Va la traducción:
Un especialista ruso revela el plan de Stalin para conquistar Europa
Icebreaker (Rompehielos): ¿Quién comenzó la segunda guerra mundial?, por Viktor Suvorov (Vladimir Rezan).
Comentado por Joseph Bishop. Traducido libremente por Domper; disculpad errores, faltas de ortografía, y posibles correcciones automáticas de Word (que Dios confunda)
Pasa a veces que los trabajos históricos más significativos son ignorados por los medios de masas, y alcanzan a pocos lectores. Es el caso de muchos estudios revisionistas, incluyendo este importante trabajo escrito por un antiguo oficial soviético de Inteligencia Militar que desertó en 1978. Incluso antes de la aparición de este libro, había establecido una sólida reputación con sus cinco libros anteriores, escritos bajo el seudónimo de Viktor Suvorov, que describían el funcionamiento interno del aparato militar soviético y especialmente sus operaciones de inteligencia.
En Icebreaker Suvorov revisa de cerca el origen y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial en Europa, especialmente el trasfondo de la operación Barbarroja, lanzada por Hitler contra la Unión Soviética el 22 de Junio de 1941. Desde su aparición original en Francia en 1988 (en ruso, con el título "Ledokol") se han publicado nada menos que 87 ediciones en 15 idiomas. A pesar de su gran relevancia, en Estados Unidos ha recibido escasa atención. Las pocas revisiones publicadas de la obra han sido someras y despectivas, un vergonzoso trato que revela la cobardía e irresponsabilidad del ambiente erudito "políticamente correcto".
Según el punto de vista convencional, el pérfido ataque de Hitler forzó a la guerra a una neutral y ajena Unión Soviética. Esta visión sostiene que un sorprendido e ingenuo Stalin había confiado en un taimado Führer alemán. Suvorov rechaza este punto de vista como simple propaganda política, demostrando la responsabilidad personal de Stalin en el comienzo de la geurar y en su progresión. Especialmente este libro detalla los vastos preparativos soviéticos para una invasión de Europa en el verano de 1941, con el objetivo de sovietizar la Europa Central y Occidental. Suvorov no es el único en apoyar esta opinión. Historiadores no rusos, como el erudito H. S. Stolfi en su estudio de 1991 "Hitler’s Panzers East: World War II Reinterpreted".
A pesar de la rígida censura soviética, Suvorov ha conseguido encontrar pepitas de valiosa información en los archivos soviéticos públicos que confirman su tesis central. Icebreaker se basa en la minuciosa revisión efectuada por el autor de fuentes públicas tales como las memorias de los líderes militares de la guerra, historias de divisiones soviéticas, cuerpos, ejércitos, flotas, y de unidades de aviación.
La "segunda guerra imperialista"
Un tema central de la ideología soviética es que la Unión Soviética, como el primer estado marxista y baluarte mundial del poder de la clase obrera, acabaría liberando a toda la humanidad del yugo del fascismo y del capitalismo ("el último recurso del monopolio capitalista"). Los líderes soviéticos podían discrepar sobre las circunstancias o el momento de la liberación global, pero ninguno dudó de la importancia del objetivo. Suvorov indica:
"Para Lenin, como para Marx, la revolución mundial seguía siendo la estrella que le guiaba, y no perdió de vista este objetivo. Pero según el programa de mínimos, la Primera Guerra Mundial sólo facilitaría la revolución en un país ¿Cómo podría tener lugar la revolución mundial? Lenin respondió claramente esta cuestión en 1916: sería el resultado de la Segunda Guerra Imperialista…"
Inicialmente la "Unión de Repúblicas Soviéticas" se constituyó por un puñado de repúblicas. Lenin y los otros líderes soviéticos consideraban que se irían agregando otras repúblicas hasta abarcar el mundo. Así, escribe Suvorov "la declaración que acompañaba a la formación de la URSS era una clara y directa declaración de guerra al resto del mundo".
Hitler apreció esto mucho mejor que los líderes de Inglaterra, Francia o Estados Unidos. Durante una conversacióne n 1937 con Lord Halifax, uno de los principales dirigentes ingleses, dijo "Si hay una guerra general [en Europa] sólo un país puede vencer. Este país es la Unión Soviética". En Icebreaker Suvorov explica como Stalin explotó el conflicto entre Polonia y Alemania sobre Danzing y el "corredor polaco" para provocar la "Segunda Guerra Imperialista" que pudiese ampliar enormemente el imperio soviético.
Stalin anticipó una guerra de desgaste en la cual Alemania, Francia e Inglaterra quedarían exhaustas y que encendería sublevaciones comunistas por toda Europa. Y como el dirigente soviético esperaba, el "Rompehielos" Alemania rompió el orden establecido en Europa. Pero como casi todo el mundo fuera de Alemania, quedó asombrado por la velocidad y eficacia con las que Hitler sometió no sólo a Polonia, sino también a Francia, la Bélgica, los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Yugoslavia y Grecia. Arruinando las esperanzas del Kremlin de que una "segunda guerra imperialista" llevaría rápidamente a una Europa soviética, antes de julio de 1940 de Hitler era efectivamente el dueño del continente.
Preparativos soviéticos
A lo largo de la Historia cada ejército ha tenido una misión básica, que requiere los correspondientes preparativos. Un ejército con misión básicamente defensiva se entren apara la guerra defensiva. Fortifica densamente las fronteras de su país, y despliega sus unidades en profundidad. Construye fuertes y obstáculos, sitúa campos extensos campos minados, y excava trampas y fosos antitanque. Los vehículos, aviones, armas y equipos precisos para la defensa se producen y se suministran. Oficiales y tropas se entrenan en tácticas defensivas y en contraofensivas.
Un ejército con misión ofensiva actúa de otra forma. Oficiales y tropas se entrenan en tácticas ofensivas. Son provistos de armamento diseñado para el ataque, y el área fronteriza se prepara adecuadamente. Tropas y equipo se sitúan cerca de la frontera, se quitan los obstáculos y se limpian los campos de minas. Se entregan a los oficiales mapas de las zonas que serán invadidas, y se informa a las tropas sobre las dificultades del terreno, sobre como tratar a la población de las áreas conquistadas, etcétera.
Examinando cuidadosamente el equipo, entrenamiento y despliegue de las fuerzas soviéticas, así como el número y potencia del armamento soviético, vehículos, suministos y aviones, Suvorov concluye con gran detalle que el Ejército Rojo había sido desplegado el verano de 1941 para el ataque y no para la defensa.
Tanques peculiares
Alemania inició la guerra en 1939 con 3.195 tanques. Suvorov indica que esto era menos de la producción de seis meses de una única factoría soviética, la de Kharkov, operando en régimen "de tiempos de paz".
En 1941 todos aceptaban que el tanque era el arma principal en una ofensiva terrestre en Europa. Durante este periodo, muestra Suvoriv, los soviéticos produjeron grandes cantidades de los fuertemente armados tanques "BT", predecesores del famoso T34. "BT" eran las iniciales de las palabras rusas "tanque de alta velocidad". La primera de estas series alcanzaba la impresionante velocidad, incluso para los actuales estándares, de 100 Km/h. Pero como Suvorov indica, este tanque tenía una peculiaridad:
Se elogia tanto el número y las cualidades de los tanques soviéticos, que debe señalarse un pequeño inconveniente: era imposible usar estos tanques en Rusia. Los tanques BT sólo podían ser utilizados en una guerra ofensiva, operando en la retaguardia del enemigo, y en una ofensiva rápida, en la que masas de tanques penetran bruscamente en el territorio enemigos.
Los tanques BT eran casi impotentes en el territorio soviético. Cuando Hitler inició la operación Barbarroja, casi todos los tanques BT fueron arrumbados. Era imposible usarlos fuera de los caminos, incluso con orugas. Nunca usaron sus ruedas. El potencial de esos tanques nunca fue aprovechado, porque era imposible en Rusia. Los BT habían sido diseñados específicamente para operar en territorio enemigo que dispusiese de buenos caminos.
La pregunta de dónde podían esos tanques mostrar sus cualidades tiene una única respuesta: en Europa Central y del Sur. Los únicos territorios donde esos tanques podían usarse, sobre todo tras retirar sus orugas, eran Alemania, Francia y Bélgica. Las orugas eran sólo el medio para alcanzar el territorio enemigo. Por ejemplo, Polonia se cruzaría con orugas pero, cuando se alcanzasen las autopistas alemanas, se retirarían las cadenas y las operaciones seguirían sobre las ruedas de los tanques."
"Se dice que los tanques de Stalin no estaban preparados para la guerra. No era así. No estaban preparados para una guerra defensiva en su propio territorio, sino para llevar la guerra a otros países."
Fuerzas aerotransportadas
También estaban diseñadas para la ofensiva los paracaidistas. Estas, las unidades de infantería más agresivas, se emplean sorbe todo como fuerza de invasión. Alemania comenzó a formar sus fuerzas aerotransportadas en 1936, y en 1939 tenía 4.000 paracaidistas ¿Y la URSS? Dice Suvorov:
"Al comenzar la Guerra, en 1939, la Unión Soviética tenía más de un millón de paracaidistas entrenados: 200 veces más que el resto del mundo junto, incluyendo Alemania. Es absolutamente imposible usar semejantes masas de paracaidistas en una guerra defensiva. Ningún país en la Historia, ni siquiera todos los países del mundo simultáneamente (incluyendo la Unión Soviética de la posguerra), ha tenido tantos paracaidistas y tantas unidades de asalto aéreo como Stalin en 1941."
Preparando la gran invasión en 1940 se ordenó la construcción masiva de planeadores, que se inició a partir de la primavera de 1941. También diseñaron y construyeron el llamativo ˜KT”, el "tanque alado". Tras aterrizar, se deshacía de las alas y de la cola y quedaba listo para el combate. El autor describe también otras armas y unidades ofensivas, y su despliegue en 1941 en áreas y puntos de despegue junto a Alemania y Rumania. Todas estas fuerzas y estos equipos resultaron inútiles tras el ataque de Barbarroja, cuando los soviéticos necesitaron armas defensivas.
Suvorov describe una reunión secreta en 1940 de Stalin y otros miembros del Politburo con el general Pavel Rychagov, ministro de defensa y comandante de la fuerza aérea soviética, discutiendo los detalles de las "operaciones especiales en la fase inicial de la guerra". Indicó la necesidad de conservar el secreto de los preparativos de las fuerzas aéreas para "sorprender al grueso de la aviación enemiga en tierra". Suvorov indica:
"Es obvio que no se puede "sorprender al grueso de la aviación enemiga en tierra" en tiempos de guerra. Sólo es posible hacerlo en tiempos de paz contra un enemigo que no sospeche el peligro."
Stalin creó una enorme masa aerotransportada que sólo podía ser usada en una situación: tras un ataque por sorpresa de la Fuerza Aérea Roja contra e¡aeródromos enemigos. Es simplemente imposible mover cientos de miles de paracaidistas y miles de aviones de transporte y de planeadores en cualquier otra situación.
Suvorov también indica que en Junio de 1941 las fortificaciones fronterizas eran desmanteladas, y el despliegue de masas de tropas y de tanques preparadas para una ofensiva en el Oeste.
Stalin preparándose
Durante el periodo inmediatamente anterior a la planeada invasión soviética, se ordenó a los distritos militares occidentales de la URSS que 114 divisiones estacionadas en el interior fuesen apostadas en la frontera. Señala Suvorov que el 13 de Junio de 1941 "es el inicio del mayor movimiento de tropas de la Historia de la Civilización".
Tal acumulación de tropas no se podía mantener en secreto. Suvorov indica que Wilhelm Keitel, mariscal de campo y jefe del Estado Mayor alemán, respondió sobre los temores alemanes en un interrogatorio de la posguerra:
"Todos los preparativos que tomamos en la Primavera de 1941 eran medidas defensivas ante un posible ataque del Ejército Rojo. La guerra en el Este podría llamarse una guerra preventiva. Decidimos prevenir un ataque de la URSS destruyendo sus fuerzas mediante un ataque por sorpresa. En la Primavera de 1941 yo estaba completamente convencido que los grandes preparativos soviéticos y el consiguiente ataque contra Alemania nos pondría, en términos económicos y estratégicos, en una situación excepcionalmente crítica. Nuestro ataque era la respuesta a esa amenaza"
En 1941 el almirante N. G. Kuznetsow era ministro de Marina y miembro del Comité Central del Partido Comunista Soviético. En sus memorias de posguerra publicadas en 1966 recuerda:
"Para mí hay algo fuera de toda discusión: J. V. Stalin no sólo no excluyo la posibilidad de una guerra con la Alemania de Hitler, sino que la consideraba inevitable. Stalin se preparó para la guerra amplios y variados preparativos en las fechas que él había elegido. Hitler trastornó sus cálculos.
Comentarios de Suvorov:
"El almirante deja bastante claro que Stalin consideraba la guerra inevitable y que se preparaba para entrar en guerra cuando le conviniese. Es decir, Stalin se preparaba para mover primero, atacando a Alemania, pero Hitler con su ataque preventivo frustró los planes de Stalin"
"Compárense las palabras de Keitel con las de Kuznetsov. Keitel dijo que Alemania no preparaba una guerra de agresión contra la URSS, sino que era la URSS la que se preparaba para atacar a Alemania. Alemania lanzó un ataque preventivo para defenderse de una agresión inevitable. Kuznetsov dice lo mismo: la URSS se preparaba para la guerra e inevitablemente hubiese entrado en ella, pero Hitler interrumpió esos planes con su ataque. Lo que no se entiende es que Keitel fuese ahorcado [en Nuremberg] y Kuznetsov no."
Suvorov cree que el ataque preventivo de Hitler se adelantó apenas por dos o tres semanas al previsto de Stalin. Así cuando la Wehrmacht destruyó las formaciones soviéticas en las iniciales semanas de Barbarroja, los alemanes quedaron asombrados ante el número de tanques y otros equipos rusos destruidos o capturados, que bastaban para conquistar toda Europa. Suvorov sigue:
"Hitler decidió que no podía esperar más". Atacaría el primero, sin esperar la puñalada de la daga "liberadora" que apuntaba a su espalda. Aunque inició la guerra en las condiciones más favorables que tuviera ningún agresor, el plan de Stalin le impidió vencer. Incluso con la peor de las suertes el Ejército Rojo pudo "liberar" media Europa."
Aun siendo devastador, el asalto de Hitler no fue fatal. Llegó demasiado tarde para triunfar. "Incluso el ataque por sorpresa de la Wehrmacht a la URSS no bastó para salvar a Hitler y su imperio," escribe Suvorov. "Hitler vio cual era el peligro, pero demasiado tarde". Con gran esfuerzo, los soviéticos se recuperaron de la derrota inicial. Stalin consiguió formar nuevos ejércitos con los que reemplazó a los perdidos en la segunda mitad de 1941.
Suvorov reitera que la imagen ampliamente aceptada sobre la Segunda Guerra Mundial, especialmente los papeles de Hitler y Stalin, no concuerdan con la realidad:
"Al final Polonia, por cuya libertad fue el Oeste a la guerra, acabó sin ella. Al contrario, cayó en manos de Stalin, así como la mayor parte de Europa Oriental, incluyendo parte de Alemania. A pesar de eso hay gente en el Oeste que sigue pensando que Occidente ganó la Segunda Guerra Mundial".
"Stalin se convirtió en el rector absoluto de un vasto imperio hostil a Occidente, construido con la ayuda de Occidente. Stalin mantenía su reputación de ingenuo y confiado mientras Hitler pasaba a la Historia como el agresor. Múltiples libros publicados en Occidente repiten que Stalin no estaba preparado para la guerra y que Hitler sí"
¿Una Europa Soviética?
Un intrigante "what if" especula con el destino de Europa si Stalin, y no Hitler, ataca primero. Por ejemplo, una campaña en los Balcanes menos exitosa hubiese podido posponer Barbarroja varias semanas, permitiendo a Stalin atacar primero.
¿Podrían las fuerzas alemanas resistir un asalto masivo, con decenas de miles de tanques y un millón e paracaidistas? Con la ventaja de atacar primero ¿podría llegar Stalin rápidamente a Berlín, Ámsterdam, Bruselas, París, Roma y Madrid? Suvorov escribe:
"Sería un error subestimar la enorme fuerza y los extensos recursos de la maquinaria de guerra estaliniana. A pesar de las enormes pérdidas, pudo recuperarse y conquistar Berlín. Sin el ataque el 22 de Junio, sin perder cientos de aviones y miles de tanques ¿hubiese sido el Ejército y no la Wehrmacht el vencedor del primer asalto? ¿Tenía Alemania espacio para retirarse? ¿Tenía los inagotables recursos humanos para recuperarse tras un primer ataque por sorpresa soviético?”
Contestando en parte a su pregunta, Suvorov dice "si Hitler hubiese decidido lanzar Barbarroja unas semanas después, el Ejército Rojo hubiese llegado a Berlín mucho antes de 1945"
Suvorov incluso presenta un panorama hipotético de la invasión y ocupación soviética de Europa, con su terror estalinista y la opresión:
"Las tropas [soviéticas] reúnen interminables columnas de prisioneros. El polvo oculta el horizonte. Están allí los opresores: comerciantes, burgueses, médicos, arquitectos, granjeros, banqueros. Los Chiequistas [NKVD] tienen trabajo duro. Interrogan a los presos rápidamente en cada parada. Luego la NKVD investiga cada uno detalladamente, y establece su grado de culpabilidad ante la clase trabajadora. Y ahora es necesario desenmascarar a los más peligrosos de los millones de prisioneros: antiguos socialdemócratas, pacifistas, socialistas, nazis, oficiales, policías y sacerdotes"
"Millones de prisioneros son enviados lejos, al Este y al Norte, para darles la oportunidad de expiar su culpabilidad ante el pueblo mediante el trabajo honesto"
En el escenario de Suvorov, un campo llamado Auschwitz es capturado rápidamente por los rusos. Ante la pregunta "¿Qué encontraste en Auschwitz, tío?" un soldado del Ejército Rojo contesta "pues no mucho" El veterano con su chaqueta negra encoge los hombros y dice "Como aquí, aunque con mejor tiempo".
Esta especulación es dudosa, pues hay factores imponderables. Uno de ellos es la moral soviética. Los soldados rusos que combatieron tenazmente defendiendo su territorio, tal vez no hubiesen luchado con el mismo fervor y moral en una invasión de Europa. El avance por Alemania y Hungría en 1944 y 1945 no es indicativo, porque los soldados estaban amargados por años de guerra y de ocupación.
Otro factor imponderable era la respuesta de Inglaterra y de Estados Unidos ante una invasión de Europa. Si los rusos atacasen en 1941 ¿se hubiesen unido Inglaterra y Estados Unidos a Stalin, o a Hitler y Alemania, Francia, Rumania, Hungría, Dinamarca y el resto de Europa? ¿O Roosevelt y Churchill se mantendrían neutrales?
Sin embargo, cuando Hitler lanzó su ataque preventivo contra la Rusia Soviética, Roosevelt y Churchill se alinearon inmediatamente con Stalin y, cuando el Ejército Rojo se apropió de media Europa en 1944-45, ningún líder americano o inglés protestó.
Gracias a Suvorov y otros historiadores revisionistas se puede afirmar hoy día, con seguridad, que al destruir los grandes preparativos de 1941, Hitler abortó los planes de Stalin para conquistar Europa y que, a pesar de la derrota de 1945, Hitler consiguió salvar a Europa, y a decenas de millones de personas, de los horrores del yugo soviético.
Sigue de un comentario de otro libro de Suvorov, "The Last Republic" (La última República); son dos aspectos que me parecen muy importantes:
Apoyando su tesis Suvorov cita datos adicionales que no había incluido previamente. En primer lugar, en la víspera del ataque de 1941las fuerzas soviéticas habían sido provistas de mapas topográficos que incluían sólo la región fronteriza y de Europa. No eran planos para defender el territorio o las ciudades de la URSS, ya que la guerra no sería librada en la Patria. Encabezaba el servicio militar cartográfico soviético, y era por tanto responsable de la distribución, el Mayor General M. K. Kudryavtsev, que no fue ni castigado ni relegado por el fallo en proporcionar mapas del país, sino que fue ascendido y disfrutó de una carrera militar larga y exitosa. Tampoco se responsabilizó al Jefe de Estado Mayor, el General Zhukov, de los desastres de los primeros meses de la guerra. Ninguno de los mandos militares superiores fue responsabilizado ya que, indica Suvorov, seguían las órdenes de Stalin al pie de la letra.
En segundo lugar, a principios de Junio de 1941 las fuerzas armadas soviéticas empezaron a recibir millones de copias de un libro de frases ruso - alemán, con secciones dedicadas a operaciones ofensivas, como tomar estaciones ferroviarias, orientar a paracaidistas, etcétera, y con expresiones como "deja de transmitir o te disparo". Estos libros fueron producidos en grandes cantidades en imprentas militares de Leningrado y Moscú. Pero nunca se distribuyeron entre las tropas de primera línea, y al parecer fueron destruidos al iniciarse la guerra.
Hay más documentación. Suvorov usó memorias publicadas en plena censura, pero la apertura de los archivos soviéticos (ahora menos accesibles) mostró aspectos preocupantes (como poco) sobre temas como las purgas y su repercusión, los posibles preparativos, testimonios, y demás.
Repito que yo no me creo las tesis de Suvorov al pie de la letra. Tras la publicación de su libro se han revisado con lupa los documentos existentes de 1941 (los accesibles, porque muchos fueron desclasificados para al poco volver a declararse secretos, y no sabemos lo que se ha destruido), y no hay pruebas del ataque soviético… en 1941.
Mi opinión es que Stalin, tras el semi fiasco de Finlandia y al ver la increíble e inesperada capacidad alemana, decidió esperar a reformar por completo su ejército. Lo que debía incluir, entre otras cosas, la sustitución de muchos equipos defectuosos (como los tanques BT) por armas modernas, como los tanques pesados (los KV-1 y KV-2), el T-34 y el nonato T-34M (que hubiese debido sustituir al T-34 a finales de 1941), etcétera. Pero que hubiese atacado a Alemania en cualquier momento si esta hubiese mostrado signos de debilidad… o si pensaba que el ataque alemán era inminente, y tenía que adelantarse.
Saludos