Guerras y conflictos modernos desde 1945, como las guerras de Corea y Vietnam, hasta las de Afganistán o la Agresión de Rusia a Ucrania. La Guerra Fría.
ferrolanoexiliado escribió:Ummm, voy a hacer una predicción. No habrá uso de armas nucleares tácticas: Israel intervendrá con su aviación, fuerzas acorazadas lo dudo mucho.
Por lo demás...
Un saludo ferrolanoexiliado, bienvenido al foro. Me parece mas factible un ataque nuclear tactico a que Israel intervenga para salvar a Iran y Arabia Saudita.
Saludos
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exelentisimo relato,pero si como entiendo entrelineas israel atacaria a la urss... eso en la "vida real" seria el equivalente a un suicidio en primer lugar los sovieticos no habrian dudado en atacar al estado hebreo con todo...por otro lado la entrada de israel en el conflicto habria significado tambien la entrada de siria y libano al conflicto,es decir seria una autentica 3a guerra.sobre el uso de armas tacticas yo soy muy esceptico (perdon por los acentos...teclado gringo) aunque en los planes estaba considerado su uso la verdad es que solo serian el preludio de algo peor.
pues no estoy seguro, y aunque EEUU podía "subcontratar" de nuevo a Bin Laden para reeditar la lucha de Afganistan, me parece que la situación no sería igual y las relaciones de OBL con Irán, eran bastante tensas. En el relato no va a aparecer, aunque no sería descartable que a medio-largo plazo de la ocupación de Iran, el país se convirtiese en un foco de guerra santa para algunos grupos islámicos.
Dejo otro nuevo capitulillo.
Saludos.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
-General, caballeros, antes de que nuestras situación sea más desesperada, quizás haya llegado ya la hora...
Tras aquellas palabras, por unos momentos el silencio se hizo insoportable, la tensión creció exponencialmente en la “sala de guerra” del CENTCOM. Aquel coronel de inteligencia, agregado desde Washington para informar a los jefazos, había expresado lo que todos pensaban pero nadie se atrevía a decir en alto, o al menos no de momento. Los presentes se volvieron hacia su comandante, y el general Schwarzkopf, sin dejarse impresionar por la responsabilidad les fue devolviendo las miradas uno a uno. Necesitaba saber la opinión del resto de los hombres con los que conducía aquella guerra, antes de tomar una decisión sobre el empleo de armas nucleares tácticas, que era lo que el coronel Peabody había insinuado. Schwarzkopf recordó la directiva presidencial 63 del gobierno de la administración Carter sobre el marco de la seguridad en el Golfo Pérsico, que era la que había servido de base para crear, actualizar y potenciar las capacidades militares de los Estados Unidos en la región, y que decía más o menos literalmente, que a la luz de la invasión soviética de Afganistán, cualquier intento por una fuerza exterior de conseguir el control de la región del Golfo Pérsico, sería interpretado como un ataque a los intereses vitales de los Estados Unidos, y que sería repelido por cualquier medio necesario, incluyendo la fuerza militar. Hablaba a continuación de una serie de medidas a desarrollar para mejorar la seguridad en la región y entre ellas, la de desarrollar una amplia gama de respuestas y opciones militares contra la URSS para compensar la ventaja convencional de la Unión Soviética en la región, y aunque en ningún lugar hacía mención expresa al uso de armas nucleares, era un hecho ampliamente aceptado que los EEUU recurrirían al uso de armas nucleares tácticas en caso de invasión soviética del Golfo Pérsico, y la única razón por la que hasta ahora no se había implementado, era la necesidad de dar una oportunidad a la política y a las fuerzas convencionales para detener el conflicto y el avance soviético por el Golfo, sobre todo habida cuenta de que el despliegue de tropas convencionales aliadas se había producido razonablemente rápido, e incluso se llegó a pensar que podría bastar para detener a los rusos en su carrera por el Golfo. Había que agotar las posibilidades antes de recurrir a un armamento que podía producir una escalada del conflicto y terminar en una guerra nuclear total. Así que mientras hubiera esperanzas de contener a los rusos con las tropas sobre el terreno, la opción nuclear quedaba aparcada. Pero aquellas esperanzas se estaban agotando rápidamente. Desde el principio del asalto ruso a Arabia Saudí, habían ganado muchos kilómetros, conseguido algunos puntos importantes, principalmente en la costa y causado importantes bajas, pero la ofensiva del día de hoy y lo comprometido de la situación de las fuerzas en tierra y en el aire, hacían que los generales norteamericanos hubieran de replantearse la cuestión nuclear. Si esperaban demasiado, quizás tan solo una día más, el frente podría ceder y los rusos colarse en tropel hacia la retaguardia, avanzar y desperdigarse considerablemente, ocupando ciudades y haciendo más difícil y complejo en uso de armas nucleares tácticas, así como menos relevante, en un plano militar, su uso. De recurrir a su empleo, había que hacerlo ahora, en unas horas a más tardar. El general Schwarzkopf dudaba. Su corazón le pedía intentar aguantar unos días más, mediante el plan que había anunciado, dar más tiempo a la política y quizás a la llegada de refuerzos, pero su cerebro sabia que era un plan condenado al fracaso y le decía que la única salida viable era el uso de armas nucleares tácticas contra las fuerzas enemigas antes de que fuera tarde para incidir decisivamente en la campaña, aunque el riesgo de que la situación se fuera de las manos de los actores implicados era muy grande. El general miró a Peabody directamente.
-¿Como oficial de inteligencia ha sopesado ya la respuesta soviética a lo que insinúa, coronel? -General, con el debido respeto, creo que todos sabemos lo que implica el uso de armas nucleares de teatro. La respuesta soviética más probable sería una serie de ataques de represalia, posiblemente sobre nuestras tropas, para destruir nuestra capacidad defensiva y tratar de imponerse sobre el terreno. -¿Y quien saldría más perjudicado en ese intercambio coronel? Yo se lo diré. Nuestras tropas, aún con equipo e instrucción adecuada, no están tan mecanizadas como la suya, tenemos tres divisiones “blandas”, en las que un ataque de esas características supondría una catástrofe. Las perdidas en hombres sería terrible y nuestra defensa quedaría destrozada en cuestión de minutos. Por contra sus fuerzas mecanizadas, son objetivos “duros” llenos de tanques y vehículos blindados, que como usted bien sabe, están mejor preparados para soporta un ataque de esa naturaleza. Tendríamos que emplear armas más poderosas, con el riesgo de que fuera visto como un salto cualitativo y que respondieran a su vez con armas más poderosas,...pero bueno, que les voy a contar a ustedes que ya no sepan de todo esto. ¿De verdad es la única solución que nos queda? - pregunto casi retóricamente. Pero Peabody no se dejó intimidar, quizás por que estaba bajo los efectos de unos cuantos tragos de bourbon que había dado a escondidas en el lavabo hacía unos 20 minutos, y que le hacía tener el coraje para discutir con su comandante. -Nos quedan varias opciones más. Podemos resistir algún tiempo más y ser derrotados convencionalmente, para tener que acabar recurriendofinalmente al uso de las nucleares cuando el momento sea mucho menos propicio. O podemos retirarnos y ceder a los rusos el control del Golfo, lo que antiguamente se conocía por “rendirse”, pero creo que esa opción es ampliamente peor que lo que propongo. Y no se crean caballeros que defender esta opción me hace feliz, más bien todo lo contrario, pero no veo otra salida.
Schwarzkopf estaba un tanto perplejo ante la actitud del coronel, pero en el fondo sabía que estaba expresando lo que otros opinaban. Incluso él sabía que tenía buena parte de razón, pero se le revolvía el estomago solo de pensar en la cantidad de bajas que se produciría con las armas nucleares, y que tampoco aseguraban una victoria o ni siquiera un empate para sus armas. Quería tener la convicción absoluta de que era la única salida, aunque no sabría si podía llegar a estar totalmente convencido. Seguramente debería tomar la decisión sin estar enteramente a favor de una u otra opción. Intervino entonces el General Muhammad al-Hamad, el jefe del mando conjunto saudí.
-Espero que no estén proponiendo el uso de armas atómicas sobre suelo saudí. -Me temo que es eso exactamente de lo que estamos hablando – contestó el Vicealmirante Hank Mauz, jefe de las fuerzas navales del Mando Central. -Pues me temo que mi gobierno no lo aprobará nunca. De tener que recurrir a su uso, seguramente exigirán que sea en territorio enemigo, en la URSS o en Irak.
Unos segundos de silencio.
-General – intervino CINCCENT – atacar territorio de la URSS en esta fase del conflicto está fuera de lugar. No afectaría al curso de la campaña y su respuesta sería más devastadora. El riesgo de una guerra nuclear total sería inmensamente más alto. - El general americano se dirigió hacia un mapa de la región para plasmar sus pensamientos. - Todavía no estoy convencido de solicitar permiso para el uso de armas nucleares al Comandante en Jefe, pero de hacerlo, no podemos atacar ni en la URSS, ni en Irán o Kuwait. Las opciones que quedan son o Irak o a las unidades del frente, aquí en su país. -Eso no creo que sea posible general Schwarzkopf. Deberían buscar un blanco en el interior de Irak. -Señores, centrémonos - medió el general Chuck Horner, comandante de las fuerzas aéreas del mando Central. – Lo primero es decidir si hemos de recurrir al uso de las armas nucleares. - Miró directamente a Schwarzkopf y luego a Peabody y continuó – General, creo que el coronel tiene razón, es ahora o dejaremos escapar la mejor oportunidad para su empleo. Creo que nuestros hombres han luchado bien y han ganado tiempo, pero este se acaba. Hemos de luchar hasta las últimas consecuencias con todas las armas a nuestro alcance o, ser derrotados con casi total seguridad. Pero no se culpe por ello, simplemente no tenemos la potencia de fuego suficiente para contener a un montón de divisiones mecanizadas rusas, y nuestras líneas de abastecimiento son mucho más largas que las del enemigo, por mucha resistencia que estos encuentren en Irán. Realmente nuestras posibilidades siempre han sido escasas. -¿Tu que dices John? - dijo mirando al general Yeosock, comandante de las fuerzas terrestres de CENTCOM. -No me gusta nada la idea, y sin embargo no veo otra salida. Aunque recurriésemos a tu plan y demorásemos algo la retirada tras la línea roja, no tenemos autorizados más refuerzos terrestres, si acaso algunos pocos hombres y material para suplir perdidas. Ya has visto los listados, son claramente insuficientes para mantener el ritmo de las operaciones. Y en cuanto a las fuerzas aéreas, algo parecido. En el mejor de los casos podríamos aguantar unos pocos días más, pero después nos veríamos abocados a una derrota sin paliativos, a no ser que el Presidente o el Pentágono se aviniesen a razones y nos enviasen los refuerzos suficientes, pero hasta ahora nuestras solicitudes han caído en saco roto. -¿Podría eso cambiar si les hacen ver que la otra opción es el empleo de armas nucleares? - preguntó el general saudí. -Ya lo hemos hecho. Su respuesta ha sido que no habría más refuerzos inmediatos, pese a todo. Según los cálculos del Pentágono, las próximas divisiones y brigadas de la Guardia Nacional que debieran llegar, tardarían de tres a cuatro semanas, y no tenemos tanto tiempo, no creo ni que tengamos tres o cuatro días. -¿Y tu Hank, que opinas? -Todos estábamos de acuerdo que retirarnos tras la línea roja no tenía sentido, y que si llegaba el caso, deberíamos recurrir al uso de armas atómicas. Creo que simplemente hemos llegado a ese punto. Como creyente, pienso que podríamos agarrarnos a un clavo ardiendo, apretar los dientes e intentar resistir, y quizás un milagro haga que prevalezcamos, pero como militar, creo que solo hay una opción, y todos sabemos cual es. El riesgo es muy grande, pero si somos derrotados o abandonamos y nos retiramos, ¿donde será la próxima vez? ¿En Turquía? ¿En Corea del Sur? ¿En Berlín? Bajo mi punto de vista estamos en una encrucijada, y el destino nos ha puesto aquí, y exige de nosotros una decisión. Mi voto es que utilicemos esas malditas armas, y que Dios nos ayude.
Más silencio. Ahora todos pensaban a toda prisa. ¿Era aquello una decisión? ¿Se impondría CINCCENT con su plan y su opinión a sus ayudantes? ¿Estaba convencido este de la eficacia de lo que él había propuesto?
Finalmente el general Schwarzkopf se acercó a sus camaradas y les dijo.
-De acuerdo, parece que no nos queda otra solución razonable – anuncio con cierto pesar en su tono. - Recomendaré el uso de armas nucleares tácticas a Washington. Pero antes debemos pensar un plan para presentárselo. ¿Propuestas? -¿Y si hacemos un lanzamiento en un lugar desértico del oeste de Irak a modo de advertencia? - propuso el Vicealmirante. CINCCENT meditó unos segundos y respondió. -No estoy muy convencido. Ya se planteo algo así antes de la bomba de Hiroshima y finalmente se deshecho la idea. En este caso, nuestro enemigo podría pensar que no estamos lo suficientemente decididos a atacar a sus tropas, e incluso podrían envalentonarse y amenazarnos con contraataques. Perderíamos la iniciativa nuclear. Desde uno de los rincones de la sala, avanzó la imponente figura del general Calvin Waller. -Norman, - comenzó a hablar el segundo al mando del CENTCOM y que hasta ahora se había mantenido en silencio, y tan solo había hecho un gesto de asentimiento cuando Schwarzkopf le miró para saber si estaba de acuerdo con aquello – creo que tengo algo que puede resultar. -Adelante, te escuchamos – dijo mientras tomaba asiento. -He analizado este posible escenario desde hace unas semanas con parte del estado mayor, y hemos llegado a la conclusión que lo mejor sería no atacar a los rusos. -¿Perdón? - dijo algo desconcertado Schwarzkopf - ¿Que intentas decirnos? -Que el uso de armas nucleares contra los soviéticos, como bien se ha comentado aquí, conllevaría una respuesta similar o más destructiva por su parte contra nuestras tropas. -¿Y entonces? ¿No has dicho que tenías un plan para el uso de armas nucleares? -Y así es, solo que no contra los rusos, si no contra sus aliados iraquíes. -Pero ellos no son los que están a punto de desbordar nuestras defensas. Es cierto que han conseguido algunos avances, pero ya hemos demostrado que podemos contenerlos – argumentó el general Yeosock. -John, como sin duda sabes, las armas nucleares son un arma más política que militar. Si, nuestro objetivo serían los iraquíes, pero el mensaje iría contra los soviéticos. -¿Y que ganamos con ello si los tanques rusos siguen intactos? -Cumplir nuestras amenazas, minimizando el riesgo de una escalada atómica. -¿Como? -Lo primero, como tu mismo has notado, es que nuestro ataque no irá dirigido contra sus tropas, si no contra las de su aliado árabe. Segundo, transmitimos el mensaje a Moscú que estamos dispuestos a utilizar ese armamento, y que este ha sido un tiro de aviso, y que el próximo irá a por ellos. -Pero nos amenazarán con atacarnos de igual forma si lo hacemos. -Evidentemente, pero ahora saben que nosotros estamos dispuesto a hacer uso de dichas armas, y habremos realizado un “primer ataque”. Medirán bien su respuesta. A la vez, tenemos que ofrecerles negociaciones donde deberíamos hacerles concesiones. Me inclino por reconocer su ocupación de Irán y quizás la de Kuwait, pero eso lo dejo a los políticos. -La cuestión clave – intervino Peabody – será si los rusos están dispuestos a arriesgarse a un conflicto nuclear limitado, con la posibilidad real de una escalada importante del mismo, o se avendrán a negociar una solución pactada, si respetamos, aproximadamente, lo que han conseguido en esta guerra. -Exacto, y personalmente, así como el equipo que hemos diseñado esa solución, pensamos que las posibilidades que Moscú responda con otro lanzamiento sobre nuestras tropas son bastante más bajas que si atacamos a sus soldados directamente.
Entonces, el general saudí dijo visiblemente contrariado.
-Ustedes también tienen aliados árabes ¿Y si deciden que nosotros podemos ser un blanco para su respuesta nuclear? -Es un riesgo desde luego, pero con ese acto, creo que estaríamos viendo el deseo de los soviéticos de no hacer un intercambio con nosotros y que la situación escape de control. Aunque suene duro decirlo, podría ser incluso un buen síntoma, pero mis hombres y yo pensamos que lo más probable es no respondan, y tras unas amenazas intimidatorias, se sienten a negociar. -No lo veo nada claro – dijo el general al-Hamad. -Yo tampoco – insistió Yeosock. -Sin embargo yo lo veo factible – intervino Schwarzkopf. -Pero es muy arriesgado. -No más que las demás opciones, y a mi modo de ver esta nos da una oportunidad. ¿Tienes algún blanco en la cabeza Calvin? - preguntó Schwarzkopf que se iba haciendo a la idea. -Si. Hay un regimiento acorazado de la Guardia Republicana en la inmediata retaguardia de su sector y pueden utilizarlo en un breve plazo para intentar romper las posiciones egipcias. Todavía está a varios kilómetros de nuestros aliados, así que sería el momento ideal. -Pero como ya ha comentado el general Schwarzkopf, es un blanco “duro” y sus bajas quizás no sean decisivas – argumentó el general saudí – y les repito que no creo que mi gobierno autorice el uso de esas armas en nuestro suelo. -General, le repito que el ataque tiene un componente principalmente político, más que militar, pero aún así inutilizará a ese regimiento de reserva, eso se lo aseguro. Sobre la respuesta de su gobierno, no está al alcance de mi mano cambiar su opinión, pero quizás usted si pueda, y le ruego encarecidamente que haga lo posible por que así sea. Es nuestra mejor opción. -¿Y por que no en territorio iraquí? - insistió el saudí. -Por que perderíamos lo poco de militar que tendría el ataque, pero principalmente por que si atacamos territorio iraquí, las posibilidades de que estos respondan con un ataque químico serían bastante mayores. Si atacamos sus tropas en territorio de Arabia Saudí, a lo mejor, y es solo una posibilidad, no contraatacan con vectores químicos a nuestras tropas o a sus ciudades. -¿Realmente cree eso, general? -Creo que si atacamos su territorio con armas atómicas, su respuesta será inmediata contra Riad con armamento químico. Así tenemos una posibilidad de que eso no suceda. ¿Prefiere cambiar la vida de miles de sus ciudadanos que podrían morir gaseados por unos cuantos kilómetros cuadrados de desierto inhabitado que se mantendrán radioactivos durante unos pocos años?
El saudí no estaba seguro de aquella comparación, pero se calló.
-Me has convencido. ¿Alguien tiene otra propuesta mejor? - pregunto Schwarzkopf. Silencio absoluto. - ¿No? De acuerdo entonces. Voy a hablar con Washington para pedir autorización y hacerles ver la urgencia de la situación. Debemos movernos rápido – dijo ya más convencido e implicado.
Pasaban unos minutos de la medianoche cuando CINCCENT se dirigió al puesto de comunicaciones seguras para mantener una conversación con sus mandos al otro lado del mundo. Lo que siguió en las horas posteriores, fueron una serie de reuniones y discusiones, parecidas a las que habían tenido lugar en el cuartel general del CENTCOM en Riad, entre las máximas autoridades civiles y militares de Estados Unidos, Arabia Saudí, Reino Unido y Francia. Finalmente fue el propio rey saudí el que permitió que se utilizasen armas nucleares en su territorio, si bien, lejos de los núcleos poblados. Eran las 05:21 cuando el Comandante en Jefe tomó la decisión, y a las 05:38 el general Schwarzkopf recibió el mensaje. Lo tomó en sus manos y lo leyó. Tras varios párrafos, la orden era clara. Tenían luz verde.
Eran las 07:00 de la mañana cuando la pequeña formación de dos A-6 y dos F-14 del USS Ranger se unieron sobre las aguas del Mar de Arabia, llegando poco después a la costa omaní. Sobre el sur de Arabia Saudí se reunieron con cuatro KA-6D que rellenaron de combustible sus depósitos, y acto seguido continuaron su viaje hacia el norte, hacia su objetivo. Al acercarse a menos de cien millas del mismo, comenzaron a descender para mantenerse por debajo del horizonte radar del enemigo. Unos minutos después recibieron confirmación del blanco. Un RF-4E, tras esquivar un par de misiles Strela, había realizado una pasada sobre las posiciones del regimiento acorazado iraquí de la Guardia Republicana, situado sobre la carretera 50, ligeramente al noreste del campamento militar Rey Khalid, y confirmó su posición. Estaba justamente donde se suponía que debía estar. El general Horner había ordenado una discreta vigilancia del pasillo por donde atacarían los A-6, reforzando las CAP,s y las patrullas de los AWAC,s. No quería que los rusos pensaran que ocurría algo importante en ese sector y hubiera demasiado cazas enemigos en la zona. Por suerte, la mayoría de aviones enemigos estaban apoyando la ofensiva soviética en la costa, por lo que la vigilancia no era demasiada en el aire. Cuando los A-6 llegaron a las inmediaciones de su punto de ataque, los F-14 que los escoltaban se retiraron, esperándolos varias millas más atrás para unirse de nuevo en el viaje de regreso. Los aviones de ataque soltaron sus depósitos de combustible subalares y aceleraron, a la vez que ganaban altura. El radar iraquí de una batería de misiles SA-8 los detectó rápidamente a unos 30 kilómetros, y tras identificarlos como enemigos, trabajaba para engancharlos a medida que se iban acercando, pero los A-6 no tenían intención de acercarse tanto. A 20 Km del objetivo, uno de los A-6 se retiró. Era el sustituto en caso de que algo hubiese fallado en el avión líder, pero por el momento todo iba bien. A 17 km, el solitario Intruder volaba a media cota. Aceleró todo lo que sus motores daban de si y puso el morro de su avión a 45º, y en el preciso momento en que el ordenador de su sistema de control de armas lo decidió, soltó la carga de su línea central, en una ejecución de un bombardeo LADD de libro. El A-6 viró todo lo rápido que pudo, justo cuando comenzaba a entrar en los parámetros de tiro de la batería de SA-8. Mientras la bomba B61 describía una perfecta parábola que la situó ligeramente desviada a la derecha, unos 200 metros, del centro del regimiento acorazado iraquí, que era el punto de referencia para el ataque. Al descender, la espoleta de presión se activó a los 1.000 metros de altitud, produciendo la detonación de los 20 kilotones de poder explosivo de aquella terrible arma. Una bola de fuego blanco se alzó sobre el punto de impacto, matando en el acto a centenares de soldados que estaban justo debajo de ella. El impulso electromagnético frió la mayoría de los sistemas eléctricos en varios kilómetros a la redonda, y mili segundos después, la onda de choque se desplazaba a velocidad supersónica, destrozando y quemando camiones, tiendas de campaña, equipos de comunicación e ingenieros, vehículos BMP, lanzadores de misiles SAM, piezas de artillería y en general todo aquello que no fuera un tanque. Pero estos tampoco se libraron del todo. El intensísimo calor incendiaba sus depósitos de combustible o incluso hacía detonar su munición. En general, todo aquello situado en un radio de mil metros fue destruido y los hombres incinerados. En los siguientes quinientos metros, la fuerza de la onda de choque se redujo a la mitad y redujo los daños, pero aun así, todos los hombres que estaban a la intemperie murieron en el acto y muchos vehículos fueron destruidos o gravemente dañados. Solo los hombres que habían cavado profundos hoyos de tirado o estaban dentro de vehículos blindados y que se encontraran a una distancia de unos 3 kilómetros tuvieron alguna posibilidad de sobrevivir, pero el resultado, tras los diez primeros segundos desde la explosión fueron miles de muertos, muchísimos heridos y muy, muy pocos hombres y máquinas que sobrevivieran. El regimiento, pese a ser un blanco “duro” había quedado efectivamente fuera de juego...y aún así, aquello no era lo más importante de aquel ataque.
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en este ataque nuclear no habria posibilidad de que los Rusos contraatacaran a las fuerzas norteamericanas estacionadas en la zona, en defensa de los iraquies, creyendo que sus formaciones acorazadas serian las proximas en ser eliminadas con el uso de armas nucleares tacticas?
pues ese es el riesgo....pero la intención fue mandar el mensaje de que no vacilarian en atacar con todo;la reacción sovietica en lo personal creo que seria muy agresiva,no repetirian el incidente de la crisis cubana donde "bajaron la cabeza".en este caso no solo llevan la ventaja tactica,desde el punto de vista diplomatico y politico pueden argumentar que ellos no usaron ese tipo de armas primero,solo reaccionaron....yo creo que lo siguente que habria pasado es que los sovieticos utilizarian una arma igual para demostrar que eelos tampoco tenian miedo de una escalada,por lo que los occidentales habrian aceptado una derrota o por el contrario seria el incio del armagedon.....
Si fuera el caso, lo mas probable es que los sovieticos respondan atacando de manera similar a alguno de los aliados regionales de los norteamericanos. Con lo cuál mantendrían la ventaja de tener el momentum de la ofensiva a su favor.
Muy interesante...
Saludos cordiales
lobbysta ad honorem por la recuperacion completa del LTP.
Muy bien flanker, ahora bien puedo entender que no incluyas una brigada acorazada española como apoyo de las tropas aliadas pero ¿los italianos?, esos están muy cerca y capacidad de presentar una division acorazada en menos de 2 semanas seguro que sí y visto el degaste a que se han sufrido ambos contendientes ... la entrada de una nueva división acorazada al 100%, si que podría equilibrar el frente, estamos hablando de Arietes, Leopard1, Centauro la artilleria divisionaria y por supuesto añadiria un regimiento de mangusta, y entraría la aviación italiana para apoyar sus tropas.
Pienso que antes de lanzar bombas tácticas nucleares presionarian a los aliados que no están en primera línea y están a verlas venir, en primer caso italianos y luego nosotros. Y alguna escuadrilla de estas naciones seguro que ya andaban por ahí.
PD. Si los americanos viesen llegar esa división italiana ya veriamos como les empezaban a besar el cul*!!!
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
charlie escribió:Si fuera el caso, lo mas probable es que los sovieticos respondan atacando de manera similar a alguno de los aliados regionales de los norteamericanos. Con lo cuál mantendrían la ventaja de tener el momentum de la ofensiva a su favor.
Muy interesante...
+1
Habria que ver cual es el escogido para tan lugubre distincion...¿Egipto quizas?.
Saludos
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creo firmemente que los sovieticos no dudarian en utilizarlas,las armas tacticas de ese tipo siempre fueron consideradas en la doctrina sovietica,el uso "preventivo" por parte del adversario no seria visto en primera instancia como una advertencia,seria calificado como un desafio y una "carta blanca" al uso de ese tipo de armamento po ambos bandos....de hecho los sovieticos/rusos siempre han considerado el uso de esas armas en un escenario con china.de hecho en los planes sovieticos se consideraba que polonia iba a ser una "mesa de billar" nuclear en caso de invasion...en pocas palabras....a los rusos no les daba miedo ese escenario....