Revolucion Francesa y Guerras Napoleónicas 1792-1815

[Boba_Fett]

No sé hasta qué punto Francia era rica o pobre. Posiblemente, por su relativo buen clima y óptimas tierras de cultivo, fuera un país bastante más rico , en términos agrícolas, que España o Italia, por poner ejemplos. Pero la Revolución se gestó en unas condiciones de obejtivo empobrecimiento de las masas populares.

Un saludo.

Amigo Castelo creo que confundes "enrequicimiento" con "modernización"...ademas esta bastante claro hoy en dia que la verdadera alma de la revolución fue la burguesia adinerada, harta de pagar todas la cuentas y harta de vivir en un pais con una maraña de normas y tasas que hacian poco para ayudar al comercio.
Las clasas populares recibieron la revolución con simpatia unicamente en las grandes ciudades en las zonas rurales pues no fue muy bien recibida los primeros años...

Enrequicimiento hubo, aunque al final solo unos pocos realmente se enriquecieron, por la venta de las propriedades de la Iglesia y de algunos nobles y el saqueo de los paises conquistados pero casi todo se fue para pagar a los enormes ejercitos formados despues de los primeros años...pero la modernización fue algo nunca visto, el pais cambio de Estado semi Feudal con algunos mejoras propias de la Ilustración a un Estado moderno: centralización, burocracia eficaz unificada a nivel nacional, creación de las unidades de medidas universales (Km, cm..ect...hasta 1789 habia decenas de sistemas diferentes), eliminación de las leyes y costumbres regionales...y luego con el Consulado y el Imperio vino el Banco central de Francia (solo Inglaterra tenai algo parecido), el Codigo Civil, un sistema de enseñanaza publica moderno (Liceos)...en fin un sinfin de cosas ...

La causas de la revolución ...simplificando mucho, claro que despues vinieron toda clase de movimiento ideologicos que se aprovecahron de la situación, pero en definitiva fue lo que siempre movio al mundo: $$$$$...el vil metal...la nobleza queria guardar sus privilegios, lso cuales les daba mucho $ y los burgueses querian acabar con dichos privilegios y tomar las riendas del Estado, reemplazando a la nobleza para aumentar susu beneficio$ provenientes del comercio....la prueba de esto es que Inglaterra tras la revolución y el afianzamiento del Directorio en 1795 lo que mas temia de Francia no era sus ideas sino que la modernización de ese pais lo convertia en un posible peligroso competidor a nivel comercial...

Saludos, y otra vez gracias a Aqualongo por estos posteos suyos tan completos en materia de Historia.

[japa]

No sólo se trataba de reemplazar a la nobleza: el endeudamiento del estado había llegado a tal extremo que los bancos vieron en el horizonte una bancarrota sin precedentes, tras varias décadas de empréstito tras empréstito. En esas circunstancias un monarca por derecho divino podía plantearse una simple anulación de deudas, lo cual hundiría la economía capitalista de Francia dejando, eso sí, intacta la base de poder de la aristocracia, que eran las tierras.
Por cierto que la situación del campo no era tan idílica: los campesinos se veían sometidos al diezmo eclesiástico, a los cobros de los derechos feudales de sus señores (dueños de casi el 80 por ciento de las tierras que no dependían directamente de la iglesia o la corona), que iban aumentando a medida que se disparaban los gastos suntuarios para poder destacar en la Corte, y además a las tasas sobre los productos básicos (sal, harina, pescado) y no tan básicos (telas, herramientas) que además no eran individuales: una carreta de pescado que fuera de París a Toulouse pagaría las tasas cada vez que dejase las tierras de una demarcación y pasara a otras. Cuando se reunieron los Estados Generales recibieron unos abultados cuadernos de quejas de los agricultores. No obstante es cierto que comparados con los indigentes de París (casi el 20 por ciento de la población urbana vivía en la más absoluta pobreza) eran relativamente afortunados.

[Boba_Fett]

Los campesinos y las poblaciones mas rurales en general solian ser fieles a la corona (como se demostro en los numerosos combates internos posteriores a la revolución ocuridos en regiones muy rurales como la Provenza o, la Vendée o la Bretaña) no porque vivian "bien" (aunque tampoco como bien se dijo su situación era la peor dentro del pais ni mucho menos) pero por tradicionalismo y por una simple cuestión de Fe religiosa...no vieron con buenos ojos a esos revolucionarios de París, anticlericales y radicales hasta al punto de querer una Republica a cualquier precio (incluido la muerte del Rey y de la familia real), sin contar el fin de los tradicionalismos regionales...

Saludos.

[CASTELO]

De hecho, un gran granero de votos de la derecha francesa siguen siendo esas zonas rurales que, a pesar de dos siglos de laicismo (más atemperado según las épocas) , siguen siendo católicas y tradicionalistas :).

Un saludo.

[agualongo]

Así es, tal y como habéis escrito, amigos Boba y Castelo, el campesinado llegó a enfrentarse a la Revolución, y ya veremos que fue motivada por el factor religioso y monárquico...


el Rey ordenó al Parlamento de París registrar el edicto el 8 de agosto de 1787 en un Lit de Justice. Pero los parlamentarios declararon nulo el registro y prohibieron la publicación del Edicto Real, incurriendo en un delito de rebeldía.
Este desacato fue sancionado con el destierro del Parlamento a Troyes, acto de energía que fue respondido por los parlamentarios con la suspensión de los asuntos en curso, con lo que lograron intimidar al débil monarca y a su claudicante gobierno, que se avinieron a levantar el destierro y a renunciar a la subvención territorial, a cambio de que el Parlamento prologase el plazo de percepción de los impuestos vigentes, que estaban a punto de prescribir. El 25 de septiembre de 1787 los parlamentarios regresaron a París, donde fueron recibidos triunfalmente por la plebe, siempre dispuesta a secundar los actos de rebeldía.

Como las dificultades económicas del gobierno Brienne iban en aumento, éste tuvo que reducir los gastos públicos, suprimiendo pensiones, disminuyendo sueldos y licenciando gran número de soldados y oficiales, pero con ello redujo sus recursos de fuerzas y aumentó el número de descontentos, pues el desequilibrio financiero no se debía tanto al exceso de gastos como a la insuficiencia de ingresos.Sin posibilidad alguna de aumentar sus ingresos mediante la vía de impuestos, por la oposición parlamentaria, Brienne tuvo que hacer uso, como los ministros anteriores, del desacreditado empréstito, emitiendo uno por valor de 120 millones de libras, repartido en cinco años, con el que se pretendía cubrir los gastos más indispensables hasta la reunión de los Estados Generales, que se anunciaban para 1792.


Como vemos la crisis económica estaba dando parte, debido a la rebelión de los estamentos privilegiados , a una grave crisis social.

saludos

[agualongo]

Con este proyecto, Brienne pretendía captar la benevolencia del Parlamento de París, al que correspondía también registrar los edictos relativos a los empréstitos. Con esta finalidad, se celebró el 19 de noviembre de 1787, en la sala de dicho tribunal, una sesión presidida por el Rey. Pero, contra lo que se esperaba, los engreídos magistrados opusieron su veto a la emisión del empréstito. Y el monarca tuvo que ordenar el registro por la fuerza. El Duque de Orleáns, apoyado por un grupo de parlamentarios, declaró nulo el registro, por no haber cumplidos los trámites reglamentarios prescritos. Y aunque el gobierno castigó al citado magnate y a sus partidarios con penas de destierro, no consiguió acallar la oposición del resto de los magistrados, y el empréstito no se cubrió, porque la mayoría de los inversores capitalistas se retrajeron, alarmados por la creciente inestabilidad política.
Privado de toda clase de recursos para atender a sus obligaciones, el gobierno Brienne se dispuso a romper el dogal con que la oligarquía parlamentaria venía asfixiando sus iniciativas.

Con ese objetivo, el ministro de justicia Lamoignon preparó una importante reforma judicial – inspirada en la llevada a cabo por Maupeou en 1771 – por la cual, los Parlamentos perdían todas las atribuciones políticas que se habían arrogado y la mayor parte de sus competencias jurídicas, quedando reservada la facultad de registrar los Edictos Reales a un Tribunal Supremo, integrado por los principales dignatarios de la Corona.
Enterado de lo que se tramaba, el Parlamento de París intentó oponerse a la reforma judicial, pero el gobierno tomó sus precauciones y se decidió a hacer uso de la fuerza, quedando el edicto registrado en un Lit de Justice celebrado en Versalles el 8 de mayo de 1788. Bastó ese alarde de energía para calmar el movimiento de protesta iniciado en la capital, quedando sofocado fácilmente.


No sucedió lo mismo en Provincias, particularmente en Bretaña, Bearn y el Delfinado, donde la población tenía un gran apego a sus privilegios tradicionales. En ellas, la Nobleza de espada se unió a la de toga en defensa de sus parlamentos, recabando el apoyo de la burguesía local y de la plebe, incitándolas a la rebeldía.
Los desórdenes alcanzaron especial gravedad en Rennes y Grenoble, favorecidos por la inhibición de sus guarniciones militares en reprimirlos. En la última población citada fueron restablecidos ilegalmente los privilegios abolidos en 1628, y sus representantes, reunidos en Vizille, el 21 de julio de 1788, invitaron a todas las provincias a seguir su ejemplo, para exigir la revocación de los edictos de mayo y junio y la próxima convocatoria de los Estados Generales del Reino, único organismo, según ellos, facultado para resolver los graves problemas económicos y políticos por los que atravesaba Francia.

Como vemos, Francia se deslizaba lenta e inexorablemente hacia el caos y la anarquía...

[agualongo]

Desconcertado por este levantamiento popular en las provincias, Brienne dio marcha atrás y accedió a los deseos de los rebeldes, convocando el 8 de agosto de 1788 a los Estados Generales para el 1º de mayo de 1789.
Pero como mientras tanto, sus recursos económicos se habían agotado, tuvo que declarar la suspensión de pagos y dimitió, el día 24 de agosto, aconsejando al Rey que nombrara nuevamente a Necker para tan difícil cargo.
La influencia del banquero ginebrino sirvió para que se facilitaran al Estado algunos anticipos, a cuenta de las futuras recaudaciones del fisco, que le permitieron mantenerse a flote por algún tiempo.

Era un "malabarista"... que se la pegó

[agualongo]

Necker intentaba atraerse a la opinión pública, paralizando las reformas del anterior gobierno y restableciendo al Parlamento de París en todas sus funciones, siendo sus magistrados, que regresaron el 23 de septiembre a la capital, recibidos con grandes aclamaciones por la muchedumbre.
Sin embargo, pronto la popularidad de dicho Parlamento se vendría abajo al conocer las masas su dictamen sobre la futura reunión de los Estados Generales, que debían ajustarse al sistema tradicional: cada uno de los tres Estados: Nobleza, Clero y Tercer Estado, dispondría del mismo número de representantes y deliberaría por separado, efectuándose las votaciones por órdenes y no por individuos, con lo cual las clases privilegiadas siempre contarían con la mayoría necesaria para oponerse a cualquier reforma que pudiera perjudicarles.
Para resolver la cuestión, Necker, convocó de nuevo a la Asamblea de Notables, que se reunió en Versalles el 6 de noviembre de 1788, y tras larga deliberación, se mostró de acuerdo con el dictamen del Parlamento.

Sin embargo, la opinión pública seguía reclamando una mayor participación del Tercer Estado, que constituía el 99% de la población. Necker se decidió por una solución ecléctica, y por inspiración suya, el Consejo Real resolvió el 27 de diciembre de 1788 que aquel Estado dispusiera el mismo número de representantes que los otros dos juntos (Doblamiento del Tercer Estado), sin precisar, no obstante, si se votaría por cabeza o por órdenes.

Saludos

[agualongo]

El decreto de 24 de enero de 1789 regulaba las elecciones para los Estados Generales, estableciéndose el sufragio universal: directo para las clases privilegiadas, e indirecto para el Tercer Estado. La campaña electoral se inició en seguida, acompañada de graves disturbios que hacían presagiar los funestos acontecimientos que se avecinaban.

La convocatoria de los Estados Generales señala el comienzo de la Revolución Francesa. Promovida por la aristocracia, que deseaba restringir en su beneficio la autoridad real, sería muy pronto desviada de tales objetivos por la burguesía, que supo aprovechar la magnífica oportunidad que se le ofrecía de derribar de un golpe el absolutismo real y los privilegios nobiliarios. Mas para vencer la resistencia de los nobles, la burguesía echó mano de la plebe, que entró violentamente en escena, en pro de sus reivindicaciones económicas.

La convocatoria de los Estados Generales no pudo se más inoportuna, porque Francia atravesaba un período de escasez y de paro, lo que contribuyó a exacerbar el descontento y la inclinación a la revuelta de las clases populares.
No debe olvidarse, sin embargo, que la Revolución no fue iniciada ni por obreros ni por campesinos pobres o arruinados, sino por las clases acomodadas, y que la intervención violenta de aquéllos fue provocada por agitadores de alto copete.

[agualongo]

El movimiento revolucionario no fue ni espontáneo ni unánime, sino que venía preparándose desde hacía tiempo en el seno de las Sociedades de Pensamiento, tales como las Logias masónicas, los clubs, las cámaras de lecturas, academias etc etc, que se cuidaron de propagar en amplios círculos de la población, las ideas subversivas del orden imperante. Cuando creyeron llegada la hora decisiva – en vista de la debilidad del rey ante la oposición nobiliaria – pasaron a la fase de ejecución y señalaron sus objetivos ulteriores, poniendo al resto del país en la disyuntiva de sumarse a la Revolución o ser barridos por ella.

La intervención de estas sociedades se hizo particularmente sensible durante la campaña electoral que precedió a la reunión de los Estados Generales. En su deseo de mostrarse neutral, el gobierno se abstuvo de intervenir en la campaña, dejando el campo libre a los propagandistas revolucionarios, dirigidos por el Comité de los Treinta, del que formaban parte, entre otros, los marqueses de Lafayette y Condorcet, el conde de Mirabeau y el abate Sièyes, hallándose patrocinado y subvencionado por el Duque de Orleáns, Gran Maestre de la masonería francesa. Dicho comité se encargó de redactar y difundir una serie de vibrantes folletos, entre los que alcanzó especial resonancia el escrito por Sièyes ¿Qué es el Tercer Estado?, cuyo objetivo era predisponer a la opinión pública en favor de las aspiraciones de la burguesía. Igualmente fueron editados y repartidos en abundancia por el mismo comité unos modelos o formularios para la redacción de los Memoriales de Quejas y Agravios, que debían elevar al Rey, los representantes de los Estados elegidos en cada circunscripción, modelos a los que generalmente se ajustaron los electores ignorantes de los distritos rurales.

Por lo tanto ni la Revolución francesa fue espontánea, ni la hicieron los "probes" ni tenía nada que ver con mejorar las condiciones de vida "del común"..

Saludos

[agualongo]

En tales condiciones, las elecciones del Tercer Estado dieron la mayoría a los reformistas avanzados, que contaban con numerosos simpatizantes en los otros dos órdenes, especialmente entre los representantes del clero rural y de la nobleza liberal, encabezado por el Duque de Orleáns, Lafayette y Condorcet. También Mirabeau y Sièyes fueron elegidos, pero no por sus respectivos órdenes, sino por el Tercer Estado.

En total fueron elegidos 1.214 diputados para los Estados Generales: 308 del Clero, 285 de la Nobleza y 621 del Tercer Estado. Éste último, por lo tanto, tenía asegurada la mayoría absoluta si se deliberaba en común y se votaba por individuos, pero no en el caso de que las deliberaciones y las votaciones se efectuasen por órdenes separados.
La cuestión del voto se convertía así en transcendental para las resoluciones de la Asamblea. Convendría recordar que el Tercer Estado contaba con poderosos auxiliares en los otros dos órdenes. Casi las dos terceras partes del estamento eclesiástico pertenecían al clero rural, enemistado con sus prelados y dispuesto por lo tanto a respaldar cualquier medida que tendiera a disminuir su autoridad y privilegios. Y una sexta parte de los representantes de la Nobleza, compartían los ideales reformistas del estamento burgués.

Saludos

[agualongo]

No obstante, la mayor parte de los representantes nobiliarios – y, en especial los pertenecientes a la oligarquía parlamentaria – estaba dispuesta a defender a rajatabla sus privilegios y derechos señoriales, aunque se allanase a ciertas concesiones en materia tributaria ( No deja de ser significativo que Esprémenil, uno de los magistrados que más se había significado en la oposición parlamentaria a Brienne, figurase ahora a la cabeza de la nobleza intransigente . Y lo mismo sucedía con la casi totalidad de los prelados y representantes del clero regular, que se aprestaron a formar con aquellos nobles obstinados un frente único para oponerse a las demandas del Tercer Estado respecto al voto individual y las deliberaciones en común.

El martes, 5 de mayo de 1789, se celebró la sesión de apertura de los Estados Generales en la sala des Menus Plaisirs de Versalles, bajo la presidencia de Luís XVI. El rey se colocó en un trono elevado, la reina junto a él, la corte en las tribunas, los dos primeros órdenes a los lados y el tercer estado en el fondo de la sala, en asientos inferiores.
El rey pronunció un breve discurso, invitando a los diputados a trabajar por el bien del país. Después habló Necker, para exponer la grave situación de la hacienda, sugiriendo algunas soluciones, pero sin ofrecer ningún proyecto definido. Tampoco hizo alusión a reformas políticas, dejando al arbitrio de los reunidos decidir si las deliberaciones y votaciones habían de realizarse conjuntamente o por separado.

La cuestión del voto no era baladí ni mucho menos, sino que marcaba las pautas a seguir...

Saludos

[japa]

Debo decir que este post es de los más interesantes de los últimos meses: gracias por el esfuerzo, Aqualongo
¿podrías darnos alguna bibliografía básica sobre este tema, en concreto sobre la situación antes de la Asmablea de los EG?

[agualongo]

Con mucho gusto, amigo Japa:

Thiers, Adolfo: Historia de la Revolución francesa (dos volúmenes) lo tengo en la versión española y en la francesa, puedes leerlo tranquila, gratis y no cómodamente en internet, estoy seguro de ello, en cualquier librería on Line francesa (son una maravilla)

Kropotkin, pedro: La Gran Revolución Francesa (trae detalles muy interesantes, aunque desde un punto de vista anarquista y prorrevolucionario, sin duda bien documentado, aunque desfasado y creo que con unas concluciones atrevidas, no por ello deja de traer noticias jugosas e interesantes)

Taine, Hipólito: Los orígenes de la Francia Contemporánea: interesantísimo y muy documentado (analiza la revolución francesa desde un punto de vista contrarrevolucionario, desfasado, pero con lujo de detalles).

Georges Lefebvre: La Revolución Francesa uno de los últimos grandes que estudia este gran proceso histórico.

Hay mucha obras actuales, pero casi todas o lo tratan de modo muy general o se centran en algunos aspectos (casi siempre económicos o sociales, sin el detalle propio de los escritores del XIX), por supuesto, no soy justo, omito a Fugier, a Gaxotte, a Stern...

Yo empezaría con Thiers, como historiador puede que ingenuo y un tanto aburrido y quizás no del todo imparcial, pero mueve unas fuentes y aporta unos testimonios que él conoció directa o indirectamente muy interesantes.

Un saludo

[agualongo]

El discurso de Necker decepcionó al tercer estado, que resuelto a salirse con la suya, propuso a los otros dos unirse a él para la comprobación de los poderes. Pero el clero y la nobleza insistieron en hacer tal comprobación por separado. El gobierno intentó mediar en la cuestión, proponiendo que cada orden comprobara los poderes de sus respectivos diputados por separado y comunicase los resultados a los otros dos, examinando sus objeciones, que serían en última instancia sometidas al arbitraje del Rey. Pero la nobleza siguió mostrándose reacia a cualquier acuerdo. Así pues, el Tercer Estado, cansado de esperar, hizo el 10 de junio un último llamamiento a los órdenes privilegiados para que se reunieran con él, amenazándoles en caso contrario con deliberar y reunirse por su cuenta, ya que por representar a la mayoría de la población del país, se consideraba autorizado para actuar en nombre de la totalidad de la misma.

Desde luego eso ya no era muy legal...