Vivencias en tierras de los MayMay, Rep.D.del Congo

[Gaucho Oriental]

Llegamos aquel día a la base que ocuparíamos el resto de la Misión, en la República Democrática del Congo, ..., descendimos del C-130 con tripulación sudafricana, que varias veces mis soldados vieron con cara de disconformidad, ya que uno de ellos, el mecánico pasó varias veces por encima de nuestro equipo, pisándolo sin importar que nuestras pertenencias estaban en esas bolsas. El viaje fue corto y relativamente cómodo pero por demás ruidoso.
Ya en la base recibimos la introducción a las condiciones que nos enfrentábamos, dándonos el Oficial a cargo un panorama de despliegue de tropas, armamento, moral, disciplina, etc... y todo lo concerniente a la situación del terreno.
Por el día varios reconocimientos de vías de circulación principal y alternas, se fueron uniendo con los lugares autorizados y aquellos que se recomendaba, claro que en ello no estaba la prescripción de no reconocerlos.
Eso hicimos por la noche, salimos en varios vehículos y con las reservas de lo que nos solicitaban, reconocimos los lugares que sabíamos se transformarían en rutas secundarias o primarias acorde a la beligerante del plan y que se pudiese dar cumplimento a lo pactado. Por lo que los jefes de elemento estaba allí sacando medidas y referencias.
Con lo engorroso de recorrer varios cientos de metros, por la ciudad buscando posibles lugares de tiradores emboscados, y aquellos que creíamos críticos, fuimos haciendo un relevamiento de la zona, a conciencia y sin los vicios de quienes ya se encontraban desde tiempo en la zona, como una medida de cotejarlos y sacar la mejor línea de acción, y así llegar a consolidar el plan final.
Cuando pronto ya en las sombras de la noche aparece un soldado de botas de goma para lluvias, AK en apresto, uniforme camuflado, y caminar cansino, supimos al verlo que era una de las puntas de las patrullas a pie que transitaban esta localidad por las noches.
Era una patrulla rwandés, con un escurrimiento de treinta metros entre hombre y hombre, transitaban la noche por las calles de la localidad en silencio fantasmal, haciendo cumplir el toque de queda que su fuerza ocupante había establecido, su jefe de patrulla al centro de la misma compuesta por nueve hombres. Ese día fue nuestro primer encuentro con la otra fuerza que ocupaba la zona.

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El 17 de mayo del 2006 se cumple el noveno aniversario de la caída de Mobutu Sese Seko en el entonces Zaire, actual República Democrática de Congo. La llegada al poder de Laurent D. Kabila desató la ambición expansionista de Ruanda y la avaricia de las multinacionales. Hoy el país está ocupado y dividido. Se percibe con toda claridad que los minerales raros financian una guerra que dura ya más de tres años y medio. Tal es el caso del coltan (colombio-tántalo), utilizado para la fabricación de la nueva generación de teléfonos móviles. Kivu agoniza sobre un montón de oro gris.

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En una mina del norte de Goma, un derrumbe acaba de enterrar en vida a un centenar de mineros. El diario local Le Palmarès, que narra el drama, recuerda la ausencia total de condiciones de seguridad en estas explotaciones irregulares, a menudo situadas en la selva, en regiones de difícil acceso, por las que sólo se mueven militares y grupos armados.
Los mineros cavan galerías sin tomar la precaución de postearlas debidamente; los niños se introducen por estrechos conductos; las mujeres, en el exterior, cocinan o se prostituyen, y los intermediarios se llevan los sacos de arena gris a Goma y Bukavu.
De esa arena se extrae el coltan. Su nombre es una abreviación de colombio-tántalo. El tántalo –así denominado porque se disuelve difícilmente en los ácidos, lo cual recuerda el suplicio de Tántalo, el dios griego que no podía alcanzar nunca agua que beber ni fruto que comer– es un metal refractario que presenta cualidades muy valoradas hoy día: es tan resistente a la corrosión como el vidrio; extremadamente dúctil y maleable, permite ser doblado, enrollado, soldado; además se utiliza en aleaciones, con objeto de obtener materiales resistentes a muy altas temperaturas.
A todas esas cualidades se añade su densidad, que lo hace muy deseable para fines militares, porque permite penetrar los blindajes. Entra también en la composición de piezas electrónicas y de equipamiento de la industria química; en la tecnología de los misiles y de los reactores nucleares, y es utilizado en cirugía. El Pentágono lo había clasificado hace tiempo como “materia prima estratégica”.

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Hablamos con el Ministro Monseñor Jean-Anatole Kalala, quien nos contó que a en el año 2002 en el mes de abril estuvo en España, este obispo de Kamina y administrador apostólico de Manono, dos de las diócesis de la República Democrática de Congo, la segunda controlada por los rebeldes apoyados por Ruanda. Y haciendo gala de su sabiduria y su gran inteligencia, aprovechó su breve estancia en España para concienciar a la opinión pública española sobre la grave situación que atraviesa su país. Relatándonos que desde el 2 de agosto de 1998, el antiguo Zaire es víctima de una guerra impuesta desde el exterior que se ha cobrado ya más de dos millones de vidas humanas. Mons. Kalala pidió a los cristianos españoles que no sean indiferentes al sufrimiento olvidado de sus hermanos congoleños y que denuncien la complicidad internacional que se esconde detrás de este conflicto, donde existen enormes intereses económicos.
El obispo de Kamina señaló el buen papel jugado por la Conferencia Episcopal Nacional de Congo (CENC) a lo largo de estos años de guerra. A su juicio, los obispos congoleños han sabido superar todo tipo de divisiones para formar un bloque compacto y levantar su voz unánimemente en favor del pueblo congoleño.
Con todo, las enormes dificultades generadas por la guerra impidieron a muchos obispos trasladarse hasta la capital del país. Otros presentaron excusas por su ausencia, ya que como todo ha de existir el temor natural de estas personas. La falta de quórum no permitió dar validez a la Asamblea Plenaria y en su lugar se convocó una Asamblea extraordinaria. De este encuentro surgió el primer documento de la CENC desde que comenzaron las hostilidades. El comunicado, titulado: “Conduce, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz”, se pronuncia claramente contra la guerra, que califica de agresión extranjera. Se subraya, asimismo, el derecho fundamental de los congoleños a la soberanía nacional y a la integridad territorial contra todo intento de balcanización del país.
Un año después, la capital de Kenia reunía de nuevo a los obispos congoleños. Muchos de ellos viajando por el tanganicka un lago importante de la región, y eludiendo los controles militares de la fuerza de ocupación. Del encuentro de Nairobi saldría un nuevo documento titulado: “No tengáis miedo”. Los obispos insistían nuevamente en la necesidad de mantener la integridad territorial y la soberanía nacional. Mostraban, asimismo, su apoyo a la puesta en práctica de los acuerdos de alto el fuego firmados en Lusaka (Zambia) el 10 de julio de 1999 por los jefes de Estado implicados en el conflicto congoleño. Estos acuerdos preveían la retirada progresiva de las fuerzas extranjeras del territorio congoleño y la realización del llamado Diálogo Intercongoleño.
Las siguientes Asambleas Plenarias del episcopado congoleño –celebradas en julio de 2000, marzo de 2001 y julio de 2001– han seguido insistiendo en la misma línea.
La iglesia trata por todos los medios atender este asunto que los ha inmovilizado por años, incluso una cantidad de hombres y mujeres de la iglesia, nos recibieron en su domicilio cuando llegamos a determinada localidad de esta región, constituyendose en nuestros emotivos contactos con el mundo europeo.

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Las tropas orientales ocuparon la parte Oeste del Congo (RDC), allí se establecieron en varias Bases, dentro de las que se encontraban contra el lago Tanganicka la que ocupamos nosotros. Pronto la población comenzó a saludarnos con todas sus fuerzas diciéndonos amigos, varios niños se agolpaban por todos lados próximos a los vehículos y cuando descendíamos varias veces cientos de ellos se nos acercaban para saludarnos. Los comentarios se extendían a todos lados que los Uruguayos como nos denominaban éramos amigables, hasta seguro los informes a las fuerzas de ocupación nos mostraban con un dejo de militarismo para volvernos humanitarios, habríamos dejado nuestro belicismo atrás para complacer a una población, a la cual los uniformes destrataban en la esencia de su humanidad.
Esa premisa iba contra nuestros principios, debíamos ser duros sin perder la ternura, la verdad que era algo que no conseguíamos hacer y nos encontramos en las vicisitudes de lo bien y lo mal.
Todo se terminó cuando se estableció correctamente una reinstrucción para que no nos separásemos de nuestro camino, y que nuestro libro y los años de instrucción servirían para conducirnos por la buena senda hasta nuestro objetivo final, pudiendo conquistar nuestro punto llave.
Como siempre llegó hasta nuestra base un delegado del “Word Food” , debíamos apoyarlo a como diese lugar, al traslado a una aldea distante unos 100 kilómetros de nuestra base y de la ciudad donde se encontraba, de herramientas varias para a labranza y cientos de bolsas de granos para plantar.
Se realizaron las coordinaciones, nuestro interprete se dirigió hasta el lugar, se realizó el reconocimiento.
Y nuevamente la patrulla escoltó un convoy de varios vehículos pesados por la madrugada, hasta el punto de disloque, punto final de la patrulla...cuando llegamos la comunidad de labradores estaba reunida en un gran galpón, nos esperaban, y a la distancia una patrulla rwandés nos observaba, sin acercarse desde su posición.
El ambiente al principio parecía tenso pero pronto se respiro la tranquilidad de la negociación y la entrega....
Nos enteramos por un individuo que nos saludaba y nos felicitaba de lo que relató esa vez....
"Recientemente, en una crisis de desplazados, la gente que estaba en la selva rechazó la ayuda humanitaria asegurando que no querían comida, que lo que necesitaban es paz. Los trabajadores humanitarios se enfadaban y yo les decía: ‘¿Les habéis preguntado a la gente qué les pasa, cuál es la causa de sus problemas?’. No lo habían hecho. A veces, ése es el problema. La gente se llama humanitaria, pero se olvida de que, para ser humanitaria, hay que ser humana antes".
Hoy ya replegados vemos que pudimos llegar hasta ese punto, habíamos consolidado nuestro Objetivo, y sin problemas teníamos en nuestro poder el punto llave.
AYUDA HUMANITARIA PARA HUMANOS DEDICADA POR HUMANOS

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Entrenamos todo el día desde que la claridad del alba iluminó el horizonte, y en la brisa de la mañana que comenzaba a agitar el agua del Tanganicka, nos descubría ya alejados de nuestra base, vehículo artillado por delante y por detrás trotábamos con cánticos que aprendidos desde nuestro joven inicio allá por una Escuela Común para todos los Oficiales, alentaba a no desfallecer a la tropa. (una de ellas "De Cara al Sol")
Del otro lado del Tanganicka, ya se dejaba ver señorial el Kilimanjaro, un volcán imponente, situado en el Parque nacional homónimo en Tanzania, siendo con 5.895 m la montaña más alta de África y uno de los volcanes más altos del mundo. Es un estratovolcán formado por tres cráteres con nieves perpetuas, debido al glaciar que existe en su cima. Y aunque sus nieves no se veían desde aquí, el majestuoso daba y marcaba su presencia allá desde muy lejos.
Entre nosotros la mayor cantidad de integrantes de la base, hasta el personal femenino realiza las corridas matinales, quizás como medida disuasoria de demostración de tropas, ya que también los rwandeses salen ha esta hora cuando nos escuchan a realizar el obligado recorrido que siempre hasta cuando variamos el nuestro nos hace topar con ellos. Menores en número pasan siempre contramano de nuestra dirección.
Ese día era uno de los días clave para mi fuerza, ya que mi Compañía estaba nombrada para concurrir a una negociación con los may may (Mayi Mayi), “may “en swahili, significa agua “may avaridi” agua fría o por lo menos la pronunciación local, y ellos eran considerados hombres del agua, con poderes que extrapolaban lo natural, volviéndolos inmortales y sobrenaturales totalmente a nuestro entendimiento.
Realizamos el desplazamiento en los vehículos artillados hasta el lugar, en el trayecto se escucharon toda clase de disparates muchos de ellos como válvula de escape para el nerviosismo de la gente, se los autoricé, pero me servía además para evaluar el modo de entendimiento que tenían de la situación, y caso seguido saber de anécdotas de los may may.
Hechiceros por naturaleza se sabía que muchos de ellos quizás la totalidad , usaban estimulantes muy fuertes para entrar en combate, lo que pretendía ser la explicación porque las municiones a pesar de impactar en sus cuerpos estos podían seguir su ataque.
Cuando aseguramos el perímetro de lo profundo de un enmarañado bosque a nuestro frente se hicieron presente los famosos may may, nuestro Jefe de base estaba en el lugar donde se había acordado la reunión, en el medio de la nada próximo a lo que sería su vía de escape o su forma de cubrirse , por lo que negociamos un lugar menos expuesto, nos autorizaron a elegirlo colocar nuestra seguridad y avisarles, cosa que hicimos de inmediato.
Y allí estábamos con unos pequeños hombres, que nos hacían recordar los pigmeos que habíamos encontrado, de cuerpo muy delgado, adornados con mil y un amuletos entre los que pudimos distinguir muchas orejas humanas, sus armas muy rudimentarias, arcos flechas, y a la vista un AK destartalado que estaba en manos de quien fue presentado como seguridad del Comandante.
El comandante may may, que no se distinguía del resto de sus subordinados a no ser por una radio a transistor de banda ciudadana civil, que portaba en su mano derecha y con la que señalaba todo como queriendo expresar que la tenía como un bien valioso. Y eso le daba un estatus frente a sus subordinados y a nosotros.
La reunión fue corta y así como parecieron fue su retirada entre los arbustos. Esa noche en la base nos enteramos que el Comandante may may habría fallecido de “malaria cerebral” después de la negociación.

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Ya era noche cuando recibí la orden del Jefe de Operaciones Aire Tierra para realizar un reconocimiento en la zona sur del País, donde se estimaba que los may may, estaban alzados en armas, y como siempre los fines de semana comenzando los viernes se movilizaban saliendo desde sus cuarteles en la selva o en zonas aparatadas causando el terror en las zonas pobladas, con la finalidad de brindarles seguridad según sus enunciados.
Estaba claro que el concepto estaba muy dilatado, y era cierto que la seguridad que daban era entrar sin aviso en la madrugada a los centros poblados y tomar las oficinas, y edificios que entendían estaban en peligro de ser saqueados por alguna otra fuerza beligerante, claro esta que la mayoría de las veces ellos se transformaban como guardianes de esos bienes y se los llevaban consigo para resguardar esas preciadas pertenencias, y la resguardaban en oportunidades tan bien que nunca volvían a sus dueños originarios.
Los fines de semana, comenzando los viernes comenzaban a beber, y disfrutar de algún alucinógeno que por su potencia los alegraba por sobre lo normal. Causaban destrozos y muchas veces llegaban a violentar y hasta amenazar las locaciones donde se encontraban los Observadores Militares, los cuales estaban en nuestra misión el brindarles la seguridad armada para su salvaguarda y extracción en caso de peligro, muchas veces a pesar de ser puestos ocupados por militares de muchísimas nacionalidades, con doctrinas diferentes, y que muchas veces dejaban en ver que su actitud era una falsa alarma en la distancia.
No obstante nunca se evaluaba la situación desde la Base de Operaciones, sino que se reconocía con un grupo que pudiese mantener la seguridad en el lugar y en caso de ser eminente la extracción, se procedía con todo el dispositivo disponible para tales casos, a informe y solicitud de los elementos adelantados. Línea de acción que se debió tomar por el hecho de un sin numero de falsas alarmas, o de hechos que eran provocados por un solo individuo.
Nos encontrábamos ya sobre el aeronave, con parte del equipo de reconocimiento habíamos decidido acompañar el mismo contra la doctrina, ya que necesitábamos evaluar en situ el procedimiento de los elementos de reconocimiento y seguridad que desplegaban. Aun no amanecía y ya estábamos en el aire, los aeronaves de ala rotativa se elevaban por el cielo sobre el Tanganicka, luego de sobrevolar la Base, pusimos rumbo a otra de las Bases efectos recoger parte de los elementos que también serian evaluados.
Volábamos por encima del matto y estepa de África, entre tanto y muy distantes una de otra se podía observar algunas chozas. Y senderos que se perdían en la nada, hasta que pronto dejamos de ver nada solo algunas manchas d donde habría árboles o no, ya que algún “cazador” fortuito podría querer probar sus armas contra el aeronave, por lo que volar lo más arriba en el techo era necesario para evitar malos tiempos.

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Exhorto por este medio, que aquellos buenos camaradas que seguro tienen un sin fin de anécdotas de operaciones, fluviales, aéreas, terrestres y demás que las expongan efecto poder ilustrarse y complementar estos espacios...que siempre son bienvenidos, y sirven como un intercambio de doctrinas de enfrentamiento y lecciones aprendidas.
Como habrán visto no es necesario referirse a ninguna actividad de comprometa nombres operaciones en si sino las actividades en un perfil bajo que se hayan desarrollado en los eventos que seguro muchos de nosotros ha integrado, como Subalterno o como Oficial y hasta en muchos casos como Reportero Grafico solamente, o Corresponsal de Guerra.

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Situada en la provincia del Alto Zaire, en la República del Zaire, tiene una extensión de 68.000 kilómetros cuadrados. Comprende íntegramente los territorios de Wamba y Mambasa y pequeñas porciones de territorios limítrofes. Es una meseta de unos 700 metros de altitud media, que desciende suavemente había el Oeste, atravesada por los ríos Ituri y Nepoko y cubierta totalmente por la selva ecuatorial. La población, compuesta por varias tribus de bantúes y pigmeos, está muy desigualmente repartida. Su densidad es mucho mayor en el territorio de Wamba que en el de Mambasa. En éste último se encuentra la cuenca del Ituri, donde vive uno de los núcleos más importantes de pigmeos de todo el África. Las poblaciones principales son Wamba, Mambasa y Bafwasende, capitales de los territorios del mismo nombre, Ibambi en la orilla derecha del Nepoko y Mungbere, importante por ser el final del ferrocarril del Uele que, naciendo en Aketi, sobre el río Itimbiri, uno de los afluentes navegables del río Zaire (Congo), recorre unos mil kilómetros y pasa por la importante ciudad de Isiro. El idioma común de todas las tribus es el Kiswahili, excepto en la zona de Mungbere en la que se habla el Lingala; además cada tribu tiene su idioma peculiar.

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De 1960 a 1962 varios misioneros habían sido ya víctimas de la violencia en la República Democrática del Congo. Pero es en 1964, con la rebelión de los Simba, cuando la Iglesia tiene que sufrir una auténtica prueba de fuego en este país. En mayo de 1965 el balance era de 116 muertos y seis desaparecidos entre sacerdotes, religiosas y religiosos; pero a ellos hay que añadir centenares de seglares comprometidos en el apostolado misionero. La rebelión de los simba es un movimiento militar, político y social muy complejo, justificable en gran parte en sus orígenes, pero en el que se interfirieron rápidamente intereses ajenos. El 22 de febrero de 1964 estalla la rebelión mulelista en Kwilu. Luego se contagia al Sur del Kivu y de ahí va ganando terreno rápidamente hacia el Norte y el Oeste, hasta ocupar gran parte del país. Pronto los acontecimientos escapan a todo control y la violencia se desborda. Por lo que respecta a la diócesis de Wamba, los Simba entran el 15 de agosto. En un principio los misioneros quedaron en libertad y el ministerio se pudo continuar con mayor o menor dificultad. Pero el 29 de octubre, a raíz de algunas derrotas del Ejército Popular, comienza un verdadero martirio para los misioneros. El 3 de noviembre es asesinado el P. Longo en Mambasa. Los días 24 y 26 del mismo mes tiene lugar el lanzamiento de paracaidistas belgas sobre Kisangani e Isiro respectivamente. La reacción de furor y rabia de los Simba descarga sobre los misioneros. El mismo 26 de noviembre son asesinados en Mambasa cuatro Hermanos de Carlos de Foucauld y en Wamba tiene lugar la masacre del obispo Monseñor Wittebols, de seis Padres y un Hermano S.C.J. y del Dr. Lombart, de la organización Medicus Mundi, que prestaba sus servicios en el hospital de Bayenga. Los cadáveres son arrojados al río Wamba. Al día siguiente otros seis Padres y un Hermano S.C.J. son asesinados en Bafwasende. La última víctima, una religiosa nativa de la congregación de la Sagrada Familia de la comunidad de Bafwabaka (Sor Anoalite) muere en Isiro, el 1 de diciembre, mártir de la pureza. Un sacerdote, misionero en Mambasa (D. Jacinto Toneatto), pudo salvarse recorriendo a pie en cuatro noches la distancia hasta Bunia. Las religiosas de Nduye se salvaron "in extremis" refugiándose con todos los habitantes del poblado en la selva, cuando los Simba se batían en retirada. Los últimos misioneros, religiosos y religiosas, que permanecían prisioneros de los Simba en Wamba, fueron liberados en una audaz intervención de los mercenarios belgas (y del Sr. Varela, de la Embajada de España en Kinshasa).

[Gaucho Oriental]

Queridos amigos: ¡He aquí nuestra pequeña historia! Reflexionad sobre ella y, sobre todo, imaginad lo que hemos vivido. Hapana maneno, Mungu yuko (nada importa, hay un Dios). Gracias por esta experiencia, dolorosa, eso sí, pero que nos ha permitido compartir las vejaciones padecidas por los pobres congoleños, militares o no. Lamentamos las culpas de cada cual; la misericordia de Dios es grande. Sin rencor para nadie. Un saludo para vosotros. P. Franko.

Una guerra sin fin desde agosto del 98: acuerdos firmados y nunca cumplidos, abusos, violencias y vejaciones de todo tipo; la población congoleña y el país devastados por los propios jefes congoleños “en desacuerdo” y por los “maniobreros” extranjeros de la guerra: Uganda, Rwanda, USA, Europa, y por militares bandidos. Sin tratarse de una guerra “contra la Iglesia Católica en cuanto tal, tiene sin embargo sus contornos “anticlericales” y “antiblancos”, así como una “tonalidad tribal”, en particular entre los Hema y Lendu de Bunia, y en el conjunto de la guerra: MLC contra APC, el uno de Bemba – Equateur -, el otro de Nyamwisi (apoyado por Kabila) en el Nord-Kivu (los Wanande). Esto salta a la vista en particular en todo lo que han sufrido Mungbere y Mambasa y en nuestra aventura.

El domingo 5 de enero de 2003, fiesta aquí de la Epifanía del Señor, a las 14,30, tiene lugar nuestra liberación en el poblado de Some, a 26 Km. de Mambasa. La MONUC, que estaba en Mambasa desde el 3 de enero de 2003, viene a nuestro encuentro por el camino de Beni que hemos recorrido a pie (unos 110 Km. en total), para controlar la “.retirada” de las fuerzas armadas MI-C, después de los acuerdos firmados en Gbadolite el 31.12.02.

[Gaucho Oriental]

La guerra en el este del Zaire, antes de ser una guerra de conquista, ha sido desde el principio una ofensiva dirigida contra los campos de refugiados rwandeses. Esta guerra ha sido llevada por tropas aguerridas, bien entrenadas y bien equipadas.
Desde el desencadenamiento de las hostilidades, el Zaire ha señalado claramente a sus agresores, identificándolos con Rwanda, Burundi y Uganda. Pero estos tres países rebaten las acusaciones del gobierno argumentando que la rebelión es un problema interno del Zaire.

¿Quiénes son, pues, estos famosos "rebeldes"? Hay que hacerse la pregunta, sobretodo ahora que, ante la evidencia de las atrocidades cometidas por los "rebeldes" contra principalmente los refugiados hutus rwandeses, la comunidad internacional se decide finalmente a enviar a la región una comisión de investigación para identificar los autores de estas atrocidades y establecer sus responsabilidades en este drama. No es extraño que los países implicados intenten crear confusión sobre la verdadera identidad de los agresores culpables de estas atrocidades.

Debemos ayudar, pues, a los investigadores designados por la ONU a establecer la verdad sobre la identidad de los autores de este crimen, a fin de honrar la memoria de estos centenares de miles de personas salvajemente masacradas por los "rebeldes" durante la destrucción de los campos de refugiados en el Kivu Norte y Sur y a lo largo de todo el calvario de los refugiados a través de la inmensa selva ecuatorial zaireña.

[Gaucho Oriental]

Al principio, llevan la etiqueta de "rebeldes" tutsi banyamulenge, y se convierten en seguida en los "rebeldes" tutsi de Laurent Kabila y finalmente en los "rebeldes" de la Alianza Democrática de Laurent-Désiré Kabila. Tal como podemos ver, la confusión sobre la identidad de estos atacantes puede parecer grande, pero está trabajada voluntariamente por motivos estratégicos.

[Gaucho Oriental]

Al comienzo, los agresores se llaman Banyamulenge y tienen un portavoz tutsi que hace declaraciones en su nombre desde Bujumbura y Kigali. La reivindicación de los "rebeldes" proviene de la negativa del gobierno de Kinshasa de otorgarles la nacionalidad zaireña y de las vejaciones de todo tipo de que eran víctimas. Pero mientras que este problema de nacionalidad afecta también a otras poblaciones rwandesas más numerosas, entre las cuales más de 3.500.000 de Hutus que se encuentran en el Kivu Norte y Sur, el movimiento sólo parece interesarse por los Tutsis, poco numerosos (entre 100.000 y 300.000), que habitan en una localidad situada en la frontera de los altiplanos de Fizi, que estos rwandeses llegados a estos lugares a través de oleadas sucesivas desde finalas del s. XIX han llamado "Umulenge" en Kinyarwanda, es decir, el pueblo.
Luego, viendo que la reivindicación política no resulta suficiente para encubrir la agresión exterior y ante un auge de nacionalismo zaireño que se muestra violento hacia el gobierno de Kigali y hacia los rwandófonos en general, y los tutsis en particular, que viven en el Zaire, cambian de táctica y de estrategia y pasan a llamarse "Alianza Democrática para la Liberación del Congo-Zaire". La Alianza es, pues, una amalgama de partidos políticos hasta entonces desconocidos en la palestra política zaireña. Y para completar la mascarada, se hace venir de Uganda expresamente a Laurent-Désiré Kabila, con tal de que capitanee la acción armada.

En este momento, los éxitos militares de los "rebeldes" sobre el terreno son evidentes, puesto que las ciudades de Bukavu y de Goma están a punto de caer en sus manos. Los "rebeldes" se llaman de ahora en adelante "rebeldes" Tutsi Banyamulenge de Laurent-Désiré Kabila. Desde entonces encadenan victoria militar tras victoria militar con la toma de Uvira, Bukavu, Goma, Butembo, Beni, Buni y más tarde Watsa, Isiro, Kalemie, Kisangani, Lubumbashi y otras. Hay que destacar que después de la toma de Bukavu y de Goma los consejeros militares de Kabila abren centros de reclutamiento en Bukavu y en Goma. Pero, a nuestro entender, estos reclutamientos sólo van dirigidos a alimentar los frentes que se van multiplicando día tras día. ¿De dónde vienen, pues, los cuadros de oficiales y de suboficiales? Podemos responder a esta cuestión con las revelaciones que siguen..

De éxito militar en éxito militar, los "rebeldes" se encuentran ahora a las puertas de Kinshasa, después de tan sólo seis meses de combate. Y ya no se habla de los "rebeldes" Tutsi Banyamulenge de Laurent Désiré Kabila, sino de las "Fuerzas de la Alianza para la Liberación del Congo-Zaire". Simplemente añadir que después de la toma de la ciutat de Kisangani, los antiguos policías katangueses se unieron a la Alianza y participaron en la conquista de la provincia de Shaba y en la toma de Lubumbashi. Posiblemente, también habrían participado angoleños, combatiendo en la frontera zaireño-angoleña y pudiendo contribuir a precipitar la caída de Kinshasa. ¿Quiénes son, pues, los responsables de los ataques en el este del Zaire? ¿De dónde han venido?

[Gaucho Oriental]

De entrada debemos tener presente que toda rebelión ha de tener una base detrás, en la cual formarse, entrenarse y equiparse. En el caso que nos ocupa hay que reconocer que esta retaguardia tan sólo la podían alimentar los países vecinos del este del Zaire, ya que no es en el Zaire donde nació la rebelión.. Los países vecinos del Zaire por el este son: Burundi al sur, Rwanda en el centro, y Uganda en el norte. Como por azar, la mayor parte de los campos de refugiados rwandeses en el este del Zaire, objetivo de los primeros ataques, se encuentran enfrente de la frontera con Rwanda. En el Kivu Sur, los campos de Kaliba, Kalehe, Muhala, Adi-Kivu, Idjwi, Inera, Kashusha, Birava, Nyantende, Nyamirangwe, Nyangezi, Chimanga, Kamanyola, Lubalika, Lugungi, Kanganiro y Kagunga. En el Kivu Norte, los campos de Katale, Kahindo, Kibumba, Mugunga, y Lago Verde. Para atacar estos campos, los asaltantes tenían que proceder, pues, de Rwanda, ya fuesen soldados del Ejército Patriótico Rwandés (APR) los que atacasen, ya fuesen agresores extranjeros que utilizasen el territorio rwandés para venir a atacar los campos. En ambos casos Rwanda no puede evitar la responsabilidad de estos ataques que han causado la muerte de centenares de miles de personas inocentes y han forzado otras a una repatriación suicida, mientras que otras más han tenido todavía que conocer el calvario y la destrucción a través de la selva ecuatorial zaireña.
Por otra parte hechos concretos prueban que ha sido el APR quién ha atacado los campos de refugiados rwandeses del este del Zaire. Los asaltantes atacaron partiendo de Rwanda según los ejes siguientes:

En el Kivu Sur:
-Eje BUGARAMA - KAMANYOLA.
-Eje CYIMBOGO - Puesto fronterizo Rusizi II - NYANGEZI - ciudad de CYANGUGU - BUKAVU.
- Eje ciudad de KIBUYE - IDJWI.
En el Kivu Norte:
- Eje MUTURA - KABUHANGA - KIBUMBA - MUGUNGA.
- Eje KINIGI - JOMBA - RUTSHURU.
- Eje BISATE - selva de los volcanes - RUMANGABO - RUGALI - KAHINDO - KATALE.
- Eje CYANIKA - BUNAGANA - JOMBA - RUTSHURU.
- Eje BYAHI - MUNIGI - AEROPUERTO DE GOMA -MUGUNGA.
- Eje ciudad de GISENYI - ciudad de GOMA - MUGUNGA.

Todos los ejes de ataque a los campos de refugiados provienen, pues, de Rwanda, salvo el de Uvira, cuyos asaltantes vinieron de Burundi.