reytuerto escribió: ↑16 Ene 2023, 05:37Es que ahí radica la diferencia (y la capacidad de sobrevida) de un tanque en el campo de batalla moderno. No sólo el eterno triángulo de movilidad, protección y potencia de fuego, también está la conciencia situacional: donde estas tu, donde está el enemigo, cómo lo puedes atacar, como te puedes defender. Y en este ultimo punto, la diferencia te la da la electrónica.
Es que incluso el carro ruso «básico», sin electrónica, tiene importantes deficiencias. Relacionadas sobre todo con la pobre ergonomía debida al reducido tamaño; en teoría, se hicieron así para ofrecer menor blanco, pero tengo la sucia sospecha de que en su día los motivos fueron económicos. Pues estaban bien contentos con sus mastodónticos IS-3, T-10 y T-10M.
Un tanque pequeñito requiere menos acero, menos superficie de blindajes especiales (algo que había sido un problema, primero por el tratamiento térmico, luego con el blindaje compuesto del T-64 y sus sucesores, que demasiadas veces estaba mal compuesto), y un motor de menor potencia. Claro que ese tamaño se consigue disminuyendo el espacio útil en el interior. Con entretenidas consecuencias. Por ejemplo:
– La dotación se fatiga. Hay que estar muchas horas dentro del carro, y si no se dispone de asientos cómodos, espacio para moverse un poco, etcétera, al final el rendimiento de la dotación se deteriora, está más pendiente de si le duele la espalda o si tiene que orinar, que del entorno. La adrenalina ayuda, pero no durante horas.
– Los carros de diseño ruso no pueden deprimir el cañón tanto como los occidentales, lo que significa que no pueden aprovechar posiciones con el casco oculto, y que se exponen en peor ángulo (basta con una pequeña oblicuidad para favorecer los rebotes o, al menos, que el penetrador tenga que atravesar más coraza).
– El cañón solo puede cargarse en determinada posición de elevación. No sé si ocurre con los T-64, T-72 y derivados, pero sí con el T-62 y anteriores. Significa que no solo se tiene menor cadencia de tiro, sino que al volver el cañón a su posición se producen pequeños desajustes (mayores con los perfectísimos sistemas ex soviéticos) que hacen que la corrección de tiro se vaya por el retrete. Luego tiene que ser una sección o una compañía la que dispare contra un único blanco, con las consecuencias ya relatadas previamente respecto a despliegue, efectividad y demás.
– Se llevan pocas municiones. Ya es un problema en los carros modernos occidentales, pero es mucho mayor en los carros rusos. En su día, un T-54/55 llevaba un 30% menos de munición que un M48A5. Es una desventaja en combates mantenidos, y obliga a recargar con más frecuencia.
– Sobre esto, está el bonito detalle del carrusel y la munición en la cámara de combate, para chamuscar a los pobres desgraciados a los que les toca ir dentro. Se puede paliar (solo en parte) llevando munición solo en las zonas bajas de la barcaza, pero entonces el carro va al combate con apenas veinte disparos.
Todo eso, sin tener en cuenta la electrónica. Con todo, parte de esa electrónica, durante el día, puede sustituirse con la antigua táctica israelí del comandante asomando. Aparte de no ser muy agradable en el invierno de por ahí, supone unas bajas muy elevadas entre los comandantes de tanques (en los israelíes, eran los que tenían una tasa de bajas mayor). Máxime si te disparan una carga hueca de cualquier tipo, que tal vez no perfore la coraza, pero deja lo de fuera un tanto deteriorado.
Teniendo en cuenta que se ha visto que algunos drones rusos se han fabricado con equipo electrónico robado en Occidente, la capacidad para equipar a esos blindados no parece muy alta. No se olvide que la electrónica no solo se usa para detectar al enemigo o corregir el tiro: los motores modernos necesitan esos controles.
Suerte para los pobres rusos a los que les toque ir dentro.
Saludos