Mini-bombas nucleares, la nueva amenaza
Por Cristina Hernández*
Estados Unidos iniciará este año el diseño de armas atómicas de baja potencia. Contienen menos de cinco kilotones de TNT, pero, según los críticos, pueden provocar el mayor desastre humanitario y ambiental desde la segunda guerra mundial. La explosión subterránea de una de estas bombas de apenas un kilotón aniquilaría a la mayoría de habitantes hasta un kilómetro de distancia, afirma un estudio de Physicians for Social Responsibility.
SAN FRANCISCO, Estados Unidos.- El diseño en Estados Unidos de una nueva generación de armas nucleares de baja potencia, aprobado en el presupuesto de defensa para 2004, es injustificable política, técnica y militarmente, alegan críticos.
Las llamadas “mini-bombas” nucleares tienen una potencia menor a cinco kilotones de TNT, un tercio del poder contenido en la bomba que Estados Unidos arrojó a la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945, a finales de la segunda guerra mundial.
"Si quienes hacen la guerra consideran que un arma nuclear es lo suficientemente 'pequeña' como para 'contener' los daños colaterales, es más probable que la usen, lo que se traduciría en un desastre ambiental y humanitario no visto desde la segunda guerra mundial", dijo a Tierramérica el especialista Robert K. Musil.
“Por eso podemos decir que no existe tal cosa como “mini-bombas” nucleares”, argumentó Musil, director de la no gubernamental Physicians for Social Responsibility, PSR (Médicos por la Responsabilidad Social), ganadora del premio Nobel de la Paz 1985 por su labor contra las pruebas nucleares.
La investigación, diseño y estudio económico de las mini-bombas fueron aprobados en el presupuesto de defensa 2004, tras la derogación en mayo de 2003 por parte del Senado de la enmienda Spratt-Furse, promulgada diez años atrás para restringirlos.
El desarrollo de ingeniería, la producción y las pruebas siguen prohibidos.
Según expertos, la iniciativa de la Casa Blanca no viola el Tratado de no Proliferación Nuclear, el acuerdo internacional para eliminar las armas nucleares, ya que éste no prohíbe el desarrollo de nuevos tipos de armas.
Sin embargo, para Wolfgang K. H. Panofsky, ex director del Stanford Linear Accelerator Center en la estadounidense universidad de Stanford, existe un considerable impacto negativo de carácter político de esta estrategia armamentista.
“Estados Unidos debe ser el líder en disminuir el énfasis en la dependencia de armas nucleares. Estas son las que proveen “equidad” entre estados relativamente débiles y estados fuertes y por tanto Estados Unidos tiene más que perder de una proliferación nuclear”, expresó a Tierramérica.
Los defensores de este armamento -una pequeña carga nuclear en la parte posterior de un misil- afirman que algunos objetivos militares sólo pueden ser destruidos con energía atómica. (ver infografía).
Entre las ventajas de las pequeñas cargas nucleares, sus impulsores señalan menores daños colaterales (léase muertos y heridos civiles y contaminación radioactiva), mejor control y costos de mantenimiento más bajos.
El Departamento (ministerio) de Defensa tiene interés específico en estudiar el uso de pequeñas bombas nucleares para destruir refugios subterráneos utilizados por potenciales enemigos para almacenar armas químicas y biológicas, consideradas las mayores amenazas del nuevo siglo.
Estas instalaciones estarían cubiertas por docenas o cientos de metros de roca sólida, concreto u otros materiales, que les permiten soportar ataques externos con armas convencionales.
De acuerdo a un reporte presentado al Congreso legislativo, la Agencia de Inteligencia de Defensa cree que hay más de mil 400 objetivos subterráneos estratégicos en todo el mundo.
"Todas las armas nucleares en reserva ya han sido probadas con bajos niveles de kilotones", consideró por su parte David Wright codirector del Programa de Seguridad Global de la no gubernamental Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados).
A su juicio, hay dos motivos probables detrás de la iniciativa bélica estadounidense. "Existe un fuerte deseo de los laboratorios de armas nucleares, como Lawrence Livermore National Laboratory y Los Alamos National Laboratory, de diseñar nuevos arsenales, de embarcarse en una nueva misión", explicó a Tierramérica.
Además, afirma el físico Wright, el gobierno de George W. Bush cree que las armas nucleares que posee el país son demasiado grandes para ser utilizadas en el campo de batalla, lo que resta credibilidad a un ataque nuclear de Estados Unidos.
Según este argumento, un armamento menos potente tendría un efecto disuasorio mucho mayor en terroristas y países enemigos.
"Existe en el Congreso la creencia de que necesitamos estas armas para destruir arsenales químicos y biológicos enterrados bajo tierra. Sin embargo, estudios demuestran la incapacidad de las bombas pequeñas para destruir estos agentes en instalaciones subterráneas. Al contrario, ayudarían a su dispersión", añadió Wright.
Una de las preocupaciones de los expertos es que las mini-bombas deben alcanzar un grado de penetración profundo en la tierra, suficiente para explotar, destruir su objetivo y sellar los escombros producidos en el punto de explosión.
Wright estima que un arma con un kilotón de potencia requiere adentrarse por lo menos 60 metros bajo tierra para que su explosión sea contenida. Pero con la tecnología con que se cuenta, de momento sólo tendría capacidad para penetrar 10 metros.
A una profundidad de 15 metros, una explosión de un kilotón derrumbaría viviendas ubicadas hasta un kilómetro de distancia, matando a la mayoría de sus habitantes, afirma un estudio de Physicians for Social Responsibility.
Otros apuntes a raiz de lo que algunos han dicho :
Otras armas de destrucción masiva
A pesar del consenso en los tres tipos de armas antes citados existen otro tipo de armas ampliamente condenadas por la comunidad internacional, pero de uso aún hoy día, que igualmente pueden matar a mucha gente de manera indiscriminada. Hay quien dice —no sin razón— que «no es el arma la que provoca la destrucción masiva sino el uso que se le da». Entre este tipo de otras armas estarían:
* Minas antipersonales: se cumplen las dos premisas básicas de un arma de destrucción masiva: mata indiscriminadamente y en gran número, con la salvedad de que las muertes se producen a lo largo de muchos años.
* Bombas de fragmentación: usadas en bombardeos sobre ciudades, pueden ser letales para muchísimas personas ya que se dividen en múltiples ojivas que caen aleatoriamente destruyendo todo lo que hay en una cierta área. También están prohibidas por la ONU.
* Munición de uranio empobrecido: el uranio empobrecido, usado en la fabricación de balas, proyectiles y blindajes por su alta densidad y alto punto de fusión. A pesar de su nivel bajo de radiactividad, al ser usado con la suficiente frecuencia sobre una zona de conflicto con abundante población civil puede provocar a corto y medio plazo un incremento sustancial de los casos de cáncer y malformaciones congénitas. Se han documentado casos en Kosovo y Serbia, y sobre todo en Iraq donde el ejército estadounidense las usó intensamente. Los proyectiles de uranio empobrecido, al impactar, liberan y pulverizan su carga radioactiva por lo que se los puede considerar como bombas sucias
A pesar de todo, se considera también prohibido por la comunidad internacional el uso abusivo de las armas convencionales. Quedarán para la historia los «tapices» de bombas que la aviación estadounidense y británica dejaron caer sobre las ciudades del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, particularmente en Dresde (Alemania) y Tokio (Japón) donde en ambos casos se calcula que murieron entre 100.000 y 300.000 civiles en una sola noche —más que la suma de los civiles muertos en Hiroshima y Nagasaki (las dos ciudades japonesas destruidas por bombas atómicas)— o el brutal bombardeo de Guernica por parte de la aviación alemana aliada de Franco.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Armas_de_d ... B3n_masiva
otro mas
Los ensayos nucleares hasta 1962 se realizaban todos en la atmósfera y por consiguiente se depositaba una cantidad inmensa de materiales radiactivos en el aire, sustancias que se distribuían posteriormente a toda la atmósfera terrestre. Hasta esa fecha habían ocurrido alrededor de 500 explosiones nucleares, de las cuales unas 300 correspondían a los Estados Unidos, 180 a la Unión Soviética, 25 a la Gran Bretaña y 4 a Francia. Como consecuencia, la carga radiactiva de la atmósfera alcanzaba niveles peligrosos para la vida en nuestro planeta. Se calcula que ya se habían inyectado 10 toneladas de plutonio a la atmósfera. Éste cae de regreso a la superficie en un par de años y pasa a formar parte del ecosistema terrestre y acuático. (El plutonio es un elemento sumamente tóxico, ya que después de ser ingerido o inhalado se instala permanentemente en el esqueleto, el hígado y los pulmones. Es radiactivo, y la radiación que emite puede causar serios daños, como tumores óseos o pulmonares. Basta ingerir algunas millonésimas de gramo de plutonio para que la salud corra un gran riesgo.) El conocimiento público de estos hechos fue conseguido en gran parte gracias a la campaña informativa organizada por el científico Linus Pauling y que lo hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz 1961. Esto, unido al efecto causado por la irradiación accidental de pobladores durante el ensayo Bravo en las islas Marshall, ayudó a que en 1963 se lograra un acuerdo internacional que prohibió las pruebas nucleares en la atmósfera, el espacio exterior y bajo el agua, permitiendo solamente las explosiones subterráneas que no causan liberación de radiactividad al ambiente. El ATBT fue firmado por más de 100 países, incluidos los Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña. Ni Francia ni China lo suscribieron y continuaron su experimentación al aire libre. Las pruebas francesas cesaron apenas en 1974, después que las protestas de los países del Pacífico Sur, que eran los más directamente afectados por la radiactividad, fueron llevadas ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El Tratado de No Proliferación Nuclear, destinado a impedir que nuevos países ingresaran al "club nuclear", se firmó en 1968. Las naciones que firmando el tratado renunciaron al desarrollo de sus propias armas nucleares lo hicieron a cambio de asistencia técnica en tecnología nuclear no bélica. La IAEA se encarga de la inspección que asegura el buen uso de la ayuda. Las naciones del club, por su parte, se comprometen a no traspasar información ni ayuda en asuntos que pudieran llevar a la fabricación de bombas por otros países. Los países que ya pertenecían al club en 1968 no son inspeccionados por el Organismo. Muchas naciones no firmaron este tratado protestando que las potencias nucleares no hacen nada para evitar la proliferación de armas dentro de sus propios territorios. Entre los no firmantes se encuentran Brasil, Argentina, Pakistán, India, Israel y Sudáfrica, todos ellos con la capacidad reconocida de desarrollo de armas nucleares. Es interesante indicar que ya en 1947 la Unión Soviética había propuesto un tratado de no proliferación que incluía a todas las naciones dentro de las medidas de control internacional. Este proyecto, mucho más poderoso que el vigente, no llegó a ninguna parte debido a la poca atención despertada entre los responsables estadounidenses de la época.
http://biblioteca.redescolar.ilce.edu.m ... sec_7.html
otra mas
Los Estados Unidos siguieron este camino cuando la totalitaria Unión Soviética y la aún más radical China maoísta se encontraban desarrollando armas nucleares. La disuasión ha funcionado en el pasado y es más probable que funcione en el futuro debido a que los restantes estados “truhanes” indigentes poseen domicilios que podrían ser barridos del mapa—aunque con fatalidades masivas—con las miles de ojivas nucleares de los EE.UU.. Además, incluso aquellas naciones que no están de acuerdo con la intrusiva política exterior de los EE.UU. en sus regiones, no tienen incentivo alguno para otorgarles tales armas costosas a impredecibles grupos terroristas. Si tal asistencia fuese descubierta, la superpotencia podría estar motivada para incinerar sus países. Antes de la guerra, la propia CIA del presidente informaba que Irak no sería proclive a emplear armas de destrucción masiva o suminístraselas a los terroristas a menos que los Estados Unidos lo invadieran.
http://www.elindependent.org/articulos/ ... sp?id=1256
otro mas
«La Federación Rusa se reserva el derecho de hacer uso de sus armas nucleares en respuesta a la utilización de armas similares u otras de destrucción masiva en su contra y (o) en contra de sus aliados, y en respuesta además a una agresión a gran escala con armas convencionales, en situaciones que pongan en peligro la seguridad nacional de la Federación Rusa.»
En los últimos 37 años, la marina de guerra ha creado más de mil cohetes balísticos intercontinentales. Ello incluye el único en el mundo de lanzamiento simultáneo 16 RSM-54, en 1991, y el de doble lanzamiento simultáneo 10 RSM-52, EN 1998.
http://www.voltairenet.org/article123509.html