SAAB escribió:nou_moles escribió:SAAB escribió:interesante tema,y un poco espinoso,creo que esta bien hablar de todos los muertos,ya que al fin y al cabo,¿de que sirvio la guerra?¿de que sirve usar los muertos ahora?¿de que sirve honrar a unos y a otros no?
Pues claro que hay que hablar de todos, hoy mismo estuve en una fosa de republicanos asesinados por republicanos.
¿donde fue?¿que paso?nunca he oido cosa semejante
Relativamente son comunes las fosas de republicanos asesinados por republicanos.
Mira que paso con el P.O.U.M., o con los anarquistas. Pero me refería a esto, te pongo un extracto de un trabajo que realice con compañeros.
Los fusilamientos de Rubielos de Mora.
Tras la victoria del ejército republicano en la ciudad de Teruel el 22 de diciembre de 1937, se sucedieron unos días de relativa calma en el frente ya que la batalla había dejado mermadas las fuerzas en ambos bandos. Fue entonces cuando tanto la 84º como la 87º Brigada que habían participado en la Batalla de Teruel esperaban que se les concedieran algunos días de descanso en la retaguardia tal y como se les había prometido desde el mando republicano. Pero los días pasaron y cuando al fin el día 9 de enero recibieron nuevas órdenes, éstas no les enviaban a la retaguardia, sino a un nuevo punto de enfrentamientos situado en La Muela. Esta situación hizo que muchos de los miembros de la 84º Brigada se sintieran engañados y se dejara notar una sensación general de malestar. Pero aún así acataron las órdenes. Después de permanecer en aquel enclave hasta el día 16 de enero y tras 1 mes de combates prácticamente ininterrumpidos y sufrir numerosas bajas y heridos, al fin llegó la esperada orden de su retiro a la retaguardia, siendo relevados por miembros de la 68ª División. La 84º Brigada fue repartida entre un convento de Rubielos de Mora, donde había sido establecida su jefatura y Estado mayor y unas minas de pizarra cercanas a la población. Pero este descanso que todos los soldados interpretaron como el merecido premio que se les había prometido después de sucesivos éxitos en el frente de Teruel, en realidad tan solo era una excusa para llevar a cabo una reorganización de las tropas ordenada desde el Estado Mayor del ejercito de Levante. Y desde luego, lo que los soldados desconocían era que se les podría volver a enviar al frente en cualquier momento, sin respetar ningún acuerdo previo. El día 17 de enero, las tropas franquistas comenzaron una dura ofensiva mediante ataques de aviación, con la intención de recuperar la capital turolense. Este nuevo ataque cogió desprevenidas a las líneas de defensa republicanas que resultaron seriamente dañadas. Tanto el Batallón Largo Caballero como el Azaña se negaron a volver a la batalla, alegando que el periodo de descanso prometido había pasado a reducirse a un simple descanso de 2 días, incluso habiendo tenido que recorrer los 56 km que separan Teruel y Rubielos de Mora a pie. La crispación entre los soldados era considerable. La noticia llegó a los altos mandos del bando Republicano y tras una reunión de urgencia se dio la orden de deshacer la insubordinación a toda costa. La misma noche del día 19 de enero llegaron al convento de Rubielos de Mora varios camiones con guardias de asalto y los componentes de la 84º Brigada pensaron que serían los que les relevarían en el frente, pero nada más lejos de la realidad. Todo resultó ser una encerrona, un engaño por parte del jefe de la división y del resto de oficiales que les ordenaron que los que no quisieran volver al frente dejaran su armamento y se pusieran en una cola, mientras que aquellos que desearan ser enviados de nuevo al frente debían formar en otra cola. Ésta sin duda fue una estrategia muy astuta para desarmarlos sin que sospecharan nada y poder subirlos a los camiones. A continuación los insubordinados fueron transportados a unas minas de pizarra cercanas a la población y alojados en el pabellón de ingenieros. Allí pasaron pocas horas hasta que llegaron de nuevo algunos camiones con oficiales y soldados que leyeron una lista con unos nombres. Aquellos que estaban en la lista fueron subidos al camión con la excusa de que se los llevaban a Rubielos de Mora a declarar por la insubordinación. Pero la realidad fue muy distinta ya que fueron transportados a un pinar del cercano paraje de Piedras Gordas. Y allí, muy cerca de la carretera que unía Rubielos con Mora, a escasos 3 km de población, estos 46 combatientes republicanos, entre ellos 3 sargentos, 12 cabos, 30 soldados y un tambor de la 84ª Brigada mixta fueron fusilados sin contemplación. Por lo que respecta al resto de miembros de 13 esta brigada que se habían negado a volver al frente, fueron procesados. Posteriormente debido a varios fracasos la 84ª Brigada sería disuelta.
LOS PAISAJES DE LA MEMORIA: EL PATRIMONIO BÉLICO DE LA GUERRA CIVIL EN LA COMARCA DE GÚDAR – JAVALAMBRE (TERUEL).ANÁLISIS E INVENTARIO PARA SU PUESTA EN VALOR
Licenciado en Geografía, Técnico en Gestión Ambiental y Planificación Territorial