Con traslado de base de Manta, E.U. tiene en la mira varias pistas del suroccidente del país
Clic para ampliar
Foto: Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Avión de inteligencia de E.U. en la pista de San José del Guaviare.
Las instalaciones de esta estación militar en Ecuador, como tal, no se van a trasladar a Colombia. Lo que sí está definido es que ese país planea vigilar el Pacífico desde bases colombianas.
Mientras la atención del país se ha centrado en la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, otra negociación clave con Washington se ha estado moviendo a pasos acelerados en el último año.
Al frente de ella está el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y -aspira la parte colombiana- debe marcar el tono de las relaciones militares con E.U. al menos hasta el 2014.
¿Qué hay en juego? En un momento en que el interés por el Plan Colombia viene cayendo, el gobierno del presidente Álvaro Uribe busca asegurar, hasta donde sea posible, que la asistencia se mantenga en todos los frentes.
Washington, por su lado, tiene que resolver antes de noviembre un tema urgente: a dónde va a llevar los aviones y equipos de inteligencia que, desde la base ecuatoriana de Manta, son sus 'ojos' sobre el Pacífico suramericano, una de las principales rutas de la coca. El trasteo del Puesto Avanzado de Operaciones de Manta (FOL, por su sigla en inglés) empezaría en agosto.
Fuentes que conocen las discusiones dicen que estas han avanzado "en un 40 o 50 por ciento". Aun no hay nada definitivo, pero las partes han estado hablando de temas específicos.
Más o menos desde hace un año, cuando el gobierno del presidente Rafael Correa dejó ver que no se renovaría el acuerdo que le permitió a Washington ubicar en la base Eloy Alfaro algunas de sus naves más poderosas en inteligencia, el Pentágono inició la búsqueda de reemplazos. Colombia siempre estuvo en la mira.
No quieren salir del Pacífico
Desde abril del 2008, cuando aún cabía la posibilidad de que Correa concediera la prórroga, el jefe del Comando Sur, almirante James Stavridis, habló de Perú y Colombia como posibles sustitutos. En julio 25 de ese mismo año -cuatro días antes de la negativa oficial de Ecuador-, el ministro Santos estuvo de gira por Washington. Entonces escogió con mucho cuidado sus palabras. "No vamos a transferir Manta a Colombia", dijo.
Era cierto. Lo que se está negociando es la transferencia de "algunos elementos de Manta", es decir los permisos que necesita E.U. para aterrizar en territorio colombiano los aviones, el personal y los equipos que se necesitan para manejar uno o varios FOL.
Desde entonces, delegaciones de ambos países se han estado reuniendo regularmente. Este año hubo encuentro a mediados de febrero y actualmente está en el país una delegación de E.U. que integran, entre otros, Juan Cárdenas, encargado del Programa de Colombia en el Pentágono.
Actualmente, en el Ministerio de Defensa la filosofía de la negociación es la de buscar un aumento de la cooperación militar sobre la premisa de que "no hay nada acordado hasta que todo esté acordado". Es decir, solo al final de las conversaciones se sabrá qué quedó en firme.
EL TIEMPO supo que se ha hablado de que E.U. tenga autorización para operar permanentemente desde 3 pistas colombianas. Una de ellas sería la de la Escuela Marco Fidel Suárez, en Cali, que es vista por analistas de Washington como ideal por su ubicación geográfica.
"No es lo mismo que un avión de detección salga desde Cali, cerca del Pacífico, a que tenga que volar una o dos horas antes de llegar a la Costa, que es donde debe estar cumpliendo su tarea de vigilancia", dijo una fuente.
Las bases de la Armada en Tumaco y Bahía Málaga (Buenaventura) también están en una zona que podría considerarse como 'propicia' para esa tarea.
En el último año, la llegada de aviones de E.U. en 'paradas técnicas' ha aumentado. De hecho, una importante base del centro del país fue objeto de adecuaciones técnicas para estar en capacidad de recibir a los 'elefantes del aire' que tiene Estados Unidos. Dos pistas clave en esa zona -Apiay (Meta) y Tolemaida (Cundinamarca)- también han sido contempladas.
Las 'estrellas' de E.U. en Manta son aviones de dos tipos. Unos son los Awacs (Airborne Warning and Control Sistem), radares volantes que son capaces de detectar a centenares de kilómetros las pequeñas avionetas que sacan la droga del continente. El P3 Orion puede 'ver' las lanchas y hasta los submarinos artesanales de los narcos. Los dos son, además, centrales de inteligencia capaces de barrer comunicaciones desde miles de metros de altura.
De su efectividad hablan las 822 misiones apoyadas desde Manta en el 2008, que terminaron en la incautación de 229 toneladas de cocaína.
E.U. también tiene allí aviones de inteligencia más livianos, similares a los que se vieron ocasionalmente en los últimos años en el suroriente del país, especialmente durante la búsqueda de los 3 norteamericanos que las Farc tuvieron secuestrados durante cinco años.
Colombia, señalaron fuentes en Bogotá, no piensa ceder sin contraprestación el uso de las pistas. El Ministerio de Defensa ha planteado un intercambio más intenso y permanente de entrenamiento, tecnología e inteligencia.
Uno de los puntos que podría entrar en discusión sería el de un eventual aumento del personal militar y de asesores civiles de Estados Unidos en el país. "No se van a coordinar operaciones u otras funciones", dijo un oficial consultado.
En Manta, E.U. tiene gente de la Fuerza Aérea, la Marina, la Aduana, la Guardia Costera y la Patrulla de Fronteras. Son en total unos 200 norteamericanos entre pilotos, tripulaciones y apoyos.
Tras el éxito de 'Jaque', que liberó a los 3 de E.U. y a otros 12 secuestrados, entre ellos Íngrid Betancourt, buena parte del personal de inteligencia y militar asignado a la misión de ubicarlos regresó a Norteamérica. Ese hecho daría un 'colchón' si hay aumento de personal relacionado con el traslado de funciones de la base de Manta.
Simultáneamente, como quedó claro esta semana con la trascendental visita del ministro Santos a Brasil, Colombia quiere hablar de temas de seguridad con el vecindario.
Los acuerdos con ese país, que permitirán una vigilancia compartida del espacio aéreo hasta medio centenar de kilómetros adentro de cada territorio, son un primer logro de lo que el Ministro llama "diplomacia militar", que lo llevará en las próximas semanas a visitar países como Perú y Chile.
BOGOTÁ Y WASHINGTON