Muy poco se habla de un frente que tambien libraron ambos contingentes, tanto los aliados como los del eje, El frente meteorológico.
Muchas de las acciones bélicas llevadas a cabo en la Segunda Guerra Mundial tuvieron algo en común: Estuvieron condicionadas al estado del tiempo para su factibilidad. Si tenemos en cuenta esta afirmación entonces comprenderemos los esfuerzos realizados por alemanes y aliados en un escenario geográfico aparentemente poco importante como es el Ártico.
Pero ¿por qué el Ártico para establecer puestos meteorológicos? La respuesta es sencilla: Los vientos que influyen en las condiciones atmosféricas de Europa y el Atlántico Norte parten de la región Ártica; por tal motivo, para obtener fuentes de información confiables sobre el estado del tiempo, era preciso la toma de acciones directas en dicha región, ya sea estableciendo puestos meteorológicos propios, como también obstaculizando y neutralizando los posibles puestos enemigos.
Como es de suponer, por la misma naturaleza de la región, los encargados de operar en el Ártico fueron pequeños pero compactos grupos de hombres, cuyas misiones eran muy específicas. Dadas las obvias circunstancias, no era concebible en este escenario la realización de grandes y espectaculares maniobras militares; tal vez ese sea el motivo por el cual este capítulo de la historia no haya despertado un interés similar al de los otros frentes de la guerra.
Se puede decir que la historia comienza en 1940; ya en mayo de dicho año, y una vez concluida la conquista de Noruega por las fuerzas germanas, la Luftwaffe inició un ciclo de vuelos regulares de “observación meteorológica”. Poco después, en septiembre de 1940, la Kriegsmarine convirtió al antiguo barco pesquero Sachsen en estación meteorológica y la destacó a la zona occidental de Islandia, aunque luego terminó por situarse en las inmediaciones de la isla Jan-Mayen. Esta isla, ubicada frente a las costas orientales de Groenlandia, manifestó su relevancia al hallarse en una posición estratégica (en el preciso centro entre Groenlandia, Noruega, Islandia y las islas Spitzberg). Los ingleses la denominaban “ Isla X” y no dejaron de mostrar interés en dominarla.
Al iniciar los vuelos de observación, los alemanes instalaron en Vaernes (cerca de Trondheim) al V equipo meteorológico, y en Banak, al sur del Cabo del Norte, una base auxiliar para los aviones que cumplían dicha labor de observación. Estos aviones en un principio se dirigían preferentemente a Islandia o a las islas Feroe; luego, desde el verano de 1941 también se hicieron vuelos bajo la isla Jan-Mayen, y en 1942 los vuelos se extendieron hasta las islas Spitzberg, el Polo Norte y Nueva Zembla.
Solo para poner un ejemplo sobre la labor “de rutina” de los aviones, diremos que estos se desplazaban entre 100 y 3000 m de altitud. Cada hora, mientras volaban, descendían hasta rozar las olas, para luego, poco antes de regresar, elevarse hasta alcanzar los 6000m, con el fin de comprobar los datos meteorológicos.
Por su parte, los aliados también decidieron intervenir en la zona ártica para compensar la presencia alemana. Una de las primeras acciones de envergadura en el sector fue la operación “Gauntlet”, la incursión a las islas Spitzberg (pertenecientes a Noruega), habitada en esos días por una población compuesta de 1300 noruegos y 2000 rusos. La misión consistía en la evacuación de la población y la inutilización de las instalaciones de las islas (los caminos, edificios mineros, telégrafo, etc.); para la operación se utilizó a una flota británica compuesta por dos cruceros, tres destructores, y el trasatlántico Empress of Canada, en el que viajaban soldados británicos, noruegos y zapadores canadienses. El grupo no tuvo que enfrentarse al enemigo pues no hallaron a un solo soldado alemán en las islas. Rápidamente se procedió a la evacuación de la sorprendida población (los noruegos a Escocia y los rusos a Arcángel) y los zapadores iniciaron su labor. Solo dejaron en pié a una emisora de radio para seguir transmitiendo información meteorológica por un breve lapso. Además tuvieron la suerte de capturar tres buques alemanes que navegaban hacia dicho sector en búsqueda de carbón. Terminado todo, los británicos se retiraron de las islas dejando a un pequeño grupo de zapadores y telegrafistas, los cuales, después de destruir la estación de radio, evacuaron definitivamente las islas a bordo de un destructor una vez que los británicos se hallaran en alta mar. Los alemanes se enteraron de la incursión aliada, solo días después.
Un mes después de la puesta en marcha de la operación “Gauntlet”, los alemanes decidieron instalar un observatorio regular en el Ártico; para ello la Luftwaffe trasladó a un grupo de 10 científicos a las cercanías de Longyearbyen. Este grupo trabajó en el lugar, desde el 25 de septiembre de 1941 hasta junio de 1942, siendo recogidos por un avión. Con esta experiencia se iniciaba el ciclo de las instalaciones de los puestos meteorológicos regulares germanos en el Ártico.
En octubre de 1941, la Kriegsmarine instaló otra estación meteorológica en las islas Spitzberg: la estación climatológica “Knöspel”, al mando del profesor Hans Knöspel. El equipo trabajó arduamente durante el invierno 1941-1942, siendo recogidos, al igual que la estación anterior, en junio de 1942. Para la época, la labor de los equipos meteorológicos fue parcialmente reemplazada por las llamadas estaciones climatológicas automáticas. Dichas estaciones, facilitaban el trabajo de la recolección de datos, pues podían funcionar hasta nueve meses sin intervención humana. Eran de dimensiones relativamente pequeñas y podían proporcionar diariamente y a una hora fija, datos sobre la temperatura, humedad, presión atmosférica, además de la fuerza y dirección del viento en la zona. Pero eso no era todo; los alemanes dispusieron también de emisoras automáticas “marítimas”, las cuales eran colocadas por submarinos o aviones, emergían a la superficie cada doce horas para comunicar los datos recogidos, y podían trabajar dos meses sin intervención humana. Los ingleses que estaban al tanto de la existencia de estos aparatos, llegaron a ofrecer a sus pescadores mil libras esterlinas por cada estación automática capturada; los pescadores ingleses iniciaron así la búsqueda de los preciosos tesoros.
Para el otoño de 1942, una nueva estación alemana, el “Grupo Meteorológico Nussbaum”, fue trasladada por la Kriegsmarine al mismo lugar donde operara la estación Knöspel meses atrás. Al mando del doctor Franz Nusser, el equipo Nussbaum ocupó las instalaciones que implementara la estación Knöspel, por lo que no tuvieron problemas en lo referente a la infraestructura. Los trabajos continuaron sin problemas hasta el 20 de abril de 1943, cuando se descubrió la presencia de un comando aliado en la bahía de Signehamma, cercana a la posición del grupo meteorológico, por lo que este tuvo que ser evacuado de regreso a Tromsö (Noruega) por un submarino.
La lucha por “el control del clima”, también afectó a Groenlandia, donde los americanos, desde el invierno de 1941, ya poseían una base aérea, como producto de un acuerdo americano – groenlandés firmado el 9 de abril de 1941, para prevenir un posible ataque alemán. Por otro lado, el gobernador de Groenlandia, Eske Brun, había promovido la creación de pequeñas unidades de esquiadores, con la misión de vigilar las costas que más peligraban. Se tomaron medidas muy puntuales en torno a la defensa de la isla. Por orden del gobernador, la población del norte de Groenlandia fue reunida en la colonia Scoresby – Sund (unas 26 personas); quince de ellas conformaban la patrulla de esquiadores del lugar. Además se constituyó el cuartel general de la patrulla en la localidad de Eskimonaes, donde siete hombres se encargaban de una emisora, la cual transmitía información meteorológica cada seis horas. En el invierno de 1942, arribaron a la colonia dos telegrafistas norteamericanos para ayudar a manejar la emisora. Una vez instalados, pudieron constatar que los alemanes ya habían colocado una emisora en Groenlandia. Las señales captadas por los norteamericanos procedían del buque Sachsen, el cual después de correr peligro en numerosas ocasiones con su misión en la isla Jan Mayern, había regresado a Noruega para luego emprender un nuevo viaje al Ártico para anclar cerca de las islas Sabinas el 27 de agosto de 1942, en la costa oriental de Groenlandia. En el Sachsen operaba el “Grupo Meteorológico Holzauge” compuesto por 27 hombres al mando del doctor Gottfried Weiss. Operaba al mismo tiempo que la estación Nussbaum lo hacia en las Spitzberg, repartiéndose ambas, de esta manera las zonas occidental y oriental de la zona ártica. La estación Holzauge no solo cumplía una labor informativa sino también constituía un puesto avanzado del mando de submarinos.
Para suerte de los miembros del Holzauge, los aliados no podían realizar incursiones aéreas mientras durase la noche polar, por lo cual la estación pudo cumplir su misión sin ser molestada a lo largo de los siguientes meses. Solo quedaba un recurso para los norteamericanos y groenlandeses en dicho intervalo de tiempo: las patrullas de esquiadores. Estas no eran muy efectivas si se toma en cuenta que debían vigilar un espacio de 1000 kilómetros con unos pocos hombres. A pesar de ello, los esquiadores continuaron con su labor.
Por fin, el 13 de marzo de 1943, una patrulla de esquiadores se encontró con el Grupo Meteorológico Holzauge, produciéndose una escaramuza en la que resultaron vencidos los esquiadores quienes huyeron dejando un muerto y uno de los trineos. Los alemanes se lanzaron a la caza de los restos de la patrulla, y en su avanzada descubrieron a la emisora de Eskimonaes la cual arrasaron. Hecho esto, los alemanes regresaron a su estación.
Los hombres del Holzauge continuaron con su trabajo hasta fines de mayo de 1943, cuando la base fue bombardeada por aviones norteamericanos B-29. El Sachsen resultó muy dañado y los aparatos climatológicos completamente destruidos, pero en los miembros del equipo no se registró baja alguna. Lograron resistir en una cabaña de emergencia hasta mediados de junio, fecha en la que fueron recogidos por un avión de regreso a Noruega.
Mientras tanto los aliados habían rehabilitado la antigua estación de Barentsberg en las Spitzberg, destruida por ellos mismos en 1941 con la operación Gauntlet. Los aliados dejaron a principalmente a elementos noruegos a cargo de la estación. En la mañana del 7 de septiembre de 1943, se recibió la información de que una formación naval de dos cruceros pesados y seis destructores navegaban rumbo a las Spitzberg. La noticia no causó alarma pues se esperaba el arribo de una formación naval británica de iguales proporciones. Pero la tranquilidad se disipó rápidamente cuando los barcos empezaron a disparar sobre la estación. Se trataba de los acorazados alemanes Tirpitz y Scharnhorst acompañados de nueve destructores con la orden de llevar a cabo la operación “Sizilien”. A pesar de que la dotación de la estación intentara en un principio repeler el ataque, la formación naval terminó por incendiar el poblado obligando a los elementos noruegos emprender una retirada desordenada hacia los interiores agrestes de la isla. Inmediatamente los grupos de demolición alemanes entraron en acción y después de tan solo cuatro horas de iniciada la operación se logró la inutilización total de las instalaciones. Es preciso señalar que aquella operación fue la última que realizaría el Tirpitz.
Los británicos repusieron la pérdida de Barentsberg a mediados de octubre de 1943, cuando una flota inglesa arribó a Longyearnbyen para levantar una nueva estación meteorológica.
Paralelamente a esta acción aliada, los alemanes dirigían al fiordo de Liefdel (norte de las Spitzberg) un nuevo equipo meteorológico, el “Kreuzritter”. El equipo trabajó con un alto grado de tranquilidad pues el sector en el que se levantó la estación no se distinguía desde el mar y era casi inalcanzable desde tierra en el caso de que alguna unidad enemiga intentara atacarla. Dadas las optimas condiciones para trabajar, el equipo llegó a realizar un ciclo de cuatro observaciones por día desde diciembre de 1943 a julio de 1944 y a lanzar más de 220 radiosondas. El equipo fue devuelto a Noruega en julio de 1944 dejando en el lugar una estación meteorológica automática. Sin embargo antes de la partida, mientras se desmantelaba la estación, el jefe de la expedición, doctor Knöspel, murió producto de un accidente con una mina.
La Kriegsmarine mandó otro equipo a la Tierra de Francisco José (en el Ártico ruso). Era el equipo meteorológico “Schatzgräber” que trabajó desde septiembre de 1943 hasta mayo de 1944, fecha en la que interrumpió abruptamente su labor, pero no por acción de los aliados: miembros del equipo lograron matar a un oso polar, para alegría de todos, pues la carne fresca era más que preferida frente a las conservas que acostumbraban consumir; el problema fue que nunca imaginaron contraer triquinosis por consumir la carne, causando el inmediato retorno de la totalidad del equipo a Noruega por motivos de salud.
Frente a las numerosas incursiones alemanas en el Ártico, los aliados montaron una estación radiolocalizadora en la isla “X” (Jan-Mayen), con el fin de conocer la situación de las estaciones que los alemanes estableciesen para que el mando aéreo se encargue de destruirlas. Cuando comenzó a operar la estación aliada, se descubrió que los alemanes nuevamente emitían informes desde la costa oriental de Groenlandia.
Las señales percibidas por los americanos de Jan Mayen, eran del Grupo Meteorológico “Bassgeiger”, dirigida por el meteorólogo Heinrich Schatzer. El equipo operaba desde el buque Coburg, el cual después de zarpar hacia su destino a fines de agosto de 1943 quedó bloqueado por los hielos cercanos a las costas groenlandesas sirviendo así de estación flotante. Los alemanes permanecieron junto al buque por varios meses hasta que el 22 de abril de 1944 fueron sorprendidos por una patrulla de trineos aliada. En el enfrentamiento murió el jefe militar de la expedición, teniente Röder. La patrulla se retiró por inferioridad numérica. Finalmente en junio de 1944, el equipo germano regresó a Noruega por medio de un hidroavión.
A pesar de los peligros que implicaban los viajes, la Kriegsmarine todavía estaba decidida en mandar más equipos al Ártico. Uno de ellos terminó en un completo fracaso: el “Edelweiss”. Este equipo comandado por el doctor Gottfried Weiss, emprendió el viaje hacia Groenlandia en agosto de 1944 a bordo del buque Kehdingen. Encontrándose para desembarcar fue sorprendido por un rompehielos americano. El submarino de escolta alemán intentó disparar sus torpedos contra el barco aliado, pero falló en todos sus tiros. Carente de suficiente combustible, el submarino emprendió la retirada abandonando al barco del equipo Edelweiss, por lo que Weiss solo atinó a elegir el único camino posible para su equipo: la rendición.
Para compensar el fracaso del “Edelweiss”, la Kriegsmarine dispuso el envío de otro equipo a Groenlandia, por lo que se organizó para la misión al “Grupo Meteorológico Edelweiss II” al mando del doctor K. Schmidt. El grupo fue trasladado a bordo del barco pesquero Externsteine en octubre de 1944. Después de dejar al equipo, el barco fue localizado por aviones de reconocimiento y apresado por un buque aliado. Pocos días más tarde el Edelweiss II fue descubierto por aparatos de reconocimiento, siendo enviados 200 soldados americanos al emplazamiento de la estación alemana para capturar a sus miembros.
La Kriegsmarine todavía dispuso el envío de dos equipo más. El “Equipo Meteorológico Haudegen”(con destino a las islas Spitzberg) al mando del doctor Wilhelm Dege y el “Equipo Meteorológico Zugvogel” (el cual debía cruzar Groenlandia y las Spitzberg) comandado por el inspector náutico Hofmann.
El equipo Zugvogel trabajó hasta octubre de 1944, cuando en su último reporte manifestó que sufría de averías. Al encontrarse a pocos cientos de kilómetros del Polo Norte, la avería significaba la catástrofe del equipo, el cual se perdió definitivamente días después de transmitido el reporte.
En septiembre de 1944 zarpó de Noruega el equipo Haudegen, arribando a la zona nororiental de las Spitzberg (isla Nordstland) el 13 de septiembre. El fin del equipo Zugvogel significó que el equipo Haudegen se convirtiera en el último equipo meteorológico que trabajara hasta el final de la guerra e incluso hasta mucho después de terminada la capitulación alemana. El equipo Haudegen fue el único equipo meteorológico que trabajó en el periodo del invierno de 1944-1945, cumpliendo una labor excepcional pese a las dificultades por las que pasaba Alemania en los últimos meses de la guerra. El grupo se dedicó a trabajos de información climática e investigaciones científicas a lo largo de su prolongada estadía. En un principio el plan manejado por el equipo era permanecer en las Spitzberg hasta el otoño de 1945, pero en los primeros meses del año recibieron la propuesta del mando alemán de continuar los trabajos meteorológicos por un año más para lo cual les suministrarían los víveres necesarios por medio de aviones. El doctor Dege terminó aceptando en vistas del buen nivel en el que se encontraba su equipo. Sin embargo la siguiente noticia que tuvieron los miembros del Haudegen no fue la de la llegada de víveres sino la derrota alemana en todos los frentes y la capitulación incondicional. Sin otra alternativa que la de seguir con sus trabajos en meteorología hasta esperar un pronto desenlace con los aliados, la estación siguió operando hasta el 3 de septiembre de 1945 cuando un buque noruego de cazadores de focas arribó al lugar donde se emplazaba el Haudegen. El 4 de septiembre el doctor Wilhelm Dege tuvo que firmar un documento de capitulación ante el jefe del barco noruego. Este hecho significó la rendición de la última unidad alemana en la segunda guerra mundial (mucho tiempo después de la capitulación incondicional en Europa) y cerró el ciclo de las operaciones en el frente del Ártico. Así pues el frente menos llamativo de la segunda guerra mundial en Occidente fue el último en cerrarse.
Felizmente para el doctor Dege, poco tiempo después pudo recuperar los datos científicos obtenidos en su travesía ártica y proseguir sus investigaciones bajo el amparo del gobierno de la Alemania Federal.
Estaciones Meteorológicas en el Artico
- Capitan rojillo
- Sargento Primero
- Mensajes: 457
- Registrado: 07 Jul 2007, 08:30
Estaciones Meteorológicas en el Artico
"La guerra es una matanza entre personas que no se conocen, para provecho de personas que sí se conocen, pero que no se matan”. decía Paul Valery.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
- Mensajes: 8241
- Registrado: 18 Dic 2003, 20:01
Buenas
Sr. Rojillo, un par de reflexiones:
- Cantidad no es siempre sinónimo de calidad. Quiero decir que abrir temas por doquier (como vd. viene haciendo) sin esperar a que se agoten los hilos previos no es la mejor forma de postear (se lo digo a modo de recomendación).
- En segundo lugar, soltar parrafadas como esta, puede tener interés siempre que aporte algo minimente original. Pero si va vd. a copiar literalmente artículos de internet, mejor ponga solo el enlace.
También, intente vd. aportar algo original o sus reflexiones al respecto, no se limite solo al típico "copy and paste". Así mejoraremos la calidad del foro.
Saludos
Sr. Rojillo, un par de reflexiones:
- Cantidad no es siempre sinónimo de calidad. Quiero decir que abrir temas por doquier (como vd. viene haciendo) sin esperar a que se agoten los hilos previos no es la mejor forma de postear (se lo digo a modo de recomendación).
- En segundo lugar, soltar parrafadas como esta, puede tener interés siempre que aporte algo minimente original. Pero si va vd. a copiar literalmente artículos de internet, mejor ponga solo el enlace.
También, intente vd. aportar algo original o sus reflexiones al respecto, no se limite solo al típico "copy and paste". Así mejoraremos la calidad del foro.
Saludos
- Capitan rojillo
- Sargento Primero
- Mensajes: 457
- Registrado: 07 Jul 2007, 08:30
Von Kleist escribió:Buenas
Sr. Rojillo, un par de reflexiones:
- Cantidad no es siempre sinónimo de calidad. Quiero decir que abrir temas por doquier (como vd. viene haciendo) sin esperar a que se agoten los hilos previos no es la mejor forma de postear (se lo digo a modo de recomendación).
- En segundo lugar, soltar parrafadas como esta, puede tener interés siempre que aporte algo minimente original. Pero si va vd. a copiar literalmente artículos de internet, mejor ponga solo el enlace.
También, intente vd. aportar algo original o sus reflexiones al respecto, no se limite solo al típico "copy and paste". Así mejoraremos la calidad del foro.
Saludos
Con el debido respeto, hare caso de sus observaciones, solo quiero aclarar que se me olvido postear al final de dicho escrito y si reconozco que varios temas son extraidos de otras partes, que efectivamente este articulo habia sido encontrado en internet, a mi no me interesa la cantidad de mensajes que postee, si no aportar temas que no se tratan y por medio de la polemica que se genera al abrir un tema, adquirir los conocimientos de los expertos en el tema y si los moderadores de este foro consideran que estoy llenando los espacios con cosas que no aportan nada, con gusto acatare sus decisiones, ya que estos acontecimientos tambien influenciaron en la epoca, o me dira que a Patton no lo freno el clima en algunas de sus operaciones, o que a los rusos tambien les ayudo el clima gelido de su territorio contra los nazis?, o la accion del clima no demora el desembarco de Normandia?
Y de igual manera bienvenidas las criticas constructivas.
"La guerra es una matanza entre personas que no se conocen, para provecho de personas que sí se conocen, pero que no se matan”. decía Paul Valery.
- adrian_pozo
- Sargento Segundo
- Mensajes: 370
- Registrado: 06 Nov 2005, 18:40
- Ubicación: Montreal
Hace tiempo me tope con este articulo y trata sobre una estación meteorológica que los alemanes instalaron en Canadá.
http://www.alpoma.net/tecob/?p=3760
saludos
http://www.alpoma.net/tecob/?p=3760
saludos
la experiencia sólo sirve si de ella se obtienen las conclusiones adecuadas
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: ClaudeBot [Bot] y 1 invitado