Roy escribió:Valerio escribió:Roy escribió:Pues es igual que decidir quién inventó el submarino o la calculadora
¡Hombre!, un girondino.
¿Ahora te has afrancesado? Mira que si te cuento lo que me pasó en Sevilla con una francesa y un jerezano afrancesado... no he visto más porquería en un piso en mi vida, y yo fregando como tonto jajajaja. Bonito avatar, por cierto.
Cullinan escribió:Lo de aniquilarla es una suposición tuya, ya que en la mayoria de los combates navales del siglo XVIII la flota peor parada siempre fue la española salvo en contadas ocasiones. Los ingleses llevaban refuerzos a Gibraltar, por eso rehuyeron el combate.
No es por malmeter, pero parece lógico que si la escuadra española forzase a la británica a luchar frente a un cabo, esta última tendría la tierra a las espaldas, y sería prácticamente imposible realizar la táctica en columna que dio tantos éxitos a los ingleses durante el último tercio del siglo XVIII.
Excelente exposición, por cierto, DiSangro, disfruto como un niño (uno más pequeño todavía que yo jajajaa).
A ver, estamos en la época del combate a vela, si te encuentras sotaventado ( es decir por donde se vá el viento), por mucho que hagas aunque la otra flota se encuentre entre tú y la costa, no podrás forzar nunca el combate, porque simple y llanamente nunca podrás acercarte a ella.
La escuadra hispano francesa al mando del Teniente General don Luis de Córdova se encontraba apostada en el surgidero de Algeciras, con la intención de impedir cualquier tipo de socorro de los ingleses a Gibraltar. Los españoles eran conscientes que dado el mayor andar de los navíos ingleses era mejor esperarlos en alguna zona estratégica, que ir detrás de ellos.
Por lo tanto a falta de una escuadra veloz, Córdoba se encontraba al mando de una potente y numerosa flota, que esperaba "agazapada" y en posición de dar a la vela en cuanto se avistase una escuadra enemiga. Esta posición, si bien permitía salir en busca de las escuadras enemigas con un viento de Poniente, que es la que se suponía la entrada en el estrecho, dejaba demasiado expuestos a los temporales. Como sucedió el 10 de octubre cuando un tremendo temporal sacudió la zona.
El resultado del temporal no pudo ser más negativo, y aunque no se hundió ningún buque muchos quedaron muy dañados. Se rompieron muchos cables de los navíos e hizo garra a unos y a otros ( garrear es arrastrar el ancla, rezón, o lo que se tercie por el fondo marino, es decir ir sin freno de mano) y abordarse varios de ellos. Arrastró a unos desde las inmediaciones de Algeciras hasta puente de Mayorga, dejándolos con una o dos anclas sólamente. El "San Dámaso" perdió los palos de trinquete y bauprés y sufrió un abordaje con otro buque. El "San Miguel" quedó varado en Gibraltar con muchos daños y fue apresado por los ingleses
La fragata "Santa Perpétua" también quedó varada en la playa de Mayorga. El navío "Triunfante" y la fragata "Santa Magdalena" quedaron bajo los fuegos de los fuertes de Gibraltar, y fueron disparados con bala roja, aunque sin mayores consecuencias. Toda la escuadra quedó en movimiento y con gran trabajo de anclas que se hacía necesario para evitar que otro temporal dispersara demasiado a los buques. Como le sucedió a la fragata española "Santa Lucía" y la francesa "Cresoent" y a el navío "San Pablo" que habían sido alejados y hacían supremos esfuerzos por reunirse con la escuadra.
Estando así las cosas para la combinada apareció el día 11 por la tarde con viento fresquito del SO la escuadra británica de Howe, escoltando un convoy de buques mercantes con dirección a Gibraltar. Al anochecer la flota británica se encontraba sobre Punta Carnero, pasando al Mediterráneo, no logrando fondear en el Peñón más que cuatro mercantes.
Debido al Poniente y a las corrientes la escuadra de Howe se fue adentrando más en el Mediterráneo, alejándose de Gibraltar y perdiéndose de vista del vigía de Algeciras en la mañana del día 13. La escuadra de Córdoba, ese mismo día, aprovechó un viento de ONO para salir, quedando toda fuera a las cuatro de la tarde. Sin más incidente que el disparo desde Gibraltar al navío "Triunfante", que se hallaba cerca, con bala roja (bala incendiaria).
Las sucesivas calmas que hubo hasta el día 15 la flota española fue arrastrada por las corrientes hasta las cercanías de Vélez-Málaga. La escuadra inglesa era seguida en sus evoluciones por unidades menores de Córdova. El mismo día 15, con viento del este bonacible, la escuadra de Córdova tomó la bordada del sur, en demanda de la costa de Berbería (Marruecos), teniendo conocimiento de que el enemigo se encontraba al SE, a seis leguas.
Se siguió la bordada hasta la media noche, a 2 leguas de la costa africana, virando entonces de bordo y quedándo en facha ( las velas en situación de recibir poco o ningún viento, como quién dice frenados) a esperar el día, para evitar que los ingleses pudieran aprovechar la oscuridad para pasar por aquel lugar.
Amaneció el 16 con tiempo oscuro y viento duro del este. La escuadra tomó rumbo norte y se aminoró aparejo, según iba arreciando el viento. Los jabeques y otras pequeñas embarcaciones, que habían salido unidas a la flota para el apresamiento del convoy, se separaron.
Al anochecer se tomó rumbo sur, al abrigo con trinquete y mesana, intentando estar más cerca de África que de España. Ya que por allí era más probable que al día siguiente se encontraran a la escuadra inglesa y sólo dejaban como posible escape de estos la de Gibraltar. Decididamente los españoles iban a la caza de Howe, y estas maniobras demostraban que intentaban encontrarlos como fuera.
Debido a la oscuridad Córdova temió que no todos los buques a su mando hubieran virado al sur, así que se izó la señal de unión, y la falta de correspondencia de tres de los repetidores confirmó la sospecha del almirante español. En consecuencia a media noche se viró de bordo en vuelta del noreste.
Al amanecer del 17 se reconoció que 17 navíos se había separado, aunque a las 11 de la mañana ya estaban todos reunidos de nuevo, cambiando el rumbo en demanda del estrecho, pero debido a varios cambios de viento la escuadra se encontró a la altura de Vélez-Málaga.
La situación era desesperante para Luis de Córdova, que intentaba por todos los medios cazar a la escuadra british, debiendo jurar en arameo el no poder aplastar a la escuadra inglesa, que tan cerca tenía.
El 18 se dirigió Córdova de nuevo al Estrecho, pasando Marbella por la tarde. Los batidores informaron que el enemigo se encontraban cerca. La escuadra quedó en facha por babor, esperando el día, a tres o cuatro leguas del peñon de Gibraltar.
Era el juego del gato y el ratón.
El día 19 se mareó hacia el Estrecho, descubriendo a la escuadra de Howe, que huyó en buen orden hacia el océano atlántico. Pero debido a que la escuadra española era de menor andar no se les pudo alcanzar, aunque se les persiguió hasta que a la caída de la tarde se les perdió de vista.
La caza continuó por la noche, con rumbo oestenoroeste, con la esperanza de lograr más viento que los ingleses y amanecer a tiro de cañón. Lamentablemente el convoy inglés había podido meterse en Gibraltar el día 17 sin problemas y sin que los aliados pudieran hacer nada, debido a que el tiempo y la oscuridad lo habían impedido.
Frustrante, señores, frustrante, cabrón de Eolo.
Se descubrió al enemigo el día 20, antes de la salida del sol, a 5 o 6 leguas por el sursureste, a la altura del cabo Espartel. Al momento la armada española emprendió la caza con toda diligencia y sin sujección a puestos, rumbo oeste, cuarta del suroeste Los ingleses formaban su línea de combate a estribor. El rumbo de la escuadra hispano francesa era tan de encuentro con la inglesa, que a las 10 de la mañana desde el navío de Córdova se señalaba al navío de cabeza de la escuadra ligera mantener la misma dirección que se llevaba desde la salida del sol. Desde este primer navío, el francés "Invincible", hasta el "Santísima Trinidad", insignia de la flota, había 40 buques.
La necesidad de emprender la caza con toda diligencia y sin sujección a puestos para aprovechar momentos en que cada vez se hiciese más inevitable el ataque, acarreaba accidentalmente un gran perjuicio, como era hallarse en la cabeza del sur del pelotón el navío del almirante Córdova y el navío francés "Terrible", de 110 cañones, del comandante de la 2ª Escuadra, y tan atrasado el "Purísima Concepción" ( gemelo del "Santísima"), que sólo podría llegar a la cola de la futura línea.
Es por ello que desde el insignia de Córdova hasta la cabeza de la línea había 40 buques sin almirante que dirigiese los puestos de la línea accidental.
Vamos, coñ*, vamos.
Así se llegó a la una de la tarde y las dos flotas se encontraban a sólo dos millas, y se mandó formar la línea de combate indicada sin sujección a puestos indicada, estrechando las distancias entre matalotes de medio cable y tras poner los botes en el agua. El enorme pelotón que había sido la escuadra combinada se fue entonces convirtiendo en línea, mientras el "Santísima Trinidad" ( 130 cañones, ay! que pupita!, de aquella aún no había sido remontado a un cuatro puentes) hacía esfuerzos por subir al centro de la misma desde atrás.
Los ingleses arribaban y agrandaban así poco a poco el espacio entre las dos flotas, además de colocar en facha su vanguardia y centro para estrechar más su línea de combate, lo cual aprovechó Córdova para llegar a tiempo al centro de su línea, sobre las tres de la tarde, quedando entre el "San Rafael" y el "Bretagne " francés, quedando por la popa de este 13 navíos.
A las 4 y media de la tarde y formada gran parte de la línea combinada, desde el "Santísima Trinidad" se izó la señal de ataque general (let´s gooo), aún sabedores que la retaguardia aliada no podría participar en un primer ataque por hallarse demasiado alejada.
A las 5 y 40 minutos dio el momento de la arribada con rumbo oestesuroeste, señalando al mismo tiempo al almirante de la retaguardia, el conde de Guichen la señal de doblar al enemigo si le fuese posible, lo único que podrían hacer los navíos tan atrasados (vaya pero esto no es el Nelson Touch?, je,je si descubrió la pólvora el niño) . Ya que la claridad de la noche presagiaba que se podría combatir como si fuera de día y podría darles tiempo a llegar.
A las 5 y 47 minutos la vanguardia de la combinada rompió el fuego ( hoooolaa anglosicos aquí estamos) , al poco rato lo hizo la retaguardia, quedando fuera de fuego 12 navíos después de los 2 de popa del navio Córdova, y más tarde se rompió fuego en el centro. Los ingleses llegaban arribados sucesivamente, pero debido a su mayor andar dejaron sin objeto de fuego al "Santísima Trinidad " e inmediatos que le batían la retaguardia. Esto podía tener el peligro de que la vanguardia combinada aguantara excesivo castigo, así que Córdova despachó a la fragata "Santa Bárbara" con orden a la escuadra ligera de vanguardia, que llegados ese extremo se apartara. Pero por alguna desconocida razón de los ingleses, tal vez pusieran en facha su vanguardia, perdieron velocidad y se observó al centro y parte de la retaguardia hispano francesa abrir fuego de nuevo.
En este estado de cosas Córdova, viendo que se le ponía de nuevo en ventaja la maniobra, mandó izar el farol de señales, ya que no se veían las banderas, de cesar el combate, lo que verificó al instante la "Santa Bárbara".
La combinada fue entonces avanzando la línea a través de la inglesa y se empeñó de nuevo el fuego de los navíos de la retaguardia hasta el segundo navío después del "Santísima Trinidad", a las 10 y media de la noche. Pero sólo duró un cuarto de hora, porque los ingleses algo arribados y con más vela salieron del fuego en todas partes (¿pero no son estos los que nunca dejan un combate?), cesando el fuego y observando como la escuadra de Howe formaba su orden de retirada relativa al andar de los navíos (ahhh! Huyendo cual vulgar rata).
A todos los navíos ingleses les sobraba aparejo sobre las gavias sólas respecto de la armada combinada. Córdova mando izar la señal a las 11 de la noche de conservarse ciñiendo el viento sobre las gavias, un muy flojo del nortenoroeste, que durante la noche viró al nordeste...