¿Porque será que los norteamericanos parecen muy propensos a terminar de la peor manera sus operativos de rescate, desbaratando a uno o varios de sus helos en el proceso? Yo lo definiría como
'la maldición de los helicópteros' para las fuerzas especiales norteamericanas.
La historia de las fuerzas especiales de Norteamérica está plagada de debacles, tristezas y desencantos donde los helicópteros han desempeñado un rol casi que nefasto para su prestigio. Veamos...
1) La Operación 'Costa de Marfil' para liberar reclusos de la Prisión de Son Tay, en Vietnam del Norte, en 1970.
Situada a 37 kilómetros de Hanói, pero favorablemente alejada de centros urbanos o contingentes del ejercito de Vietnam del Norte, el rescate, planificado conjuntamente por el ejército y la fuerza aérea, contemplaba una recuperación ambiciosa de los 65 prisioneros norteamericanos de guerra, recluidos en el complejo.
Utilizaron métodos poco ortodoxos como el de estrellar intencionalmente un helicóptero HH-3E
Jolly Green sobre el patio de la prisión, a manera de rápida inserción del grupo de asalto principal en el complejo. La misión fallo al descubrirse en medio del operativo, que los prisioneros habían sido movidos del lugar varios meses atrás, a otro campo. La prisión estaba completamente vacía. El regreso de los 147 comandos dentro de los helicópteros participantes del operativo, fue triste y sombrío, nadie hablo hasta que llegaron a su base en Tailandia. Posteriormente, el operativo fue descrito como: 'éxito táctico' por su ejecución, pero era claro que representaba una enorme 'falla de inteligencia'.
HH-3E Jolly Green similar al empleado en el operativo.
Restos de HH-3E dentro del complejo amurallado de Son Tay.
2) La Operación 'Garra de Águila' para liberar los rehenes norteamericanos de la embajada en Teherán, en 1980.
El plan contemplaba el envío de un mínimo de seis helicópteros RH-53D
Sea Stallion, tres tanqueros EC-130E
Hércules y 1 MC-130E
Combat Talon al interior del desierto iraní, cerca de Tabas, para continuar y finiquitar exitosamente, una compleja operación de rescate de rehenes, a realizarse en varias etapas, y abarcando un periodo de 2 días con sus noches. A pesar de que se enviaron ocho helicópteros, casi que inmediatamente la operación quedo con el mínimo requerido cuando dos de los aparatos abortaron por fallas mecánicas y debieron regresar al portaviones
USS Nimitz.
Con solo el mínimo de seis aparatos, se alcanzo el primer punto de reunión, pero al aterrizar, uno de los
Sea Stallion presento daños hidráulicos en sus sistemas, dejándoles la opción de solo cinco helos disponibles, motivo por el cual se decidió abortar la misión. Pero mientras se preparaban para abandonar el lugar, uno de los RH-53D tratando de maniobrar para ripostar de combustible, se estrello contra uno de los
Hercules que cargaba tanques de combustible. El fuego resultante destruyo ambas aeronaves y se perdieron 8 vidas. En medio de la confusión y de la noche, se decidió abandonar apresuradamente el resto de las aeronaves. 5 helicópteros RH-53D quedaron casi intactos en el desierto, Irán recuperaría posteriormente para sí, 4 de ellos.
Esta fue una de las primeras operaciones en que participaron los recientemente formados comandos norteamericanos
Delta Force, su bautismo de fuego fue una debacle. Los rehenes de la embajada, custodiados por los estudiantes revolucionarios, fueron posteriormente repartidos por todo el país, haciendo que un segundo intento de rescate fuese prácticamente imposible.
RH-53D Sea Stallion
Restos calcinados del
Sea Stallion y del
Hercules en el desierto de Tabas; al fondo uno de los RH-53D que los norteamericanos dejaron abandonado e intacto, en su huida.
Salud.
