JoseLuis escribió:victor1905 escribió:¿no es exagerado catalogar como toque folclórico la participación "civil" en la sofocación del golpe en Madrid y sobre todo en Barcelona?.
Pues creo que no, y para ello basta con seguir el relato de hechos, efectuado desde una perspectiva desapasionada, y seguir un plano de la ciudad de la epoca, y la composición de fuerzas que salieron a la calle. Hay que tener en cuenta que la guarnición de Barcelona se estab reubicando en los nuevos acuatelamientos del Plan de Primo de Rivera, y que por lo tanto uno de los Regimientos de Infanteria ya estaba instalado en el cuartel del Bruch, que entonces era el extrarradio de la ciudad, mientras que el segundo estaba en el cuartel de Jaime I, al otro lado del Parque de la Ciudadela (que tras la guerra y hasta su desafectación fue cuartel de Intendencia); y que tanto el Regimiento de Artillería se habían trasladado recientemente a los nuevos cuarteles de San Andrés de Palomar (una de las razones de que la revolución de 1934 fue sofocada tan rápidamente en Barcelona es que las unidades de Artillería aún estaban en los viejos cuarteles de Atarazanas, y por ello pudieron rápidamente hacerse con el control de las Ramblas y emplazar piezas en la Plaza de San Jaime, frente al Palacio de la Generalidad, foco de la rebelión), excepto el Regimiento de Artilería de Montaña, que aún estaba en el cuartel de los Docks, en la Avda. Icaria mientras que la Caballería tenía un Regimiento en el cuartel de la calle Tarragona, y el otro el el cuartel de la calle Lepanto, en el barrio de Gracia.
Frente, los efectivos de orden público eran tres Grupos de Asalto, tres Escuadrones de Caballería del Cuerpo de Seguridad y Asalto, y un Tercio entero de la Guardia Civil, el 19º Tercio, al mando del coronel Escobar, además de las unidades de guarnición del Cuerpo de Seguridad y Asalto, y las milicias de los partidos.
El plan de los alzados era que las cuerzas militares convergiesen en la plaza de Cataluña ý hacerse con el control de los edificios más importentes y servicios pùblicos, y luego ir bajando por Ramblas para ir tomando los edificios oficiales.
Del cuartel de Infantería del Bruc, salió un Batallón de Infantería, que bajo Avenida Diagonal abajo, y aunque fue hostigado por milicias, sobre todo de la CNT, pudo llegar hasta la plaza de Cataluña, donde ya se enfrentó con los guardias de Asalto, que, además, les rodearon utilizando las galería y tuneles del metro, teniendo que atrincherarse en los edificios de la Telefónica, y el hotel Colón (donde ahora está El Corte Inglés, para enterarnos).
La Caballería: del cuartel de Lepanto salió un Escuadrón desmonado, reforzado, que tomo la Travesera de Gracia, es decir, cruzó casi todo el barrio de Gracia, y aunque fue hostigado por milicianos, sólo fue rechazado cuando al descender por el Paseo de San Juan y tomar la Diagonal para llevar a la actual plaza Juan Carlos I (antes el Cinco de Oros), que era su objetivo, se topó con los guardias de asalto, tanto de a pié como a caballo, que, además, les dieron una carga de caballería, que obligó a que las fuerzas se tuvieran que refugiar en el convento de los Carmelitas (confluencia de las calles Lauria, Rosellón y Avenida Diagonal); el otro Regimiento, también con fuerzas a pié, salió de su acuartelamiento, bajo por la calle Tarragona, tomó la plaza de España y bajó por el Paralelo, pero no pudo llegar hasta el final, por entablar combate con las fuerzas de asalto, que en parte estaban acuarteladas en la montaña de Montjuich, en los antiguos pabelloness de la Expo.
La Artillería: salió una Batería reforzada por una sección de fusiles del cuartel de San Andrés, y tomó por la carretera de Ribas, atravesó dos barrios populosos obreros, donde la CNT era la dueña, como son la Sagrera y El Clot-San Martí de Provençals, atravesó las vías del ferrocarril (que estaban donde ahora está la Avda. Meridiana), y de allí descendió para tomar la Gran Vía, y fue detenida por las fuerzas de asalto antes de que pudieran llegar a la confluencia con Via Layetana o Paseo de Gracia, que es, además, donde se perdieron las piezas.
Es decir, que las fuerzas militares, a pesar de estar en acuartelamietos alejados del centro de la ciudad, pudieron atravesar la misma, a pesar del hostigamiento de los milicianos, y sólo fueron detenidas por las fuerzas de seguridad y asalto.
En las Ramblas, en el viejo cuartel de artillería de Atarazanas, casi desocupado por haberse trasladado a los nuevos cuarteles, permanecía sólo una Seccíón, reforzada, en funciones de seguridad. Aún así, y a pesar de estar cercado por milicianos de la CNT, sólo pudo ser asaltado cuanto tras después de dos días de combates, y tras la alocución del general Goded por la radio comunicando su rendición, los defensores ya no opusieron resistencia.
Dos factores hicieron que el alzamiento no triunfase en Barcelona: el primero, y más importante, que el Regimiento de Infantería que estaba en el cuartel de Jaime I no se sumase a los alzados, pues estaba a tiro de piedra de edificios importantes, cuya toma hubiera sido determinante, y me refiero a la Comisaría de Orden Público, ubicada en lo que es la actual sede de la Subdelegación del Gobierno (antes Gobierno Civil), y la Jefatura de Policía, que estaba en lo que es la actual plaza Antonio López, en la confluencia de Vía Layetana con Marqués de la Argentera), porque eran los lugeares desde donde se dirigía la lucha contra los alzados, sobre todo desde la primera, al mando del Comisario General de Orden Público, comandante de Caballería Escofet, y la segunda, que el día 20 de julio, y cuando la situación estaba casi en tablas, la Guardia Civil se decantase a favor del Gobierno.
En Madrid, la situación fue distinta, ya que no hubo lucha callejera, sino que simplemente las fuerzas que había en el cuartel de La Montaña, Un Regimiento de Infantería y un Regimiento de Ingenieros, se declararon el situación de rebeldía. Rodeado el edificio por fuerzas de orden público y milicianos, se rechazaron dos intentos de asalto protoganizados por milicianos, y fue necesario el empleo de dos piezas de artillería y un carro CA-1 Schneider, traídos desde el Parque de Artillería, además de los guardias de Asalto, para lograr la rendición.
El resto de fuerzas de Madrid, estaban en Campamento, y aunque algunas unidades estaban dispuestas para salir, se dió contraorden.
Vamos, que desde un punto de vista objetivo, la participación miliciana pudo representar un factor anímico para las fuerzas gubernamentales, y de cara a los propagandístas, lo que vengo a llamar el "elemento folclórico", y ello porque en la mente de muchos revolucionarios aún se estaba en los aspectos de las revoluciones europeas y españolas de 1830 y 1848, pero desde 1870, y me remonto a la Comunda de Paris, se viene demostrando que las milicias, los volunarios civiles, o "el pueblo" o como se quiera llamar, siempre que se han enfrentado con fuerzas militares organizada y disciplinadas, siempre han ganado estas últimas: véase la revolución alemana en Berlín el febrero de 1919, las tropas de la Garde-Kavalleríe Schutze Division y voluntarios del Freikorps acabaron con la revolución espartaquista; en Munich, lo mismo con la República soviética de Baviera, etc, etc