mfer escribió:Yorktown escribió:Ansioso espero la justificacion de porque la zurda no queria que votaran las mujeres,miedo me da. Además,parece que ese sufragio universal solo valia cuando le daba la razon a la izquierda...si no,no.Algunos se creian...y creen que las urnas son suyas.Cuando te imponen un "cordon sanitario" tipo Lupi a medio pais,y solo vale la democracia para unos,malo.Igual la mitad excluida se tira al monte.
Hola. La justificación es la creencia de que las mujeres, en su mayoría, estaban demasiado influídas por la Iglesia y, por tanto, votarían mayoritariamente a la derecha.
Es cierto: la República no pudo ser, sobre todo, porque todo el mundo quería que la República fuese su República. En cuanto ganaban los otros... se preparaba el golpe de Estado para hacer beneficiario al "saliente". No pudo ser.
Saludos.
Incompleto:
Era opinión general, tanto en los partidos de izquierda como de derecha, que la mayoría de las mujeres, fuertemente influenciadas por la Iglesia católica, eran profundamente conservadoras. Su participación electoral devendría inevitablemente en un fortalecimiento de las fuerzas de derecha.
Este planteamiento llevó a que importantes feministas como la socialista Margarita Nelken (1898-1968) y la radical-socialista Victoria Kent (1897-1987), que habían sido elegidas diputadas a las Cortes Constituyentes de 1931, rechazaran la concesión del sufragio femenino. En su opinión, las mujeres todavía no estaban preparadas para asumir el derecho de voto, y su ejercicio siempre sería en beneficio de las fuerzas más conservadoras y, por consecuencia, más partidarias de mantener a la mujer en su tradicional situación de subordinación.
Clara Campoamor (1888-1972), también diputada y miembro del Partido Radical, asumió una apasionada defensa del derecho de sufragio femenino. Argumentó en las Cortes Constituyentes que los derechos del individuo exigían un tratamiento legal igualitario para hombres y mujeres y que, por ello, los principios democráticos debían garantizar la redacción de una Constitución republicana basada en la igualdad y en la eliminación de cualquier discriminación de sexo.
Al final triunfaron las tesis sufragistas por 161 votos a favor y 121 en contra. En los votos favorables se entremezclaron diputados de todos los orígenes, movidos por muy distintos objetivos. Votaron si los socialistas, con alguna excepción, por coherencia con sus planteamientos ideológicos, algunos pequeños grupos republicanos, y los partidos de derecha. Estos no lo hicieron por convencimiento ideológico, sino llevados por la idea, que posteriormente se demostró errónea, de que el voto femenino sería masivamente conservador.