Parece que por fin va a cambiar la construcción militar en España.
De los mamparos, ya se ha dicho que los juncos chinos los empleaban. No sé qué materiales usarían, pero en cualquier caso España tiene la gran ventaja de las maderas duras tropicales. Es de suponer que en no demasiado tiempo se trasladen a las Indias parte de los astilleros.
Respecto al buque, vuelvo a mi propuesta. Con la nueva artillería ¿para qué montar setenta cañones? Con la perspectiva histórica, parece mejor tener una batería pesada compuesta por (por ejemplo) treinta o cuarenta «cañones bomberos» tipo Paixans. Esos cañones, ampliamente usados a mediados del XIX, eran de gran calibre pero menor alargamiento, porque estaban diseñados para disparar bombas explosivas que (en la realidad) hicieron estragos en los barcos de madera, por ejemplo en la batalla de Sinope (en la guerra de Crimea) o en la de Hampton Roads. En el siglo XIX se desarrollaron cañones de este tipo pesados (como los de 68 libras que llevó la Numancia, pronto sustituidos por otros aun más pesados) que de ser preciso también podían disparar balas macizas subcalibradas (usando «saleros», similares a los «sabots» actuales).
Mi propuesta podría ser, para un buque de unas 1.500 – 2.000 Tn (similar a los de tercera clase del XVIII):
– El barco sería de una única cubierta similar a las fragatas pesadas o mejor dicho a los navíos rebajados.
– La batería estaría en posición algo elevada, aprovechando el mayor peso del casco.
– Sería de ocho piezas de 68 libras por cada banda. Esas piezas, al ser menos, se podrían instalar en montajes giratorios:
Que podrían incluir algún sistema de amortiguar el retroceso. Digo 68 libras porque esos proyectiles estaban en el límite de lo que podía cargarse con facilidad «a brazo» sin precisar medios mecánicos. Los montajes, al tener el sistema de absorber el retroceso, causan menos estrés al casco. Al estar sobre raíles pueden moverse con rapidez para cargarlos (consiguiendo cadencias similares o superiores a los de 18 libras del XVIII), y con los pivotes, pueden disparar con ángulos mayores.
– Como armamento secundario, se podrían llevar o carronadas, o cañones de recámara intercambiable. Para mantener un volumen de fuego importante a cortas distancias.
– A proa y a popa, dos piezas para caza y como guardatimones; estos últimos podrían ser carronadas; los de caza, de 68 libras. Es decir, el barco podría considerarse como de 20 cañones (las carronadas, obuses o cañones ligeros no se contaban).
– Aparejo de fragata, aprovechando que el peso del casco y que el armamento no esté tan alto como en un barco de línea darían mayor estabilidad.
Un buque de línea de este tipo es previsible que tuviese cualidades similares a los 64 o 74 españoles del XVIII, y que tal vez se asemejase a las fragatas (habrá que diseñar un canal de pruebas para las formas del casco). Esta nueva generación podrá superar a los «man-of-war» que ya estará diseñando la competencia (es decir, Francia, Inglaterra, Holanda si puede pagarlos, incluso Turquía).
Obviamente, el paso siguiente sería el buque a vapor.
Saludos