Esas familias son de composición social y política tan heterogénea entre sí, que a menos que destines buena pasta para mantenerlos mientras salgan a la calle, no lo harán. Menos aun si la gran mayoría de peruanos desconfía de su vecino tanto o más que de los tipos por los cuales votan, a quienes por lo demás, ni siquiera se toman la molestia de conocerlos.
No es casualidad el hecho de que buena parte de la gente que participó en las algaradas del mes pasado fuese conformado por jóvenes sin empleo y con un precario nivel de estudios. Ellos tenían poco que perder laboralmente y en más de un caso, siguen dependiendo de sus familias. No puede decirse lo mismo de la gente afectada directamente por el Covid-19. Nadie te a va alimentar gratis por salir a la calle, ni te va a resarcir económicamente por perder los pocos ingresos que consigues por tu cuenta. Ese 70% de economía informal no es broma, está compuesto por gente que debe buscar sus propios ingresos por su cuenta y riesgo todos los días. Salir a marchar equivale a cortar de plano la posibilidad de ganarse el pan. Eso sí que sería irracional.