mfer escribió:Predikador escribió:Yo creo que en vez de hacer un referéndum en las vascongadas sobre la autodeterminación de las provincias vascas, o en Cataluña sobre las catalanas, o en Galicia.., deberían hacer un referéndum entre todos los españoles para conocer si estos están de acuerdo en regalar un trozo de España a los regionalistas, llámese vascos, catalanes, gallegos o a la comunidad de propietarios de Serrano 21, que para el caso es lo mismo.
Esto es lo que dice la Constitución que hay que hacer, en el caso de se quiera reformar la misma en ciertos artículos (que incluyen el de la indisolubilidad de la nación española):
Artículo 168.
1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título Preliminar, al Capítulo II, Sección I del Título I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.
2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3.
Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.
Pero los nacionalistas vascos y los catalanes niegan el derecho de los demás españoles a decidir sobre "su" territorio, dado que no es "territorio español" (muy listos ellos: sólo ellos tienen el poder de decidir lo que es español y lo que no).
Naturalmente, el que haya "colado" la inclusión del término "nación" dentro de algunos estatutos de autonomía, rompe la "unidad ideológica" constitucional (Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas) al introducir más "naciones" en nuestro ordenamiento jurídico y, por tanto, o bien es anticonstucional o bien ha de restringir la "nación española" a lo que no sean otras naciones -que de eso se trata-. Así, cualquier separatista podría reconocer que esa constitución vale... para España. Sin duda, además, promueve otro paso más del victimismo: la de vender la idea de una nación sin Estado propio y, por lo tanto, de una nación sometida a un Estado ajeno. El nacionalismo no da un paso atrás, todos hacia delante.
En cuanto a las reflexiones de
Carlogratto. La finalidad de todo poder, esté en la "escala de poder" en el que esté es la de perpetuarse, presentándose como necesario y/ o obligando a su aceptación o sea... como sea. Se supone que en las democracias la legitimidad de un poder radica en su representatividad en cuanto a los ciudadanos que no forman parte de ese poder. Asi, las leyes que dan forma a esa forma de poder, a esa relación de representatividad, son más o menos perfectas inversamente a las posibilidades de actuación arbitraria que tengan los detentadores del poder, que no es suyo, sino delegado. Así lo recoge el art. 1 de nuestra Constitución: " La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
Quiero decir que la legitimidad de cualquier poder ha de basarse exclusivamente en la representación que ostenta.
Hasta aquí la teoría. El caso nuestro es que el poder del Estado se repartió entre las fuerzas políticas que acordaron el "pacto constitucional" no en términos de representación, sino en los términos de reparto del poder entre esas mismas fuerzas. Por cierto: eso me lleva a pensar que muchos estaban contra Franco no por lo que hacía, sino porque les estaba quitando la oportunidad de estar en su lugar.
Esto se presentó, en numerosas ocasiones, como una forma de "proteger" al nuevo estado constitucional frente a los peligros del "involucionismo" (¡que viene el coco!) pero, desde aquella, no se ha hecho nada para mejorar nuestro sistema de representación, acercándolo al ciudadano (nada de listas abiertas ni desbloqueadas, por ejemplo).
Iba diciendo que el poder se repartió entre las fuerzas del "pacto". El acuerdo fué que se garantizase que el nuevo régimen permitiese el "reparto del poder", atomizándolo convenientemente para que, aunque alguien "ganase" en un sitio, quedase bastante para el otro. Naturalmente, para los partidos nacionalistas que protagonizaron ese pacto, la idea es que tuvieran preeminencia en sus respectivas comunidades autónomas (curioso y significativo: cuando se negoció el nuevo estatuto de autonomía catalán... se llamó para la negociación a Convergencia). Todos sabemos que los partidos políticos son, fundamentalmente, unas "agencias de colocación" y, por tanto, había que garantizar un "mínimum" para todos los firmantes.
En nada de esto entra los intereses de los administrados, sino de reparto de la tarta para los administradores. El sistema político español es el cambalache.
Así, los argumentos para el independentismo no se basarán nunca en términos de una mejor representación popular, pues no tienen ninguna intención de mejorar el "statu quo" de los administrados sobre el poder que los administra, sino en los términos de justificación simbólica("histórica", "cultural-lingüística", etc.) y, por tanto
vacíos de contenido democrático. La "opresión" de esos pueblos no parece que sea sobre sus gentes (opresión que, en todo caso, están dispuestos a continuar), sino sobre los "derechos simbólicos" -una forma de decir: sobre el poder independiente-. Ellos pretenden la independencia sobre los territorios en los que desean ejercer poder absoluto, y obtener esa independencia por los medios que sean, y punto. Las leyes (autonómicas, separatistas, etc.) se imponen sobre el ciudadano por intereses "palaciegos" y, si algún día se celebra un referéndum de independencia, tenemos que tener como seguro que no dejarán ningún resquicio para que se pierda; nos podemos imaginar que habría que llevar la papeleta en la mano y dejarla ver, o bien quedarse sin propiedades y/o sin vida (dejarían a Chávez como un gran demócrata).
Por cierto: contestando a
maximo: Hay diversos niveles de deseo de abordar el tema de los conflictos independentistas. Ciertos niveles, aunque deseables
no parecen razonables ni necesarios en la actualidad. Sin embargo, existe un nivel legal muy razonable:
Constitución. Artículo 155.
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente
al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado,
podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Saludos.