Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
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VULCANO
El agente Vulcano abandono las dependencias del hotel para dirigirse al Barrio Rojo como otras tantas noches desde que llegase a Paris. Sin embargo en esta ocasión no se detendría mucho tiempo en él. Tras alquilar una habitación en un conocido club, donde subió con una meretriz, no tardo en salir por la puerta de atrás vestido de forma diferente y con su barba afeitada salvo un fino bigote, alquilar un taxi, y dirigirse a la Porte de Les Lilas. Una vez allí andaría durante 15 minutos antes de coger un nuevo taxi que le llevaría a Ozoir la Ferriere, en las afueras de Paris. Allí descansaría durante el resto de la noche antes de coger un tren con destino a Clermont aunque desembarcaría en Auxerre. Su pista empezaba así a difuminarse, y para cuando no acudió a la reunión que tenía concertada esa tarde con su patrón, Basil Zaharroff, era ya difícil que fuese encontrado.
Basil Zaharroff extrañado por la ausencia de su empleado, mando a llamarlo al hotel en el que se hospedaba, donde le dieron nota de la ausencia de este desde la noche del día anterior y como habían llamado a un taxi para conducirlo al barrio rojo. Creyendo que se trataba de una ausencia por una simple noche de desenfreno, Basil lo dejo pasar dejando nota que se presentase a la mañana siguiente en su despacho. Fue esa mañana cuando ante su nueva ausencia empezó a sospechar sobre la ausencia de su jefe de contabilidad.
La posibilidad de que su ausencia tuviese que ver con la guerra empezó a formarse en su cabeza. Podía haber sido asesinado o incluso secuestrado por agentes enemigos, sin embargo algo en su fuero interno le retenía a la hora de dar la alarma. No sabía que era, pero algo le decía que podría verse en problemas, por lo que telegrafió a Londres pidiendo los datos de contratación de este. No pasaron muchas horas antes de que llegase la respuesta que le lleno de pavor. En la contratación de su agente comercial al que ya no sabía cómo llamar, había intervenido de forma decisiva su amante Pilar, y si Pilar había intervenido la pista le llevaba directamente a España.
Si los españoles habían logrado colocar un espía en su empresa y lo hacía público, su amante podía verse en graves dificultades, pero si no alertaba de ello y la policía lo descubría el problema sería suyo. No podía escoger, amaba sinceramente a Pilar y no quería exponerla. Finalmente opto por la salomónica decisión de alertar sobre la desaparición de su empleado en el barrio rojo. Serviría para cubrirse las espaldas mientras borraba los rastros más acusadores de su procedencia.
Tres días después Vulcano atravesaba tranquilamente la frontera Suiza con los planos de numerosas armas y procesos industriales de la Vickers y sus filiales que incluían procesos del acero, explosivos, turbinas navales, electricidad, aviones, motores, cañones, y buques, cosidos en el forro de sus ropas y en diversos escondrijos ocultos en su equipaje.
El agente Vulcano abandono las dependencias del hotel para dirigirse al Barrio Rojo como otras tantas noches desde que llegase a Paris. Sin embargo en esta ocasión no se detendría mucho tiempo en él. Tras alquilar una habitación en un conocido club, donde subió con una meretriz, no tardo en salir por la puerta de atrás vestido de forma diferente y con su barba afeitada salvo un fino bigote, alquilar un taxi, y dirigirse a la Porte de Les Lilas. Una vez allí andaría durante 15 minutos antes de coger un nuevo taxi que le llevaría a Ozoir la Ferriere, en las afueras de Paris. Allí descansaría durante el resto de la noche antes de coger un tren con destino a Clermont aunque desembarcaría en Auxerre. Su pista empezaba así a difuminarse, y para cuando no acudió a la reunión que tenía concertada esa tarde con su patrón, Basil Zaharroff, era ya difícil que fuese encontrado.
Basil Zaharroff extrañado por la ausencia de su empleado, mando a llamarlo al hotel en el que se hospedaba, donde le dieron nota de la ausencia de este desde la noche del día anterior y como habían llamado a un taxi para conducirlo al barrio rojo. Creyendo que se trataba de una ausencia por una simple noche de desenfreno, Basil lo dejo pasar dejando nota que se presentase a la mañana siguiente en su despacho. Fue esa mañana cuando ante su nueva ausencia empezó a sospechar sobre la ausencia de su jefe de contabilidad.
La posibilidad de que su ausencia tuviese que ver con la guerra empezó a formarse en su cabeza. Podía haber sido asesinado o incluso secuestrado por agentes enemigos, sin embargo algo en su fuero interno le retenía a la hora de dar la alarma. No sabía que era, pero algo le decía que podría verse en problemas, por lo que telegrafió a Londres pidiendo los datos de contratación de este. No pasaron muchas horas antes de que llegase la respuesta que le lleno de pavor. En la contratación de su agente comercial al que ya no sabía cómo llamar, había intervenido de forma decisiva su amante Pilar, y si Pilar había intervenido la pista le llevaba directamente a España.
Si los españoles habían logrado colocar un espía en su empresa y lo hacía público, su amante podía verse en graves dificultades, pero si no alertaba de ello y la policía lo descubría el problema sería suyo. No podía escoger, amaba sinceramente a Pilar y no quería exponerla. Finalmente opto por la salomónica decisión de alertar sobre la desaparición de su empleado en el barrio rojo. Serviría para cubrirse las espaldas mientras borraba los rastros más acusadores de su procedencia.
Tres días después Vulcano atravesaba tranquilamente la frontera Suiza con los planos de numerosas armas y procesos industriales de la Vickers y sus filiales que incluían procesos del acero, explosivos, turbinas navales, electricidad, aviones, motores, cañones, y buques, cosidos en el forro de sus ropas y en diversos escondrijos ocultos en su equipaje.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Siendo hoy día 24 de diciembre no puedo menos que recordar
Y por supuesto un poco de historia y un poco de música
[youtube]0QswN-IYslM[/youtube]
¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!
Y por supuesto un poco de historia y un poco de música
[youtube]0QswN-IYslM[/youtube]
¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!
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Feliz Navidad, maese. Y coma, coma mucho turrón a ver si se le endulza el magín y nos depara menos desastres...
Saludos.
Saludos.
Qué gran vasallo, si hubiese buen señor...
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Feliz Navidad Maestro , que los Dioses nos sean propicios en todas nuestras cuitas
Un saludo .
Un saludo .
Año de Rojos , año de hambre , peste y piojos
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No se yo, no se yo...
Finalizada la tregua de navidad, espero reanudar las operaciones esta noche...
Finalizada la tregua de navidad, espero reanudar las operaciones esta noche...
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Saludos... Del director de, lluvia de hostias y productor de, mas palos que a una estera , presenta : Te voy a dar guantas hasta en el carne de identidad
GRITA DEVASTACION Y SUELTA A LOS PERROS DE LA GUERRA.
Julio César,Shakespeare
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LOS DARDANELOS
Tras el fracaso en el intento de romper las defensas del estrecho de los Dardanelos de primeros de año, las fuerzas franco-británicas decidieron intentarlo por medio de una operación anfibia que ganase el control del estrecho, asegurando así el paso de su escuadra al mar negro. Una vez eso el fin del Goeben y el Breslau y con ellos de la amenaza que suponían sería cuestión de tiempo, y la Entente ganaría una ruta de fáciles suministros a la siempre amenazada Rusia. No tardaron en reunir una poderosa fuerza de infantería compuesta por británicos, franceses y miles de ANZAC, el nuevo cuerpo de tropas australianas y neozelandesas que participarían así en un conflicto como unidades independientes por primera vez.
El desembarco fue un cumulo de despropósitos que propicio su fracaso. Un mercante modificado (1) para transportar tropas que debía embarrancar en las playas, varo frente a una de las escasas posiciones turcas que las defendían. Decenas de soldados morirían allí mientras salían por una estrecha pasarela enfilada por las ametralladoras turcas que disparaban desde la fortaleza de Sedd el Bahr, de los primeros 200 hombres en salir del buque, tan solo 21 llegarían a las playas. Fue una matanza.
En otras zonas los soldados llegaron a las playas sin problemas, pero faltos de órdenes pues su comandante no había desembarcado con ellos, acabaron por retroceder a las playas sin ocupar las desprotegidas alturas y la aldea de Sari Bair. Cuando por fin reanudaron la marcha, los turcos organizados por el general alemán Liman von Sanders, jefe de la misión militar alemana, habían reaccionado y ocupaban ya las alturas.
Mientras en la zona Anzac los escasos defensores lucharon hasta agotar sus municiones causando graves bajas a los asaltantes. Una vez agotadas las municiones solicitaron ordenes al comandante de su división, Mustafa Kemal, el cual respondió. –Yo no te ordeno que luches, te ordeno que mueras. En el tiempo en que lo haces otras unidades y comandantes lograran llegar a ocupar nuestro lugar. –Tras esta orden el 57º regimiento de infantería turco calo bayonetas y aguanto hasta el fin, cayendo muertos o heridos todos sus componentes. El frente se había salvado.
Con los regimientos británicos diezmados, en los días siguientes se haría muy poco por explotar los éxitos logrados. Después de eso los combates serían brutales aunque en este teatro de operaciones los británicos contaron con el poder de la Royal Navy para apoyar con sus cañones de 12 pulgadas a las fuerzas de tierra. Aun así pronto se repetirían los mismos parámetros del frente occidental y ambos ejércitos pasarían a atrincherarse. La guerra de trincheras se imponía nuevamente, y pronto derivo en una sucesión de ofensivas y contraofensivas que no hicieron sino aumentar el numero de bajas por ambas partes.
Tan solo en el mar la guerra continuaba dando muestras de poder convertirse en un factor decisivo. Los turcos habían tendido una red de acero en el estrecho de los Dardanelos para impedir que los submarinos enemigos se adentrasen en el mar Negro, pero pronto los submarinos británicos y franceses empezaron a atacarla. No todos tendrían éxito, pero los que lo lograron obtuvieron grandes logros causando serios quebrantos en el trafico mercante turco que llevaba tropas de refresco.
Los mayores éxitos los lograrían sin embargo los turcos y sus aliados alemanes. La noche del 13 de mayo el destructor Muavenet i Millie logro sobrepasar la cortina de destructores británica y acercarse al HMS Goliath, al que torpedeo antes de retirarse con éxito. Era el primero de los acorazados pre Dreadnought que se perderían durante las tareas de apoyo de fuego a las fuerzas de desembarco. A finales de mes el U-21 alemán, que había llegado al Mediterráneo vía Ferrol y Cádiz, torpedearía y hundiría los viejos acorazados Triumph y Majestic antes de dirigirse a Estambul (2).
Tras él llegaba el submarino español Akelarre de la clase D. El único submarino que pudo alistarse en el tiempo disponible al llegar las noticias de la concentración de buques frente a los Dardanelos (3).
Tras el fracaso en el intento de romper las defensas del estrecho de los Dardanelos de primeros de año, las fuerzas franco-británicas decidieron intentarlo por medio de una operación anfibia que ganase el control del estrecho, asegurando así el paso de su escuadra al mar negro. Una vez eso el fin del Goeben y el Breslau y con ellos de la amenaza que suponían sería cuestión de tiempo, y la Entente ganaría una ruta de fáciles suministros a la siempre amenazada Rusia. No tardaron en reunir una poderosa fuerza de infantería compuesta por británicos, franceses y miles de ANZAC, el nuevo cuerpo de tropas australianas y neozelandesas que participarían así en un conflicto como unidades independientes por primera vez.
El desembarco fue un cumulo de despropósitos que propicio su fracaso. Un mercante modificado (1) para transportar tropas que debía embarrancar en las playas, varo frente a una de las escasas posiciones turcas que las defendían. Decenas de soldados morirían allí mientras salían por una estrecha pasarela enfilada por las ametralladoras turcas que disparaban desde la fortaleza de Sedd el Bahr, de los primeros 200 hombres en salir del buque, tan solo 21 llegarían a las playas. Fue una matanza.
En otras zonas los soldados llegaron a las playas sin problemas, pero faltos de órdenes pues su comandante no había desembarcado con ellos, acabaron por retroceder a las playas sin ocupar las desprotegidas alturas y la aldea de Sari Bair. Cuando por fin reanudaron la marcha, los turcos organizados por el general alemán Liman von Sanders, jefe de la misión militar alemana, habían reaccionado y ocupaban ya las alturas.
Mientras en la zona Anzac los escasos defensores lucharon hasta agotar sus municiones causando graves bajas a los asaltantes. Una vez agotadas las municiones solicitaron ordenes al comandante de su división, Mustafa Kemal, el cual respondió. –Yo no te ordeno que luches, te ordeno que mueras. En el tiempo en que lo haces otras unidades y comandantes lograran llegar a ocupar nuestro lugar. –Tras esta orden el 57º regimiento de infantería turco calo bayonetas y aguanto hasta el fin, cayendo muertos o heridos todos sus componentes. El frente se había salvado.
Con los regimientos británicos diezmados, en los días siguientes se haría muy poco por explotar los éxitos logrados. Después de eso los combates serían brutales aunque en este teatro de operaciones los británicos contaron con el poder de la Royal Navy para apoyar con sus cañones de 12 pulgadas a las fuerzas de tierra. Aun así pronto se repetirían los mismos parámetros del frente occidental y ambos ejércitos pasarían a atrincherarse. La guerra de trincheras se imponía nuevamente, y pronto derivo en una sucesión de ofensivas y contraofensivas que no hicieron sino aumentar el numero de bajas por ambas partes.
Tan solo en el mar la guerra continuaba dando muestras de poder convertirse en un factor decisivo. Los turcos habían tendido una red de acero en el estrecho de los Dardanelos para impedir que los submarinos enemigos se adentrasen en el mar Negro, pero pronto los submarinos británicos y franceses empezaron a atacarla. No todos tendrían éxito, pero los que lo lograron obtuvieron grandes logros causando serios quebrantos en el trafico mercante turco que llevaba tropas de refresco.
Los mayores éxitos los lograrían sin embargo los turcos y sus aliados alemanes. La noche del 13 de mayo el destructor Muavenet i Millie logro sobrepasar la cortina de destructores británica y acercarse al HMS Goliath, al que torpedeo antes de retirarse con éxito. Era el primero de los acorazados pre Dreadnought que se perderían durante las tareas de apoyo de fuego a las fuerzas de desembarco. A finales de mes el U-21 alemán, que había llegado al Mediterráneo vía Ferrol y Cádiz, torpedearía y hundiría los viejos acorazados Triumph y Majestic antes de dirigirse a Estambul (2).
Tras él llegaba el submarino español Akelarre de la clase D. El único submarino que pudo alistarse en el tiempo disponible al llegar las noticias de la concentración de buques frente a los Dardanelos (3).
- SS River Clyde
- Mientras se evadía tras el hundimiento del Majestic, el U-21 pasaría bajo la quilla del viejo acorazado francés Henri IV. Lejos de allí el Tte de navío … pudo observar la escena desde el periscopio del Akelarre, recién llegado a la zona.
- Los alemanes no lo habían comunicado y tan solo tuvieron conocimiento del hecho cuando el U-21 reposto en Ferrol. Para entonces ninguno de los submarinos españoles estaba disponible a excepción del Akelarre que se encontraba realizando sus pruebas de mar, por lo que estas se acelerarían para enviarlo tras el U-21. Tantos acorazados reunidos en un lugar fijo era una oportunidad que no podían pasar por alto.
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Como puede verse he dejado el nombre del comandante del Akelarre en blanco. Si alguien quiere escribir el ataque al Henri IV puede rellenar el espacio
urbano, esa es para ti, que ya esta bien que tus alter ego sean únicamente ingenieros... un paso al frente y a jugarse el cul* como los demás
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Estimado sumo hacedor;
Discrepo totalmente la operación de los Dardanelos fue concevida para eliminar al elemento más débil de los aliados de los imperios centrales.
En eSte caso con la entrada de España en la ecuación dudo mucho de que el desembarco de los Dardanelos fuese ni concebido, antes se hubiese intentado un desembarco en Canarias que haber realizado la operación de los Dardanelos.
La mayoría de los suministros para la operación de los Dardanelos fueron enviados vía Gibraltar por lo que consideró que con la entrada de España reñida operación no se hubiese podido realizar...
Como ven dijo el SM la 1 escuadra española tenía libertad de operar tanto n el Atlántico como en el Mediterráneo (son una flota con poder en zona + los submarinos). Sinceramente visto acontecimientos Dardanelos imposible...
Un saludo
Discrepo totalmente la operación de los Dardanelos fue concevida para eliminar al elemento más débil de los aliados de los imperios centrales.
En eSte caso con la entrada de España en la ecuación dudo mucho de que el desembarco de los Dardanelos fuese ni concebido, antes se hubiese intentado un desembarco en Canarias que haber realizado la operación de los Dardanelos.
La mayoría de los suministros para la operación de los Dardanelos fueron enviados vía Gibraltar por lo que consideró que con la entrada de España reñida operación no se hubiese podido realizar...
Como ven dijo el SM la 1 escuadra española tenía libertad de operar tanto n el Atlántico como en el Mediterráneo (son una flota con poder en zona + los submarinos). Sinceramente visto acontecimientos Dardanelos imposible...
Un saludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
Cámara de los comunes el 15 de julio de 1808
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O el intento de una invasión por Portugal
Un daludo
Un daludo
"Pienso que se presenta una importante crisis. Jamás hubo cosa tan valiente, tan generosa, tan noble, como la conducta de los asturianos"
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Mas bien fue concebida para abrir una ruta de suministros a Rusia, una necesidad aun presente
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Recojo ese guante, estimado. Me pongo a ello manana...hoy estoy de viaje a Espana para pasar el anio nuevo con la familia. Le mando un mp para mas datos.
"Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado". Arturo Pérez-Reverte
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ok. me ha surgido algo inesperado y es posible que no pueda colgar nada en un par de dias
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Estrecho de los Dardanelos, a bordo del Akelarre
A través de su periscopio el Teniente de navío Valeriano Herrera contemplaba el acorazado pre dreadnought francés de tipo Henri IV. Estaba casi seguro de que en su huída tras torpedear al Majestic, el U-21 había pasado por debajo de la quilla del que ahora era su objetivo. Sin duda el capitán alemán era un buen profesional de su oficio… lástima que no hubiera dejado de comportarse de forma altiva durante todo el viaje que habían hecho en convoy desde Ferrol. Una distante frialdad calculadamente educada, pero que no escondía el desprecio que sentía por una Marina que consideraba de segunda categoría. Tal vez Herrera estuviera en la situación de hacer cambiar su opinión.
- Cuatro nudos, mantener rumbo.
Herrera bajó el periscopio y repasó los datos con los que estaba calculando su solución de tiro. Fundamentalmente era el mismo trabajo que estaba cansado de hacer desde que hacía diez años recibiera su primer destino al mando de un antiquísimo submarino tipo A, solo que esta vez iba a disparar contra un enemigo real.
Herrera y su tripulación no habían tenido aún la opción de participar en batalla en la guerra, toda vez que su antiguo submarino tipo B no estaba especialmente dotado para la navegación oceánica, y había realizado tareas de vigilancia y patrulla en aguas someras. Con el cambio al novísimo Akelarre, una porción elegida de su tripulación junto con una parte de nuevos reclutas Valeriano Herrera y los suyos estaban a punto de entrar oficialmente en la lista de tripulaciones de submarinos con experiencia de fuego real en guerra. Los cuatro tubos lanzatorpedos la iban a dar una opción que el teniente no quería desaprovechar.
Mientras ordenaba a su oficial de armas que repasara los cálculos de la solución del torpedo, volvió a alzar el periscopio para observar de nuevo su presa… Herrera era considerado muy precavido por sus compañeros, algunos pensaban que demasiado. Muy prudente, siempre tratando de evitar riesgos, pero desde crío cuando iba de caza con su abuelo, Valeriano había aprendido a mantenerse prudentemente a la espera, en segundo plano, hasta la hora de asestar un golpe rápido. Su abuelo, soldado veterano, le había dicho una vez que el campo de batalla está lleno de crestas de gallos de corral. El teniente tenía muy a gusto agachar la suya lo más posible, navegando a ciegas todo lo posible y elevando el periscopio solo de forma rápida y ocasional, como ahora: el Henri IV seguía su curso mientras disparaba contra posiciones en tierra firme… el humo de sus cañones y el retroceso de sus cañones era visible desde los 1700m a los que se encontraba el Akelarre.
Bajando el periscopio, el teniente de navío ordenó preparar dos tubos para lanzar, uno a babor y un a estribor. Con la experiencia de sus compañeros relatando fallos de torpedos lanzados, y considerando la presa lo bastante importante, decidió disparar dos de sus tubos, manteniendo los otros dos en reserva si acaso los necesitara en lo que le quedaba de navegación hasta Estambul. Su oficial de armas confirmó los cálculos de Herrera, y este le pidió que recalculara los datos para el segundo torpedo.
- Silencio absoluto desde ahora. Operador de hidrófonos, toda la atención. Iré actualizando distancia y velocidad cada dos minutos. Quiero un aviso si detecta cualquier ruido cercano… podría haber submarinos enemigos en los alrededores.
La elevación puntual del periscopio permitió a Herrera ir corrigiendo la posición y la solución de disparo… 1500m, 1100m. A 900m, Herrera ordenó inundar los tubos para disparar su primer torpedo a 800m de distancia. El segundo torpedo siguió 7segundos después. El Teniente de navío no esperó a conocer el resultado y dio orden de alterar el curso para posicionarse en caso de que un tercer disparo fuera necesario.
- 7nudos, virar 60 grados a babor. Bajar a 20m. Ahora.
La tensión en el Akelarre era palpable… los hombres no atareados con la maniobra ordenada por el comandante de la nave contaban los segundos que se hacían interminables. El rostro del operador de hidrófonos se mantenía concentrado mientras Valeriano Herrera parecía relajado mirando la mesa de operaciones.
- ¡Impacto! – relató el operador -. ¡Impacto¡ - repitió ocho segundos después
- ¡Silencio!. ¡Todo el mundo en silencio! – reprochó Herrera a los pocos hombres que comenzaron a celebrar el impacto
- 4 nudos, virar 70 grados a estribor. Arriba a cota de periscopio. Operador, al mínimo sonido avísenos para ir a cota de 40 metros.
Dos minutos después, el periscopio confirmó los impactos. Uno de los torpedos había impactado a la altura de la torre de popa, por la columna de humo que parecía brotar de la sala de máquinas. El segundo, parecía haber volatilizado un segmento de la proa… la escora del buque sobre su costado de estribor empezaba a ser visible. Herrera estaba sorprendido de haber sido capaz de lograr que los dos torpedos estallaran. Posiblemente suerte… pero no valía la pena tentarla. Tras verificar que ningún buque se encontraba el su curso, bajó de nuevo el periscopio, indicó un nuevo cambio de rumbo para acercarse a derrota ideal en dirección a Estambul.
Diez minutos después subió de nuevo el periscopio para observar su objetivo: el Henri IV se había partido en dos y las mitades se hundían a distinto ritmo… las brujas habían abierto las puertas del infierno bajo la quilla del desventurado buque de guerra francés. El Akelarre empezaba con buen pie su carrera en la Marina española.
No parecía que el hundimiento del Majestic y el Henri IV hubiera causado inquietud en la flota aliada. ¿Tal vez atribuían los eventos a un campo de minas? No era su problema, concluyó Valeriano Herrera…aunque tal vez eso le diera oportunidades en breve. Debía permanecer atento.
A través de su periscopio el Teniente de navío Valeriano Herrera contemplaba el acorazado pre dreadnought francés de tipo Henri IV. Estaba casi seguro de que en su huída tras torpedear al Majestic, el U-21 había pasado por debajo de la quilla del que ahora era su objetivo. Sin duda el capitán alemán era un buen profesional de su oficio… lástima que no hubiera dejado de comportarse de forma altiva durante todo el viaje que habían hecho en convoy desde Ferrol. Una distante frialdad calculadamente educada, pero que no escondía el desprecio que sentía por una Marina que consideraba de segunda categoría. Tal vez Herrera estuviera en la situación de hacer cambiar su opinión.
- Cuatro nudos, mantener rumbo.
Herrera bajó el periscopio y repasó los datos con los que estaba calculando su solución de tiro. Fundamentalmente era el mismo trabajo que estaba cansado de hacer desde que hacía diez años recibiera su primer destino al mando de un antiquísimo submarino tipo A, solo que esta vez iba a disparar contra un enemigo real.
Herrera y su tripulación no habían tenido aún la opción de participar en batalla en la guerra, toda vez que su antiguo submarino tipo B no estaba especialmente dotado para la navegación oceánica, y había realizado tareas de vigilancia y patrulla en aguas someras. Con el cambio al novísimo Akelarre, una porción elegida de su tripulación junto con una parte de nuevos reclutas Valeriano Herrera y los suyos estaban a punto de entrar oficialmente en la lista de tripulaciones de submarinos con experiencia de fuego real en guerra. Los cuatro tubos lanzatorpedos la iban a dar una opción que el teniente no quería desaprovechar.
Mientras ordenaba a su oficial de armas que repasara los cálculos de la solución del torpedo, volvió a alzar el periscopio para observar de nuevo su presa… Herrera era considerado muy precavido por sus compañeros, algunos pensaban que demasiado. Muy prudente, siempre tratando de evitar riesgos, pero desde crío cuando iba de caza con su abuelo, Valeriano había aprendido a mantenerse prudentemente a la espera, en segundo plano, hasta la hora de asestar un golpe rápido. Su abuelo, soldado veterano, le había dicho una vez que el campo de batalla está lleno de crestas de gallos de corral. El teniente tenía muy a gusto agachar la suya lo más posible, navegando a ciegas todo lo posible y elevando el periscopio solo de forma rápida y ocasional, como ahora: el Henri IV seguía su curso mientras disparaba contra posiciones en tierra firme… el humo de sus cañones y el retroceso de sus cañones era visible desde los 1700m a los que se encontraba el Akelarre.
Bajando el periscopio, el teniente de navío ordenó preparar dos tubos para lanzar, uno a babor y un a estribor. Con la experiencia de sus compañeros relatando fallos de torpedos lanzados, y considerando la presa lo bastante importante, decidió disparar dos de sus tubos, manteniendo los otros dos en reserva si acaso los necesitara en lo que le quedaba de navegación hasta Estambul. Su oficial de armas confirmó los cálculos de Herrera, y este le pidió que recalculara los datos para el segundo torpedo.
- Silencio absoluto desde ahora. Operador de hidrófonos, toda la atención. Iré actualizando distancia y velocidad cada dos minutos. Quiero un aviso si detecta cualquier ruido cercano… podría haber submarinos enemigos en los alrededores.
La elevación puntual del periscopio permitió a Herrera ir corrigiendo la posición y la solución de disparo… 1500m, 1100m. A 900m, Herrera ordenó inundar los tubos para disparar su primer torpedo a 800m de distancia. El segundo torpedo siguió 7segundos después. El Teniente de navío no esperó a conocer el resultado y dio orden de alterar el curso para posicionarse en caso de que un tercer disparo fuera necesario.
- 7nudos, virar 60 grados a babor. Bajar a 20m. Ahora.
La tensión en el Akelarre era palpable… los hombres no atareados con la maniobra ordenada por el comandante de la nave contaban los segundos que se hacían interminables. El rostro del operador de hidrófonos se mantenía concentrado mientras Valeriano Herrera parecía relajado mirando la mesa de operaciones.
- ¡Impacto! – relató el operador -. ¡Impacto¡ - repitió ocho segundos después
- ¡Silencio!. ¡Todo el mundo en silencio! – reprochó Herrera a los pocos hombres que comenzaron a celebrar el impacto
- 4 nudos, virar 70 grados a estribor. Arriba a cota de periscopio. Operador, al mínimo sonido avísenos para ir a cota de 40 metros.
Dos minutos después, el periscopio confirmó los impactos. Uno de los torpedos había impactado a la altura de la torre de popa, por la columna de humo que parecía brotar de la sala de máquinas. El segundo, parecía haber volatilizado un segmento de la proa… la escora del buque sobre su costado de estribor empezaba a ser visible. Herrera estaba sorprendido de haber sido capaz de lograr que los dos torpedos estallaran. Posiblemente suerte… pero no valía la pena tentarla. Tras verificar que ningún buque se encontraba el su curso, bajó de nuevo el periscopio, indicó un nuevo cambio de rumbo para acercarse a derrota ideal en dirección a Estambul.
Diez minutos después subió de nuevo el periscopio para observar su objetivo: el Henri IV se había partido en dos y las mitades se hundían a distinto ritmo… las brujas habían abierto las puertas del infierno bajo la quilla del desventurado buque de guerra francés. El Akelarre empezaba con buen pie su carrera en la Marina española.
No parecía que el hundimiento del Majestic y el Henri IV hubiera causado inquietud en la flota aliada. ¿Tal vez atribuían los eventos a un campo de minas? No era su problema, concluyó Valeriano Herrera…aunque tal vez eso le diera oportunidades en breve. Debía permanecer atento.
"Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado". Arturo Pérez-Reverte
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Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas
TOKIO 17 de junio de 1915
El gobierno japonés se encontraba en serios problemas en esos momentos. Semanas atrás la escuadra española había bloqueado durante una semana el puerto de Vladivostock, causando un gran perjuicio a la ayuda militar a Rusia. Desde entonces las presiones recibidas desde los gobiernos aliados ruso, francés que también había visto como atacaban su colonia de Indochina, y principalmente británico eran constantes e iban en aumento. La incapacidad japonesa para decidir rápidamente la guerra en Filipinas estaba causando un gran perjuicio a su causa, y la propia Australia estaba maniobrando para sustituir a Japón en la conquista de las restantes islas españolas del pacifico.
Eso era algo que no podía permitirse. Japón debía ser la potencia preponderante del pacifico, y no podía permitirse que los españoles arruinasen las décadas de duro trabajo que sucedieron a la caída del Shogunato. Y para ello debían acabar con la amenaza que la escuadra española suponía.
Al empezar la guerra la estrategia española los había pillado por sorpresa. Su escuadra había abandonado sus grandes bases en Manila y Subic para trasladarse a un puerto desconocido que ahora suponían era Cebú por ser el único en el que existían unos astilleros civiles de moderado tamaño en los que podían mantener sus buques. Gracias a ello habían logrado burlar a la flota japonesa y actuar libremente contra el comercio causando estragos en varios lugares y atacando la propia metrópoli. Desde que lo descubrieran gracias al crucero ligero Tone había tratado de remediarlo impidiendo la salida de los buques españoles, pero estos podían elegir entre demasiadas rutas para salir. Al sur el mar de Bohol con el golfo de Leyte, al norte el golfo de Panay y el estrecho de San Bernardino. Y esos eran solo los más cercanos pues si seguían al norte entre las numerosas islas de la zona, podían optar por muchas más salidas a mar abierto. Si querían acabar con la flota española no había otra manera. Debían destruirla, y ante la imposibilidad de localizarla en alta mar, solo restaba el ir a buscarla en su base de operaciones. Por lo tanto debían ir a por ella y destruirla o al menos privarla del puerto de Cebú, pues esto la privaría del último puerto en el que podían mantener los buques, lo que a medio plazo significaría inmovilizar la escuadra en algún puerto remoto.
Decididos a acabar de una vez por todas con la amenaza que esa escuadra suponía, la Marina Imperial reunió una gran flota para ejecutar la tarea, encomendando a los hidroaviones del Wakamiya la tarea de localizar la flota española cuando estuviese en el puerto.
En cabeza los cruceros de batalla Kongo y Hiei, y los acorazados Kawachi y Settsu, capaces no solo de destruir cualquiera de los cruceros españoles, sino de superarlos en velocidad de ser necesario. Junto a ellos los cruceros ligeros Tone, Chikuma, Hirado, y Yahami, y 8 destructores, a los que se sumaban 6 transportes de tropas y otros 4 destructores encabezados por el crucero protegido Niitaka. Esta escuadra se adentraría en el estrecho de Cebú para conquistar la ciudad y la isla.
Con todo no podían permitir que los buques españoles huyesen. Por ello existirían otras 5 escuadras compuestas por agrupaciones de uno o dos acorazados o cruceros acorazados y dos cruceros protegidos acompañados por varios destructores.
La primera compuesta por el crucero acorazado Adzuma y el crucero protegido Takachigo entrarían por el estrecho de Surigao, manteniéndose en contacto con la flota en todo momento gracias a su cercanía.
La segunda escuadra entraría por el golfo de Panay con los cruceros acorazados Kasuma, Nishin, y los protegidos Kasagi y Chitose, convergiendo en el mar de Bisayas con la tercera escuadra compuesta por los cruceros acorazados Asama y Tokiwa, y los cruceros protegidos Aso, y Tsugaru, cerrando la huida por el norte.
Las últimas dos escuadras permanecerían en reserva, una bloqueando Manila estaba compuesta por los acorazados Pre Dreadnought Iki, Iwami, y Sugo, y los cruceros protegidos Matsushima y Hashidate. Mientras la última escuadra que se adentraría en el estrecho de Mindoro, bloqueando la última de las rutas de huida de la escuadra española, compuesta por los cruceros acorazados Idzumo e Iwate, y los protegidos Akitsumisha, y Otowa.
Por supuesto se esperaba la presencia de minas, por lo que todas las escuadras viajarían con su propia escolta de medios dragaminas. Asimismo cabía la posibilidad de que los buques españoles no se encontrasen allí en esos momentos o lograsen huir, y para eso se tendrían preparados varios transportes con la 9ª división de fusileros navales a bordo, encargados de conquistar Cebú y privar así del ultimo puerto a las fuerzas españolas.
En total se movilizarían para esta operación dos cruceros de batalla, dos acorazados, dos acorazados Pre Dreadnought, siete cruceros acorazados, cuatro cruceros ligeros, diez cruceros protegidos, y 30 destructores. Frente a ellos los españoles alineaban siete cruceros protegidos incluyendo al Carlos V, cuatro destructores contratorpederos uno de ellos el germano S-90 y trece torpederos.
Ahora tocaba esperar hasta que confirmasen la presencia de la escuadra española en Cebú.
El gobierno japonés se encontraba en serios problemas en esos momentos. Semanas atrás la escuadra española había bloqueado durante una semana el puerto de Vladivostock, causando un gran perjuicio a la ayuda militar a Rusia. Desde entonces las presiones recibidas desde los gobiernos aliados ruso, francés que también había visto como atacaban su colonia de Indochina, y principalmente británico eran constantes e iban en aumento. La incapacidad japonesa para decidir rápidamente la guerra en Filipinas estaba causando un gran perjuicio a su causa, y la propia Australia estaba maniobrando para sustituir a Japón en la conquista de las restantes islas españolas del pacifico.
Eso era algo que no podía permitirse. Japón debía ser la potencia preponderante del pacifico, y no podía permitirse que los españoles arruinasen las décadas de duro trabajo que sucedieron a la caída del Shogunato. Y para ello debían acabar con la amenaza que la escuadra española suponía.
Al empezar la guerra la estrategia española los había pillado por sorpresa. Su escuadra había abandonado sus grandes bases en Manila y Subic para trasladarse a un puerto desconocido que ahora suponían era Cebú por ser el único en el que existían unos astilleros civiles de moderado tamaño en los que podían mantener sus buques. Gracias a ello habían logrado burlar a la flota japonesa y actuar libremente contra el comercio causando estragos en varios lugares y atacando la propia metrópoli. Desde que lo descubrieran gracias al crucero ligero Tone había tratado de remediarlo impidiendo la salida de los buques españoles, pero estos podían elegir entre demasiadas rutas para salir. Al sur el mar de Bohol con el golfo de Leyte, al norte el golfo de Panay y el estrecho de San Bernardino. Y esos eran solo los más cercanos pues si seguían al norte entre las numerosas islas de la zona, podían optar por muchas más salidas a mar abierto. Si querían acabar con la flota española no había otra manera. Debían destruirla, y ante la imposibilidad de localizarla en alta mar, solo restaba el ir a buscarla en su base de operaciones. Por lo tanto debían ir a por ella y destruirla o al menos privarla del puerto de Cebú, pues esto la privaría del último puerto en el que podían mantener los buques, lo que a medio plazo significaría inmovilizar la escuadra en algún puerto remoto.
Decididos a acabar de una vez por todas con la amenaza que esa escuadra suponía, la Marina Imperial reunió una gran flota para ejecutar la tarea, encomendando a los hidroaviones del Wakamiya la tarea de localizar la flota española cuando estuviese en el puerto.
En cabeza los cruceros de batalla Kongo y Hiei, y los acorazados Kawachi y Settsu, capaces no solo de destruir cualquiera de los cruceros españoles, sino de superarlos en velocidad de ser necesario. Junto a ellos los cruceros ligeros Tone, Chikuma, Hirado, y Yahami, y 8 destructores, a los que se sumaban 6 transportes de tropas y otros 4 destructores encabezados por el crucero protegido Niitaka. Esta escuadra se adentraría en el estrecho de Cebú para conquistar la ciudad y la isla.
Con todo no podían permitir que los buques españoles huyesen. Por ello existirían otras 5 escuadras compuestas por agrupaciones de uno o dos acorazados o cruceros acorazados y dos cruceros protegidos acompañados por varios destructores.
La primera compuesta por el crucero acorazado Adzuma y el crucero protegido Takachigo entrarían por el estrecho de Surigao, manteniéndose en contacto con la flota en todo momento gracias a su cercanía.
La segunda escuadra entraría por el golfo de Panay con los cruceros acorazados Kasuma, Nishin, y los protegidos Kasagi y Chitose, convergiendo en el mar de Bisayas con la tercera escuadra compuesta por los cruceros acorazados Asama y Tokiwa, y los cruceros protegidos Aso, y Tsugaru, cerrando la huida por el norte.
Las últimas dos escuadras permanecerían en reserva, una bloqueando Manila estaba compuesta por los acorazados Pre Dreadnought Iki, Iwami, y Sugo, y los cruceros protegidos Matsushima y Hashidate. Mientras la última escuadra que se adentraría en el estrecho de Mindoro, bloqueando la última de las rutas de huida de la escuadra española, compuesta por los cruceros acorazados Idzumo e Iwate, y los protegidos Akitsumisha, y Otowa.
Por supuesto se esperaba la presencia de minas, por lo que todas las escuadras viajarían con su propia escolta de medios dragaminas. Asimismo cabía la posibilidad de que los buques españoles no se encontrasen allí en esos momentos o lograsen huir, y para eso se tendrían preparados varios transportes con la 9ª división de fusileros navales a bordo, encargados de conquistar Cebú y privar así del ultimo puerto a las fuerzas españolas.
En total se movilizarían para esta operación dos cruceros de batalla, dos acorazados, dos acorazados Pre Dreadnought, siete cruceros acorazados, cuatro cruceros ligeros, diez cruceros protegidos, y 30 destructores. Frente a ellos los españoles alineaban siete cruceros protegidos incluyendo al Carlos V, cuatro destructores contratorpederos uno de ellos el germano S-90 y trece torpederos.
Ahora tocaba esperar hasta que confirmasen la presencia de la escuadra española en Cebú.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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