y avanzaron hacia el enemigo. El primer golpe lo dio la GD, atravesando las posiciones del 7º de Guardias. y devastando la retaguardia soviética. También fueron asaltadas las posiciones al norte de Tirgú, ya que las elevaciones de Kalmú (la colina 254) ofrecían un excelente campo de observación para la artillería, y su posesión era prioritaria para los soviéticos. Las posiciones al sur de Cucuteni también estaban bajo ataque y finalmente Konev envió los restos del 2º Ejército Acorazado ( el 5º estaba reagrupándose más al Norte) a restablecer la situación. Entonces Manteuffel se replegó, ya que su ataque era principalmente una distracción
El asalto principal fue llevado a cabo por la 24ª PzDiv, con su flanco izquierdo cubierto por la GD. Su objetivo era sobrepasar las posiciones al noroeste de Kalmú y se movieron a toda velocidad, sin preocuparse por sus flancos. Igualmente eliminaron las posiciones enemigas entre Kalmú y Polieni; los alemanes establecieron una nueva línea defensiva más al norte, recuperando así todo el terreno que habían ganado los soviéticos al comienzo de la lucha.
Konev ordenó que se reconquistaran las posiciones de Kalmú, pero los agotados fusileros se estrellaron infructuosamente contra las defensas germanas y finalmente el 2º Frente recibió la orden de cesar todas las operaciones y pasar a la defensiva. Era el fin de la amenaza sobre Rumanía: con Tirgú firmemente asegurada, la ruta hacia Ploesti quedaba cerrada.
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- Sargento
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Cuando uno no ve la II Guera Mundial en profundidad, parece que del 39 al 42 el avance alemán fue una marea incontenible y a partir de ahí pasa todo lo contrario, pero metiéndose en detalle se da uno cuenta de la tenacidad con la que lucharon los defensores en todo momento, digna de los espartanos de Leónidas en las Termópilas. Sin duda alguna en el frente Este esto se acrecienta, pues los combatientes ya sabían que a ellos y a sus familiares y conocidos les esperaba un horrible futuro en caso de derrota. El hecho de que los alemanes no respetaran la Convención de Ginebra muy allá (sólo he leído cosas buenas de Rommel en este sentido), en el frente Este no lo respetaran lo más mínimo y que los rusos ni tan siquiera lo habían firmado, era un agravante más.
Saludos.
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Esta tarde he estado leyendo un breve artículo de Arthur G. Volz, un militar estadounidense actualmente retirado en Alemania, en el último número publicado del Journal of Slavic Military History, correspondiente a Julio de este mismo año (la referencia bibliográfica la detallaré al final). Espero que resulte de vuestro interés
Este investigador ha hallado, en el Bundersarchiv-Militärarchiv (BA-MA) -sito en Friburgo y Breisgau- la traducción parcial al alemán de un informe de inteligencia soviético fechado en Septiembre de 1943.
Dicho informe consistía en diversas estimaciones de la producción alemana de tanques en 1942 y 1943 que, a continuación detallaré; el autor contrasta estas cifras con las "reales", extraídas de la Tabla 104 del Annexo de The Effects of Strategic Bombing on the Germany War Economy, presentado por el US Strategic Bombing Survey el 31-X-1945. La cifra total estimada de tanques ligeros, medianos y pesados ascendía hasta un total de 19.800 tanques en 1942, cuando realidad estuvo sobre los 6.000 El autor también hace observar que para dicho año los Pzkpfw IV fueron contados como "tanques pesados" (p. 588).
Las cifras mensuales estimadas de 1943 ya estaban desglosadas en en "ligeros", "medianos" (contabilizándose ya entre estos los Pzkpfw IV) y "pesados" (conformado este último por Tigers y Panthers), detallándose, respectivamente, en 480-500, 950-1.000 y 200-250, con un total mensual que ascendía hasta una cifra estimada de 1.30-1.750, resultando en una estimación anual potencial de 19.650-21.000. A esta cifra se aplicaba un factor corrector a la baja del 25%, apreciando en este factor los efectos de las campañas de bombardeo estratégico aliado sobre Alemania, resultando en una cifra estimada final de 14.670-15.750. En la realidad, dicha cifra sólo ascendió a los 12.000 (p. 589). En este sentido, el autor hace observar que the general rise in German tank production was not noticed (p. 589).
Estas estimaciones soviéticas (clamorosamente exageradas) no eran de su patrimonio exclusivo, ya que los servicios de inteligencia aliados estimaron la cifra de tanques producidos en 1942 en 18.000 (p. 589). Pero en 1943 ya empezaron a aplicar criterios de análisis más ajustados, como tener en cuenta los números de serie de fábrica de los equipos capturados o recuperados, resultando las cifras correespondientes para 1942 drásticamente rebajadas hasta sólo 4.000 (p. 589).
Para verano de 1944, al aumentar exponencialmente la disponibilidad de documentos y equipos capturados, las estimaciones ya pudieron desglosarse según modelos. Pero a la hora de estimar la cifra correspondiente de cañones de asalto, el error (a la baja) respecto a las cifras reales fue enorme: del 71% para 1942 y del 62% para 1943.
Por último, el autor resalta que los servicios de inteligencia alemanes también fueron modificando sus criterios de análisis, resultando en estimaciones sorprendentemente ajustadas. A modo de ejemplo, el autor menciona que en septiembre de 1944 la inteligencia militar alemana estimó que la producción de T-34 en 1943 había ascendido a 15.610 unidades, siendo en realidad 15.821 (p. 590). El autor propone que parece ser que los soviéticos apreciaron este grado de fiabilidad en las estimaciones alemanas, alarmándoles hasta que, posiblemente, motivó la modificación de los números de serie de fábrica de las unidades producidas desde enero de 1945 (p. 590).
En fin, sólo me falta detallar la correspondiente referencia bibliográfica:
- VOLZ, Arthur G. "A Soviet Estimate of German Tank Production", Journal of Slavic Military History, vol. 21 nº 3, pp. 588-590. Routledge, Abingdon-Nueva York (2008). 3 páginas.
Un saludo,
Este investigador ha hallado, en el Bundersarchiv-Militärarchiv (BA-MA) -sito en Friburgo y Breisgau- la traducción parcial al alemán de un informe de inteligencia soviético fechado en Septiembre de 1943.
Dicho informe consistía en diversas estimaciones de la producción alemana de tanques en 1942 y 1943 que, a continuación detallaré; el autor contrasta estas cifras con las "reales", extraídas de la Tabla 104 del Annexo de The Effects of Strategic Bombing on the Germany War Economy, presentado por el US Strategic Bombing Survey el 31-X-1945. La cifra total estimada de tanques ligeros, medianos y pesados ascendía hasta un total de 19.800 tanques en 1942, cuando realidad estuvo sobre los 6.000 El autor también hace observar que para dicho año los Pzkpfw IV fueron contados como "tanques pesados" (p. 588).
Las cifras mensuales estimadas de 1943 ya estaban desglosadas en en "ligeros", "medianos" (contabilizándose ya entre estos los Pzkpfw IV) y "pesados" (conformado este último por Tigers y Panthers), detallándose, respectivamente, en 480-500, 950-1.000 y 200-250, con un total mensual que ascendía hasta una cifra estimada de 1.30-1.750, resultando en una estimación anual potencial de 19.650-21.000. A esta cifra se aplicaba un factor corrector a la baja del 25%, apreciando en este factor los efectos de las campañas de bombardeo estratégico aliado sobre Alemania, resultando en una cifra estimada final de 14.670-15.750. En la realidad, dicha cifra sólo ascendió a los 12.000 (p. 589). En este sentido, el autor hace observar que the general rise in German tank production was not noticed (p. 589).
Estas estimaciones soviéticas (clamorosamente exageradas) no eran de su patrimonio exclusivo, ya que los servicios de inteligencia aliados estimaron la cifra de tanques producidos en 1942 en 18.000 (p. 589). Pero en 1943 ya empezaron a aplicar criterios de análisis más ajustados, como tener en cuenta los números de serie de fábrica de los equipos capturados o recuperados, resultando las cifras correespondientes para 1942 drásticamente rebajadas hasta sólo 4.000 (p. 589).
Para verano de 1944, al aumentar exponencialmente la disponibilidad de documentos y equipos capturados, las estimaciones ya pudieron desglosarse según modelos. Pero a la hora de estimar la cifra correspondiente de cañones de asalto, el error (a la baja) respecto a las cifras reales fue enorme: del 71% para 1942 y del 62% para 1943.
Por último, el autor resalta que los servicios de inteligencia alemanes también fueron modificando sus criterios de análisis, resultando en estimaciones sorprendentemente ajustadas. A modo de ejemplo, el autor menciona que en septiembre de 1944 la inteligencia militar alemana estimó que la producción de T-34 en 1943 había ascendido a 15.610 unidades, siendo en realidad 15.821 (p. 590). El autor propone que parece ser que los soviéticos apreciaron este grado de fiabilidad en las estimaciones alemanas, alarmándoles hasta que, posiblemente, motivó la modificación de los números de serie de fábrica de las unidades producidas desde enero de 1945 (p. 590).
En fin, sólo me falta detallar la correspondiente referencia bibliográfica:
- VOLZ, Arthur G. "A Soviet Estimate of German Tank Production", Journal of Slavic Military History, vol. 21 nº 3, pp. 588-590. Routledge, Abingdon-Nueva York (2008). 3 páginas.
Un saludo,
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Una claración: cuando empecé a prepara ste apartado clasifiqué los combates de Tirgú como una operación subsidiaria de Bagration. Al estudiar la documentación estas semanas me encontré con que no fue así, ya que en todo caso esta ofensiva debe verse como un colofón de la de Ucrania en marzo. Así pues, en la versión definitiva del tema irá situada al final del apartado "El hundimiento del Frente Sur". Si esta operación resultó en un engaño para la Inteligencia alemana fue por error alemán, no por previsión soviética. Mis disculpas por el enfollonamiento. Como disculpa sólo puedo aducir que incluso a fecha de hoy casi todas las referencias sobre Tirgú Frumós insisten en la "operación de distracción" y me ha costado sacarme la idea de la cabeza.
ERRORES Y ACIERTOS
Las consecuencias de los combates en Tirgú Frumós fueron inmediatas: Malinovsky reemplazó a Konev al mando del 2º Frente Ucraniano, siendo a su vez sustituido en el 3º Frente por Tolbukhin. Zukhov, por su parte, fue puesto al mando conjunto de los frentes ucranianos y Konev le reemplazó en el 1º Frente, ya que pese al fracaso de la ofensiva hacia Rumanía Stavka consideró que era un jefe capaz y agresivo.
Hubo reemplazos a niveles menores, pero en general las conclusiones que se extrajeron de la lucha estuvieron más cercanas a la autocrítica que a la purga: se habían cometido errores claros y se tomaron las medidas necesarias para no repetirlos.
El más evidente fue la precipitación: apurar el ímpetu de las operaciones de abril fue una opción lógica, pero en el momento en que se recrudeció la resistencia enemiga debió desistirse de más acciones ofensivas a corto plazo. Las tropas de Konev estaban agotadas, sus carros llevaban rodando casi dos meses y la logística trabajaba en unas condiciones que rozaban la ruptura. Las tropas que habían reforzado al 2º Frente, sobre todo el 5º Acorazado de Guardias, estaban en un estado similar y la marcha de aproximación hasta las nuevas posiciones no mejoró su estado. Finalmente el empeño en mantener un esquema ofensivo rígido y predecible llevó a una absurda lucha de desgaste en la que el atacante llevó la peor parte.
El adiestramiento de la tropa era deficitario, sobre todo entre las nuevas hornadas de reclutas, lo que hizo imposible una adecuada cooperación interarmas. Tampoco funcionó bien el apoyo aéreo. La artillería apoyó adecuadamente el inicio del avance, pero una vez superada la primera línea de defensas los fusileros se encontraron sin ayuda, sobre todo cuando los carros y cazacarros les sobrepasaron en su avance, primero, y su retirada después. Cuando los alemanes contraatacaron los soldados soviéticos tuvieron que hacerles frente por sus propios medios, con sus fusiles CC y los escasos cañones de 76 que pudieron acompañarles en la lucha. En resumen, si en el nivel operativo las cosas no fueron muy bien, al nivel táctico fueron desastrosas.
Por contra los alemanes hicieron su trabajo con gran eficacia: la velocidad de su reacción fue asombrosa, sobre todo si tenemos en cuenta que el Grupo Sur estaba luchando en retirada desde hacía más de un mes y la mayor parte de las fuerzas panzer en la zona estaban a primeros de abril reducidas al esqueleto. Tan decisiva como la rapidez con la que actuaron fue la eficacia de su táctica defensiva, en la que se puso en práctica la bien probada fórmula de la defensa flexible. El conocimiento del terreno y la experiencia permitió a los germanos predecir adecuadamente los movimientos del enemigo y localizar los puntos de peligro a tiempo (como sucedió en la colina 192). Quizás el factor operativo más importante fue la libertad de acción de que gozaron tanto Manteuffel como Edelsheim: la propia rapidez de los acontecimientos evitó que el OKW pudiera interferir en el desarrollo de la lucha y los defensores pudieron adaptarse con fluidez a las circunstancias del combate, cediendo terreno cuando fue necesario y concentrando su esfuerzo en los puntos críticos.
El empleo de los medios pesados disponibles fue impecable. Los StuG actuaron sobre todo en emboscada, apoyando los puntos fuertes de la defensa alemana mientras los Tiger disponibles (equivalentes a algo más de tres compañías) se usaron como rompeolas contra las avanzadas de los carros enemigos y los Panther y Pz IV aprovechaban su mayor velocidad para los ataques de flanco. En los combates de los días 3 y 4 de mayo los largos 75 de los Pz V barrieron sin miramientos a las columnas de T-34 y, como hemos visto, la maniobrabilidad de los Pz IV les permitieron batir incluso a los poderosos IS. La artillería actuó con gran solvencia, tanto los ubicuos PaK de 75 como las baterías de 88 emplazadas en posiciones de retaguardia. Como hemos visto también la Luftwaffe hizo gala de su eficacia pese a la dura oposición de los cazas de la Estrella Roja. Entre todos tendieron una mortal red de fuego en la que la ofensiva soviética quedó atrapada.
Los carros pesados, IS, en particular, merecieron la atención de Manteuffel, ya que con ellos la ventaja de los Tiger se veía seriamente amenazada. La facilidad con que fueron neutralizados se debió, en opinión del general, a un uso incorrecto por parte tanto de los mandos como de las tripulaciones que no se habían familiarizado con ellos. No era de presumir que esas circunstancias volvieran a repetirse, del mismo modo que no era esperable que los soviéticos volvieran a caer en errores tan evidentes como los vistos en esas semanas de lucha.
Los combates de Tirgú, al igual que los que sucedieron a lo largo de mayo entre el VI Ejército y el 3º Frente Ucraniano (y que también concluyeron en una notable victoria defensiva de los alemanes) cayeron en la trastienda de la Historia. Sólo se les empezó a prestar atención a partir de los años 60 cuando la OTAN estudió esas luchas y las llevadas a cabo en torno a Caen, como ejemplos de defensa contra fuerzas acorazadas muy superiores en número. Aún así la ofensiva hacia Rumanía siguió durante décadas maquillada con el eufemismo de "maniobra de distracción" que hemos visto aplicado a otras operaciones fracasadas. Como hemos visto, no fue tal, sino una operación en toda regla con objetivos muy ambiciosos y de haber tenido éxito hubiera acelerado en varios meses la derrota de Alemania al privarla de sus fuentes de petróleo y abrir un nuevo frente por su flanco meridional. Pero las derrotas, como es bien sabido, son huérfanas, y esta no fue diferente.
Es cierto, no obstante, que la única ventaja que se obtuvo de estos combates fue precisamente el desviar la atención del OKW. Hitler se convenció de que los soviéticos seguirían en verano la lucha en Ucrania y esa convicción jugaría en su contra. Stavka, además, aprovechó el severo correctivo recibido y se aseguró de que en las próximas operaciones no abría sorpresas.
Los generales de Stalin no se habían olvidado del frente meridional, pero decidieron que se encargarían de ese sector más adelante, una vez hubieran ajustado cuentas con el Grupo de Ejércitos Centro.
ERRORES Y ACIERTOS
Las consecuencias de los combates en Tirgú Frumós fueron inmediatas: Malinovsky reemplazó a Konev al mando del 2º Frente Ucraniano, siendo a su vez sustituido en el 3º Frente por Tolbukhin. Zukhov, por su parte, fue puesto al mando conjunto de los frentes ucranianos y Konev le reemplazó en el 1º Frente, ya que pese al fracaso de la ofensiva hacia Rumanía Stavka consideró que era un jefe capaz y agresivo.
Hubo reemplazos a niveles menores, pero en general las conclusiones que se extrajeron de la lucha estuvieron más cercanas a la autocrítica que a la purga: se habían cometido errores claros y se tomaron las medidas necesarias para no repetirlos.
El más evidente fue la precipitación: apurar el ímpetu de las operaciones de abril fue una opción lógica, pero en el momento en que se recrudeció la resistencia enemiga debió desistirse de más acciones ofensivas a corto plazo. Las tropas de Konev estaban agotadas, sus carros llevaban rodando casi dos meses y la logística trabajaba en unas condiciones que rozaban la ruptura. Las tropas que habían reforzado al 2º Frente, sobre todo el 5º Acorazado de Guardias, estaban en un estado similar y la marcha de aproximación hasta las nuevas posiciones no mejoró su estado. Finalmente el empeño en mantener un esquema ofensivo rígido y predecible llevó a una absurda lucha de desgaste en la que el atacante llevó la peor parte.
El adiestramiento de la tropa era deficitario, sobre todo entre las nuevas hornadas de reclutas, lo que hizo imposible una adecuada cooperación interarmas. Tampoco funcionó bien el apoyo aéreo. La artillería apoyó adecuadamente el inicio del avance, pero una vez superada la primera línea de defensas los fusileros se encontraron sin ayuda, sobre todo cuando los carros y cazacarros les sobrepasaron en su avance, primero, y su retirada después. Cuando los alemanes contraatacaron los soldados soviéticos tuvieron que hacerles frente por sus propios medios, con sus fusiles CC y los escasos cañones de 76 que pudieron acompañarles en la lucha. En resumen, si en el nivel operativo las cosas no fueron muy bien, al nivel táctico fueron desastrosas.
Por contra los alemanes hicieron su trabajo con gran eficacia: la velocidad de su reacción fue asombrosa, sobre todo si tenemos en cuenta que el Grupo Sur estaba luchando en retirada desde hacía más de un mes y la mayor parte de las fuerzas panzer en la zona estaban a primeros de abril reducidas al esqueleto. Tan decisiva como la rapidez con la que actuaron fue la eficacia de su táctica defensiva, en la que se puso en práctica la bien probada fórmula de la defensa flexible. El conocimiento del terreno y la experiencia permitió a los germanos predecir adecuadamente los movimientos del enemigo y localizar los puntos de peligro a tiempo (como sucedió en la colina 192). Quizás el factor operativo más importante fue la libertad de acción de que gozaron tanto Manteuffel como Edelsheim: la propia rapidez de los acontecimientos evitó que el OKW pudiera interferir en el desarrollo de la lucha y los defensores pudieron adaptarse con fluidez a las circunstancias del combate, cediendo terreno cuando fue necesario y concentrando su esfuerzo en los puntos críticos.
El empleo de los medios pesados disponibles fue impecable. Los StuG actuaron sobre todo en emboscada, apoyando los puntos fuertes de la defensa alemana mientras los Tiger disponibles (equivalentes a algo más de tres compañías) se usaron como rompeolas contra las avanzadas de los carros enemigos y los Panther y Pz IV aprovechaban su mayor velocidad para los ataques de flanco. En los combates de los días 3 y 4 de mayo los largos 75 de los Pz V barrieron sin miramientos a las columnas de T-34 y, como hemos visto, la maniobrabilidad de los Pz IV les permitieron batir incluso a los poderosos IS. La artillería actuó con gran solvencia, tanto los ubicuos PaK de 75 como las baterías de 88 emplazadas en posiciones de retaguardia. Como hemos visto también la Luftwaffe hizo gala de su eficacia pese a la dura oposición de los cazas de la Estrella Roja. Entre todos tendieron una mortal red de fuego en la que la ofensiva soviética quedó atrapada.
Los carros pesados, IS, en particular, merecieron la atención de Manteuffel, ya que con ellos la ventaja de los Tiger se veía seriamente amenazada. La facilidad con que fueron neutralizados se debió, en opinión del general, a un uso incorrecto por parte tanto de los mandos como de las tripulaciones que no se habían familiarizado con ellos. No era de presumir que esas circunstancias volvieran a repetirse, del mismo modo que no era esperable que los soviéticos volvieran a caer en errores tan evidentes como los vistos en esas semanas de lucha.
Los combates de Tirgú, al igual que los que sucedieron a lo largo de mayo entre el VI Ejército y el 3º Frente Ucraniano (y que también concluyeron en una notable victoria defensiva de los alemanes) cayeron en la trastienda de la Historia. Sólo se les empezó a prestar atención a partir de los años 60 cuando la OTAN estudió esas luchas y las llevadas a cabo en torno a Caen, como ejemplos de defensa contra fuerzas acorazadas muy superiores en número. Aún así la ofensiva hacia Rumanía siguió durante décadas maquillada con el eufemismo de "maniobra de distracción" que hemos visto aplicado a otras operaciones fracasadas. Como hemos visto, no fue tal, sino una operación en toda regla con objetivos muy ambiciosos y de haber tenido éxito hubiera acelerado en varios meses la derrota de Alemania al privarla de sus fuentes de petróleo y abrir un nuevo frente por su flanco meridional. Pero las derrotas, como es bien sabido, son huérfanas, y esta no fue diferente.
Es cierto, no obstante, que la única ventaja que se obtuvo de estos combates fue precisamente el desviar la atención del OKW. Hitler se convenció de que los soviéticos seguirían en verano la lucha en Ucrania y esa convicción jugaría en su contra. Stavka, además, aprovechó el severo correctivo recibido y se aseguró de que en las próximas operaciones no abría sorpresas.
Los generales de Stalin no se habían olvidado del frente meridional, pero decidieron que se encargarían de ese sector más adelante, una vez hubieran ajustado cuentas con el Grupo de Ejércitos Centro.
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BAGRATION
PRELIMINARES
La lucha en Crimea concluyó con la liberación de Sebastopol el 9 de mayo. Aunque fue posible evacuar por mar parte de las tropas, la derrota dejó aún más en precario la alianza con los rumanos. El Conducator Antonescu suplicó en su momento que las fuerzas rumanas fueran sacadas de ahí para enviarlas a defender las fronteras nacionales. El desprecio mostrado por Hitler hacia su aliado acabó por disolver cualquier lazo entre ambas naciones. Bucarest negociaba desde hacía meses con los aliados en Suecia y en junio se pidió secretamente a los soviéticos que plantearan sus condiciones.
Helsinki también estaba tratando de salir de la pesadilla. Al contrario que los restantes aliados de Alemania, Finlandia no tenía sobre su cabeza la amenaza de una ocupación nazi, ni había entre su gente una quinta columna favorable al fascismo. Además los angloamericanos veían con simpatía la causa de los fineses y el propio Stalin consideraba que era preferible no obligarles a combatir hasta el final.
El 10 de junio el Frente de Leningrado inició su ofensiva hacia el Istmo de Karelia. Los alemanes prometieron todo tipo de apoyos y enviaron veladas amenazas, pero los fineses no se dejaron engañar ni amedrentar. El ejército finés combatió con valor e incluso logró frenar una segunda ofensiva más al norte a mediados de mes (en la batalla de Ilomantsi) pero el presidente Ryti y el general Mannerheim (comandante en jefe del ejército) ya habían decidido la ruta a seguir.
La campaña de desinformación en el frente se llevó a cabo a una escala nunca vista, y el éxito de estas medidas supero cualquier expectativa.
La parte más difícil era trasladar y acantonar las fuerzas necesarias en el sector central sin que los alemanes se apercibieran. La VVS se empleó a fondo y negó a la Luftwaffe la posibilidad de realizar operaciones de reconocimiento en las áreas donde se estaba realizando la concentración o las rutas de transporte, permitiendo en cambio ocasionales vuelos en los lugares de Ucrania donde, aparentemente, se reagrupaban las tropas que iban a participar en la ofensiva contra las fuerzas de Model. Igualmente las unidades asignadas a los Frentes Ucranianos empezaron a desplegar una frenética actividad de transporte, logrando así aparentar una masiva llegada y despliegue de refuerzos
El silencio de las comunicaciones entre las unidades que sí iban a tomar parte de la ofensiva fue casi absoluto, a la vez que se multiplicó el ruido radiofónico frente al GrE NU. La escucha de radio, como hemos visto, era la principal fuente de información para la Inteligencia alemana, y en ningún momento se les pasó por la cabeza que los soviéticos fueran capaz de engañarles. La eficacia de la tapadera radiofónica fue tal que el 5º Acorazado de Guardias pudo trasladarse a Bielorrusia mientras los alemanes, que sabían que esa agrupación encabezaría cualquier ofensiva enemiga, lo tenían bien localizado en el 1º Frente Ucraniano,
Mover semejante volumen de tropas en un plazo tan corto y sin despertar ninguna sospecha era de todo punto imposible, y en el Grupo de Ejércitos Centro sí se apercibieron de que la amenaza que crecía ante ellos era muy superior a lo que creían en el Estado Mayor, pero sus advertencias cayeron en saco roto: los soviéticos lograron hacer creer que se preparaba un ataque secundario en Bielorrusia con el fin de distraer la atención del OKW de Ucrania. De este modo los pocos indicios que se recibían en el cuartel del Führer no llamaron demasiado la atención y los informes que se recibían desde Bielorrusia fueron tachados de alarmistas y exagerados.
La estructura de mando alemana hizo más efectiva aún la Maskirovka ya que Model se preparó a fondo para enfrentar la amenaza en Ucrania y Hitler no tuvo ningún inconveniente en apoyar las peticiones de su mariscal favorito. El GrE NU no sólo se llevó la parte del león de los refuerzos disponibles sino que logró que la principal fuerza acorazada a disposición del GrE Centro, el 58 PzKorp, fuera puesta bajo sus órdenes. Igualmente cuatro batallones pesados (SpzAbt 505, 506, 507 y 509) estaban a su disposición.
En esas condiciones el OKW consideró que Model estaba en condiciones de rechazar de forma contundente a los soviéticos ganando una importante victoria y asegurando el frente oriental para lo que quedaba del año. Ante semejante perspectiva empezaron a confundir sus deseos con la realidad y prestaron oídos sordos a cualquier dato que no apuntara a una ofensiva enemiga en Ucrania. Para empeorar las cosas el jefe del GrE Centro, el mariscal Busch, era un hombre pusilánime y acomodaticio, que carecía del carisma de Model y no era capaz de discutir las directrices que recibía del Cuartel General.
Y así, los propios alemanes estaban colaborando activamente a preparar el escenario de su mayor derrota.
PRELIMINARES
La lucha en Crimea concluyó con la liberación de Sebastopol el 9 de mayo. Aunque fue posible evacuar por mar parte de las tropas, la derrota dejó aún más en precario la alianza con los rumanos. El Conducator Antonescu suplicó en su momento que las fuerzas rumanas fueran sacadas de ahí para enviarlas a defender las fronteras nacionales. El desprecio mostrado por Hitler hacia su aliado acabó por disolver cualquier lazo entre ambas naciones. Bucarest negociaba desde hacía meses con los aliados en Suecia y en junio se pidió secretamente a los soviéticos que plantearan sus condiciones.
Helsinki también estaba tratando de salir de la pesadilla. Al contrario que los restantes aliados de Alemania, Finlandia no tenía sobre su cabeza la amenaza de una ocupación nazi, ni había entre su gente una quinta columna favorable al fascismo. Además los angloamericanos veían con simpatía la causa de los fineses y el propio Stalin consideraba que era preferible no obligarles a combatir hasta el final.
El 10 de junio el Frente de Leningrado inició su ofensiva hacia el Istmo de Karelia. Los alemanes prometieron todo tipo de apoyos y enviaron veladas amenazas, pero los fineses no se dejaron engañar ni amedrentar. El ejército finés combatió con valor e incluso logró frenar una segunda ofensiva más al norte a mediados de mes (en la batalla de Ilomantsi) pero el presidente Ryti y el general Mannerheim (comandante en jefe del ejército) ya habían decidido la ruta a seguir.
La campaña de desinformación en el frente se llevó a cabo a una escala nunca vista, y el éxito de estas medidas supero cualquier expectativa.
La parte más difícil era trasladar y acantonar las fuerzas necesarias en el sector central sin que los alemanes se apercibieran. La VVS se empleó a fondo y negó a la Luftwaffe la posibilidad de realizar operaciones de reconocimiento en las áreas donde se estaba realizando la concentración o las rutas de transporte, permitiendo en cambio ocasionales vuelos en los lugares de Ucrania donde, aparentemente, se reagrupaban las tropas que iban a participar en la ofensiva contra las fuerzas de Model. Igualmente las unidades asignadas a los Frentes Ucranianos empezaron a desplegar una frenética actividad de transporte, logrando así aparentar una masiva llegada y despliegue de refuerzos
El silencio de las comunicaciones entre las unidades que sí iban a tomar parte de la ofensiva fue casi absoluto, a la vez que se multiplicó el ruido radiofónico frente al GrE NU. La escucha de radio, como hemos visto, era la principal fuente de información para la Inteligencia alemana, y en ningún momento se les pasó por la cabeza que los soviéticos fueran capaz de engañarles. La eficacia de la tapadera radiofónica fue tal que el 5º Acorazado de Guardias pudo trasladarse a Bielorrusia mientras los alemanes, que sabían que esa agrupación encabezaría cualquier ofensiva enemiga, lo tenían bien localizado en el 1º Frente Ucraniano,
Mover semejante volumen de tropas en un plazo tan corto y sin despertar ninguna sospecha era de todo punto imposible, y en el Grupo de Ejércitos Centro sí se apercibieron de que la amenaza que crecía ante ellos era muy superior a lo que creían en el Estado Mayor, pero sus advertencias cayeron en saco roto: los soviéticos lograron hacer creer que se preparaba un ataque secundario en Bielorrusia con el fin de distraer la atención del OKW de Ucrania. De este modo los pocos indicios que se recibían en el cuartel del Führer no llamaron demasiado la atención y los informes que se recibían desde Bielorrusia fueron tachados de alarmistas y exagerados.
La estructura de mando alemana hizo más efectiva aún la Maskirovka ya que Model se preparó a fondo para enfrentar la amenaza en Ucrania y Hitler no tuvo ningún inconveniente en apoyar las peticiones de su mariscal favorito. El GrE NU no sólo se llevó la parte del león de los refuerzos disponibles sino que logró que la principal fuerza acorazada a disposición del GrE Centro, el 58 PzKorp, fuera puesta bajo sus órdenes. Igualmente cuatro batallones pesados (SpzAbt 505, 506, 507 y 509) estaban a su disposición.
En esas condiciones el OKW consideró que Model estaba en condiciones de rechazar de forma contundente a los soviéticos ganando una importante victoria y asegurando el frente oriental para lo que quedaba del año. Ante semejante perspectiva empezaron a confundir sus deseos con la realidad y prestaron oídos sordos a cualquier dato que no apuntara a una ofensiva enemiga en Ucrania. Para empeorar las cosas el jefe del GrE Centro, el mariscal Busch, era un hombre pusilánime y acomodaticio, que carecía del carisma de Model y no era capaz de discutir las directrices que recibía del Cuartel General.
Y así, los propios alemanes estaban colaborando activamente a preparar el escenario de su mayor derrota.
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LOS CONTENDIENTES
A fecha del 21 de junio el GrE Centro desplegaba 45 divisiones, entre ellas una PzDiv y tres PzGrDiv. Junto a las unidades menores el volumen total del Grupo era de unas 55 divisiones. Las tropas combatientes sumaban unos 400000 hombres, con un volumen similar de efectivos en unidades administrativas, de transporte, seguridad… Las unidades acorazadas a su disposición en ese momento eran la 20ª PzDiv, que contaba con unos 60 carros, y el 501 SpzAbt, cuya plantilla sumaba 29 Tiger I. En conjunto el Grupo disponía de algo más de medio millar de StuG y algunos centenares de PanzerJager . Como podemos ver, la Panzerwaffe iba a estar prácticamente ausente en una de las mayores batallas de la guerra, al menos al comienzo.
Las fuerzas panzer estaban adscritas a la reserva del Grupo, más la PzGrDiv Feldherrnhalle y la 14ª InfDiv. También lo estaban las unidades de guarnición en las FesterPlatz, pero sólo de modo nominal ya que su movilidad era nula y las Fester estaban prácticamente en primera línea. La calidad de las tropas era muy variable, desde divisiones veteranas como la 14ª PzGrDiv hasta unidades de nulo valor combativo como las LufDiv 4ª y 6ª.
Las posiciones defensivas eran sólidas y había una razonable profundidad de líneas. El volumen de artillería a disposición del Grupo Centro también era aceptable para los parámetros del Frente Oriental, con algo más de 9000 piezas de todos los tipos. En el aspecto logístico la situación era buena, ya que el sector central estaba bien comunicado y no había experimentado demasiados cambios en tres años, así que se disponía de buenas reservas de munición, combustible y avituallamientos de todo tipo, así como de unas líneas de comunicación bien definidas.
La LF VI disponía de cerca de 800 aviones de combate. SIn embargo esta flota carecía prácticamente de cazas (sólo unos cincuenta para todo el frente) luego en una situación defensiva su utilidad era muy reducida.
El mariscal Busch, como ya hemos comentado, era un hombre sin carácter y tenía el unánime desprecio de sus subordinados, que sabían que en una crisis no tendrían ningún apoyo frente a las exigencias del OKW y deberían asumir cualquier orden por irracional que fuera. Sin embargo los mandos de Ejército y los jefes divisionarios, en general, eran hombres decididos, bien preparados y comprometidos con sus tropas. El despliegue del GrE Centro, de norte a Sur, era:
• III PzArm, al mando del general Reinhardt. Un PzArm que, por supuesto, no tenía ni una sola PzDiv, ya que desplegaba seis InfDiv y dos LufDiv. Su sector del frente iba de Vitebsk a Orsha.
• IV Ejército (general Tippelskirch), desde Orsha hasta el norte de Bobruisk. Con mucho era la agrupación más fuerte del GrE Centro ya que disponía de las PzGrDiv 18ª y 25ª, la división de asalto (StDiv) 78 (una InfDiv especialmente reforzada), 7 InfDiv y una división de seguridad (encargada de vigilar la retaguardia)
• 9º Ejército (general Jordan), desde Bobruisk hasta el comienzo de las marismas de Pripyat. Incluía 10 InfDiv
• 2º Ejército (general Weiss) al Oeste de las marismas. Era la fuerza más débil de todas con tres divisiones de seguridad y una de entrenamiento. Como puede suponerse, sus funciones eran de retaguardia, ya que se consideraba que las propias marismas aseguraban el frente
En su conjunto estas fuerzas no eran despreciables, ni mucho menos, pero las que Stavka desplegó contra ellas eran abrumadoras.
A fecha del 21 de junio el GrE Centro desplegaba 45 divisiones, entre ellas una PzDiv y tres PzGrDiv. Junto a las unidades menores el volumen total del Grupo era de unas 55 divisiones. Las tropas combatientes sumaban unos 400000 hombres, con un volumen similar de efectivos en unidades administrativas, de transporte, seguridad… Las unidades acorazadas a su disposición en ese momento eran la 20ª PzDiv, que contaba con unos 60 carros, y el 501 SpzAbt, cuya plantilla sumaba 29 Tiger I. En conjunto el Grupo disponía de algo más de medio millar de StuG y algunos centenares de PanzerJager . Como podemos ver, la Panzerwaffe iba a estar prácticamente ausente en una de las mayores batallas de la guerra, al menos al comienzo.
Las fuerzas panzer estaban adscritas a la reserva del Grupo, más la PzGrDiv Feldherrnhalle y la 14ª InfDiv. También lo estaban las unidades de guarnición en las FesterPlatz, pero sólo de modo nominal ya que su movilidad era nula y las Fester estaban prácticamente en primera línea. La calidad de las tropas era muy variable, desde divisiones veteranas como la 14ª PzGrDiv hasta unidades de nulo valor combativo como las LufDiv 4ª y 6ª.
Las posiciones defensivas eran sólidas y había una razonable profundidad de líneas. El volumen de artillería a disposición del Grupo Centro también era aceptable para los parámetros del Frente Oriental, con algo más de 9000 piezas de todos los tipos. En el aspecto logístico la situación era buena, ya que el sector central estaba bien comunicado y no había experimentado demasiados cambios en tres años, así que se disponía de buenas reservas de munición, combustible y avituallamientos de todo tipo, así como de unas líneas de comunicación bien definidas.
La LF VI disponía de cerca de 800 aviones de combate. SIn embargo esta flota carecía prácticamente de cazas (sólo unos cincuenta para todo el frente) luego en una situación defensiva su utilidad era muy reducida.
El mariscal Busch, como ya hemos comentado, era un hombre sin carácter y tenía el unánime desprecio de sus subordinados, que sabían que en una crisis no tendrían ningún apoyo frente a las exigencias del OKW y deberían asumir cualquier orden por irracional que fuera. Sin embargo los mandos de Ejército y los jefes divisionarios, en general, eran hombres decididos, bien preparados y comprometidos con sus tropas. El despliegue del GrE Centro, de norte a Sur, era:
• III PzArm, al mando del general Reinhardt. Un PzArm que, por supuesto, no tenía ni una sola PzDiv, ya que desplegaba seis InfDiv y dos LufDiv. Su sector del frente iba de Vitebsk a Orsha.
• IV Ejército (general Tippelskirch), desde Orsha hasta el norte de Bobruisk. Con mucho era la agrupación más fuerte del GrE Centro ya que disponía de las PzGrDiv 18ª y 25ª, la división de asalto (StDiv) 78 (una InfDiv especialmente reforzada), 7 InfDiv y una división de seguridad (encargada de vigilar la retaguardia)
• 9º Ejército (general Jordan), desde Bobruisk hasta el comienzo de las marismas de Pripyat. Incluía 10 InfDiv
• 2º Ejército (general Weiss) al Oeste de las marismas. Era la fuerza más débil de todas con tres divisiones de seguridad y una de entrenamiento. Como puede suponerse, sus funciones eran de retaguardia, ya que se consideraba que las propias marismas aseguraban el frente
En su conjunto estas fuerzas no eran despreciables, ni mucho menos, pero las que Stavka desplegó contra ellas eran abrumadoras.
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LOS ATACANTES
En la operación Bagration participaron cuatro Frentes completos, reforzados por 8 cuerpos acorazados. Un Frente venía a ser equivalente a un Ejército alemán de infantería
Las plantillas divisionarias estaban bastante por debajo de su fuerza establecida, y era rara la unidad que alcanzaba el 60% de sus efectivos previstos. Incluso al 100% una división estándar soviética quedaría bastante por debajo de su contraparte germana: una división de fusileros tenia una plantilla autorizada de 9600 hombres y la media de las divisiones presentes en Bielorrusia estaba en torno a los 4-5000 hombres. Este detalle no suele mencionarse en las memorias de los generales alemanes, lo que contribuyó a la leyenda de las inagotables hordas del Este que derrotaron a Alemania. Nominalmente en Bagration participaron unas 138 divisiones de infantería, pero en la práctica esta fuerza equivaldría a unas 70 divisiones alemanas del momento.
A fin de facilitar el manejo operativo las divisiones se agrupaban en Cuerpos, cuyo volumen equivalía al de una división triangular estadounidense. No había divisiones acorazadas, sino brigadas acorazadas y mecanizadas independientes (30 en Bagration) que se asignaban como apoyo a los Cuerpos de Infantería durante la ruptura o actuaban de forma independiente en Cuerpos Acorazados ( de tres brigadas, de nuevo equivalentes en fuerza a una división americana) para la explotación. Además del apoyo artillero divisionario los soviéticos desplegaban divisiones de Artillería a nivel Frente y Ejército (12 divisiones en Bielorrusia) en las que aparte de piezas de tipo medio se agrupaban las baterías pesadas equipadas con obuses de 210 y 240 mm.
Las tropas disponibles para la ofensiva incluían más de 1.700.000 hombres (cerca de 900000 combatientes) y casi 4000 carros y cazacarros, incluyendo centenares de los nuevos T-34/85 e IS II (y carros M-4A2 del L&L). 10500 piezas medias y pesadas, 2300 lanzacohetes y más de 4000 piezas ligeras se encargarían de apoyar la ofensiva.
El dominio del aire estaba garantizado por cinco Ejércitos Aéreos: la VVS disponía de 2300 cazas, 1700 cazabombarderos y 2100 bombarderos medios y ligeros.
El plan de ataque era sobrio, pero práctico. De Norte a Sur, el despliegue soviético era:
• 1º Frente Báltico al mando del general Bagramyan, situado ente el GrE Centro y el GrE Norte. Esta agrupación debía avanzar por la ribera septentrional del Dvina, cubriendo el flanco de la ofensiva y apoyando el ataque del 3º Frente Bielorruso. Contaba con un Cuerpo Acorazado, tres Cuerpos de Guardias y cinco Cuerpos de fusileros, más dos divisiones de Artillería.
• 3º Frente Bielorruso, dirigido por el general Chernyakovsky, desde Vitebsk a Orsha. Su misión era romper al norte del dispositivo germano y una vez superadas las defensas dirigirse hacia Minsk. En sus filas estaba el ya célebre 5º Ejército Acorazado de Guardias, del general Rotmistrov. El Frente disponía de dos Cuerpos Acorazados de Guardias, un Cuerpo Mecanizado de Guardias, uno de Caballería de Guardias, un Cuerpo de Artillería (con tres divisiones), 13 Cuerpos de Guardias y 20 Cuerpos de Fusileros, más dos divisiones adicionales de Artillería. Era el más poderoso de los Frentes implicados en la batalla
• Por contra el 2º Frente Bielorruso, del general Zakharov, era el más débil, con 7 Cuerpos de Fusileros y otro en reserva. Su función era asegurar el sector central de Bielorrusia, entre Orsha y Mogilev, sellando el cepo que tenderían sus Frentes vecinos
• La parte sur del cepo era tarea del 1º Frente Bielorruso, del general Rokossovski. Su misión era romper la línea enemiga en torno al sector de Boriusk y una vez eliminada la resistencia girar hacia el noroeste para reunirse con el 3º Frente en Minsk embolsando así al grueso del GrE Centro. Para ello tenía un Cuerpo de Artillería, un Cuerpo Acorazado de Guardias, un Cuerpo Acorazado, tres Cuerpos de Caballería de Guardias, un Cuerpo Mecanizado, uno de Guardias y 15 Cuerpos de Fusileros. El apoyo artillero corría a cargo de 5 divisiones e incluso había apoyo naval, ya que estaba a su servicio la Flotilla de Combate del Dnieper con tres brigadas de rivera.
El flanco meridional de la ofensiva soviética se apoyaba en las marismas de Pripyat, la zona más desguarnecida del frente alemán, con lo que no había amenazas por ese lado.
A las tropas regulares se sumaban 270000 guerrilleros en la retaguardia enemiga. Los tiempos en que los alemanes eran recibidos con flores en los pueblos quedaban muy atrás, gracias al amoroso trato dispensado a la población por los Uttermensch. Pese a la mitología stalinista el movimiento partisano no causó grandes daños reales al invasor, pero convirtió su retaguardia en una pesadilla por la que ni los soldados de paseo ni los convoyes mejor armados estaban a salvo. El tráfico ferroviario se vio muy afectado por los ataques de los irregulares, y los alemanes se vieron obligados a desplegar casi el 15% de sus fuerzas lejos del frente para asegurar sus comunicaciones.
Empero, la mayor contribución de los partisanos fue la información, ya que gracias a ellos Moscú tenía puntualmente informes de los desplazamientos y despliegue de las fuerzas enemigas. Con esos datos, más la impunidad del reconocimiento aéreo de la VVS, los informes cedidos por los aliados (obtenidos mediante Enigma) y los enviados por sus propios agentes, la Inteligencia soviética tenía un retrato muy exacto de las disposiciones alemanas. EN la partida de Oriente, Hitler jugaba con cartas marcadas.
El trabajo logístico para desplazar y abastecer asemejante volumen de fuerzas fue sobrehumano, ya que al mismo tiempo se estaba reabasteciendo a los Frentes de Ucrania de cara a los siguientes combates. En esta tarea resultaron de vital importancia los millares de camiones estadounidenses Studebaker que permitirían mantener el suministro a las fuerzas en avance por duro que fuera el terreno.
La misión de este impresionante despiegue de medios no era rechazar a los invasores, como en la campaña del año anterior, sino su cerco. Stavka no iba a expulsar al GrE Centro de Bielorrusia: el objetivo era aniquilarlo y, una vez solventada esa formalidad, avanzar hacia Polonia.
En la operación Bagration participaron cuatro Frentes completos, reforzados por 8 cuerpos acorazados. Un Frente venía a ser equivalente a un Ejército alemán de infantería
Las plantillas divisionarias estaban bastante por debajo de su fuerza establecida, y era rara la unidad que alcanzaba el 60% de sus efectivos previstos. Incluso al 100% una división estándar soviética quedaría bastante por debajo de su contraparte germana: una división de fusileros tenia una plantilla autorizada de 9600 hombres y la media de las divisiones presentes en Bielorrusia estaba en torno a los 4-5000 hombres. Este detalle no suele mencionarse en las memorias de los generales alemanes, lo que contribuyó a la leyenda de las inagotables hordas del Este que derrotaron a Alemania. Nominalmente en Bagration participaron unas 138 divisiones de infantería, pero en la práctica esta fuerza equivaldría a unas 70 divisiones alemanas del momento.
A fin de facilitar el manejo operativo las divisiones se agrupaban en Cuerpos, cuyo volumen equivalía al de una división triangular estadounidense. No había divisiones acorazadas, sino brigadas acorazadas y mecanizadas independientes (30 en Bagration) que se asignaban como apoyo a los Cuerpos de Infantería durante la ruptura o actuaban de forma independiente en Cuerpos Acorazados ( de tres brigadas, de nuevo equivalentes en fuerza a una división americana) para la explotación. Además del apoyo artillero divisionario los soviéticos desplegaban divisiones de Artillería a nivel Frente y Ejército (12 divisiones en Bielorrusia) en las que aparte de piezas de tipo medio se agrupaban las baterías pesadas equipadas con obuses de 210 y 240 mm.
Las tropas disponibles para la ofensiva incluían más de 1.700.000 hombres (cerca de 900000 combatientes) y casi 4000 carros y cazacarros, incluyendo centenares de los nuevos T-34/85 e IS II (y carros M-4A2 del L&L). 10500 piezas medias y pesadas, 2300 lanzacohetes y más de 4000 piezas ligeras se encargarían de apoyar la ofensiva.
El dominio del aire estaba garantizado por cinco Ejércitos Aéreos: la VVS disponía de 2300 cazas, 1700 cazabombarderos y 2100 bombarderos medios y ligeros.
El plan de ataque era sobrio, pero práctico. De Norte a Sur, el despliegue soviético era:
• 1º Frente Báltico al mando del general Bagramyan, situado ente el GrE Centro y el GrE Norte. Esta agrupación debía avanzar por la ribera septentrional del Dvina, cubriendo el flanco de la ofensiva y apoyando el ataque del 3º Frente Bielorruso. Contaba con un Cuerpo Acorazado, tres Cuerpos de Guardias y cinco Cuerpos de fusileros, más dos divisiones de Artillería.
• 3º Frente Bielorruso, dirigido por el general Chernyakovsky, desde Vitebsk a Orsha. Su misión era romper al norte del dispositivo germano y una vez superadas las defensas dirigirse hacia Minsk. En sus filas estaba el ya célebre 5º Ejército Acorazado de Guardias, del general Rotmistrov. El Frente disponía de dos Cuerpos Acorazados de Guardias, un Cuerpo Mecanizado de Guardias, uno de Caballería de Guardias, un Cuerpo de Artillería (con tres divisiones), 13 Cuerpos de Guardias y 20 Cuerpos de Fusileros, más dos divisiones adicionales de Artillería. Era el más poderoso de los Frentes implicados en la batalla
• Por contra el 2º Frente Bielorruso, del general Zakharov, era el más débil, con 7 Cuerpos de Fusileros y otro en reserva. Su función era asegurar el sector central de Bielorrusia, entre Orsha y Mogilev, sellando el cepo que tenderían sus Frentes vecinos
• La parte sur del cepo era tarea del 1º Frente Bielorruso, del general Rokossovski. Su misión era romper la línea enemiga en torno al sector de Boriusk y una vez eliminada la resistencia girar hacia el noroeste para reunirse con el 3º Frente en Minsk embolsando así al grueso del GrE Centro. Para ello tenía un Cuerpo de Artillería, un Cuerpo Acorazado de Guardias, un Cuerpo Acorazado, tres Cuerpos de Caballería de Guardias, un Cuerpo Mecanizado, uno de Guardias y 15 Cuerpos de Fusileros. El apoyo artillero corría a cargo de 5 divisiones e incluso había apoyo naval, ya que estaba a su servicio la Flotilla de Combate del Dnieper con tres brigadas de rivera.
El flanco meridional de la ofensiva soviética se apoyaba en las marismas de Pripyat, la zona más desguarnecida del frente alemán, con lo que no había amenazas por ese lado.
A las tropas regulares se sumaban 270000 guerrilleros en la retaguardia enemiga. Los tiempos en que los alemanes eran recibidos con flores en los pueblos quedaban muy atrás, gracias al amoroso trato dispensado a la población por los Uttermensch. Pese a la mitología stalinista el movimiento partisano no causó grandes daños reales al invasor, pero convirtió su retaguardia en una pesadilla por la que ni los soldados de paseo ni los convoyes mejor armados estaban a salvo. El tráfico ferroviario se vio muy afectado por los ataques de los irregulares, y los alemanes se vieron obligados a desplegar casi el 15% de sus fuerzas lejos del frente para asegurar sus comunicaciones.
Empero, la mayor contribución de los partisanos fue la información, ya que gracias a ellos Moscú tenía puntualmente informes de los desplazamientos y despliegue de las fuerzas enemigas. Con esos datos, más la impunidad del reconocimiento aéreo de la VVS, los informes cedidos por los aliados (obtenidos mediante Enigma) y los enviados por sus propios agentes, la Inteligencia soviética tenía un retrato muy exacto de las disposiciones alemanas. EN la partida de Oriente, Hitler jugaba con cartas marcadas.
El trabajo logístico para desplazar y abastecer asemejante volumen de fuerzas fue sobrehumano, ya que al mismo tiempo se estaba reabasteciendo a los Frentes de Ucrania de cara a los siguientes combates. En esta tarea resultaron de vital importancia los millares de camiones estadounidenses Studebaker que permitirían mantener el suministro a las fuerzas en avance por duro que fuera el terreno.
La misión de este impresionante despiegue de medios no era rechazar a los invasores, como en la campaña del año anterior, sino su cerco. Stavka no iba a expulsar al GrE Centro de Bielorrusia: el objetivo era aniquilarlo y, una vez solventada esa formalidad, avanzar hacia Polonia.
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japa escribió: LOS ATACANTES
Las plantillas divisionarias estaban bastante por debajo de su fuerza establecida, y era rara la unidad que alcanzaba el 60% de sus efectivos previstos. Incluso al 100% una división estándar soviética quedaría bastante por debajo de su contraparte germana: una división de fusileros tenia una plantilla autorizada de 9600 hombres y la media de las divisiones presentes en Bielorrusia estaba en torno a los 4-5000 hombres. Este detalle no suele mencionarse en las memorias de los generales alemanes, lo que contribuyó a la leyenda de las inagotables hordas del Este que derrotaron a Alemania.
Hola
Si no me equivoco, al menos al principio de la guerra, la plantilla de una división de fusileros era de 14.000 hombres (unos cuantos menos de los 17.000 de las divisiones de infantería alemanas) Si eran de 10.000 las divisiones españolas (como la 250) pero no tenía conocimiento de las divisiones tan pequeñas.
Con respecto a su plantilla, Rokossovski habla en "Deber de un soldado" de divisiones con 3-4.000 hombre como mucho durante la batalla de Moscú y tardaron bastante tiempo en tener 5-6.000 hombre (al menos en las unidades a su mando)
Saludos
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La plantilla de 9600 parece ser la estándar, al menos en la segund parte de la guerra, cuando el ER se reconstruye. Probablemente se trataba de hacer unidades con unas dimensiones más manejables, para ganar flexibilidad (creo recordar que la división triangular estadounidense también fue aligerándose en los años de la guerra fría)
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