Los tratados de libre comercio del país
Colombia mira hacia el mundo
Los productos nacionales más exportados durante la última década son los minero-energéticos, los cuales no necesitan TLC.
En los corredores del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, afianzar las alianzas comerciales en el exterior es el tema de moda. Es que este gobierno no sólo tiene la tarea de concretar las negociaciones de tratados de libre comercio que se iniciaron en administraciones pasadas, sino insertar a Colombia en nuevos nichos de mercado que le permitan incrementar sus exportaciones de valor agregado y encontrar un socio estratégico en la región Asia-Pacífico.
Precisamente Sergio Díaz-Granados, ministro de Comercio, Industria y Turismo, reconoce que “Colombia es uno de los países menos exportadores del continente, con poca diversificación y con una concentración de productos en varios mercados”.
A pesar de que el país ha trabajado fuertemente desde 2002 para impulsar las relaciones comerciales con el mundo, la multiplicación de los destinos de las exportaciones avanza a paso lento. Hasta ahora, las ventas en el exterior han aumentado en sectores que generan poco empleo, como el minero-energético, y disminuyen en aquellas industrias que necesitan un TLC para obtener mejores condiciones de entrada, como las manufacturas y la agricultura.
Por ejemplo, el rubro minero-energético, que representaba en el año 2000 el 45% de las exportaciones totales, en 2010 concentró el 64% de las ventas externas del país.
Las compras desde el exterior de los productos agrícolas disminuyeron en 2010 a US$4.193 millones en comparación con 2009, año en el que estaban cerca a los US$5.000 millones. Una caída que se presentó a pesar de que en el ámbito mundial se viene dando una escalada en los precios de los alimentos.
En lo relacionado con el sector industrial, se registraron ventas cercanas a US$14.000 millones en 2009, mientras que el año pasado cayeron a US$10.300 millones. Según Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, la disminución en los volúmenes se debió a que “casi el 75% de facturaciones colombianas a Venezuela han sido industriales. Esto es una de la razones por las cuales Colombia necesita tener más tratados de libre comercio, para no depender de un mercado administrado como es el del vecino país”.
Aunque se anunció el Acuerdo de Complementación Económica con Venezuela, pues el 21 de abril de este año vencen los compromisos de la zona de libre comercio que tiene este país con la CAN —del cual se retiró en 2006—, los empresarios colombianos, en busca de una solución, han optado por reemplazar ese mercado por el ecuatoriano, pues el sistema de transporte es también vía terrestre y la demanda comercial es parecida a la venezolana. Con Ecuador se pasó de exportar US$1.257 millones en 2009 a US$1.824 en 2010, en cambio con los venezolanos pasamos de venderles US$4.049 millones (2009) a US$1.422 millones.
Al respecto, Díaz-Granados puntualizó: “Nuestro interés es seguir con el comercio que ya habíamos estructurado con Venezuela. Por lo pronto, el Gobierno continuará ayudando directamente a las ensambladoras nacionales con sus planes de expansión. Celebramos que Renault, Chevrolet y Mazda hayan anunciado su interés de producir y exportar modelos en Colombia usando los tratados comerciales, con lo cual queda demostrado que éstos sí son importantes para el país y que sí tenemos suficiente base industrial exportable. Con México iniciaremos ventas a partir del año entrante y probablemente lo haremos en los próximos años con Brasil y Argentina”.
Tal vez por eso el Gobierno y empresarios enfatizan en la búsqueda de mercados en los que estos renglones de la economía encuentren nichos. Tal es el caso de Corea del Sur —tratado que se encuentra en negociación— por ser un gran importador de alimentos y uno de los cinco países que paga los más altos precios de carne en el mundo.
La apertura económica que experimentó Colombia a principios de los noventa fue uno de los muchos pasos que dio la región para integrarse a la economía global. A partir de 1991, durante el gobierno de César Gaviria, el país entró en un esquema de apertura económica y los primeros resultados se dieron con la creación del Ministerio de Comercio Exterior, en cabeza del actual presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón.
Conforme al análisis de Pineda, es positivo tener acuerdos comerciales porque “esto manda una señal de que cada vez somos una economía más abierta en materia comercial e inversión. Los países que tienen procesos de inserción exitosa son los que negocian TLC”.
En comparación con Chile, país que ha suscrito 21 acuerdos comerciales con 58 países, entre los que están aliados estratégicos en el Asia-Pacífico, Colombia se ha rezagado de la política económica internacional, pues en la actualidad la nación cuenta con tratados de libre comercio vigentes que le permiten acceder a 12 mercados. Esto hace pensar que, de acuerdo con Pineda, “Colombia apenas comienza la tarea de concretar los TLC, lo cual hace imposible tener el dato porcentual del intercambio comercial que se produce entre el país y naciones con las que tenemos alguna preferencia comercial”.
Según las conclusiones del estudio realizado por el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, “el país concluyó una década perdida en materia de diversificación de mercados y productos. Hay que prender la locomotora de los tratados de libre comercio”.
El informe también muestra que se han tenido muy pocas variaciones en relación con los tres países en los cuales se había concentrado recientemente más del 60% de las exportaciones nacionales: Estados Unidos, Venezuela y Ecuador. La única diferencia significativa que se observa en el período 2000-2010 es la aparición de China como segundo destino de las exportaciones nacionales y la relegación de Venezuela al quinto lugar entre los socios comerciales.
Pero si se concretan los acuerdos que están suscritos, además de los que se negocian con Corea del Sur, Panamá y Turquía, Colombia llegaría al grupo de vanguardia de América Latina en materia de diversificación de compradores, pues tendría 45 mercados y nueve acuerdos comerciales. Sin embargo, son necesarios empresarios y compañías innovadoras y competitivas, muchas de ellas en modelos asociativos, para hacerles frente a los desafíos que deben asumir a medida que el país se va internacionalizando. Con tal propósito el Gobierno ha repotenciado un programa de promoción con productos agrícolas y anunció que el 10% de los recursos provenientes de las regalías se destinarán a proyectos empresariales de innovación, ciencia y tecnología.
“No llegarán ríos de leche”
La Unión Europea (UE) es para Colombia el segundo socio comercial y, a la vez, el segundo mayor inversionista. Santiago Pardo, negociador colombiano, afirma que, a pesar de la negativa de algunos sectores del Parlamento Europeo, “tendremos un tratado comercial comprensivo y amplio que cubra los bienes, servicios e inversión, también, temas importantes como el desarrollo sostenible, basándose en que a mayor inversión, mayores estándares en los niveles labores y ambientales”. En cuanto al gremio afectado con la firma de éste, Pardo puntializó lo siguiente: “No llegarán ríos de leche o leche subsidiada a bajo costo. Es una apertura muy gradual en unas cantidades limitadas durante 20 años en el tiempo, que significa menos del 1% de la producción de leche, lo cual le dará el tiempo suficiente para que los empresarios lácteos puedan convertirse”.
Conquistar Asia-Pacífico
Sergio Díaz-Granados, ministro de Comercio, Industria y Turismo, asegura que Colombia no se cruzará de brazos a la espera del TLC con Estados Unidos y por eso adelanta negociaciones con Corea del Sur, un socio estratégico para la entrada al Asia-Pacífico. “Preferiríamos que la aprobación se diera en fecha cierta y mejor en 2011. Ahora, el TLC es necesario”. En algún momento se firmará el acuerdo con ese país, así lo considera Saúl Pineda, director del Centro de Pensamientos en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario. “Hay que ver dentro de la política de alianzas globales qué papel desempeña Colombia para el país del Norte”.
El balance con la CAN
Santiago Pardo, negociador comercial de Colombia, considera que el proceso de integración con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) es el más profundo que tiene el país y que para los empresarios ha sido una buena oportunidad para vender sus productos manufacturados y de valor agregado. Aunque reconoció que “no estamos en una negociación tan profunda de unidad aduanera, porque el esquema de aranceles en Colombia es distinto a los de los otros países de la CAN. No existe una libre circulación de nuestros bienes como tal”. Díaz-Granados expresó el interés que tiene el Gobierno en mantener las relaciones comerciales con esta comunidad, “pero si no se puede llegar a un consenso en el tema de unidad aduanera, trataremos de trazar nuestra propia política”.
Oportunidad de flujos de inversión
Suiza está de acuerdo con aplicar inmediatamente el tratado que firmó con Bogotá sin esperar si Noruega e Islandia lo aprueban. Díaz-Granados afirmó que “ya la Corte falló a favor del tratado, pero nos falta el texto de la sentencia”.
Para el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, los países que conforman la Efta (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) ocupan un lugar destacado en el intercambio comercial con el mundo, tanto en bienes como en servicios, y se constituyen en uno de los mercados más grandes en materia de flujos de inversión.
“Con Chile, las mejores relaciones”
Esto afirma Santiago Pardo, quien además asegura que este país puede servir como una puerta para llegar a Asia-Pacífico. “Con Chile, las mejores relaciones políticas, comerciales y económicas. Es una nación abierta a la economía mundial, que ha suscrito un importante número de tratados de libre comercio, con importante presencia en Asia, y Colombia lo ve como una aliado natural para seguir su inserción en la economía internacional”. Agregó que tal vez este sea el Tratado de Libre Comercio más profundo que existe entre países latinoamericanos, según él, porque cubre servicios, inversión y comercio.
Ampliación del Triángulo Centroamericano
Aunque con Guatemala el TLC entró en vigencia en 2009 y con Honduras y El Salvador en 2010, hay un destacado repunte de estos mercados para las exportaciones colombianas, que pasaron de US$306,8 millones en 2009 a US$560,8 millones en 2010, con una balanza comercial favorable para Colombia. El sector más favorecido es el de los combustibles, pero con diversificación en productos industriales (medicamentos, plásticos y productos cosméticos). En 2010 se concertó la ampliación de éste, denominado el tratado con el Triángulo Norte, en el ámbito de bienes y productos que están sujetos al orden preferencial. Santiago Pardo asegura: “Tenemos el compromiso de seguir ampliando durante este año, porque muchos bienes (sector automotor, confecciones y productos agrícolas con los que tenemos interés exportador) quedaron excluidos al principio”.
TLC con un G-8
El acuerdo recientemente ratificado por la Corte Constitucional con Canadá es el primero suscrito con una nación del G-8 (grupo de las naciones más desarrolladas del planeta: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia). Un acuerdo con el país del Norte a Colombia también le representaría dejar la dependencia con Estados Unidos.
De acuerdo con el ministro Sergio Díaz-Granados, este mercado es la oportunidad que tiene Colombia de exportar productos de valor agregado con acceso preferencial, ya que Canadá es el tercer importador per cápita del mundo.
Debido a la falta del tratado con EE.UU., los cereales canadienses ganarían más competitividad en el país, gracias a su entrada libre de arancel.
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