Conste que no comparto todo lo que dice, que las referencias a Felipe II sobran y que las demás afirmaciones que se hacen no sé cuanto tienen de cierto.
El peor enemigo de los actuales aviones de combate clasificados como stealth, o furtivos, no es otro que el agua y la humedad. Tiene otros, como el calor producido por los propios aparatos en funcionamiento, o la desértica arena de las latitudes en las que existen conflictos armados de un tiempo a esta parte. Pero el más simple y de peor solución es todo lo que tiene que ver con el líquido elemento. Sus cuidadores tienen órdenes estrictas de protegerlos del relente cuando sea necesario, resguardarlos en hangares o cubrirlos con cualquier elemento que evite posibles daños.
Esto si puede ser, siempre se dice que su peor pega es la baja disponibilidad.El problema básico es que esta piel de alta tecnología resulta muy delicada, y requiere de un tratamiento continuo, muy especializado y no solo es costoso, sino que requiere de ‘tiempo de taller’. El proceso de mantenimiento de las aeronaves que cuenten con esta tecnología requieren de prolongados periodos en el suelo, y con ello sufre mucho su índice de operatividad. Si en tiempos de paz puede ser una pega, en épocas de conflicto activo, puede convertirse en un lastre complejo de manejar.
En 2020 ya pagaron a razón de 7,8 millones de dólares (7,2 millones de euros) por unidad a cuenta de este gasto. Las cifras se disparan si hablamos de la versión B de despegue vertical, o la C, navalizada, con alas plegables y características propias de aeronaves embarcadas. A estas dos últimas versiones se les añade el salitre marino, que directamente devora la pintura invisibilizante.
A la lucha contra el agua, salitre, arena, o polvo se suma un elemento inevitable, incluso en la mejor de las condiciones atmosféricas y de vuelo: el calor. Las capas del llamado RAM (Radiation Absorbent Materials/Materiales Absorbentes de la Radiación) se empiezan a deteriorar a partir de los 250 grados centígrados. Los motores se calientan, y esto afecta a las áreas del avión cercanas; no hace falta ser un genio para ser consciente. Pero hay más. Los aparatos vuelan muy rápido, y el rozamiento con la atmósfera crea fricciones que elevan la temperatura de su fuselaje. La Marina hizo pruebas y detectaron que a partir de Mach 1.3 (unos 1.600 km/h) sus aeronaves se despellejaban. Esa es la razón que sus tripulantes tienen orden estricta de no sobrepasar ese límite, y solo se lo pueden saltar en caso de emergencia, y si es posible, durante periodos inferiores a un minuto. Cuando esto ocurre… paso por el taller de pintura, con costes extra, y más tiempo de aparato en el suelo y sin poder operar.
https://theobjective.com/sociedad/2023- ... s-radares/En 2019 Holanda comenzó a recibir las primeras de las 52 unidades de F-35 que han encargado. En la ceremonia de entrega del primero, en la Base Aérea de Leeuwarden, a alguien se le ocurrió crear un arco de agua para darle la tradicional bienvenida. Un operario activó mal una palanca, y en lugar de agua, arrojaron espuma sobre la aeronave… que quedó KO durante unos días, y cuya primera misión fue ser pasar por los hangares y ser reparada.