El imperio del excremento.
Miles de pájaros habitando islas en el Pacífico a lo largo de siglos, acumularon por defecto cantidades asombrosas de excremento o guano capaces de alcanzar hasta 50 metros de altura.
Las reservas de guano de islas del Pacífico, alcanzarían un valor inimaginable por su utilización como fertilizante, capaces de inspirar algunas de las leyes más insólitas de la expansión territorial a escala planetaria, además de solventar por décadas la economía de un país entero con representación en la ONU y tamaño de pueblo. El punto máximo del conflicto por el excremento se alcanzó cuando estalló un enfrentamiento en altamar entre España y Perú por el control de unas islas guaneras. Y todo, en apenas dos siglos.
La ley de propiedad de las islas Guaneras: isla con guano...territorio americano.
A comienzos del siglo XIX, el descubrimiento de yacimientos de guano de gran riqueza económica por su utilización como fertilizante, motivó una verdadera carrera contra el tiempo por parte de algunos países para apoderarse de islas perdidas en el Pacífico, con grandes reservas de excremento.
Así nació el Acta de las Islas Guaneras, una legislación aprobada por el Congreso de Estados Unidos en el año 1856 que autorizaba a todo ciudadano americano a tomar posesión de cualquier isla con depósitos de guano y sin soberanía declarada por ningún país, incluso, autorizando el uso de la fuerza militar para proteger los derechos de propiedad de los nuevos territorios incorporados.
La traducción literal de la ley, extraída de wikipedia:
"Cuando cualquier ciudadano de los Estados Unidos descubra un depósito de guano sobre cualquier isla, roca, o cayo, no dentro de la jurisdicción legal de cualquier otro gobierno, y no ocupada por ciudadanos de cualquier otro gobierno, y tome posesión pacíficamente, y ocupe, ya sea, isla, roca o cayo, puede, según la discreción del Presidente, ser considerado perteneciente a los Estados Unidos."
La efectividad de la aplicación de la ley fue tal, que alrededor de unas 100 islas fueron incorporadas al dominio estadounidense. La posesión de algunas de ellas, fue abandonada una vez agotado el recurso, mientras que otras, permanecen hasta el día de hoy en disputa con otros países.
El paraíso del estiércol y la guerra Hispano-Peruana
En Perú, un conjunto de islas frente a la costa, son el paraíso mundial del excremento, gracias a estar habitadas por un pájaro típico de las zonas rocosas de la costa sudamericana del Pacífico, el cormorán guanay y el pájaro bobo peruano, verdaderos campeones mundiales de la producción de estiércol.
En la actualidad, las islas recobraron la actividad frenética de la extracción de guano gracias a los desorbitantes precios alcanzados por los fertilizantes sintéticos aplicados a la agricultura orgánica.
Cientos de jornaleros trabajan cada jornada escarbando el guano reseco que cubre islas como la de Guañape Norte. En su mayoría, son trabajadores de origen quechua, y trabajan a destajo escarbando con palas para cargar cientos de barcas de estiércol, agotando unas reservas que alcanzarían para unos 20 años en una isla ejemplo por la preservación del recurso a lo largo de un siglo. Décadas atrás, el gobierno de Perú decidió nacionalizar las islas Guaneras frente a su costa para preservar el recurso, creando la Compañía Administradora del Guano y regulando la explotación para recuperar las reservas.
En las Islas Chincha, unos 21 kilómetros al sudoeste de Perú, se desató en 1864 la Guerra Hispano Peruana, cuando España ocupó el territorio para explotar los recursos de guano. Finalmente Perú retomó el control de las islas. Hoy, el gobierno vigila las islas deshabitadas con guardias armados para proteger las aves, cuya población disminuye a causa de la disminución de sus alimentos.
La historia de Nauru, la prosperidad del fosfato.
Quizás el caso más insólito acerca de la utilización de los depósitos de guano, sea el de la pequeña isla de Nauru, un estado de Micronesia situado en el Océano Pacífico a unos 4000 kilómetros al noreste de Australia.
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Si fuera cierto que el origen de los depósitos de fosfato de la isla república de Nauru provienen de una acumulación de guano, la actividad económica del país bien podría considerarse una actividad ligada casi exclusivamente a la exportación de excremento.
Nauru es el estado insular más pequeño del mundo, la república independiente más pequeña y el único estado del mundo sin capital oficial. Demasiados títulos para un país que creció y se mantuvo independiente con apenas 13.000 habitantes y una superficie de 21 kilómetros cuadrados. El secreto de su sustento se debe exclusivamente al enorme yacimiento de fosfato de la isla, utilizado como fertilizante natural de exportación, especialmente hacia Australia.
Nauru recobró su autonomía en el año 1966 luego de la ocupación durante la Segunda Guerra Mundial por parte de los japoneses y un posterior período de administración contralada. Desde entonces, vivió un considerable prosperidad de la mano de la explotación del fosfato, con ingresos capaces de mantener por décadas una estructura gubernamental, y ahorros que desafortunadamente, fueron pésimamente administrados por corrupción y negligencia.
La desesperación por nuevos ingresos para la isla ante el agotamiento del recurso y la degradación del medioambiente, motivaron medidas desesperadas, como la implantación de un paraíso fiscal en la isla que fue muy bien aprovechado por la mafia rusa para el lavado de dinero. Testigo de las inversiones para obtener ingresos por parte del gobierno de Nauru es una construcción en Melbourne conocida como Nauru House, de la cual se esperaba obtener una renta que debió descartarse cuando se vendió para saldar deudas del país.
Al fin y al cabo, si el estiércol ha generado tantos conflictos, que menos podríamos esperar del petróleo.