Yosbani escribió:Una ballesta era más precisa que un arco, y alcanzaba más (320 metros de una ballesta galesa contra los 275 de un arco galés), y tenía un poder de penetración mayor (la fuerza cinética de una ballesta respecto al arco largo medio supone un impacto de doce kilos más por centímetro cuadrado de impacto: suficiente para tirar al suelo a alguien ('Grandes Batallas de la Historia Mundial'). Ricardo Corazón de León (el mismo que durante cinco horas de combate empuñaba una espada de ¡dieciséis kilogramos! de peso en su mano sin cansarse - para que os hagáis una idea comparativa, un montante de lanquesnete a dos manos pesaba seis kilogramos, y hacía falta una fuerza tremenda para manejarla-) fue abatido por una ballesta normal. En Crécy, la -escasa- caballería inglesa fue exterminada por los ballesteros genoveses. Juana de Arco estuvo a punto de morir por un tiro de ballesta borgoñona. La ballesta tuvo tal influencia que la nobleza pidió al Papa que condenara ese arma como artilugio del diablo y que prohibiera su uso. De hecho, durante cerca de cincuenta años durante el siglo XII usar una ballesta contra otro cristiano podía suponer pena de excomunión, y se reservaba para enfrentarse al infiel y a los paganos ("Biblioteca Vaticana"). Entrenar a un campesino a usar una ballesta era cuestión de una a dos tardes, y esa chusma podía abatir al caballero mejor armado de todo el mundo.
Pero el arco largo, que requería mucha más fuerza que la ballesta para ser usado y un entrenamiento mucho más largo, tenía tres ventajas importantísimas sobre la ballesta.
1. Capacidad de fuego indirecto; ¿habéis probado a disparar una ballesta alguna vez? Yo he practicado tiro con arco y tiro con ballesta, y lo primero que te fijas es que la flecha de arco hace parábola, mientras que la ballesta dispara recto. Eso permite al arco atacar zonas del campo de batallas, sin tener que apuntar a un blanco específico. También podía asaltar posiciones cubiertas por obstáculos o barreras y alcanzar zonas que no pudieran verse directamente.
2. Concentración. La ballesta tiene que dispararse de frente, mientras que los arqueros ingleses diparaban de lado. En el espacio que ocupaba un ballestero medio con su apoyo para el arma y la aljaba, se desplegaban tres arqueros, que además podían desplegarse en, dos filas -tres filas los más expertos con un terreno favorable-. Donde normalmente se situarían, por ejemplo, cien ballesteros en línea, se colocarían seiscientos arqueros. Los números cantan, ¿no?
3. Capacidad de disparo. Un buen arquero medio podía disparar entre ocho y diez flechas por minuto. Un extraordinario ballestero podía disparar dos virotes como mucho. Continuando con el ejemplo anterior, los cien ballesteros no podrían disparar más de doscientos virotes por minuto. Los seiscientos arqueros podrían barrer el mismo terreno en el mismo tiempo con unas cinco mil flechas. ¿Se nota la diferencia?
Excelente mensaje Yosbani, muy preciso y muy bien escrito. No conocía esa afición tuya por las armas de antaño...