Fugitivos
El capítulo 5 del libro es dedicado a narrar la historia de los pilotos 1° Grupo de Caza que fueron derribados sobre territorio enemigo y lograron evadir la captura o el destino, peor aún, de la muerte.
El alemán derribado
El Capitán Theobaldo Antonio Kopp un brasileño de origen alemán fue derribado el 7 de marzo de 1945 cuando siendo líder de la escuadrilla Vermelha (roja) atacaba blancos de oportunidad sobre Suzzara, Valler del Po, ocurrió que en un descenso Kopp y el teniente Alvaro Eustórgio fueron alcanzados por la AAA mientras los otros componentes de la escuadrilla que eran el Teniente Alberto Torres y el Teniente Rui Moreira ofrecían cobertura. La escuadrilla intentó reagruparse y regresar los cuatro a la base, pero el avión de Kopp estaba incendiado y perdió control rápidamente, por el contrario el otro avión golpeado logró regresar a la base en Pisa.
Kopp se lanzó en paracaídas desde 1500 metros de altura alrededor de las 11 de la mañana, mientras descendía sus compañeros se mantuvieron en el área pese a que eso contravenía las normas de seguridad, disposición basada en la creencia en que al volar en círculos sobre el derribo atraía rápidamente al enemigo en procura del piloto derribado.
Siguiendo las instrucciones reglamentarias el piloto brasileño tan pronto tocó suelo en un campo de labranza escondió el paracaídas junto con el dispositivo flotador (salvavidas) de llamativo color amarillo lo mejor que pudo, luego de lo cual fue alcanzado por dos ciclistas que resultaron ser partisanos, le dieron instrucciones de que corra hacia un bosque ubicado a 300 metros cuando sus compañeros de escuadrilla vieron esto abandonaron la zona con la esperanza de que los italianos ayudaran al Capitán Kopp.
Según comenta el Capitán Kopp correr con el uniforme de vuelo, botas, bolsa de fuga, pistola y caja plástica de emergencia resultó ser muy pesado, en el bosque encontró otro italiano que no le brindó ayuda alguna y con el que no pudo establecer comunicación por lo que optó por seguir internándose en la espesura para hacer más difícil una posible persecución de los alemanes y sus aliados italianos que los brasileños llamaban “camisas negras”; saltar de un avión fuera de control y verse obligado a huir inmediatamente es una experiencia muy traumática, sumado a la dificultad de comunicación con los italianos y la incertidumbre de ser encontrado por el enemigo da una idea de que la oportunidades de evitar la captura o muerte eran pocas para los pilotos aliados derribados sobre territorio de dominio alemán si no se contaba con la ayuda de los locales.
Durante los primeros momentos de su huida Kopp fue obligado por cada italiano que se encontró a correr para alejarse del sitio de caída, luego lo hicieron quitarse el uniforme de vuelo y usar ropas de civil, para dificultar que se lo reconozca como piloto pero así mismo poniéndolo en riesgo de ser fusilado si era capturado sin uniforme.
Guiado por varios grupos de italianos el Capitán Kopp caminó durante varios días, ocultándose en casas de campesinos y movilizándose con uno o dos acompañantes, en una ocasión pasó 4 días en compañía de un italiano desenfadado que era muy hablador y que solía dejar a Kopp solo mientras iba a Suzzara a visitar a una señorita, un día llegaron a la casa dos soldados alemanes y el italiano con gran sangre fría los hizo pasar e invitar una copa de vino mientras Kopp estaba oculto en la misma casa, el italiano les preguntó a los alemanes si deseaban revisar la casa a lo que respondieron que no y continuaron con su viaje.
El 18 de marzo Kopp fue testigo involuntario de un enfrentamiento entre partisanos que junto con desertores tartaros (ex pow rusos posteriormente reclutados por los alemanes) combatieron con una unidad alemana que luego de cierto tiempo los hizo replegarse y a Kopp junto con ellos.
En su huida conoció a un capitán alemán desertor (Cap Karl) así como a un piloto ruso (Tte Orloff) y otros personajes curiosos de los estructura partisana (Americano, Gora, etc.) donde se hacían pocas preguntas nadie daba su nombre verdadero y Kopp (Alemán) era transferido entre distintos grupos y lugares hasta que finalmente cuando los tanques americanos avanzaban rumbo al Rio Po y las unidades alemanas de la zona se rendían casi sin oponer resistencia Kopp fue enviado a Florencia escoltado por un grupo de partisanos guiados por “Americano” se encontraron con un grupo de alemanes parapetados en una casa, estos se negaron a rendirse y se inició un combate que terminó con la muerte de “Americano” y la posterior ayuda de tanques americanos que convencieron a los alemanes de rendirse, los partisanos furiosos con la muerte de su líder fusilaron a los soldados alemanes ante la mirada indiferente de los soldados estadounidenses.
El 22 de abril Kopp fue entregado a una unidad estadounidense donde tuvo alguna dificultad en identificarse como piloto brasileño parte de la 12va Fuerza Aérea pero con todo pocos días después volvió con sus compañeros de Senta a Pua! en Pisa donde su llegada fue celebrada como se debe.
Senta a Pua! (Rui Moreira Lima)
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La historia del Capitán Joel Miranda y de Danilo Moura
El 4 de febrero de 1945 dos pilotos brasileños fueron derribados en la misma misión, se trata del Capitán Joel Miranda, jefe de escuadrilla y del 2° Teniente Danilo Moura, ala, que se lanzaron a un ataque contra blancos en Castelfranco siendo recibidos con intenso fuego AAA por lo que fueron impactados a baja altura durante la zambullida. Ambos aviones impactados se incendiaron y los pilotos trataron en medio del espeso humo elevar sus aviones a una altura segura para saltar, cosa que lograron con distinta suerte, el Capitán Miranda sufrió la fractura y descoyuntura de su brazo izquierdo y un esguince de tobillo en tanto que el Teniente Moura resultó con relativa mejor suerte, durante el salto solo se lastimó la lengua lo que dificultó su habla durante varios días. Los pilotos cayeron en sitios distintos por lo que vivieron por separado su travesía tras las líneas enemigas.
El autor opina que el periplo que le tocó vivir al Capitán Joel Miranda es el más extraordinario de todos a quienes les toco vivir la experiencia de ser derribado sobre territorio enemigo. Al saltar del avión se fracturó y lesionó el hombro izquierdo ya que al saltar en medio del humo de su avión se golpeó contra el fuselaje, para remate luego el brazo lastimado se enredó con las cuerdas de su paracaídas, al caer se lastimo el tobillo, en tan malas condiciones tuvo la presencia de ánimo para apenas tocar tierra iniciar la dura rutina de evasión de las tropas enemigas, con la ayuda de civiles y partisanos italianos vivió los siguientes meses huyendo y ocultándose en granjas y en casas, los partisanos incluso logrando darle atención médica al brasileño en hospitales alemanes mediante engaños y audacias increíbles, en un momento dado estuvo oculto en una casa que fue ocupada por tropas alemanas que instalaron un puesto de radio en las cercanías y que fue atacado por un comando partisano. En otra ocasión se encontró en el camino con dos soldados alemanes que lo registraron y le pidieron sus papeles que por supuesto no tenía pero logró convencerlos de que lo acompañen a su inexistente casa, a dos kilómetros, para ver sus papeles, pronto los alemanes perdieron interés en este civil italiano y logró escapar una vez más de la captura, durante su clandestinidad fue conocido por la resistencia como Capitán Berto. Al igual que le ocurrió al Capitán Kopp el Capitán Miranda sufrió el dolor de la muerte de uno de sus amigos de la resistencia, un Soldado sudafricano conocido como Steve capturado en Toburk y que luego evadido del campo POW se unió a la resistencia combatiendo durante mucho tiempo en la clandestinidad para morir asesinado por un capitán SS pocas horas antes de la llegada de las tropas aliadas a la zona.
Finalmente el Capitán Miranda logró reencontrarse con el Teniente Neiva que fue enviado a buscarlo a él y al cuerpo del Teniente Federico Dos Santos, finalmente llegó a la Base de 1° Grupo de Aviación de Caza el 12 mayo, es decir más de tres meses después de ser derribado.
2° Teniente Danilo Moura, Este piloto perteneciente a la reserva de aviación era hermano del comandante del grupo Tte Coronel Nero Moura y fue derribado junto con el Capitán Miranda el 4 de febrero, durante un invierno bastante frio, pero este joven piloto desde el principio se propuso regresar a las líneas aliadas, contando con la ayuda de la resistencia pero sobre todo con una gran voluntad y energía sacó provecho de que dominaba relativamente el italiano y logro movilizarse noche y día por el territorio ocupado por los alemanes, durmiendo no pocas veces a la intemperie pero siempre encontró civiles o resistente italianos dispuesto a ayudarlo aun a costa de su propia seguridad. Finalmente el 2 de marzo llegó a la ciudad de Barga ocupada por fuerzas aliadas donde fue procesado y regresado a su unidad el día 4 de marzo, es decir un mes después de su derribo. A su llegada fue recibido con gran alegría y festejos por sus compañeros.
El 4 de febrero de 1945 dos pilotos brasileños fueron derribados en la misma misión, se trata del Capitán Joel Miranda, jefe de escuadrilla y del 2° Teniente Danilo Moura, ala, que se lanzaron a un ataque contra blancos en Castelfranco siendo recibidos con intenso fuego AAA por lo que fueron impactados a baja altura durante la zambullida. Ambos aviones impactados se incendiaron y los pilotos trataron en medio del espeso humo elevar sus aviones a una altura segura para saltar, cosa que lograron con distinta suerte, el Capitán Miranda sufrió la fractura y descoyuntura de su brazo izquierdo y un esguince de tobillo en tanto que el Teniente Moura resultó con relativa mejor suerte, durante el salto solo se lastimó la lengua lo que dificultó su habla durante varios días. Los pilotos cayeron en sitios distintos por lo que vivieron por separado su travesía tras las líneas enemigas.
El autor opina que el periplo que le tocó vivir al Capitán Joel Miranda es el más extraordinario de todos a quienes les toco vivir la experiencia de ser derribado sobre territorio enemigo. Al saltar del avión se fracturó y lesionó el hombro izquierdo ya que al saltar en medio del humo de su avión se golpeó contra el fuselaje, para remate luego el brazo lastimado se enredó con las cuerdas de su paracaídas, al caer se lastimo el tobillo, en tan malas condiciones tuvo la presencia de ánimo para apenas tocar tierra iniciar la dura rutina de evasión de las tropas enemigas, con la ayuda de civiles y partisanos italianos vivió los siguientes meses huyendo y ocultándose en granjas y en casas, los partisanos incluso logrando darle atención médica al brasileño en hospitales alemanes mediante engaños y audacias increíbles, en un momento dado estuvo oculto en una casa que fue ocupada por tropas alemanas que instalaron un puesto de radio en las cercanías y que fue atacado por un comando partisano. En otra ocasión se encontró en el camino con dos soldados alemanes que lo registraron y le pidieron sus papeles que por supuesto no tenía pero logró convencerlos de que lo acompañen a su inexistente casa, a dos kilómetros, para ver sus papeles, pronto los alemanes perdieron interés en este civil italiano y logró escapar una vez más de la captura, durante su clandestinidad fue conocido por la resistencia como Capitán Berto. Al igual que le ocurrió al Capitán Kopp el Capitán Miranda sufrió el dolor de la muerte de uno de sus amigos de la resistencia, un Soldado sudafricano conocido como Steve capturado en Toburk y que luego evadido del campo POW se unió a la resistencia combatiendo durante mucho tiempo en la clandestinidad para morir asesinado por un capitán SS pocas horas antes de la llegada de las tropas aliadas a la zona.
Finalmente el Capitán Miranda logró reencontrarse con el Teniente Neiva que fue enviado a buscarlo a él y al cuerpo del Teniente Federico Dos Santos, finalmente llegó a la Base de 1° Grupo de Aviación de Caza el 12 mayo, es decir más de tres meses después de ser derribado.
2° Teniente Danilo Moura, Este piloto perteneciente a la reserva de aviación era hermano del comandante del grupo Tte Coronel Nero Moura y fue derribado junto con el Capitán Miranda el 4 de febrero, durante un invierno bastante frio, pero este joven piloto desde el principio se propuso regresar a las líneas aliadas, contando con la ayuda de la resistencia pero sobre todo con una gran voluntad y energía sacó provecho de que dominaba relativamente el italiano y logro movilizarse noche y día por el territorio ocupado por los alemanes, durmiendo no pocas veces a la intemperie pero siempre encontró civiles o resistente italianos dispuesto a ayudarlo aun a costa de su propia seguridad. Finalmente el 2 de marzo llegó a la ciudad de Barga ocupada por fuerzas aliadas donde fue procesado y regresado a su unidad el día 4 de marzo, es decir un mes después de su derribo. A su llegada fue recibido con gran alegría y festejos por sus compañeros.
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