Anécdotas Militares
- GodOfWar
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Anécdotas Militares
Yo, anecdotas pocas, pero sinceramente, me arrepiento de no haber insistido cuando escojian para hacer la mili, me hubiera venido bien mano dura
Continue talking my friend
- alferez shannon
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Anécdotas Militares
Mi difunto tio Leandro , presto servicio en la Escuela de automovilismo a finales de los 50, principio de los 60. Una noche prestando un servicio entre Madrid y Segovia y ya de vuelta con el camión cargado. No sé si era un Tres Hermanos Comunistas (THC) o un REO. Ese modelo tenía morro y guardabarros.
El caso que al tomar una curva, las luces descubrieron una piara de cerdos cruzando la carretera. Consiguiente frenazo y Pepe uno de los dos que le acompañaban, se tira como un tigre sobre el cerdo que mejor le pareció con la llave de cambiar las ruedas, atizandole tremendo garrotazo en la cabeza al cerdo.
Estabamos hablando de los años 50 y después de la guerra no debía haber tanta comida como ahora.
Como la caja iba llena, entre los tres acomodaron al cerdo sobre el guardabarros derecho, amarrandolo con unas cuerdas a las rejillas de capo del morro. Continuaron viaje y a unos ocho- diez kilometros divisaron los distintivos azules de un land- rover de la G.C. cuyos faros iluminaban un camión de trasnporte de ganado que había volcado. Al parecer, el orígen de los cerdos.
El sargento G.C. les para, y confiado en su condicion de militares les interpela:
- ¿Han visto unos cerdos desmandados en la carretera?
- No, no hemos visto nada, negaron.
A tal tiempo el h.p cerdo, resucitó, o debía estar conmocionado y gruñó un wiiiii.
-¿Que ha sido eso dice el sargento?. Mi tio que tenia apoyado el codo en el volante, le suelta:
- Nada mi sargento, la bocina del camión que se atora.
Pero el siguiente, oing, del cerdo realmente molesto por la cefalea y el bondage eran incontestables.
El sargento con cara de pocos amigos, manda bajarlo allí mismo y que agradecieran que no diera "parte". Continuaron viaje y la discusión en la cabina siguió:,
- Leandro: Pues ya podías haberle atizao mas fuerte Pepe.
- Pepe. Si y el sargento también nos podía haber dao parte porque ahora se la van comer ellos entero.
El caso que al tomar una curva, las luces descubrieron una piara de cerdos cruzando la carretera. Consiguiente frenazo y Pepe uno de los dos que le acompañaban, se tira como un tigre sobre el cerdo que mejor le pareció con la llave de cambiar las ruedas, atizandole tremendo garrotazo en la cabeza al cerdo.
Estabamos hablando de los años 50 y después de la guerra no debía haber tanta comida como ahora.
Como la caja iba llena, entre los tres acomodaron al cerdo sobre el guardabarros derecho, amarrandolo con unas cuerdas a las rejillas de capo del morro. Continuaron viaje y a unos ocho- diez kilometros divisaron los distintivos azules de un land- rover de la G.C. cuyos faros iluminaban un camión de trasnporte de ganado que había volcado. Al parecer, el orígen de los cerdos.
El sargento G.C. les para, y confiado en su condicion de militares les interpela:
- ¿Han visto unos cerdos desmandados en la carretera?
- No, no hemos visto nada, negaron.
A tal tiempo el h.p cerdo, resucitó, o debía estar conmocionado y gruñó un wiiiii.
-¿Que ha sido eso dice el sargento?. Mi tio que tenia apoyado el codo en el volante, le suelta:
- Nada mi sargento, la bocina del camión que se atora.
Pero el siguiente, oing, del cerdo realmente molesto por la cefalea y el bondage eran incontestables.
El sargento con cara de pocos amigos, manda bajarlo allí mismo y que agradecieran que no diera "parte". Continuaron viaje y la discusión en la cabina siguió:,
- Leandro: Pues ya podías haberle atizao mas fuerte Pepe.
- Pepe. Si y el sargento también nos podía haber dao parte porque ahora se la van comer ellos entero.
No se. No me digas. Como lo hagas otras veces
- Xent Anset
- Alférez
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- Registrado: 03 Mar 2010, 02:12
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Aclaraciones de dudas
Hola estimados amigos.
Quisiera que me aclarasen unas dudas, sobre todos aquellos de ustedes que hayan estudiado en academias militares. Resulta que estoy escribiendo una novela que se desarrolla (o al menos comienza) en la Academia Militar de Ruritania (país imaginario) en tiempos de la IGM. Ya que yo no estudié en una de esas instituciones, me gustaría que aquellos de ustedes que tengan experiencia sobre eso me aclaren cómo era la rutina diaria. A qué hora se levantaban y cómo, la inspección que hacían por las mañanas, a qué hora desayunaban, los ejercicios militares que hacían por la mañanas; además, en qué orden hacían las cosas: ¿primero desayunaban y luego hacían los ejercicios o a la inversa? ¿Qué desayunaban? ¿Y el almuerzo qué tal era? ¿Y la comida? ¿Y las clases teóricas donde se las daban? ¿cómo se dirigían a sus profesores, por el grado militar? ¿Había algún extranjero junto a ustedes? Y bueno, todo lo que sea de utilidad para escribir mi obra. Muchas gracias.
Quisiera que me aclarasen unas dudas, sobre todos aquellos de ustedes que hayan estudiado en academias militares. Resulta que estoy escribiendo una novela que se desarrolla (o al menos comienza) en la Academia Militar de Ruritania (país imaginario) en tiempos de la IGM. Ya que yo no estudié en una de esas instituciones, me gustaría que aquellos de ustedes que tengan experiencia sobre eso me aclaren cómo era la rutina diaria. A qué hora se levantaban y cómo, la inspección que hacían por las mañanas, a qué hora desayunaban, los ejercicios militares que hacían por la mañanas; además, en qué orden hacían las cosas: ¿primero desayunaban y luego hacían los ejercicios o a la inversa? ¿Qué desayunaban? ¿Y el almuerzo qué tal era? ¿Y la comida? ¿Y las clases teóricas donde se las daban? ¿cómo se dirigían a sus profesores, por el grado militar? ¿Había algún extranjero junto a ustedes? Y bueno, todo lo que sea de utilidad para escribir mi obra. Muchas gracias.
- Zeuxis
- Comandante
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- Registrado: 02 May 2011, 20:26
- Ubicación: Madrid
Anécdotas Militares
¿Has probado a preguntar en dichas instituciones?
Para el tema de documentación nunca me han puesto ninguna pega.
Para el tema de documentación nunca me han puesto ninguna pega.
"No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre." --Andrew Bonar Law--
- emanuel
- General de División
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- Registrado: 12 Ene 2006, 02:13
Anécdotas Militares
Estimado Xent,que VM. tenga mucha suerte y encuentre la historia
que le de el salto a la fama...cuestion de empezar...,
saludos
que le de el salto a la fama...cuestion de empezar...,
saludos
Shema Israel...
-
- General de Brigada
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- Registrado: 16 Dic 2006, 14:41
Don Maximino.
Hace mucho tiempo que no colaboro en este tema tan querido por mí y con el que tengo alguna obligación. Una foto de mi padre, que tengo aquí delante me ha traído a la memoria - quizás porque en mi post anterior nombré a un catedrático - una anécdota que me contó hace mucho tiempo. No es muy militar que digamos pero tiene su gracia y es hija de la época en que sucedió.
Sucedió en un Instituto Nacional de Enseñanza Media. Don Maximino SM era el catedrático de Ciencias Naturales (oficialmente la asignatura se llamaba Ciencias Cosmológicas). Era soltero, de mediana edad, alto y de muy buena presencia. Se perfumaba de una manera exagerada y cuando aparecía, para entrar en la clase, los alumnos lo esperaban expectantes, en el pasillo, para aspirar los efluvios que despedía mientras el profesor desfilaba, ante todos, altivo, con paso firme, vista al frente, satisfecho de la expectación que producía.
El libro de texto – creo recordar que se denominaba “el Albarado” – era carísimo, para la época, pero era requisito obligado el haberlo comprado pues caso contrario, como decía el catedrático, era imposible conocer la asignatura . A buen seguro que don Maximino gozaría de una buena comisión y, por eso, el primer día de clase lo empleaba en convencer al curso de la importancia de adquirirlo y de informar de la librería que lo tenía en exclusiva.
El primer día un alumno estaba exponiendo el tema, bastante bien, cuando don Maximino le interrumpió de este modo :
- ¿Tiene el libro? ”No señor”. Le contestó honestamente el alumno.
Entonces, el catedrático, con tranquilidad, y lleno de razón, le respondió:
- ¿Cómo pretende, entonces, saberse la lección?
Y añadió con voz imperativa : ¡¡Siéntese!! Y le puso un “pelote” con sorprendente tranquilidad.
Una sonrisa.
Sucedió en un Instituto Nacional de Enseñanza Media. Don Maximino SM era el catedrático de Ciencias Naturales (oficialmente la asignatura se llamaba Ciencias Cosmológicas). Era soltero, de mediana edad, alto y de muy buena presencia. Se perfumaba de una manera exagerada y cuando aparecía, para entrar en la clase, los alumnos lo esperaban expectantes, en el pasillo, para aspirar los efluvios que despedía mientras el profesor desfilaba, ante todos, altivo, con paso firme, vista al frente, satisfecho de la expectación que producía.
El libro de texto – creo recordar que se denominaba “el Albarado” – era carísimo, para la época, pero era requisito obligado el haberlo comprado pues caso contrario, como decía el catedrático, era imposible conocer la asignatura . A buen seguro que don Maximino gozaría de una buena comisión y, por eso, el primer día de clase lo empleaba en convencer al curso de la importancia de adquirirlo y de informar de la librería que lo tenía en exclusiva.
El primer día un alumno estaba exponiendo el tema, bastante bien, cuando don Maximino le interrumpió de este modo :
- ¿Tiene el libro? ”No señor”. Le contestó honestamente el alumno.
Entonces, el catedrático, con tranquilidad, y lleno de razón, le respondió:
- ¿Cómo pretende, entonces, saberse la lección?
Y añadió con voz imperativa : ¡¡Siéntese!! Y le puso un “pelote” con sorprendente tranquilidad.
Una sonrisa.
- Zeuxis
- Comandante
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- Registrado: 02 May 2011, 20:26
- Ubicación: Madrid
Anécdotas Militares
Perdón por mi ignorancia,pero,¿qué es un "pelote"?
"No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre." --Andrew Bonar Law--
-
- General de Brigada
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- Registrado: 16 Dic 2006, 14:41
- Zeuxis
- Comandante
- Mensajes: 1575
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Anécdotas Militares
Muchas gracias.
Un abrazo!
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"No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre." --Andrew Bonar Law--
- Wolwerine1991
- Cabo Primero
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- Registrado: 22 May 2013, 00:49
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Anécdotas Militares
Pues esto pasó en mitú un departamento de colombia en el año 1999 un grupo de aproximadamente 30 policías estaban en una estación de policía como de costumbre una madrugada alas 4:50am un grupo de guerrilleros atacaron la estación de policía con todo tipo de armas como ametralladora cilindros artesanales lanza granadas y mucho poder de fuego pero lo impreCionante es que eran 1000 guerrilleros estos policías defendiendo su estación pueden creder que la guerrilla duro todo el día tratando de acabar con los policias ló que imprecióna es que estos hombres aguantaron el ataque aún estando casi destruida su estación y recibiendo ataques de todo tipo lograron aguantar hasta las 17:00 cuando ya se habían quedado sin municion y ya algo más de 12 de los policías habían sido muertos por el fuerte ataque el resto de policías ya no tenían municion mí cubierta toda la estación estaba destruida y guerrilleros en todos los techos de las casas vecinas a la estación de policía a ellos les tocóó entreGarse muchos de ellos años más tardes fueron liberados otros se escaparon y otros duraron 12 años de secuestro hasta el año pasado do 2012 fueron liberados pos estos grupos está fue conocida como la toma a mitu por parte de la guerrilla
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- General de Brigada
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- Registrado: 16 Dic 2006, 14:41
Consejo de Guerra.
Esta anécdota no la presencié aunque el crédito de quién me la contó, años después de sucedida, es tan grande que es como si hubiese estado presente. La anécdota es interesante y, además, es un poco fruto de la época en que sucedió. Bien, vamos al grano :
Las comisiones menos gratas, por no decir otra cosa, para los tenientes y capitanes – en los años 60,s – eran las relativas a los Consejos de Guerra. No hay que dejarse engañar por la ampulosidad de su nombre. El Código de justicia militar de la época contemplaba los delitos por razón del lugar o de la persona (militares) y, por tanto, los consejos eran bastante numerosos y los delitos juzgados, a veces, no tan graves como podría deducirse del nombre del consejo.
Los capitanes normalmente tomaban parte como miembros del tribunal, junto con el presidente y un vocal-ponente del Cuerpo Jurídico. Los tenientes habitualmente actuaban como defensores. Los consejos, en la zona marítima del Estrecho, se celebraban, en la actual Escuela de Suboficiales, en un salón designado al efecto. (Todos los tenientes y los capitanes desempeñaban estas comisiones y actuaban cuando por orden les correspondía).
Se juzgaba a un soldado de infantería de marina que le había robado un pantalón vaquero a un teniente coronel. El acusado tenía nada menos que tres agravantes: 1).- Abuso de confianza (era ordenanza del teniente coronel). 2).- El delito se había realizado en un recinto militar y 3).- El pantalón estaba en el coche de su jefe y el soldado tuvo que forzar la puerta ...
Se celebra el consejo: Lee el relator... Acusa el fiscal... y le toca el turno al defensor. El teniente, hombre ya de cierta edad, leyó con vocecita monocorde sus argumentos sin levantar la vista ni una sola vez del papel que traía escrito. Muy nervioso – después confesó que acababa de ascender y que era la primera vez que actuaba en un consejo -, se equivocó unas cuantas veces... En fin que su intervención, hay que convenir, que no fue muy lucida.
Y cuando termina su segunda intervención – pues el fiscal replicó a la primera - un tanto más penosa que la inicial, el Señor Presidente, antes de dar como finalizado el Consejo – y como es preceptivo - dice:
- “¡¡Póngase de pie el acusado!! ¿Tiene algo que decir?” Y el acusado muy atribulado responde:
“Siíííí¡¡que tengan en cuenta el defensor que me ha tocado!!
Una sonrisa
Las comisiones menos gratas, por no decir otra cosa, para los tenientes y capitanes – en los años 60,s – eran las relativas a los Consejos de Guerra. No hay que dejarse engañar por la ampulosidad de su nombre. El Código de justicia militar de la época contemplaba los delitos por razón del lugar o de la persona (militares) y, por tanto, los consejos eran bastante numerosos y los delitos juzgados, a veces, no tan graves como podría deducirse del nombre del consejo.
Los capitanes normalmente tomaban parte como miembros del tribunal, junto con el presidente y un vocal-ponente del Cuerpo Jurídico. Los tenientes habitualmente actuaban como defensores. Los consejos, en la zona marítima del Estrecho, se celebraban, en la actual Escuela de Suboficiales, en un salón designado al efecto. (Todos los tenientes y los capitanes desempeñaban estas comisiones y actuaban cuando por orden les correspondía).
Se juzgaba a un soldado de infantería de marina que le había robado un pantalón vaquero a un teniente coronel. El acusado tenía nada menos que tres agravantes: 1).- Abuso de confianza (era ordenanza del teniente coronel). 2).- El delito se había realizado en un recinto militar y 3).- El pantalón estaba en el coche de su jefe y el soldado tuvo que forzar la puerta ...
Se celebra el consejo: Lee el relator... Acusa el fiscal... y le toca el turno al defensor. El teniente, hombre ya de cierta edad, leyó con vocecita monocorde sus argumentos sin levantar la vista ni una sola vez del papel que traía escrito. Muy nervioso – después confesó que acababa de ascender y que era la primera vez que actuaba en un consejo -, se equivocó unas cuantas veces... En fin que su intervención, hay que convenir, que no fue muy lucida.
Y cuando termina su segunda intervención – pues el fiscal replicó a la primera - un tanto más penosa que la inicial, el Señor Presidente, antes de dar como finalizado el Consejo – y como es preceptivo - dice:
- “¡¡Póngase de pie el acusado!! ¿Tiene algo que decir?” Y el acusado muy atribulado responde:
“Siíííí¡¡que tengan en cuenta el defensor que me ha tocado!!
Una sonrisa
- IQ1993
- Teniente Coronel
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- Registrado: 20 Nov 2011, 15:27
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Una de misas y granadas
Hasta ahora solamente había pasado por este hilo para leer las buenísimas anécdotas que hay, pero hoy me voy a animar a contar una anécdota que le sucedió a mi abuelo durante su servicio militar como alférez de la milicia universitaria, y que este me contó hace algún tiempo:
La historia transcurre a principios de los años 50, durante un ejercicio de lanzamiento de granadas. El caso es que una de las granadas que se tiraron no estalló, y mi abuelo tuvo que resolver el entuerto, lanzándola a un lugar más lejano para que explotara allí.
Más tarde se ofició una misa rutinaria en el cuartel, pero se dio la casualidad de que uno de los monaguillos estaba indispuesto, por lo que mi abuelo, que fue monaguillo en su niñez se ofreció a ayudar al sacerdote. Una vez acabó la misa, el coronel, que había estado presidiéndola, le dijo a mi abuelo que quería hablar con él. Mi abuelo pensó que lo de la granada había llegado a oídos del coronel y creyó que tal vez este quería felicitarle por haber resuelto aquello, sin embargo el coronel le dijo: "Alférez, no tengo más remedio que felicitarle a usted por haber dado tan buen ejemplo a la tropa ayudando a dar la misa" Como véis, mi abuelo sólo acertó a medias
Un saludo.
La historia transcurre a principios de los años 50, durante un ejercicio de lanzamiento de granadas. El caso es que una de las granadas que se tiraron no estalló, y mi abuelo tuvo que resolver el entuerto, lanzándola a un lugar más lejano para que explotara allí.
Más tarde se ofició una misa rutinaria en el cuartel, pero se dio la casualidad de que uno de los monaguillos estaba indispuesto, por lo que mi abuelo, que fue monaguillo en su niñez se ofreció a ayudar al sacerdote. Una vez acabó la misa, el coronel, que había estado presidiéndola, le dijo a mi abuelo que quería hablar con él. Mi abuelo pensó que lo de la granada había llegado a oídos del coronel y creyó que tal vez este quería felicitarle por haber resuelto aquello, sin embargo el coronel le dijo: "Alférez, no tengo más remedio que felicitarle a usted por haber dado tan buen ejemplo a la tropa ayudando a dar la misa" Como véis, mi abuelo sólo acertó a medias
Un saludo.
Última edición por IQ1993 el 16 Dic 2013, 00:51, editado 5 veces en total.
Volverán sin ser los que partieron, faltarán algunos que murieron. Honrará la Patria a todos ellos...y para siempre su memoria guardará!!
- IQ1993
- Teniente Coronel
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Una de misas y granadas
Editado por repetición, y ya es la segunda vez que me pasa en poco rato, pido disculpas.
Volverán sin ser los que partieron, faltarán algunos que murieron. Honrará la Patria a todos ellos...y para siempre su memoria guardará!!
-
- General de Brigada
- Mensajes: 5943
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-
- General de Brigada
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- Registrado: 16 Dic 2006, 14:41
El sueño de G.
Al tomar posesión de un nuevo destino - en este caso del área logística - el jefe habló con sus subordinados con idea de ponerse al día de los problemas existentes en la unidad. Como era su costumbre, se reunía con ellos cada mañana para asignar los trabajos del día. La reunión se celebraba en su despacho y era muy útil. Se ponían, delante de su mesa, una serie de sillas, en "primer escalón" y solo una en segundo para ser ocupada para el que no cabía en la primera fila. En ella tenía la costumbre de sentarse, siempre, G.
Desde el principio observó que G. participaba muy poco o nada en lo que allí se trataba. Es más ¡¡se quedaba dormido al cabo de un minuto de iniciarse la sesión!! Como estaba solo en segunda fila el resto de participantes no se daba cuenta. El hombre tenía fama de ser un buen profesional; el jefe lo miraba pero no le decía nada pues podía ser una circunstancia ocasional por una mala noche... pero no... pasaron unos días y seguía quedándose "frito" a poco de iniciarse la reunión. El jefe llegó a pensar que era un rollo y que sus intervenciones quizás eran aburridas o largas en exceso. De manera que trataba de enmendarse incluyendo algo gracioso, interesante u ocurrente para ganar la atención de aquel dormilón impenitente. Pero... no lo conseguía.
La verdad es que estaba realmente incómodo de manera que, a los tres o cuatro días, llamó a G. para tratar de solucionar tan extraño problema. Y G. le dijo que siempre tenía un sueño con el que no podía luchar hasta el punto que hacía unos meses había dejado de conducir. El jefe le aconsejó que fuese al médico y como no había "Centro del sueño" en la Zona lo mandaron a Madrid donde le diagnosticaron una enfermedad cuyo nombre no recuerdo pero que desgraciadamente era importante.
Hace bastante tiempo que no veo a G. pero se que ha mejorado. Y, al recordarle, debo mostrar mi satisfacción por la comprensión que todos los compañeros tuvieron con él - a pesar de no conocer su enfermedad -.
Saludos.
Desde el principio observó que G. participaba muy poco o nada en lo que allí se trataba. Es más ¡¡se quedaba dormido al cabo de un minuto de iniciarse la sesión!! Como estaba solo en segunda fila el resto de participantes no se daba cuenta. El hombre tenía fama de ser un buen profesional; el jefe lo miraba pero no le decía nada pues podía ser una circunstancia ocasional por una mala noche... pero no... pasaron unos días y seguía quedándose "frito" a poco de iniciarse la reunión. El jefe llegó a pensar que era un rollo y que sus intervenciones quizás eran aburridas o largas en exceso. De manera que trataba de enmendarse incluyendo algo gracioso, interesante u ocurrente para ganar la atención de aquel dormilón impenitente. Pero... no lo conseguía.
La verdad es que estaba realmente incómodo de manera que, a los tres o cuatro días, llamó a G. para tratar de solucionar tan extraño problema. Y G. le dijo que siempre tenía un sueño con el que no podía luchar hasta el punto que hacía unos meses había dejado de conducir. El jefe le aconsejó que fuese al médico y como no había "Centro del sueño" en la Zona lo mandaron a Madrid donde le diagnosticaron una enfermedad cuyo nombre no recuerdo pero que desgraciadamente era importante.
Hace bastante tiempo que no veo a G. pero se que ha mejorado. Y, al recordarle, debo mostrar mi satisfacción por la comprensión que todos los compañeros tuvieron con él - a pesar de no conocer su enfermedad -.
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