Volviendo al tema, y leyendo las respuestas que van surgiendo, proporcionándome más dudas y nuevos interrogantes, me pregunto ¿Por qué José Antonio nunca admitió ser Fascista?. Y cuando digo fascista, me refiero al fascismo, como lo que es, aquello que nace en Italia. Desde el punto de vista del lenguaje periodístico, que no científico en absoluto (ni doctrinal, ni histórico), ya dije en otro momento es normal dar por sentado que la Falange es el Fascismo Español. A nivel internacional este intencionado error es mayor todavía, creo. Para la Internacional Socialista (comunista) es un objetivo fundamental unificar enemigos. Para ellos no existe Fascismo, Nacional-Socialismo; Nacional-Sindicalismo, ni cualesquiera otros grupos sejemantes como aquéllos a los que alude el amigo León. Mantienen, y aún sus herederos, como veo, hoy día como definición oficial la acuñada por Dimitroff (ya lo se, me repito más que las morcillas, pero los hechos hablan por sí solos). Según esta definición oficial nacional socialismo y nacional sindicalismo es lo mismo que fascismo y este a su vez un producto del capitalismo. Por consiguiente, el Socialismo marxista no tiene más que un único enemigo: el capitalismo. Todo lo demás son distintas formas de capitalismo.
Una buena síntesis de la doctrina fascista se ha hecho más arriba, resumiéndola en breves puntos por otro compañero del foro. No obstante las reducciones son peligrosas pues acaban llevando al absurdo, dicho sea con el máximo respeto.
Si a la paella mixta le quitamos los cangrejitos, el conejo, las gambas y el azafrán y le añadimos unos cuadritos de zanahoria y unos guisantes, no creo que nadie diga que nos encontramos ante una variedad nueva de paella, sino frente a un arroz tres delicias... (bueno, se me olvidaba el huevo creo).
Así las cosas, añadamos algo esos puntos que resumen la doctrina fascista y veremos si tenemos algo semejante a lo visto en Alemania o Italia.
Una de las frases de José Antonio que mejor describen la filosofía de la vida en su doctrina política está tomada de uno de los puntos iniciales de la Falange, publicados el día 7 de diciembre de 1.933, poco más de un mes desde la fundación de la Falange y cuando aún no se había producido la fusión con las JONS.
"La interpretación católica de la vida es en primer lugar la verdadera, pero además históricamente la española"
La primera parte de esa frase contiene la afirmación de un creyente (católico) que defiende un dogma de fe de la religión católica. Sin embargo, la segunda parte es una verdad científica, y así lo creo, perfectamente demostrable con documentos históricos en la mano, independientemente de que se sea o no católico; independientemente de que guste o no guste; se acepte o no se acepte la religión católica; se amen o se odien los dogmas católicos.
Abordemos el tema desde una perspectiva absolutamente diferente si se me permite. Fíjense, apartemonos de los dogmatismos, y del mismísimo análisis histórico. Centrémonos simplemente, si se puede en este foro, en hacerlo desde un punto de vista jurídico. Si algún estudioso del derecho civil español hay por el foro conocerá la obra de FEDERICO DE CASTRO, gran civilista y maestro. Cuando habla de "Los principios generales del derecho", escribe algo verdaderamente interesante, plenamente coincidente con el planteamiento de José Antonio y que no necesita de mayor comentario, y si entro en tan fangoso terreno es porque no estamos analizando los movimientos de blindados en Kursk, sino que creo que estamos abordando una cuestión meramente filosófica.
"El derecho español tiene sus principios específicos, rectores de nuestro vivir jurídico y manifestación del espíritu nacional. Son una constante de la legislación histórica y del pensamiento de la doctrina clásica, y se afirman ne la voluntad del pueblo español de defender su personalidad.
Sin pretensiones de una formulación concreta de los principios tradicionales españoles, se puede señalar la existencia de estas directrices: concepcíón católica de la vida, superioridad de los valores morales sobre los materiales, preferencia de la causa moral sobre la seguridad del tráfico, valoración del honor, respeto al decoro, fidelidad a la palabra dada, intimidad moral de las relaciones familiares, primacía de la dignidad humana"
"Los principios políticos, como expresión de la voluntad rectora del Estado, son los más enérgicos; pero en su eficacia jurídica están subordinados la la fuerza legitimadora del Derecho Natural, y respeto a su eficacia social no habrán de contrariar los principios naturales."
"La concepción jurídica española no permite separar a las normas legales de los principios religiosos y morales de su finalidad política: se hacen, como dicen "las Partidas", a servicio de Dios y procomunal de las gentes. No es un azar, por cierto, que haya sido un español, Raimundo Lulio, el que primero utilice el término de principios del Derecho y señale su significado y contenido.
Nada más expresivo del valor que entonces se concedía a los principios generales que estas palabras de Ramón Gómez de la Serna: "Hay principios inmutables que están en la consciencia del género humano, que en todos los pueblos a que ha llegado la antorcha de la civilización se respetan como leyes, y que, sin embargo de que son la base sobre la que el legislador levanta su obra, no han recibido sanción expresa, tal vez porque se considera que no puede añadir autoridad a lo que el asentimiento general de las naciones y de los siglos se la han dado sin contradicción; tal vez porque teme rebajar su importancia en el hecho de ponerles un sello nuevo que los comprenda con leyes que tienen carácter pasajero y mudable. Estos no son sólo leyes, sino que pueden llamarse con propiedad leyes de leyes; son reglas de orden superior que siempre se suponen, aunque no estén reducidas fórmulas oficiales de la Ley ni pasen por las solemnidades de una publicación que nadie necesita para conocerlos"
(Curioso es que pese a que pudiera tildarse tales argumentos como de reaccionarios, ultraconservadores, etc etc.. son los principios en los que se apoya sin discusión alguna sobre su legitimidad las acusaciones, y delitos enjuiciados en Nüremberg, en tanto en cuanto que se trata de principios inmutables en el tiempo, mientras el hombre sea hombre)
Esto es así, Históricamente ha sido la interpretación católica de la existencia la que ha regido la vida española, jurídica y política tambien. En España, cuando se habla de tradición, estamos hablando de catolicismo, de doctrina católica. Cuando se habla de derecho natural tradicional, estamos hablando de Derecho natural cristiano (Católico). De ello el tremendo gazapo cometido por los redactores de las REALES ORDENANZAS (para los amigos militares españoles del foro, fijaros bien) de 28.12.78
Cuando los redactores hablan de los "ideales enraizados en la tradición secular ..." están hablando, sin quererlo, de la tradición católica. El Ejército Español a lo largo de los siglos no ha tenido otra fuente distinta de ideales que la doctrina católica; la moral católica. Sin embargo, no se percataron entonces, que las REALES ORDENANZAS tenían que acomodarse a la Constitución.
Pues bien, lo mismo sucede con la doctrina falangista. No tiene una visión del mundo (Weltanschauung) propia en el sentido de que haya fabricado una nueva. La suya es sencillamente la históricamente española; la tradicionalmente española... La interpretación católica de la vida, en suma. La hace suya, la incorpora a su doctrina, o se se prefiere, al revés, José Antonio inserta y acomoda su doctrina política, su planteamiento doctrinal a la visión del mundo católica, fusionándose con ella.
Esta es la esencia de la doctrina Falangista desde un comienzo y esta fue la explicación ideológica que siempre dio Primo de Rivera, precisamente cuando le criticaban que la Falange era una imitación del Fascismo. España ha de volverse sobre sí misma; ha de volver a encontrar sus raíces; sus planteamientos doctrinales tradicionales (el Derecho Natural Cristiano), que le llevaron a su grandeza, según las propias palabras de José Antonio (grandeza más espiritual que material, considero yo)
Por consiguiente, si España vuelve sobre sí misma, y la Italia de Mussolini vuelve sobre sí (a la Roma Imperial) precisamente en lugar de encontrarse se separarían fundamentalmente. Hablar de paralelismo entre las doctrinas fascista y falangista, creo es hacerlo en su sentido literal de la palabra, es decir, dos líneas rectas separadas entre sí, pero que nunca llegan a encontrarse. La época de grandeza (material-espiritual) de Italia, como nación, no coincide (al menos en su púnto más algido) con la tradición católica, sino con el paganismo. Igual sucede con el caso de Francia, como acertadamente denunciaba Jaurès en la Asamblea Nacional. Por el contrario, para España, históricamente, su grandeza coincide precisamente con el momento de mayor grandeza de la religión católica.
En cierto lugar que no recuerdo de los textos clásicos falangistas se habla de la religión católica como "clave de los mejores arcos de nuestra historia" Esto que incluso tuvo que aceptar Ramiro Ledesma, quien ideológicamente distaba bastante en este punto de Jose Antonio; repito, ésto es exactamente lo que significa el catolicismo, nos guste o no, dentro de la tradición hispánica. Si hay algún arquitecto en el foro, sea creyente o ateo, si es al menos científico, tendrá que reconocer que el catolicismo es piedra angular en el edificio histórico español.
(si eso queremos cambiarlo ahora, es otra historia, que para eso el pueblo es soberano, pero sigo ateniéndome a los hechos y al momento histórico sobre el que estamos hablando)
En el punto VIII de los "puntos iniciales" dedicado a "lo espiritual", José Antonio había añadido: " Falange Española no puede considerar la vida como un mero juego de fectores económicos. No acepta la interpretación materialista de la historia. Lo espiritual ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y los pueblos"
"...Aspecto preeminente de lo espiritual es lo religioso" Oportuna matización ésta, ya que hay regímenes que reconocen la necesidad de lo espiritual para mover a sus pueblos, pero rechazan lo religioso. Regímenes totalitarios como el socialista; el nacional-socialista, admiten lo espiritual, pero su espiritualidad rechaza la existencia de toda religión, porque no toleran ninguna competencia.
En el caso de la Falange, su doctrina no la considero en ese aspecto totalitaria, porque la doctrina no es una religión, no sustituye a la religión. No disputa a la religión el dominio del alma del hombre. Por tanto, no abarca al hombre en su totalidad (compárese este punto con el nacional-socialismo y el fascismo). Está dentro de la más clara tradición del pensamiento tracidional español.
Un régimen totalitario no admitiría tal dicotomía. Tales regímenes deben y quieren gobernar al hombre en su totalidad. (la religion no era el opio del pueblo??)
Continuando con la lectura de este punto VIII, José Antonio sienta una afirmación que curiosamente coincide con el planteamiento hecho en este aspecto por F.Engels: "Ningún hombre puede dejar de formularse las eternas preguntas sobre la vida y la muerte; sobre la Creación y el más allá".
Es curioso, pero tampoco Engels admitió el "dilettantismo"; el sí pero no, el no estar a favor pero tampoco en contra; el disfraz del agnosticismo, en suma:
"Esta obra (la de Engels) representa lo que nosotros llamamos el materialismo histórico, y esta palabra es para los oídos de la inmensa mayoría de lectores británicos una aguda altisonancia. La palabra agnosticismo todavía puede caber, pero materialismo, totalmente imposible. De hecho ¿qué otra cosa es el agnosticismo sino un materialismo vergonzante?. La concepción de la naturaleza del agnóstico es totalmente materialista. La totalidad del mundo natural es dominada por leyes y excluye toda clase de influencia exterior..."
"Hoy sin embargo nuestro mundo de las ideas sobre el universo en evolución no deja en absoluto sitio alguno ni para un creador ni para un director. Cuando un hombre es un científico;cuando sabe algo con certeza, entonces es materialista. Fuera de su ciencia, en terreno en que no se ecuentra seguro, traduce al griego su ignorancia y lo llama agnosticismo"
Existe como puede verse un paralelismo interesantísimo, de un lado Engels y José Antonio coinciden plenamente "A esas preguntas no se puede contestar con evasivas; hay que contestar con la afirmación o con la negación" sigue diciendo José Antonio. Engels, por supuesto contesta la negación; con un no rotundo: "con Dios, sencillamente ya hemos terminado" y emprende la visión del mundo desde una interpretación materialista.
José Antonio por el contrario, contesta con un sí rotundo a la interpretación católica de la existencia. Y es que tanto Engels como José Antonio representan, al menos a mi parecer, unas mentes lógicas que no toleran el confusionismo.
Así y para terminar (disculpadme pues me parece que he vuelto a extenderme un poquito)

Comparemos ésto, que es punto esencial e inmutable de la doctrina falangista, con el Fascismo y en Nacional-Socialismo. ´¿Seguimos ante una paella, o nos comemos un arroz tres delicias?